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LOS PADRES SON LOS RESPONSABLES DE LA EDUCACIÓN DE SUS HIJOS

Evidentemente, si se analizan las reacciones conductuales de los


menores de 18 años es incuestionable que el comportamiento de estos
es responsabilidad de los padres. Las malas conductas que molestan y
perjudican a los demás, no son imputables a los que las sufren, sino a los
que las causan. Es cierto que la adolescencia puede ser complicada, para
una parte de los adolescentes, pero eso no significa que estén
justificadas las faltas de respeto y las malas actitudes. Ya se sabe que la
adolescencia es el periodo de la rebeldía, pero esto no lo justifica todo.
Los padres y las madres son lo que tienen que educar bien y con unas
normas, para que los buenos modales y la consideración a los demás, sea
lo que expresen las conductas de los adolescentes. Puede haber casos
aislados, en los que sea necesaria la intervención de expertos en
conducta como médicos, psicólogos o psiquiatras, pero si desde la más
tierna infancia se da una buena educación, coherente, flexible, pero con
reglas de comportamiento firmes y rotundas se logra que, generalmente,
los niños crezcan con actitudes amables y respetuosas, pase lo que pase,
en sus vidas.
Proyectar las culpas de las conductas disruptivas en los docentes, por
ejemplo, no es justo ni coherente o racional. En primer lugar, porque en
los centros educativos de enseñanza media los profesores no son
policías, aunque sean figuras de autoridad reconocidas legalmente. Se
están incrementando, de forma alarmante, las faltas de respeto en los
centros escolares de toda España. Se debe, en parte, a la creciente
pérdida de valores que se observa en la realidad social actual, no solo
entre los adolescentes o jóvenes, de forma general, sino también entre
los adultos. Por supuesto, existe una considerable parte de la ciudadanía
incluyendo a los adolescentes que se comporta bien. Me refiero a que es
necesaria, cada vez más, una educación en valores cívicos y éticos, ya
desde la infancia y especialmente intensa en las familias. Los padres o
madres sobreprotectores perjudican a sus hijos, porque al consentir y
permitir demasiado a sus vástagos causan efectos indeseados: actitudes
caprichosas, desprecio de los límites en las conductas, falta de control de
los impulsos, ausencia de respeto a los demás, etc. En estos casos, es
evidente que las sanciones contundentes son las únicas que tienen
efectos positivos, en el cambio del mal comportamiento. Pero es mejor
poner remedios antes con una buena educación, para no tener que llegar
a medidas que son pesadas y que tardan, a veces, en hacer el efecto

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deseado, que es el logro de actitudes respetuosas, a través del diálogo
sereno y racional basado en el respeto. Los profesores no son los padres.
El problema de las conductas disruptivas en adolescentes, en mi opinión,
se debe a una excesiva permisividad, por parte de las familias. También
es cierto que, como se dice en los ambientes directamente relacionados
con la psicología, en el 80% de los casos de mal comportamiento el
origen de estos problemas está causado, por la mala educación o la falta
de ella en los ambientes familiares.
En los institutos los profesores no tienen que ser psiquiatras, para
abordar en profundidad problemas de disciplina que provienen, en
realidad, de lo que ya se ha comentado. Por supuesto, existen
procedimientos más efectivos en los centros educativos para controlar
las conductas, pero la tensión nerviosa que pueden tener que soportar
los docentes no es admisible, ya que son trabajadores de la enseñanza y
tienen derecho a unas condiciones laborales racionales y razonables.
En esta sociedad actual, que es digital en buena medida, se observa otro
problema adicional y es que el uso de móviles en las aulas, aunque
pueda ser permitido por cuestiones didácticas y pedagógicas, está
provocando de forma general, una disminución alarmante de los niveles
de atención de muchos alumnos, lo que perjudica su rendimiento
académico, sin ninguna duda.
En Holanda, por ejemplo, se ha decidido prohibir el uso de móviles,
tabletas y relojes inteligentes desde el 1 de enero de 2024, en la
educación holandesa. Los móviles en los institutos son fuente de
problemas y conflictos, por el uso irracional de una parte del alumnado,
por esta razón en bastantes países de Europa ya están prohibidos en los
centros educativos. Con libros y materiales impresos puede ser más que
suficiente, ya que otra información puede ser consultada en los
domicilios de los estudiantes, sin ningún problema. El control parental
del uso de los móviles de los adolescentes, en muchos casos, no es
suficiente para evitar las consecuencias negativas de su uso
descontrolado, excesivo y que causa adicción y pérdida diaria de muchas
horas, que podrían ser dedicadas a estudiar, leer, pasear, hacer deporte,
descansar y estar con amigos.

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