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Universidad Westhill

Tanatología

Itzel Flores, Roberto Quezada, Sarah Sidauy, Norma Tapia y


Nissim Nacach.

07-02-2024

Introducción

En el siguiente trabajo hablaremos sobre el duelo y la relación que tiene con la psicología,
donde encontraremos los tipos de duelo, etapas de duelo, su tratamiento, su sintomatología,
los modelos de intervención, sobre la tanatología y sus tratamientos.

¿Qué es el duelo?
El proceso de duelo es un fenómeno psicológico que surge tras la experiencia de una pérdida,
ausencia, fallecimiento o abandono. Es altamente individualizado, con manifestaciones
emocionales y físicas diversas, tales como ansiedad, temor, remordimiento, confusión,
negación, melancolía, desánimo, conmoción, entre otros.

El sufrimiento por una pérdida puede manifestarse no solo ante la muerte, sino en cualquier
situación donde se produzca una ruptura irreversible, generando un vacío difícil de llenar. La
manera en que cada individuo enfrenta emocionalmente esta pérdida se denomina proceso de
duelo, el cual conlleva a la adaptación a una nueva realidad.

El duelo es equiparado con una herida que requiere de tiempo para sanar y cicatrizar
adecuadamente.

A menudo se habla de la existencia de distintas etapas en el proceso de duelo, aunque es


importante tener en cuenta que no todas las personas atraviesan necesariamente todas estas
fases.
Fases o etapas del proceso de duelo:

Negación:

​ "No puedo creerlo", "esto no puede ser real", "no puede ser verdad"... Estas son
expresiones comunes cuando nos enfrentamos a una situación dolorosa. La negación
es la primera reacción ante un golpe emocional. Es un mecanismo que nos permite
darle tiempo a nuestra mente para procesar la realidad. Al principio, el impacto puede
ser tan abrumador que nos bloquea, impidiéndonos sentir. Negar la situación nos da
un respiro, una pausa para asimilar lo ocurrido. Algunos pueden negar la pérdida,
mientras que otros, al aceptarla de inmediato, intentan negar el dolor.

Enfado:

​ Es importante reconocer y aceptar la rabia para poder gestionarla. El enojo tiene su


razón de ser; es una señal de que necesitamos ayuda y nos impulsa a buscar
soluciones. Guardar la rabia dentro de nosotros solo nos dañará más.

Negociación:

​ En esta etapa, fantaseamos con la idea de cambiar lo irreparable. Podemos intentar


negociar con cualquier entidad, incluso con nosotros mismos. Buscamos
desesperadamente maneras de evitar lo inevitable. Sin embargo, esta fase suele ser
breve, ya que mantenernos constantemente en modo solución resulta agotador.

Miedo o depresión:

​ Sentimos tristeza, incertidumbre, vacío y un profundo dolor. Nos encontramos


agotados, y hasta las tareas más simples se vuelven abrumadoras. A menudo, nos
invaden pensamientos negativos sobre el futuro y la felicidad. Aunque parezca que
este estado será eterno, es desde aquí donde podemos comenzar a reconstruirnos.

Aceptación:

​ Es el último paso del proceso de duelo. Aceptar que lo perdido está perdido y que no
hay marcha atrás no es fácil. Podemos resistirnos, pero entender que la negación solo
prolongará nuestro sufrimiento nos ayuda a dar este paso. Llegar a la aceptación
requiere un gran esfuerzo. Se trata de reconocer que las adversidades son parte de la
vida y que la pérdida forma parte de ese camino. Sentirse parte de algo más grande
nos permite ubicar el duelo en su lugar adecuado y trabajar en él como parte integral
de la vida, sabiendo que las pérdidas son inevitables, ya sean de juventud, relaciones,
lugares o seres queridos.
Cuando el duelo no se resuelve adecuadamente, puede convertirse en un duelo prolongado o
patológico. Esto sucede cuando los síntomas persisten durante un período prolongado de
tiempo.

Duelo patológico

Es común que una pérdida no procesada adecuadamente dé lugar a problemas emocionales e


incluso trastornos psicológicos meses o incluso años después.

