Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
UNIVERSIDAD DE JAÉN
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
EL apego en las
relaciones de pareja
y en la sexualidad
Junio, 2020
Índice
Resumen/ Abstract…………………………………………………………..….3
1. Introducción………………………………………………………………….....4
3. Apego y sexualidad……………………………………………………….……22
3.1 Interacción entre los sistemas de apego, sexual y de cuidados…………….22
3.2 Satisfacción sexual…………………………………………….…………..24
4. Conclusiones………………………………………………………………......25
5. Referencias bibliográficas……………………………………………………...27
2
Resumen
El apego es un vínculo afectivo que el niño forma desde la infancia con su
cuidador principal, convirtiendo a este en su figura de apego. Según la relación que el
niño establezca con esta figura, desarrollará un estilo de apego seguro o inseguro. El
estilo de apego adquirido influirá no solo en el comportamiento del individuo en la
niñez, si no que tendrá gran influencia en las relaciones interpersonales que se
establezcan en la adultez.
Este trabajo se centra en la influencia que tiene el apego en los distintos
comportamientos de las personas al involucrarse en una relación de pareja y su
influencia en diversos aspectos de la sexualidad.
Palabras clave
Apego, estilos de apego, relaciones de pareja, sexualidad
Abstract
Attachment is an affective bond that the child forms from childhood with his
primary caregiver, making him his attachment figure. Depending on the relationship the
child establishes with this figure, he will develop a style of attachment that is safe or
unsafe. The style of attachment acquired will influence not only the behavior of the
individual in childhood, but will also have a great influence on the interpersonal
relationships established in adulthood.
This work focuses on the influence that attachment has on people’s different
behaviors by engaging in a partner relationship and their influence on various aspects of
sexuality.
Key words
Attachment, attachment styles, relationship, sexuality
3
1. Introducción al concepto de apego
4
2006). La calidad del apego entre el niño y su cuidador principal está muy relacionada
con lo que proporcionan a la relación cada uno de los individuos y con la forma en la
que influye el uno en el otro (Botella, 2005). El tipo de apego se encuentra vinculado
con ciertas variables como son la práctica personal y la estructura genética (Weaver y
Waal, 2002), sí el cuidado satisface las necesidades requeridas, las respuestas ante el
lloro, el tipo de alimentación ofrecida, la colaboración y el reconocimiento de la figura
de apego.
5
indispensables para su correcto desarrollo. Estas conductas llevan a elaborar
la idea de “base segura”, es decir, la madre es un individuo independiente
pero a la vez permanente, al que puede acudir aunque no esté en contacto en
ese momento.
4. Formación de una relación recíproca: ocurre de los dos años en adelante. En
las personas, la interrelación entre la madre y el hijo dura toda la vida.
Ainsworth propone que existe un enlace entre las fases de apego de Bowlby
y las etapas cognitivas de Piaget. Para que se produzca una relación
recíproca el niño habrá tenido que vencer el egocentrismo (Piaget,
1964/1991). Este debe de tener la capacidad para entender las metas de su
madre y así poder ejercer una interacción con sus metas particulares.
Para obtener una buena relación recíproca, la madre debe proporcionar ciertas
respuestas. Es esencial que esta tenga sensibilidad frente a los avisos que emita el bebé,
además de concordar sus acciones respecto a estos avisos. Otro aspecto fundamental es
que las iniciativas de relación del bebé produzcan respuestas de la madre predecibles y
acorde con las necesidades que presente (Barg, 2011).
Si se llevan a cabo adecuadamente estos aspectos, se formará un vínculo de
apego sano que proporcionará al niño una base segura por parte de los padres y lo
animaran a mantener una conducta exploratoria en base a ellos (Bowlby 1979).
Las características del establecimiento del vínculo de apego determinan patrones
representativos de si mismo y de los otros, que continúan actuando a lo largo de la vida
e influyendo en la creación de vínculos posteriores (Barg, 2011).
