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Filosofía I Curso 22/23

TEMA 3: El ser humano: naturaleza y cultura


1. El problema del ser humano
La autoconciencia, es decir, el hecho de que los seres humanos
reflexionamos sobre nuestra propia vida es un dato que nos remonta hasta los
orígenes de nuestra especie. Ya los neandertales celebraban enterramientos
rituales que prueban la expectación o la pregunta por el sentido de la existencia
humana.
De forma sintética podemos afirmar que “el problema del hombre”,
aunque es un tema recurrente se ha abordado de forma diferente según las
diferentes culturas y tradiciones humanas:
1. Tradición oriental: las religiones orientales han desarrollado una
visión dualista del ser humano. Este se caracteriza por contar con un
elemento natural, su cuerpo, y un elemento sobrenatural, el alma
inmortal, que lo distingue esencialmente del resto de la naturaleza.
Ese dualismo influirá en Pitágoras, y en Platón, y se instalará en el
acervo intelectual de occidente.
2. Tradición griega: Los griegos insistieron en la idea de un ser humano
que se diferencia del resto de los animales por si condición racional,
por su logos. También insistieron en su carácter social, forjado a
través del lenguaje. Sin embargo, ya en la tradición griega comienza
a gestarse la idea de que el hombre es un ser natural dotado de un
alma que da vida a su cuerpo, alma que se diferencia de la de los
animales y plantas en la complejidad de sus funciones, pero que
“anima” a la materia de todos los seres vivos(Aristóteles).
3. Tradición judeocristiana: para la tradición judeocristiana el ser
humano es una criatura de Dios, hecha a su imagen y semejanza. Se
señala la trascendencia de la vida humana y la acción del Dios sobre
el destino humano.
4. Tradición humanista: a partir del Renacimiento, y superando el
teocentrismo medieval, el hombre se sitúa en el centro de la
creación. El ser humano destaca por su racionalidad y su libertad.
Pico della Mirandola describe al ser humano como un ser capaz de
adaptarse a todas las situaciones y ambientes goza de una libertad

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que ningún otro ser vivo puede igualar. El hombre puede transformar
la naturaleza y adaptarla a su voluntad. El racionalismo imperará
durante todo el período moderno.
5. Tradición positivista: en el siglo XIX, los filósofos y científicos se
centrarán en la visión científica del ser humano. En este sentido, la
teoría de la evolución de Darwin supuso un avance fundamental en el
conocimiento de las especies y de las leyes biológicas de la vida, pero
a su vez, y planteó nuevos problemas filosóficos como el del binomio
biología y cultura.

2. La teoría de la evolución
En la actualidad, la teoría de la evolución de Darwin es aceptada por la
comunidad científica como la teoría más completa sobre el origen y formación
de las especies animales y vegetales que habitan el planeta, pero la publicación
de “El origen de las especies” (1859) desató una fuerte polémica y oposición ya
que cuestionaba el creacionismo y otros modelos explicativos que veremos a
continuación.
2.1. Teorías fijistas
Son todas aquellas que consideran que las especies vegetales y las
animales, y por supuesto la propia especie humana, son invariables y, por
tanto, no existe evolución. Esta idea es el punto fundamental del
creacionismo, aunque fundamentado en consideraciones religiosas.
A mediados del siglo XVIII, un botánico sueco, Linneo, fue el creador del
moderno concepto de especie. Utilizando una nomenclatura binaria para
clasificar las distintas clases (especies) de seres vivos, empleó una terminología
latina, y designó cada clase con el nombre del género común y con el de la
propia especie. (Homo sapiens sapiens)
Según esta teoría, los géneros y las especies forman unidades propias y
evidentes, pues, estudiando los seres naturales se observa que existen distintos
grupos de géneros semejantes, los cuales suelen ser clasificados en familias,
éstas en órdenes, y éstos a su vez, en clases.
Linneo fue un científico fijista, es decir, defendía la invariabilidad de
las especies. No obstante, en sus clasificaciones se halla implícita la idea de

