Está en la página 1de 9

TEMA 4

EL DESARROLLO AFECTIVO EMOCIONAL EN


LOS NIÑOS Y NIÑAS DE CERO A TRES A ÑOS
EL DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD
La construcción de la personalidad tiene una importancia clave para el desarrollo del
niño/a. El desarrollo del ser humano es un desarrollo integral. En el análisis del mismo
podemos distinguir diversos ámbitos diferentes: el desarrollo motor, cognitivo, del lenguaje y
el desarrollo de la personalidad.

Por lo tanto la personalidad podemos considerarla como un aspecto más en la diversidad del
niño/a y que siempre va a influir en el proceso de enseñanza-aprendizaje. En estas edades, que
nos ocupan, el desarrollo afectivo es el motor de empuje del desarrollo de las demás capacidades.

Los elementos más llamativos que han de configurar el desarrollo de la personalidad en el niño/a
son la interacción social, la identidad personal, la autoestima y la autonomía.

La interacción social quiere decir que, tanto la interacción con sus iguales como con nosotros, los
adultos, favorecerán el desarrollo de una adecuada personalidad en el niño/a.

La identidad personal podemos definirla como autoconcepto, siendo el conjunto de sentimientos y


representaciones que se poseen respecto a uno mismo. Engloba rasgos de la apariencia física y
del carácter personal, de habilidades, de integración en determinados grupos, etc. En la etapa de
E.I, el niño/a se autodefine por las cosas que hace o que le gusta y por su aspecto físico.

La autoestima es el concepto de sí mismo no es neutro, sino que está cargado de valoración


positiva o negativa, procedente de las interacciones sociales que el niño/a mantiene con los otros
y con el medio, a los que se une su propia experiencia. La confianza y la valoración positiva de los
adultos es un sentimiento que progresivamente se va convirtiendo en una manera de percibirse a
sí mismo. La autoestima es esencial para la supervivencia psicológica y es un factor emocional
que afecta a todos los aspectos de la vida y en todas las etapas.

La autonomía es la capacidad para actuar con independencia de los demás, es decir, un


adecuando desarrollo de la personalidad ha de conllevar la aparición de la moral autónoma, y así
no depender de la autoridad ni de las de las normas (moral heterónoma).

La personalidad va a depender de la herencia y el ambiente, por lo que aparecen una serie de


factores presentes en tal desarrollo como pueden ser: el aspecto físico y psíquico de la persona,
las experiencias del sujeto, los estímulos favorecedores o inhibidores del desarrollo, los modelos
propios de cada sociedad y las relaciones sociales y afectivas entre otros; debido a su importancia
paso a continuación a exponer el desarrollo afectivo.

El desarrollo afectivo en los niÑos/ as de 0 a 6 aÑos


La afectividad es de suma importancia en toda nuestra vida, para H. Wallon, la afectividad es el
primer dominio de la vida psíquica sin la cual no son posibles los demás motor, conocimiento,
persona.

Los niños/as nacen con la gran capacidad de aprender, pre orientados a buscar y preferir
estímulos sociales y necesitados de vínculos afectivos básicos, jugando el apego un rol
fundamental en estos primeros años de vida.
El apego es un vínculo afectivo que el niño/a establece con una o varias personas del sistema
familiar, tiene como función favorecer la supervivencia y proporcionar seguridad al niño/a. El
apego supone la representación de un modelo mental de la relación con la figura de apego y
también un conjunto de sentimientos asociados a esta figura, sobre los 8 meses este vínculo
queda establecido.

Las principales características de la afectividad infantil podría resumirlas en las siguientes:

- El niño/a sufre cambios bruscos en su estado de ánimo, por lo que cualquier


acontecimiento, por mínimo que sea, le afectará.
- Las emociones van a ser más intensas que los sentimientos.
- La vida afectiva domina sobre cualquier razonamiento.
Durante los dos primeros meses el bebé busca activamente estímulos y le atrae el rostro humano
y sonríe ante cualquiera.

De los dos a los seis meses la sonrisa se hace selectiva, el niño/a prefiere a la madre frente a
otras personas.

De los seis meses al año ponen de manifiesto conductas de preferencia por determinadas
personas y ante los desconocidos reaccionan con cautela, miedo, incluso rechazo.

