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POLITICAS
CICLO : X
SECCIÓN : A
TURNO : Noche
ICA – 2023
INTRODUCCIÒN
1.1. CONCEPTO.
➢ Administración convencional.
➢ Administración judicial.
➢ Administración legal.
La ley peruana nos ubica bajo tres supuestos para solicitar la administración
judicial de bienes: A falta de padres, tutor o curador; en caso de ausencia y ante la
copropiedad:
1. En el caso de los padres, estos tienen el deber de administrar los bienes de sus
hijos, tal como lo cita el inciso 7 del artículo 423 del CC, sin embargo, ante la
ausencia de estos, procede la administración judicial de los bienes de sus hijos.
A diferencia del legal, la solicitud judicial opera cuando a criterio del juez,
considere que el solicitante tenga interés sustancial para pedirlo. Véase el caso del
supuesto heredero de una masa indivisa, donde se asume el estado de indivisión de los
bienes sucesorios y la concurrencia de varios herederos. Exista o no testamento, es
necesario tomar medidas para la conservación y administración de los bienes hasta el
momento de la partición, por ello se faculta a quienes tengan interés sustancial en ello,
pedir al juez el nombramiento de un administrador ¡judicial, ya que ninguno de los
herederos tiene el poder de administrar los intereses de la sucesión. como señala
PALACIO: "hasta que la comunidad se desintegre por partición o venta resulta necesario
concentrar en una sola persona (o excepcionalmente en varias) el cumplimiento de actos
indispensables tendientes a conservar los bienes y a asegurar la continuidad de las
actividades o negocios del causante".
Por la naturaleza de los bienes puede ser urgente la designación de un
administrador, en cuyo caso se ha reconocido en el artículo 678 del CPC, la facultad de
designarlo con carácter provisorio. También se puede recurrir a las medidas genéricas
(artículo 629 del CPC) como la facción de inventarios, el pedido de informes tendiente a
determinar la participación que pudiere corresponder al causante en una sociedad, o en
la designación de peritos contadores para investigar el patrimonio real de aquel a la
época del deceso y su evolución posterior y en el libramiento de una mandamiento de
constatación de un inmueble denunciado como integrante del acervo sucesorio a fin de
dilucidar su situación jurídica.
El inciso 8 del artículo 1366 del CC, recoge la prohibición del administrador de
bienes ajenos, adquirir derechos reales por contrato, legado o subasta pública, respecto
de bienes que, por ley o acto de autoridad pública administre. También está prohibido
tomar en arrendamiento los bienes que administra, tal como refiere el inciso 2 artículo
1668 del CC.
Esta regla general se deduce de las reglas de la anulabilidad del acto jurídico
celebrado por el representante consigo mismo. Las prohibiciones pueden ser también
impuestas por mandato judicial, en atención a las circunstancias del caso.
El administrador puede ser facultado para retener fondos o disponer de ellos con
el objeto de pagar los gastos normales de la administración como el pago de sueldos e
impuestos (inciso 2 del artículo 55 del CC); cuando se trata de gastos extraordinarios,
corresponde sean autorizados por el juez, previo traslado a los herederos, sin embargo,
hay opiniones que se ubican en el supuesto que la demora pueda ocasionar perjuicios,
en cuyo caso se sostiene que el administrador debe informar al juzgado dentro del tercer
día de realizados.
La retribución debe asumirse como el pago que se realiza por un trabajo o una
actividad efectuada. El artículo en comentario, consagra el precepto constitucional que
"nadie está obligado a prestar trabajo sin retribución o sin su libre consentimiento". En
ese sentido, aparecen en nuestra legislación, diversas opciones para la retribución al
trabajo del administrador, como las que señalan los artículos 793 y 973 del CC.
En la administración del bien común dice el artículo 973 del CC: "las obligaciones
del administrador serán las del administrador judicial. Sus servicios serán retribuidos con
una parte de la utilidad, fijada por el juez y observando el trámite de los incidentes". En
el caso del albacea encargado de administrar los bienes de la herencia, señala el artículo
793 del CC que su remuneración no será mayor del cuatro por ciento de la masa líquida
y en defecto de la determinación de la remuneración por el testador, lo hará el juez, quien
también señalará la del albacea dativo.
Algunas opiniones consideran que la retribución debe fijarse a un tanto por ciento
de comisión sobre el monto de los ingresos obtenidos durante la administración, con
prescindencia del valor de los bienes. Otros criterios consideran que fijar del porcentaje
de ingresos no debe hacerse en forma estricta, ya que la simple conservación del
patrimonio, en algunos casos puede requerir de funciones extraordinarias, por lo que
deben tenerse en cuenta las expensas y pérdidas que se evitaron.