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que deben existir grandes analogías intrínsecas entre las distintas especies
pertenecientes a un mismo género, y, parece que el propio Linneo llegó a lanzar
la hipótesis de que, tal vez, todas las especies de un mismo género tuvieran un
origen común, diferenciadas por sucesivas hibridaciones, es decir, de
fecundaciones entre individuos de distinto género o especie.
A pesar de que ya hablan aparecido teorías evolucionistas a finales del
XVIII y principios del XIX, no tuvieron gran resonancia en su época debido, sobre
todo, a que las autoridades religiosas y científicas siguieron siendo defensoras
de las teorías fijistas.
2.2. Teoría de Lamarck. -
EL primer científico que propuso una teoría casi completa sobre la
evolución fue el naturalista Lamarck. En 1809 publicó su obra fundamental,
Filosofía Zoológica, y en ella, afirma que los seres vivientes poseen una
tendencia a desarrollarse y a multiplicar sus órganos y sus formas, dando lugar
a que éstos sean cada vez más perfectos. Según esta teoría todas las especies
animales y vegetales proceden de otras especies anteriores menos desarrolladas
y más imperfectas.
Para explicar el proceso evolutivo, Lamarck recurrió a dos leyes o
hipótesis que son las siguientes:
a) La función hace al órgano. Si un órgano se usa frecuente y
reiteradamente, tiende a desarrollarse y aumentar su capacidad, en
cambio, si un órgano no se utiliza, se debilita, se reduce y termina por
desaparecer. Expresado de otro modo, el órgano que se utiliza se
hipertrofia, el órgano que no se utiliza se atrofia.
b) La transmisión de los caracteres adquiridos. Algunos cambios o
variaciones efectuadas por determinados individuos se transmiten por
herencia a sus descendientes, pudiendo de esta manera, dar lugar a
nuevas especies.
Para ilustrar su teoría, el propio Lamarck propuso algunos ejemplos de
variaciones animales, a saber: los topos, que pasan casi toda su vida bajo tierra
y sin luz, apenas utilizan el sentido de la vista y, en consecuencia, casi la han
perdido debido a que sus ojos son diminutos y están profundamente hundidos.

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La jirafa se alimenta del follaje de los árboles, todo su cuerpo "tiende


hacia arriba" por lo que se le han alargado el cuello y las patas delanteras.
El concepto de herencia constituye la clave para comprender el error de
la teoría de Lamarck. No basta con que surjan variaciones en los individuos
para que se produzcan modificaciones en las especies, es necesario,
además, que estas variaciones individuales sean heredadas por sus
descendientes.
De su concepto de evolución se deduce que, para él, los cambios en las
especies se producen en una dirección, tienen un carácter finalista, es decir,
en el proceso evolutivo van surgiendo cada vez especies mejor dotadas, más
desarrolladas, más perfectas.
2. 3 El Darwinismo. -
En 1858, tras un viaje por las islas Galápagos y América Meridional,
Charles Darwin y Alfred Russell Wallace presentan en Londres una teoría sobre
la evolución basada en sus propias observaciones. Esta nueva teoría influyó
enormemente en todos los ámbitos del saber y se basa en dos ideas
fundamentales: la lucha por la supervivencia y la selección natural.
Darwin establece que hay una lucha por la supervivencia porque hay más
seres vivos que recursos, lo cual provoca un proceso de selección natural. En
esa lucha sobreviven los más aptos, los que presentan las características
mejores para adaptarse al medio, y los peor adaptados perecen. Por supuesto
los más adaptados transmiten sus características a sus descendientes.
Aunque esta teoría de la selección natural se impuso a la de Lamarck,
tampoco explicaba suficientemente el mecanismo de la evolución, porque le
faltaba una teoría adecuada de la herencia biológica para aclarar cómo las
variaciones se transmiten por herencia.
En la actualidad, el neodarwinismo o “ teoría sintética” actualiza las
teorías de Darwin a la luz de los avances en la teoría genética realizada por
científicos como G. Mendel. Según esta teoría, las mutaciones se producirían
por causas azarosas, que no necesariamente provocan mejoras, y las que son
adaptativamente más interesantes son las que se heredan a través del
mecanismo de la selección natural. Muchos de estos aspectos son en la
actualidad objeto de controversias científicas.

