Está en la página 1de 6

El patrón

Juan Antonio Martínez Gómez


CAPITULO II
«Yo aprendí que en la vida no existe una respuesta correcta o equivocada.
Aprendí que en la vida tendemos a hacer elecciones y que cada elección tiene una
consecuencia. Si no nos gusta nuestra elección y su consecuencia, entonces
debemos buscar una nueva elección y una nueva consecuencia». Robert Kiyosaki

LA ELECCIÓN
Podemos elegir seguir como hasta ahora, no seguir como hasta ahora, o haber
entendido que estamos en el camino correcto, lo cual refuerza tu estado natural
y verdadera naturaleza.
Convertirse en la persona que queremos ser, que nos hace sentir bien y llenos de
satisfacción, al principio en la mayoría de los casos no es un camino fácil,
pues como decía anteriormente Abraham Maslow: «Si queremos vivir una vida de
sentido, lo primero que hemos de hacer es estar por encima de la aprobación del
prójimo. Y lo segundo no aferrarnos al resultado».
Al principio, cuando tomamos una decisión o elegimos un camino, lo hacemos
pensando en nuestra felicidad, sobre todo cuando somos niños. Cuando vamos
creciendo y desarrollándonos en el sistema, la elección va condicionándose con
el paso del tiempo, al entorno y otros elementos externos que van haciéndonos
conocedores de lo que es correcto o incorrecto, conveniente o inconveniente y
vamos eligiendo en función de lo que nos va aconteciendo, calificando cada acto
de mejor o peor, en función de resultados específicos. Es en esta parte donde
dejamos de escuchar nuestra voz interior y empezamos a escuchar la de otros y de
lo que nos conviene o no nos conviene, pues al final de la decisión siempre
existe un resultado. O sea, que al final de todo el proceso, ¿dónde está nuestra
mente centrada? En el resultado. No estamos escuchando nuestro interior y qué es
lo que queremos o no queremos hacer con nuestra vida, sino que estamos fijando
la mente en el resultado. A fin de cuentas, lo que la sociedad quiere es un
resultado por cada acción y así lo tenemos. Es una ley natural, acción y
reacción. ¿Qué conseguimos con ello? La aprobación del sistema. La aprobación
del entorno y de todo aquello que nos rodea. Pero mi pregunta sigue siendo la
misma: ¿Somos felices, hemos conseguido nuestro propósito en la vida, hemos
encontrado la paz, tranquilidad y sosiego en lo que hacemos, estamos tan llenos
que no queríamos hacer otra cosa? Cuidado con la elección.
Si queremos vivir una vida plena donde realmente seamos útiles en la sociedad
donde nos desarrollamos, donde no encontremos frustración, estados de ansiedad,
estrés, etc., tenemos que hacer el esfuerzo de ser nosotros mismos, elegir
firmemente aquello que realmente nos hace sentir plenos, alegres, ilusionados,
apasionados y llenos de satisfacción. Lo que todo hombre o mujer lleva en su
interior debe ser, pues el ser brotará y llenará de luz y de color todo cuanto
le rodea. Será una estrella para todos.
Eres una estrella a seguir para todos nosotros. Tu aportación a nuestro mundo es
más que necesaria. Lo que hay en tu interior es parte de nuestra esperanza, pues
solo tú puedes aportarlo, está dentro de ti. No dejes que renunciemos a ello. Sé
valiente y sé aquello que debes ser y que llevas en tu interior.
No contemplemos el mundo y esperemos a que todo cambie, cambiemos nosotros y que
sea el mundo quien nos contemple.
Así es, solo tenemos que tomar la decisión, o la elección de ser quienes somos
en realidad, no ser producto de un sistema perfectamente definido que sin darnos
cuenta nos va poniendo en el lugar adecuado, de acuerdo con sus necesidades de
supervivencia. En el cual nos vamos desarrollando con el entorno inmediato y
ubicándonos en las posibilidades que nos ofrece, al que nosotros su- cumbimos
matando lo más preciado que la vida nos da, ser quienes debemos ser,
convertirnos realmente en quienes llevamos dentro, de acuerdo con nuestras
actitudes, sentimientos, pensamientos y capacidades.
