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Ciclo Básico a Distancia

Unidad 2
Problemas epistemológicos
de las Ciencias Sociales
Unidad 2

UNIDAD 2

Problemas epistemológicos de las Ciencias Sociales


Introducción

Después de haberlo acompañado en el recorrido a través del nacimiento de las Cien-


cias Sociales y en particular el de las Ciencias Económicas en la Unidad 1, trabajare-
mos ahora los problemas epistemológicos de las Ciencias Sociales.
Ahora bien, ¿a qué nos referimos con “epistemología”? La palabra parece encerrar
algún misterio. El sufijo logía, proveniente de logos nos resulta familiar, es el estudio
de algún objeto. Cuando hablamos de mineralogía o sociología realizamos una aso-
ciación inmediata: se trata de estudiar minerales o sociedades. Pero ¿a qué clase de
objeto remite episteme? La respuesta no es sencilla. Para los griegos episteme aludía
a un conocimiento riguroso y verdadero, a la esencia inmutable de las cosas. A este
término se le oponía el de doxa como un saber de sentido común, cambiante, que no
lograba indagar en el “meollo” del asunto, porque no apuntaba a descubrir lo esencial.
La preocupación por caracterizar el conocimiento riguroso y verdadero y distinguirlo
del que no lo es tiene una larga tradición en la Filosofía. Aristóteles, Platón, Santo To-
más, Descartes, Kant, Hegel, Marx, Nietzche, Foucault son algunos de los pensadores
que se ocupan del tema. Cada uno de estos autores tiene ideas muy diferentes sobre
el asunto. Por cierto, la discusión sobre la verdad y el conocimiento es uno de los
hilos conductores que permite hilvanar la historia del pensamiento humano.

1. La Epistemología

A principios del siglo XX, con las ciencias ya conformadas e institucionalizadas según
vimos en la Unidad 1, Betrand Russell, un destacado matemático y filósofo inglés, su-
girió que la Filosofía debería centrarse en el conocimiento científico y su validez con
enfoques diferentes a los de la gran tradición filosófica. Propuso el nombre de episte-
mología para esta rama de la Filosofía.

Las preguntas que procura responder la epistemología son entre otras ¿qué caracte-
rísticas debe tener un conocimiento para ser considerado ciencia y cómo distinguirlo
de un conocimiento no científico? ¿Cómo validan y justifican las ciencias sus teorías?
¿Cuándo consideramos que una teoría científica es verdadera o verosímil?
O más en general ¿cuáles son los supuestos epistemológicos de las teorías científi-
cas?. Entendiendo por supuestos epistemológicos los puntos de partida que sub-
yacen a la investigación científica casi siempre sin explicitar: cómo se entiende la re-
lación entre el investigador y su objeto, cuál es el grado de correspondencia entre la
teoría y la realidad, la objetividad del conocimiento producido, si la ciencia progresa
y de qué modo, cómo se relaciona el contexto con los contenidos de las teorías cien-
tíficas entre otros. Estas preguntas no tienen respuestas únicas y tampoco pueden
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ser “resueltas” mediante la comprobación empírica. Para aclarar esta idea veamos un
ejemplo: el psicoanálisis. Se trata de una teoría de gran desarrollo, institucionalizada
en las universidades y con eminentes intelectuales que la representan en la historia
del pensamiento como Freud y Lacan. Al mismo tiempo, hay otro núcleo importante
de intelectuales, igualmente eminentes, como Karl Popper y Mario Bunge, que con-
sideran que el psicoanálisis no es una ciencia porque según ellos no cumple con los
requisitos necesarios para ser considerado ciencia. Unos y otros esgrimen argumen-
tos convincentes. Los defensores de la cientificidad del psicoanálisis recurren a la ca-
pacidad interpretativa de la teoría, a la coherencia de su cuerpo teórico o los éxitos

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terapéuticos de su aplicación. Los adversarios argumentan que cuando se confronta a
la contrastación empírica, la teoría psicoanalítica muestra una ambigüedad tal que no
nos permite decidir sobre su verdad o falsedad5 .
Vemos pues que frente a la pregunta ¿es el psicoanálisis una ciencia? la respuesta
no es única. Depende de lo que entendamos por ciencia y sobre sus “criterios de de-
marcación”, esto es, la manera de trazar una frontera entre teorías científicas y no
científicas. ¿Podemos diseñar un experimento para decidir sobre la cientificidad de
una teoría? Si lo intentamos debemos indicar previamente cuáles son los criterios de
evaluación de los resultados, cuáles serían los indicadores que nos permitirán rotular
a una teoría de ciencia y a otra de “pseudociencia” o “no ciencia”. Pero estaríamos
ante la situación del perro que se muerde la cola. Esto es, tendríamos que diseñar un
nuevo experimento para definir la pertinencia de esos criterios. No es difícil ver que
esta serie de experimentos no tiene fin. En algún punto tendremos que tomar una
posición argumentada, reflexiva sobre el asunto; esto es, la frontera entre ciencia y no
ciencia, el criterio de demarcación, no es arbitraria pero tampoco indiscutible. No es
arbitraria porque para definirla se requiere una argumentación sólida. No es indiscuti-
ble porque tales argumentaciones confrontan con otras, también sólidas, acerca de lo
que es ciencia y lo que no lo es. Como resultado de las divergencias, el debate se enri-
quece pero no se cierra. Los argumentos se tornan más exigentes y más sutiles, pero
nunca se consagra un “ganador” definitivo. De manera similar podemos problematizar
el tema de la verdad, de la validez o de la de la justificación de las teorías científicas.
Repasemos. Este tipo de debates que no puede dirimirse en el ámbito empírico, cu-
yos argumentos se renuevan una y otra vez en la historia del pensamiento, siempre
enriquecidos pero nunca cerrados, son argumentos filosóficos. Por lo que, cuando las
argumentaciones filosóficas versan sobre teorías científicas hablamos de epistemolo-
gía. Una definición standard se encontrará en el texto de Klimovsky e Hidalgo quie-
nes definen la epistemología como “el estudio de las condiciones de producción y de
validación del conocimiento científico, y, en especial, de las teorías científicas” (1998:16).
Siguiendo a Nagel, los autores entienden también que la ciencia es “conocimiento
sistemático y controlado”. Ambas definiciones -la de ciencia y la de epistemología-
ofrecen no pocas aristas para el debate. Como el lector puede imaginar, la diversidad
de posiciones sobre lo que la ciencia es y sobre cuáles son sus límites y sus clasifica-
ciones, multiplica también las definiciones sobre lo que debe entenderse por episte-
mología y cuáles son sus ramas.

Acerca de la pluralidad de posiciones en relación a la teorización epistemológica nos


ilustra esta cita:
Un ejemplo concreto de la diversidad teórica existente en la idea de epistemología en la
actualidad lo constituyen las concepciones de Popper y Piaget. Para Popper el estatuto de
la epistemología viene definido por tres notas: por el interés acerca de la validez del cono-
cimiento (el estudio de la forma cómo el sujeto adquiere dicho conocimiento es irrelevante
para su validez); por su desinterés hacia el sujeto del conocimiento (la ciencia es conside-
rada sólo en cuanto lenguaje lógico estudiado desde un punto de vista objetivo), es decir,
la epistemología se ocupa de los enunciados de la ciencia y de sus relaciones lógicas (jus-
tificación); y, por último, por poseer un carácter lógico-metodológico, es decir, normativo y
50 filosófico. Sin embargo, para Piaget la epistemología se caracteriza por principios opuestos
a los de Popper, ya que a la epistemología le interesa la validez del conocimiento, pero tam-
bién las condiciones de acceso al conocimiento válido; de ahí que el sujeto que adquiere el
conocimiento no sea irrelevante para la epistemología, sino que ésta debe ocuparse también
de la génesis de los enunciados científicos y de los múltiples aspectos de la ciencia que tras-
cienden la dimensión estrictamente lingüística y lógico-formal….
En http://presencias.net/indpdm.html?http://presencias.net/educar/ht1040a.html

5 El psicoanalista cuando interpreta los sueños de un paciente es muy probable que difiera de la interpre-
tación de otro psicoanalista frente a una situación igual. Para Popper esto es inaceptable en una ciencia.

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Analicemos un poco la cita: mientras Popper considera que la epistemología debe


ocuparse sólo del estudio de las teorías científicas en sí mismas, de su validez, de
su lenguaje; Piaget resalta también el papel de las “condiciones de producción” del
conocimiento científico. En este texto introductorio asumiremos con Klimovsky que
tanto las “condiciones de producción” como la “validez” del conocimiento son objetos
epistemológicos; entendiendo por condiciones de producción a los contextos mate-
riales y simbólicos en donde se insertan las prácticas investigativas.

En cuanto a la distinción entre las ciencias tradicionalmente se ha dividido las discipli-


nas científicas en dos grandes grupos: las ciencias formales y las ciencias empíricas.
En las primeras el objeto es una construcción exclusiva del pensamiento humano, tal
como la Lógica y la Matemática. En las segundas los objetos son fenómenos empíri-
cos, es decir aquellos que se aprehenden por medio de la experiencia. Son fenómenos
empíricos los planetas que giran alrededor del sol, la evolución de las especies, la for-
mación de los precios o las luchas de los trabajadores por salarios. Entre las ciencias
empíricas se distingue entre naturales y sociales. Las Ciencias Naturales son teoriza-
ciones sobre fenómenos cuya existencia es independiente de las prácticas sociales: la
Física, la Química o la Biología. Las Ciencias Sociales, en cambio, analizan fenómenos
que la vida social instituye: la Sociología, las Ciencias Económicas o las Ciencias Jurí-
dicas son ejemplos de Ciencias Sociales.

Esta situación podríamos sintetizarla en este esquema:

Formales Ejemplo: Matemática, Lógica.

Clasificación de
las Ciencias

Empíricas
{ Naturales

Sociales
Ej: Física, Biología.

Ej: Economía, Sociología.

Las ciencias formales presentan una problemática muy diferente a la de las ciencias
empíricas, por lo que dejaremos de lado su análisis en esta ocasión.6
Consecuentemente con esta división de las ciencias empíricas se distingue entre epis-
temología de las Ciencias Naturales y de las Ciencias Sociales. Existe un amplio te-
rreno común para una epistemología general en donde no es importante la distinción
entre los objetos sociales y naturales y también hay problemas muy específicos de
cada disciplina que permiten hablar de “epistemología de la Administración” o “epis-
temología de la Física”. En el desarrollo de esta unidad nos mantendremos en el ámbi-
to de los aspectos epistemológicos de las Ciencias Sociales, aunque serán inevitables
a veces referencias de carácter general.

2. Tres problemas para la epistemología de las Ciencias 51


Sociales

Existe un amplio abanico de problemas epistemológicos controversiales en la reflexión


sobre las Ciencias Sociales. Por ejemplo ¿la sociedad debe entenderse desde el or-
den o desde el conflicto? Las Ciencias Sociales ¿son objetivas o dependen del “cristal
6 Ya hemos visto en la Unidad 1 que la división disciplinar se encuentra cuestionada y que la propuesta con-
temporánea es el conocimiento transdisciplinar. Se cuestiona que existan fronteras tan claras entre la Sociología, la
Economía o las Ciencias Políticas. Sin embargo, se mantiene la división de las dos grandes áreas: Ciencias Sociales y
Ciencias Naturales.

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con que se mire”, o más precisamente de la perspectiva teórica con que se analicen?
¿Cómo inciden la ética y la política en la formulación del conocimiento de las Ciencias
Sociales?
En esta Unidad veremos tres de preguntas o problemas que dividen aguas en las pers-
pectivas epistemológicas de las Ciencias Sociales:

a) sobre la unidad epistémica de la ciencia, que equivale a preguntarse ¿el conoci-


miento de las Ciencias Sociales es en términos epistemológicos y metodológicos de la
misma naturaleza que el de las Ciencias Sociales?
b) sobre la relación entre condiciones de producción y teorías científicas que implica
interrogarse si en la trama de las teorías científicas incide el contexto de suproducción.
c) el debate entre individualismo y holismo metodológicos en donde se indaga cuál
es el punto de partida de las Ciencias Sociales. Para los individualistas metodológicos
se trata de la acción individual que por composición o agregación permite comprender
las estructuras. Los holistas, en cambio, señalan que la sociedad se debe entender
desde el todo a las partes.

La selección del primer eje obedece a que se trata de una discusión con una trayec-
toria larga, que comienza con la institucionalización de las Ciencias Sociales, como
vimos en la Unidad 1. El segundo eje nos introduce en la relación entre Ciencias Socia-
les, Ética y Política que trabajaremos en detalle en la Unidad 3 y nos permite discutir
la relación ciencia- sociedad.
El tercero de los problemas planteados permite introducir la cuestión de la racionali-
dad de la acción, un tema clave para las Ciencias Económicas.

Conviene aclarar que la distinción que Ud. encontrará en Klimovsky entre los enfoque
naturalista, interpretativista y crítico es un modo de establecer distinciones no de-
masiado alejadas de la que estamos proponiendo, es decir desde los tres problemas
que hemos propuesto. En particular el enfoque naturalista y el interpretativista son
emergentes de la pregunta sobre la unidad epistémica de la ciencia, mientras que el
enfoque crítico se liga tanto al problema de la relación entre condiciones de produc-
ción y teorías científicas como al debate individualismo-holismo.

