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El Barrio: Contexto Teológico de Una Nueva Iglesia : Perkins School of Theology, Dallas, EEUU
El Barrio: Contexto Teológico de Una Nueva Iglesia : Perkins School of Theology, Dallas, EEUU
Harold J. Recinos
Perkins School of Theology, Dallas, EEUU
Resumen* el artículo describe y analiza la situación de las comunidades hispanas en los EEUU y
propone el barrio como el lugar teológico dentro del cual se puede crear una teología liberadora que
responda a esas necesidades. Cristo está presente entre lo pobres del barrio y es allí donde se gesta una
nueva iglesia alternativa a las denominaciones institucionales.
Abstract: This article describes and analysis the situation of the Hispanic communities in USA and
propones the barrio as a theological place from where it is possible to create a Liberation Theology in
response to their necessities and challenges Jesus Christ is in the barrio among the poor and so a new
expression of the church is growing as alternative to the classical denominations
Palabras clave Teología latina Teología de la liberación Teología del barrio Hispanos
Keywords Latino Theology Liberation Theology Neighborhood Theology Híspame Theology
124 Harold J. Recinos, EI barrio: contexto teológico de una nueva...
ción social: en las calles, el dar muerte a un par de "mushrooms" (niños) en un tiroteo
convierte a una persona en alguien "bad", todo un signo de identidad. Los valores de
la sociedad capitalista, definidos por una sociología de violencia, explican esta imagen
distorsionada de humanidad. Estosritualesen las calles del barrio, los cuales confieren
status a sus jóvenes, reflejan una profunda estructura de alienación humana.
A Jesús se lo crucifica una y otra vez en estas experiencias de absoluta
negación. Los cuerpos.destrozados en el barrio señalan al Jesús que critica una
sociedad que genera muerte mediante pobreza y opresión. Sin embargo, el barrio
continúa experimentando al Dios de vida y de justicia. Los nuevos inmigrantes de
Centroamérica están confrontando los falsos dioses de un cristianismo aculturado
que asegura la estabilidad del status quo y la violencia estructural contra el pobre.
Influidos por los centroamericanos, los latinos en el barrio están descubriendo que
Aquel que fue crucificado por estructuras opresivas y por la vileza humana, conde-
na su historia de sufrimiento y pobreza. Los latinos están releyendo el significado
de las palabras "os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios" (Ex. 6:7; Je. 7:23).
En el barrio, el Dios del éxodo está moldeando discípulos que puedan reproducir,
mediante su praxis cotidiana, la militancia de Jesús, definida como un camino de
solidaridad con los oprimidos y de conflicto con el poder.
La sociedad mayoritaria concluye que el barrio es inferior y que no tiene
ningún valor; sin embargo, su historia de lucha y de pobreza es inseparable de la
propia identidad de Jesús. El testimonio bíblico proclama que, en Jesús, el tiempo
de la promesa se manifiesta en el contexto de la pobreza y de la existencia margi-
nalizada. Los labios de un pobre carpintero de Nazaret de Galilea exhortan a sus
seguidores a que busquen "el reino de Dios y su justicia" (Mt. 6:33). Los pobres
del barrio saben que esto significa liberación, y que debe llevarse a cabo a partir
de su propia experiencia social. A continuación examino los cambios cristológicos
que están aconteciendo en el barrio. Más tarde concluyo estas reflexiones con un
comentario sobre las contribuciones que los refugiados salvadoreños han hecho a
la renovación de la iglesia en el barrio.
1 Véase Virgilio Elizondo, Galilean Journey: The Mexican-American Promise, Orbis Books, Maryknoll, 1983.
126 Harold J. Recinos, El barrio: contexto teológico de una nueva...
2 Marta Tienda, "Puerto Ricans and the Underclass Debate" en The Annals of the American Academy of Political
and Social Science, Ed. por William Julius Wilson, Sage Publications, Newbury Park, 1989.
3 Véase Harold Recinos, Hear the Cry! A Latino Pastor Challenges the Church, Westminter-John Knox Press,
Philadelphia, 1989.
