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El páncreas puede presentar una amplia variedad de enfermedades, pero las más frecuentes
vienen condicionadas por la aparición de tumores, por procesos inflamatorios y por la
pérdida de su función:
Cá ncer de pá ncreas
En cuanto a los tumores, los más importantes son precisamente los derivados de los tipos
celulares de los que hablábamos recientemente. El tumor maligno derivado de las células
que participan en la función digestiva o exocrina es el adenocarcinoma pancreático,
también denominado como cáncer de páncreas. Tal como explicaba en la anterior entrada
del blog, se trata de una enfermedad extremadamente agresiva que debe abordarse de
forma multidisciplinar. En estos tumores, la mayor probabilidad de éxito (y los campos de
investigación futura) se conseguirá mediante un diagnóstico precoz, una intervención
quirúrgica adecuada con una baja tasa de complicaciones y un tratamiento oncológico
(quimioterapia y/o radioterapia) eficaz. Del mismo modo, un tumor derivado de las
células responsables de la función endocrina será un tumor neuroendocrino de páncreas,
muy distinto al anterior y, por lo general, con mejor pronóstico a largo plazo. Una
característica de estos tumores es que una parte de ellos tienen la capacidad de producir
hormonas en forma elevada, lo que conducirá a la aparición de síndromes clínicos que
variarán en función de la hormona producida. En general, la indicación de tratamiento en
los tumores neuroendocrinos viene determinada por su sintomatología, y en aquellos que
no producen hormonas, por un tamaño superior a los 2-2,5 cm.
La diarrea se define como tener evacuaciones de heces inusualmente blandas o acuosas que
ocurren con más frecuencia de lo habitual. Es una enfermedad que todo el mundo ha
experimentado en algún momento; y por lo general, produce una mayor cantidad de heces,
y hace que acuda al baño más frecuentemente. 2
En la mayoría de los casos, es provocada por una infección ocasionada por bacterias, virus
o parásitos. Hay 3 tipos de diarrea, definidos por la duración de la enfermedad:3
• Aguda. Esto es cuando la enfermedad dura solo un corto período de tiempo – por lo
general entre unas cuantas horas a unos pocos días, y no más de dos semanas. Según las
directrices mundiales, la diarrea aguda consiste en tres o más evacuaciones de heces
anormalmente blandas o acuosas, en un período de 24 horas.
Aparte de evacuar frecuentemente heces blandas y acuosas, los pacientes que padecen
diarrea también podrían experimentar fiebre, calambres abdominales, flatulencias y dolor
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de espalda.6
La mayoría de las veces, la diarrea desaparece en uno o dos días, pero si persiste durante
varios días, podría indicar la presencia de una afección más grave.
Si tiene una diarrea intensa o extremadamente dolorosa, que dura varios días y viene
acompañada de otros síntomas inquietantes, tales como heces sanguinolentas, náuseas y
vómitos, dolor abdominal intenso y pérdida de peso, necesita buscar atención médica
inmediatamente. 7
En algunos casos, tener diarrea podría significar que padece una enfermedad más grave.
Experimentar vómitos y diarrea podría ser una indicación de una gastroenteritis viral o
gripe estomacal. Además, esta enfermedad podría ser ocasionada por una intoxicación
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alimenticia.
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Las personas que padecen diabetes podrían experimentar diarrea debido a una neuropatía
(entumecimiento o dolor provocado por un daño neural), un mayor consumo de un
endulzante llamado sorbitol, o un desequilibrio en el sistema nervioso entérico (ENS, por
sus siglas en inglés).
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Alrededor del mundo, la diarrea causa la muerte de 2 195 niños cada día – más que el
SIDA, paludismo y sarampión combinados. Esta enfermedad podría ser fatal, porque agota
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los niveles de fluidos corporales y causa una profunda deshidratación. Si usted o un ser
querido padecen diarrea, ponga atención a estas señales de advertencia de deshidratación
Es alarmante cuántas vidas se pierden cada año debido a una diarrea descontrolada,
especialmente porque estas muertes podrían ser prevenidas. De hecho, la mayoría de las
complicaciones relacionadas con la diarrea podrían ser evitadas al hacer intervenciones
naturales, sencillas y de bajo costo. La incidencia de diarrea podría ser reducida
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drásticamente al beber agua pura y segura, lavarse las manos correctamente, tener un
saneamiento adecuado y eliminar apropiadamente los desechos humanos.