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LITERATURA ESPAÑOLA

Literatura Española del Barroco

-Contexto Histórico: El Barroco en Europa fue un periodo de inestabilidad y crisis debido a

los múltiples conflictos. Un ejemplo de ello fue La Guerra de los Treinta años (1618 –

1648), este fue el ultimo gran conflicto europeo que fue impulsado por las divisiones

religiosas y de los mas devastadores. También se caracterizan las fuertes disputas religiosas

entre los países católico y protestantes. Y lo que origino estos conflictos fueron la reforma y

la contrarreforma. Además, la Monarquía Absoluta fue el sistema político imperante.

-Características:

-Pesimismo: Se da un pesimismo intelectual, cada vez mas acentuado, unido al carácter

desenfadado de que dan testimonio las comedias de la época y las truhanerías en que se

basan las novelas picarescas

-Sentimiento de vértigo por la inmensidad del cosmos, sin límite y sin centro. El hombre

ya no es el centro del universo y por ellos el ideario lleva al Hominem te ese cogita (“piensa

que eres humano”), el reclamo contra la soberbia humana. Así pues, se da la perdida de

confianza en los ideales renacentistas y en la fe de las capacidades ilimitadas del ser

humano.

-Desengaño: Como los ideales renacentistas fracasaron y, en el caso de España, el poder

político se desvanecía, el desengaño continúa surge en la literatura. Nada tiene

importancia, solo hay que conseguir la salvación eterna.

-Preocupación por el paso del tiempo o Tempus fugit porque lleva rápidamente a la muerte

y al olvido (Ubi sunt).


-Retorno al neoplatonismo: La imperfección de los sentidos humanos y el engaño de la

realidad empírica imposibilitan el conocimiento, pues no hay acceso a la esencia de las

cosas. El conocimiento es una paradoja laberíntica, pues el lenguaje engaña, pero a la vez

es la única vía de conocimiento.

-Temas:

-Énfasis en la realidad: Prestaba atención al aspecto mundano de la vida: la cotidianidad,

lo efímero. Esto produjo una la “vulgarización” del imaginario religioso en los países

católicos, especialmente fanatizados.

-Visión grandilocuente: Exalto lo nacional y lo religioso, considerándolos expresiones del

poder político. Así, en esa época se produjeron obras monumentales fastuosas, recargadas,

con cierto contenido propagandístico a favor de la aristocracia y del clero, generalmente.

-Cultura de la imagen: Aspiraba a generar la obra de arte total, que evidenciara el poder

dominante (en este caso el clero y la monarquía), pero no directamente sino empleando

engaños resumibles en la frase Theatrum Mund: “El mundo es un teatro”

-Géneros:

-La novela: En este genero surgen la modernidad y la polifonía, la posibilidad de la sátira

y la burla, empleando lenguaje rico en figuras retoricas. Destaco la novela picaresca.

-La poesía bucólica: Es poesía pastoril, cultivada antes en la antigua roma, que volvió a la

vida en el barroco. Los amores pastoriles y los representantes de la vida rural del pueblo

llano, en ella, se hacen centrales y populares.


-El teatro: El teatro y la dramaturgia. Abundaron las comedia satíricas, autos

sacramentales o dramatizaciones de paisajes bíblicos, pero también comedias repletas de

disfraz, un erotismo velado y mucha sátira

-Autores y sus obras

-Miguel de Cervantes (1547-1616). Fue un novelista español del Siglo de Oro y es

considerado uno de los autores más importantes de la lengua española. Es autor de la

primera novela moderna: El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.

-Luis de Góngora (1561-1627). Fue un poeta español del Siglo de Oro y principal

representante del culteranismo. Dentro de su producción se incluyen romances, sonetos,

letrillas y poemas mayores, como Soledades.

-Lope de Vega Carpio (1562-1635). Fue un poeta y dramaturgo español del Siglo de Oro.

Es reconocido por su vasta obra, en la que se incluyen comedias, sonetos y

poemas. Fuenteovejuna y El perro del hortelano son dos de sus obras más reconocidas.

-Francisco de Quevedo (1580-1645). Fue un escritor del Siglo de Oro español reconocido

tanto por su poesía como por su prosa. Sus obras principales son La vida del Buscón y Los

sueños.

- Tirso de Molina (1583-1648). Fue un dramaturgo y poeta del Siglo de Oro español. Se

destacó en la escritura de comedias, como El burlador de Sevilla, y autos sacramentales

(obras religiosas).
-Pedro Calderón de la Barca (1600-1681). Fue un poeta y dramaturgo español y uno de los

principales representantes del Siglo de Oro. Su obra más importante es La vida es sueño.

-Sor Juana Inés de la Cruz (1648-1695). Fue una escritora mexicana y una de las

principales exponentes del barroco americano. Dentro de su obra se destacan los sonetos,

los villancicos y los romances.

-John Donne (1572-1631). Fue un poeta y sacerdote anglicano inglés y uno de los

exponentes de la poesía metafísica. Escribió sermones, ensayos y poemas,

como Devociones y duelo por la muerte.