6
apego del niño se cataloga en función de la conducta que haya manifestado en la
separación y especialmente en la actitud al volverse a encontrar con su cuidador
(Mendiola, 2008). La situación experimental constaba de ocho sesiones, con una
extensión de unos veinte minutos cada una. Se inicia el experimento introduciendo a la
madre y al niño en una habitación de juegos, en la que transcurrido poco tiempo entra
otra persona desconocida. La persona nueva juega con el niño, mientras la madre
abandona la habitación dejando a ambos solos. La madre vuelve a entrar y
seguidamente a salir, pero esta vez sale con la persona extraña, quedándose el niño
totalmente solo. Para concluir la madre junto con la desconocida vuelven a entrar en la
habitación con el niño (Oliva, 2004).
Los descubrimientos de Mary Ainsworth demostraron que los infantes desde
muy pequeños presentan diferencias individuales respecto a la conducta de apego que
tienen con su madre y que la “sensibilidad” de esta, es decir la habilidad que tiene para
percibir, entender y regular las manifestaciones de estrés, era un gran predictor de la
clase de apego del niño (Acevedo, 2017). Respeto a las discrepancias encontradas en el
comportamiento que presenta cada niño, se describieron tres patrones de conducta que
hacen referencia a los diferentes estilos de apego instaurados. Se hizo una
diferenciación esencial entre el estilo de apego seguro y el inseguro.
1-Niños de apego seguro: el niño usa a su madre a modo de base segura, se sienten
cómodos incluso en situaciones nuevas, si ella se encuentra a su lado, la utilizan para
comenzar a explorar, y seguidamente regresan a su lado. En el momento que la madre
sale de la habitación, se muestran afectados reduciendo su conducta exploratoria, pero
cuando esta regresa, su alegría aumenta y vuelve la conducta exploratoria después del
contacto físico con su madre (Ortiz et al., 2019).
Los niños con apego seguro tienden a tener menor cantidad de problemas en las
relaciones con otras personas, suelen ser más competentes en lo social y lo emocional
(Olza, 2008), mostrándose más cooperativos, empáticos, interesados en aprender y
seguros.
En la adultez, presentan apego seguro las personas que tuvieron y recuerdan una
relación cariñosa y cordial con su figura de apego y fueron criados en un entorno donde
fueron satisfechas sus necesidades (Medina et al., 2016). Estas personas son capaces de
instaurar una dependencia mutua segura, derivando esto en relaciones estables y
satisfactorias (Brando et al., 2008).
7
2-Niños de apego inseguro-evitativo: Estos niños muestran poca dependencia en la
situación del extraño, no buscan la cercanía de la madre, al entrar en la habitación se
separaban de ella y empezaban a inspeccionar los juguetes. No parecían afectados
cuando la madre se iba de la habitación y cuando esta volvía no se acercaban a ella ni
buscaban contacto físico, es más, rechazaban el acercamiento (Ortiz et al., 2019).
Los niños y niñas con apego evitativo, suelen presentar más problemas en las
relaciones, manifestando comportamientos evitativos respecto al acercamiento con otras
personas y a la implicación emocional, esto conlleva a que muestren una competencia
baja en lo social y emocional. Se muestran inseguros y preocupados por la cercanía con
su madre debido a que saben que no cuentan con su apoyo y expresan una reacción
defensiva basada en la indiferencia. No aceptan sus necesidades para no sentir
frustración, debido a los rechazos sufridos en su vida (Brando et al., 2008).
Respecto a los adultos, el apego evitativo se manifiesta en personas que tuvieron
y recuerdan una relación fría con su figura de apego y un ambiente de crianza
caracterizado por sentimientos de rechazo y bajas respuestas frente a las necesidades.
Esto se expresa en la adultez con una baja confianza personal y con problemas para
establecer relaciones interpersonales, debido al alto grado de distancia emocional
(Gómez et al., 2012; Medina et al., 2016).
8
ambivalente respecto a la satisfacción de sus necesidades, esto les origina un alto grado
de desconfianza, inseguridad y sentimiento continuo de abandono(Medina et al., 2016).
4- Apego inseguro desorganizado: Los niños que manifiestan este estilo de apego
presentan conductas contradicctorias que no encajan con ninguno de los otros estilos de
apego descritos. Estos pueden correr hacia la madre cuando regresa pero no la miran.
Cuando se produce el contacto, parecen tranquilizarse, pero de repente se enojan y
comienzan a llorar. La confusión que presentan, puede representar que posean el apego
más inseguro Ortiz et al., 2019).
