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IES Nro.1 Dra.

Alicia Moreau de Justo

Profesorado superior en historia

Catedra: nuevos escenarios: cultura, tecnología y subjetividad

Alumno: Nahuel, Nuñez

Año de cursada: 2019

Reflexión sobre Verdad y mentira en sentido extra moral

Resulta difícil acercarse desde la disciplina historia al campo de la filosofía, más


quizás tratándose de la temática analizada por Nietzsche en este trabajo. A este respecto,
es probablemente el hecho de que los historiadores no enfocan sus análisis en temas como
el impulso hacia la verdad, parte de esta dificultad. Pero aun así, a partir del llamado “giro
cultural” (Burke, Peter., 1997: p.231) la historia en la segunda mitad del siglo XX y con la
fragmentación de la disciplina en cuanto a las temáticas abordadas, muchos historiadores
culturales han abordado problemas como el de la memoria y olvido, las tradiciones, los
intelectuales, la modernidad y posmodernidad, entre otros.

En consecuencia se intentara relacionar algunos de estos temas (de manera forzosa)


con las inquietudes y afirmaciones hechas por Nietzsche en sobre verdad y mentira en
sentido extra moral.

Una de las primeras reflexiones que aparecen en este texto de Nietzsche es la de la


soberbia. La misma por la cual, “el más orgulloso de los hombres, el filósofo, quiere que
desde todas partes, los ojos del universo tengan su mirada puesta sobre sus acciones y
pensamientos” (Nietzsche, 1873: p.3) En este sentido, E. Said en su propuesta de análisis
sobre los intelectuales discute una de las definiciones clásicas (de Julien Benda) de los
intelectuales como un grupo de virtuosos filósofos moralmente dotados, que constituyen la
conciencia de la humanidad (Said, Edward, 1996) esta concepción del intelectual “de la
torre de marfil” alejado de toda posible contaminación de la humanidad representaría el
saber verdadero de la conciencia humana, en términos relativos.
Contrariamente a esta postura, la idea de intelectual que Said defiende, no representa
a este separado de la vida cotidiana, es alguien que representa un determinado punto de
vista y que, relacionado con otro de los puntos analizados por Nietzsche, ofrece
representaciones (Said, Edward, 1996: 31) se debe antes a la critica que la solidaridad (en
términos de relación con el poder) La cuestión de la representación o la “ficción” son, para
Nietzsche, las fuerzas en que se desarrolla el intelecto como medio para la conservación del
individuo y esta ficción alcanza su máxima expresión en el hombre: por medio del engaño,
el fraude, los convencionalismos. Esto es para el autor ley hasta tal punto que parece
inconcebible que surgiera en el hombre un impulso sincero hacia la verdad (Nietzsche,
1873: pp.3-4)

En este sentido, no el del impulso sincero hacia la verdad, pero si el del estudio de los
convencionalismos, las tradiciones, podría decirse también las ficciones, E. Hobsbawn y T.
Ranger, analizaron en su trabajo de 1983, la invención de las tradiciones y acuñaron el
término de “tradiciones inventadas” que incluye tanto las tradiciones realmente inventadas,
constituidas y formalmente instituidas, como aquellas que surgen de modo difícil de
investigar, durante un periodo breve y se establecen con gran rapidez (Hobsbawn, E.,
Ranger, T, 1983: PP.7-8) La “tradición inventada” implica un grupo de prácticas,
normalmente gobernadas por reglas aceptadas abierta o tácitamente y de naturaleza
simbólica o ritual, que buscan inculcar determinados valores o normas de comportamiento
por medio de su repetición, lo cual implica automáticamente continuidad con el pasado
(Hobsbawn, E., Ranger, T, 1983: P.8) y en este sentido toda tradición que se proclama a si
misma antigua es realidad de reciente invención.

Se podría relacionar este último punto con la afirmación hecha por Nietzsche de que
se ha inventado una designación uniformente valida y obligatoria de las cosas, donde el
lenguaje proporciona las leyes de la verdad originando el contraste entre verdad y mentira,
siendo que el “mentiroso” es el que utiliza las legislaciones, las palabras, para hacer parecer
lo irreal como real (Nietzsche, 1873: p.4) Así, el engaño y la manipulación de las
convenciones terminan por instaurar un invención como una realidad históricamente
legitimada. Lo mismo sucede en estudios sobre la “memoria colectiva” y la “amnesia
colectiva” realizados por Peter Burke, partiendo de la base de que un grupo decide
arbitrariamente que es de valor recordar y que no, instaurando en la memoria una sociedad
o pueblo determinados recuerdos y suprimiendo otros.

M. Foucault se ha interesado, por otro lado, por la voluntad del saber y la voluntad de
verdad. Su planteo es también el de la elección arbitraria, proponiendo que la voluntad de
verdad es tan profundamente histórica como cualquier otro sistema de exclusión, tan
arbitraria como estos sistemas y a la vez igualmente modificable en el transcurso de la
historia (Foucault, M. 1970-71: p.18) Foucault se pregunta si esta voluntad de verdad no se
apoya en un sistema de coacción, una red institucional, que se ejerce no solo sobre otros
discursos, sino sobre cualquier otra práctica.

Finalmente, Nietzsche se pregunta entonces ¿Qué es la verdad?, y responde que es


“un ejército móvil de metáforas (…) en resumidas cuentas una suma de relaciones
humanas, extrapoladas, adornadas poética y retóricamente y que, después de un prolongado
uso, a un pueblo le parecen fijas, canónicas, obligatorias” esta verdad es para él ilusiones
que se han olvidado que lo son (Nietzsche, 1873: p.6) En consecuencia, se podría decir que
la manipulación de los recuerdos colectivos, la invención de tradiciones- legitimadas en un
supuesto pasado- terminan funcionando, como afirma Foucault dentro de un sistema
institucionalizado y de coacción, que suprime o dirige la “voluntad” del resto de los sujetos.

Comentario final

Como se ha dicho al principio de estas limitadas páginas, los argumentos para


relacionar estos conceptos entre distintos autores de distintas disciplinas (la filosofía,
sociología y la historia) pueden parecer algo más que forzados y justificadamente
insuficientes. en cualquier caso, es importante recalcar que cada disciplina procede formas
muy diferentes en sus postulados y análisis, como también en los marcos conceptuales que
utilizan para abordar los mismos. Por último se ha de mencionar, que cada proceso
histórico está definido por continuidades y permanencias y que es esto lo que, en la medida
de las problemáticas históricas, conforma las voluntades de los sujetos, sus mentalidades,
concepciones, etc.

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