Actividades

Lea atentamente el texto de Klimovsky sobre los tres enfoques en la epistemología de


las Ciencias Sociales. Aunque es otro modo de organizar la lectura de las perspectivas
epistemológicas, guarda estrecha relación con la propuesta que subrayamos aquí.
Mientras que Klimovsky apela a una distinción tradicional, aquí hemos utilizado una
grilla ligada a “problemas”.
Según su criterio, cuáles son las ideas/conceptos que diferencian estas perspectivas.
Explique el por qué de las mismas.

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3. El debate sobre comprensión y explicación


en las Ciencias Sociales

Señalamos en la introducción que las ciencias empíricas se dividen tradicionalmente


en naturales y sociales y que se aplica a la epistemología la misma distinción. Ahora
bien, ¿hasta que punto la diferencia entre objetos naturales y sociales implica diferen-
cias sustanciales en el modo de abordar su conocimiento? O dicho de otra manera: los

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problemas sobre la validez del conocimiento científico, la cientificidad de las teorías


¿requerirá un tratamiento diferencial según se trate de fenómenos naturales o socia-
les? O podemos verlo así ¿las cuestiones epistemológicas dependen o no del objeto
del que trate la ciencia? Este problema se conoce como el de la “unidad epistémica
de la ciencia”.
Una importante tradición epistemológica ha respondido la pregunta sobre la unidad
epistémica de la ciencia de manera positiva, considerando que el modelo de cien-
tificidad es el de las Ciencias Naturales y que las Ciencias Sociales deben madurar
hasta alcanzar tal modelo. Es el llamado el enfoque naturalista o positivista. Para ellos el
objetivo de toda ciencia empírica es explicar o predecir los fenómenos independiente-
mente del carácter de ellos.
Por otra parte, el enfoque interpretativista, argumenta que hay distinciones fundamen-
tales entre el conocimiento de las Ciencias Naturales y el de las Ciencias Sociales. Para
ellos las Ciencias Naturales explican los fenómenos que son su objeto, en cambio las
Ciencias Sociales interpretan el devenir de lo social. Esto es, no hay unidad epistémica
entre las ciencias sino pluralidad.
Este debate se conoce como “explicación o comprensión” y atañe a las Ciencias So-
ciales ya que casi todos coinciden en que las Ciencias Naturales son explicativas. De
este modo la controversia surge en torno a las Ciencias Sociales: ellas ¿explican o
comprenden?

3.1 La explicación científica en las Ciencias Naturales

Hemos visto en la Unidad 1 que el surgimiento de las Ciencias Naturales implicó su


separación de la filosofía y un cambio de actitud: desde la especulación hacia la preo-
cupación por la observación y la experimentación como fuentes primarias del conoci-
miento empírico sistematizado mediante el uso de la matemática.
Tal separación produjo además un paulatino cambio del lenguaje de la ciencia. Lenta
pero incesantemente se abandona el uso de conceptos tales como “voluntad”, “plan
divino”, “armonía universal”, habituales en los textos de la antigüedad y de la edad
media, con los que se describía el orden del cosmos. La “voluntad”, el “plan” o el
logro de la “armonía” provenían de una entidad divina, suprahumana, cualesquiera
que fueran sus características. En la ciencia que emerge en el siglo XVII se comienza
a prescindir de tales nociones, lo que no significa abandonar la religión sino delimitar
sus ámbitos de actuación. La ciencia no debe ocuparse de develar el plan divino. Su
aspiración se torna más modesta. En efecto, si se quiere progresar en el conocimiento
de áreas específicas de la realidad es necesario resignar la ambición de dar cuenta
sobre la totalidad cósmica. La tarea de descifrar el sentido del orden del universo no
corresponde a las ciencias sino a las humanidades: Teología, Filosofía, Arte. Por ejem-
plo, interesa explicar por qué los planetas giran alrededor del sol, con determinada ve-
locidad y órbita pero no cuál es el propósito de estos mecanismos en el orden cósmico
(Bauman: 2002).

Ahora bien, si ya no pretende discernir el sentido general de todo lo que existe, el ob-
servador científico, se coloca en una situación de exterioridad en relación a la parcela 53
que observa o sobre la cual experimenta. El objeto se recorta “positivamente” como
algo que es observable y medible por un sujeto que no está involucrado en ese orden
parcial.
A este desplazamiento en el lenguaje científico de la voluntad y de la totalidad hacia
la explicación del orden en recortes de la realidad delimitados, el filósofo y sociólogo
Auguste Comte7 , lo denomina el paso del pensamiento “metafísico” al pensamiento
“positivo”.
7 Filósofo francés iniciador del positivismo. Publicó en 1837 su famoso “Curso de filosofía posi-
tiva” con gran incidencia en el pensamiento social de la época, incluyendo a América latina.

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Las Ciencias Naturales, especialmente la Física, expresan sus hallazgos por medio de
enunciados de tipo general que llaman leyes. La idea es que en la naturaleza hay ge-
neralidades de carácter universal que pueden ser descriptas con expresiones del tipo
“Todo p entonces q”. Por ejemplo la ley de gravedad enuncia que dos cuerpos cuales-
quiera se atraen con una fuerza que es proporcional al producto de sus masas e inversamen-
te proporcional al cuadrado de la distancia.
Con esta ley puedo explicar por qué la manzana de Newton cayó desde el árbol a la
cabeza del científico, en lugar de salir volando, o por qué los planetas giran en la órbita
que lo hacen.
Además, estas leyes no sólo permiten explicar sino también predecir. Se puede saber
con exactitud el momento del próximo eclipse solar gracias a que se conocen las leyes
naturales que regulan tal evento. La física moderna que comienza su camino con Ga-
lileo y culmina con Newton en el siglo XVIII tiene ya en el siglo XIX un cuerpo teórico
vasto y coherente con capacidad explicativa y predictiva.

3.2 El problema de las Ciencias Sociales

La situación es bien distinta en el mundo de los fenómenos sociales. La voluntad, las


intenciones, los propósitos constituyen, por así decirlo, la materia de la que está hecha
la vida social, materia que da sentido y orientación a las acciones humanas.
Es en el siglo XIX cuando las Ciencias Sociales se desgajan de la filosofía y procuran
erigirse como ciencias autónomas según vimos en la Unidad 1. Se trata de una época
convulsionada en la cual resulta difícil interpretar los sucesos de la vida social –gue-
rras, revoluciones, huelgas, conformación de nuevas instituciones– sin tomar en cuen-
ta lo que se proponen los hombres y mujeres que actúan en cada situación. Intuitiva-
mente se presenta la idea de que estas intenciones, estos propósitos, no pueden ser
aclarados o comprendidos de manera similar a las explicaciones con que se da cuenta
de los hechos del mundo de la naturaleza.
Se presenta además una dificultad adicional. El trabajo del investigador, sus objetivos,
su argumentación, tienen la misma urdimbre de aquello que se investiga: el mundo de
significaciones. Esta “familiaridad” de la labor del científico con las prácticas sociales
que se estudian caracteriza tanto la interpretación histórica como el estudio de otras
comunidades o las prácticas sociales del presente. La investigación es “interior” a un
universo cultural desde donde se emprende la tarea de clarificar el mundo social. Tras-
cender los límites culturales para situarse en la calidad de un “ojo” observador externo
al fenómeno observado, colocarse en la misma situación de exterioridad que de ma-
nera aproblemática asumen los científicos naturales, resulta, por lo menos dificultoso.

3.3 El enfoque naturalista y el enfoque interpretativista en las Ciencias


Sociales del siglo XIX

Hemos visto también en la Unidad 1, que las Ciencias Sociales nacen “a caballo” de las
dos culturas: la de las Ciencias Naturales y la de las humanidades. En consecuencia, si
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las nuevas disciplinas pretenden adquirir el “status de cientificidad”, tan apreciado de
las Ciencias Naturales, no pueden eludir la reflexión sobre sí mismas.
Nos encontramos pues en el siglo XIX con una pléyade de economistas, antrópologos,
sociólogos, historiadores y por supuesto también filósofos, debatiendo cómo proce-
den o deben proceder las Ciencias Sociales frente a los dos problemas que plantea-
mos en el apartado anterior que sintetizamos así:
- la especificidad del mundo social conformado por intenciones y significaciones,
- la interioridad del investigador en la materia investigada y la dificultad de tomar
distancia con ella.

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A los fines expositivos y aclarando que dejamos de lado un cúmulo de matices y zonas
grises, señalemos dos conjuntos de estrategias que dan lugar a dos tradiciones epis-
temológicas diferentes para abordar esos problemas: la naturalista o positivista y la
interpretativista o hermenéutica, que se asocian respectivamente a la explicación y
la comprensión.

a) El naturalismo o positivismo afirma que las Ciencias Sociales deben adoptar el


punto de vista de los investigadores de las Ciencias Naturales y orientarse por su mo-
delo de cientificidad. Esto implica considerar que la vida social presenta regularidades
susceptibles de ser expresadas como leyes. En otras palabras, los fenómenos sociales
han de ser explicados.
También supone no problematizar la “interioridad” de la práctica investigativa en el
conglomerado de prácticas sociales.
Frente a la cuestión de las intenciones, los propósitos, los significados que orientan
acciones hay dos enfoques posibles:

- considerar que puesto que no son observables, no deben ser considerados como
problemas científicos ya que el campo de la ciencia se restringe a fenómenos obser-
vables.
- considerar que las intenciones, los significados que orientan las acciones, son fenó-
menos enteramente externos y pasibles de observación, aunque sea de manera indi-
recta a través de las acciones que se realizan por ellos.

Pero eludir la cuestión de los significados o reducirlos a “cosas” resulta problemático


dada su centralidad en la vida social, que hace que el mundo humano sea distinto del
mundo natural. Asimismo, considerar la exterioridad del investigador con respecto a
lo investigado, presenta el problema de considerar a la razón científica como ajena a la
realidad social, fuera de la historia. Bibliografía obligatoria
Por lo tanto, pueden ser expli-
b) El interpretativismo o hermenéutica: Pone el acento en la especificidad de las sig- cados como todo fenómeno
natural, aunque la explicación
nificaciones en la vida social y considera que “su comprensión debe contener un elemento
adquiera matices diferentes
ajeno a la explicación de los fenómenos naturales: el rescate del propósito, de la intención, a la de las Ciencias Natura-
de la singular configuración del pensamiento y los sentimientos que preceden al fenómeno les, como se puede leer en
social y sólo alcanzan su manifestación, imperfecta e incompleta, en la evidencia de las con- el texto de Klimovsky en el
secuencias de la acción. Por lo tanto, la comprensión de un acto humano debe ser buscado en apartado sobre explicación
por comprensión (2002:
el sentido que le confiere la intención del actor; una tarea, como puede observarse a simple 94-99).
vista, esencialmente diferente de la de las Ciencias Naturales”. (Bauman, 2002:11).

La comprensión se amplía en un procedimiento circular de ida y vuelta entre horizon-


tes culturales diferentes –el de investigador y el de lo investigado que constituye la
interpretación. En cada ir y venir, se enriquece la experiencia de modo que las nuevas
interpretaciones resultan más plausibles, más sutiles. Este procedimiento es lo que se
conoce como “círculo hermenéutico”. Como no es posible la comprensión sin inter-
pretación y viceversa, ambos términos se convirtieron prácticamente en sinónimos y
en un sentido amplio remiten a la hermenéutica8 .
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8 La palabra hermenéutica tiene su raíz en el griego y su sentido original es aclarar, hacer ordenado lo con-
fuso Durante la Edad Media la hermenéutica se constituyó en una técnica para determinar la autenticidad de un texto,
dada la proliferación de copias apócrifas de un mismo manuscrito. En el siglo XVI, la hermenéutica pasó a jugar un
papel preponderante en el debate católico-protestante sobre la intepretación de la biblia, y sus practicantes enriqueci-
eron su técnica con la capacidad de interpretar el texto, de develar sus significados. Pronto la historiografía y la la obra
jurídica reclamarían el servicio de la hermenéutica, de modo que en el siglo XIX y frente a la cuestión del significado,
la hermenéutica adquiere nuevo vuelo.

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Resumen

En síntesis, la hermenéutica considera que las Ciencias Sociales tienen un modo de


abordaje específico y diferente de las Ciencias Naturales. Si estas últimas tienen por
objetivo explicar y predecir, las primeras deben comprender, interpretar. Si en las
Ciencias Naturales la relación del sujeto que investiga con su objeto es de exteriori-
dad, en las sociales, la distancia, el afuera, no es posible. Las prácticas de investiga-
ción social modifican la vida social y estas, a su vez, las prácticas de investigación.

Wilhem Dilthey (1833:1911), un filósofo e historiador desarrolla una de las primeras


reflexiones sistemáticas sobre las diferencias entre ambos tipos de ciencias. Para
él “el significado es la categoría peculiar a la vida y al mundo histórico”. (citado en
Hollis:1998, 20). Los hechos que se registran en el mundo social tienen una cierta
relación con el significado que le atribuyen a sus actos los agentes sociales. Puesto
que en el mundo natural la significación no tiene lugar, la explicación debería circuns-
cribirse al orden natural y la comprensión interpretativa a los significados, como modo
de conocer el mundo social y su orden.