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Desde el punto de vista filosófico hay algunas afirmaciones


especialmente relevantes que se derivan de la teoría:
1. Todos los seres vivos tienen un origen común: Están emparentados
entre sí porque descienden de formas de vida primitivas, de las que
fueron surgiendo lentamente.
2. Las especies evolucionan: las especies aparecen, se extinguen y
cambian constantemente, aunque esos cambios sean imperceptibles
porque se producen a largo plazo.
3. Gradualismo: El proceso de cambio es progresivo y no hay saltos
repentinos ni discontinuos de una especie a otra.

3. El origen del ser humano.


3.1. Los orígenes del ser humano.
Ya en la segunda mitad del siglo XIX Darwin defendió que los seres
humanos proceden evolutivamente de especies de animales antropoides. Los
más parecidos a los seres humanos son los clasificados en la familia de los
póngidos: el gibón, el siamán y el orangután son los representantes de esta
familia en el continente asiático, y el chimpancé y el gorila en el africano.
Los póngidos y los homínidos pertenecen a la superfamilia de los
hominoides o antropoides. Y de los homínidos, es decir, del género homo, la
única especie viviente es la del Homo sapiens sapiens.
Aunque no se ha determinado cuál fue el último antepasado del Homo,
sí se han encontrado abundantes restos fósiles de sus antepasados que permiten
reconstruir el proceso evolutivo hasta llegar a la forma actual del ser humano.
Los australopitecinos vivían todavía en la selva hace entre tres y un
millón de años, tenían una capacidad craneal de unos 500 cm cúbicos, más o
menos como un gorila y eran bípedos.
De la misma época era el Homo habilis, del que se han encontrado restos
fósiles en África, pero el Homo habilis se caracteriza por tener una frente más
ancha, un aumento de la capacidad craneal de 700 cm3 y un cambio en el
régimen de vida. Vivía ya en zonas abiertas, como praderas y sabanas,
organizado en formaciones familiares y construía chozas e instrumentos, dando
lugar a lo que se denomina la cultura de Olduwai

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Este proceso evolutivo prosigue con el paso del Homo Habilis al Homo
Erectus. Los diversos fósiles de Homo Erectus, cuya antigüedad oscila entre un
millón y medio hasta 300.000 años indican que no sólo era bípedo, sino que
caminaba erguido, era más alto que el Homo habilis, tenía entre 900 y 1200
cm3 de capacidad craneal, usaba el fuego, tal vez practicaba ritos asociados al
enterramiento y construía instrumentos de piedra, por ejemplo, hachas bifaces.
Los vestigios de estos individuos constituyen la cultura achelense.
Homo antecesor: Es el antecesor más antiguo de nuestra especie actual
(800.000años) y el último en ser descubierto. Fue hallado en el yacimiento de
Atapuerca. Poseía una combinación única de rasgos físicos primitivos y
modernos. Era recolector, pero también carnívoro, pues cazaba pequeñas
presas y consumía carroña. Practicaba el canibalismo. Empleaba pequeñas
armas y utensilios de piedra sencillos.
El último paso es el que nos acerca al homo sapiens. Hace entre 300.000
y 100.000 años aparece el Homo sapiens neardenthal. Tenía una capacidad
craneal como la del hombre actual o incluso mayor, se alimentaba de la caza y
se vestía con pieles de animales, usaba el fuego y fabricaba utensilios de piedra,
lo que conocemos como cultura musteriense. Con toda seguridad practicaba
ritos de enterramiento. Vivió hasta hace unos 40.000 años. El Homo sapiens
sapiens apareció hace unos 100.000 años en África y Oriente Medio y hace unos
40.000 años en Europa. Era nómada y vivía de la caza, pero empezó a
desarrollar también la ganadería y la agricultura. Fabricaba armas e
instrumentos, como hachas y cuchillos de piedra, usaba ropa cosido y se
adornaba, enterraba a los muertos con reverencia, y produjo diversas obras de
arte, por ejemplo, las pinturas rupestres de Altamira, en España, o Lascaux, en
Francia.
Desde hace 13.000 años sólo sobrevive el Homo sapiens. Conocemos los
demás géneros de homínidos gracias al descubrimiento de ejemplares fósiles.
Los arqueólogos han demostrado que hace unos 50.000 años llegaron a coexistir
estas cuatro especies de homínidos pertenecientes a nuestro género, el homo.
Sus parientes vivos más cercanos son los grandes simios, es decir, el gorila el
chimpancé, el bonobo y el orangután.
3.2. La revolución cultural del neolítico

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La revolución del Neolítico tuvo lugar alrededor del año 10.000 a. C.