A partir del segundo año al tercer año de vida el vínculo de apego se consolida,
enriqueciéndose sus componentes representacionales por el desarrollo de las
capacidades intelectuales. Las nuevas capacidades lingüísticas y mentales facilitan también la
comunicación y el entendimiento con las figuras de apego. A la vez, el desarrollo de estas
mismas capacidades y la adquisición de autonomía motora, facilitan la ampliación del
ambiente físico y social con el cual interactúa el niño/a, haciendo también menos
necesaria la mediación de las figuras de apego y adquiriendo, de esta forma, mayor
autonomía.

A partir de los 3 años el niño/a va ir progresivamente desde la vinculación afectiva, apego,


hacia el adulto, hacia la interacción con sus iguales.

Estas experiencias que los niños/as vivirán a lo largo de los años en todos los contextos
en que se encuentren(familia, escuela, amigos/as)les hará interiorizar una imagen y un
concepto de sí mismo y al mismo tiempo, adquirirán una valoración del propio concepto
que transmiten las personas importantes a lo largo de su relación diaria.

En esta etapa de la E.I se van a dar una serie de conflictos o alteraciones en el desarrollo afectivo
del niño/a, los más frecuentes son:

- Agresividad, agresiones verbales o físicas.


- Trastornos del sueño, por problemas de miedos o fobias, etc.
- Retraso en el control de esfínteres, siempre y cuando no exista trastorno orgánico que lo
justifique ni tampoco como resultado de la falta de entrenamiento.
- Celos, miedo a perder a alguien querido, principalmente la madre o miedo a perder el
afecto familiar cuando nace otro hermano.

AportaciOn de distintos autores


A continuación expondré las aportaciones de las teorías de S.Freud, Erikson y H.Wallon sobre el
desarrollo de la personalidad.
La teoría psicoanalítica de S.Freud sostiene que el desarrollo de la personalidad está ligado al
curso de las pulsiones sexuales a lo largo de una sucesión de estadios invariantes que conducen
desde la sexualidad pregenital infantil a la sexualidad genital adulta. Los distintos estadios del
desarrollo psicosexual suponen la aparición de sucesivas zonas erógenas en las que se va a ir
centrando el autoerotismo infantil. La forma en que se resuelvan los conflictos supondrá la
aparición y fijación de determinados rasgos de la personalidad.

Estas fases son cinco: oral (boca), anal (función excretora), fálica (exploración de genitales), de
latencia (aplacamiento de impulsos) y genital (genitales y sexualidad).

La teoría de Erikson atiende más a los aspectos sociales que a los biológicos. En esta teoría se
identifica cada etapa del desarrollo emotivo por la clase de crisis psicosocial que pueda
producirse y que, si se maneja con habilidad, capacita al individuo para superar
adecuadamente esa crisis y afrontar los problemas que encontrará en la etapa siguiente
de su desarrollo. Cada crisis se describe de acuerdo con las consecuencias favorables y
desfavorables que se producirán al solucionar los problemas que se presentan.

Las fases de desarrollo que corresponden a la etapa infantil son la infancia, primera niñez y edad
del juego.

- La infancia: confianza frente a desconfianza.


- Primera niñez: autonomía frente a la duda y la vergüenza.
- Edad del juego: iniciativa frente a sentimiento de culpa.
La teoría de H.Wallon estudia el desarrollo de la personalidad a través de dos etapas,
sensoriomotora y la del personalismo.
La etapa o periodo sensomotor de 0 a 3 años, cuyas principales adquisiciones son la
diferenciación entre el “yo” y el “no-yo”, la adquisición de la conciencia de las diferencias que hay
entre sus acciones y las de los demás, lo que yo hago y lo que hacen los otros y la adquisición de
la conciencia de lo que es suyo y de lo que pertenece a los otros.
La etapa del personalismo de 3 a 6 años se estructura en tres fases que son la de oposición, de
gracia y de imitación:
- Fase de oposición, donde el niño/a ha descubierto su yo y necesita reafirmarlo, en la
medida en la que se opone a los demás.
- Fase de gracia a los 3-4 años, pretende garantizarse el afecto de los demás, para lo cual
seduce a los demás mediante sus gestos, palabras y acciones. Pero las “gracias” del
niño/a no siempre resultan ser tan graciosas para quienes le rodean, por ello surge la
siguiente fase.
- Fase de imitación de los modelos adultos a los 4-5 años, empieza a imitar las
características de las personas que admira que garantiza su aprobación y afecto, y,
acaba por convertirse en identificación con ellos.

