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BLOQUE 1

LA PENINSULA IBERICA DESDE LOS PRIMEROS HUMANOS HASTA LA


DESSAPARICION DE LA MONARQUIA VISIGODA (711).
Atapuerca: Yacimiento arqueológico situado en la provincia de Burgos. En la Sima del
Elefante se han encontrado los restos humanos más antiguos de Europa, datados en 1,2
millones de años de antigüedad y que no han sido atribuidos a ninguna especie. En la
Gran Dolina se descubrieron los restos de lo que para el equipo de Atapuerca es una
nueva especie, el Homo antecessor, datados en unos 800.000 años y que, según el
equipo de Atapuerca, sería el antepasado de Homo heidelbergensis, Homo sapiens
neandertalensis y Homo sapiens. En la Sima de los Huesos se encontraron multitud de
restos de Homo heidelbergensis datables en 350.000 a. C.
Pueblos prerromanos: Pueblos que habitaban en la península Ibérica antes de la
conquista romana, y que convivieron con otros pueblos colonizadores entre los siglos
IX al IV a. C. Los iberos, localizados en el arco Mediterráneo, estaban culturalmente
más desarrollados debido al intenso contacto con los pueblos colonizadores; los celtas,
que habitaban en el norte, centro y oeste de la península, y los celtíberos, fruto de
contacto entre poblaciones celtas e iberas, que ocupaban la franja oriental de la
submeseta norte. De su mayor o menor grado de desarrollo dependió la mayor o menor
aceptación de la ocupación romana, a partir del siglo III a. C.
Tartessos: Cultura que se desarrolla en el suroeste peninsular, entre la desembocadura
del Guadalquivir y del Guadiana, entre los siglos VIII al VI a. C. Se trata del primer
estado de la Península Ibérica del que hay constancia documental. Las fuentes hablan de
un reino rico y poderoso, gracias al desarrollo de la metalurgia del oro y el bronce, y a
su relación comercial con los fenicios. Su decadencia es posible que esté relacionada
con la desaparición de los fenicios, tras la llegada de los cartagineses.
Romanización: Proceso por el cual las sociedades indígenas prerromanas de la
Península adquirieron (de manera voluntaria o forzosa) los rasgos que caracterizaban a
la civilización romana (idioma, organización territorial, administración e instituciones,
derecho, organización social, etc.). Comenzó con las primeras fases de la conquista
(desde el 218 a. C.), y se desarrolló durante toda la duración del Imperio Romano de
occidente. Fue un proceso lento, de larga duración y desigual según las zonas: por
ejemplo, fue más intenso en el sur y este de la península, y mucho menos en el norte. Se
llevó a cabo mediante diferentes instrumentos: ejército, ciudadanía, colonias, vida
urbana, etc.
Invasiones bárbaras: son aquellas que debilitaron e hicieron caer al Imperio Romano
en el siglo V. Estos grupos bárbaros eran por lo general de origen indoeuropeo y se
ubicaban en los límites del Imperio, en todas aquellas regiones de Europa que no habían
llegado a ser conquistadas por los romanos. En la Península Ibérica, tras las sucesivas
oleadas de Suevos, Vándalos y Alanos, fueron los visigodos los que se asentaron en la
Península, estableciendo un Estado unificado.
Concilios de Toledo: nombre con el que designaba a las reuniones de clérigos, nobles y
altos funcionarios durante el reino visigodo de Toledo. En ellas el rey proponía medidas
legislativas, administrativas y religiosas. Son uno de los símbolos del poder de la Iglesia
en respecto a la administración del reino. Durante el Tercer Concilio de Toledo (589) el
rey Recaredo se convirtió al catolicismo y obligó a seguirle a todos los visigodos. En
total se celebraron 18 entre el 397 (dominación romana) y el 702.
Recaredo: (559-601) Hijo y sucesor de Leovigildo, reinó desde el 586 al 601, cuando
murió en Toledo. Monarca visigodo responsable, por su conversión personal al
catolicismo, de la implantación de esta religión como la oficial del reino, en el III
concilio de Toledo, en el año 589. Este hecho será determinante en el aumento del poder
de la iglesia dentro de la estructura del Estado visigodo, a la vez que contribuyó a darle
una apariencia de unidad ideológica.

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