Gracias a ella se produjo la transformación cultural más espectacular y
definitiva de la humanidad.
El acontecimiento fundamental en la revolución neolítica consistió en la
domesticación de plantas y animales. Gracias a ella la caza y la recolección
fueron sustituidas por la agricultura y la ganadería.
La agricultura y la ganadería como modos de producción específicos,
dieron lugar a fenómenos socioculturales totalmente nuevos, tales como: la
urbanización (asentamiento de poblaciones apoyado en la agricultura), el
crecimiento demográfico, nuevas formas de intercambio económico (que
finalmente, se orientarán hacía el mercado y al dinero) organización social
estratificada, transición hacia formas estatales de organización política (con la
creación de ejércitos, de funcionarios, etc. ) realización de importantes obras
públicas.
Se considera que la revolución neolítica es uno de los momentos más
importantes en el desarrollo cultural de la especie humana. Ningún otro cambio
posterior puede comparársele, salvo, quizá, la revolución industrial iniciada en
Europa a partir del siglo XVIII, y la revolución informática en la que actualmente
nos encontramos.

4. Naturaleza y Cultura : Hominización y Humanización


En el relato de la evolución hasta nuestra especie, hemos asistido a un
conjunto de transformaciones sucesivas que, a partir de los homínidos,
culminan en el Homo sapiens. Estas transformaciones se producen en dos
ámbitos: en el ámbito del organismo, (herencia biológica) y constituyen las
transformaciones anatómicas y fisiológicas que dieron lugar a nuestra especie,
y en el ámbito de las formas de vida (herencia cultural) y constituyen todos los
elementos que los hombres han ido elaborando para adaptarse al medio al
margen de la biología.
4.1 Somos naturaleza: Hominización
Se entiende por hominización al conjunto de transformaciones de
carácter anatómico y fisiológico que se incorporaran definitivamente al
patrimonio genético de la especie humana. Entre estas cabe destacar:

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a) El bipedismo. La existencia de los primeros antepasados humanos que


caminaron erguidos (homínidos) se puede datar con certeza en unos 4,6
millones de años. El proceso debió iniciarse hace 12 millones de años,
cuando en amplias zonas del África oriental avanza la sequía, lo que
provoca la disminución de la superficie arbolada, siendo sustituida por la
sabana. Entre las poblaciones de primates que habitaban estas masas
forestales algunos sufrieron cambios en su estructura genética cuya
manifestación externa fue la capacidad para adoptar la posición erguida.
La postura erguida supuso en ese momento una ventaja adaptativa, al
permitirle otear el horizonte para descubrir a los depredadores
enemigos, mantener el contacto visual entre los miembros del grupo, o
localizar agua y comida. Pero, sobre todo, facilitó la liberación de la
mano, que quedaba así en disposición de ser empleada para transportar
objetos y empuñar instrumentos varios.
b) La liberación de la mano: La mano en el hombre es mucho más corta
que en el resto de los primates. La proporción de la palma y de los dedos
se acortó y el pulgar se alargó adquiriendo una oposición a los dedos
restantes. Esta característica esencial la convierte en un instrumento
magníficamente diseñado para coger y manipular cosas. Pero lo hace a
la mano todavía más ventajosa, es que no está diseñada para nada en
concreto. Puede agarrar, acariciar, golpear… sus dedos tienen una gran
movilidad que les permite manipular cosas pequeñas con gran precisión.
c) El crecimiento del cerebro. El cerebro homínido de se desarrolló
aumentando paulatinamente su volumen y el número de conexiones
neurológicas. Este elemento está directamente relacionado con el
anterior: sólo si el cerebro está suficientemente desarrollado es posible
aplicarlo al uso de las manos, fundamentalmente para la fabricación de
instrumentos. Ese cerebro que puede calcular nuevas posibilidades,
aventurar hipótesis, orienta la mano hacia tareas que jamás se le
ocurrirían a ningún animal, aunque dispusiese de un órgano semejante.
d) Plasticidad biológica: El desarrollo del cerebro se acelera a partir del
Homo habilis (Hace unos dos millones de años) Paralelo al crecimiento
en tamaño del cerebro humano, éste va adquiriendo unas características