Los problemas que se le presentan al enfoque interpretativista son también impor-


tantes. y podríamos resumirlos, siguiendo a Bauman (2002), como los desafíos del
consenso y la verdad.

- El consenso se presenta como una condición indispensable en la actividad cien-


tífica. Las Ciencias Naturales, aún en tiempos de polémicas, como por ejemplo la
propuesta darwiniana, apuesta a hallar pruebas definitorias, reglas generales que
inclinen la balanza para uno u otro lado, capaces de persuadir a la comunidad cien-
tífica. Pero lograr consenso cuando ponemos en juego la interpretación de signifi-
cados sociales, presenta obstáculos importantes. Si la interpretación se hace desde
una diversidad de horizontes culturales, el disenso es el resultado más probable. Es
cierto que el diálogo que está implicado en el proceso de interpretación permitiría
acercar posiciones, pero difícilmente se cierren filas en torno a una interpretación
consensuada unánimemente.
- La verdad. El problema de la hermenéutica excede al del consenso. En efecto, el
prestigio del que gozaban las Ciencias Naturales estaba basado, al menos en el siglo
XIX, en la imagen de que sus formulaciones tenían fundamentos sólidos y durade-
ros ya que eran o bien verdaderos o se aproximaban en forma continuada hacia la
verdad. Esta creencia se basaba en la impersonalidad de las reglas universales para
validar el conocimiento. Las observaciones y experimentos que debían ser realizados
para contrastar empíricamente las afirmaciones científicas, según exigía el modelo
de la física, podían ser repetidos por cualquiera bajo las mismas condiciones.
Pero es evidente que la situación es radicalmente distinta para las ciencias que per-
siguen la interpretación de los significados. Aunque los intérpretes lograran neutra-
lizar sus diferencias personales, seguirían encerrados en su tradición. La interpre-
tación no era repetible por investigadores situados en otros horizontes culturales.
56 Buena parte de la hermenéutica del siglo XIX entendía la comprensión como una
operación empática, un “ponerse en el lugar del otro”, lo cual le daba tintes psicolo-
gistas y acentuaba aún más la dificultad de someterla a reglas universales, repetibles
en todo tiempo y lugar.

3.4 El enfoque naturalista en el siglo XX

Las dos tradiciones epistemológicas afinan sus herramientas y sus argumentos du-
rante el siglo XX.

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- El enfoque naturalista o positivista encara la tarea de precisar el análisis de las


teorías científicas sin abandonar la premisa de la unidad epistémica de las ciencias y
sostener que el modelo de cientificidad lo constituyen las Ciencias Naturales.
- En el año 1920, en la ciudad de Viena un grupo de científicos y filósofos se propone
como cometido abordar el análisis de las teorías científicas con la ayuda de la lógica
formal. De este modo el positivismo muta en positivismo lógico, cuando centra su
atención en el lenguaje de la ciencia, su coherencia y su correspondencia con el mun-
do empírico. Se conoce a ese grupo como el “Círculo de Viena”. Para ellos una tarea
central de la epistemología es discernir lo que es ciencia de lo que no lo es y el ámbito
apropiado para esa tarea son los enunciados científicos. Los criterios para delimitar
los enunciados científicos de los no científicos se conocen como criterios de de-
marcación. Para los filósofos del Círculo de Viena un enunciado es científico si pasa
dos pruebas: la formal y fáctica. El primero exige que el enunciado esté bien formado
gramatical o lógicamente, el segundo que lo que se afirma corresponda con la realidad
empírica. Así, un enunciado metafísico como “La esencia de la verdad es la verdad de
la esencia.” (Heidegger: 2000), si bien tiene una correcta forma gramatical no es un
enunciado científico ya que no puede ser verificado empíricamente. En cambio “Este
cuervo es negro” cumple tanto con el criterio formal como con el fáctico. El criterio
fáctico tiene que estar respaldado por la observación directa. El Círculo de Viena está
apuntando sus dardos contra la metafísica, la argumentación sin anclaje en la expe-
riencia que impregnaba aún a la ciencia de principios del siglo XX.
Ahora bien, hay dos cuestiones de interés epistemológico: la primera es cómo produ-
cir enunciados generales que integren, incluyan o subsuman todos los fenómenos de
un mismo tipo. Estos es, cómo producir leyes. La segunda parte del problema es cómo
explicar fenómenos particulares a partir de estas leyes.

Veamos la primera parte, es decir cómo se logra producir enunciados generales verda-
deros, que tengan el carácter de ley científica. Para el positivismo lógico la fuente del
conocimiento es la observación y la experimentación. Cada observación se expresa
en un enunciado llamado observacional que la describe. Por ejemplo “Hay un cuervo
negro”. A partir de múltiples enunciados observacionales se construyen enunciados
de tipo general que tienen un carácter de ley, como por ejemplo “todos los cuervos
son negros”. A la operación de construir enunciados generales a partir de enunciados
observacionales, se la conoce como inducción. Puesto que los enunciados observa-
cionales cumplen con los criterios de facticidad y formalidad, también lo cumplen los
enunciados generales o leyes.

Una vez que tenemos leyes verificadas, seguras, podemos explicar o predecir fenó-
menos particulares. Por ejemplo sabremos por qué el cuervo que aparece volando es
negro o que el próximo cuervo que veamos será negro. Explicar será entonces subsu-
mir, incluir una situación particular dentro de un conjunto de propiedades correlativas
que se expresa por una ley. En nuestro ejemplo, la negritud es una propiedad universal
del ser cuervo. El enunciado “hay un cuervo negro” es un caso particular del general
“Todos los cuervos son negros”. En el caso de que el enunciado sea universal como el
de los cuervos de nuestro ejemplo la operación de explicar es deductiva. Quiere decir
que va de lo general a lo particular. “Todos los cuervos son negros” es general y de aquí 57
se deduce que “El cuervo que pasó volando es negro”.

Alan Chalmers (1986:17) grafica así la doble vía: la de producir leyes a partir de enun-
ciados observacionales y la de explicar fenómenos particulares que se pueden expre-
sar como enunciados particulares a partir de estas leyes (o enunciados generales).

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Leyes y Teorías
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In

Hechos adquiridos Predicciones y


a través de la observación explicaciones
(extraído de Chalmers, Alan: 1990,17)

La parte izquierda del triángulo corresponde a la formulación de leyes mientras que la


derecha a la explicación de fenómenos particulares.
En las Ciencias Sociales son poco frecuentes los casos de leyes universales. En cambio
se trabaja con leyes probabilísticas que indican que “si sucede m hay una probabilidad p
de que también suceda n”. Por ejemplo “un modelo económico no puede predecir con exacti-
tud cuál será el consumo de un individuo determinado, pero puede prever el comportamiento
de grandes agregados de consumidores estableciendo los márgenes entre los que estará
comprendido y estimando la probabilidad de que esa predicción se cumpla”.
(extraído de http://www.eumed.net/cursecon/1c/teorias-leyes-modelos.htm).

El modelo que se basa en leyes universales se conoce como “nomológico deductivo”,


mientras que el basado en leyes probabilísticas se conoce como “modelo estadístico
de explicación”. En los capítulos 2 y 3 del texto de Klimovsky e Hidalgo el lector encon-
trará detalles sobre estos modelos y submodelos.

o Las propuestas del Círculo de Viena producen objeciones dentro de la propia tra-
dición positivista. Señalemos tres de estas objeciones: la fuente del conocimiento, el
problema de la inducción y los criterios de demarcación.
• Sobre la fuente del conocimiento: para el positivismo lógico se trata observacio-
nes directas pero ¿la ciencia opera efectivamente así? Los críticos argumentan
que difícilmente pueda pensarse que un físico, sociólogo, economista comiencen
sus trabajos a partir de observaciones desprejuiciadas. El comienzo del conoci-
miento científico comienza con la teoría. Los experimentos, las mediciones se pla-
nean contando con un cuerpo teórico previo que les da sustento. Los científicos
comienzan su tarea estudiando, empapándose de los conocimientos que existen
hasta el momento antes que observando. Es de este conocimiento teórico de don-
de aparecen los problemas y las hipótesis de investigación.
• Con respecto a la inducción, ¿cómo saber cuál es el número de observaciones que
debemos hacer para asegurarnos la verdad del enunciado general? Siempre queda
la posibilidad que, después de haber visto un millón de cuervos, el cuervo número
millón uno no sea negro. O, dicho de otra manera, la verdad de los enunciados
particulares no garantiza la verdad de un enunciado general. Y peor aún ¿cómo
podemos estar seguros que la inducción siempre opera de manera correcta si no
es aceptando un principio de inducción que se obtiene por la inducción misma!?
• Sobre los criterios de demarcación: el criterio de demarcación fáctico tiene mu-
58 chas dificultades en su aplicación. Pensemos en teorías complejas como las del
origen del universo o los modelos económicos complejos. ¿Es posible la observa-
ción directa de los enunciados particulares? Toda observación está mediada por
la teoría. Las observaciones requieren “confiar” en un sinnúmero de constructos
teóricos que le dan sustento. Pensemos tan sólo en la observación a través de un
telescopio. Requiere que aceptemos como verdadera una serie de afirmaciones
sobre el comportamiento de la luz y de los espejos.

Introducción a la Ciencias Sociales


Unidad 2

o Frente a estos problemas Popper (1902:1994) propone lo que llamó el “falsacionis-


mo”, que desarrolló a mediados del siglo XX. La idea es que el conocimiento nace de
problemas, de preguntas que pueden tener su base en la realidad social o natural pero
que no escapan al cuerpo teórico acumulado. Una vez formulado el problema, la res-
puesta según Popper tiene un carácter hipotético, provisional. Son respuestas llama-
das hipótesis. De estas hipótesis se deducen otras hipótesis hasta llegar a una base
empírica que se pueden contrastar. Es decir, las observaciones corroboran o no los
enunciados generales a los que ahora no se les dan un carácter de verdad indudable,
sino de conjetura, de verdad provisional. De allí que el método de Popper se conoce
como “hipotético deductivo”.
La tarea del científico es poner a prueba severamente las hipótesis. Por ejemplo, la
hipótesis de que “cada vez que aparezca un cuervo éste será de color negro” implica
al investigador buscar en qué condiciones un cuervo podría no ser negro. Si en esas
condiciones el cuervo aún es negro entonces la hipótesis quedará corroborada, será
más fuerte, aunque nunca se pueda decir que es verdadera. En cambio si en condicio-
nes exigentes aparece un cuervo no negro la hipótesis quedará falsada. De allí que la
propuesta de Popper se conozca como falsacionismo. No se trata entonces de buscar
muchísimos ejemplos positivos sino diseñar un “experimento crucial”, de cuyo resul-
tado dependerá que la hipótesis se sostenga o no.

La demarcación entre lo que es ciencia y lo que no es, ya no debe buscarse en ciertos


criterios que deben cumplir los enunciados científicos sino en la posibilidad de una
hipótesis de ser falsada. Por ejemplo “Todos los cuervos son negros” es una hipótesis
que puede ser falsada mediante un contraejemplo, la aparición de un cuervo no negro,
como vimos. En cambio una hipótesis que diga “Todos los cuervos son o bien negros
o bien de otro color”, no tiene posibilidad alguna de ser falsada. Si aparece un cuervo
rojo también sería un caso, un ejemplo de la hipótesis. Pero, ¿qué aporte se hace al
conocimiento científico? La respuesta es, ninguno. Este ejemplo es muy trivial, pero
Popper toma muy en serio la falsabilidad como criterio de demarcación entre lo que es
ciencia y lo que no es. Así, el conjunto de hipótesis que constituyen la teoría de la re-
latividad puede ser falsado mediante un experimento crucial, diseñado especialmente
para ponerlo a prueba.

En cambio la teoría psicoanalítica o la teoría marxista no son científicas en la medida


que no pueden ser falsadas. ¿Por qué? Porque no podemos diseñar un experimento o
realizar una observación que nos permitan falsarlas. Por ejemplo, cualquier situación
social puede explicarse con las teorías sobre la sociedad de Marx: una guerra, una
situación estable, las crisis económicas, etc. Siempre habrá argumentaciones para
interpretar los sucesos desde una teoría que no admite falsación. Otro tanto puede
decirse del psicoanálisis. Toda conducta es pasible de explicación psicoanalítica, no
cabe la falsación. Para Popper se trata entonces de pseudociencias.
Pero la falsación no sólo permite discernir entre lo que es ciencia y lo que no es sino
explicar el progreso científico. Así, la hipótesis de la caída de los cuerpos de Galileo era
de aplicación local, terrestre. Si se quería transpolar al mundo exterior resultaba falsa-
da. Newton formula hipótesis más generales que incluyen y explican la ley de Galileo,
pero también las órbitas de los planetas, las mareas, etc. Es una teoría más falsable 59
aún porque es más amplia, más abarcativa. Pero la teoría de Newton no pudo resol-
ver problemas relacionados con la órbita de Mercurio y también fue falsada. Como
resultado se obtuvo la teoría de la relatividad. Es decir, falsabilidad implica mayor
generalidad, implica entender los límites de la teoría falsada y definir sus ámbitos de
aplicación. De esta manera la ciencia progresa, acumula más y más conocimientos. Si
bien nunca se arriba a la verdad siempre nos aproximamos un poco más a ella.