De esta forma, una relación que había empezado siendo de oposición, acaba
siéndolo de identificación. La personalidad del niño/a quedará estructurada de una u otra
forma según sea la manera en que los padres hayan resuelto las tensiones producidas en
la etapa del personalismo.
La conquista de la autonomIa

Ahora voy a pasar a comentar la importancia que tiene la conquista de la autonomía por parte del
niño/a, en el desarrollo de la personalidad.
Uno de los objetivos de la E.I es contribuirá a desarrollar en las niño y niñas las capacidades que
les permitan adquirir progresivamente autonomía en sus actividades habituales.
El niño/a parte de una situación de dependencia radical respecto del adulto, poco a poco el niño/a
va consiguiendo, va a ir conquistando su propia autonomía. Los logros que alcanzan en los tres
primeros años de vida son enormes, pero es un proceso que va a continuar a lo largo de toda la
vida. La Escuela Infantil debe ofrecer la experiencias y la ayuda necesaria para que los niños
puedan ir logrando una autonomía creciente en su actuación, en sus sentimientos y en su
forma de pensar, para que sean capaces de asumir el cuidado de sí mismos y del entorno en
el que viven y para que puedan ampliar su mundo de relaciones e integrarse socialmente. Así,
debemos ayudar a los niños/as, a través de vínculos afectivos adecuados, a conseguir seguridad
y confianza en sí mismos, a sentirse comprendidos y atendidos en sus necesidades.
La conquista de la autonomía pasa por dos fases que son, la toma de conciencia de la
individualidad y la afirmación del yo.
La toma de conciencia de la individualidad, donde a través del reconocimiento de la imagen ante
el espejo, la locomoción, la exploración de objetos y elementos, el desarrollo del lenguaje, los
juegos y la intencionalidad en sus acciones, el niño/a debe ir diferenciándose de los demás, y así
pasar a la segunda fase.

Y la afirmación del Yo conseguida a partir de los tres años, favorecida por la socialización del niño
y por la oposición al adulto tan constante a esta edad, pero que sin embargo tiene como fines:

- Sentirse diferenciado de los demás


- Permitir asumir el cuidado de sí mismos y del entorno en el que viven
- Poder integrarse en una comunidad formada por individualidades
- Proporcionarles seguridad emocional, confianza, iniciativa y capacidad de elección.

Todo esto da lugar a que parte de las conductas egocéntricas evolucionen hasta convertirse en
conductas empáticas y altruistas. Este proceso va a formar parte de nuestra actuación educativa.

Directrices para una correcta intervenciOn educativa

Y por último voy a exponer el apartado reservado a nuestra intervención educativa, nuestro papel
como educadores de la etapa de E.I debe ser valorado especialmente, por cuanto sus funciones
como modelo de actitudes y conductas, estimulador del desarrollo y de la autonomía del niño/a,
así como compensador de carencias de otros ambientes como el familiar y el sociocultural.

Nosotros, los educadores de E.I, debemos poseer unos valores y actitudes, nuestra función no es
la de transmitir sólo conocimientos, sino la de estimular el desarrollo del niño/a en todas sus
facetas.

Debemos crear un clima afectivo que proporcione al niño/a la suficiente seguridad personal, para
que pueda sentirse motivado en el juego, el descubrimiento y la búsqueda de su identidad y
autonomía. Es importante tener una relación de respeto mutuo entre el adulto y el niño/a, sin esta
relación cualquier método no sería efectivo.

Debemos extremar nuestra capacidad de afecto y empatía creando un clima que propicie la
comunicación entre todos de manera que el niño/a se sienta estimado, aceptado y miembro del
grupo. Eliminando la competencia individual se propicia una relación basada en el respeto a las
diferencias, capacidades y logros de todos y cada uno de nuestros alumnos.