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que lo diferencian del de cualquier otro animal: la más destacada es la


capacidad de pensamiento reflexivo, no guiado totalmente por los
instintos.
Que nuestro comportamiento no esté guiado por los instintos es
en principio una desventaja adaptativa. Los instintos son un instrumento
de gran precisión que permiten saber en cada momento lo que se tiene
que hacer. Pero mientras los instintos son cerrados, es decir sólo
permiten actuar en un determinado número de casos ya previstos de
antemano, el pensamiento está abierto a múltiples posibilidades. Puede
adaptarse a situaciones siempre nuevas con más facilidad, de ahí que lo
que en principio pueda suponer una desventaja, es a la larga una ventaja
abismal.
e) El habla. EL desarrollo de los dispositivos anatómicos y fisiológicos
adecuados para la fonación.
f) La prolongación del proceso de maduración. El hombre como ser
neonato, esto es, que nace prematuramente un año antes de tiempo
comparándolo con el grado de desarrollo con el que nacen el resto de los
mamíferos superiores, nace sin estar terminado, lo que implica la
debilidad de los instintos y, al no tener pautas fijas, la necesidad de la
educación y de la vida social

4.2 Somos cultura: Humanización.


La humanización hace referencia a las transformaciones que dieron lugar
a la inteligencia y a la cultura, transformaciones que afectaron a las relaciones
con el medio (desarrollo técnico a partir de la fabricación de instrumentos), a
las relaciones con sus congéneres (cooperación, distribución de las tareas,
organización social) y a la comunicación (desarrollo del lenguaje).
La cultura forma parte de la naturaleza humana, además de definir y
diferenciar nuestra especie. Se transmite mediante un factor clave, el
lenguaje, que facilita y acelera el proceso. Los factores que enumeramos a
continuación contribuyeron, entre otros, a la creación de una base cultural que
es imprescindible para llegar al ser humano:

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a. Descubrimiento del fuego: Hay quien sostiene que no inventamos el


fuego, sino que, al aprender a controlarlo, el primate se convirtió en
humano. Su utilización supuso grandes ventajas, pues el fuego alumbra
y calienta, espanta a los depredadores, permite la cocción de alimentos
y proporciona un lugar de reunión.
b. Fabricación de herramientas. La fabricación de utensilios permitió
especializarnos mediante un instrumento en distintos tipos de tareas que
eran necesarias. Su destino principal era servir como instrumentos
cortantes y armas defensivas.
c. Agricultura y ganadería. Las sociedades nómadas, cuyo medio de
subsistencia se basaba en la caza y recolección, dependían de un recurso
incierto que a veces escaseaba. Por ello, las actividades agrícolas y
ganaderas supusieron un cambio revolucionario, al asegurar a quienes las
ponían en práctica que siempre habría alimento disponible.
d. Organización social. Se produce cuando la mayoría de estos grupos
dejan de ser nómadas gracias a la agricultura y la ganadería. Esto supone
la aparición de un nuevo modelo social, donde existe una jerarquía y
unas normas sociales que respetar. Las consecuencias de este importante
factor son:
Comercio: Las labores desempeñadas dentro del nuevo marco
agrícola y ganadero requieren menos atención, por lo que ahora
se dispone de tiempo libre para establecer los primeros
intercambios y acuerdos.
Guerra: La otra cara de la moneda es que surge el sentimiento de
propiedad sobre los frutos del propio trabajo, y la guerra para
defenderlos. Así se forman los primeros ejércitos y jerarquías
sociales.
Historia: De la mano de los ejércitos y jerarquías que luchan por
el poder, aparecen formas distintas de vida en sociedad. Nacen la
política, la economía y la historia.

