El hecho de apropiarse, hacer suyo un objeto, nace desde la
necesidad económica, pero es el Derecho el mejor instrumento para estudiarla. Los derechos reales son derechos que recaen sobre una 1 cosa, cuando una persona puede disponer de esta. Es una relación entre una persona y una cosa.
En el derecho real de la propiedad una persona goza de un poder
jurídico en forma directa sobre una cosa o bien, para aprovecharla totalmente en sentido jurídico; es decir, para usar, gozar y disponer del bien. El código civil nacional establece que la propiedad “es el poder jurídico que permite usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien”. Desde Roma se introduce la idea de que tal poder ha de contar con un límite teleológico: se debe practicar en conformidad con el interés social y dentro de los límites que la ley establece.
¿Cómo se regula de manera eficaz en nuestro ordenamiento los
tipos de propiedad a partir del Derecho Romano? En las fuentes romanas no existe una doctrina explícita que formule el concepto de propiedad; las definiciones que se conocen son obra de los intérpretes y expertos modernos. Dentro del discurrir histórico del Derecho Romano se conocieron dos especies distintas de propiedad, en función de la fuente de producción jurídica: ius civile y ius pretorium.
Las diferentes especies de propiedad romana se diferencian de
las actuales. Roma, pese a no formular una “teoría general sobre la propiedad” sí que elaboró un concepto básico, generado por la praxis. Sabían cómo guiarse para poder determinar a quién pertenecía una propiedad; para ellos lo determinante era la inquisitio o averiguación de cuándo una cosa era de una persona, pero en diferentes fases, los trabajos que sirven de base a la presente investigación concluyen que no siempre se reconoció la propiedad propio entre los romanos, primeramente se reconoció una propiedad colectiva de la tribu; mientras que en Ecuador habla de los modos de adquirir el dominio en la legislación ecuatoriana es necesidad señalar que los modos de adquirir el dominio.
2 II. PROPIEDAD ROMANA Y DERECHO QUIRITARIO
El derecho de propiedad es el más acabado ya que este permite
conocer los derechos que las personas tienen sobre una cosa: la propiedad se encuentra sometida a la voluntad de la persona que va a vender como la que adquiere, exclusiva a la acción de su propietario ya que este da el valor a la propiedad para que otra persona la pueda adquirir, sin términos que nos indique la ley o los emitidos por la concurrencia de varios derechos disconformes en su inmenso lugar sin limitaciones. No obstante, la creencia de que la propiedad, como un organismo colectivo, está orientada a una función social que implique a un grupo de personas, implica que en la actualidad existan limitaciones acerca del derecho que no nos permitan una seguridad; así como obligaciones que se derivan de la propiedad para establecer relaciones entre ellas.
Hay distintas especies de propiedad, aunque se trate de una
institución unitaria regulada desde los más antiguos tiempos de Roma. Su Ius Civile atendía a toda relación entre personas y bienes. El señorío general y pleno de las cosas, se regía con unos principios acordes con varias características que cada propiedad tiene desde el derecho primitivo
El derecho pretorio fue creación del pretor en la resolución de
casos presentados a su discernimiento, según un criterio de equidad, Ahí fue diferenciada la propiedad quiritaria, que se definía por las normas o formalidades para crearla y transmitirla.
El derecho se relaciona asimilado con la justicia y por eso
expresa Walras, que para para disminuir la injusta situación entre los ciudadanos y los extranjeros y entre los patricios y los plebeyos, el pretor juzgó oportuno tutelar hasta el momento de la usucapión las expectativas de dominium del sujeto que pretendía adquirir. Los medios judiciales 3 comenzaron a arbitrar, mediante una doble vía: pasiva y activa, para cada caso en que se mencione el antiguo y todavía dueño legítimo de un bien para poder ejercitarlo de una manera para reivindicarlo, fue concedida al in bonis habens una exceptio, para frenar la acción si quedaba efectivamente probado que la cosa o propiedad adquirida hubiera sido objeto de una compraventa o un intercambio por prestación de servicios. La condición para que emplear este procedimiento era que ésta debió haber sido lícita y libremente adquirida.