Como se aprecia de la redacción del artículo 778 del CPC, la retribución del
administrador es determinada por el juez, atendiendo a la naturaleza de la labor que deba
realizar; sin embargo, hay opiniones que consideran que sean los propios beneficiados
los que propongan al juez dicha retribución. Se argumenta que, si las partes pueden
proponer las atribuciones del administrador, también pueden proyectar la justa
compensación por los servicios que aquel les brinde. Otras que no parece del todo
conveniente dejar a criterio absoluto del juez la determinación de los honorarios, pues
existe la posibilidad de recurrir a ciertos patrones o reglas, de forma tal que no se
subvalúe el trabajo de un administrador según las propias calidades técnicas o
profesionales, como tampoco se puede imponer a los copropietarios un costo
excesivamente alto por los servicios que en condiciones de plena libertad pudieran haber
conseguido por menos.
Considera que se debe tomar en cuenta que en los mercados en que ellos son
frecuentemente negociados y explotados, existen algunos agentes que pudieran brindar
información sobre los montos en que se cotiza el servicio de administración de los
mismos, como sucede por ejemplo con la administración de bienes inmuebles para fines
de arrendamiento.
Véase el caso de los menores que hayan adquirido mayoría de edad o el caso de
los interdictos, cuando haya cesado su incapacidad, siempre y cuando se acompañe la
declaración firme de rehabilitación y así lo decida el rehabilitado (ver el artículo 584 del
CPC).
Como se ve, la administración no solo recae sobre el bien, sino que también puede
extenderse a los frutos, pero no a los productos. Los frutos, bajo la calificación del artículo
890 del CC, son los provechos renovables que produce un bien, sin que se altere ni
disminuya su sustancia, a diferencia de los productos que son los provechos no
renovables que se extraen de un bien. El provecho es una productividad de carácter
físico o de carácter ideal, de acuerdo al tipo de fruto del cual se trate.
Los frutos pueden ser naturales, industriales y civiles. Los naturales son aquellos
que nacen o se producen de modo espontáneo y sin la intervención del hombre siendo
su ejemplo más común, la reproducción de los animales. Los frutos industriales, son los
que se obtienen por el concurso de la industria o sea del trabajo del hombre aplicado a
la producción en general. Los frutos civiles son los producidos por el bien, por
determinación de la ley u acto jurídico, como la renta proveniente del alquiler de un
inmueble.
La norma hace referencia a la "venta de los frutos que recolecte" lo que nos ubica
en el supuesto de los frutos naturales o industriales, mas no en los frutos civiles líquidos,
como sería la administración de bienes inmuebles, que se encuentren sujetos a contrato
de arrendamiento, cuyos frutos (renta en dinero efectivo) no podrán ser vendidos, sino
que podrían ser recaudados y depositados en una entidad bancaria o reinvertidos en otra
actividad lucrativa.
2. Se diferencia del administrador social por tener unas funciones mucho más acotadas
destinadas al mantenimiento y mejora de los bienes y derechos de determinada parte
y no a la de los socios. Además, responde directamente ante el Juez y no ante
aquéllos. Pese a ello, sus funciones de gestión en empresas coinciden a menudo con
las del administrador social, pues debe gestionarlas con la diligencia y lealtad de un
buen administrador. En algunos casos se mantiene el órgano de administración, en
otros, lo sustituye.
3. Los bienes o derechos que habitualmente gestionará podrán ser tanto bienes muebles
como inmuebles, valores cotizables, créditos, sueldos y pensiones, así como
empresas o establecimientos mercantiles.
5. Debe destacarse que, dado que habitualmente los administradores judiciales son
profesionales colegiados, deben someterse a códigos éticos o de conducta y sus
actuaciones profesionales está amparadas por seguros de responsabilidad civil. Es un
cargo voluntario, de carácter temporal y que tiene un carácter eminentemente
personal.
TEMA:
LA ADMINISTRACIÒN JUDICIAL DE BIENES EN EL PERÙ
➢ Administración convencional.
➢ Administración judicial.
➢ Administración legal.
El artículo en comentario no solo se limita a señalar que el objeto de este proceso es nombrar
administrador judicial, sino que requiere además se precise los bienes que va a administrar. Sobre
el particular, concurren dos probabilidades: que exista consenso o desacuerdo en los bienes a
administrar. Trasladando al proceso de inventario la discusión sobre los bienes que serán objeto de
administración, sea porque la ley lo prescriba (como el caso del usufructuario, quien antes de entrar
en posesión del bien debe hacer el inventario y tasación de los bienes muebles, como señala el
ar1ículo 1006 del CC) o por que se sustente su necesidad. En presencia del juez, se realiza una
relación ordenada de los bienes que pertenecen o pertenecieron a una persona, o de las cosas o
efectos que se encuentran en el lugar. La constatación de la existencia de los bienes, así como el
estado en que estos se encuentran en el momento que se impone su inventario, no puede ser más
beneficiosa, toda vez que gracias a aquella no puede tergiversarse la realidad constatada.
