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De manera similar, México invierte más en educación que otros países, pero no logra
optimizar significativamente el aprendizaje ni la calidad educativa , lo que sugiere que el
principal punto de entrada para la mejora es el desarrollo de habilidades socioemocionales,
ya que las estadísticas muestran que el 18.4%, menos de dos de 10 estudiantes tienen
capacidad para tomar decisiones, solo uno de cada siete tiene conocimientos sobre manejo
del estrés, el 1,6%, dos de cada 100 estudiantes son empáticos y solo el 15%, es decir uno
de cada seis estudiantes, son perseverantes (Tuírán y Villaseñor, 2019).
América Latina y el Caribe vive una crisis educativa sin precedentes debido a la
pandemia de Covid-19, que requiere acciones inmediatas para mitigar o incluso
revertir sus efectos (Banco Mundial, 2021). CEPAL y UNICEF han demostrado que
la población está expuesta diariamente a altos niveles de violencia y que la escuela
es uno de los espacios más extendidos e importantes, ya que el 30% de los
adolescentes y jóvenes de la región reportan haber sufrido violencia física.y
psicológica en las escuelas (Soto y Trucco, 2019). Por otro lado, Perú ocupa el
tercer lugar en América Latina en términos de violencia escolar (Bazán, 2020). Vale
recordar que la violencia tiene su origen en malas prácticas de convivencia
(Andrades-Moya, 2020).
El Banco de Desarrollo de América Latina (CAF, 2016) realizó un estudio basado en las
respuestas a las pruebas internacionales PISA sobre las habilidades de adolescentes de
15 años de varios países latinoamericanos, el cual indicó que los estudiantes
experimentan rezagos en el desarrollo de habilidades socioemocionales. asociadas
principalmente a la motivación, la capacidad de concentración y la perseverancia
(Llanbí, 2021).
A nivel nacional, Perú cuenta con un marco regulatorio para combatir la violencia en
las escuelas desde 2011, según el Decreto Supremo 010-2012-ED, que especifica
la Ley 29719, que promueve la convivencia no violenta en las instituciones
educativas. Desde entonces, el MINEDU (2014) viene implementando desde el año
2013 la Estrategia Nacional de Combate a la Violencia Escolar “Paz en la Escuela”,
la cual tiene como objetivo reducir el nivel de violencia escolar, optimizar el
rendimiento académico y la satisfacción con la vida de los estudiantes, a través del
Decreto Supremo 004- 2018 -Minedu, se crearon lineamientos para gestionar la
convivencia escolar, prevenir y sensibilizar sobre la violencia contra niñas, niños y
adolescentes.
El Ministerio de Educación (MINEDU, 2021) reportó 341 acosadores en línea a través del
portal SISEVE entre 2020 y 2021. Esto indica que se trata de un problema asociado a la
convivencia en un nuevo contexto educativo y una amenaza para la salud mental de los
estudiantes. Expertos en convivencia de esta instalación informan que este incidente
concuerda con reportes recibidos entre 2020 y abril de 2021. El 54% de los incidentes se
debieron a violencia entre estudiantes que usaban tecnología y el 46% a violencia por parte
del personal de la escuela.
Además, UNICEF (2020) realizó un estudio que muestra que el 33,6% de los niños y
adolescentes peruanos exhibieron conflictos socioemocionales como miedo y
desesperanza debido a la pandemia. Esta cifra aumenta al 69,4% si el padre o madre
presentaban síntomas de depresión. Finalmente, un año antes, UNICEF (2019)
reconoció que la violencia en las escuelas impide el desarrollo de los estudiantes porque
afecta áreas emocionales, conductuales y neurológicas. Por lo tanto, es importante
analizar que las habilidades socioemocionales y la convivencia en las escuelas están
estrechamente entrelazadas en la micro sociedad y pueden estar vinculadas de alguna
manera con el desarrollo socioemocional.
A nivel local, la UGEL Moyobamba cuenta con datos reportados en 2020. Según
informe del portal SÍSEVE, se registraron 731 casos de violencia escolar, entre
violencia física, mental, verbal, sexual y cibernética. De manera similar, el número
de incidentes aumentó a 1.731 de 2021 a 2022, lo que la convierte en la cuarta
tasa más alta de violencia estudiantil en el país. En los últimos años, la UGEL
Moyobamba reportó 500 casos de diversas formas de violencia escolar (Urquia,
2020).