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ANÁLISIS EXISTENCIAL Y LOGOTERAPIA

Léelo si no puedes perdonar a alguien


Odio todos los clichés existentes sobre perdonar.
Conozco cada proverbio, cada consejo, cada opinión común
acerca de esto porque intenté encontrar respuestas en una
multitud de libros. Leí todas las publicaciones en los blogs
dedicadas al arte de dejar ir la ira. Anoté varias frases de Buda,
me las aprendí de memoria y ninguna de ellas me funcionó.
Sé que la distancia entre «decidir perdonar» y la verdadera
sensación de paz interior puede ser insuperable. Lo sé.
El perdón es una jungla impenetrable para aquellos que buscan
justicia. Duele la simple idea de que alguien pueda quedar
impune después de lo que ha hecho. No queremos mantener
nuestras manos limpias, los rastros de dolor de los que nos
ofendieron nos satisfacerían más. Queremos empatar. Queremos
que también ellos sientan lo que sentimos nosotros.
Perdonar a alguien es similar a traicionarse
a sí mismo. No quieres rendirte en la batalla por la justicia.
La furia arde por dentro y te envenena con tu propio veneno.
Lo sabes, sin embargo no puedes dejar ir la situación. La ira
se convierte en una parte de ti mismo, cual corazón, cerebro
o pulmones. Conozco esta sensación. Sé cómo se siente cuando
la ira pulsa en tu sangre al ritmo de tu corazón.
Sin embargo, esto es lo que quieres recordar sobre la ira: es una
emoción instrumental. Nos enfadamos porque queremos justicia.
Porque pensamos que nos beneficiará. Porque creemos que cuanto
más enojados estemos, más cambios podemos lograr. La ira
no entiende que ya lo pasado pasó y el daño ya está hecho.
Te quiere convencer de que la venganza lo corregirá todo.
Estar furioso es como estar rascando una herida que sangra,
creyendo que de esta manera evitarás la aparición de una
cicatriz. Como si la persona que te lastimó alguna vez, llegara
a suturarte la herida con tal precisión que no te dejara ninguna

Carlos Mario Londoño Rincón – (608) 2748508 - 3044406331 1


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marca. La verdad sobre la ira es esta: simplemente niegas


el tratamiento para sanarte. Tienes miedo porque cuando
la herida se cierre, tendrás que vivir en una piel
desconocida.Y quieres devolverte a la anterior. Y es cuando
la ira te dice que es mejor no detener el sangrado.
Cuando todo hierve en tu interior, el perdón es imposible.
Quisieras perdonar porque tu mente se da cuenta de lo sana
que es esta opción. Quieres tener la paz que ofrece el perdón.
Quieres liberarte. Quieres detener ese tormento en tu interior
pero no puedes hacer nada contigo mismo.
Porque nadie te ha dicho la verdad más importante acerca del
perdón: no corrige ni cambia nada. No es una goma que puede
borrar todo lo que te ha sucedido. No cancelará el dolor con
el cual vivías y no te ofrecerá un estado de paz instantáneo.
Buscar la paz interior es un largo camino. Y el perdón sólo
te permite evitar la «deshidratación» en el camino.
El perdón significa no tener esperanzas en un pasado
distinto. Es decir, comprender que todo ya pasó, el polvo
ya se asentó y lo arruinado nunca cobrará su forma original.
Es aceptar que ningún tipo de magia podría repararte el daño. Sí,
el huracán fue totalmente injusto, sin embargo aún tienes que
vivir en tu ciudad destruida. Tu furia no puede restaurarla,
lo tendrás que hacer tú.
El perdón significa aceptar tu responsabilidad personal, no por
la destrucción sino por la restauración. Es la decisión que tomas
para que regrese a ti la serenidad.
El perdón no significa que la culpa de tus agresores está
nivelada. No quiere decir que tienes que ser su amigo
o simpatizarles. Simplemente aceptas que te dejaron una marca
y ahora tendrás que vivir con esto. Se trata de dejar de esperar
que la persona que te lastimó haga que todo vuelva a ser «como
antes». El perdón es la decisión de empezar a sanar las heridas

Carlos Mario Londoño Rincón – (608) 2748508 - 3044406331 2


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sin importar si te dejarán cicatrices. Es la aceptación de vivir


con tus cicatrices.
El perdón no es el triunfo de la injusticia. Se trata de crear
tu propia justicia, tu propio karma y destino. Se trata de volver
a levantarse con la determinación de ya no sentirse infeliz por
el pasado. El perdón es comprender que tus cicatrices
no determinarán tu futuro.
El perdón no significa que te rindas. Significa que estás
dispuesto a reunir tus fuerzas y seguir adelante.
Fuente: thoughtcatalog.com

Carlos Mario Londoño Rincón – (608) 2748508 - 3044406331 3

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