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TEÓRICO

Michel Foucault
(Décima semana: 2/11 al 8/11)

Sujeto y saber-poder

 El sujeto como objeto de saber

 El pensamiento de Foucault se desarrolla en un contexto donde se cruzan


diferentes concepciones: fenomenología, hermenéutica, estructuralismo,
marxismo, si bien resulta muy dificultoso encasillarlo en alguna de ellas (así como
considerarlo opositor a alguna de ellas).

 La influencia de Nietzsche lo lleva de los análisis estrictamente discursivos al de las


prácticas en las relaciones sociales e históricas que sostienen esos discursos.

 A pesar de las diferencias entre los distintos intérpretes de su obra, suelen


aceptarse tres grandes períodos para clasificar su pensamiento:

 El período arqueológico: (década del ‘60) – etapa estructuralista

 El período genealógico: (comienza en la década del ‘70) – análisis de las


prácticas, principalmente penales y psiquiátricas.

 El período ético: (que podría subsumirse en el anterior) – análisis de la


sexualidad.

 En estas dos últimas etapas, se afianzan los análisis de la cuestión del poder, pero
continuando con lo que se ha considerado el aporte más novedoso de su obra: la
postulación del cuerpo como el lugar de vinculación de las prácticas sociales con los
saberes de la época y las relaciones sociales.

 Es central en ese itinerario, la cuestión del sujeto, en tanto los seres humanos se
han constituido, especialmente a partir de la modernidad, tanto en sujetos que
conocen (subjetivación) como en objetos a conocer (objetivación).

 Esta interdependencia entre la “subjetivación” y la “objetivación”, signará la historia


del pensamiento sobre la cual Foucault pretende poner una mirada crítica,
atendiendo a los juegos de verdad que han emergido como producto de aquella
interdependencia.
 Según la consideración que Foucault hace de su propia obra, el sujeto como objeto
del saber es analizado –en lo que estima un primer momento- en la formación de las
ciencias humanas a partir de la práctica de las ciencias empíricas y de sus discursos, por un
lado; y en la constitución de la normatividad, a través de las prácticas de la psiquiatría, la
medicina, la penalidad, por el otro.

 En un segundo momento atenderá el reconocimiento del sujeto sobre sí mismo como


objeto de un saber posible.

 El fracaso de la perspectiva humanista. La arqueología

 Foucault rechaza tanto la concepción sustancialista del hombre, cuanto la


perspectiva existencialista (especialmente de Sartre), lo que implica pensar en que
no hay uno, sino muchos sujetos:
 Se han dado diferentes modos de subjetivación a lo largo de la historia
del pensamiento.
 Ha desaparecido un tipo de sujeto propio del pasado, el que supone una
“naturaleza humana”, propio de la filosofía sistemática.

 El surgimiento (la invención) de las ciencias humanas –siglo XIX- cuyo objetivo fue
colocar al hombre como sujeto de sí mismo (de su libertad y su existencia), en
verdad constituye el momento de la desaparición del hombre.

 El enfoque arqueológico, que busca en los discursos de las prácticas científicas


médicas y psiquiátricas, no el sentido o la verdad, sino la estructura sistemática que
subyace a esos discursos, a las prácticas de esas disciplinas, e incluso, a la extendida
comprensión científica de lo que el ser humano sea, se va concentrando
paulatinamente, en el análisis de los datos meramente discursivos.

 La arqueología intenta, en síntesis, estudiar la estructura de los discursos por los


cuales las ciencias enuncian sus ideas y teorías sobre el hombre y la sociedad.

 Prácticas sociales y verdad

 El encuentro con el pensamiento de Nietzsche constituirá el giro del enfoque


arqueológico (método que no será abandonado completamente) al genealógico,
que implica el análisis de la relación entre las prácticas sociales y las prácticas
discursivas.

 El método genealógico pondrá el foco en la “emergencia” de los saberes a partir de


ciertas prácticas sociales, lo que necesariamente liga el análisis con la historia.
 Ahora bien, la historia puede considerarse desde el punto de vista de “los
historiadores”, que suponen, desde un presupuesto de objetividad, un pasado
inmóvil cuya verdad hay que desvelar.

 O bien, como lo plantea Nietzsche, desde una comprensión perspectivista, que


supone un uso genealógico de la historia y que presenta tres aspectos:
 Como destructor de la realidad “monumental” (uso paródico)
 Como destructor de la identidad (que, contra la tradición, reconoce
la pluralidad de la misma)
 Como destructor de la verdad (contra la historia neutra que objetiva
la verdad)

 La verdad y las formas jurídicas:

 En una clara puesta en práctica de su método genealógico, en este texto Foucault


mantendrá sus intereses principales: el sujeto y la historia crítica de las ideas, sin
apelar a un sujeto absoluto, sino a uno histórico y constituido en sujeto de
conocimiento “a través de un discurso tomado como un conjunto de estrategias que
forman parte de las prácticas sociales”.

 Propone, explícitamente, desarrollar este análisis a través de tres líneas:

 La relación entre el saber y las prácticas sociales que engendran dominios de


saber en los que aparecen nuevos objetos, conceptos, técnicas, y, especialmente,
formas nuevas de subjetividad y de sujetos de conocimiento.

 Un análisis de los discursos entendidos como estrategias de poder o de lucha.

 Una reelaboración de la teoría del sujeto –que haga confluir las líneas anteriores-
prescindiendo de un sujeto que quede fijado en una naturaleza humana.

 En tanto “el sujeto, como la verdad, tienen una historia”, la verdad también puede
buscarse más allá de los discursos científicos; por ejemplo, en las prácticas judiciales
y penales.

 Se abocará al estudio de dos tipos de sociedades: la clásica y la que denomina


disciplinaria, esta última constituida a partir del siglo XIX.

 Es en esta época en la que las ciencias humanas surgen de prácticas sociales


específicas y de las tensiones entre discursos de prácticas diversas (psiquiátricas,
penales).
 Estos saberes determinarán la aparición de mecanismos de control y sometimiento
de los individuos “anormales” (esto es, que no se ajustan a los cánones de
normalidad establecidos por esos saberes legitimados)

 A su vez, ese poder disciplinario produce cierta realidad, ámbitos de objetos de


conocimiento y rituales de la verdad: es decir, produce un saber que fundamenta las
instituciones sociales en las que son insertadas esas relaciones de poder.

 Estas instituciones –los asilos, hospitales, escuelas, cárceles, cuarteles, fábricas-, se


organizan como espacios que funcionan mediante el examen y la vigilancia a fin de
encauzar las conductas de quienes los habitan: ortopedia social.

 La sociedad disciplinaria (capitalista), resulta propicia para el desarrollo de saberes


(sociología, psicología, psicopatología, criminología, psicoanálisis) surgidos de la
observación, clasificación, análisis y comparación de los comportamientos de los
individuos, los que a su vez, darán lugar a nuevas formas de control.

 Esta sociedad se caracteriza, a su vez, por la instauración de una red de


instituciones de encierro –“de secuestro”- cuyo objetivo es disciplinar (normalizar)
al cuerpo de los individuos constituyéndolo en fuerza de trabajo.

 Este poder, que es un micro poder que atraviesa esa red institucional, es tanto
económico cuanto político, judicial y epistemológico.

 La sociedad disciplinaria (cada una de sus instituciones) es descripta a través de la


imagen del panóptico: tipo arquitectónico (Bentham) cuyo origen fue la
construcción de cárceles y que se asienta en la vigilancia y el control y que deriva –
en tanto el vigilante no está necesariamente presente- en el autocontrol
(consecuencia exitosa del disciplinamiento).

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