En el supuesto que la persona que adquiere dicha propiedad
puede obtener las disponibilidad de esa cosa es decir esta puede hacer uso goce y disfrute de esta ya que se puede admitir que esta influya en toma de decisiones al vender o adquirís una cosas ya que antes en la época de los romano estos solo podían adquirir si poseían los tres estatus ya que solo una cantidad diminuta de estas personas lograban adquirir bienes y poder negociar con otra persona para tener bienes, aquí interviene el pretor ya que este concedía una acción fingida denominada “actio Publiciana”. La fórmula que el pretor decidía para que esta acción sea igual a aquélla del reivindicativo, salvo la recomendación del “Pretor al juez de simular que ya había pasado el tiempo necesario para la usucapión y que juzgase como si el disponente fuese titular del derecho de propiedad quiritaria” (Gayo 4, 36).
La propiedad quiritaria o dominium ex iure quirutium, se basa en
el derecho de los quirites, o ciudadanos romanos. Constituye la situación jurídica de señorío pleno romano o derecho de propiedad romano era el ser más honorable. Para su posesión, se exigía diversos tipos de fundamentaciones una de esta es que el titular fuese ciudadano romano, la cosa estuviera en el comercio para así poderlas venderlas, fuera susceptible de propiedad.
La propiedad quiritaria era la única reconocida por el Derecho
Civil en Roma, ya que este tipo de dominio se ejercía exclusivamente 4 sobre la Urbe y los territorios cercanos, donde se hubiera extendido mediante las concesiones ius italicum. La propiedad quiritaria básicamente implicaba un privilegio procesal. Es decir, una ley particular para su protección, a través de la acción reivindicatoria, que era una acción real que tenía el propietario en contra de cualquier tercero, para pedir que se le reconociera su derecho y, en su caso, que se le retribuyera el objeto (D’Ors, Derecho Romano).
La revolución de la propiedad en Roma implicó todo un cambio
social. Primero se aceptó que el latino (habitante del Lacio, no de Hispanoamérica, obviamente) pudiera ser propietario concediéndole el ius commercii, que permitía poder hacer negocios y adquirir propiedades. En fin, a partir del siglo III d. C. se acabó por admitir la propiedad de los peregrinos, aunque con un régimen jurídico que distaba de la inicial propiedad quiritaria.
La fundamental de las características del dominium ex iure
quiritium era su condición absoluta, que abarcaba todas las facultades y todo uso, goce y disfrute posible de un bien. Otra característica de la propiedad quinaria era su exclusividad: la cosa no podía ser objeto de transacción más que por su propio dominus, su titular, es decir no permite realizar adquisiciones que no sean del propio dueño.
Sin embargo, otras características fueron su elasticidad,
omnicomprensiva de las acciones que su titular pudiera ejercer y del uso de la cosa; y, por último, su capacidad de absorción. Eso permitía la extensión del derecho sobre la tierra “desde el cielo hasta el subsuelo”. Y es que la propiedad se había generado en torno a las cosas más directamente necesarias para la vida elemental; para la vida en el campo, es decir, tierras, herramientas, animales. Sobre la tierra este principio de exclusividad se permitió que se descompusiera al admitir el derecho real en cosa ajena de superficie.
La reglamentación de la propiedad quiritaria no siempre se
5 reconoció de una manera individual debido a esto comenzó con una adquisición grupal ella que estos prefieren unirse grupalmente para adquirir propiedades ya que empezaron como tribu después una propiedad colectiva para que las tierras pertenecieran a un grupo de personas y n exista la propiedad individual ya que dejaban principios de jurisprudencia desde una perspectiva de sucesiones tierras o herederos.
III. IUS PRETORIUM Y PROPIEDAD BONITARIA
Otra especie de propiedad puede definirse como propiedad
bonitaria o pretoriana donde también es llamada In bonis habere ya que era considerada la propiedad que sancionaba el derecho es decir tenía consecuencias normativas del derecho civil, como he mencionado el derecho civil es una rama que sirve para regular como las personas se regulan mediante contratos o adquisidor de bienes, en esta evolución se produce el derecho de propiedad romano donde posiblemente se consideran tratadistas romanos que tiene un proceso de evolución se empieza por la república y se termina en el derecho pretorio con el concepto de propiedad de especies como la bonitaria o pretoria ya que tiene una transición de la cosa o también llamada res que así se le definía en el derecho romano.
En este propiedad no se requiere que existan las mismas
solemnidades para la transmisión del dominium. El pretor influye mucho en las tomas de decisiones de las personas donde se crea la propiedad pretoria que sirven para originar a las cosas o también llamadas propiedades que permiten conocer como las personas establecen relaciones donde los contratos para propiedades se vuelven muy indispensables si se tiene acceso a los tres status que en Roma eran considerados personas para ser capaces de adquirir bienes.