-John Milton (1608-1674). Fue un poeta inglés autor de poemas, ensayos y sonetos. Su

obra más reconocida es el poema El paraíso perdido.

-William Shakespeare (1564-1616). Fue un poeta y dramaturgo inglés, que es considerado

uno de los autores más importantes de la literatura universal. Escribió poesía, dramas y

comedias, como Romeo y Julieta, Hamlet y Macbeth.

Literatura Española del Neoclasicismo español

-Contexto histórico:

A pesar de que en España la burguesía apenas tenía poder y la sociedad se encontraba cerrada

a cualquier influencia exterior, un buen puñado de ilustrados pudieron generar un cambio

permanente en el panorama artístico e incluso político.


Fue en el último período del siglo XVII, cuando empieza a decaer el Barroco, cuando

comenzó a gestarse las ideas de la ilustración. Reinaba Felipe V (1683-1746) el que centralizó

todos los poderos del estado en Madrid, eliminando privilegios de reinos o casas nobiliarias.

A la par, el rey se enfrentó con la Iglesia al anteponer las necesidades de la corona a los de

la Santa Sede. Esto provocó enfrentamientos con algunas órdenes religiosas.

la instrucción y los estudios se ampliaron con obras hasta entonces prohibidas o,

sencillamente, vetadas a la circulación. Ni que decir tiene que esto contribuyó al avance de

las nuevas ideas procedentes de Europa que fueron el germen del neoclasicismo español. Las

obras de Voltaire y Rousseau, consideradas revolucionarias, comenzaron a leerse y a

estudiarse en España.

El neoclasicismo español, a pesar de ser un movimiento de élite, se democratizó al salir de

las aulas universitarias o de los centros de enseñanza superiores. Estos ilustrados gustaban

de reunirse en cafés donde organizaban tertulias. Allí se debatía sobre lo divino, lo humano,

el progreso, las reformas legislativas necesarias, los cánones artísticos o las noticias del

momento. Todo ello contribuyó a una comunicación más rápida y fluida apoyada por un

incipiente periodismo.

Como sus colegas europeos, los ilustrados españoles que formaban el neoclasicismo

español creían en el espíritu positivista burgués, en el poder de la instrucción, en la

necesidad de imponer la razón crítica en cualquier orden de la vida, en la posibilidad de

crecimiento y de felicidad de la humanidad en su conjunto.


El neoclasicismo español, que se afianzó en Madrid en las primeras décadas del siglo

XVIII, termina abruptamente con la Revolución Francesa de 1789. Lo acontecido en

Versalles y París con cabezas reales separadas de sus cuerpos y el pueblo tomando las

calles hizo frenar a los poderes políticos españoles cualquier idea que pudiera calificarse

como ilustrada.

A partir de este momento histórico, el miedo se apoderó de la corte, de la política y de los

poderes socioeconómicos. En un intento por frenar estas ideas tan revolucionarias que

habían hecho caer monarquías consolidadas se suprime la prensa escrita e, incluso, se

persiguen las tertulias y reuniones.

Antes de que esto sucediera se crearon instituciones que aún hoy están activas y que han

contribuido en estos siglos al avance de la ciencia, de las letras o del conocimiento. En

1712 se abre la Biblioteca Nacional y un año más tarde la Real Academia de la Lengua.

Entre 1726 y 1739 se publica el primer Diccionario de Autoridades para seguirle

la Ortografía y la Gramática. La Academia de la Historia se funda en 1735. Además, a

partir de 1769 se reforman las universidades dejando de lado planes de estudios que tenían

arraigo medieval casi para ponerse en contacto con las ideas, estudios y obras del resto de

Europa.

El neoclasicismo español, además, defiende el español de la intrusión de los barbarismos

(palabras y/o expresiones en lengua extranjera). A la par, nuestro idioma se instaura como

lengua de cultura relegando paulatinamente el latín de las aulas, tesis doctorales, estudios

científicos o críticos.
-Características:

-Conflicto entre el honor, el deber y las pasiones.

-Fuentes de inspiración: la Antigüedad Clásica.

-Preocupación por la elegancia formal.

-Predominio de los géneros críticos sobre los didácticos.

-Temas:

-La política

-La historia antigua

-la mitología romana

-la sociedad

-Generos:

-la lírica

-el ensayo

-el teatro

-la novela
-Autores y sus obras:

- Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro (1676-1764), uno de los introductores del neoclasicismo español

Fue un fraile benedictino profesor en la Universidad de Oviedo. Con estos datos nos

sorprende su actitud revolucionaria (para la época) en el ámbito intelectual. Considerado

uno de los máximos exponentes del neoclasicismo español, fue un ávido lector de obras

publicadas en el extranjero a la par que un estudioso incansable. En 1726, cuando contaba

la edad de cincuenta años, publica Teatro crítico universal y Cartas eruditas. En ellas

aborda, con el estilo claro, conciso, limpio y libre de adornos tan característico de

la literatura neoclásica, temáticas diversas de arte, teología, ciencias, filosofía, historia…

Combatiente de la supersticiones tan populares y extendidas en la época, promulgaba que la

ciencia y la religión no eran incompatibles. Su ejemplo y sus libros, que fueron auténticos

best-sellers en la época, fueron la base para la crítica y el ensayo generado durante todo el

siglo XVIII.