Por otro lado, cuando el duelo se maneja de manera efectiva, puede mejorar las habilidades
para enfrentar futuras situaciones de pérdida, frustración o sufrimiento.

Es crucial abordar adecuadamente el duelo en los niños, brindándoles apoyo emocional,


permitiéndoles expresar sus sentimientos y no minimizando ni negando su dolor. La forma en
que los niños enfrentan sus primeras experiencias de duelo puede influir en sus habilidades
para afrontar pérdidas futuras.

Duelo normal

Se denomina duelo normal o duelo no complicado, aquella situación en que la respuesta a la


pérdida es considerada proporcional a la misma, con un carácter predecible de sus síntomas y
su desarrollo. Su duración no suele superar los dos años.

Al principio suele manifestarse como estado de “shock” caracterizado por aturdimiento,


sensación de perplejidad y dificultad para alcanzar el alcance de lo ocurrido. Suele ser breve
y seguido de expresiones de dolor, malestar, llanto, pérdida de apetito y peso, dificultad para
respirar y hablar e insomnio.

Duelo Anticipado

Reacción que se presenta por adelantado cuando una pérdida se percibe como inevitable. Se
refiere a un proceso de duelo normal que ocurre en anticipación a la muerte e incluye muchos
de los síntomas del duelo después de la pérdida.

Los principales aspectos del duelo anticipado son: depresión, intensa preocupación por la
persona que va a morir, ensayo de la muerte y tratar de ajustarse a las consecuencias de la
misma.

Duelo prolongado

Se caracteriza por una duración excesiva y la falta de una resolución satisfactoria. La persona
afectada es plenamente consciente de que no logra superarlo.

Duelo diferido
También conocido como reprimido, inhibido o postergado. Ocurre cuando la persona no
experimenta una respuesta emocional adecuada en el momento de la pérdida, posiblemente
debido a la ausencia de apoyo social, la necesidad de mostrar fortaleza por otros o sentirse
abrumado por múltiples pérdidas. En el futuro, la persona puede experimentar síntomas de
duelo, a veces desencadenados por una pérdida posterior, y estos síntomas pueden ser
desproporcionados en relación con la pérdida.

Duelo excesivo

Se caracteriza por una intensificación de los síntomas normales de duelo, lo que lleva a la
persona a sentirse abrumada y recurrir a comportamientos desadaptativos. La persona es
consciente de que sus síntomas están vinculados con una pérdida. Esto puede incluir el
desarrollo de trastornos psiquiátricos significativos después de la pérdida.

Duelo encubierto

En esta situación, la persona experimenta síntomas y comportamientos que les causan


problemas, pero no son conscientes ni reconocen que están vinculados a la pérdida. Estos
síntomas pueden manifestarse como problemas físicos (como enfermedades psicosomáticas)
o como conductas desadaptativas (como una depresión inexplicable o hiperactividad).

Duelo no reconocido o silenciado

Según Pérez (2014), ciertas normas sociales establecen pautas sobre quién puede y debe
experimentar el duelo, cómo hacerlo, por quién y durante cuánto tiempo. Cuando alguien se
aparta de estas normativas, algunos individuos sufren en aislamiento y sin apoyo, al no
sentirse autorizados para expresar su dolor sin encontrar comprensión a su malestar. Los
familiares y amigos evitan hablar sobre el tema, lo que contribuye a este sentimiento de
desautorización.

En este contexto, la persona experimenta una pérdida que no puede ser reconocida o
expresada abiertamente en la sociedad. Por temor a sufrir discriminación, desprecio,
humillación o vergüenza, los dolientes ocultan sus sentimientos.

Cuando la pérdida es socialmente reconocida, se permite a la persona expresar abiertamente


sus emociones y compartir su dolor, lo que facilita un proceso saludable y constructivo. A
través de la narrativa, la persona puede situarse en su realidad y su presente, promoviendo el
aprendizaje personal y social de la experiencia.