La propiedad bonitaria comenzó a perfilarse cuando el pretor con
su autoridad otorga al heredero propiedades para que pueda disponer de 6 ellas, pese a que sólo podían realizar eso los titulares. Se ideó un convenio de adquisición de bienes o propiedades mediante una oportuna configuración procesal, como “consecuencia de un convenio de restitución de bienes de la sucesión celebrado con el heredero y el caso del adjudicatario en un iudicium imperio continens” (Saá Pérez, 2014).
El propietario podía adquirir propiedades o posesiones dentro del
derecho de una forma general y exclusiva. Pero, dentro de los márgenes legales, a otros se les vino a permitir disponer de todos los frutos de un bien, de modo que el emancipado quedaba liberado del poder del paterfamilias y podía adquirir bienes por sí mismo sin depender de otra persona. Así, pues, podía obtener derechos sobre las cosas sin necesidad de pedir autorización a otra persona.
La propiedad bonitaria se regulaba según unos requisitos
incorporados al Ius Civile por el pretor. Esta propiedad se regula por requisitos de derecho civil, donde es reconocido con el transcurso de los tiempos donde este podía intervenir en diferentes aspectos donde los bienes han evolucionado ya que no se puede encontrar del pretor donde este tiene que solucionar problemas donde el pretor se puede definir de un modo para adquirir derechos entre personas de derecho para adquirir derechos y propiedades, sin embargo se puede finalizar los lapsos concurrieran las de derecho civil y derecho romano.
Estas razones arrastraron al pretor, a conceder al comprador
todas las facultades para que este se respalde en la compra y venta de este y derechos que permitan reconocer como adquirirlos de una forma que pueda exigirlos, para que exista un antiguo como un nuevo titular de derecho sobre aquella propiedad. Existen varias condiciones para que esta se cumpla un de estas en la paralización donde podría recuperar los derechos en protección a que estos no se vulneren en el ejercicio del derecho privado.
Ante esta acción recuperativa practicada por el propietario que
7 adquirí a él bien, el medio de defensa para enfrentar a la acción, se denominaba exceptio rei venditae y excitaba la acción recuperativa; En caso de que el propietario quitara la cosa, el propietario bonitario podría recuperarla, llevándolo a la practica la acción publiciana.
IV. DOMINIUM Y PEREGRINI
se comunicaba una cosa a un peregrino, o se participaba un
propiedad situado en distrito, o la entrega de una cosa mancipi se verificaba por simple traditio, se concordaba alguno de los dos arquetipos de propiedad bonitaria, que eran: la propiedad peregrina, la propiedad bonitaria, que aparece cuando alguien al lograr una cosa mancipi sin recurrir a los medios establecidos por el derecho civil, que él había adquirido sin acudir a la mancipatio tenía las cosas entre sus bienes: in bonis habere, lo cual podía verse atacado por una “acción reivindicatoria del antiguo dueño, o sea el propietario quiritario, que demandara la restitución. Para evitar una injusticia, el pretor otorgaba una excepción al adquiriente” (Naval del Potro, Apuntes de Derecho Romano ad usum privatum, 2019).
La propiedad provincial se refiere a las tierras donde el territorio
de Roma era poder adquirir que este no puede tener una posición en donde la propiedad del estado era emitido por el mismo órgano que era el pretor para así permitirle adquirir los bienes de una persona titular de derecho donde este podía ser capaz de emplear ciertas consecuencias se pueden tomar libremente mediante el pago de un stipendium.
En las provincias era similar para los peregrinos o para los
romanos con las restricciones propias del derecho romano. Los poseedores de fincas territoriales pueden transmitirlos por uso o por origen de muerte ya que era mejor una propiedad que este en venta dicha propiedad para poder adquirirla de manera legal, porque consistía 8 en permisos constantes de uso y disfrute de las cosas con posibilidad de suspensión, observan los frutos y productos y aunque no se aplica ciertas cosas donde estas pueden ser adquiridas por la propiedad en situación que duró hasta el siglo III d. C. (Naval del Potro, Dictamen Particular sobre la Constitutio Antoniniana, 2019).