- José Cadalso, el autor de las Cartas marruecas

Nació en Cádiz en 1741, por entonces un hervidero intelectual, procedente de una familia

de la baja nobleza. Su formación no solo fue libresca ya que viajó por Europa y estudió

idiomas (algo raro en la sociedad hispana hasta hace prácticamente unos cuantos años)

llegando a coronel del ejército a una edad bastante temprana. Tras un incidente tenebroso

casi al morir su amada (la actriz María Ignacia Ibáñez), su familia lo envía a Salamanca

donde entra en contacto con el mundillo de los ilustrados.


Cadalso es uno de los autores más representativos del neoclasicismo español al crear una

obra crítica con visos satíricos siguiendo todos los postulados del movimiento. Destacan

sus Cartas marruecas (1793), que ha entrado en el canon, Noches lúgubres (publicadas tras

su fallecimiento en 1798) que adelanta las características del Romanticismo y Los eruditos

a la violeta (1772). Murió en 1782 en la guerra contra Inglaterra, al ser alcanzado por una

granada en la cabeza en el Bloqueo de Gibraltar.

-Tomás de Iriarte, el autor del neoclasicismo español que gustó de las fábulas

Nacido en 1750 y muerto en 1791 fue educado en los principios de la Ilustración. En sus

libros recoge pequeños cuentos moralizantes en los que predomina una crítica ácida a las

costumbres de la burguesía y de las gentes de su tiempo.

- Gaspar Melchor de Jovellanos, el escritor del neoclasicismo español que gustaba del periodismo

Nacido en 1744, se suicida en 1811. Aunque participa de los principios de la Ilustración

con una prosa clara, concisa, sencilla y con visos de verosimilitud muy cercana al

periodismo, adelanta el Romanticismo literario. Sus escritos satíricos y críticos han entrado

incluso en el canon y son testimonios fieles de los vicios de la época: adulterios,

corrupciones, costumbres supersticiosas, atrasos económicos y de instrucción, la mala

educación de la élite (lee aristocracia e, incluso, monarquía) pasan por su pluma inteligente

y mordaz.

-Leandro Fernández de Moratín


Nace en Madrid en 1760 y muere en París en 1828 donde estaba exiliado. Sus obras se

encuadran en la poesía (que cultivaba desde joven), la sátira y el teatro. En estas últimas se

dedica a criticar y a satirizar todos los vicios y costumbres de la época llegando, incluso, a

granjearse enemistades importantes. Vivió sin apuros económicos gracias al mecenazgo de

Floridablanca, uno de los ministros más poderosos del reino. Durante los asaltos de

la Revolución Francesa se refugió en Inglaterra. Fue, por tanto, por educación, familia,

instrucción, vida cosmopolita y profesión, uno de los intelectuales más significativos de la

época.

Otros nombres que forman parte del neoclasicismo español son José Francisco de Isla,

Diego Torres Villarroel y Jose María Blanco. El movimiento, como hemos visto, a pesar

del carácter patrio tan poco dado a la razón y al orden, tuvo representantes de interés y dejó

bellas obras de arquitectura y literatura para la posteridad.

Literatura del Romanticismo español

-Contexto Histórico:

El siglo XIX comienza en España con la Guerra de la Independencia (1808-1814) contra la

invasión napoleónica.

En 1814 es derrotado el ejército de Napoleón Bonaparte y se restaura la monarquía absoluta

de Fernando VII (1814-1833); esto supone una represión de los ideales liberales y poco

desarrollo de la vida cultural. Muchos intelectuales deben exiliarse a Francia o Inglaterra y

es ahí donde conocen las nuevas ideas románticas que luego traerán a España.
A partir de 1833 (muerte de Fernando VII), el Romanticismo triunfa en España. La obra

que marca el comienzo de esta etapa literaria es «La conjuración de Venecia», de Francisco

Martínez de la Rosa (la obra cuenta la lucha de los liberales contra un tirano).

La década de 1833-1844 es la más romántica; después, se habla ya de Posromanticismo, un

periodo de transición que va introduciendo el Realismo.

-Características:

-Subjetivismo e irracionalidad: Sólo con “la razón” no se puede explicar la realidad. Los

sentimientos y las emociones son protagonistas. Se valora lo irracional (los sueños, las

emociones, la fantasía). Aparece la literatura de terror y fantástica.

-Rechazo de las reglas: Se rechaza la preceptiva clásica: el artista es libre, no debe estar

sometido a ninguna regla que no le permita expresarse con total libertad.

Se mezcla la prosa con el verso, lo trágico con lo cómico y la diferencia entre un género y

otro está difuminada.

