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DUELO

Definición
El duelo es definido como: "La pérdida de un familiar y/o un ser querido con sus
consecuencias psico-afectivas, sus manifestaciones exteriores y rituales y el
proceso psicológico evolutivo consecutivo a la pérdida." (Borgeois, 1996)

Fases del duelo:


Negación. La primera de las fases es la negación, que se caracteriza
porque la persona no acepta la realidad (de forma consciente o
inconsciente). Esto ocurre como mecanismo de defensa y es perfectamente
normal. De esta manera, el individuo reduce la ansiedad del momento. El
verdadero problema se da cuando las personas quedan estancadas en esta
etapa al no poder afrontar el cambio traumático, así que lo ignoran como
respuesta defensiva. La muerte de algún ser querido, por supuesto, no es
particularmente fácil de evitar y no se puede eludir indefinidamente.

Cólera o ira. La tristeza puede llevar a una persona sufrir ira y rabia y a
buscar culpables. Esta ira puede manifestarse de diferentes maneras,
culpándose a uno mismo o culpando a los demás, y puede proyectarse
contra animales y objetos.

Negociación. En esta etapa, el dolor lleva a buscar una negociación


ficticia. De hecho, muchas personas que se enfrentan a la muerte tratan de
negociar incluso con una fuerza divina. Otras personas, aquellas que sufren
un trauma menor, pueden llevar a cabo otras negociaciones o
compromisos. Por ejemplo "¿Podemos seguir siendo amigos?" o “Voy a
lograr esto por ti.” La negociación rara vez proporciona una solución
sostenible, pero puede reducir el dolor del momento...

Depresión. El impacto de la pérdida de alguien cercano puede llevar a una


persona a una situación muy dolorosa, que viene acompañada de una
enorme tristeza y una crisis existencial, al darse cuenta de que esa persona
desaparece de su vida. Aunque los síntomas se asemejan al trastorno
depresivo, una vez se produce la aceptación de la situación, la
sintomatología remite.

Aceptación. Esta etapa sucede cuando se ha aceptado esta situación


dolorosa y depende de los recursos de cada uno el aceptarla antes o
después. No es una etapa que represente alegría, sino más bien desapego
emocional y comprensión de lo que puede haber sucedido. Si la persona
pasa mucho tiempo en proceso de duelo y no acepta la situación, es
necesario que busque ayuda psicológica para superarlo.

Etapas del duelo:


Fase de impacto (Silverman) o impasibilidad (Parkes y Clayton): de pocas
horas a una semana. Fase de impacto: dura de pocas horas a una semana
después del deceso, que puede cursar tanto con embotamiento como con
liberación emocional intensa, no siendo consciente de lo sucedido y
mostrando una conducta semiautomática. Es el momento de los ritos
sociales y familiares del duelo que facilitan la resolución de esta fase.
Desde el punto de vista psicopatológico, la ansiedad es la emoción
predominante produciéndose igualmente un estrechamiento del campo de
la conciencia.

Fase de depresión (Clayton) o de repliegue (Silverman): de un mes a un


año. Fase de "repliegue" o depresiva: se prolonga a lo largo de varias
semanas o meses, se inicia con sintomatología depresiva inhibida, seguida
de episodios de protesta-irritación y aislamiento. Los rituales socio-
religiosos han finalizado, la persona se encuentra sola ante la realidad de la
pérdida y frecuentemente con la exigencia social imperiosa de
reincorporación inmediata a su vida habitual: retorno al trabajo, cuidado de
los familiares a su cargo, etc. Durante este período el estado de ánimo es
superponible al de un trastorno depresivo.

Fase de recuperación, curación o restitución: después del año. Fase de


"recuperación": se produce al cabo de seis meses o un año. Durante la
misma se retorna al nivel de funcionamiento previo, siendo capaz el deudo
del establecimiento de nuevos lazos afectivos. Frecuentemente esta etapa
coincide, con el primer aniversario del deceso produciéndose en este
período una intensificación emocional en la línea de la nostalgia, tristeza,
llanto, recuerdo doloroso, etc., que duran unos días y que finalmente
marcan el final del duelo.
Tipos de duelo
Duelo anticipado. Ocurre con frecuencia cuando alguien cercano padece
una enfermedad terminal o se encuentra en un estado de salud del que
sabemos no tendrá recuperación. El duelo aparece anticipadamente porque
emocionalmente nos preparamos para la pérdida.

Duelo sin resolver. Se trata de una situación que se prolonga por más
tiempo del normal. Si luego de una pérdida y pasados dos años todavía
sientes que emocionalmente no te has recuperado, el duelo que afrontas
todavía no está resuelto. Debes buscar apoyo de un profesional de la
psicología.

