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SATURNO DEVORANDO A SU HIJO

Es una de las Pinturas Negras más


desgarradoras y trágicas realizadas por Goya.
Se trata de una pintura muy simple, que casi
raya la abstracción, en la que destaca el intenso
expresionismo de la cabeza de Saturno. Un
espacio totalmente oscuro rodea la gura del
dios, resaltando su deformidad.

La escena denota una fuerte violencia,


apreciable en el cuerpo mutilado y sangriento del
hijo, víctima el canibalismo. La tenebrosidad de
la pintura, los tonos oscuros, el encuadre
escogido y el ocre de la piel como parte
ligeramente iluminaba acentúan el horror del
acto.

Sus libres y vigorosas pinceladas esconden un


dibujo perfecto.

Las Pinturas Negras se pintaron directamente


sobre la pared seca, no al fresco, y en la mezcla
de los pigmentos se utilizó el óleo. En el año
1874 se trasladaron a lienzo.

El conjunto de catorce escenas al que pertenece


esta obra se conoce con el nombre de Pinturas
Negras por el uso que en ella se hizo de
pigmentos oscuros y negros, además de por su
carácter pavoroso y visionario. Del grupo
destacan, por su fuerza expresiva, Atropas o las
Parcas, Asmodea, Perro semihundido, Judith y
Cronología: 1820-1823
Holofernes y Duelo a garrotazos.
Localización: Museo del Prado,
Madrid
A partir de la mitología y los ritos mágicos, Goya
Autor: Goya
Estilo: romántico re exiona sobre un país en crisis, en decadencia. A
Tema: mitológico esta situación social se unen su sordera y la soledad
Técnica: mixta en la que se encuentra.

Goya plasmó en esta obra el momento en el que el


dios del tiempo Cronos/Saturno desgarra el cuerpo de uno de sus hijos a n de que este ni ningún
otro pudiera destronarle. Júpiter, sin embargo, consiguió escapar ayudado por su madre Rea, a
este rito antrófago de su padre y más tarde acabó con su tiranía convirtiéndose en el principal
dios de la mitología, padre de dioses y hombres.
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La referencia literaria quedó transformada bajo la paleta de Goya en una pesadilla visionaria: un
monstruo horrendo y gigantesco se abalanza sobre unos despojos humanos despedazados y
sangrientos.

Según Freud, el tema de Saturno está relacionado con la destrucción, identi cada en las Pinturas
Negras, ya que en la decoración de conjunto primaba especialmente la melancolía y la tristeza
por un tiempo pasado.

El cuadro no solo alude al dios Saturno como inmutable regidor del tiempo, sino que también está
considerado como el patrón de los septuageniarios, como lo era Goya.

La obra ha sido comparada con la que pintó Rubens, de idéntico tema, para la Torre de la Parada,
en 1636, aunque la violencia de la de Goya se centra más bien en lo cruel. Más allá de la historia
mitológica, el expresionismo que Goya formuló en esta pintura sirvió de inspiración a artistas
contemporáneos.

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