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Los cubiertos no se imponen, son solo una opción. Hasta ahora tu peque
ha utilizado sus manitas para comer y esa es la forma que mejor se le da y con
la que está familiarizado. Los cubiertos son una alternativa más para ellos y
puede ser que al principio continúen prefiriendo sus manos a la cuchara o
el tenedor.
Para empezar, podemos ofrecerles alimentos que se puedan pinchar de
forma sencilla. Por fácil que pueda parecer, el proceso de pinchar la comida y
luego llevarla a la boca puede ser todo un reto para ellos. Aquí entrará en
juego el desarrollo de la coordinación ojo-mano, y esto es un proceso que se
va adquiriendo con práctica.
Algunos alimentos ideales para comenzar con el tenedor son, por ejemplo:
dados de tortilla, judías verdes, patatas cocidas, zanahoria cocida y cortada en
dados, huevo cocido (la parte de la clara), macarrones… Y, en
general, alimentos que sean blanditos para pinchar, pero que no se
deshagan.
Para comenzar con la cuchara, optaremos por texturas densas que no
requieran de grandes dosis de paciencia. Por ejemplo: arroz, cremas, guisos con
patatas (que suelen ser más espesos), soja picada… Si comenzamos por platos
con caldo, acabarán por toda la mesa y puede que los peques se frustren si
no consiguen resultados.
Ojo con la temperatura. Cuando los niños empiecen a utilizar el tenedor y,
sobre todo, la cuchara, irán aprendiendo a base de ensayo y error. Es
fundamental darles la comida templada para que no resulte un peligro para
ellos cuando se la echen por encima. ¡Porque pasará más de una y más de dos
veces!
De igual manera que el BLW es la forma más autónoma que los peques
tienen para aprender a comer y autorregularse, los cubiertos también deben ser
algo que utilicen a su ritmo. No debemos obligarles ni dirigirles. Ni ir con
prisa, ¡tienen toda la infancia para aprender! En lugar de ello, podemos
jugar al espejo. ¡Jugar a imitar les encanta! Utilicemos movimientos lentos y
retemos a nuestro peque a imitarnos mientras utilizamos los cubiertos.
¿Y los vasos y los platos?
Cuando nuestro hijo ya tenga claro que todos los días se sienta en su silla o su
trona para comer, está familiarizado con ese ratito y además ya controla la
motricidad fina y la coordinación, podemos comenzar a servirle la comida
en platos. En cuanto a los vasos, para saber cuándo es el momento de
empezar a probar con ellos, nos fijaremos en el momento que ya
ha adquirido destreza para coger objetos con las dos manitas a la vez.
Esta es una señal de que ya puede coger un vaso con las dos manos y llevárselo
a la boca para beber solito.
Para facilitarle la labor, podemos elegir los cubiertos de postre (que son más
pequeños y, por lo tanto, más manejables para ellos), y los vasos de
café que todos tenemos en casa y son también más chiquitos y, por tanto, de
menor peso. Eso sí, tenemos que tener claro que en más de una
ocasión, los platos, cubiertos y vasos se irán al suelo porque
experimentar qué ocurre cuando los lanzamos desde la mesa, entra dentro del
proceso de exploración. Así que en nuestra decisión está optar por otro tipo de
materiales como bambú o plásticos (siempre libres de BPA).
¿Y el cuchillo?
Si hablamos de cuándo comenzar a ofrecer el cuchillo a los peques, lo
primero en lo que pensamos es en el peligro potencial de que se corten.
Además, también entra en juego el ejercicio de coordinación que los niños
deben hacer para conseguir utilizar tenedor y cuchillo a la vez. Por ello, siempre
debemos estar con ellos para ayudarles y enseñarles, pero evitando utilizar
frases como «te vas a cortar» que les generen inseguridad; sino
presentándoselo de forma positiva: «muy bien, esa posición es la ideal».
Para comenzar, podemos ofrecerle cuchillos de punta redonda que
tengamos por casa e invitarle a untar él solito alimentos blanditos como por
ejemplo hummus en pan, queso fresco, tomate triturado, plátanos, sandía,
huevo cocido, etcétera. A los peques les encantará practicar con un
cuchillo untando o cortando como los mayores.
Por supuesto, sean los cuchillos que sean, los niños siempre deben
utilizarlos bajo la supervisión de un adulto.
Aprender jugando y experimentando
La mejor forma de aprender es disfrutar en el proceso. Por ello, debemos
dejar que los niños practiquen a su ritmo, experimenten y se diviertan.
Sin prisa.
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La característica principal del Baby Led Weaning es que los peques usan sus
manitas para coger los alimentos e introducirlos en la boca ellos solitos. Ahora
bien, ¿qué pasa con las sopas o las cremas? ¿Quedan fuera del BLW o
podemos introducir también la cuchara? Te contamos a continuación todas
las claves para combinar BLW y cuchara.
El Baby Led Weaning es un método para la introducción de la alimentación
complementaria en el que el peque comienza a alimentarse de forma
autónoma eligiendo por sí mismo los alimentos y cantidades que realmente le
apetecen.
Es de hecho, la manera más respetuosa de introducir a los peques los
primeros sólidos. El comienzo del BLW se produce a partir los seis meses de
vida y hasta aproximadamente el primer añito de edad. Y una duda frecuente
es: ¿cómo y cuándo introducir los cubiertos en la alimentación
autodirigida por el bebé?
La psicomotricidad y el BLW
Para iniciarse en la alimentación complementaria mediante el BLW lo
primero que debemos ofrecer a nuestro hijo son alimentos grandes. La
medida sería un poquito más grandes que su mano, así evitaremos
atragantamientos. Ramitas de brócoli y coliflor, una manzana asada cortada
en cuartos, plátano o aguacate son algunas de las ideas recomendadas por los
expertos para empezar.
Recordemos que debemos dejar que nuestro hijo experimente sabores,
texturas, colores… No hay ninguna prisa, este es un proceso de
aprendizaje que no hay que forzar. Es probable que al principio se limite
a jugar con la comida o a roer un poquito los bordes del alimento. Después,
poco a poco, su interés irá aumentando. Mientras tanto seguirá con lactancia,
la cual le proporcionará todos los nutrientes que necesita. Como bien dice el
nombre, la alimentación sólida es complementaria, no predominante ni
exclusiva.
Hacia los ocho o nueve meses (aproximadamente, cada niño tiene su ritmo) el
bebé alcanzará el hito de hacer la pinza con sus deditos. Esto es que será
capaz de coger pequeños objetos con su dedo índice y el pulgar. En este
momento ya podemos comenzar a ampliar el abanico de alimentos y empezar a
ofrecer la comida en pedazos más pequeños. Pero aún es pequeño
para comenzar a utilizar cubiertos y es muy probable que si se los
ofrecemos, prefiera continuar utilizando sus manos, que son la forma más
cómoda para él de coger, soltar y llevarse a la boca.
Entre los 10 y los 15 meses será cuando nuestro peque ya esté capacitado
para sostener una cuchara y entender cómo se maneja adecuadamente.
Entonces podremos comenzar a introducir platos de cuchara. Ahora bien,
será un proceso de aprendizaje, no te extrañes si al principio pierde interés y
prefiere seguir haciéndolo a su manera, es decir, con sus manos… ¡O salpique
todo de sopa o crema de verduras!