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a los habitantes del barrio que su pobreza implica a los ricos (Le. 6:24; 12:13-21),
las autoridades religiosas (Le. ll:46ss; 11:39-44; Me. 11:15-39) y los poderosos
gobernantes (Me. 10:42). La existencia en el barrio significa la negación de la vida
por parte de estas clases privilegiadas que desatan prácticas opresivas.4 Fe en el
Cristo liberador significa dar testimonio del evangelio y asumir la posibilidad de
conflictos sociales (Le. 21:12-13; 22:36; Me. 13:9).
En el barrio, el Cristo liberador vive en cada esfuerzo por afirmar la vida y
los valores humanos contra las condiciones existentes de violaciones humanas, las
cuales traen malas noticias para los pobres. Dios escucha el clamor de su pueblo
en el barrio; este pueblo conoce el significado de la opresión y la pobreza como
aspectos dominantes de su realidad. Seguir a Jesús significa que los cristianos
cambian sus vidas y escogen intencionalmente vivir de acuerdo con criterios de
conducta basados en el evangelio. Jesús proclama el significado de la libertad
humana para los cristianos con una nueva visión de vida que capacita a la iglesia
para transformar la necrófila historia del barrio.5 Esto significa que los cristianos
en el barrio son llamados a formar una sociedad de solidaridad en la lucha con el
propósito de alterar un orden injusto de vida.
Jesús entendió los mecanismos opresivos de los ricos a la luz de la espe-
ranza de los pobres de una sociedad de justicia y comunión (Mt. 6:24; Le. 6:24).
Jesús afirma radicalmente al pobre sobre el fundamento definitivo de la vida hu-
mana: el Dios que es Padre y Madre de toda la creación. Los cristianos del barrio
que descubren la identidad del Cristo liberador pueden discernir sin problemas la
manera como el Señor los enriquece a pesar de sus pobrezas (2 Co. 8:9). Este Jesús
organiza al pobre como una fuerza colectiva para demandar mejores condiciones
de salud, vivienda, educación, igualdad económica y participación política. La
realidad de Jesús como emancipador se manifiesta en la progresiva liberación del
pobre de situaciones de sufrimiento y opresión, injusticia y desigualdad de clases
(Le. 1:46-55).
Jesús proclamó la verdad de los pobres a los poderosos, quienes perma-
necieron inconmovibles en su pecado de opresión. También les advirtió a los lí-
deres religiosos que no fuesen a perder sus vidas, tan afanados como estaban por
acumular privilegios sociales (Le. 11:43; 20:46-47). Jesús enseñó en las calles
que el Dios que actúa en la historia con un poder que todo lo altera, está tratando
de renovar las estructuras raciales, políticas, sociales, culturales y espirituales de
la sociedad (Le. 13:26). La esperanza en el Cristo liberador suscita una libertad
4 Phillip Berryman, The Religious Roots of Rebellion: Christians in Central American Revolutions, Orbis Books,
Maryknoll, 1986, pág. 378.
5 Véase Leonardo Boff, "Jesus Christ the Liberator, Center of Faith on the Edge of the World" en L. Boff, Faith on
the Edge: Religion and Marginalized Existence, Orbis Books, Maryknoll, 1991, págs. 119-145.
128 Harold J. Recinos, EI barrio: contexto teológico de una nueva...
que procura establecer igualdad y una nueva visión del propósito humano (Gá.
5:1). Desde el punto de vista de la ética cristiana, seguir a Jesús implica poner en
práctica las buenas nuevas del señorío de Dios en la historia asumiendo a los seres
humanos maltratados en cada nivel de la sociedad (Le. 10:25-37).
Jesús ofrece al pueblo del barrio vida abundante y una oportunidad de par-
ticipar en el plan de Dios de transformar su realidad social. Cuando la iglesia sigue
al Cristo liberador en la lucha del pobre del barrio, aprende cómo vivir en plenitud
el llamado de Dios, cómo vivir comprometidamente en el servicio del Reino (Stg.