Debemos facilitar las relaciones entre iguales, puesto que, el proceso de socialización, el
desarrollo cognitivo y la maduración afectiva y moral se ven favorecidas por las interacciones
entre iguales.
Debemos enseñarles rutinas diarias, que practicaremos en el centro escolar cada día, como
saludar al llegar a la clase, despedirse al marchar de ella, decir por favor en determinados
momentos, dar las gracias, hacer la fila, etc.

Tenemos un importante papel en el periodo de adaptación a los centros infantiles, ya que este
periodo es crucial en el desarrollo social del niño/a, cómo se desarrolle este periodo inicial va a
depender en parte su adaptación definitiva a la escuela.

Nuestra actividad durante este tiempo debe ser respetuosa con los sentimientos del niño/a, y
tranquilizadora. Es conveniente que el horario escolar se vaya completando poco a poco.
Debemos programar actividades que sirvan para conocer a los niños/as, conocerse entre ellos y el
centro.

LA EDUCACIÓN SEXUAL EN LA ETAPA INFANTIL

Finalidad
La educación sexual aparece tratada como parte integrante de la Educación para la Salud. Por
otra parte, un componente importante de la educación sexual es el referido a las relaciones entre
ambos sexos y a la formación de la identidad de género, por lo que también nos interesa hacer
referencia al tema de la educación para la igualdad entre ambos sexos. Por todo ello, trataremos
el tema de la Educación Sexual atendiendo a las dos perspectivas expuestas. Una buena
Educación Sexual ha de desarrollar en los alumnos aspectos del siguiente tipo:
- Conocer el propio cuerpo y el de otro u otra.
- Desarrollar las capacidades sensoriales.
- Adquirir y familiarizarse con el vocabulario adecuado, asociado al lenguaje cotidiano, pero
sin olvidar los nombres correctos.
- En relación con la igualdad de oportunidades entre los sexos se debe proponer:
- Desarrollar para ambos sexos en igualdad de oportunidades los valores considerados
como femeninos o como masculinos.
- Revalorizar el lenguaje corporal y favorecer la expresión de los sentimientos en ambos
sexos.
- Favorecer aquellas actividades relacionadas con la vida doméstica que desarrollen
habilidades y destreza independientemente del sexo y que no refuercen estereotipos.
- Favorecer el cambio de actitudes en las familias hacia el uso de juguetes de forma no
discriminatoria.
- Sensibilizar a las familias sobre la necesidad de su participación e implicación en la
educación de sus hijos e hijas.

Responsables de la EducaciOn Sexual


Si aceptamos el hecho de que la educación se inicia desde el nacimiento, hemos de considerar a
los padres como los primeros responsables de la educación. Más tarde, ésta pasa a ser una tarea
de colaboración entre padres y maestros.
En cuanto a la educación sexual, esta colaboración es fundamental ante la diversidad de
opiniones y la necesidad de aunar criterios, evitando los antagonismos y las contradicciones.
Dicha colaboración se pone de manifiesto, entre otras, en las siguientes actuaciones:
- Colaborar en la elaboración del programa de educación sexual.
- Intercambiar información para unificar criterios. Por su parte, tanto padres como maestros
desempeñan unas funciones específicas que son fundamentales para el desarrollo de una
adecuada y coherente educación sexual.
JustificaciOn de la EducaciOn Sexual en la etapa infantil
Razones por la que educación sexual quedaría justificada en la educación infantil:
- La formación integral requiere la educación de este aspecto.
- La sexualidad está presente en los comportamientos y actitudes humanas.
- Favorece la formación de una personalidad estable, ya que en función de cómo el niño
sienta y experimente la sexualidad desde los primeros años, influirá en la aceptación de sí
mismo, del propio cuerpo y en la relación con los demás.
- Contribuye a la desaparición de miedos y preocupaciones que surgen ante la falta de
información.
En consecuencia, y teniendo en cuenta estas razones, es preciso elaborar programas de
educación sexual en la etapa infantil que queden integrados de forma coherente en un programa
más amplio que abarque al resto de niveles educativos conectados a unos principios y objetivos
comunes.