-Naturaleza subjetiva: La naturaleza está ligada a la subjetividad del poeta. Con frecuencia

aparecen paisajes «atormentados» que reflejan el ánimo del escritor: cementerios,

tormentas, bosques, ruinas, cuevas…

-El héroe: Destaca la figura del héroe, que muchas veces es un personaje antisocial: el

pirata, verdugo, el mendigo, por ejemplo.

-La evasión

El malestar que sienten los autores tiene como consecuencia la evasión a otras épocas (la

edad media), a otros paisajes y países poco conocidos en europa (oriente y américa).

España se pone de moda en esta época porque era un país poco desarrollado.
-Nacionalismo

Los neoclásicos fueron universalistas y los románticos son nacionalistas (recuperan su

historia, sus costumbres, sus leyendas).

-Temas

La libertad, exaltación del «yo», melancolía, desengaño, el destino. Victor hugo define el

romanticismo como «el liberalismo en literatura».

-Generos:

-Teatro romántico

El teatro romántico expresa el conflicto entre la realidad y los ideales, entre el individuo y

la sociedad, entre la libertad y la tiranía. Y este conflicto siempre acaba mal.

El tema básico es el amor apasionado, condenado al fracaso porque choca contra las

normas sociales.

Usan el verso para expresar sus dramas y prescinden de las normas neoclásicas.

Los dos dramaturgos más importantes son:

-Prosa romántica

la novela romántica se situó en épocas pasadas (especialmente la edad media) ; los

escritores consideraban que la sociedad moderna era vulgar y no merecía ser reflejada en

sus novelas. No hay grandes obras en españa; la más interesante en «el señor de bembibre»,

de enrique gil y carrasco (1815-1846).

El “cuadro de costumbres” es un pequeño texto en prosa que presenta y critica costumbres

de la vida diaria y personajes curiosos, con gracia y humor. El principal costumbrista


fue ramón mesonero romanos (1803-1882), que se convierte en un cronista de la vida

madrileña durante más de cuarenta años.

-Poesía romántica

La poesía lírica se desarrolló notablemente ya que era un género muy apropiado para

expresar los sentimientos románticos.

Usa un estilo altisonante y retórico, con abundancia de exclamaciones e interrogaciones

retóricas. Innovan la métrica al usar nuevas estrofas y la polimetría.

La poesía narrativa se usó para narrar leyendas y hechos históricos. Por ejemplo, «el

estudiante de salamanca», de espronceda o las leyendas de josé zorrilla.

-Autores y sus obras:

-José de espronceda (1808-1842)

Su vida es un modelo de “romántico”: amores trágicos, rebeldía, exilio, conspiración,

muerte temprana.. Su mejor obra “el estudiante de salamanca” es una leyenda escrita de

casi 2.000 versos.

-Mariano josé de larra (1809-1837) «fígaro»

Periodista y escritor. Fue un hombre profundamente preocupado por españa. Larra fue el

mejor periodista de su tiempo y el creador del periodismo moderno. Eran satíricos y

pesimistas y critican lo que él llamó “el mal español”: la pereza, la falta de educación, la

impuntualidad, la vanidad, la hipocresía y la ignorancia.

Su estilo es sencillo y muy cuidado; suele servirse de anécdotas diarias que usa para

defender sus tesis. Siempre emplea la ironía (que esconde una gran desilusión y una

profunda amargura
Sus artículos son de tres tipos:

–artículos de costumbres. Critica el atraso en que estaba españa y defiende la

modernización del país. Uno de los más conocidos es:

–artículos políticos.

–artículos literarios.

-El duque de rivas (1791-1865)

En 1835 presenta «don álvaro o la fuerza del sino», que supone el triunfo definitivo del

romanticismo en españa.

-José zorrilla (1817-1893)

Es el autor de «don juan tenorio»; en esta obra trata el viejo tema, típicamente español,

de don juan, libertino seductor de mujeres que no respeta ninguna ley y que se condena al

final. El autor está considerado como el mejor dramaturgo romántico español.

Literatura del Realismo español

-Contexto Histórico: Durante el siglo XIX España vivió uno de los periodos más convulsos

de su historia. Se abrió la centuria con la Guerra de la Independencia contra Francia y se

cerró con la Guerra Hipano-estadonunidense y el Desastre del 98, que significaron la

pérdida de Cuba en América y de Filipinas en Asia. La dinastía borbónica, tras los reinados

de Fernando VII (1814-1833) y de Isabel II (1833-1868), fue derrocada por la revolución

de este último año, La Gloriosa. Sucedieron el Gobierno provisional (1869-1871) y el breve

reinado de Amadeo de Saboya (1871-1873). Se abrió después la corta etapa de la Primera

Republica (1873-1874), a la que siguieron la jefatura de Estado de Serrano (1874) y


la Restauración de la dinastía borbónica en manos de Alfonso XII (1875-1885), hijo

de Isabel II, tras el pronunciamiento de Martínez Campos. Muerto el rey, su segunda

esposa, María Cristina asumió la Regencia hasta 1902, año en que comenzó a reinar su

hijo Alfonso XIII.

