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DESASTRE NÚMERO 15.

Y NO HAY REMEDIO

El estallido de la Guerra de la Independencia entre


Cronología: 1810-1814
1808 y 1814 signi có para España el momento más
Localización: Museo del Prado,
Madrid con ictivo de la crisis del Antiguo Régimen. Goya fue
Autor: Goya testigo directo de esa contienda y de sus horrores,
Estilo: romántico que plasmó en imágenes en Los Desastres de la
Tema: histórico Guerra. La serie se componía de ochenta grabados y
Técnica: óaguafuerte, punta seca, buril y el artista los fue preparando entre 1810 y 1814,
bruñidor. coincidiendo con el desarrollo del con icto, y de forma
oculta, por temor a represalias de los franceses que
ocuparon Madrid hasta 1813.

Así, a través de la impotencia y un leguaje directo, Goya consiguió transmitir con gran delidad al
espectador un momento de plena tensión emocional, coincidente por otro lado, con toda la serie
de estos grabados. Las caras de los tres condenados, representativa cada una de ellas del
proceso ejecutorio, contratan a su vez con la ausencia de rostro de los soldados franceses,
identi cados tan solo por sus uniformes y armas, al igual que en el Tres de Mayo.
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A nivel compositivo destaca una línea del horizonte baja que monumentaliza al personaje central.
La gura que yace muerta recuerda en su forzado escorzo a la del personaje ejecutado en primer
término de la citada obra del Tres de Mayo.

La soledad del hombre ante la muerte fue representada a través de una secuencia temporal: el
que espera con la cabeza agachada su ejecución inminente en el centro, los que lo están siendo
al fondo y, en primer término, el que ya lo ha sido.

A partir de estos hechos es posible también entender el título como una referencia al protagonista
central de la composición, para quién “no hay remedio”, como demuestran sus compañeros y
asesinados.

Uno de los muchos aspectos que trajo consigo la Guerra de la Independencia fueron los
numerosos fusilamientos a los que se enfrentaron los españoles que se resistían a los franceses.
No en vano, la normativa a la cual debía obedecer el ejército de Napoleón era la de considerar
como bandido a cualquier español que amenazase con sus armas y ejecutarlo de inmediato tras
su captura.
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