Ciclo Básico a Distancia


La postura de Popper levanta polémicas hasta el día de hoy, no obstante que con algu-
nas modificaciones, resulta ser el marco de lo que se conoce como “método científico
de investigación”.

Actividades

1) Completar el siguiente cuadro comparativo entre el positivismo lógico y el falsacio-


nismo

Positivismo lógico Falsacionismo


Momento histórico en que
surgen
La ciencia comienza con…
Papel de la observación
Criterios de demarcación
Método para la produc-
ción de conocimiento

3.5 Algunas consideraciones sobre el interpretativismo durante el


siglo XX

El enfoque interpretativista intenta superar el psicologismo del siglo XIX y resolver


los problemas del consenso y de la verdad. En algunos casos se hila más fino en el
problema de la diversidad cultural para justificar teóricamente la diversidad y el rela-
tivismo (Taylor). Para otros, los objetos existen en tanto son enunciados como tales
por una comunidad lingüística (Berger y Luckman) . Hay quienes sostienen que la
tarea de las Ciencias Sociales es describir las “reglas” que organizan las culturas, las
“formas de vida” que moldean las identidades y asignan los roles (Winch).

No es necesario que conozcamos las distintas corrientes interpretativistas que emer-


gen en el siglo XX: la fenomenología, la sociosemiótica, el pragmatismo, son algunas
de ellas, pero trazar un mapa orientador sobre sus convergencias y divergencias es
una tarea que escapa al objetivo de este capítulo.

Hay algo que es importante destacar: cualquiera sea la posición adoptada, el ámbito
de exploración que en el siglo XIX se ceñía a la conciencia pasa al lenguaje. Es en el
lenguaje donde se encuentran los “insumos” para la investigación social. Los signos
lingüísticos no sólo se encuentran en los textos o en las conversaciones sino también
en la moda, en la organización de las ciudades, en la circulación del dinero, en la corpo-
ralidad. El mundo social puede ser leído en clave de lingüisticidad. El paso de la análisis
de la conciencia al lenguaje se conoce como el “giro lingüístico”.
60

Actividades

Si bien la diversidad de perspectivas teóricas que podemos considerar interpretativis-


tas es muy amplia para intentar aquí una sistematización, en este punto intentaremos
comprender cómo el enfoque interpretativista se refleja en la investigación social. Para
ello a continuación analizaremos dos textos de reconocidos teóricos. En el primer
caso abordaremos un texto sobre problemas de comunicación del reconocido semió-

Introducción a la Ciencias Sociales


Unidad 2

logo italiano Umberto Eco. El segundo es del antropólogo Cliford Geertz que expone
qué entiende por cultura. Luego de leerlos comprensivamente:

1. Comente y extraiga fragmentos de los textos planteados para ejemplificar cuál es el


rol del lenguaje en cada una de los dos artículos.

2. Analice teniendo en cuenta el punto 3.5, los aspectos epistemológicos comunes en


ambos enfoques. Extraiga fragmentos de los textos para graficar su posición.

Fragmentos de
Para una guerrilla semiológica
de Umberto Eco

En cambio la cuestión que deben plantearse los estudiosos de la comunicación es ésta: ¿Es
idéntica la composición química de todo acto comunicativo?
Naturalmente, están los educadores que manifiestan un optimismo más simple, de tipo ilu-
minista: tienen una fe ciega en el poder del contenido del mensaje. Confían en poder operar
una transformación de las conciencias transformando las transmisiones televisivas, la cuota
de verdad en el anuncio publicitario, la exactitud de la noticia en la columna periodística.
A éstos, o a quienes sostienen que the medium is the message, quisiera recordarles una
imagen que hemos visto en tantos cartoons y en tantos comic strips, una imagen un poco
obsoleta, vagamente racista, pero que sirve de maravilla para ejemplificar esta situación.
Se trata de la imagen del jefe caníbal que se ha colgado del cuello, como pendentif, un reloj
despertador.
No creo que todavía existan jefes caníbales que vayan ataviados de tal modo, pero cada
uno de nosotros puede trasladar este modelo a otras varias experiencias de la propia vida
cotidiana. El mundo de las comunicaciones está lleno de caníbales que transforman un ins-
trumento para medir el tiempo en una joya «op».
Si esto sucede, entonces no es cierto que the medium is the message: puede ser que la inven-
ción del reloj, al habituarnos a pensar el tiempo en forma de un espacio dividido en partes
uniformes, haya cambiado para algunos hombres el modo de percibir, pero existe indudable-
mente alguien para quien el «mensaje-reloj» significa otra cosa.
Pero si esto es así, tampoco es cierto que la acción sobre la forma y sobre el contenido del
mensaje pueda modificar a quien lo recibe; desde el momento en que quien recibe el mensaje
parece tener una libertad residual: la de leerlo de modo diferente.

“Descripción densa:
hacia una teoría interpretativa de la cultura”
en La Interpretación de las culturas
de Clifford Geertz,
1992 Editorial Gedisa,
Barcelona, España. (pag. 12 y 13)

“El concepto de cultura que propugno y cuya utilida pretendo mostrar es esencialmente un
concepto semiótico. Creyendo con Max Weber que el hombre es un animal inserto en tramas
de significación que él mismo ha tejido, considero que la cultura es esa urdimbre y que el 61
análisis de la cultura ha de ser por lo tanto, no una ciencia experimental en busca de leyes,
sino una ciencia interpretativa en busca de significaciones. Lo que busco es la explicación,
interpretando expresiones sociales que son enigmáticas en su superficie. Pero semejante
pronunciamiento, que contiene toda una doctrina en una cláusula, exige en sí mismo alguna
explicación”

Ciclo Básico a Distancia


Consideremos, el caso de dos muchachos que contraen rápidamente el párpado del ojo de-
recho. En uno de ellos el movimiento es un tic involuntario; en el otro, una guiñada de cons-
piración dirigida a un amigo. Los dos movimientos, como movimientos, son idénticos; vistos
desde una cámara fotográfica, observados “fenoménicamente” no se podría decir cuáles el
tic y cuál es la señal ni si ambos son una cosa o la otra. Sin embargo, a pesar de que la dife-
rencia no puede ser fotografiada, la diferencia entre un tic y un guiño es enorme, como sabe
quien haya tenido la desgracia de haber tomado el primero por el segundo. El que guiña el
ojo está comunicando algo y comunicándolo de una manera bien precisa y especial:

1) deliberadamente,
2) a alguien en particular
3) para transmitir un mensaje particular,
4) de conformidad con un código socialmente establecido y
5) sin conocimiento del resto de los circunstantes.

Como lo hace notar Ryle, el guiñador hizo dos cosas (contraer su ojo y hacer una señal)
mientras que el que exhibió el tic hizo sólo una, contrajo el párpado. Contraer el ojo con una
finalidad cuando existe un código público según el cual hacer esto equivale a una señal de
conspiración es hacer una guiñada. Consiste, ni más ni menos, en esto: una pizca de conduc-
ta, una pizca de cultura y - un gesto.

3.6 Los enfoques naturalista e interpretativista y las técnicas de investigación

La tradición naturalista en Ciencias Sociales se asocia a los procedimientos cuantita-


tivos de investigación mientras que la interpretativista a los cualitativos. Esto tiene su
correlato con los supuestos epistemológicos que hemos señalado. Si consideramos
que hay exterioridad del objeto respecto al sujeto y que los fenómenos sociales pre-
sentan regularidades descriptibles a la manera de los fenómenos sociales intentamos
formular leyes sobre ellos que posibiliten la explicación de hechos particulares.

La construcción de indicadores como la tasa de natalidad, índices de desocupación,


índices de inflación, tasas de actividad industrial son ejemplos de metodologías cuan-
titativas que se asocian a modelos de explicación probabilístico. Asimismo las en-
cuestas de opinión que evalúan la “imagen” de políticos o de empresas se fundan en
presupuestos predominantemente positivistas.

En cambio, si el cometido es comprender, el entramado de las relaciones sociales debe


abordarse con otras técnicas: las entrevistas en profundidad, la observación partici-
pante, las historias de vida, el análisis de documentos. Esto no invalida el imperativo
de generalidad o de fundamento empírico que comparte toda empresa científica. Al
respecto dice Geertz: “Si como creo, construimos descripciones sobre el modo en que unos
y otros –poetas marroquíes, campesinos balineses, abogados norteamericanos, o políticos
isabelinos– glosan sus experiencias para luego construir a partir de estas glosas algunas
conclusiones acerca de la expresión, del poder, de la identidad o la justicia, nos hemos de
62 sentir cada vez más lejos de los estilos standarizados de demostración” (1994:15)

3.7 Comparación sintética entre ambas tradiciones

Sistematicemos ahora algunos de los puntos analizados en el siguiente cuadro que


permite comparar ambas tradiciones.

Introducción a la Ciencias Sociales


Unidad 2

Naturalismo Interpretativismo
Sobre la unidad epistémi- Hay unidad. No hay unidad.
ca de las ciencias
Sobre el método Monismo metodológico: Pluralismo metodológico:
La investigación científica Los objetos del mundo so-
presenta una homogenei- cial no pueden ser aborda-
dad doctrinal y una unidad dos del mismo modo que los
de método para confrontar objetos del mundo natural.
con la diversidad de objetos En el primer caso se trata
existentes. Es decir, sólo básicamente de significa-
se puede entender de una dos, en el segundo de cosas.
única forma aquello que se En el primer caso el sujeto
considere como una autén- que conoce es interior al
tica explicación científica. mundo conocido, en el seg-
undo caso, exterior.
La cientificidad La física como modelo de No hay modelo de cientifici-
cientificidad: Dado el éxito dad: Puesto que las Ciencias
alcanzado por las Ciencias Sociales son irreductibles
Naturales, en particular la a las naturales, no hay un
física, las otras disciplinas canon único de cientificidad.
deben orientarse por ese
modelo.
Las Ciencias Sociales Explicar los hechos del Comprender las singu-
deben mundo social, para lo cual laridades del mundo social,
deben ser considerados irrepetibles y contingentes.
como casos particulares de
relaciones generales entre
fenómenos que se expresan
mediante una ley.
Las técnicas de investi- Son preferentemente cuan- Son preferentemente cuali-
gación titativas. tativas.

3.8 Los puentes


¿Es posible tender puentes entre ambas tradiciones? Desde Weber se ha pensado que
sí. Este sociólogo pensaba que para poder explicar las regularidades del mundo social
era preciso interpretar las acciones sociales, esto es, comprender su sentido. Bour-
dieu también propone una mirada de corte naturalista para describir las “condiciones
objetivas” en que se desenvuelve la vida social y una lectura comprensivista de las
representaciones y de las prácticas concretas de los agentes sociales.
Desde el punto de vista metodológico, es interesante el planteo de Álvaro Pires. El
científico social brasileño propone un “zoom” metodológico. Hay regularidades en el
mundo social que pueden ser “explicadas” si tomamos cierta distancia. Así podemos
abordar relaciones tales como las de situación socioeconómica y la deserción escolar.
63
Pero si queremos “acercar la lente” y entender la red de conexiones simbólicas en un
ámbito más pequeño: un barrio, una ciudad, una comunidad, requerimos de metodo-
logías cualitativas, asociadas a la interpretación.

Así, propone una metodología general no constreñida por las técnicas de recolección
de datos, cuya “forma empírica y el grado de precisión, corresponde a los fenómenos que
interesa observar” (Pires, año: 81). El investigador debe resolver las formas de medida,
entendidas éstas en un sentido amplio. Alejar el objeto por medio de números o acer-

Ciclo Básico a Distancia


carlo por medio de letras son dos estrategias válidas que abren puertas al esfuerzo de
deslocalización del investigador. Ambas son al mismo tiempo resultado y apertura de
la reflexión teórica o de la reflexión específica sobre el objeto. En síntesis, señala Pires,
“Bajo este ángulo, los investigadores cualitativos y cuantitativos, trabajan de un modo en-
teramente análogo, las dos formas de medida tienen las mismas funciones epistemológicas
centrales, a despecho de sus diferencias. En ese sentido, la medida tiene la doble función de
explorar reflexionando y de reflexionar explorando. No hay solución de continuidad entre
esos términos”(81).

Y señala también que se trata de “Una concepción de metodología que no sea ni dogmá-
tica ni reduccionista (cuantitativa, cualitativa) y tampoco enteramente relativista. Tanto en
el plano epistemológico como metodológico es posible abordar y buscar una cierta “norma-
tividad” un cierto “cúmulo de conocimientos”, así como emprender una cierta revalorización
de algunos aspectos del sentido común, o sea, crear un nuevo espacio para el pensamiento
teórico-empírico”.

En la actualidad la discusión parece no estar agotada. Subsisten aún varios interrogan-


tes: ¿Explicamos para comprender? ¿Comprendemos para explicar? ¿Está la explica-
ción subsumida en la comprensión? ¿O se trata de un continuo que va del conocer,
pasa por el comprender y llega al explicar? ¿Es cada uno de ellos un proceso en sí que
se opone al otro? ¿Los fenómenos de los que se ocupan las Ciencias Naturales requie-
ren sólo ser explicados? ¿Los fenómenos de los que se ocupan las Ciencias Sociales
requieren sólo ser comprendidos?
La polémica sigue abierta.