Elegir ser, averiguar y poner a prueba tus capacidades para averiguar dónde está
tu verdadero potencial no es tarea fácil, es una tarea ardua que necesita de
dedicación y paciencia. Pues alrededor de nosotros existen pocas personas que
toman estas decisiones y es posible que te sientas fuera de lugar al principio,
sobre todo con respecto a aquellas personas más cercanas. Es posible que se
vivan algunos momentos incómodos, motivados por la falta de compresión de actos
y decisiones que se salen del orden establecido, de ahí el recelo y falta de
entendimiento de los demás. Pero no te preocupes, porque cuando nos encontramos
con nosotros mismos, existe un sentimiento de calma y paz que nos indica que se
están haciendo las cosas correctas. Si estamos haciendo lo que debemos, no vamos
a sentir inseguridad, ni miedo, ni recelo, ni falta alguna, porque tendremos la
sensación evidente de que todo es cuestión de tiempo que venga a nosotros, esto
te dará paz y tranquilidad, la cual rebosará en tu personalidad y tu forma de
ser.
Piensa que realmente todos formamos parte de un sistema, un sistema
perfectamente engranado al cual servimos, y como consecuencia este nos provee.
Dentro de las posibilidades que el sistema te ha provisto, has escogido o
elegido la que en ese momento creías era la correcta, cuando no haya sido
impuesta (que también sucede), en cualquier caso, ahora mismo estás en ella,
aunque como la gran mayoría de las personas, no logran encontrar paz y felicidad
en ella (posiblemente). Sino que más bien cada día encuentras más frustración y
desesperación, falta de ilusión y de pasión, lo cual se traslada a todos los
aspectos de tu vida, familiares, amistades, e incluso a tus estados de ánimo,
pensamientos, etc.
El sistema está haciendo correctamente su trabajo, es una máquina perfecta que
ejecuta órdenes y que está diseñado para garantizar la supervivencia de todos y
cada uno de nosotros. Garantiza una estabilidad, seguridad, formación, atención,
etc. Todos llegamos aquí, a este sistema, listos para empezar nuestro plan de
desarrollo y adaptación, empezamos con nuestro idioma (cualquiera que este sea),
nuestras costumbres, nuestra formación y por último nuestra ocupación. Y es en
este contexto donde desarrollamos nuestras actitudes, aptitudes, formas de ser,
de pensar de sentir, etc.
Este es a grandes rasgos y lo más resumido posible el proceso de adaptación de
un ser humano a un mundo predefinido que hace que la felicidad sea un efecto,
dependiendo de las oportunidades que brinda el entorno, que de lo realmente
importante, que es saber y descubrir cuál es la misión que llevamos grabada en
nuestros ADN, nuestra mente y nuestro corazón.
Khalil Gibran dijo: «Al nacer tu misión te la ponen en el corazón».
Fijémonos en un breve detalle. A veces, alteramos con nuestra forma de ser
interior el sistema (la forma de vida que llevamos día tras día) e implementamos
sin darnos cuenta algo diferente, un pensamiento, que nos lleva a crear una
acción, y esa acción a un resultado que nos llena de gozo y de satisfacción, ¿no
te das cuenta de que a partir de ese momento, parece que nuestro mundo es otro?
Todo nos sale bien, atraemos hacia nosotros cosas buenas, nos pasan cosas
buenas, pasamos por buenos momentos, parece como si hubiese cambiado todo,
tenemos la sensación de sentirnos mejor, más vitalidad, alegría, todo se
arregla, sentimos euforia y a veces hay quien hasta reconoce sentir un poco de
miedo por cómo le van las cosas en ese momento. Este es tu estado natural,
inconscientemente ha salido el verdadero ser que hay dentro de cada uno de
nosotros y nos ha regalado un momento, una etapa de satisfacción y alegría.
