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LITERATURA ESPAÑOLA

S XVIII
En el siglo XVII España estaba marcada por una sociedad hambrienta, enferma y descontenta, por

lo que la población buscaba ocio en el que refugiarse y la literatura prosperó enormemente dando

lugar al Siglo de Oro en España. No solo prosperó la literatura, también la ciencia, el pensamiento

crítico, la razón, el empirismo, se cuestionaba la religión… La Ilustración emergió como

movimiento político e intelectual, tratando de transmitir unos valores y una instrucción didáctica a

través de las artes. Cabe destacar que a pesar del intento de los Borbones de implantar una literatura

mas neoclásica con corrientes europeas, en España prevaleció el estilo barroco durante las primeras

décadas. Vamos a ver los distintos géneros literarios que se cultivaron.

En la prosa nos encontramos dos tipos: el ensayo y la novela. La prosa no estaba bien vista ya que

se consideraba el verso como la expresión literaria por excelencia, dejando la prosa a cuestiones

históricas o a lo que se denominarían “ensayos”, a pesar de esto, la prosa se utilizó como medio de

divulgación de las ideas intelectuales de la Ilustración considerándose didáctico y no de carácter

literario. Cabe destacar el género epistolar, la escritura a través de cartas, trasmitiendo un mensaje

claro y sin figuras retóricas con mensajes muy directos.

A finales del S XVIII se tiñe con el clasicismo e incluyen el sentimiento, marginado hasta el

momento, dando así evolución a la novela Gótica o Sentimental, antecesores del Romanticismo.

Ensayistas destacados tenemos a José Cadalso, con Cartas Marruecas y Noches Lúgubres, o al ex

ministro de justicia Gaspar Melchor de Jovellanos, autor del Informe sobre la ley agraria o

Memorias Pedagógicas.

Por otro lado, el teatro evoluciona influenciado por las corrientes francesas de inclinación

neoclásica. Éste debía ser reglado y respetar las tres unidades aristotélicas, así como transmitir una

filosofía moral. Sin embargo en el teatro del S XVIII nos encontramos distintas tendencias: el teatro

popular, y el teatro culto o ilustrado.

El tatro popular de la primera mitad del S XVIII sigue tendencias barrocas, se elabora un nuevo

personaje: el figurón, un personaje ridículo y pomposo de alta alcurnia, poco valiente y amanerado.
La Comedia del Figurón se asentará y triunfará entre el pueblo llano al encontrar en estas puro

divertimento. Se cultiva también la Comedia de Magia, en la que se incluyen espectáculos de

ilusión óptica mientras que la Comedia Teatral evolucionó hacia un género mas espectacular. Los

entremeses desembocaron en Sainetes, origen del género chico. En los sainetes se representan las

costumbres populares con un tono humorístico. Como autor destacado de este teatro popular está

Ramón de la Cruz.

El teatro ilustrado criticaba severamente la banalidad del teatro popular, argumentando que el

pueblo debía de disfrutar de obras didácticas o morales en las que se respetase los principios

aristotélicos, y no esas obras llenas de comedia gratuita en las que solo se buscaba el

entretenimiento del pueblo. Lo que caracterizaba al teatro ilustrado venido de las corrientes

francesas era la utilización de la prosa (no siempre), el respeto a las unidades aristotélicas como ya

se mencionó, eran obras de ambientación contemporánea y urbana en las que se busca una

verosimilitud, y sobre todo la intencionalidad didáctica. Una de las primeras comedias neoclásicas

es La Petrimetra, descendiente del figurón en la que se representaba a una chica de alta alcurnia que

no tiene sentido de la razón, caprichosa, consentida y malcriada por los padres. Autores ilustrados

fueron Nicolas Fernandez de Moratin y su hijo, Leandro Fernandez de Moratin, quienes escribieron

obras como: El viejo y la niña, El barón, La mojigata, y La Comedia Nueva o El Café.

Por último, la poesía ilustrada y neoclásica venía de un barroco muy cargado y ornamentado que

será el precursor del romanticismo. Siendo la poesía el medio de la máxima expresión literaria,

Ignacio de Luzan anotó las bases para una poesía ilustrada: proponía un lenguaje basado en la

naturalidad y utilidad, claridad y brevedad rechazando el estilo barroco, instruir con gusto juntando

lo virtuoso con lo entretenido mientras se dejaba la ficción aparte, utilizando la sencillez y la

naturalidad en el lenguaje. Nicolas Fernandez de Moratin desatacó en el campo de la poesía

ilustrada y neoclásica. Otros poetas importantes fueron Tomás de Iriarte y F.M. Samaniego,

maestros de las fábulas.

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