Duelo ausente. Una de las etapas de la pérdida de un ser querido es negar


que falleció. El duelo ausente es esa misma negación de manera
prolongada, es la no aceptación de la muerte y el intento de seguir con la
vida como si no hubiese pasado nada.

Duelo crónico o patológico. Este tipo de duelo se evidencia cuando una


persona prefiere recordar constantemente al ausente, habla de él de forma
constante y como si todavía estuviera vivo. Es un duelo que puede durar
por años y que requiere apoyo profesional pues no es solo difícil de llevar
para quien lo padece sino para sus familiares y seres queridos.

Duelo retardado. Ocurre con las personas que son muy fuertes
emocionalmente o quieren verse fuertes frente a sus otros familiares.
Quienes deben afrontar este tipo de duelo generalmente son los miembros
de la familia sobre quienes recaen las responsabilidades más grandes del
hogar. Deben mostrarse fuertes, pero luego de un tiempo esta acumulación
de emociones termina por salir y evidenciar que no han realizado el proceso
natural del duelo.

Duelo inhibido. Es un tipo de duelo que afrontan las personas a las que se
le hace difícil expresar sus emociones o exteriorizar lo que sienten. Este
tipo de duelo puede generar dificultades físicas pues el cuerpo termina
somatizando esa imposibilidad de expresión. Si has tenido una pérdida y
tienes un familiar al que se le dificulte llorar, por ejemplo, es importante que
le prestes atención pues esta no es una forma de defensa del cuerpo y lo
que le está ocurriendo es completamente inconsciente.

Duelo desautorizado. Es común que algunas personas superen más


rápido que otras las etapas de duelo. Sin embargo, si un familiar o ser
querido se demora más tiempo, procura que no se sienta juzgado por ello.
Este tipo de duelo se presenta cuando un grupo familiar ha logrado superar
la pérdida de manera colectiva, pero uno de ellos sigue sintiendo la
ausencia. Al sentirse señalado se cohíbe de expresar lo que siente,
generándose internamente un sentido de culpa que no debería surgir.

Duelo distorsionado. Se presenta cuando al ocurrir una pérdida la


presencia de dolor es más fuerte en esta persona que en cualquier otro
familiar. Es posible que nuestro familiar esté atravesando por dos duelos,
uno ocurrido en el pasado y otro reciente. De esta forma, el duelo reciente
se confunde con el anterior y genera una reacción doblemente dolorosa.

Intervenciones de Enfermería
Ayudar y acompañar al paciente y a la familia en el proceso de duelo,
proporcionándoles un ambiente terapéutico que aumente la sensación de
control de la situación y asegure el máximo nivel de control durante todo el
proceso.

Identificar si hay dolor en el paciente y atender sus necesidades


físicas para lograr el confort que necesita.

Mantener la capacidad de escucha y ser conscientes de que en esta


etapa hay debilidad y fatiga, por lo que el paciente se expresará con mayor
lentitud.

Respetar y facilitar la expresión de las emociones y los pensamientos


referidos al proceso, tanto del paciente como de su familia.

Tolerar y aceptar la negación en la fase que le corresponde, ya que


puede ser terapéutica en su justa medida.

Tolerar y aceptar la ira o rabia, las expresiones de hostilidad, sin sentirse


ofendido y fomentar la expresión de los sentimientos.

Intentar desculpabilizar al paciente en la fase de negociación.

Tolerar el llanto y los sentimientos de desesperanza por parte de la


familia y el paciente.

Permitir al paciente solucionar todo aquello que tenga pendiente, así


como realizar los “rituales” que según sus creencias puedan aportarle
tranquilidad.
Ayudar a que el paciente piense en sí mismo, y si es necesario, haga
uso de sistemas de apoyo tales como grupos, consulta psicológica o
talleres.

Referencias Bibliográficas

Vargas Solano, Rosa Elena. (2003). Duelo y pérdida. Medicina Legal de Costa Rica, 20(2), 47-52.
Retrieved September 13, 2022, from http://www.scielo.sa.cr/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S1409-00152003000200005&lng=en&tlng=es.

León Alejandra. (2020). Tipos de Duelo. Línea Ética Suramericana. Extraído de


https://segurossura.com/covid19/recomendaciones/hay-varios-tipos-de-duelo-cual-es-el-mio-y-
como-saberlo/

Payás Puigarrau, A. Las tareas del duelo. Psicoterapia de duelo desde un modelo integrativo-
relacional. Madrid. Paidós. 2010.

https://www.revista-portalesmedicos.com/revista-medica/duelo-etapas-intervenciones-de-
enfermeria/#:~:text=Intervenciones%20de%20Enfermer%C3%ADa%3A%20los
%20objetivos,control%20durante%20todo%20el%20proceso.

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