Normalmente esa etapa coincide cuando tenemos que tomar decisiones importantes
con valores de alto nivel, como son el amor, ocupación, esfuerzo, integridad,
voluntad, objetividad y justicia, solidaridad, sinceridad, resistencia,
generosidad y espíritu de servicio, respeto, independencia, etc. Cuando estos
valores tienen que entrar en juego, siempre accedemos a nuestro interior para
escuchar la mejor respuesta. No obstante, en la mayoría de los casos no lo
hacemos conscientemente, sino que más bien lo hacemos inconscientemente. Ten en
cuenta que el sistema ejerce un fortísimo control sobre el individuo, sobre
nosotros, por todo lo que hablamos anteriormente, sobre todo por proveernos de
uno de los aspectos que más nos preocupa a lo largo de la vida: la seguridad.
En estos casos, donde se tienen que tomar decisiones importantes, y entran en
juego los valores denominados de alto nivel, es donde nuestras vidas
experimentan un cambio sustancial. Por ejemplo, cuando te enamoras. Dentro de
cada uno de nosotros llevamos la responsabilidad de la perpetuidad de la especie
y cuando encontramos a alguien afín a nosotros, todo nuestro mundo se vuelve
diferente. Cuando encontramos nuestro primer trabajo, cuando nos esforzamos por
algo que sabemos cuál va a ser el resultado porque tenemos control sobre ello,
cuando regalamos algo importante a alguien, cuando ayudamos o somos generosos
con nuestros semejantes, cuando tratamos con respeto la naturaleza y todo lo que
habita en ella, y sentimos ese sentimiento de haber hecho lo correcto. En estos
momentos todo a nuestro alrededor cambia y se impregna de un estado de felicidad
y/o de tranquilidad que nos es diferente a lo vivido hasta ese momento. Es en
ese momento cuando realmente estamos conectados con nuestro verdadero ser, es
esa paz y tranquilidad la que te indica que estamos haciendo lo correcto y lo
mejor para nosotros, cumpliendo nuestra razón de ser y de existir. Es una
vivencia única y que de alguna forma, poco a poco, se va apagando, hasta que en
un mayor o menor espacio de tiempo, el sistema nos vuelve a introducir en su
rutina, dejándonos cabizbajos, como si de una estrella fugaz se tra- tase.
Evidentemente esto pasa por que no hemos conectado conscientemente con la
fuente, con nuestro ser, y no conocemos cómo hacerlo cada día de nuestra vida,
para tener esa tranquilidad y paz duradera.
Hay una afirmación que se repite mucho después de estos estados y es: «Ya sabía
yo que esto no podía durar mucho». Claro que lo sabías. Pero más que lo que
sabías, es mucho mayor lo que no sabías. No sabías que no tienes un control
consciente sobre ello, no sabías cómo provocarlo y mantenerlo. Un estado de
felicidad puede ser continuo, pues no tiene nada que ver con la euforia u otros
estados parecidos. La felicidad, del latín felicitas, es un estado emocional que
se produce en las personas cuando han alcanzado ciertos objetivos, metas, etc.,
y más concretamente cuando se ha alcanzado un alto nivel de pensamiento
consciente y control sobre este. Por esta razón está asociado más a niveles de
conciencia provocados por la persona de una forma intencionada que a una forma
casual. Pues la felicidad no es un destino, es la actitud con la que el
individuo camina por la vida.
Elegir mirar en el interior de nosotros mismos y acceder a ese sentimiento de
despertar de nuestro verdadero ser, para saber qué es lo que queremos extraer
realmente de nuestra vida, saber para qué estamos hechos, es la mejor forma de
contribuir al sistema implementado y a los individuos que lo formamos. Pues el
mundo necesita personas que escuchen su interior y cumplan con su misión en la
vida, sea cualquiera que esta sea. Esta es la forma en la que encontramos la
verdadera felicidad, tranquilidad y paz en nuestras vidas.
Piensa por un momento cómo se elevarían los niveles de eficiencia y eficacia en
el mundo, si todos estuviéramos conectados con aquello que realmente somos.
Una persona que ha nacido y lleva consigo las capacidades de ayudar a los demás
nota que se le dan bien las relaciones personales y nota que las personas que le
rodean escuchan y atienden cuando se comunica con ellos; es un comunicador
incansable, se nota fuerte en ese campo y no le importa nada el tiempo ni el
resultado por lo que hace; esa persona, lo más lógico es que esté viviendo en su
misión y sea guiado por su verdadero ser, esa llamada interior que provoca que
seas lo que realmente debes ser. Una persona así podría tomar cantidad de
caminos dentro del sistema, para poder encontrar su sitio en el mismo y al mismo
tiempo ser realmente útil a la sociedad donde se desarrolla.