-Características:

-Visión objetiva de la realidad a través de la observación directa de costumbres o de

caracteres psicológicos. Eliminan cualquier aspecto subjetivo, sucesos fantásticos y todo

sentimiento que se aleje de la realidad: "La novela es la imagen de la vida" (Galdós), "una

copia artística de la realidad" (Clarín).

-Defensa de una tesis: los narradores escriben sus obras enfocando la realidad desde su

concepción moral (la llamada novela de tesis). Para poder expresarlo mejor indagan en el

individualismo burgués por medio del llamado narrador omnisciente, explorando la

psicología de sus personajes. Sin embargo, la defensa de una tesis conlleva el peligro

del maniqueísmo y suele comprometer la objetividad de la novela.

-Temas cercanos al lector: conflictos matrimoniales, infidelidad, defensa de los ideales,

problemas sociales y económicos etc., pero centrados en la clase media o burguesía: solo el

naturalismo se acercará de verdad al proletariado y a la clase baja.

-El lenguaje coloquial y popular adquiere gran importancia, ya que sitúa a los personajes

en su ambiente real. Se reproduce el habla de la época sin academicismo, incluso con

rasgos dialectales, pero la prosa sí es académica: está rigurosamente construida con grandes

periodos donde abunda la subordinación y la llamada "calidad de página"


-Abundancia de descripciones detallistas, a causa del desarrollo de la fotografía y de la

consideración "documental" de la novela por influjo del positivismo, puesto que los

escritores del realismo observan y toman nota cuidadosa de los ambientes, vestidos, temas

de conversación, trabajos, alimentos y apariencia de sus personajes, con el fin de reproducir

al detalle la vida y la sociedad de su tiempo para el futuro.

-Preferencia por personajes burgueses, de clase media, cotidianos, próximos y cercanos

frente a los héroes y rebeldes y los mitos exóticos del romanticismo.

-Temas:

-La pobreza, la marginalidad y la discriminación en la sociedad industrial.

-Las tensiones entre las clases sociales.

-El rol social de la mujer frente al matrimonio, el divorcio y el adulterio.

-La soledad del ser humano frente a la sociedad moderna.

-El delito, el crimen y la lucha de clases.

-La pregunta sobre la existencia de Dios.

-Géneros:

-La novela

-La poesía

-El teatro

-Autores y sus Obras:

-Juan Valera

Juan Valera y Alcalá-Galiano (Cabra (Córdoba), 18 de octubre de 1824 - Madrid, 18 de

abril de 1905) perteneció a una familia aristócrata. Desempeñó misiones diplomáticas en

varios países y ocupó importantes cargos políticos. Comenzó su carrera como novelista
alrededor de los cincuenta años de edad. En sus últimos años fue víctima de una ceguera

progresiva.

Desde sus comienzos, Valera fue reacio tanto al Romanticismo, por sus extremismos, como

al Realismo, porque le impedía desarrollar plenamente su fantasía. Solo adoptó una postura

realista cuando eligió ambientes reales (como su Andalucía natal) y personajes verosímiles,

aunque rechazó los aspectos menos atrayentes de la realidad, tan al gusto de los naturalistas

y algunos realistas.

Su importancia se le debe a las novelas; la primera de ellas es Pepita Jiménez (1874),

escrita en su mayor parte en forma de carta. En esta obra, se narra la historia de una viuda

que se pone de acuerdo con el padre de un seminarista para alejarlo de su falsa vocación.

Otras obras importantes son Doña Luz (abordando cuestiones de vocación religiosa)

y Juanita la Larga. Esta segunda novela cuenta el idilio de don Paco, un cincuentón, y de la

protagonista, que desea redimirse de él por un honrado matrimonio.

Juan Valera fue liberal político y escéptico en cuanto a la religión. Empleó un lenguaje

literario sencillo, aunque no vulgar. Al morir, los escritores de la Generación del 98 le

guardaron un profundo respeto. Hoy se le considera por gran parte de la crítica como el

mejor prosista del siglo XIX, pese a reconocer la superioridad creadora de Galdós.

-José María de Pereda

José María de Pereda nació en Polanco (provincia de Santander, actual Cantabria) en 1833.

Perteneciente a una familia hidalga, viajó mucho por el extranjero y fue diputado carlista,

aunque más tarde se dedicó al cultivo de sus tierras y a la literatura. Contó con la amistad

de Galdós, pese su opuesta ideología política. Murió en 1906 en su pueblo natal.


Comenzó su producción literaria como costumbrista: inclinado al realismo con dotes de

observación, publicó Escenas montañesas. Más tarde encontraría su fórmula ideal de la

novela, al insertar aquel costumbrismo en una visión enamorada del paisaje y de las gentes

de la montaña, con sus pasiones y su lenguaje característico. En sus primeras novelas de

este tipo (novela idilio), solía enfrentar la paz y la ignorancia de aquella gente rústica con

las asechanzas políticas de la vida moderna (Don Gonzalo de la Gonzalera y De tal palo tal

astilla). Defendía una tesis que hoy en día aceptarían muy pocos. La novela idilio termina

cuando Pereda decidió renunciar a la defensa explícita de tesis alguna. A esta segunda

época pertenecen relatos como Sotileza (epopeya de unos pescadores cántabros) y La

puchera. La que es considerada su obra maestra es Peñas arriba (1895), cuyo bucolismo

descriptivo y el casticismo de su estilo puede parecer hoy en día obsoleto. Pese a ello, José

María de Pereda es considerado un gran narrador, dotado de gran capacidad descriptiva y

épica.