Los duelos silenciados o prohibidos desencadenan procesos complejos y dolorosos. La


sensación de una agónica soledad envuelve a la persona en un camino lleno de emociones,
representaciones mentales, frustración y dolor intenso, vinculados a la pérdida de un ser
querido o algo significativo. Estos duelos, al no ser socialmente aceptados, se vuelven
ocultos, silenciosos y solitarios. La angustia que experimenta quien atraviesa esta situación le
impide compartir sus emociones, lo que puede conducir a un duelo complicado.

Tratamiento para el duelo


Sintomatología
Durante los primeros meses después de una pérdida, los síntomas del duelo normal pueden
parecerse mucho a los del duelo complicado. Sin embargo, mientras que los síntomas del
duelo normal tienden a disminuir gradualmente, los del duelo complicado persisten o incluso
se intensifican, creando una sensación constante y abrumadora de aflicción.

Los signos y síntomas del duelo complicado pueden incluir:

● Profunda tristeza y dolor, con pensamientos recurrentes sobre la pérdida.


● Dificultad para concentrarse en actividades que no estén relacionadas con la muerte
del ser querido.
● Obsesión con los recuerdos del difunto o, por el contrario, una tendencia a evitarlos en
exceso.
● Intensa añoranza o deseo persistente por la persona fallecida.
● Problemas para aceptar la realidad de la muerte.
● Sensación de entumecimiento emocional o desconexión.
● Sentimientos de resentimiento hacia la pérdida.
● Percepción de que la vida carece de sentido o propósito.
● Falta de confianza en los demás.
● Incapacidad para disfrutar de la vida o para recordar experiencias positivas
compartidas con el ser querido.

Además, el duelo complicado puede diagnosticarse si experimentas lo siguiente:

● Dificultades para realizar actividades cotidianas.


● Aislamiento social y evitación de interacciones sociales.
● Depresión, culpa, o autorreproches intensos.
● Creencias de haber actuado mal o de haber podido evitar la muerte.
● Sentimientos de que la vida ya no tiene valor sin la persona fallecida.
● Deseos de haber muerto junto con el ser querido.

MODELOS DE INTERVENCIÓN

Teoría del apego


La teoría del apego de Bowlby nos proporciona una forma de entender la tendencia innata de
los seres humanos a formar vínculos emocionales fuertes con otros individuos, así como las
intensas reacciones emocionales que experimentamos cuando estos vínculos se ven
amenazados o se rompen.

Bowlby sostiene que estos lazos afectivos surgen de nuestra necesidad de protección y
seguridad, desarrollándose desde una edad temprana y dirigidos hacia unas pocas personas
específicas, persistiendo a lo largo de gran parte de nuestra vida. Establecer estos lazos se
considera una conducta normal tanto en niños como en adultos, y tiene un valor de
supervivencia distinto al de la nutrición y la sexualidad.

Cuando estos lazos se ven amenazados, se desencadenan ciertas reacciones específicas, como
el aferrarse, llorar y, en ocasiones, el enojo. Estas conductas buscan restablecer el vínculo
afectivo y aliviar el estrés y la angustia emocional. Si no se logra restablecer el vínculo,
pueden surgir sentimientos de rechazo, apatía y desesperanza.

Bowlby sugiere que existe una base biológica para estas respuestas automáticas ante la
separación, con una predisposición hacia la recuperación de la relación perdida. Esta es la
"Teoría biológica del duelo", que sugiere que las respuestas de duelo están arraigadas en
procesos biológicos primitivos.

Sin embargo, existen características específicas del duelo humano que lo diferencian de los
animales, y todas las personas, independientemente de la cultura, experimentan el duelo de
alguna manera. Aunque en sociedades anteriores a la escritura, la patología asociada al duelo
parece ser menos común que en sociedades más modernas.

Según la tesis de George Engel, la pérdida de un ser querido puede ser tan traumática
psicológicamente como una lesión física grave. El duelo representa una desviación del estado
de salud y bienestar, y se necesita un período de tiempo para volver al equilibrio. Engel
compara el proceso de duelo con el proceso de curación, en el que pueden existir diferentes
cursos, desde una recuperación total hasta un funcionamiento y curación inadecuados.