2:8; Mt. 25:31-46). Sólo una fe que obra para transformar el mundo del pobre ma-
nifiesta contacto con el Jesús que anuncia buenas nuevas para el barrio.6 El pueblo
del barrio descubre al Cristo liberador entre ellos mismos cuando proclaman un
Señor que ama al individuo aunque rechace de plano los mecanismos sociales que
lo oprimen.
La parábola de El hombre rico y Lázaro (Le. 16:19-31) refleja con toda
intensidad la enseñanza del Cristo liberador. Este relato habla del rico que controla
las condiciones materiales de la vida en perjuicio del pobre. La parábola de El
hombre rico y Lázaro subraya el cambio de fortuna que acontece más allá de la
muerte. La realidad social que describe es análoga a las relaciones existentes entre
el barrio y la sociedad establecida. Por un lado, la realidad del pobre tal como Lá-
zaro la representa: Lázaro es un hombre lisiado que también sufre una enfermedad
de la piel. Lázaro no anda elegantemente vestido ni come suntuosamente; por el
contrario, su condición de oprimido y lisiado lo ha llevado a mendigar... cualquier
migaja que pueda caer de la mesa del hombre rico y socialmente indiferente.
En esta historia Dios se identifica con el pobre. Esto se destaca por el
hecho de que al hombre rico de la parábola no se le da nombre.7 No tenemos que
esforzarnos para ver a Lázaro en las calles del barrio. Los refugiados salvadoreños
constituyen una nueva y creciente población en las comunidades latinas de Nortea-
mérica. Lázaro le habla al rico en la misma de voz de un refugiado salvadoreño, un
médico que vive en la ciudad de Washington, la tercera ciudad "salvadoreña" en el
mundo. Los refugiados salvadoreños en el barrio interpretan su confianza en Dios
en términos de las esperanzas y luchas de los oprimidos y los pobres. Al igual que
Lázaro, "Tomás" sabe qué significa vivir despreciado por aquellos que controlan
la riqueza y el poder en la sociedad. Nos dice:
Un día me alcanzó la represión. Yo estaba en la iglesia*. Dos camiones del ejérci-
to llegaron a la clínica y abrieron fuego contra ella. Muchos quedamos heridos.
Nos pusieron en los camiones y nos llevaron a la prisión en San Salvador. Me
6 Véase Jon Sobrino, Christology at the Crossroads, Orbis Books, Maryknoll, 1978.
7 Véase Joachim Jeremías, The Parables of Jesus, Scribners, New York, 1954, pág. 183.
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8 Véase Gustavo Gutiérrez, The Godo/Life, Orbis Books, Maryknoll, 1991, págs. 57-58.
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11 Véase Jon Sobrino, Jesus in Latin America, Orbis Books, Maryknoll, 1987, pág. 90p.
12 Véase Elizabeth Ferris, The Central American Refugees, Praeger, New York, 1987. Véase también Patricia Weiss
Fagen, "Central American Refugees and U.S. Policy" en Regional Dynamics and U.S. Policy in the l9H()s, Ed. por
Nora Hamilton y otros, Westview Press, Boulder, 1988.
13 Véase Segundo Montes y Juan José García Vázques, Salvadoran Migration to the United States, Center for
Immigration Policy and Refugee Assistance, Washington, D.C., 1988. Véase también Patricia Ruggles, Michael
Fix y Kathleen M. Thomas, Profile of the Central American Population in the United States, Urban Institute,
Washington, D.C., 1985.
132 Harold J. Recinos, El barrio: contexto teológico de una nueva...
14 Véase Harold J. Recinos, The Politics ofSalvadoran Refugee Popular Religion. (Disertación doctoral, Department
of Anthropology, The American University, 1993).
15 Montes y Vasques, Salvadoran Migration to the United States, pág. 9.
16 Véase Tom Barry, El Salvador: A Country Guide, The Inter-Hemispheric Education Resource Center, Albuquerque,
1990, pág. 111. Véase también Harold J. Recinos, The Politics ofSalvadoran Refugee Popular Religion.