Los niños y niñas con apego desorganizado presentan más problemas en las
relaciones conforme van creciendo, mostrando comportamientos confusos, que derivan
en un bajo nivel de competencia en lo social y lo emocional.
En la adultez, las personas con un estilo de apego desorganizado, se encuentran
incómodos sincerándose con otras personas y dependiendo de ellas, por este motivo
evitan iniciar relaciones (Fraley, 2019).
Respecto a las diferencias culturales, se defiende el planteamiento de que
diversos aspectos principales de la teoría del apego sugieren ser universales. La gran
mayoría de los niños establecen un vínculo de apego como mínimo con un cuidador
principal y utilizan a este como base segura desde la que realizan una conducta de
exploración. Además en diversos contextos culturales el cuidado sensible o la calidad
del cuidado es un detonante para que los niños experimenten seguridad. No obstante, es
relevante considerar que aunque estos aspectos sean considerados como universales, no
significa que no existan desigualdades culturales en las relaciones de apego (Sroufe et
al., 2018). En las diferentes culturas, que tienen distintos entornos de acomodación,
existirán diferencias entre la costumbre de crianza más conveniente. Debido a esto
cambiarán las conductas y respuestas de los cuidadores frente a las señales de los niños.
Estas costumbres o interrelaciones que se manifiestan con los niños, pueden ser
incompatibles con las bases de adaptación filogenética (Hinde y Stevenson-Hinde,
1990).
Una gran parte de las investigaciones sobre las conductas de apego que había
realizado Ainsworth habían sido sobre niños de cultura occidental. Esto causaba que en
9
los experimentos de la Situación del Extraño se manifestaran conductas parecidas en la
mayoría de los niños, destacando el estilo de apego seguro entre los demás. No obstante,
en los últimos tiempos se han estudiado otras culturas y los resultados obtenidos ponen
en duda la universalidad de la Situación del Extraño como método de evaluar el apego
(Oliva, 2004).
Aunque en las diferentes culturas ciertas conductas y respuestas en el adulto
sean iguales y beneficien el desarrollo del infante, también se presentaran gran cantidad
de conductas que tendrán sentido en un contexto cultural específico, de esta manera, la
forma en la que influya, ya sea positiva o negativamente, en el desarrollo socio-
emocional del infante, se encontrará sin lugar a dudas mediada por la cultura (Oliva,
2004).
10
Según Gómez J. (2009):
11
crear con la pareja y las estrategias de regulación emocional que podemos aplicar en
situaciones amenazantes. También se hablará sobre la interacción de los sistemas de
apego, sexual y de cuidados y para finalizar se tratará el tema de la satisfacción sexual
en base al estilo de apego adquirido.
-Pre-apego: comienza con la atracción entre dos adultos, en esta fase se perciben
actuaciones que favorecen la interacción con la otra persona, como pueden ser sonrisas,
contacto ocular, expresiones faciales, entre otras. Aquí se muestra entusiasmo, respeto y
gran interés incluso por cosas banales provenientes de la otra persona..
12
El elemento de apego expresado en esta fase es la búsqueda de proximidad,
siendo la finalidad principal la interacción en el ámbito sexual. No obstante, se pueden
manifestar muestras de cariño y afectuosidad como expresiones de cuidado y apego
para el establecimiento de un vínculo de pareja si hay perspectiva de un posible
compromiso (Hazan et al., 1994).
-Formación del apego: se produce el enamoramiento, que conlleva una gran activación
fisiológica, produciendo alteraciones en las etapas del sueño y el hambre, manifestando
una gran energía y provocando el deseo continuo de mantener contacto físico con la otra
persona. En esta fase se produce la idealización de la otra persona y se manifiestan
conductas propias de un vínculo de pareja como pueden ser susurros, contacto corporal,
abrazos después de mantener relaciones sexuales e intercambio de información. Esto
genera un apoyo emocional entre ambos, adquiriendo componente novedoso del sistema
de apego: el refugio emocional.
Si la relación termina en esta etapa, se pueden experimentar sentimientos de
tristeza o un bajo estado de ánimo, pero no ansiedad intensa o alteración en el
funcionamiento diario, como ocurre al terminar una relación de apego consolidada,
debido a que las carencias emocionales que se presenten podrán ser cubiertas por las
personas más cercanas, como pueden ser familiares y amigos.