Después de una pérdida, hay ciertas tareas que deben realizarse para completar el proceso de
duelo y restablecer el equilibrio emocional. Aunque estas tareas no necesariamente siguen un
orden específico, el duelo se considera un proceso dinámico que requiere esfuerzo, y se habla
de realizar el "trabajo de duelo" siguiendo el ejemplo de Freud.

las tareas del duelo

I- Las cuatro tareas del duelo son pasos importantes para enfrentar la pérdida de un ser
querido. La primera tarea es aceptar la realidad de la pérdida. Esto implica reconocer
plenamente que la persona ha fallecido y que no volverá. Algunas personas pueden negar esta
realidad, ya sea guardando las pertenencias del fallecido como si estuvieran listas para su
regreso, minimizando el significado de la pérdida o creyendo en la reversibilidad de la muerte
a través de prácticas como el espiritismo.
Aceptar la realidad de la pérdida lleva tiempo y puede ser un proceso emocionalmente
desafiante. Las emociones pueden fluctuar entre la aceptación y la negación, y los rituales
tradicionales como los funerales pueden ayudar en este proceso. Para algunos, la irrealidad de
la pérdida es particularmente difícil de aceptar, especialmente en casos de muerte súbita
donde no se ve el cuerpo del fallecido. Los sueños donde el fallecido parece estar vivo
pueden servir como una forma de validar la realidad de la muerte al despertar y confrontar
esa realidad.

II- La segunda tarea del duelo consiste en abordar y procesar las emociones y el dolor
asociados con la pérdida. Es importante reconocer y trabajar este dolor, ya que su supresión o
evitación puede llevar a síntomas disfuncionales o a una prolongación innecesaria del duelo.
Aunque las personas experimentan el dolor de manera diferente, es inevitable sentir cierto
nivel de dolor al perder a alguien cercano.

La sociedad a menudo puede dificultar esta tarea al no estar cómoda con las emociones de
quienes están en duelo, transmitiendo el mensaje sutil de que no es necesario procesar el
dolor. Esto puede llevar a la negación del dolor por parte del doliente, quien puede bloquear
sus sentimientos o evitar pensamientos dolorosos. Algunas personas recurren a idealizar al
fallecido, evitan las situaciones que les recuerdan a él o utilizan alcohol o drogas para evitar
enfrentarse al dolor.

Algunas personas pueden intentar evitar el dolor mediante la búsqueda de un cambio


geográfico, viajando de un lugar a otro en busca de alivio emocional. Sin embargo, esto no
aborda realmente el dolor, ya que este solo se supera permitiéndose sentirlo y sabiendo que
eventualmente disminuirá. En ocasiones, puede surgir una respuesta eufórica ante la muerte,
pero suele ser frágil y efímera, y a menudo se acompaña de una sensación de presencia
continua del fallecido.

Bowlby advierte que aquellos que evitan conscientemente el duelo pueden enfrentarse a un
colapso emocional en algún momento, generalmente manifestado en forma de depresión. Por
lo tanto, es crucial abordar y procesar adecuadamente el dolor de la pérdida. El asesoramiento
psicológico puede ser útil para facilitar esta tarea y evitar que el dolor se arrastre a lo largo de
la vida del doliente. Si no se completa esta tarea de manera adecuada, puede ser necesario
buscar terapia en el futuro para abordar el dolor evitado.

III-La tercera tarea del duelo consiste en adaptarse a un entorno en el que el fallecido ya no
está presente. Esta adaptación puede variar según la relación y los roles que desempeñaba el
fallecido. Por lo general, este proceso comienza aproximadamente tres meses después de la
pérdida e implica enfrentarse a vivir solo, criar a los hijos sin la pareja, manejar una casa
vacía y gestionar las finanzas por uno mismo, en el caso de una viuda, por ejemplo.