4. Evolución biológica y evolución cultural.

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Los procesos de hominización y de humanización tuvieron que ser dos


desarrollos paralelos. Los dos procesos que se cruzan con la aparición del
lenguaje, el gran logro de los homínidos, la base sobre la que irá después
apareciendo lo humano. En general, los dos procesos son “las dos vertientes de
la misma cordillera”, y es difícil diferenciarlas en muchos casos.
Cuando el empleo de utensilios llegó a ser importante, la selección
natural favoreció a los individuos más dotados intelectualmente que estaban
mejor capacitados para codificar y transmitirlos nuevos logros. Esto a su vez
condujo a más y mejores utensilios y a una confianza cada vez mayor en la
cultura y el lenguaje como fuente de conducta apropiada, lo que a su vez
condujo a variedades aún mejor dotadas intelectualmente de homínidos.
Lo que se refiere a la fabricación de instrumentos puede aplicarse a otros
aspectos como los progresos en el lenguaje y la comunicación, o el
perfeccionamiento de la cooperación y la organización social. Así durante varios
millones de años, la evolución de la cultura y la del cerebro humano en una
máquina de aprendizaje de eficacia creciente fueron parte de un mismo
proceso evolutivo.

6. ¿Qué es cultura?
Podemos distinguir dos definiciones de cultura, una definición normativa
y la definición antropológica.
La definición normativa es la que empleamos en el lenguaje habitual, y
hace referencia a la educación y los conocimientos que tiene una persona. La
definición antropológica hace referencia a todas las reglas de comportamiento,
todos los aspectos de la vida en sociedad. Una de las definiciones más comunes
de cultura en este sentido es la que nos ofrece el antropólogo E. B. Taylor, que
define cultura como:
"La cultura... en su sentido etnográfico (antropológico) es un todo
complejo que comprende, conocimientos, creencias, arte, costumbres y
cualesquiera otras capacidades y hábitos adquiridos por el hombre en tanto
que miembros de una sociedad" .
En definitiva:

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1. La cultura es un todo complejo, es decir, una estructura que integra de un


modo más o menos armónico una diversidad de elementos. Elementos que
pueden ser de dos tipos: Instrumentales: cosas tales como máquinas,
herramientas, bienes inmuebles etc.; Ideológicos: sistemas morales, religiosos,
teorías científicas, creencias, etc.
2. Es algo adquirido. Se puede decir que la cultura está formada por todo
aquello que el individuo adquiere tras su nacimiento, y que no traía consigo al
nacer. Lo que se adquiere mediante un aprendizaje. Por el contrario, aquello
que procede directamente de la naturaleza, que el individuo ya trae consigo al
nacer, es lo que llamamos innato. Al proceso de adquisición de hábitos nuevos,
de comportamientos nuevos es a lo que llamamos aprendizaje.
3. La cultura es un producto social. Un individuo aislado no genera una cultura.
Aprendemos de nuestras relaciones con los demás.

7. Cultura y Culturas.
Pese a lo dicho, no debemos confundir la cultura en general, que es un
producto necesario del hombre, que nace de su propia constitución natural, y
lo que son las culturas concretas en las que vivimos, que son un producto de
circunstancias históricas. Esto es, todo ser humano vive inmerso en una cultura;
pero los elementos (instrumentos, instituciones, creencias, etc.) que
constituyen las culturas concretas pueden ser variadísimos. Esta variedad es la
que da origen a la diversidad cultural: la cultura francesa, la bantú, etc.
Además, salvo casos excepcionales y cada vez menos frecuentes, las
culturas no constituyen unidades aisladas, sino relacionadas, formando grandes
áreas culturales, y creando zonas de confluencia. Así se puede decir de alguien
que habita la cultura argentina, y simultáneamente, la hispánica, y la
occidental.
A veces esas grandes áreas culturales, que han surgido con un alto grado
de independencia respecto a las demás, se les da el nombre de civilizaciones,
se suele hablar de la civilización europeo-occidental, la civilización islámica, la
civilización China, la civilización maya, etc. El origen y desarrollo de las
culturas humanas es el objeto de estudio de la antropología cultural.

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