La EducaciOn Sexual en el currIculo de la EducaciOn Infantil


Cada centro elaborará los objetivos sobre educación sexual adaptados a su contexto y a las
necesidades de su centro, como:
- Reconocer, aceptar y valorar su propia identidad sexual.
- Identificar roles masculinos y femeninos, evitando actitudes y situaciones de
discriminación.
- Utilizar diversas formas de expresión y comunicación evitando prejuicios y estereotipos.
Estos objetivos se servirán de diversos contenidos como medio fundamental para su tratamiento,
que serán del siguiente tipo:
- Partes del cuerpo.
- Diferencias entre el cuerpo del niño y la niña.
- Utilización de un vocabulario adecuado, asociándolo al lenguaje cotidiano.
- Participación en diferentes actividades sin discriminación por razón de sexo.
- Actitud de naturalidad para solicitar la información deseada.
- Aceptación y valoración del propio cuerpo.
En definitiva, esta va a ser la metodología utilizada, siempre marcada por los principios de
individualización, actividad, socialización, globalización y aprendizaje significativo, y en
consonancia con los intereses y necesidades de los niños/as.
Algunas de las actividades que realizaremos serán aprovechar el nacimiento de algún
hermano/a; comentarios de láminas y fotografías; juegos; puzles; actividades que favorezcan la
autoestima, la responsabilidad y el respeto hacia sí mismo y hacia los demás; dramatizaciones;
cuentos, y actividades que ayuden a formar vínculos afectivos y de amistad entre los alumnos/as.
Centros de interés como “conozco y cuido mi cuerpo”, “las profesiones”, “la casa”; una salida a
una granja escuela; proyectos como la preparación de una fiesta de cumpleaños; núcleos
generadores como por ejemplo un niño que acaba de tener un hermano y lo presenta al resto de
la clase, servirán para trabajar estos temas.
Actitudes y criterios bAsicos
Las actitudes y criterios que queremos promover son del siguiente tipo:
- Aceptación y comprensión de la educación sexual en la etapa infantil por parte de la
comunidad escolar.
- Responder a los interés y curiosidades de los niños/as siempre y con la verdad.
No temer el no saber qué o cómo responder a una pregunta sobre cuestiones sexuales, actuar del
mismo modo que si esto ocurriera con otra materia no referida a la sexualidad (Moreno y López
Navarro, 2001, pp.14).
- Es fundamental que en el aula exista un clima de naturalidad y confianza que favorezca el
diálogo y la expresión de sentimientos, curiosidades e interés de carácter sexual, no
inhibiendo la naturalidad y espontaneidad propia de estas edades.
Una actitud sexual sana se inicia en la manera en que el niño se siente con su cuerpo (Eyre y
Eyre, 2000, pp.35).
- Es importante conocer las formas de pensamiento, teorías, fantasías y mitos más
frecuentes, posibilitando su verbalización y contraste con el fin de descubrir lo que hay de
correcto e incorrecto en ellas.
- Para facilitar el proceso de adquisición de la identidad sexual debemos favorecer la
discriminación entre lo que es porque así viene dado (genitales masculinos o femeninos) y
lo que es porque así lo requiere la sociedad (características de género), relativizando en la
práctica pedagógica la asignación de estas características a uno u otro sexo.
Es necesario no sólo eludir, sino aprovechar cualquier situación, área, tema, circunstancia…que
se presente y que pueda orientar y formar a niños y niñas en una visión correcta y saludable de
las relaciones humanas:
- Implicando a las familias para conseguir un equilibrio entre familia y escuela favoreciendo
así la coherencia entre ambos.
- Tratando dicha temática como parte del currículo, como un elemento integrado y activo en
el marco de una enseñanza globalizada.
- Hablando con naturalidad y con un vocabulario adecuado a cada nivel, asociándolo al
lenguaje cotidiano, pero sin olvidar los nombres correctos.
- Fomentando la cooperación frente a la competitividad como medio de facilitar la
comunicación, el conocimiento y la aceptación del otro.

DESCUBRIMIENTO E IDENTIFICACIÓN CON EL PROPIO SEXO


Dentro del conocimiento de sí mismo y de la adquisición de la propia identidad se encuentran dos
contenidos básicos: los referidos a la identidad sexual y a la identidad de género, que son
imprescindibles para el proceso de socialización. Ambos contribuyen a proporcionar al niño/a una
serie de conocimientos relativos a su propia persona y de formar así la identidad categorial.
Los conceptos de identidad sexual y rol sexual o de género son distintos, ya que el primero se
refiere a la Autoclasificación como niño o niña y el segundo al papel asignado por nuestra
sociedad a mujeres y hombres.
La primera referencia del proceso evolutivo que siguen los niños/as en este sentido, la
encontramos hacia el año y medio o dos años, cuando los niños y niñas manifiestan tener
intereses tipificados socialmente como propios de niños o de niñas (ejemplo preferencias en
cuanto a juguetes). Hacia los dos años se Autoclasifican como niño o niña, lo que supone que
distinguen elementos diferenciales entre niños y niñas y además, que pertenecen a una de estas
categorías. Antes de los tres años, recurren con frecuencia a la etiqueta de su identidad de niño o
niña para rechazar o aceptar juguetes, juegos, vestidos, actividades, etc.
Esta Autoclasificación tiene gran importancia porque les lleva a organizar toda su vida conforme a
ella y a rechazar a los que no se comportan de acuerdo con lo socialmente esperado (tienden a
formar grupos de niños con niños y de niñas con niñas). No quiere decir que niños y niñas de
estas edades no puedan llegar a establecer lazos de amistas y a entenderse en numerosas
actividades, sino que es menos frecuente.
Entre cero y seis años, la autoclasificación como niño o niña, a la vez que es muy importante,
tiene limitaciones: se la hace depender de características de género. Lo que define de la identidad
sexual no es la anatomía, sino el vestido, los adornos, las actividades, etc.
Sólo a partir de los siete años dan prioridad a los genitales como elemento definidor de la
identidad. Adquieren la conciencia de que su identidad es permanente cuando saben que ésta no
depende de la propia voluntad, sino que es un hecho dado para siempre; reconocen que es
estable a lo largo del ciclo vital y tienen la seguridad de que es consistente a pesar de los cambios
en la apariencia o en las actividades.
LA CONSTRUCCIÓ N DE LOS ROLES MASCULINO Y FEMENINO
El aprendizaje de muchos de los caracteres y modos de actuación de ambos sexos están
condicionados por factores culturales y sociales que actúan sobre ambos sexos desde el
nacimiento a través de la familia, la escuela, las instituciones, la tradición cultural. Así se inicia la
asimilación de unos estereotipos comportamentales diferentes para cada sexo, es decir, se
transmite al niño y la niña lo que se ha llamado una “identidad de género”.
En cuanto a la evolución cronológica de la construcción de los roles masculino y femenino
podemos decir que niño y niña inician el aprendizaje social de la identidad de género a partir de
los dos o tres años y una vez que se han identificado con su grupo sexual. En estos primeros años
los niños/as son incapaces de distinguir entre identidad sexual y de género, creyendo que el
hecho de comportarse y/o hacer una u otra acción va ligada exclusivamente al hombre o a la
mujer. Esta creencia hace especialmente necesaria la intervención educativa en este campo.
Hasta hace varios años en la escuela se aprendía a desempeñar roles y a expresar
comportamientos apropiados a cada sexo según las normas establecidas, es decir, se transmitía y
reforzaba el código del género. Este proceso de construcción, iniciado por la familia contribuía a
mantener y reforzar los estereotipos sexuales presentes en la cultura. Así, en el niño se
potenciaban la independencia, decisión, agresividad…y en las niñas, la obediencia, la aceptación
de la norma y la dependencia.
Este modo de actuar puede corregirse con intervenciones intencionadas que traten de favorecer la
igualdad de oportunidades, la participación, la empatía y la cooperación, entre otras.
En este ámbito hay que prestar atención al “currículo oculto” que es todo aquello que de forma
inconsciente transmite estereotipos culturales que favorecen esa desigualdad entre sexos. Este
currículo oculto se transmite principalmente a través de las interacciones entre maestros y
alumnos/as, por lo que sería necesario analizar las actitudes del profesorado. Estas actitudes
deben ir marcadas por:
- La flexibilidad y apertura, posibilitando así una selección de roles.
- Respeto hacia los intereses y necesidades de niños y niñas.
- Conciencia de la presión que ejercen en niños y niñas modelos estereotipados.
- Relación con las familias.

También podría gustarte