13
Disminuyen la frecuencia y la duración de conductas como el contacto visual y el
contacto físico, incluyendo el de cuidado y el íntimo. Se empieza a prestar más atención
y a buscar estimulación en aspectos que difieren de la relación, produciéndose
conversaciones sobre temas muy variados, que muchas veces no tienen relación con la
pareja o con aspectos personales. En esta fase, aunque parezca que la conexión
emocional no es tan intensa como en otras etapas, hay una enorme interdependencia. A
pesar de que el sistema de apego no esté activo, la pareja es la base de seguridad.
14
-En la adolescencia los padres permanecen como las figuras de apego iniciales,
al igual que los abuelos y hermanos. Con el avance de la etapa los amigos van
adquiriendo ciertas funciones de figura de apego. La pareja puede empezar a
aparecer como figura de apego.
-En la juventud, junto a los padres, los amigos y la pareja se posicionan como
figuras principales de apego. Después se situarían los hermanos, abuelos, tíos,
primos y aparecen otros familiares como pueden ser cuñados y sobrinos.
La teoría del apego plantea que los estilos de apego se manifiestan durante la vida
en nuevas relaciones y adoptan un papel fundamental en las relaciones de pareja (Hazan
y Shaver,1987), debido a que son lazos que benefician la intimidad y el cuidado entre
ambos (Fraley y Shaver, 2000).
Según Ainsworth, los estilos de apego se mantienen permanentes con el paso de
los años, estos se expresan en las relaciones adultas como una manera de afecto,
manifestada por ambos componentes de la pareja, como resultado de las vivencias de la
infancia que perduran en el tiempo (Pierucci y Luna, 2014).
Con la pareja se establece una relación de respeto, amor, cariño y compañía, no
obstante, en ciertas ocasiones este vínculo no resulta ser lo más beneficioso para la
persona; esto tendrá que ver con los estilos de apego encontrados en la relación.
Cada persona en la relación con su pareja creará un sistema de conductas en
base al tipo apego inculcado (Perez et al., 2019). Estos también influyen en las
emociones, actitudes y tácticas de conducta en la relación de pareja (Gillath y Shaver,
2007).
Según Rincón (2018) se pueden presentar los siguientes estilos de apego entre la
pareja:
15
-Apego seguro de pareja: esta pareja se encuentra compuesta por dos individuos que
manifiestan un tipo de apego seguro. Ambos miembros de la pareja manifiestan gran
flexibilidad para permanecer en la posición de dependencia o cambiar a la de soporte.
La competencia de afinidad que experimentan les permiten percibir los sentimientos de
su pareja en las dos posiciones. Esta pareja es capaz de manifestar las necesidades de
bienestar y contacto.
Presentar un estilo de apego seguro es un elemento relevante para conseguir que
la relación de pareja se conserve constante (Hollan et al., 2012)
-Apego inseguro de pareja: la pareja compuesta por dos miembros con un estilo de
apego inseguro, en general suelen presenta un déficit de flexibilidad, cooperatividad y
reversibilidad, también muestran un alto nivel de rigidez entre ambos respecto a la
posición de dependencia o soporte.
A continuación se detallan más en profundidad las características que
presentarían las parejas con apegos inseguros concretos.
16
pero rehusa toda respuesta por parte del otro porque la considera insuficiente, ambos se
encuentran en una continua competición por la posición de dependencia.
Según Magai (1999) los modelos de parejas con una mayor posibilidad de
presentarse son: el primer lugar apego seguro de pareja, donde los dos miembros son
seguros. A continuación se daría un emparejamiento donde un componente de la pareja
tiene un estilo seguro y otro presenta un estilo inseguro, primero seguro-preocupado y
segundo seguro- huidizo y por último se presentarían parejas con diferentes estilos de
apego inseguro, como es huidizo-preocupado. Es menos normal que se presenten
parejas con el mismo estilo de apego inseguro, como pueden ser dos personas con apego
preocupado o dos personas con apego huidizo.
Las relaciones románticas, son uno de los vínculos con más envergadura en la
vida de las personas, desde la etapa adolescente (Tianyuan y Darius, 2012).