17 Véase Americas Watch, El Salvador's Decade of Terror: Human Rights Since the Assassination of Archbishop
Römern, Yale University Press, New Haven, 1991, pág. 33.
18 Véase Jon Sobrino, The True Church and the Poor, Orbis Books, Maryknoll, 1984, pág. 179-180.
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19 William Roseberry, Anthropology and Histories: Essay in Culture, History and Political Economy, Rutgers
University Press, New Brunswick, 1989, pág. 231.
20 Véase Gerhard Lohfink, Jesus and Community, Fortress Press, Philadelphia, 1984, pAg. 10.
134 Harold J. Recinos, El barrio: contexto teológico de una nueva...
21 Harold J. Recinos, The Politics ofSalvadoran Refugee Popular Religion, pág. 248.
22 Harold Recinos, The Politics ofSalvadoran Refugee Popular Religion, págs. 253-258.
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23 Véase Walter Brueggeman, The Prophetic Imagination, Fortress Press, Philadelphia, 1983.
24 Véase J.D. Loie Wacquant y William Julius Wilson, "The Cost of Racial and Class Exclusion in the Inner City"
en The Annals of the American Academy of Political and Social Sciences, Ed. por William Julius Wilson, Sage
Publications, Newbury Park, CA, págs. 8-25.
136 Harold J. Recinos, El barrio: contexto teológico de una nueva...
Los refugiados salvadoreños instan a todos los creyentes a que, al igual que
el apóstol, cumplan en su carne "lo que falta de las aflicciones de Cristo" (Col.
1:24). La nueva iglesia del barrio está inextricablemente ligada a la agonía del
barrio y del pueblo crucificado en la historia global. En la nueva iglesia del barrio,
los refugiados salvadoreños están alimentando un cristianismo históricamente
consciente de la realidad fundamental de una creación que gime por liberación y
vida en Dios (Ro. 8:22). La renovación de la fe, ya en marcha en el barrio, sugiere
que no hay cómo echarse atrás cuando uno sale al encuentro del Dios revelado
por Jesús en la cruz, un Dios que llama a la humanidad a acabar con el pecado y
la injusticia humana.25 La nueva iglesia del barrio invita a unos y a otros con las
palabras del apóstol: "No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo
segaremos, si no desmayamos" (Gá. 6:9).
Los refugiados salvadoreños, testificando acerca de su nueva experiencia
de la iglesia, invitan a los cristianos a comprometerse con una praxis de amor ca-
racterizada por el saber escuchar, la inclusividad y el servicio.26 En primer lugar,
la praxis de amor implica el desenmascaramiento, mediante el uso instrumental de
las ciencias sociales, de estructuras sociales que niegan vida al pobre. En segundo
lugar, el hecho teológico que fluye de una comprensión crítica de la realidad social
implica que la iglesia se convierte en una voz que habla en nombre de la comuni-
dad latina, hasta ahora invisible para la sociedad establecida. Finalmente, la praxis
de amor consiste en celebrar que, mediante la muerte y resurrección de Jesús,
Dios niega toda historia de crucifixión. La muerte de Jesús en la cruz y el clamor
actual en el barrio constituyen nada menos que el camino del servicio hacia una
renovación de la historia y de la vida.
Un refugiado salvadoreño, miembro de una comunidad cristiana de base
en la ciudad de Washington, señaló que "Dios sabe qué es lo que nos despoja de
nuestros derechos básicos. Las iglesias que permanecen indiferentes a la discrimi-
nación y el racismo no se comprometen con el proyecto divino de vida". El barrio
refleja el significado de la vida y la misión liberadora de Jesús. A través del pueblo
del barrio, Jesús se confronta con la sociedad, haciendo posible en la historia una
nueva iglesia que confronta la realidad social con una visión de la humanidad
arraigada en el evangelio. Esta naciente iglesia del barrio se compromete con el
Cristo liberador, quien lidera la militancia cristiana para acabar con la deshuma-
nización causada por la pobreza y la opresión. Verdaderamente el reino de Dios
se ha acercado.
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