Actividades

1) Busque en artículos publicados en Internet dos interpretaciones opuestas sobre la


crisis económica mundial desatada en el año 2008.

a) Señale para cada caso el problema, la hipótesis, los enunciados observacionales


que se desprenden de la hipótesis y si hay algún tipo de contrastación empírica sobre
ellos.
b) ¿Por qué considera usted que existe diversidad de interpretaciones sobre la crisis?
Argumente a partir de la discusión sobre la unidad epistémica de las ciencias.

2) Identifique en los siguientes textos seleccionados la orientación epistemológica.


¿Se trata de enfoques naturalistas o interpretativistas? Fundamente.

“Identidades astilladas”
en el libro desde Abajo
de Svampa Maristella

El trabajador industrial se hallaba en el corazón de esta representación progresista del desa-


64 rrollo histórico, identificado con una Argentina industrial y moderna. Es esta representación
del progreso social la que todavía tiene una enorme resonancia en Carlos, cristalizada en un
estilo de vida muy asimilado al de las clases medias. Como resume él mismo, “el trabajador
metalúrgico era sinónimo de la casita, un autito, los chicos al colegío, una vez por mes salir
a comer afuera, nada del otro mundo, algo completamente elemental…”. En su expresión
mínima y mas “universalizable”, el orgullo de trabajador metalúrgico se vincula aquí con el
estilo de vida y una aspiración al consumo, asociado tanto con el trabajo del obrero califica-
do como con las conquistas económicas logradas por el sector, en la época de esplendor del
gremio.

Introducción a la Ciencias Sociales


Unidad 2

“Curva de Phillips”
En
http://www.zonaeconomica.com/inflacion/curvadephillips

Alrededor de los años 60, Phillips, Solow y Samuelson, estudiaron la relación entre el desem-
pleo y la inflación. Para datos de Estados Unidos y el Reino Unido, encontraron una relación
negativa entre el desempleo y la inflación. Dicha relación podría representarse por medio de:

Una reducción en el desempleo, sólo se puede


conseguir a costa de un aumento en los sa-
larios que se trasladará a un aumento en los
precios. La ecuación anterior describe esta
relación, dado los precios esperados (que son
los del período anterior), una reducción en el
desempleo implica un aumento en la tasa de
inflación. El segundo término del lado derecho
de la ecuación, intenta captar otros factores
que para un nivel de inflación dado, afectan
la determinación de la tasa de empleo. Dentro
de este término se podría incluir, la influencia
de los efectos del margen de precios que fijan
las empresas, también se puede contener aquí
el efecto de los factores que determinan los
salarios. Así por ejemplo, manteniendo todo
lo demás constante, un aumento en el mar-
gen que cargan los empresarios mayor será
la inflación, lo mismo ocurre si los sindicatos
tienen más poder para negociar un aumento
en los salarios.

4. Las teorías científicas y las condiciones de producción

Nadie pondría en duda que la “sociedad” entendida en un sentido amplio – como la red
de relaciones sociales e instituciones que se desarrollan históricamente - incide sobre
las teorías científicas. En sentido inverso, el quehacer científico tiene una influencia
decisiva sobre todas las esferas de la vida social. Pero ¿en que consiste esa influen-
cia mutua? No hay duda que las fuentes de financiamiento orientan decisivamente la
elección de los problemas a investigar o que la demanda social incentiva determina-
das líneas de trabajo en detrimento de otras o que la presión de determinados grupos
sociales estimula o limita temáticas. Es conocido, por ejemplo, que los desarrollos
científicos en salud a nivel global se orientan más por una lógica económica que social.
Encontramos también que la movilización de grupos ambientalistas impulsa el análisis 65
de factores contaminantes y sus efectos y que la crisis energética demanda la in-
vestigación teórica de energías alternativas. La pobreza creciente estimula las teorías
sobre sus condiciones de posibilidad. Del mismo modo la crisis económica agudiza la
reflexión y las controversias sobre el asunto.
Desde la ciencia a la sociedad también se multiplican los ejemplos de condiciona-
miento. Hay descubrimientos científicos cuyos desarrollos tecnológicos sacuden la
vida cotidiana. El lector puede mirar a su alrededor e imaginar unos cuantos ejemplos
sin salir de su cuarto: computadoras, nuevas fibras textiles, telefonía móvil, los pro-
gramas de educación a distancia… Pero ¿hay en las teorías científicas “huellas” de las

Ciclo Básico a Distancia


condiciones de producción? ¿o ellas se borran al plasmarse como teorías? O dicho de
otro modo: las teorías científicas, una vez elaboradas ¿ son independientes del mundo
social en el que se originaron y al cual se dirigen sus aplicaciones? El análisis epis-
temológico ¿debe limitarse a reconocer la arquitectura teórica, la consistencia entre
enunciados, la contrastabilidad empírica? O por el contrario ¿es imposible eludir la
incidencia del contexto social y político, los condicionantes económicos, las orienta-
ciones valorativas, la dimensión de poder en el análisis de las teorías?
Nos estamos preguntando si las “condiciones de producción” de la ciencia inciden
en los contenidos de las teorías científicas, su formulación y su validez además de la
selección de los problemas o las modalidades de aplicación.
En la Unidad 3 veremos un ejemplo muy ilustrativo sobre la relación entre posiciona-
miento social y político y teoría en el análisis de la población de Malthus, Ricardo y
Marx.

En esta Unidad se realiza una breve aproximación epistemológica al tema distinguien-


do tres posiciones:
a) los que consideran que las teorías científicas son autónomas con respeto a sus con-
diciones de producción; b) aquellos que sostienen que las teorías científicas son sólo
relativamente autónomas de sus condiciones de producción; c) quienes entienden
que el entramado social y las relaciones de poder están en el corazón de las teorías
científicas.

4.1 Las teorías científicas son autónomas con respecto a sus condiciones
de producción

Retomemos a Karl Popper. Para el autor las “condiciones de producción” son un pro-
blema de la sociología, de la psicología o de la historia de la ciencia. Solo la validación
de las teorías es un problema epistemológico. Por eso, dice Popper debe distinguirse
claramente entre el contexto de descubrimiento y el contexto de justificación. Kli-
movsky explica en que consisten tales contextos e incorpora el contexto de aplicación
(pag. 17).

El contexto de descubrimiento incluye lo que llamamos las “condiciones de produc-


ción”, esto es, todo aquello que impulsa a elegir un problema e incluso formular una
teoría. El contexto de justificación en cambio son aquellos procedimientos con los
que se corrobora la hipótesis, se decide si cumple con los requerimientos necesarios
para ser científica9 . Por último el contexto de aplicación es el ámbito donde la teoría
se plasma en un artefacto, una política pública, una decisión económica. Podemos
aclararlo con un ejemplo. Supongamos que la UNESCO está preocupada por la cali-
dad de la educación en el mundo para lo cual organiza una investigación comparada
procurando evaluar la incidencia de distintos factores sobre la calidad educativa en
diferentes países. Para llevar adelante este trabajo convoca a destacados científicos
dedicados a la educación de países con distinto grado de desarrollo. El grupo de in-
vestigadores luego de intensos intercambios y encuentros propone una hipótesis que
66 señala que la pobreza, los medios de comunicación masivos y el desprestigio de la
institución escolar son las tres variables principales que inciden de manera correlativa
y con distinta ponderación sobre la calidad educativa. Elaboran un complejo diseño
de investigación para probar la hipótesis y precisar las ponderaciones. Durante un año
se realizan las mediciones, observaciones y análisis estadísticos previstos encontran-
do algunos datos que obligan a revisar la hipótesis y contrastarlas nuevamente. Con
los resultados obtenidos se elaboran propuestas de políticas destinadas a mejorar la
calidad educativa.
9 Hemos visto en el apartado anterior que para Popper una exigencia central para la cientificidad de una
hipótesis o de una teoría es su falsabilidad.

Introducción a la Ciencias Sociales


Unidad 2

La preocupación por la calidad educativa que se expresa en la decisión de la UNESCO


a planificar una investigación, la convocatoria a los científicos, los entretelones de las
reuniones corresponden al “contexto de descubrimiento”. El diseño de los instrumen-
tos de recolección de datos, la aplicación y el procesamiento de datos son elementos
del contexto de justificación. La elaboración de la propuesta corresponde al contexto
de aplicación. La tarea epistemológica se limita al contexto de justificación.
Para Popper separar el contexto de descubrimiento y el de justificación es importante
en vistas a la objetividad del conocimiento. Si bien en el contexto de descubrimiento
se ponen en juego valores, emociones, presiones, juegos de poder, la correcta aplica-
ción del método en el contexto de justificación, permite un “control intersubjetivo” de
lo producido. En congresos y publicaciones la comunidad científica evaluará si se trata
de un trabajo serio y si sus aportes se consideran científicos.

4.2 Las teorías científicas son sólo relativamente autónoma de sus


“condiciones de producción”

Thomas Kuhn (1922 – 1996) fue un historiador de la ciencia y epistemólogo que en su


juventud se dedicó a la Física. En 1962 escribió un libro llamado “La estructura de las
revoluciones científicas”, que tuvo un fuerte impacto en la epistemología. Habitual-
mente los pensadores que provenían del campo de las Ciencias Naturales y que em-
prendían trabajos epistemológicos se inclinaban por la tradición positivista. El aporte
de Kuhn significó incorporar al estudio de las Ciencias Naturales elementos interpre-
tativos, provenientes de la historia de la ciencia.

Kuhn afirma que en las ciencias maduras, lo frecuente y habitual es el trabajo con
ciertas reglas, ciertas ideas marco, ciertos procedimientos standard. Por ejemplo los
físicos del siglo XIX producían un conocimiento fructífero a partir de los aportes new-
tonianos. Completaban un cuadro del mundo que había comenzado a dibujarse en el
siglo XVI con la ruptura que significó la llamada “revolución copernicana”. Este marco
general se denomina paradigma y la forma habitual de hacer ciencia es la ciencia
normal.

Pero hay situaciones históricas donde aparecen ciertos detalles, ciertos indicios de
que hay algún problema con el paradigma. Son las llamadas “anomalías”: observacio-
nes que no encajan con la teoría, descubrimientos que no se ajustan a lo previsto. Son
momentos en que se desencadenan las “revoluciones científicas” donde emerge un
nuevo paradigma, inconmensurable con el anterior. Tal lo que sucedió en el siglo XX
con la teoría relativista de Einstein.
Escuchemos las palabras de Kuhn para aclarar las ideas:

“[….] “Ciencia normal” significa investigación basada firmemente en una o más realizacio-
nes pasadas, realizaciones que alguna comunidad científica particular reconoce, durante
cierto tiempo, como fundamento para su práctica posterior. En la actualidad estas realiza-
ciones son relatadas, aunque raramente en su forma original, por los libros de texto científi-
cos, tanto elementales como avanzados. Estos libros de texto exponen el cuerpo de la teoría 67
aceptada, ilustran muchas o todas sus aplicaciones apropiadas y comparan estas con expe-
rimentos y observaciones. Antes de que esos libros se popularizaran, a comienzos del siglo
XX, muchos de los libros clásicos famosos de ciencia, desempeñaban una función similar…
Sirviendo durante cierto tiempo para definir los problemas y los métodos legítimos de un
campo de la investigación para generaciones sucesivas de científicos. Estaban en condicio-
nes de hacerlo así, debido a que compartían dos características esenciales. Su logro carecía
suficientemente de precedentes como para atraer a un grupo duradero de partidarios, ale-
jándolos de los aspectos de competencia de la actividad científica. Simultáneamente eran lo

Ciclo Básico a Distancia


bastante incompletos para dejar muchos problemas para ser resueltos por el redelimitado
grupo de científicos. Voy a llamar a las realizaciones que comparten esas dos característi-
cas “paradigmas”, término que se relaciona estrechamente con el de “ciencia normal” [..]
la adquisición de un paradigma y del tipo de investigación que dicho paradigma permite es
un signo de madurez en el desarrollo de cualquier campo científico dado” (1970 :34-35)

Y con relación a la distinción entre períodos de ciencia normal y períodos de revolu-


ciones científicas nos dice:

[Distinguí hace muchos años…] dos tipos de desarrollo científico: normal y revolucionario.
La mayor parte de la investigación científica, que tiene éxito produce como resultado un
cambio del primer tipo, y su naturaleza queda bien descrita por una imagen muy común: la
ciencia normal es la que produce los ladrillos que la investigación científica está continua-
mente añadiendo al creciente edificio del conocimiento científico. Esta concepción acumu-
lativa del desarrollo científico es familiar y ha guiado la elaboración de una considerable
literatura metodológica. Tanto esta concepción como sus subproductos metodológicos se
aplican a una gran cantidad de trabajo científico importante. Pero el desarrollo científico
manifiesta también una modalidad no acumulativa, y los episodios que la exhiben propor-
cionan claves únicas de un aspecto central del conocimiento científico.
[…] Los cambios revolucionarios son diferentes y bastante más problemáticos. Ponen en
juego descubrimientos que no pueden acomodarse dentro de los que eran habituales antes
de que se hicieran dichos descubrimientos. Para hacer, o asimilar, un descubrimiento tal
debe alterarse el modo en que se piensa y describe, un rango de fenómenos naturales”
(1989:59)

Algunas cuestiones emergen de la lectura atenta de estas citas que vale la pena
señalar:

- La ciencia habitualmente progresa, acumula pero en momentos excepcionales – el


de las revoluciones científicas – la acumulación cesa, se produce un desplazamiento
en el que hay que “comenzar de nuevo”.