17
Hazan y Shaver (1987), realizaron un planteamiento sobre el amor romántico,
incluyéndolo como un proceso de apego que los individuos viven de maneras distintas.
El individuo desarrollará un estilo de apego romántico, en consecuencia de los
diferentes apego que haya experimentado en su pasado. Las relaciones amorosas se
comprenden como vínculos de apego, debido a que el amor se está relacionado con el
ámbito biológico y con el social.
El tipo de apego de los miembros de la pareja influyen en las relaciones
románticas como expresión de amor por cada uno de ellos. Se basa en las vivencias
infantiles experimentadas, que permanecen durante la vida (Asili y Pinzón, 2003).
En las relaciones románticas, los individuos que presentan un apego seguro, se
involucran libremente en ellas, conservan su independencia, toman sus propias
decisiones y se esfuerzan en manifestar el compromiso, intimidad y sentimientos
característicos de estas relaciones (Bowlby, 1969 como se citó en Pintado y Mendoza,
2016). Según Hazan y Shaver (1987) los individuos con apego seguro describían su
vida amorosa como feliz, amigable, y llena de confianza. Estas personas mantienen
relaciones a largo plazo, que viven con cercanía y emociones positivas, hay una
confianza mutua en la pareja y se aceptan pese a los defectos que puedan tener, además
experimentan una gran resolución de los problemas interpersonales (Pintado y
Mendoza, 2016). Se comportan de forma independiente, mostrando una buena
comunicación con la pareja incluso en ausencia de esta y experimentan un alto grado de
satisfacción en la relación (Ojeda, 2007).
Los individuos que manifiestan un apego evitativo normalmente se sienten poco
valoradas por su pareja. Se caracterizan en las relaciones por ser susceptibles,
cautelosos, siempre se encuentran a la defensiva y tienen miedo a ser lastimados
emocionalmente. Estos describen sus relaciones invadidas por el temor al contacto y
con cambios bruscos en sus emociones (Hazan y Shaver, 1987). Según Feeney y Noller
(2001), las personas con apego evitativo suelen declarar que nunca han estado
enamorados y que tienen bajos ideales sobre el amor. En estos individuos, el amor suele
estar acentuado por el temor a la intimidad, la falta de confianza y por dificultades para
tolerar las imperfecciones de la pareja. Cuando estas personas comienzan una relación,
suelen buscar o inventar razones para terminar con ella (Pintado y Mendoza, 2016).
Los individuos con apego ansioso-ambivalente habitualmente tienen un
comportamiento, respecto a sus relaciones, retraído, evasivo y con miedo a la intimidad
(Bartolomé, 1990 como se citó en Pintado y Mendoza, 2016). Estas relaciones presentan
18
un amor dependiente o adictivo, caracterizadas por la inestabilidad, los celos, un alto
grado de ansiedad, desconfianza y falta del control en la relación. Experimentan una
preocupación obsesiva por el abandono, mostrando gran inquietud o desesperación en
ausencia o incluso presencia de la pareja, debido al miedo de la perdida de la figura de
amor. (Pintado y Mendoza, 2016).
19
en la complacencia de las apetencias y necesidades de uno mismo por los de la pareja
(Mallor, 2006), tienen la función de lograr la atención de la pareja, preservar su
cercanía, evitar disputas y mantener el vínculo afectivo. Aunque las demandas excesivas
de afecto y la sumisión debida a la idealización de la pareja llevan a relaciones de pareja
desequilibradas (Huertas et al., 2019), en las que el miembro de la pareja sin
dependencia emocional pueden adquirir un comportamiento dominante (Momeñe et al.,
2017). La dependencia emocional sufrida se convierte en un modelo permanente de
necesidades emocionales que tratan de ser satisfechas de una forma inadecuada con la
pareja (Huertas et al., 2019).
El apego se encuentra muy unido a la dependencia emocional (Valle et al., 2018).
