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La literatura del barroco y del neoclasicismo

(Literatura del siglo XVII


I y XIX)
En la literatura del siglo XVIII se pueden diferenciar tres tendencias literarias: la
clasicista o neoclásica, heredera del clasicismo desarrollado de forma simultánea
al barroco durante el siglo XVII, y que continuó vigente a lo largo de casi todo el
siglo XVIII, sobre todo en poesía y teatro; la ilustrada vinculada a la corriente
filosófica e ideológica de la Ilustración y la Encyclopédie; y la prerromántica,
que rechazaba la estética neoclásica anticipando el romanticismo del siglo XIX.
En el siglo XVIII, la literatura, en su afán didáctico, divulgaba los ideales de
progreso, racionalismo y modernidad que defendía la ilustración.

Barroco

Se denomina Barroco al movimiento artístico y cultural que se desarrolla durante


el siglo XVII. Desde un punto de vista temático, en esta época se mantienen los
temas y tópicos del Renacimiento pero tratados con un profundo pesimismo
existencial derivado de la enorme crisis económica y social de la época. Por ello,
el tema de la brevedad de la vida y la idea de la muerte es una constante en esta
literatura.

La estética barroca busca el dinamismo, el contraste y la exageración. El lenguaje


literario rechaza la sencillez y el equilibrio renacentista a cambio de expresiones
cargadas de ingenio y originalidad. Destaca el gusto por imágenes que muestran
la oposición de contrarios, la acumulación de recursos retóricos, los juegos
verbales o las exageraciones llegando incluso a la deformación o caracterización
de la realidad.

Culturismo, representada por Luis de Góngora.

Conceptismo, cuyo máximo representante es Francisco de Quevedo. Otro


prolífico e importante autor de esta época que cultivó poetas conceptistas, aunque
reconociendo el valor de los culteranos, fue Lope de Vega.

Características

 Pesimismo: El Renacimiento no consiguió su propósito de imponer la armonía y


la perfección en el mundo, tal y como pretendían los humanistas, ni había hecho
más feliz al hombre; las guerras y las desigualdades sociales seguían estando
presentes; el dolor y las calamidades eran comunes en toda Europa. Se instala un
pesimismo intelectual, cada vez más acentuado, unido al carácter desenfadado de
que dan testimonio las comedias de aquella época y las truhanerías en que se
basan las novelas picarescas.
 Sentimiento de vértigo por la inmensidad del cosmos, sin límite y sin centro. El
hombre ya no es el centro del universo y por ello el ideario lleva al Hominem te
esse cogita ("piensa que eres humano"), el reclamo contra la soberbia humana.
Así pues, se da la pérdida de confianza en los ideales renacentistas y en la fe de
las capacidades ilimitadas del ser humano.
 Desengaño: Como los ideales renacentistas fracasaron y, en el caso de España, el
poder político estaba desvaneciéndose, el desengaño continúa y surge en la
literatura, que en muchos casos recuerda a la de dos siglos antes, con la Danza de
la Muerte o las Coplas a la muerte de su padre de Manrique. Quevedo dice que la
vida está formada por «sucesiones de difunto»: en ellas se van convirtiendo los
nacidos, desde los pañales hasta la mortaja con la que se cubren los cuerpos
exánimes. Se entiende como una toma de conciencia acerca de la condición
humana que es incierta e inmutable. En conclusión, nada tiene importancia, solo
hay que conseguir la salvación eterna.
 Preocupación por el paso del tiempo porque lleva rápidamente a la muerte y al
olvido.
 Retorno al neoplatonismo: la imperfección de los sentidos humanos y el engaño
de la realidad empírica imposibilitan el conocimiento, pues no hay acceso a la
esencia de las cosas. El conocimiento es una paradoja laberíntica, pues el
lenguaje engaña, pero a la vez es la única vía de conocimiento.

Actitud de los escritores

Ante la crisis barroca, los escritores españoles reaccionan de varias maneras:

 Evadiéndose: Tratan de desentenderse de la realidad, y lo hacen cantando


hazañas o viejas glorias del pasado, o bien presentan un mundo ideal en que los
problemas se resuelven debidamente y triunfa el orden. Este es el caso del teatro
de Lope de Vega y sus seguidores. Otros, sin embargo, prefieren refugiarse en el
mundo del arte y de la mitología, como es el caso de Góngora.
 Satirizando la realidad: Otro grupo de escritores opta por burlarse de la realidad,
como Quevedo, Góngora en algunas ocasiones y la novela picaresca.
 Con estoicismo: Exponen su queja sobre la vanidad del mundo, la fugacidad de la
belleza y de la vida, la fama transitoria. El máximo exponente de esta actitud fue
Calderón de la Barca en los autos sacramentales.
 Moralizando: Critican los defectos o vicios proponiendo modelos de conducta
acordes con la ideología política y religiosa de su época. Sus principales
exponentes son la prosa narrativa y doctrinal de Gracián y Saavedra Fajardo.
Principales representantes