Los supervivientes suelen resentirse al tener que desarrollar nuevas habilidades y asumir roles
que antes desempeñaba su pareja. La estrategia de redefinir la pérdida de manera que pueda
resultar beneficiosa para el superviviente suele estar asociada con el éxito en esta tarea.
La muerte también plantea interrogantes sobre la propia identidad y autoconcepto. El duelo
puede llevar a una intensa regresión en la que las personas se sienten inútiles, inadecuadas o
incapaces. Sin embargo, con el tiempo, estas percepciones negativas suelen dar paso a una
mayor aceptación de sí mismos y la capacidad de adaptarse a los cambios en sus roles y
responsabilidades.

La adaptación al nuevo sentido del mundo puede implicar cuestionamientos sobre los valores
fundamentales de la vida y las creencias filosóficas. La persona busca significado y sentido
en la pérdida, y busca recuperar el control sobre su vida. Detenerse en esta tarea implica no
adaptarse a la pérdida, luchando contra uno mismo y negándose a desarrollar las habilidades
necesarias para enfrentar los desafíos del entorno. Sin embargo, la mayoría de las personas
optan por asumir nuevos roles, desarrollar habilidades y seguir adelante con un nuevo sentido
de propósito en la vida.

IV-La cuarta tarea del duelo implica recolocar emocionalmente al fallecido y seguir adelante
con la vida. Según Volkan, una persona en duelo nunca olvida por completo al ser querido
fallecido, y nunca rechaza totalmente los recuerdos de esa persona. Siempre conservamos a
quienes han sido importantes en nuestra historia personal, a menos que realicemos actos que
dañen nuestra identidad.

La capacidad del superviviente para establecer nuevas relaciones no depende de "renunciar"


al fallecido, sino de encontrarle un lugar adecuado en su vida emocional que permita espacio
para otros. La tarea del asesor no es ayudar a "olvidar" al fallecido, sino a encontrar un
equilibrio emocional que permita seguir viviendo de manera efectiva.

Para los padres en duelo, la recolocación implica mantener una relación continua con los
recuerdos de su hijo fallecido, pero de una manera que les permita continuar con sus vidas.
No se completa la tarea IV sin dejar de amar, pero mantenerse aferrado al pasado en lugar de
formar nuevas conexiones puede obstaculizar este proceso.

Esta tarea puede resultar especialmente difícil para muchas personas, y algunas pueden sentir
que sus vidas se detuvieron en el momento de la pérdida. Sin embargo, es posible superar este
obstáculo. Por ejemplo, una persona puede expresar que sigue amando a su padre fallecido
pero también puede encontrar amor y conexión con otras personas en su vida.

Terapia de duelo

La expresión de emociones tanto a nivel social, familiar y personal, acompañada de la


realización de rituales que faciliten la adaptación a la pérdida, puede prevenir el desarrollo de
duelos patológicos y facilitar un proceso de duelo saludable.
El tratamiento del proceso de duelo se aborda mediante la Terapia Breve Estratégica y EMDR
(por sus siglas en inglés, Desensibilización y Reprocesamiento a través de Movimientos
Oculares), técnicas reconocidas por su innovación y eficacia en este ámbito.
Es fundamental identificar en qué etapa del proceso de duelo se encuentra la persona.

Al principio, es común experimentar sentimientos de rabia, que pueden dirigirse hacia uno
mismo o hacia los demás, generando culpa o ira. Si esta rabia se vuelve abrumadora, puede
obstaculizar el proceso normal de duelo, requiriendo una intervención para facilitar su
expresión y permitir el surgimiento de otras emociones.

La rabia debe ser integrada en nuestra vida cotidiana hasta que pierda su poder destructivo.
Cuando la rabia se reprime, puede dar lugar a pensamientos y sensaciones angustiantes.

Una forma efectiva de gestionar la rabia es a través de la escritura. Al plasmar nuestros


sentimientos, podemos reducir su intensidad y enfrentarnos a partes de la realidad que antes
negábamos. Después de la rabia, queda un profundo dolor que debemos atravesar para
avanzar en el proceso de duelo.

