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Mi equilibrio personal…
Y esto no solo para tus amigos. También tus padres que te conocen
bien, aunque a veces parezca que no. Tus padres se empiezan a encontrar
con un hijo/a con ciertas dosis de adultez con el que empiezan a poder
hablar de tú a tú. Alguien que no monte su vida “por libre” sino que sepa
ser cercano, escucharles y animarles también a ellos (cosa que ellos han
hecho contigo muchas veces). Vais notando ya que en casa os toca
“animar” y llevar adelante muchas cosas. El día en que serás un adulto y
tendrás tu lugar en la vida. Ellos sueñan con ese día y esperan haberte
dado todo lo que necesitabas para ser alguien que mereciera la pena, que
se encaminara a la vida con ilusión y fuerza. A veces tendemos a pensar
que ese cariño que recibimos en casa “no vale” tanto, es de segunda
categoría. Es normal que los padres quieran y se preocupen por sus hijos.
Pero no nos vendría mal aprender a valorar el cariño de casa un poco más.
También con ellos hay que emplear los dos ingredientes anteriores.
En esta parte, leemos bien lo que aparece en el texto, las preguntas que
propone… Dejamos que resuene en nuestro interior e intentamos
responderlas en la medida que podamos…
El amor en pareja
El enamoramiento…
Por si fueran pocos todos nuestros líos mentales con estos temas,
viene a sumarse el sexo: hablemos de “eso”. Pues es un lío, porque por un
lado sirve para quererse; por otro, nos afecta en
todo lo eu es nuestra emotividad y por otro,
también sentimos que no siempre va
relacionado con el cariño, sino que se nos
convierte en un impulso difícil de controlar.
Y sobre todo esto lo vemos con Jesús. También Jesús nos puede
enseñar mucho sobre la afectividad, tal y como se ve en el Evangelio, en
sus gestos con los más pobres, en su relación con los enfermos, y sobre
todo con sus discípulos… Esto se ve en muchos textos:
Antes de la fiesta de Pascua, Jesús, sabiendo que se
acercaban los últimos días de su vida, y después de haber
querido mucho a sus amigos, los quiso hasta el final. En la
Cena de Pascua, se levantó de la mesa, se quitó el manto,
tomó una toalla y se la ciñó. Después, echó agua en la
jofaina y se puso a lavarles los pies a los discípulos y a
secárselos con la toalla que llevaba ceñida…Cuando les
hubo lavado los pies, se reclinó y les dijo:
¿Entendéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis
maestro y señor, y decís bien. Pues si yo, que soy maestro
y señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis
lavaros mutuamente. Os he dado ejemplo para que hagáis
lo que yo he hecho. Si lo sabéis y lo cumplís, seréis
verdaderamente felices.
Y añadió:
Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como
yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que
da la vida por sus amigos. No os llamo ya siervos, porque
el siervo no sabe lo que hace su amo. A vosotros os llamo
amigos porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he
dado a conocer (Juan 15).
Aquí se ve un Jesús que nos llama amigos y amigas, un Jesús que
está siempre con nosotros, que le podemos sentir en el corazón… Y que
nos llama a amar con su mismo amor… Como decía San Pablo, hay que
tener los mismos sentimientos que Cristo Jesús… Y es que ser cristiano es
un poco eso, amar a su manera. Y también aprender a quererle a Él, a
tenerle en el corazón…
Ser cristiano no es algo marcado por el deber, por la imposición… Se trata de sentirnos
intensamente amados por Dios. También nuestra confianza con Él es una cuestión de
amor. Un amor cuya fuente brota del mismo corazón de ese Dios que nos amó
primero…
Dios nos ama tal y como somos, tal y como nos encontramos: nos comprende, nos
busca como la oveja perdida, nos perdona como el hijo pródigo saliendo cada mañana
al camino, para ver si volvemos… también nosotros seríamos capaces de hacer todas
estas cosas por alguien que queremos. Sólo tenemos que atrevernos a ser un poco
más auténticos.
Si esta es nuestra opción, si esto es lo que los cristianos pensamos y sentimos. ¿Cómo
lo vivieron los primeros cristianos, esas primeras comunidades del tiempo de Jesús?
Y como sintetiza bien el texto de San Pablo, así es el amor de Jesús, el amor cristiano…
“Aun cuando yo hablara todas las lenguas de los hombres y el lenguaje de los ángeles, si no
tengo amos, vengo a ser como un metal que suena o campana que retiñe.”
“Y aun cuando tuviese el don de profecía, y penetrase todos los misterios, y poseyese todas las
ciencias, y si tuviera toda la fe posible, de manera que trasladase de una parte a otra los montes,
si no tengo amor, no soy nada.”
“Aunque diese todos mis bienes a los pobres, y entregara mi cuerpo a las llamas, si me falta el
amor, todo lo dicho no me sirve de nada.”
“El amor nunca muere; en cambio las profecías se terminarán y cesarán las lenguas, y se
acabará la ciencia. Porque ahora nuestro conocimiento es imperfecto e imperfecta la profecía.
Pero cuando llegue lo perfecto, desaparecerá lo imperfecto.”
“Así cuando yo era niño, hablaba como un niño, juzgaba como un niño, discurría como niño.
Pero cuando fui ya hombre hecho, abandoné las cosas de niño.”
“En el presente no vemos a Dios sino como un espejo y bajo imágenes oscuras, pero entonces
lo veremos cara a cara.”
“Ahora permanecen estas tres virtudes, la fe, la esperanza y el amor; pero de las tres, el amor es
la más excelente.”
¿Cómo traducir todo esto a nuestra vida en Gogoak? Algunos puntos que podríamos
trabajarnos (podemos pensar cada uno/a cómo nos vemos en esto y un compromiso
concreto a adoptar a partir de este retiro):