-Pedro Antonio de Alarcón

Pedro Antonio de Alarcón nació en Guadix (Granada) en 1833. Fue uno de los principales

responsables de que el realismo se impusiera a la prosa romántica en boga en aquellos

momentos. Fue político además de escritor y en su ideología evolucionó desde posturas

liberales a más tradicionalistas.

Estuvo en la guerra de Marruecos como voluntario y dejó testimonio escrito sobre su

experiencia en Diario de un testigo de la Guerra africana (1859). Durante un tiempo fue

escritor de viajes relatando en sus artículos varios de sus viajes. En su tiempo se destacó

por sus novelas religiosas siendo la más popular de todas ellas El escándalo (1875).En esta

novela defendía a los jesuitas, lo que fue muy polémico. Su obra más popular, sin embargo,
y por la que es recordado, es El sombrero de tres picos, publicada en 1874, que inspiraría a

Falla su famoso ballet.

-Benito Pérez Galdós

Galdós es considerado como el escritor más representativo del movimiento. Nació en Las

Palmas de Gran Canaria, en 1843. Se trasladó a Madrid con 19 años, donde se inició en la

vida periodística e ingresó en el Ateneo en 1865.2 Visitó por primera vez París en 1867,

siguiendo la estela de Balzac, escritor al que admiraba desde su juventud.3 Progresista

y anticlerical, sin embargo compartió inquietudes literarias con jóvenes escritores de

diverso pensamiento, entre ellos Leopoldo Alas Clarín, Menéndez Pelayo y José María de

Pereda. De ideología y práctica Republicana, su radicalismo inicial evolucionó hacia un

socialismo humanista.4 A partir de 1910 comenzó a perder la vista y murió, prácticamente

ciego, diez años después.

Los Episodios Nacionales fueron concebidos y publicados por su autor en cinco series,

sumando un total de 46 tomos. Constituyen un inmejorable relato histórico-literario de la

historia española contemporánea, entre la Guerra de la Independencia y la Restauración.

Entre los episodios de la primera serie (1873-1875), figuran pasajes históricos

como Trafalgar, Bailén, El 19 de marzo y el 2 de mayo o Juan Martín el Empecinado. El

protagonista conductor de la trama literaria es Gabriel Araceli, grumete en Trafalgar que va

creciendo a lo largo de la Guerra de la Independencia. Las series posteriores siguen un

esquema similar, con un personaje conductor, revisando momentos decisivos de la Historia

de España, como en los titulados El equipaje del rey José, Los Cien mil hijos de San

Luis, Zumalacárregui (de la Primera Guerra Carlista), Prim o La de los tristes

destinos (sobre Isabel II).


En su primera época (1867-1878), Galdós expresó con cierta contundencia su desacuerdo

frente a la intolerancia y la hipocresía. Así ocurre en novelas como Doña

Perfecta, Gloria, La familia de León Roch o Marianela. Más tarde, entre 1881 y 1915, con

tesis progresistas pero más humanizadas y profundas, Galdós publicó las bautizadas por él

como "novelas españolas contemporáneas" cuyo conjunto se ha considerado la replica

española de la "comedia humana" de Balzac; la mayoría de ellas tienen como escenario

común el Madrid del siglo XIX y abarcando los muy diversos tipos del conjunto de clases

sociales, desde una mirada personal; como concluye Joaquín Casalduero "...su amargo

pesimismo al contemplar la realidad española, se deshace en ironía, optimismo y bondad al

soñar en un futuro mejor".5 En este conjunto de novelas se ha destacado la importancia en

el contexto de la literatura universal de Fortunata y Jacinta y Misericordia.

Pérez Galdós se consagró como autor dramático en el último periodo fértil de su vida

literaria. Entre sus obras sobresalen La loca de la casa, La hija de San Quintín o Electra,

cuyo estreno causó cierta conmoción social. Algunas de sus piezas, como también ocurriría

con varias de sus novelas, fueron luego adaptadas al cine, como por ejemplo El Abuelo,

por José Luis Garci.

El éxito y popularidad de los Episodios Nacionales, muchas de sus novelas y buena parte

de su teatro, despertaron los recelos de la clase reaccionaria del país, hasta el punto de

evitar en tres ocasiones consecutivas que se le concediera el Nobel de Literatura,789 y a

pesar del respaldo de la mayoría de los críticos y escritores españoles contemporáneos. Su

influencia en los escritores del 98 se percibe en la mirada analítica y comprometida

del Valle-Inclán de Luces de bohemia, la composición coral de la novelística de Pío

Baroja o la actitud reflexiva de Unamuno ante el hecho creador en novelas como Niebla.10
Desde mediados del siglo XX es considerado dentro y fuera de España como uno de los

primeros novelistas españoles, quizá el segundo en importancia después de Cervantes.11

-Emilia Pardo Bazán

Emilia Pardo Bazán nació en La Coruña en 1851. I Condesa de Pardo Bazán, ( luego

cambiada la denominación por Condesa de Torre de Cela ). A los diecisiete años se casó

con José Quiroga y Pérez de Deza y se instaló en Madrid. Fue una mujer con una amplia

cultura, realizó numerosos viajes y se creó para ella una cátedra de Literatura en la

Universidad de Madrid, ciudad donde falleció en 1921.

