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Durante la infancia se pueden identificar tres aspectos importantes del desarrollo emocional
de los niños: la comprensión emocional, la regulación emocional y la empatía. Este proceso
continúa y se profundiza durante la adolescencia permitiéndoles fortalecer su capacidad
para actuar en las distintas situaciones de su vida.
La adolescencia puede ser una etapa enriquecedora pero también compleja, dada las
experiencias personales y en conjunto con el proceso mental-emocional que lo acompaña.
Esto implica que atraviesen por altibajos emocionales, pero que les permitirán comprender,
expresar y regular sus estados emocionales.
En otros casos, sino se da un buen desarrollo emocional, el adolescente se dejara llevar por
el impulso de sus emociones sin ninguna reflexión previa, conduciéndolo a agredir,
inhibirse de actuar, generar resentimiento y otras respuestas similares. Por lo general, estos
adolescentes tienden a tener más problemas de identidad, estrés, depresión, y alteraciones
psicosomáticas.
Aspecto físico
Durante esta etapa aprenden a definir quiénes son en un sentido psicológico pero también
físico. Estos cambios físicos y hormonales pueden generar crisis emocionales que pueden
variar desde un cierto rechazo a su cuerpo hasta un odio a sí mismo. Por otro lado, un signo
de buen desarrollo emocional genera un alto grado de aceptación del adolescente con su
cuerpo.
Sexualidad
Amistades
Durante la adolescencia aún continúan desarrollándose múltiples aspectos y la amistad es
un factor significativo en ese desarrollo. Por lo general las amistades les sirven de apoyo
para: descubrir su propia identidad, tener seguridad y estabilidad emocional y desarrollar
habilidades sociales.
Personalidad
Referencias: