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Por lo tanto la personalidad podemos considerarla como un aspecto más en la diversidad del
niño/a y que siempre va a influir en el proceso de enseñanza-aprendizaje. En estas edades, que
nos ocupan, el desarrollo afectivo es el motor de empuje del desarrollo de las demás capacidades.
Los elementos más llamativos que han de configurar el desarrollo de la personalidad en el niño/a
son la interacción social, la identidad personal, la autoestima y la autonomía.
La interacción social quiere decir que, tanto la interacción con sus iguales como con nosotros, los
adultos, favorecerán el desarrollo de una adecuada personalidad en el niño/a.
Los niños/as nacen con la gran capacidad de aprender, pre orientados a buscar y preferir
estímulos sociales y necesitados de vínculos afectivos básicos, jugando el apego un rol
fundamental en estos primeros años de vida.
El apego es un vínculo afectivo que el niño/a establece con una o varias personas del sistema
familiar, tiene como función favorecer la supervivencia y proporcionar seguridad al niño/a. El
apego supone la representación de un modelo mental de la relación con la figura de apego y
también un conjunto de sentimientos asociados a esta figura, sobre los 8 meses este vínculo
queda establecido.
De los dos a los seis meses la sonrisa se hace selectiva, el niño/a prefiere a la madre frente a
otras personas.
De los seis meses al año ponen de manifiesto conductas de preferencia por determinadas
personas y ante los desconocidos reaccionan con cautela, miedo, incluso rechazo.
A partir del segundo año al tercer año de vida el vínculo de apego se consolida,
enriqueciéndose sus componentes representacionales por el desarrollo de las
capacidades intelectuales. Las nuevas capacidades lingüísticas y mentales facilitan también la
comunicación y el entendimiento con las figuras de apego. A la vez, el desarrollo de estas
mismas capacidades y la adquisición de autonomía motora, facilitan la ampliación del
ambiente físico y social con el cual interactúa el niño/a, haciendo también menos
necesaria la mediación de las figuras de apego y adquiriendo, de esta forma, mayor
autonomía.
Estas experiencias que los niños/as vivirán a lo largo de los años en todos los contextos
en que se encuentren(familia, escuela, amigos/as)les hará interiorizar una imagen y un
concepto de sí mismo y al mismo tiempo, adquirirán una valoración del propio concepto
que transmiten las personas importantes a lo largo de su relación diaria.
En esta etapa de la E.I se van a dar una serie de conflictos o alteraciones en el desarrollo afectivo
del niño/a, los más frecuentes son:
Estas fases son cinco: oral (boca), anal (función excretora), fálica (exploración de genitales), de
latencia (aplacamiento de impulsos) y genital (genitales y sexualidad).
La teoría de Erikson atiende más a los aspectos sociales que a los biológicos. En esta teoría se
identifica cada etapa del desarrollo emotivo por la clase de crisis psicosocial que pueda
producirse y que, si se maneja con habilidad, capacita al individuo para superar
adecuadamente esa crisis y afrontar los problemas que encontrará en la etapa siguiente
de su desarrollo. Cada crisis se describe de acuerdo con las consecuencias favorables y
desfavorables que se producirán al solucionar los problemas que se presentan.
Las fases de desarrollo que corresponden a la etapa infantil son la infancia, primera niñez y edad
del juego.
De esta forma, una relación que había empezado siendo de oposición, acaba
siéndolo de identificación. La personalidad del niño/a quedará estructurada de una u otra
forma según sea la manera en que los padres hayan resuelto las tensiones producidas en
la etapa del personalismo.
La conquista de la autonomIa
Ahora voy a pasar a comentar la importancia que tiene la conquista de la autonomía por parte del
niño/a, en el desarrollo de la personalidad.
Uno de los objetivos de la E.I es contribuirá a desarrollar en las niño y niñas las capacidades que
les permitan adquirir progresivamente autonomía en sus actividades habituales.
El niño/a parte de una situación de dependencia radical respecto del adulto, poco a poco el niño/a
va consiguiendo, va a ir conquistando su propia autonomía. Los logros que alcanzan en los tres
primeros años de vida son enormes, pero es un proceso que va a continuar a lo largo de toda la
vida. La Escuela Infantil debe ofrecer la experiencias y la ayuda necesaria para que los niños
puedan ir logrando una autonomía creciente en su actuación, en sus sentimientos y en su
forma de pensar, para que sean capaces de asumir el cuidado de sí mismos y del entorno en
el que viven y para que puedan ampliar su mundo de relaciones e integrarse socialmente. Así,
debemos ayudar a los niños/as, a través de vínculos afectivos adecuados, a conseguir seguridad
y confianza en sí mismos, a sentirse comprendidos y atendidos en sus necesidades.
La conquista de la autonomía pasa por dos fases que son, la toma de conciencia de la
individualidad y la afirmación del yo.
La toma de conciencia de la individualidad, donde a través del reconocimiento de la imagen ante
el espejo, la locomoción, la exploración de objetos y elementos, el desarrollo del lenguaje, los
juegos y la intencionalidad en sus acciones, el niño/a debe ir diferenciándose de los demás, y así
pasar a la segunda fase.
Y la afirmación del Yo conseguida a partir de los tres años, favorecida por la socialización del niño
y por la oposición al adulto tan constante a esta edad, pero que sin embargo tiene como fines:
Todo esto da lugar a que parte de las conductas egocéntricas evolucionen hasta convertirse en
conductas empáticas y altruistas. Este proceso va a formar parte de nuestra actuación educativa.
Y por último voy a exponer el apartado reservado a nuestra intervención educativa, nuestro papel
como educadores de la etapa de E.I debe ser valorado especialmente, por cuanto sus funciones
como modelo de actitudes y conductas, estimulador del desarrollo y de la autonomía del niño/a,
así como compensador de carencias de otros ambientes como el familiar y el sociocultural.
Nosotros, los educadores de E.I, debemos poseer unos valores y actitudes, nuestra función no es
la de transmitir sólo conocimientos, sino la de estimular el desarrollo del niño/a en todas sus
facetas.
Debemos crear un clima afectivo que proporcione al niño/a la suficiente seguridad personal, para
que pueda sentirse motivado en el juego, el descubrimiento y la búsqueda de su identidad y
autonomía. Es importante tener una relación de respeto mutuo entre el adulto y el niño/a, sin esta
relación cualquier método no sería efectivo.
Debemos extremar nuestra capacidad de afecto y empatía creando un clima que propicie la
comunicación entre todos de manera que el niño/a se sienta estimado, aceptado y miembro del
grupo. Eliminando la competencia individual se propicia una relación basada en el respeto a las
diferencias, capacidades y logros de todos y cada uno de nuestros alumnos.
Debemos facilitar las relaciones entre iguales, puesto que, el proceso de socialización, el
desarrollo cognitivo y la maduración afectiva y moral se ven favorecidas por las interacciones
entre iguales.
Debemos enseñarles rutinas diarias, que practicaremos en el centro escolar cada día, como
saludar al llegar a la clase, despedirse al marchar de ella, decir por favor en determinados
momentos, dar las gracias, hacer la fila, etc.
Tenemos un importante papel en el periodo de adaptación a los centros infantiles, ya que este
periodo es crucial en el desarrollo social del niño/a, cómo se desarrolle este periodo inicial va a
depender en parte su adaptación definitiva a la escuela.
Nuestra actividad durante este tiempo debe ser respetuosa con los sentimientos del niño/a, y
tranquilizadora. Es conveniente que el horario escolar se vaya completando poco a poco.
Debemos programar actividades que sirvan para conocer a los niños/as, conocerse entre ellos y el
centro.
Finalidad
La educación sexual aparece tratada como parte integrante de la Educación para la Salud. Por
otra parte, un componente importante de la educación sexual es el referido a las relaciones entre
ambos sexos y a la formación de la identidad de género, por lo que también nos interesa hacer
referencia al tema de la educación para la igualdad entre ambos sexos. Por todo ello, trataremos
el tema de la Educación Sexual atendiendo a las dos perspectivas expuestas. Una buena
Educación Sexual ha de desarrollar en los alumnos aspectos del siguiente tipo:
- Conocer el propio cuerpo y el de otro u otra.
- Desarrollar las capacidades sensoriales.
- Adquirir y familiarizarse con el vocabulario adecuado, asociado al lenguaje cotidiano, pero
sin olvidar los nombres correctos.
- En relación con la igualdad de oportunidades entre los sexos se debe proponer:
- Desarrollar para ambos sexos en igualdad de oportunidades los valores considerados
como femeninos o como masculinos.
- Revalorizar el lenguaje corporal y favorecer la expresión de los sentimientos en ambos
sexos.
- Favorecer aquellas actividades relacionadas con la vida doméstica que desarrollen
habilidades y destreza independientemente del sexo y que no refuercen estereotipos.
- Favorecer el cambio de actitudes en las familias hacia el uso de juguetes de forma no
discriminatoria.
- Sensibilizar a las familias sobre la necesidad de su participación e implicación en la
educación de sus hijos e hijas.