 La narrativa del XVII se abre con la figura de Miguel de Cervantes, quien en


1580 vuelve a España tras diez años de ausencia. Su primera obra impresa fue La
Galatea, (Alcalá de Henares, 1585). Es una novela pastoril (véase lo dicho sobre
ella en el Renacimiento) en seis libros de verso y prosa, según el modelo de la
Diana de Montemayor; si bien se rompe con la tradición al introducir elementos
realistas, como el asesinato de un pastor, o la agilidad de ciertos diálogos.
 Francisco de Quevedo redacta hacia 1604 su primera obra en prosa de ficción: la
novela picaresca titulada Historia de la vida del Buscón llamado don Pablos;
ejemplo de vagamundos y espejo de tacaños. Además, Quevedo cultivó la prosa
satírica, política y moral en obras en que domina una moral estoica, de raigambre
senequista y tratan asuntos como la crítica de arquetipos de la sociedad del
barroco, la presencia constante de la muerte en la vida del hombre y el celo
cristiano con que ha de conducirse la política
 Lope de Vega, del que destacaremos las conocidas como Novelas a Marcia
Leonarda (colección de novelas misceláneas, obras breves, de temática amorosa
y técnica de enredo, que mezclan verso y prosa, ambientes exóticos —moriscos,
judíos, etc.—, con erudición recargada y digresiones frecuentes y prolijas).

Neoclasicismo

El neoclasicismo fue un movimiento artístico y literario que surgió a mediados


del siglo XVIII y abarcó hasta el siglo XIX. Tenía como base la renovación de
los valores filosóficos y estéticos de la Antigüedad Clásica y el culto a la razón,
interpretados como modelos para la construcción de la modernidad. El
movimiento neoclasicista se originó en Francia, donde fue llamado simplemente
clasicismo. Desde allí se extendió hacia el resto de Europa y América, de la mano
con la expansión del Iluminismo o Ilustración, clave filosófica del movimiento
neoclásico en todas sus manifestaciones.

Características

Las características principales del neoclasicismo son:

 Tendencia a expresar modelos genéricos, universales, y no temas personales o


nacionales. Por ello, el arte neoclásico es muy homogéneo en toda Europa.
 El arte y la literatura se ven sometidos a unas normas fijas, controladas por
instituciones del Estado (Reales Academias).
 Propósito educativo: la finalidad de la literatura es que sirva para educar al
público más que para distraerlo.
Temas principales

 El amor aparece en la pluma de los poetas de la escuela, aun en la de los


numerosos eclesiásticos que se cuentan entre ellos, con sus alegrías y sus penas.
[...] A sus risas, sus juegos y sus lágrimas, todos reservan las formas de versos
cortos y sonetos. Estas piezas no carecen de encanto, pero dejan hielo por las
distancias que crea la convención pastoral, retomada del siglo XVI.
 La naturaleza, decorado de los amores pastoriles, es evocada en una serie de
clichés tomados desde el siglo XVI del patrimonio poético heredado de la
Antigüedad. Los pastos frescos, la aurora de dedos de rosa, las perlas del rocío
son tópicos obligados. El elogio de la vida rústica, opuesta a la vana agitación y a
los vicios de la ciudad, se remite a la misma tradición.
 La actualidad nacional. En la misma época, temas relativos a la actualidad
nacional, cada vez más angustiante, se manifestarán a veces brillantemente.

Principal representante

Ignacio de Luzán Claramunt de Suelves y Gurrea (1702-1754) Nació en


Zaragoza en 1702. Nació en el seno de una familia noble y acaudalada, pero
quedó huérfano a los cuatro años y tuvo que trasladarse a vivir con diversos
familiares, primero en Barcelona con su abuela (1706) y luego en Palma de
Mallorca (1715) con un tío por parte de madre que era eclesiástico.

Luzán viajó por Italia y se saturó de clasicismo y de renacimiento ordenado y


medido. Es el principal teorizador del neoclasicismo en España y el creador de la
corriente neoclásica española. Crítica del teatro del Siglo de Oro desde el punto
de vista clasicista francés. Estableció las bases para el futuro movimiento
neoclásico con La poética, o reglas de la poesía en general (1737), manifiesto
oficial del movimiento literario neoclásico en España.

 Razonamiento sobre la poesía (1728)


 El sueño del buen gusto (1729)
 La poética o reglas de la poesía en general y de sus principales especies (1737)

La Poética de Luzán, su obra principal, más que una obra de contenido original
es una verdadera compilación de las doctrinas clasicistas de la época; una
preceptiva literaria, ejemplo de estética neoclásica.

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