Generalmente existe mucho ruido en el sistema, muchas personas eligiendo por ti,
lo que tienes o no tienes que hacer. Como consecuencia de esto, probamos
muchísimas cosas, a unas nos adaptamos, a otras no, escuchamos los consejos de
unos y de otros, condicionantes, condiciones, razonamientos y probamos y
probamos de todo, hasta que un día decidimos y elegimos.
Pero con tanto ruido en nuestro interior provocado por el exterior, no se puede
elegir con un mínimo de certeza que lo que has elegido es aquello que sientes
que debes hacer. Por eso es muy probable que te encuentres vacío, aun estando
bien en muchos aspectos de la vida. El ser realizado seguramente esté lleno en
sí mismo, aun no estando tan bien en otros aspectos de la vida. Aunque
generalmente el ser realizado y estabilizado está en armonía en todos los
aspectos de la vida.

Estudios realizados dicen que la edad más difícil para tomar elecciones es la
adolescencia, pues es donde la lucha es más intensa con todo (ojalá este libro
ayude en esa fase a muchísimos adolescentes a encontrar su centro, antes de que
tomen caminos equivocados). Estudios realizados demuestran que el adolescente
mantiene varias luchas interiores en esta etapa de la vida, las más importantes
son:
1. La lucha interior y exterior por conseguir la individualidad que nos da la
verdadera libertad con respecto a los padres y nuestro entorno.
2. La necesidad de experimentar para obtener experiencia. Estas dos necesidades
que forman parte de nuestro ser nos llevan de cabeza a padres, profesores,
educadores, etc., en la sociedad actual. Pues estas son las razones de la gran
mayoría de situaciones que se viven día a día en casas, colegios, centros,
trabajos, etc. El individuo se siente realmente libre, cuando puede tomar
libremente, sin coacciones de ningún tipo una decisión. En definitiva, cuando
puede elegir. Una vez realizado este paso, lo que viene es el resultado,
positivo o negativo, en definitiva, experiencia.
Todos y cada uno de nosotros necesitamos sentir esto, pues es a través del
sentimiento, debido a nuestra toma de decisiones (elecciones) y experiencia, por
donde encontramos nuestro verdadero ser y capacidades. Así es que la próxima vez
que no podamos entender qué está pasando a nuestros amigos, hijos, etc., nos
preguntaremos si estamos interfiriendo demasiado en sus elecciones naturales o
en su necesidad de experimentar.
Seamos conscientes de que todo el mundo necesita una educación y una formación,
no estoy hablando de esto en este punto. Es necesario y bueno enseñar con qué
reglas funciona el sistema, pues el sistema no va a cambiar por ti. El sistema
es una fuente inteligente e inagotable de recursos. Pues al final será el
sistema quien te cambie, te acepte o te deseche, así de simple. Solo necesito
ha- certe ver que existen luchas interiores y muchas veces no somos conscientes
de estas, y la forma de resolverlas nos va a llevar a conseguir lo que queremos
de la vida, o por el contrario nos alejarán hasta perder el rumbo de lo que
deseamos de la vida.
Nos convertimos en lo que pensamos y experimentamos, es el propio desarrollo.
Nuestras elecciones nos hacen a cada uno de nosotros a través de la experiencia.
Fíjate que hasta a una persona le puede cambiar la fisonomía de la cara durante
su desarrollo, dependiendo de las experiencias vividas. Nuestros órganos pueden
estar en mejor o peor estado, nuestras funciones, nuestra mente, todo nuestro
ser. Fijémonos en la importancia de saber elegir y experimentar.
Por eso te digo, tengas la edad que tengas, vivas donde vivas, hagas lo que
hagas, encuentra aquello en lo que te puedas centrar y te haga sentir en paz,
tranquilidad y armonía. Desapegado totalmente del resultado (el resultado tiene
que darte igual). Pues te aseguro que si consigues esto, el resultado que
obtendrás será muchísimo más grande del que pudiéramos imaginar.