La propuesta de Neimeyer, desde una perspectiva constructivista, complementa el modelo de


Worden al enfocarse en los factores culturales y de apoyo social que rodean la experiencia de
duelo. Destaca la importancia de la familia y el impacto que tiene la muerte en el clima
familiar, así como en las expectativas sociales y personales sobre la viudedad, la orfandad y
otros aspectos. Neimeyer también resalta la necesidad de encontrar un sentido para la vida y
la muerte del fallecido en nuestra propia historia vital para poder avanzar. Sus propuestas de
intervención incluyen técnicas como el uso de un lenguaje evocador, el empleo de símbolos
como fotos o pertenencias para evocar recuerdos, la escritura de cartas o diarios dirigidos al
fallecido, la elaboración de biografías o historias sobre la relación con él, entre otras.

Además, Neimeyer sugiere técnicas de reestructuración cognitiva para abordar ideas


irracionales que surgen en momentos de estrés, así como la realización de rituales personales
que pueden incluir aspectos religiosos o reuniones familiares. También propone prácticas
como el decir adiós como parte del proceso de despedida y el entrenamiento en habilidades
de afrontamiento para enfrentar los desafíos que surgen durante el duelo.

Técnicas de intervención.

● Lenguaje evocador. Uso de palabras duras (muerte, viudez, para


● siempre, nunca más), hablar en pasado del difunto.
● Uso de símbolos, como fotos o pertenencias para evocar emociones
● o recuerdos.
● Escribir :
● cartas que se leen en sesión o se mandan simbólicamente.
● diarios dirigidos al fallecido para “mantenerlo al día” de lo que
● ocurre poesía.
● biografías del fallecido.
● historias e imágenes metafóricas sobre la relación con él.
● caracterizaciones de la pérdida (historias sobre uno mismo en
● tercera persona)
● epitafio adecuado al ser querido
● huella vital que dejó en la propia vida.
● Dibujar recuerdos o despedidas, especialmente en niños.
● Role-playing de situaciones temidas o molestas.
● Reestructuración cognitiva. Al enfrentarse a las demandas del
● entorno en una situación de estrés se disparan las ideas irracionales
● del tipo “nadie me va a querer”, “la gente piensa de mí que lo estoy
● haciendo mal como siempre”.
● Libro de recuerdos hecho por la familia y que queda a la vista de
● todos, muy buenos para niños.
● Imaginación guiada (silla vacía), se invita al paciente a que se dirija al
● difunto y le exprese en primera persona sus emociones, peticiones o
● dudas y responde por ella como cree que lo hubiera hecho.
● Viajes a lugares significativos.
● Psicodrama, parecido a la imaginación guiada, una persona
● representa al difunto que dialoga con el superviviente sobre cualquier
● asunto que quedara pendiente.
● Rituales personales que pueden incluir aspectos religiosos, reuniones
● familiares, quemar una carta o un recuerdo, dejar un recuerdo en la
● tumba.
● Decir adiós. Al final de las primeras sesiones se pronuncia en voz
● alta “adiós por el momento”. Al final de la terapia el doliente es capaz
● de decir “adiós para siempre”.
● Entrenamiento en habilidades de afrontamiento, las necesarias para
● su desempeño, como búsqueda de empleo, HHSS, de manejo de
● estrés, solución de problemas, etc
● Expresión y manejo de emociones. Para las ambivalentes preguntas
● como ¿qué echas de menos? ¿qué no echas de menos?
● Reposición de objetos recordatorios del desaparecido.
● Lectura reflexiva de un libro de autoayuda.
● Galería de fotografías.
● Terapia de grupo y grupos de autoayuda.

LA PSICOLOGÍA

El duelo en psicología es una adaptación emocional con connotaciones que afectan a la


dimensión física, conductual, cognitiva y social de las personas ante una pérdida importante
en su vida.
Dentro del duelo en psicología se diferencian distintas fases por las que la persona pasa, para
realmente acabar asimilando y aceptando el cambio, sin que se produzcan desadaptaciones
personales:
● En principio es natural que se produzcan la negación personal en el duelo o
incluso no se acepte la pérdida dentro del entorno próximo.

Es ese momento en que aún no terminas de creer que lo que ha pasado es real, y necesitas
tiempo para encajar un golpe tan duro en tu vida.

