Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
¿Cómo empezamos a sanar nuestro interior? ¿Cómo sanar las heridas que
tenemos en el alma? ¿Cómo formar relaciones plenas?
La sanación que podemos elegir buscar, es la del alma, esa que viene del ser
espiritual y que conecta, con la esencia… y justamente la esencia, es la que
conduce nuestro vehículo, en este viaje llamado vida. Hay momentos en qué, se
sana el alma, pero no se sana, el cuerpo; ahora, lo que sí se sana, cuando alivio mi
esencia, es mi comportamiento, mi paz, y mi tranquilidad ante cualquier situación
que esté viviendo.
Sanando mi esencia, sano la relación con mi papá, con mi mamá, con mi jefe, con
mi esposa, con mi esposo, con mi hijo, con mi hija… sano esa parte que es vital en
la vida del ser humano, qué es, estar en paz con todo lo que forma parte de la vida.
Cada día, están saliendo partículas de nuestro ser que van a hacer eco, y que
retornan la manifestación de esos pensamientos, de esas creencias, de esas
emociones, a nosotros mismos. En el momento en que yo me doy permiso de
pensar, y de sentir, desde la esencia… en el mismo momento en que yo, desde el
darme cuenta, tomo consciencia de qué eso que estoy sintiendo o viviendo, es un
proceso que tiene un propósito, y que en algún momento lo voy a resolver, con esa
certeza, empiezo entonces a cambiar la manifestación de mi universo, cambio mi
actitud, y por supuesto al cambiar mi actitud, cambia mi energía, justo allí, comienzo
a proyectar otros elementos, y seguramente empezaran a retornar hacia a mí,
resultados diferentes.
Sanar es un trabajo espiritual que debe ser constante, sin prisa, pero sin pausa. Y
cada vez que nos descubramos pensando cosas que no nos sirvan, o que
percibamos que estamos enfrascados en nuestra rabia, tristeza, allí, es cuando
debemos aplicar la auto-observación, de manera que podamos dejar ir ese
pensamiento, esa creencia, esa emoción. Por supuesto que, primero que nada,
debemos reconocer todos esos virus (pensamientos negativos, creencias
limitantes), para tomarlos, afrontarlos, entender, ¿por qué están allí?, cuestionarlos,
y dejarlos ir, despegarnos de ellos.
En momentos, se hará poco fácil, y esto será todo un desafío. Lo será, porque de
una manera inconsciente, las creencias limitantes, los pensamientos negativos,
todo eso que yo he llamado “virus”, nos sirve para protegernos del miedo y nosotros,
simplemente la seguimos repitiendo; pero, cuando lo empezamos a hacer
consciente, ese cambio se va haciendo más fácil. El siguiente trabajo, es reforzar lo
que sí queremos, es visualizar esos propósitos, vernos allí, haciéndolo, cumpliendo
eso que queremos vivir, escucharlo, sentirlo, verlo como real. Y dar gracias por
tenerlo, aunque apenas este en construcción, recuerden, que, la fe es la certeza de
lo que no se ve. Y aunque apenas eso sea una construcción mental, cuando
nosotros le ponemos agradecimiento, como si fuese algo real, nuestro inconsciente
nos lleva a ese camino, para que se cumpla.
Reflexionas finales:
Prográmate en positivo.
Piense en usted.
Libere el pasado.
Viva el presente.
“Nada en mi cuerpo ocurre, sin que mi mente haya dado una instrucción”