ARTÍCULO 771: LEGITIMIDAD ACTIVA
La solicitud para designar administrador judicial puede operar por mandato legal o judicial. En el
primer supuesto, la ley autoriza la petición. Véase el caso del ausente que regula el artículo 54 del CC: "a
solicitud de cualquiera que haya obtenido la posesión temporal de los bienes del ausente, se procede a
la designación de administración judicial".
A diferencia del legal, la solicitud judicial opera cuando a criterio del juez, considere que el solicitante
tenga interés sustancial para pedirlo. Véase el caso del supuesto heredero de una masa indivisa, donde
se asume el estado de indivisión de los bienes sucesorios y la concurrencia de varios herederos. Exista o
no testamento, es necesario tomar medidas para la conservación y administración de los bienes hasta el
momento de la partición, por ello se faculta a quienes tengan interés sustancial en ello, pedir al juez el
nombramiento de un administrador ¡judicial, ya que ninguno de los herederos tiene el poder de
administrar los intereses de la sucesión. como señala PALACIO: "hasta que la comunidad se desintegre
por partición o venta resulta necesario concentrar en una sola persona (o excepcionalmente en varias) el
cumplimiento de actos indispensables tendientes a conservar los bienes y a asegurar la continuidad de
las actividades o negocios del causante".
ARTICULO 772: NOMBRAMIENTO
La designación del administrador de la sucesión se explica por la necesidad de concentrar en una
sola persona la realización y la responsabilidad de los actos indispensables para el manejo de los
bienes, conservatorios de los derechos e intereses de la comunidad, quedando excluidos los que
excedan la conservación, la mera administración y los de disposición.
En caso de mediar unanimidad de los herederos con respecto a la persona que debe administrar
los bienes, el juez procederá a designarla, al margen de que se trate de un heredero o de un extraño.
Apréciese de la redacción de la norma que solo se faculta al juez a resolver las diferencias que se
susciten entre aquellos, pero no para sustituir la voluntad unánime de los sucesores. El artículo
expresamente señala si "existe acuerdo unánime respecto de la persona que debe administrarlos, el
nombramiento se sujetará a lo acordado".
ARTÍCULO 773: ATRIBUCIONES
El inciso 8 del artículo 1366 del CC, recoge la prohibición del administrador de
bienes ajenos, adquirir derechos reales por contrato, legado o subasta pública,
respecto de bienes que, por ley o acto de autoridad pública administre. También está
prohibido tomar en arrendamiento los bienes que administra, tal como refiere el inciso 2
artículo 1668 del CC.
ARTÍCULO 776: AUTORIZACIÓN JUDICIAL
En la administración del bien común dice el artículo 973 del CC: "las obligaciones del
administrador serán las del administrador judicial. Sus servicios serán retribuidos con una parte de la
utilidad, fijada por el juez y observando el trámite de los incidentes". En el caso del albacea encargado
de administrar los bienes de la herencia, señala el artículo 793 del CC que su remuneración no será
mayor del cuatro por ciento de la masa líquida y en defecto de la determinación de la remuneración
por el testador, lo hará el juez, quien también señalará la del albacea dativo.
ARTÍCULO 779: CONCLUSIÓN DE LA
ADMINISTRACIÓN
Véase el caso de los menores que hayan adquirido mayoría de edad o el caso
de los interdictos, cuando haya cesado su incapacidad, siempre y cuando se
acompañe la declaración firme de rehabilitación y así lo decida el rehabilitado (ver
el artículo 584 del CPC).
ARTÍCULO 780: NORMA ESPECIAL
La norma se ubica en el supuesto de la administración de bienes sujetos a copropiedad, esto es, el
dominio de una cosa tenida en común por varias personas.
En la copropiedad, las facultades de dominio están atribuidas a varias personas en común; por lo que,
no pudiéndose dividir, resulta que pertenece por indiviso a varios, sin que ninguno pueda aducir su derecho
a toda la cosa, ni siquiera a una parte determinada de ella, sino una participación que pueda llamarse ideal.
2. Se diferencia del administrador social por tener unas funciones mucho más acotadas destinadas al
mantenimiento y mejora de los bienes y derechos de determinada parte y no a la de los socios.
Además, responde directamente ante el Juez y no ante aquéllos. Pese a ello, sus funciones de
gestión en empresas coinciden a menudo con las del administrador social, pues debe gestionarlas
con la diligencia y lealtad de un buen administrador. En algunos casos se mantiene el órgano de
administración, en otros, lo sustituye.
3. Los bienes o derechos que habitualmente gestionará podrán ser tanto bienes muebles
- Llevar a cabo las funciones específicas que le hayan sido asignadas judicialmente