● En otra de las fases del duelo, cuyo orden no siempre es el mismo, también se
producen reacciones que pueden ir desde el enfado hasta la indiferencia, como
escudo de protección frente a la pérdida, y la sensación de impotencia ante algo
que no está en tu mano resolver.

En este estado se buscan excusas, causas y culpables, para intentar encontrar explicaciones y
consuelo.

En el proceso de duelo también existen una serie de factores que influyen en este proceso,
tales como:
● El grado de apego afectivo con la persona desaparecida
● El proceso previo a la desaparición de la persona (enfermedad, agonía, relación
tóxica en el caso de separación de parejas).
● La dependencia o no del desaparecido también influye en los tipos de duelo
● Creencias espirituales.
● Cantidad de apoyo social que se recibe.
● Recursos económicos.
● Cantidad de afectados por la pérdida que puede hacerla más solidaria

TANATOLOGIA
La Tanatología es una disciplina científica que se encarga de encontrar el sentido al proceso
de la muerte, sus ritos y significado concebido como disciplina profesional, que integra a la
persona como un ser biológico, psicológico, social y espiritual para vivir en plenitud y buscar
su trascendencia. También se encarga de los duelos derivados de pérdidas significativas que
no tengan que ver con la muerte física o enfermos terminales.
Dentro del estudio de la tanatología se incluyen aspectos tales como:
● Ayudar a crear en las personas sistemas de creencias propias sobre la vida y la muerte,
no como una fantasía o castigo sino como la aceptación de la muerte como un proceso
natural.
● Preparar a la gente para asumir cualquier tipo de pérdida.
● Educar a tratar en forma humana e inteligente a quienes están cercanos a la muerte.
● Entender la dinámica de la pena desde un punto de vista humano, donde se acentúe la
importancia de las emociones.
● Uno de los puntos más importantes dentro la tanatología es el principio de Autonomía
el cual le permite al individuo tomar sus propias decisiones relacionadas con el
proceso de morir o de su propia vida. La dignidad de la persona se comprende sólo a
través del respeto a la libertad.

VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE LOS TRATAMIENTOS TANATOLÓGICOS


Teoría del apego
Las ventajas es
● Tendrán a la mano las herramientas necesarias para superar la frustración.
● Sus relaciones personales por lo general serán positivas y exitosas, basada en el
respeto, el afecto y la comunicación.
● Será más comunicativo con los padres, con lo que también se disminuye el riesgo de
que escondan u oculten los problemas y perjuicios que puedan sufrir en su entorno.

Las desventajas es

● Considera que el apego no se construye con una “fórmula”, que es espontáneo y que
lo importante es que los niños sepan que sus padres los quieren y apoyan.
● Es que transmiten el mensaje sin una base científica sólida de que los niños criados
con este intenso contacto físico van a ser mejores.

Tareas del duelo

Las ventajas es
● Es que ayudan a aceptar la realidad de la pérdida. Al inicio del proceso de duelo,
cuando la pérdida es reciente, suele aparecer un sentimiento de incredulidad, un “esto
no está pasando”, cuya función es protegernos al inicio de todo el dolor que acompaña
a la pérdida. Tomar conciencia de la realidad y procesar que la pérdida ha ocurrido es
la primera tarea que debemos resolver en un proceso de duelo.
● Trabajar las emociones y dolor de la pérdida: Aquí es importante que la persona se
permita sentir dolor y emociones asociadas a la pérdida.
● Adaptarse a un medio en el que la persona fallecida está ausente

Desventajas
● Que no realicen las tareas ya que la persona está triste y no tiene ganas de hacer nada
● Que no se adapte a la situación actual de la persona ausente

Glosario

Duelo: De acuerdo a Borgeous el duelo se define como "La pérdida de un familiar y/o un ser
querido con sus consecuencias psico-afectivas, sus manifestaciones exteriores y rituales y
el proceso psicológico evolutivo consecutivo a la pérdida" (Vargas Solano, 2003)
Tanatologia : La palabra tanatología proviene del dios griego thanatos el dios de la muerte y
se define como el estudio de la vida que incluye la muerte, es la rama que ayuda a las
personas encontrar sentido en la vida tras la muerte (Qué es Tanatología | Instituto
Mexicano de Tanatología, s. f.)