Entre sus estudios sobre la actualidad literaria, se destaca La cuestión palpitante, y aunque

en él no acepta el materialismo naturalista, defiende una actitud realista y se enfrenta a

aquellos que sostienen que el mal solo puede aparecer en la literatura para ser derrotado.

Su estilo fue enérgico y ahonda en problemas y situaciones difíciles. Escribió cientos de

cuentos que publicó reunidos, como los Cuentos de Marianela. Pero su producción literaria

goza de mayor importancia en novelas como Un viaje de novios, que narra la historia de un

matrimonio entre un hombre maduro y una joven inculta y adinerada; o La tribuna, la más

naturalista de sus novelas, donde describe la dura vida proletaria en una fábrica de tabaco.

También son de suma importancia Los pazos de Ulloa y La madre Naturaleza, con

personajes y paisajes gallegos, con un argumento apasionado y, en ocasiones, violento.

-Luis Coloma

Luis Coloma (Jerez de la Frontera, 19 de enero de 1851 - Madrid, 1914), hijo de un médico

famoso, a los doce años entró en la Escuela Naval preparatoria de San Fernando (1863),

pero más tarde la abandonó y se licenció en Derecho en la Universidad de Sevilla, aunque


nunca llegó a ejercer la profesión de abogado. Fue miembro de la Real Academia en 1908 y

murió en 1914.

Cultivó la literatura con un gran éxito entre los lectores. Escribió dos importantes

novelas: Pequeñeces y Boy. En la primera realiza una crítica de la alta sociedad madrileña

en los años anteriores a la Restauración monárquica (1874) en la figura de Alfonso XII, hijo

de la destronada Isabel II. Más tarde publicó únicamente narraciones de carácter histórico,

como Jeromín, sobre don Juan de Austria.

-Leopoldo Alas (Clarín)

Leopoldo Alas nació en Zamora (1852), aunque él siempre se sintió profundamente

asturiano. Realizó sus estudios de Derecho en Oviedo, y el doctorado en Madrid, donde

perdió la fe. A partir de entonces viviría en permanente lucha espiritual, de la que da

testimonio su obra. A los veintitrés años usó en sus escritos el pseudónimo de Clarín.

Catedrático de la Universidad de Oviedo (1883), defendió ideas republicanas, pero pronto

se abrumó de la política. En el año 1892, una crisis de conciencia le devolvió la fe, aunque

no llegó a los extremos de la ortodoxia católica. Murió en Oviedo en 1901.

Clarín gozó de un gran prestigio como crítico literario. Sus artículos evidencian su gran

conocimiento y rectitud de juicio (expresado en muchas ocasiones con hiriente sarcasmo).

Sus artículos, que le dieron una temida autoridad en el panorama literario español, fueron

recopilados por el autor en volúmenes como Solos de Clarín y Paliques.

También cultivó el cuento y la novela breve; publicó más de setenta obritas de este género.

Entre los primeros relatos cortos que compuso, sobresale Pipá (1879), que cuenta la
tragedia de un pillete ovetense. También merece mención Adiós, Cordera, clásico idilio

dramático.

Pero fundamentalmente se reconoce su faceta como novelista, por las dos únicas novelas

que escribió: La Regenta y Su único hijo. La primera de ellas (1885) es la más importante.

Con claras influencias de Madame Bovary de Flaubert, presenta física y moralmente a

Vetusta (nombre metafórico de Oviedo) como prototipo de una ciudad española, dormida

en el tradicionalismo. Utilizó Alas una técnica naturalista; pero no pintó ambientes sórdidos

como Zola (la acción de sus novelas transcurre en medios burgueses), sino que el

pesimismo aparece con rasgos evidentes de ternura e ironía. En La Regenta salen a debatir

las conciencias (en especial la de su protagonista Ana Ozores, de carácter similar al de

Emma Bovary), en su lucha con su deber y con el ambiente, dando una imagen a la ciudad

que muchos consideraron injuriosa. La novela fue condenada rápidamente por la Iglesia,

aunque con el paso del tiempo Clarín y el obispo entablaron una franca amistad. Hoy se

considera a La Regenta como la novela cumbre del Realismo español, junto a Fortunata y

Jacinta de Galdós.

-Armando Palacio Valdés

Armando Palacio Valdés (Entralgo, Asturias, 1853 - Madrid, 1938) se educó en Avilés y

terminó el bachillerato en Oviedo; siguió la carrera de Leyes en Madrid. Dirigió la Revista

Europea, donde publicó artículos que luego reunió en Semblanzas literarias (1871). A la

muerte de José María de Pereda en 1905, asumió su cargo en la Real Academia Española.