- La ciencia normal tiene sus normas internas, sus métodos, sus procedimientos.
Pero en el momento de las “revoluciones científicas” estos se derrumban. La situa-
ción socioeconómica, el “clima cultural”, el acontecer político ¿modelan el nuevo
paradigma? Kuhn parece dudar al respecto y se inclina más bien a otorgar peso a las
disputas de poder en la comunidad científica. Sin embargo, se abre la puerta para
lecturas que enfatizan otros componentes del contexto en la construcción del nuevo
paradigma.

La multiplicidad de paradigmas que coexisten en las Ciencias Sociales es un signo


de inmadurez en la perspectiva kuhniana. Pero también se puede leer sin que resulte
forzado desde otro lugar: las Ciencias Sociales tienen más puntos de conexión con el
entramado sociohistórico, de allí que contextos conflictivos, de disputas ideológicas
son propicios para impulsar diversos paradigmas.
68
En síntesis, con Kuhn, se abren posibilidades para incorporar las “condiciones de
producción” en la definición de los problemas, las teorías, los problemas y los pro-
cedimientos.

Introducción a la Ciencias Sociales


Unidad 2

4.3 Las teorías científicas no son autónomas con respecto a sus condicio-
nes de producción

El estímulo de Kuhn despertó la curiosidad de los sociólogos a partir de los años 60


del siglo pasado. La idea de que los científicos se limitan a aplicar métodos adecuados
para obtener conocimiento verdadero, fue puesta bajo la lupa. “Abrir la caja negra”
de la ciencia y ligar los procedimientos y métodos que operaban al interior de tal caja
negra con los aspectos sociales se convirtió en una tarea de varias corrientes que
emergieron entonces en la sociología de la ciencia y que comparten la idea de que la
ciencia es una construcción social, por lo que se las conoce con el nombre de construc-
tivismo10 . Desde las perspectivas constructivistas ciencia y sociedad son inseparables.
Por ejemplo, para uno de los más reconocidos constructivistas, Bruno Latour (1947),
es posible seguir las huellas de negociaciones y conflictos en investigaciones tan abs-
tractas como del neutrino o el ADN tanto como reconocer la dimensión científica en
toda práctica social (Latour: 1991).
La discusión sobre la incidencia de las condiciones de producción en el contenido, los
procedimientos y los métodos de las ciencias tiene larga data para las Ciencias Socia-
les. Por ejemplo para las corrientes marxistas no es posible separar la comprensión
de la sociedad de las condiciones de producción de las teorías, incluyendo la posición
estructural desde la cual se enuncia tal teoría. En este sentido, el llamado “enfoque
crítico” que veremos con más detalle en el próximo punto cuestiona la posibilidad de
un “conocimiento neutral” de la sociedad. La teoría crítica considera que tanto la cien-
cia como los hechos estudiados por ésta, están subordinados a la praxis social, son
producidos socialmente. Max Horkheimer (1895- 1973), un destacado teórico del en-
foque crítico, lo plantea diciendo que “el mismo mundo que, para el individuo, es algo en
sí presente, que él debe aceptar y considerar, es también, en la forma en que existe y persiste,
producto de la praxis social general” [1974: 233]. A diferencia de las teorías sociales
tradicionales, la teoría crítica no acepta el estado de cosas injusto como “dado”, como
“naturalizado”, sino que debe emprender una lucha contra lo establecido a través de
teoría y praxis. Así los señala Horkheimer “para pasar de la forma de sociedad actual a
una futura la humanidad debe constituirse, primero, como sujeto consciente, y determinar
de manera activa sus propias formas de vida” (1974: 262).

Por otra parte, la ciencia de la sociedad debe acudir a la dialéctica, un pensamiento


que admite la contradicción, para captar la sociedad que es ella misma contradictoria.
En efecto, dice Theodor Adorno(1903-1969), otro eminente referente de la Teoría
Crítica “Lo primero que convendría investigar es si realmente se da una disyuntiva necesaria
entre el conocimiento y el proceso real de la vida; si no existirá más bien una mediación del
primero respecto del segundo, es más, si lo cierto no será, en realidad, que esa autonomía del
conocimiento, en virtud de la cual, éste se ha independizado y objetivado productivamente
respecto de su génesis, hunde sus raíces en la propia función social…..[..]. claro que por esta
doble vertiente del conocimiento, por muy plausible que pueda parecer, no dejaría ir contra el
principio de no contradicción: la ciencia es, por un lado autónoma, y por otro, no”. (Adorno,
1973: 14).
69
Más allá de la complejidad de la temática de la dialéctica, conviene señalar que la Teoría
Crítica es contrapuesta al pensamiento epistemológico de Popper. Esta contraposición fue
expuesta públicamente en el llamado “debate Popper Adorno” que comentaremos en el
último punto.

10 Debido a que le término constructivismo es ambiguo y se ha utilizado para denominar perspectivas teóricas
diferentes que no guardan relación entre sí, reservaremos ese nombre para las que entienden que la ciencia es una
construcción social, aunque advertimos que hay otra corrientes que se suelen denominar “constructivistas” y que
aluden a otras dimensiones de lo social.

Ciclo Básico a Distancia


Actividades

A continuación se transcriben algunos párrafos de una entrevista realizada al inves-


tigador Mariano Levin, que dirige uno de los pocos equipos argentinos orientados a
estudiar el Mal de Chagas.
a) Transcriba algunos párrafos que se correspondan con los contextos de descubri-
miento, justificación y aplicación.
b) Señale fundadamente si es posible una distinción precisa de estos contextos.
c) Sintetice algunos problemas que señala Levin para hacer ciencia en Argentina.
d) Imagine un debate entre Popper, Kuhn y un constructivista sobre la relación en-
tre condiciones de producción y conocimiento científico que tome como base esta
investigación.
e) ¿Qué aportes podría hacer el “enfoque crítico” al problema planteado en el artí-
culo?

Entrevista a Mariano Levin,


Jefe del Laboratorio de Biología Molecular
de la Enfermedad de Chagas
en el Instituto de Investigaciones
en Ingeniería Genética y Biología Molecular
INGEBI–CONICET-UBA
En
www.mercuriodelasalud.com.ar/notas.asp?IdNot

¿Cuándo comenzó la investigación?

Esta investigación comenzó en la Argentina, el 27 de noviembre de 1993, en la Academia


Nacional de Medicina. A nivel sudamericano el Proyecto Genoma del Trypanosoma cruzi
se lanzó con el apoyo del Premio Nobel de Medicina, el Doctor Jean Dausset y sus colabo-
radores, en ese momento representado por el Doctor Daniel Cohen y otros científicos de
renombre que nos visitaron. Junto con ellos, en jornadas que comenzaron en la Academia
de Medicina y continuaron en el INGEBI, se abrieron las puertas del Proyecto Genoma. Esta
reunión, que fue auspiciada por la Embajada de Francia en Argentina, preparó el terreno
del lanzamiento de los proyectos genomas de estos parásitos que ocurrieron en el Institu-
to Osvaldo Cruz de Río de Janeiro (Brasil), en 1994. Esta reunión fue patrocinada por la
Organización Mundial de la Salud y constituyó la base de la iniciativa a escala mundial.

Es importante subrayar entonces que el Proyecto Genoma del Trypanosoma cruzi nace en
la Argentina y que durante todos estos años (1993-2005) varios equipos argentinos y lati-
noamericanos fuimos aportando datos muy importantes para este proyecto. Desgraciada-
mente, no conseguimos la atención de las autoridades de ciencia y técnica para que este
proyecto fuera finalizado en América Latina. Así, el proyecto fue concluido por el aporte de
los institutos nacionales de salud (NIH) de Estados Unidos que permitieron, de una forma
rápida, a partir del año 2001, que el proyecto se pudiera finalizar.

70 ¿Cuántos países participaron de este proyecto?

El artículo que describe el genoma del Trypanosoma Cruzi lo firman 20 instituciones, entre
las cuales se encuentran varias de nuestro país: son ellas la Universidad de Buenos Aires,
el CONICET, la Universidad Nacional de San Martín y el Instituto Nacional de Chagas que
promovieron desde un principio este proyecto. Después hay instituciones de Brasil, y Vene-
zuela. Luego participaron instituciones de Suecia, Estados Unidos, Gran Bretaña, y Francia.

Introducción a la Ciencias Sociales


Unidad 2

¿Fue complicado o sencillo el proceso de acoplamiento de trabajo entre los distintos


países?

No fue un proceso fácil: fue complejo y tuvo diferentes niveles de coordinación. Por ejem-
plo, a mi me tocó dirigir un equipo latinoamericano-español auspiciado por un organismo
iberoamericano, el CYTED, un programa que comenzó con los festejos por los 500 años del
descubrimiento de América. Y este programa, financiando trabajos a nivel latinoamericano,
permitió una serie de avances importantísimos, como la descripción de los cromosomas del
parásito, los extremos de los cromosomas, el descubrimiento de marcadores muy novedosos:
todo eso fue trabajado de la red iberoamericana.
Después hubo trabajos de grupos alemanes que coordinaron con la Universidad de San Mar-
tín; y, básicamente, un equipo sueco que participó muy activamente. Con el tiempo, el equi-
po sueco adquirió vuelo propio y constituyó, junto con los grandes laboratorios de secuen-
ciamiento de Estados Unidos y Gran Bretaña, el eje de lo que llamamos el Secuenciamiento
Masivo. Es decir, hubo tres niveles diferentes de trabajo y las coordinaciones se establecían
en reuniones anuales organizadas por la Organización Mundial de la Salud. Todo esto hacía
posible un intercambio de información y una lenta marcha en lo que llamamos la anotación
del genoma del parásito.
Finalmente, la última anotación la realizó nuestro equipo alrededor del 20 de octubre del
2004.

Con respecto al genoma del Trypanosoma Cruzi, en relación al estudio del Mal de Cha-
gas, ¿cómo contribuiría al saneamiento de la enfermedad?

El conocimiento abre nuevos caminos. Simplemente, leyendo la información que hay, uno
puede ya plantear la existencia de nuevos blancos para combatir puntos débiles del parásito
que no conocíamos (y que ahora conocemos). Ahora tenemos nuevas posibilidades para
desarrollar medicamentos. Si uno llega a tocar esos mecanismos del parásito o dañarlo allí,
uno sabe que lo va a matar (y eso es lo que queremos). Por otro lado, creo que vamos a poder
empezar a pensar de otra forma en una vacuna contra el parásito.

En definitiva, ¿se lo puede llegar a utilizar contra la enfermedad?

Toda esta información va a servir para que en los próximos diez años haya nuevos remedios
(drogas) contra la enfermedad y para que estemos más avanzados que ahora en la posibili-
dad de una vacuna contra el Trypanosoma cruzi.

¿Cuál es la estadística mundial del Mal de Chagas?


Hay una sub-evaluación que ubica el número de infectados por el Trypanosoma cruzi, es
decir, pacientes de la enfermedad de Chagas, en alrededor de 20 millones, en América La-
tina, América Central, México y la zona sur de Estados Unidos, debido a la inmigración de
América Central a Estados Unidos.
Mi apreciación es que esta información es una sub-estimación y tiene explicación en el he-
cho de que en muchos lugares no se conoce con exactitud la prevalencia de la enfermedad.
Hacen falta nuevos reactivos de campo que nos permita llegar a zonas inexploradas en este
sentido y determinar la prevalencia de la infección. Hace muy poco, hemos creado un reac- 71
tivo diagnóstico junto con una empresa estadounidense que es de altísima sensibilidad y es-
pecificidad y que permite una detección en campo en 10 segundos de la enfermedad, y esto
con sólo una gota de sangre. Este hecho permitirá establecer los números de prevalencia real
de la enfermedad de Chagas, bien pueden ser más de 20 millones.

Con respecto al patentamiento del proyecto, ¿cómo se maneja el equipo?

No tenemos una actitud de patentar esta información. Nunca la habido. Esta información ha

Ciclo Básico a Distancia


contribuido al desarrollo del conocimiento sobre el Trypanosoma Cruzi en particular en
los últimos cuatro años. Esta información circula libremente y es de libre acceso para
todo aquel investigador que simplemente acceda a los bancos de datos. Es decir, que
se ha operado como con el proyecto genoma humano donde, a medida que la informa-
ción se obtenía, inmediatamente se depositaba en bancos de datos de acceso público.
No hay patentamiento de estos genomas sino que lo que se propone es una intensiva
utilización de esta información para obtener drogas contra el parásito (esto sí es pa-
tentable), y esto debe ser patentado porque, sobre todo cuando hay esfuerzo de orga-
nizaciones estatales y privadas deben recoger un mínimo reconocimiento económico.
Básicamente, para las grandes empresas curar estas enfermedades no constituye nin-
gún negocio, por esta razón la intervención de los Estados del sur del continente es
esencial.