La propiedad peregrina era la de los habitantes del Imperio que
no eran ciudadanos romanos ni gozaban de ninguna de las concesiones parciales del Ius Civile. Como dice Naval del Potro, eran “súbditos pero no ciudadanos, no son bárbaros, pero no son romanos, no son extraños, pero tampoco son de los nuestros”. Eran considerados personas capaces de adquirir obligaciones ya que éstas tenían dentro de diversas categorías donde este puede ser entendido y tenían derechos para adquirir propiedades de forma sólo en algo similar. Se regulaban de una manera ajena al Derecho Civil. Dentro de los negocias podían asimilarse a propietarios bonitarios que legalmente poseían bienes y obtenían una protección frente a quienes les sobresaltaran en ello.
“El sistema arbitrado por Roma consistían en crear una
ficción a efectos de recuperar el bien. Los romanos eran muy proclives a crear ficciones para remediar las injusticias que el cumplimiento estricto de su Derecho Civil pudiera ocasionar” (Naval del Potro, Apuntes de Derecho Romano ad usum privatum, 2019). Sin embargo, en el pasado romano habían aparecido modos que permitían que determinados hechoa tuvieran trascendencia jurídica. Los adquirentes de derechos de propiedad de cosas eran protegidos para impedir situaciones injustas que implicaran una entrega de un bien (dinero, por ejemplo), sin recibir una contraprestación apropiada (la propiedad).
En la posición de la propiedad el pretor vendría a ser el juez
9 donde este permite que no existan injusticias ya que se supone que la propiedad se adquiere de una forma justa donde el ciudadano romano puede adquirir sus derechos para así poder ejercer acción sobre dicho bien, donde se examinará que existen diversos tipos de forma extranjera donde la ciudadanía romana puede adquirir derechos y contraer obligaciones en virtud de los reyes.
V. HACIA EL DERECHO POSTCLÁSICO
En un breve resumen destacamos como las clasificaciones del
derecho nos permiten diferenciarlas se empieza con Dominium ex iure quiritium donde el derecho civil reconozca el carácter de propietario debe cumplir varias aspectos donde este reúne actitudes de manera necesaria donde este debe reunir las subsiguientes argumentos deben tener “ciudadanía romana, cosa mueble o inmueble situada en suelo itálico adquirida de un propietario y con las formalidades requeridas” donde se protege con la acción recuperativa y se califica esta propiedad como absoluta.
Otra forma resumida de adquirir las propiedades era de forma de
dominado donde la propiedad es cuando el pretor se encarga de proteger todos los derechos vulnerados de cierta forma cuando las cosas buscan ser protegidas por alguien para que no existan los conflictos entre personas al momento de adquirir bienes y este tenga cierta protección donde este pueda ser protegido por medio de la ley para evitar cualquier conflicto para llegar a una propiedad pretoria d cuidado hacia los bienes.
Otra forma de protección es la de dominado donde se da la
propiedad cuando el pretor protege lo que recibió el vendedor para que no existan injusticias permitiendo existir conflictos donde el pretor protege los derechos vulnerados al encontrar diversos tipos de propiedad para conceder una acción en contra de los que crean injusticias con la 10 protección de encontrar una segunda propiedad.
La propiedad de los peregrinos, no integrados en la sociedad
política romana y que no pueden ser titulares del dominio fue reconocida por el pretor, que les protegió con acciones ficticias, que “fingían la ciudadanía romana del extranjero cuando reclama a Roma cosas que les pertenece, incluso los fundos itálicos.” Carlos Aguilar Díaz, 2012)
La propiedad provincial se ejercitaba por quienes la poseían en
arrendamiento pagando un impuesto. Esa tierra era del pueblo romano. Pero el tipo de propiedad de los arrendatarios estaba protegida por las autoridades, hasta que en el derecho posclásico se agrupa el sistema de la propiedad. Se simplifica la propiedad por varias causas: desaparece la dualidad de tipos provinciales, ya que todos los departamentos del Imperio son sometidas a tributo y a que la extensión de la ciudadanía a todos los habitantes imperiales elimina la discrepancia entre propiedad civil y propiedad peregrina (Naval del Potro, Dictamen sobre la Constitutio Antoniniana, 2019)
Los juristas posclásicos apreciarán como propiedad a todo
señorío sobre los bienes, la posesión sólo podía emplear a las cosas físicas por alternar de un poder real sobre una cosa. Justiniano sancionó la distinción entre propiedad y posesión pero sigue la preferencia postclásica cuando imagina la propiedad como titularidad de cualquier derecho y no sólo de la propiedad de la tierra o de cosas tangibles.