Gran amigo de Clarín, escribió varias novelas importantes, como Marta y María, en la que

las dos hermanas bíblicas son trasladadas a un ambiente contemporáneo, que combate el

falso misticismo. La más popular de sus obras es La hermana de San Sulpicio, donde narra
las aventuras que anteceden al matrimonio de un médico gallego y de la protagonista, una

monja sin vocación que no renueva sus votos. También cabe destacar La aldea perdida,

historia dramática de un pueblo degradado por la explotación minera.

-Vicente Blasco Ibáñez

Vicente Blasco Ibáñez nació en Valencia en 1867. Mantuvo ideas republicanas radicales

por las que sufrió arrestos y destierros. Fue diputado en siete legislaturas. En el

año 1909 partió a Argentina en busca de fortuna, pero su intento fracasó. Defendió a los

aliados durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918); con ese fondo escribió Los cuatro

jinetes del Apocalipsis, novela de gran éxito mundial. Siguió una vida de millonario

cosmopolita y muchos de sus relatos fueron adaptados al cine en Hollywood. Falleció

en 1928 en Menton, en la Costa Azul. Sus restos fueron trasladados a Valencia en 1933,

donde fueron recibidos triunfalmente.

Blasco produjo una enorme obra novelesca; en ella descuellan las obras ambientadas en

Valencia o en su provincia, tan intensamente amada por el escritor (Arroz y tartana, La

barraca, Entre naranjos, Cañas y barro). Reflejó sus ideas políticas, sociales y

antirreligiosas en La catedral o en La bodega, aunque como se ha comentado

anteriormente, su fama se debe en gran parte a Los cuatro jinetes del Apocalipsis, que trata

sobre dramas familiares durante la Gran Guerra.

Sin embargo, el Blasco Ibáñez mejor tratado por la crítica es el de inspiración valenciana.

En ocasiones se le ha considerado como el Zola español porque comparte con el novelista

francés una actitud subversiva, predilección por los ambientes sórdidos, preocupación por

la herencia biológica, etc. Escribe intensamente y su estilo puede ser calificado de basto,
pese a que no carece de imágenes de pureza plástica. Por su edad, pudo haber pertenecido a

la Generación del 98, pero su espíritu mundano difiere de la ascética y la cultura de estos

escritores.

Cierto es que hacia la segunda mitad del siglo XIX la novela evolucionó rápidamente hacia

el Realismo, pero esto no ocurrió con la lírica y en el teatro, cuya transformación fue menos

violenta y aún continuaron impregnados de romanticismo hasta final de siglo.

Este romanticismo postrero es más aparente que real; en ocasiones carece de fondo y sin la

exaltación lírica a la que se entregaba el romanticista de pro. Esto es debido a la sociedad,

pues era el momento de la burguesía que consolidaría la Restauración de 1875. Dicha

sociedad, que estaba sentando las bases del capitalismo y dando los primeros pasos de

industrialización del país, no dejó cabida para las personas que admiraban el arte de forma

desinteresada.

Los escritores más representativos son Gaspar Núñez de Arce y Ramón de Campoamor, en

ocasiones adscritos al Romanticismo como opositores al movimiento, pues en este

romanticismo tardío aún quedaban pequeños vestigios con Gustavo Adolfo

Bécquer y Rosalía de Castro.

-Ramón de Campoamor

Ramón de Campoamor nació en Navia (Asturias) en 1817, y murió en 1901. Perteneció

al Partido Moderado, además de ser empleado de Hacienda, gobernador y diputado.

Escribió tratados sobre temas filosóficos (Lo absoluto), obras dramáticas, poemas de

pretensiones épicas y filosóficas (Colón, El drama universal y El licenciado Torralba).


Su creación más personal, sin embargo, son sus breves poemas,

como Humoradas, Doloras y Pequeños poemas. Con ellos pretendió romper con

el Romanticismo, creando una poesía acorde con el momento, prosaica, sencilla, escéptica

y en algunos casos irónica, con una moraleja que suele ser trivial. Hoy puede ser

considerada por los estudiosos ramplona y banal.

-Gaspar Núñez de Arce[editar]

Gaspar Núñez de Arce (1834-1903), nació en Valladolid. Fue gobernador de Barcelona,

diputado y Ministro de Ultramar.

Escribió dramas, como El haz de leña, que trata sobre del tema del príncipe don Carlos,

hijo de Felipe II, un tema ya tratado por Schiller; aunque su obra mejor valorada está

constituida por sus poesías y sus poemas extensos.

Núñez de Arce cuidaba la expresión, pero sus poemas están cargados de artificiosidad

política (como en Gritos del combate, en los que pretendía conseguir una poesía civil y

patriótica); en exaltados discursos de corte filosófico (La duda). Se le suele achacar el

abuso de una retórica demasiado fácil. También escribió cuentos o leyendas versificadas,

como Un idilio, La pesca y El vértigo

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