5. Individualismo y holismo: la discusión sobre racionalidad

El tercer problema epistemológico que encaramos se refiere a la pregunta sobre


cuál es el punto de partida para el análisis de lo social: las partes o el todo, la ac-
ción individual o las estructuras sociales.
Si pensamos que el punto de partida es la acción individual nos encuadramos
dentro del llamado “individualismo metodológico”, por el contrario si sostenemos
que son las estructuras sociales, el sistema, la cultura o algún otro género de to-
talidad, nos inclinamos por el llamado holismo.
En este capítulo trabajaremos las dos perspectivas a partir de un tema que es es-
pecialmente relevante para la economía y la administración: la Teoría de la Acción
Racional (TAR). En estas disciplinas, las perspectivas teóricas más difundidas es-
tán basadas en el supuesto que se pueden explicar los mercados o la gestión
administrativa a partir de suponer que resultan de agregados de un tipo particular
de acción individual: la acción racional.

Desde el enfoque crítico, cuyo punto de partida es holista, ya que entiende la


sociedad como “totalidad estructurada, contradictoria e histórica”, el predominio
de la acción racional tal como la entiende la TAR, una racionalidad instrumental,
de medios y no de fines, tiene un encuadre histórico, está ligado a la modernidad
y a la expansión del capitalismo. Según este enfoque, el avance de la razón ins-
trumental a todos los ámbitos de la vida obtura las posibilidades emancipatorias
de la humanidad.

5.1 La teoría de la acción racional

Ludolfo Paramio, un sociólogo italiano, sostiene con ironía que mientras los eco-
nomistas se ocupan de cómo la gente hace lo que quiere hacer, los sociólogos tra-
tan de demostrar por qué no pueden hacer otra cosa que lo que hacen. Propone el
siguiente ejemplo: una persona quiere comprar una computadora. El economista
72 muestra cómo el individuo después de estudiar todos los catálogos disponibles,
los precios, las financiaciones elige la opción que mejor satisface sus expectativas
teniendo en cuenta sus recursos. El sociólogo en cambio se preguntará cómo esa
persona se vio inducida por la publicidad a comprar una computadora, por qué
sus recursos son escasos o por qué, quien no tiene computadora, queda “fuera”
de la sociedad. Esto es una manera de ejemplificar que en la economía predomina
el punto de partida del individualismo metodológico –individuos que tienen unos
recursos con los cuales procuran maximizar su utilidad- mientras que en la socio-
logía está extendida una visión de corte holista: estructuras que condicionan la

Introducción a la Ciencias Sociales


Unidad 2

acción de los individuos. Por supuesto que esta es una caricatura, pero es indudable
que en las Ciencias Económicas el paradigma del individualismo metodológico está
ampliamente difundido por medio de una teoría sobre la racionalidad que se conoce
como Teoría de la Acción Racional (TAR). De acuerdo a esta teoría los procesos eco-
nómicos se comprenden como el agregado o la composición de multitud de acciones
individuales de carácter racional.
Pero, ¿en qué consiste la acción racional?

La estructura básica es la siguiente: un individuo X tiene un deseo D y un conjunto de


creencias C que permiten sostener que la acción A permite alcanzar D, entonces D y C
actúan como razones de A, que permiten tomar la decisión de actuar efectivamente.

El siguiente gráfico muestra estas relaciones:

Gráfico 1 Acción Intencional

{
Deseo “X”
Decisión
Creencia: Razones para hacer A: Acción A:
“A” produce “X” causa efecto

Fuente: Abitbol y Botero (2005)

Pero ¿cómo se llevó a cabo el proceso de decisión? El agente tiene un conjunto de


cursos de acción disponibles que se llama conjunto de oportunidades y que tienen que
ver con sus recursos. También tiene una evaluación subjetiva de las posibilidades de
alcanzar los distintos resultados, ya que las acciones no son “apuestas seguras”, por
así decirlo. “La racionalidad en la acción consiste en elegir la acción que de un conjunto de
acciones permitidas produzca la mayor utilidad esperada” (Abitbol y Botero:2005).

Con lo cual tiene que combinar las posibilidades subjetivas de alcanzar el resultado
con los cursos de acción posible definidos por las oportunidades y obtener la solución
que maximice la utilidad.
Aunque la definición es muy técnica, intuitivamente nos acercamos a la idea que ac-
tuar racionalmente es elegir la acción que nos aproxime al mayor beneficio con el
menor costo. Tenemos que tener en cuenta que el “deseo” no constituye un solo bien
sino una “canasta” de bienes de todo tipo, un “conjunto de preferencias” que tienen
un ordenamiento, por lo tanto las acciones racionales serán aquellas que optimicen el
logro de las preferencias como han sido priorizadas.
La estructura básica de la acción racional, es entonces, que dado un conjunto ordena-
do de preferencias (deseos) y ciertas restricciones y suponiendo que cada individuo
tenga información completa (creencias), el modo de actuar racional permite maximi-
zar la utilidad.
73
Objeciones
Se ha argumentado que la TAR en su versión clásica no contempla la consistencia de
los deseos o preferencias y tampoco la de las creencias que orientan las elecciones.
También se objeta que hay un supuesto de información completa que casi nunca se
produce en la práctica. Otros autores señalan que la TAR no contempla las normas
que organizan la vida social.
Jon Elster, un individualista metodológico reconocido, ha procurado considerar seria-
mente estas objeciones, construyendo un modelo de acción racional que en primer lu-
gar considera indispensable la consistencia de las creencias y de los deseos. También

Ciclo Básico a Distancia


propone cómo evaluar la racionalidad cuando no se dispone de información completa
y por último introduce las “normas sociales” y las “emociones” en su descripción del
mundo social. Para él la apelación a la acción racional es lo central, pero es insuficiente
si se quiere elaborar una teoría social completa (1991).
Otra de las discusiones acerca del fundamento de la acción racional es: ¿está en la
“naturaleza humana” actuar conforme a la racionalidad de medios o se trata de un
artificio metodológico? No es una discusión que podamos analizar aquí, donde queda
tan solo planteada y que se relaciona con el grado de correspondencia de los modelos
derivados de la TAR con la realidad. Por supuesto que nadie pasa la vida realizando
complicados cálculos acerca de que curso de acción seguir. Los defensores de la teoría
de la acción racional sostienen que las observaciones sobre “acciones racionales agre-
gadas”, por ejemplo las curvas que representan las funciones de oferta y demanda
tienen sorprendente correspondencia con un mundo en el que efectivamente todos
realizaran permanentes cálculos para actuar racionalmente.
Pero también hay muchos señalamientos sobre la no correspondencia de los modelos
propuestos con el mundo existente a partir de la TAR. Por ejemplo, el epistemólogo
Ricardo Gómez (1995) sostiene que el planteamiento neoliberal tiene ese fundamento
epistémico y que sus logros han estado muy lejos de las expectativas optimistas con
que se implementaron.

“Los datos que desmienten las expectativas “optimistas” de los ideólogos de la política eco-
nómica neoliberal implementada en las sociedades contemporáneas, encarnizamiento que
se consolidó y concentró aceleradamente en el último lustro, son relativizados con una es-
trategia para justificar el fracaso y renovar las expectativas para el futuro éxito del modelo”–
señala Gómez en Neoliberalismo y pseudociencia (1995: 81).
En la formulación de los modelos matemáticos fundados en la TAR es común incluir
una cláusula “ceteris paribus” que significa que dicho modelo será consistente con la
realidad si todos los otros factores que no intervienen en la construcción modelística
se mantienen sin cambios. Con lo cual se abre paso a que se justifique la falta de pre-
cisión en las predicciones con la aparición de situaciones que modifican el “ceteris
paribus”.
Una buena parte de los defensores de la TAR han observado que se trata de una teoría
normativa y no descriptiva, esto es, indica cuál debe ser el curso de acción más ra-
cional, lo que no significa que ese sea el curso de acción que efectivamente se sigue.
Con ello queda salvado el problema de la falta de contrastación empírica pero la teoría
pierde su peso explicativo y predictivo.
Los argumentos favorables o críticos a la TAR son innumerables. Lo cierto es que bue-
na parte de las Ciencias Económicas, pero también de las Ciencias Políticas y en parte
la Sociología, descansa sobre su base.

Actividades

1) Considere lo postulado por la teoría del consumidor y la teoría de la oferta y de-


manda y analice cómo en ambas está implicada la Teoría de la Acción Racional(TAR).
74 Grafique con ejemplos su posición. Puede considerar las definiciones publicadas en el
sitio de Wikipedia.
2) Realice una lista de argumentos a favor y en contra de la TAR y realice su propia
conclusión al respecto.

5.2 La racionalidad estratégica

Hasta ahora hemos visto un individuo que actúa para maximizar la utilidad, sin ocu-
parse de cómo actúan los otros. En este caso los otros individuos son una constante

Introducción a la Ciencias Sociales


Unidad 2

más a tener en cuenta en su evaluación y la racionalidad asociada se denomina racio-


nalidad paramétrica (Elster:1991)
Pero cuando el individuo debe prever cómo actuarán los otros agentes para elegir su
curso de acción hablamos de racionalidad estratégica. Aquí los otros individuos tam-
bién actúan racionalmente, es decir, son variables que complejizan la toma de decisio-
nes. La teoría que tiene como objeto el estudio de esta racionalidad se conoce como
teoría de los juegos. Dicha teoría se desarrolló modelizando los juegos humanos, de
allí proviene su nombre. En el ajedrez, el jugador tiene información completa sobre las
jugadas que realiza su contrincante. En los juegos de cartas en cambio la información
es incompleta. También hay juegos donde todos confrontan y otros donde algunos
colaboran en un equipo que disputa el triunfo con otro. Éstas son algunas de las varia-
ciones que tiene en cuenta la teoría de los juegos para describir las posibilidades de
la interacción.
Así describe Paramio (2000) la diferencia entre racionalidad paramétrica y estraté-
gica:

“No tenemos ahora un individuo frente a un mercado, sino un conjunto de individuos dentro
de unas reglas de juego. Cada uno de los individuos debe valorar no sólo los parámetros de
coste y beneficio, sino también anticipar las decisiones de los demás individuos que entran
en el juego y que afectan a la posibilidad de alcanzar el resultado que busca. Lo que sería
óptimo para un individuo según la racionalidad paramétrica puede ser un pésimo objetivo
si los otros jugadores pretenden alcanzarlo también. Un ejemplo muy frecuente es el de los
bienes posicionales: el óptimo para la calidad de vida de un individuo puede ser comprar una
casa en las afueras y un coche que le permita ir rápidamente a su trabajo en el centro de la
ciudad. Pero si muchos individuos toman la misma decisión todos perderán mucho tiempo
en atascos y el barrio de las afueras se masificará”

Para ilustrar cómo procede la teoría de los juegos tomemos un ejemplo clásico y muy
sencillo que se conoce como “dilema del prisionero”. Veamos el caso:
La policía arresta a dos sospechosos. No hay pruebas suficientes para condenarlos
y, tras haberlos separado e incomunicado, los visita a cada uno y les ofrece el mismo
trato. Si uno confiesa y su cómplice no, el cómplice será condenado a diez años, mien-
tras que el confesor será liberado. Si ambos permanecen callados, ambos serán con-
denados a seis meses. Si ambos confiesan, todo lo que podrán hacer será encerrarlos
durante dos años por un cargo menor.

Lo que puede resumirse como:

X CONFIESA X CALLA
Y CONFIESA Ambos son condenados a 2 Y sale libre; X es condenado a 10
años años
Y CALLA X sale libre, Y es condenado a Ambos son condenados a 6 meses
10 años

Lo racional en este caso para cada uno es confesar, ya que si alguno permanece calla- 75
do corre el riesgo de que el otro confiese y quedar en prisión por 10 años. ¡si hubiesen
podido comunicarse obviamente ambos negarían! En este caso no falta información si
no posibilidad de coordinar.

Ahora bien, ¿cómo explicar desde la teoría de los juegos las acciones colectivas? Es
por todos conocidos que las protestas, las movilizaciones, los petitorios, las colectas
para mejorar el barrio abundan en la sociedad. Un autor llamado Olson se preguntaba
si la teoría de los juegos sería suficiente para explicar tal tipo de acciones. Su respues-
ta era negativa. ¿Por qué?

Ciclo Básico a Distancia


Supongamos el caso de un barrio cuyos vecinos quieren costear una plaza. ¿Qué pien-
sa conforme a la racionalidad estratégica cada vecino?
- “Si casi todos los vecinos aceptan pagar una suma, a cada uno de los individuos no
le conviene pagarla, porque se trata de un bien público por lo cual igual podrá usarla”
- “Si muy pocos aceptan costear la plaza a cada uno tampoco le convendrá aportar
porque sería muy grande la suma”
Conclusión: Nadie aportaría.

