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Capítulo 8: ¿Problemas de aprendizaje?

, ¿Problemas en el
aprendizaje? o ¿Fracaso escolar?
En este capítulo se plantea la diferencia entre los problemas de aprendizaje y los problemas
en el aprendizaje. Los primeros son una realidad de hecho, se manifiestan en niños con daños
neurológicos, con deficiencias sensoriales, con déficits intelectuales, con retrasos madurativos o
con dislexias, dispraxias o discalculias. Estos requieren de apoyo, atención personalizada,
dedicación por parte del maestro, la familia y hasta reeducación. Mientras que, los problemas en
el aprendizaje surgen de una situación conflictiva y se exteriorizan por medio de síntomas de
indiferencia y desgano. Además, surgen cuando no aparece el deseo por saber y no hay
curiosidad en aprender. Cuando todo esto ocurre se dice que estamos frente a un conflicto. El
conflicto según el psicoanálisis es lo constitutivo del ser humano y es la manifestación de
exigencias internas que se expresan mediante síntomas, trastornos de la conducta,
perturbaciones del carácter, etc.

¿Cuándo se habla de fracaso escolar? El fracaso escolar se da ante problemáticas individuales


a las que se le suman las problemáticas escolares por parte del docente o de la institución. El
imaginario familiar y educativo hacen que ese niño se transforme en un retrasado escolar y
luego en una problemática institucional. Para que un niño aprenda es necesario que lo desee, y
nada ni nadie puede obligarlo. Si el niño no quiere aprender es porque no lo desea o no puede
hacerlo, siendo ambos síntomas de fracaso en el aprendizaje. Para que se dé el proceso de
aprendizaje en un niño es necesario que estén presentes el aprender y el enseñar. En primer
lugar, el aprender está relacionado con el aprehender, con el hacer suyo, el incorporar algo que
tiene el otro para poder seguir creciendo intelectualmente, donde el niño / adolescente aportan
en este proceso todo lo que recibieron desde que nacieron, sus capacidades, sus identificaciones,
las expectativas del medio familiar, etc. En cambio, el enseñar está relacionado con el ofertar, el
ofrecer y ofrecerse.

El docente ofrece sus aspectos personales y su saber aprendido durante años, es quien se expone
y pone en movimiento el proceso de enseñanza y aprendizaje. En este mismo proceso hay un
mecanismo que lo puede impedir y ese mecanismo es la inhibición. A partir de acá aparece en el
aprendiente, quién se manifiesta en un no hacer, en un no entender por parte del sujeto. En la
inhibición intelectual el NO que manifiesta el sujeto no es un NO de rechazo sino es un NO que
revela en sí algo de verdad. No es una acción consciente sino inconsciente que habla de lo que
el niño cree que no puede ni debe entender, saber o comprender.

Luego, nos encontramos con la inhibición del docente que se da cuando el maestro siente que
para ser un "buen maestro" debe cumplir con el deber ser de la institución educativa a la que
pertenece. Para poder cumplir esto debe lograr y alcanzar los objetivos académicos esperados y
sacar adelante a los alumnos difíciles. Cuando esto no ocurre y no es posible, el maestro tiene la
sensación de fracaso y sentimientos que pueden opacar su accionar docente.

Además, el docente no solo sufre por sus presiones personales sino también por las
múltiples presiones institucionales, las cuales se las clasifican de dos maneras:
 Por las inspecciones educativas que hacen sentir el peso de la exigencia en agresiones
hacia su rol o función
 Por las demandas de los padres que nunca están satisfechos con la actuación del docente

González, Ariana
Pensado, Mariel

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