Muerte : En términos biológicos la muerte se define como el césar de la vida, el cesar de las
pulsiones (Noemi C, 2007)

Pérdida : La perdida se define como algo que se deja de poseer, falta o ausencia de algo
(La pérdida, 2022)

Dolor : El dolor se define como una experiencia emocional y sensorial desagradable, puede
ser de carácter físico o de carácter emocional (del Arco, 2015)

Miedo : El miedo es una emoción natural que se caracteriza por experimentar una
sensación desagradable e intensa ante la percepción de un peligro real o imaginario (El
miedo, una alarma mental para proteger la integridad - UNAM Global, 2022)

Enojo : El enojo es un estado emocional que varía en intensidad. Varía desde una irritación
leve hasta una furia e ira intensa (Cómo controlar el enojo, antes de que lo controle a usted,
s. f.)

Emoción : Las emociones son estados de ánimo caracterizados por sentimientos,


sensaciones, pensamientos... Son universales (¿Qué son las emociones? | ¿Qué son las
emociones?, s. f.)

Ansiedad : De acuerdo al gopbierno de mexico la ansiedad es un estado emocional en el


que se presentan cambios somáticos (cuando una persona expresa tener un síntoma que
en realidad no tiene) y psíquicos. (Salud, s. f.)

Angustia : . La angustia es una emoción, sentimiento, pensamiento, condición o


comportamiento desagradables (¿Qué es la angustia?, s. f.)

Empatía La capacidad de comprender y compartir los sentimientos de los demás, la


empatía nos permite ver las cosas desde la perspectiva del otro en vez de la nuestra. (La
Ciencia de la Empatía, s. f.)

Crisis : Las crisis se consideran como punto de cambio en la persona donde se rompen

Frustración : La frustración es la respuesta emocional común que experimentamos cuando


tenemos un deseo, una necesidad, un impulso y no logramos satisfacerlo (Trabajemos en la
tolerancia a la frustración, 2022)

Resiliencia : La resiliencia es el proceso de adaptarse bien a la adversidad, a un trauma,


tragedia, amenaza, o fuentes de tensión (El Camino a La Resiliencia, s. f.)
Aprendizaje : El aprendizaje es un proceso de adquisición de conocimientos, habilidades,
valores y actitudes, posibilitado mediante el estudio, la enseñanza o la experiencia
(Aprendizaje - Definicion.de, s. f.)

Referencias

-Brito-Brito, P. R., Rodríguez-Ramos, M., & Pérez-García-Talavera, C. (2009). Caso


clínico: duelo complicado en atención primaria. Planificación de los cuidados. Enfermería
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-Vedia, V. (2016). Duelo patológico: factores de riesgo y protección. Revista digital de


medicina psicosomática y psicoterapia, 6(2), 12-34.

-Worden, J. W., Aparicio, Á., & Barberán, G. S. (2013). El tratamiento del duelo:
asesoramiento psicológico y terapia. Barcelona: Paidós.

-Moreno, M. (2002). Intervención en duelo en las diferentes etapas evolutivas.


Recuperado de http://www. psicofundacion. es/uploads/pdf/Intervencion% 20en% 20duelo.
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-El proceso del duelo en psicología: Fases y tratamiento: Júlia Pascual. Júlia Pascual
psicologa en Barcelona | Terapia Breve estratégica. (2023, July 19).
https://www.juliapascual.com/duelo/

Tanatología: ¿Sabes en qué consiste la terapia tanatológica? (2023, March 3). Top Doctors.

https://www.topdoctors.mx/articulos-medicos/tanatologia-sabes-en-que-consiste-la-terapia-ta

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Qué es Tanatología | Instituto Mexicano de Tanatología. (n.d.).

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Vicente, P. N. (2021, June 7). Duelo en psicología: Aprende a superarlo - Psicología

Nafría. Patricia Nafria.

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https://childrens-spaces.com/es/ventajas-y-desventajas-de-la-crianza-con-apego/

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