Pero esto no se da en realidad. Las acciones colectivas son extremadamente frecuen-


tes en la sociedad. Olson supone que junto a la consecución de un fin común hay
incentivos selectivos que deciden a la acción colectiva. Estos incentivos selectivos son
privados, convienen a cada individuo, no al conjunto. Por ejemplo, en el caso de la
plaza se tornaría factible el aporte común si para una buena parte de los vecinos tal
espacio público representa ventajas significativas para la vida personal: para el que
tiene niños y no patio, para el que tiene perro que necesita un ámbito seguro para re-
tozar, para el jubilado etc. Esto es, la decisión de cada cual de financiar la plaza no se
vincula a la consideración estratégica sino paramétrica. Así para Olson, la afiliación
a un sindicato tendrá más probabilidades de éxito si éste ofrece también ventajas en
términos de préstamos, seguros, hoteles, etc. Será difícil según el autor que la acción
colectiva tenga lugar sin incentivos para los individuos en tanto particulares.

Paramio, en cambio, considera que una vez logrado un piso de adherentes, que de-
nomina “masa crítica”, la racionalidad estratégica permite comprender por qué es
conveniente sumarse a la acción colectiva: por ejemplo un paro. Si estamos seguros
de que un número considerable de los que comparten nuestros intereses se sumarán
a la acción colectiva el cálculo racional indica que no corremos mayores riesgos si
Bibliografía obligatoria adherimos a la protesta y que a mayor participación, mayor posibilidad de éxito. Sin
Para completar el estudio embargo ¿cómo lograr la “masa crítica”? ¿cómo conseguir que la acción colectiva
de este tema, remitimos “arranque” aunque sea con un pequeño número de adherentes? Cuando se trata de un
en el texto “Racionalidad y puñado los costos de la participación son mucho mayores. Se corren riesgos de perder
Racionalización: dos concep-
el trabajo, por ejemplo. Aquí es donde entran en juego valores diferentes al interés
tos claves para la crítica de
la vida moderna”, de Dolores individual: por ejemplo la solidaridad, el sentido de justicia, etc. Pero no sólo lograr la
Santamarina, ubicado en el “masa crítica” requiere de algo más que la acción racional. Las movilizaciones colec-
aula virtual. tivas que marcan hitos significativos - la Toma de la Bastilla en París, el 17 de octubre
del 45 en Argentina, la caída del Muro de Berlín – no son explicables en términos de
Acción Racional, con lo que según Paramio una teoría social fundada sólo en la acción
racional no puede ser completa.

Actividades

El dilema del prisionero es usado frecuentemente en las Ciencias de la Administración.


Suponga la siguiente situación y aplique la matriz del dilema del prisionero.
76 Las ventas de artículos de limpieza en una ciudad X están centralizadas en dos empre-
sas distribuidoras A y B.
Como las campañas de publicidad son tan costosas que hacen perder buena parte
de los beneficios, se ponen de acuerdo para no realizar propaganda este año. A pien-
sa que si traiciona el acuerdo y B no, podrá obtener grandes beneficios y ocasionará
pérdidas a B; pero también imagina que B puede hacer el mismo razonamiento. B por
su parte reflexiona en forma idéntica a A. Complete las casillas vacías en el siguiente
cuadro e indique cuál es el “punto de equilibrio” la solución que resulta de un razona-
miento estratégico por parte de ambos. ¿Es la mejor solución? Argumente.

Introducción a la Ciencias Sociales


Unidad 2

A COOPERA A TRAICIONA
B COOPERA A gana y B gana
B TRAICIONA B gana y A pierde

5.3 El holismo en la teoría crítica

Una perspectiva holista, como adelantáramos, parte de la estructura, del todo para
explicar las partes, por ejemplo las acciones individuales.
No queremos marear al lector con un mapa de perspectivas holistas, por otra parte
dispares entre sí. Pero a propósito de la racionalidad, conviene retomar el enfoque
crítico. Hay un famoso debate entre Popper y Adorno, este último perteneciente a la
Escuela Crítica. Tal debate tiene lugar en 1961 en un Congreso de Sociología, realizado
en la ciudad de Tübinger en Alemania. La discusión versaba sobre la unidad epistémi-
ca de las ciencias. Mientras Popper insiste en tal unidad con sus clásicos argumentos,
Adorno disiente pero no a la manera de los interpretativistas, sino desde la posición
crítica. Para él la sociedad debe captarse como una totalidad, contradictoria en sí mis-
ma, al mismo tiempo racional e irracional, que contiene lo dado y lo que se está ha-
ciendo al mismo tiempo. La sociedad, sigue diciendo Adorno, sólo es un “problema”
para aquel que piensa en su transformación, para los que piensan una sociedad dis-
tinta de la que existe.
La Escuela Crítica entiende la acción racional en tanto búsqueda de los medios más
eficientes para llegar a metas “dadas”, que no pueden ser discutidas racionalmente,
como una “racionalidad instrumental”. Reconoce también que es el tipo de racionali-
dad que no ha cesado de extenderse desde la modernidad, pero esto no implica, que
esté en la naturaleza del género humano, ni que pueda ser el punto de partida de una
investigación social. Para ellos, la “colonización” de todas las esferas de la vida huma-
na por la racionalidad instrumental ha bloqueado las posibilidades para la transforma-
ción emancipatoria. Por lo tanto la tarea de la crítica consiste en comprender cuál ha
sido la dinámica histórica que ha posibilitado tal situación y cuál es la salida11 . Y esta
tarea sólo puede emprenderse desde la comprensión de la totalidad contradictoria e
histórica.
Pero veamos esta crítica con mayor detalle en el artículo Racionalidad y racionaliza-
ción dos conceptos claves para la crítica de la vida moderna, de Dolores Santamarina
(2010).

Actividades

Después de leer el texto de Eduardo Galeano que encontrará a continuación realice


las siguientes tareas
1) Relacione la “crítica a la razón instrumental” con el texto de Galeano
2) Imagine una cigarra como la de la fábula La cigarra y la hormiga. ¿Cuál sería un 77
accionar racional de su parte? ¿y cuál el de las hormigas reinas? ¿y el de las hormigas
obreras?
¿Queremos ser como ellos?
de Eduardo Galeano
(1992)

En un hormiguero bien organizado, las hormigas reinas son pocas y las hormigas obreras,
11 En los años 70 los teóricos de la Escuela Crítica descreyeron de que hubiera posibilidades para transfor-
mar la sociedad y se inclinaron por el arte o por una nueva religiosidad.

Ciclo Básico a Distancia


muchísimas. Las reinas nacen con alas y pueden hacer el amor. Las obreras, que no vuelan ni
aman, trabajan para las reinas. Las hormigas policías vigilan a las obreras y también vigilan
a las reinas.
La vida es algo que ocurre mientras uno está ocupado haciendo otras cosas, decía John
Lennon. En nuestra época, signada por la confusión de los medios y los fines, no se trabaja
para vivir: se vive para trabajar. Unos trabajan cada vez más porque necesitan más que lo
que consumen; y otros trabajan cada vez más para seguir consumiendo más que lo que
necesitan.
Parece normal que la jornada de trabajo de ocho horas pertenezca, en América Latina, a
los dominios del arte abstracto. El doble empleo, que las estadísticas oficiales rara vez con-
fiesan, es la realidad de muchísima gente que no tiene otra manera de esquivar el hambre.
Pero, ¿parece normal que el hombre trabaje como hormiga en las cumbres del desarrollo?
¿La riqueza conduce a la libertad, o multiplica el miedo a la libertad?
Ser es tener, dice el sistema. Y la trampa consiste en que quien más tiene, más quiere, y
en resumidas cuentas las personas terminan perteneciendo a las cosas y trabajando a sus
órdenes. El modelo de vida de la sociedad de consumo, que hoy día se impone como modelo
único en escala universal, convierte al tiempo en un recurso económico, cada vez más escaso
y más caro: el tiempo se vende, se alquila, se invierte. Pero, ¿quién es el dueño del tiempo?
El automóvil, el televisor, el video, la computadora personal, el teléfono celular y demás con-
traseñas de la felicidad, máquinas nacidas para ganar tiempo o para pasar el tiempo, se
apoderan del tiempo. El automóvil, pongamos por caso, no sólo dispone del espacio urbano:
también dispone del tiempo humano. En teoría, el automóvil sirve para economizar tiempo,
pero en la práctica lo devora. Buena parte del tiempo de trabajo se destina al pago del trans-
porte al trabajo, que por lo demás resulta cada vez más tragón de tiempo a causa de los
embotellamientos del tránsito en las babilonias modernas.
No se necesita ser sabio en economía. Basta el sentido común para suponer que el progreso
tecnológico, al multiplicar la productividad, disminuye el tiempo de trabajo. El sentido co-
mún no ha previsto, sin embargo, el pánico al tiempo libre, ni las trampas del consumo, ni el
poder manipulador de la publicidad. En las ciudades del Japón se trabaja 47 horas semana-
les desde hace veinte años. Mientras tanto, en Europa, el tiempo de trabajo se ha reducido,
pero muy lentamente, a un ritmo que nada tiene que ver con el acelerado desarrollo de la
productividad. En las fábricas automatizadas hay diez obreros donde antes había mil; pero
el progreso tecnológico genera desocupación en vez de ampliar los espacios de libertad. La
libertad de perder el tiempo: la sociedad de consumo no autoriza semejante desperdicio.
Hasta las vacaciones, organizadas por las grandes empresas que industrializan el turismo
de masas, se han convertido en una ocupación agotadora. Matar el tiempo: los balnearios
modernos reproducen el vértigo de la vida cotidiana en los hormigueros urbanos.

Resumen

En síntesis:
En este recorrido hemos visto:

1)La epistemología en tanto reflexión filosófica sobre la ciencia que indaga sobre la
78 “validez” y las “condiciones de producción” del conocimiento científico.

2) Señalamos tres de los múltiples problemas para el análisis de las Ciencias Sociales
que podríamos resumir con estas preguntas:
- ¿Hay unidad epistémica entre las ciencias? En particular ¿las Ciencias Sociales co-
nocen de la misma manera que las Naturales?
- ¿cuáles son las relaciones entre condiciones de producción y teoría científica?
- Por dónde debe comenzar el estudio de lo social ¿por la acción individual o por las
estructuras o la totalidad de lo social?

Introducción a la Ciencias Sociales


Unidad 2

3) Abordamos la primera pregunta distinguiendo entre el enfoque naturalista y el en-


foque interpretativista.
Para el primero hay unidad epistémica entre las ciencias y el modelo de cientificidad lo
constituyen las Ciencias Naturales. Toda la ciencia empírica tiene como objetivo expli-
car los fenómenos apoyándose en leyes universales o probabilísticas. En la sociedad
existen regularidades que permiten la explicación de fenómenos particulares como
casos de leyes generales.
Para el segundo, no hay unidad epistémica y las Ciencias Sociales no pueden operar
del mismo modo que las naturales porque las relaciones sociales están inmersas en
significaciones, sentidos que no admiten el mismo tratamiento que los fenómenos
empíricos. La tarea de las Ciencias Sociales para este enfoque es comprender.
Hemos descripto brevemente el positivismo lógico y el falsacionismo popperiano para
el enfoque naturalista en el siglo XX. Con el texto de Klimovsky nos adentramos en los
modelos de explicación. Para el interpretativismo en el siglo XX, en cambio, hemos
optado por mostrar algunos ejemplos sin pretender su caracterización.
Discutimos por último la posibilidad de complementar ambos enfoques.

4) Seguidamente desarrollamos la relación entre “condiciones reproducción” y teoría


científica” mostrando tres posiciones:
a. la popperiana que considera a la teoría desde el punto de vista epistemológico
b. el enfoque de Kuhn que acepta la incidencia de las condiciones reproducción en la
teoría en tiempos de Revolución científica.
c. La interdependencia entre ciencia y sociedad según el enfoque constructivista y el
de la Escuela Crítica.

5) Por último abordamos el tercero de los problemas epistemológicos: individualismo


y holismo.
Si el punto de partida es la acción individual nos encontramos frente a posiciones in-
dividualista, si por el contrario el análisis comienza desde la “totalidad” o la estructura
las perspectivas son holistas. Se propone el problema de la racionalidad para ilustrar
ambas perspectivas.

- Se analiza la teoría de la acción racional (TAR), la cual supone que la sociedad se ex-
plica por agregación de infinidad de acciones racionales. La acción racional es aquella
que, dadas ciertas metas, ciertas creencias y ciertos cursos de acción posible limita-
dos por los recursos, elegirá la mejor alternativa, esto es, la que optimice la utilidad:
maximice beneficios y minimice costos.

o La racionalidad paramétrica es aquella en donde el individuo no tiene en cuenta las


acciones posibles de los otros individuos. Se aplica para explicar las curvas de oferta y
demanda, la función de utilidad, etc.

o La racionalidad estratégica tiene en cuenta al otro como jugador, como variable. La


teoría de los juegos le permite modelizar las distintas situaciones.
79
- Desde el punto de vista del holismo se retoma el enfoque crítico para el análisis de
la razón instrumental, esto es el tipo de racionalidad que la TAR considera el punto de
partida. Para el enfoque crítico se trata de entender a partir de la comprensión de la
sociedad como una totalidad contradictoria e histórica, por qué la racionalidad instru-
mental se extiende más y más a todos los ámbitos de la vida desde que se instaura la
Modernidad.

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