Escúchate en silencio, intenta escuchar tu corazón y tu mente profunda. Sitúate
en sitios donde no escuches ruidos o sitios que te procuren paz, y pregúntate
mucho y muchas veces: «¿Qué es lo que yo quiero de la vida? ¿Qué me hace feliz?
¿Qué debo hacer ahora, cuál es mi misión? ¿Y mi paso siguiente?». HAZLO.
Simplemente HAZLO. AHORA.
Nunca al tomar una decisión en función de esas cinco preguntas, nos
equivocaremos. Siente. Siente lo que provocan en ti esas preguntas cuando te las
haces y siente las soluciones que llegan a tu mente y tu corazón. Sopésalas y
siempre toma la que mayor satisfacción, plenitud, sensación, motivación, ilusión
y bienestar te provoque.
Elegir verdaderamente comporta una gran responsabilidad, y un gran sentido de
uno mismo. Pues casi siempre estamos posponiendo elegir, y un ejemplo común es
cuando hay que decidir en un coche dónde vamos… ¿Qué pasa? El coche va lento, el
conductor no sabe para dónde ir, ni qué hacer, hasta que uno de los que van en
el coche decide y elige el punto de destino. La mente de todos recorre el sitio
desde donde os encontráis hasta donde se ha propuesto, y el coche recupera
velocidad y maniobrabilidad (ya no va danto tumbos), ahora existe un destino, un
objetivo. Segui- damente todo el mundo se relaja, porque ya se ha decidido o
elegido el objetivo, ahora es momento de preocuparse de las acciones a emprender
una vez convirtamos nuestro objetivo en realidad.
Esto también pasa en un restaurante, cuando nos entregan la carta y empezamos a
decir, pide tú, no, tú, etc. Cuando hay varias películas y hay que elegir una,
etc. Esto se da en muchísimos aspectos de la vida y muchísimas veces al cabo del
día. Y mi pregunta ahora es: ¿Por qué crees que pasa esto?
Nacemos y todo cuanto necesitamos está predefinido, recuerda que formamos parte
de un sistema inteligente que provee a todos cuantos lo formamos, provee de todo
y a todos, en mayor o menor medida, dependiendo de las habilidades de cada uno.
Este sistema inteligente se encarga (entre otras muchísimas cosas) de
asegurarnos un nivel de dignidad y sociabilidad acorde al ser humano que somos,
de acuerdo con el entorno donde nos desarrollamos. Existen (como en todo en la
vida) excepciones, pero si logramos averiguar qué ha pasado con esas personas
que no logran vivir de acuerdo con unos mínimos de dignidad, segu- ramente
encontremos la explicación de por qué se encuentran en ese estado.

El individuo, en la gran mayoría de los casos, se desarrolla hasta que alcanza


ese nivel mínimo de aceptación en la sociedad donde se desarrolla. Hasta que
logra obtener la aprobación de los demás o el reconocimiento de la sociedad. O
sea, todos estudiamos y tenemos unos mínimos de cultura escolar, nuestro carnet
de conducir, nuestro coche, nuestro trabajo, hemos comprado nuestra casa o
estamos de alquiler, pero en cualquier caso nos hemos procurado de un techo,
todos estamos asegurados de alguna u otra forma, etc. Todos cumplimos con
ciertas expectativas lo que se espera de nosotros. Llegamos a este punto, ¿y?
¿Qué ha pasado? En la gran mayoría de los casos, una vez en este punto, lo que
hacemos es tirarnos el resto de nuestra vida tratando de mantenerlo. Nos
centramos en hacer lo que sea para que no nos lo quiten, para seguir manteniendo
en muchos casos el nivel social que nos han reconocido o que sentimos que nos
han reconocido. Y así vivimos, año tras año, con las mismas cosas, más
desgastadas al igual que nosotros. Solo que las cosas se desgastan en el plano
físico solamente. Nosotros lo hacemos en el físico, mental y espiritual. Pues
evidentemente nosotros sí sentimos y poseemos una voz interior que se ahoga con
el paso del tiempo.
¡¡¡¡Despertemos!!!! No nos sintamos víctimas de nuestras acciones ni esclavos de
nuestras palabras, ni débiles en nuestra lucha, ni ignorantes en nuestra
inteligencia, ni incapaces en nuestras grandes capacidades, pues somos únicos y
especiales en todo lo que hacemos.
Entiéndete contigo mismo. Como te decía anteriormente, búscate, encuéntrate y
acéptate, tal y como seas. Dentro de cada uno de nosotros existe un potencial
ilimitado. Nuestro trabajo consiste en conectar con él y hacer de él nuestra
forma de vida. Esa es la fuente de que todo parte y es el todo de existir. Una
vez te hayas dado cuenta de esta realidad, tu vida va a experimentar infinidad
de cambios, pues seguro vas a proteger ese estado de bienestar el resto de tu
vida. No te conformes con lo que hasta ahora te haya tocado vivir, no te rindas,
estés en el punto que estés, y no te permitas desperdiciar el resto de tu vida
intentando conservar algo por el temor a perderlo.
Si tienes miedo a perderlo, es que no es tuyo y no ha sido tuyo jamás.
Así es que no te preocupes tanto por ello.
Pensemos en todo cuanto nos rodea, todo es prestado, todo ha sido conseguido a
cambio de algo y lo utilizamos mientras vivimos en este lugar maravilloso
llamado mundo. Una vez utilizado por ti en pos de tu realización, aquí queda
todo en la fuente de la creación, tu casa, y todo cuanto hay en ella, coches,
etc. Será disfrutada por personas que jamás conocerás durante los años
venideros, y que servirán de la misma forma a sus propósitos. Igualmente
ocurrirá con tu coche, y tus joyas, etc. Nada podrá ser sacado de este sistema
inteligente y hacer que te acompañe, una vez hayamos disfrutado de aquello que
nos ha rodeado en este mundo y que nos ha hecho una vida más placentera, pasará
a otro y así sucesivamente de generación en generación. Pues todo está diseñado
para servir a otros en otro momento del tiempo, procurando así esos mínimos de
bienestar individual y social del que hablábamos anteriormente.
Todo esto lo pongo de manifiesto, para hacerte entender lo que es realmente
importante y podamos así centrarnos en lo más valioso de este mundo: tú. Pues
este sistema nos aporta cosas para que nuestra vida cobre un sentido, sea
placentera, reconozca el esfuerzo y las capacidades y gracias a esas cosas que
están diseñadas e ingeniadas por otros y por nosotros mismos, hacemos una vida
agradable y con un sentido especial. El sistema siempre recompensa y eleva al
ser inspirado por encima de la media, haciendo que su vida sea reconocida como
una vida privilegiada, por él mismo y por otros.
Es necesario tener metas y objetivos importantes pues la necesidad de tener
estos es lo que hace que nosotros nos motivemos y perseveremos en algo. Hay
valores que tenemos que utilizar para conseguir nuestra realización plena y
estos responden muy bien a aquellas cosas que el sistema proporciona. También
los objetivos, metas y sueños hacen que nos esforcemos y, como consecuencia de
ello, sintamos y valoremos la vida, el esfuerzo y los sentimientos que generan
nuestros actos. Realmente estos son la energía que consumimos y que nos asegura
nuestro crecimiento físico y espiritual. La consecución de estos nos ayuda a
crecer, a seguir desarrollándonos, ratificar y afianzar nuestra toma de
decisiones y con nuestro ejemplo inclusive ayudar a otros.
Persigue tu sueño, sea el que sea; para ello deberás conectar con tu interior y
desarrollarte. Mira en tu interior y deja que tu música te guíe. Establece tus
metas y objetivos, mantente alerta para que nadie te saque de ese camino cuando
llegues a él, pues va a haber personas que van a intentar hacer que eso ocurra,
los cuales van a intentar que desoigas tu música, aquella que realmente lleva
impregnada tu verdadera razón de existir, tu misión.
¿Cómo sabes que estás en tu misión? Sabes que estás en tu misión por el nivel de
inspiración que tienes cuando estás haciendo lo que has elegido. Por cuanto te
decía anteriormente, porque no existe el espacio-tiempo, porque te centras con
mucha facilidad, porque te apasiona, estás motivado y notas que tus capacidades
se adaptan rápidamente.

También podría gustarte