Las personas con dependencia emocional pueden establecer modelos de vinculación
disfuncional con la pareja cuando el amor se transforma en una necesidad y crear una
disputa entre ambos (de la Villa et al., 2018). La relación entre la pareja puede conducir
a un apego dependiente, expresando signos patológicos que disminuyen la autonomía
personal y pueden presentar síntomas de abstinencia con la separación de la pareja (de
la Villa et al., 2018). La irreprimible necesidad de estar cerca de la pareja se equipara al
“craving” que siente un individuo adicto (Sophia et al., 2007). Se producen afectos y
apegos idealizados, que se entienden como necesarios y positivos, pero que además de
perjudicar a las personas con DE, también dañan la relación de pareja (Huprich et al.,
2013). Estas personas se amoldan a la relación, permitiendo que la pareja decida por
ellas y evitando así tener conciencia del problema (de la Villa et al., 2018). No son
capaces de dejar la relación, ni de pensar en su vida sin la pareja, aunque sientan un
descontento en ella (Skvortsova y Shumskiy, 2014). La pareja se trasforma en su mayor
referente, convirtiéndose en el motivo de su existencia y dándole sentido a su vida, la
cual gira alrededor de ella (Momene et at., 2018).
La dependencia emocional se puede desarrollar en el individuo por factores
muy diferentes, como puede ser la sobreprotección de los padres (Huertas et al., 2019),
la falta de afecto en edades tempranas (Cubas et al, 2004) y en ciertas ocasiones el
maltrato emocional y/o físico en la niñez (Castelló, 2000; 2005, Moral y Sirvent, 2009).
Como ya se ha comentado anteriormente las situaciones vividas con la figura de
apego en la infancia repercuten en las relaciones interpersonales posteriores (Feeney y
Noller, 2001), así los dependientes emocionales intentan satisfacer de forma inadecuada
las necesidades emocionales insatisfechas en la niñez (Skvortsova y Shumskiy, 2014),
siendo la pareja quien satisface esas necesidades, actuando como base segura. Las
20
personas que manifiestan un apego ansioso o preocupado tienen una mayor relación con
la dependencia emocional (Momene et al., 2018).
21
3. Apego y sexualidad
22
de amor, especialmente en la calidad y estabilidad de estas. Las personas con apego
seguro son las que establecen mayor estabilidad y calidad en sus relaciones. Sin
embargo en las relaciones de personas con apego inseguro se producen más
alteraciones. En las personas con apego ansioso, ocurre una excesiva estimulación del
sistema de apego, ocasionando una mayor sensación de amenaza o rechazo. Sin
embargo las personas con apego evitativo producen una desactivación del sistema, que
se emplea como una trasformación para eludir la dolencia que se puede producir por la
ignorancia de la figura de apego (Bowlby, 1969; Shaver y Mikulincer, 2006).
Por otro lado, el sistema de cuidados que interviene en la pareja adulta es un
compuesto de diversas actuaciones que favorecen el cuidado que el individuo requiere,
este sistema ayuda a la persona que se encarga del cuidado a reconocer y a dar respuesta
a las necesidades de la pareja y también facilita la manifestación de sentimientos en la
persona cuidada (Rincón, 2018). Con esto se intenta disminuir el sufrimiento y la
necesidad de otras personas ayudando a conseguir una seguridad y bienestar estables
(Zapiain et al., 2011). Este sistema se activará cuando la pareja se encuentre en peligro,
experimente una situación estresante o sienta malestar y cuando necesite apoyo, para así
poder explorar y aprender de ciertas experiencias (Rincón, 2018). Si el sistema de
cuidados tiene un correcto desempeño en una relación de pareja, favorece la percepción
de estabilidad emocional y agradecimiento, sin embargo, el incorrecto funcionamiento
en el momento de empatizar y cubrir las necesidades de la pareja, es una de las
consecuencias primordiales para provocar tensión y disputa entre ambos miembros de la
pareja, esto se debe al incremento de incertidumbre en las competencias y en el amor de
la pareja o a que provoca un alejamiento entre ambos a causa del estrés o la necesidad
que experimenta uno de ellos.
Los cuidados que se aprendieron en las relaciones con la figura de apego en la
niñez, tiene una gran influencia en la manera que se comportan los adultos en sus
relaciones de pareja. Los individuos que poseen apego seguro deducen en mayor grado
las necesidades de su pareja, tienen gran empatía, proporcionando un alto grado de
apoyo emocional y se consideran más eficaces ante amenazas que sufra su pareja o
necesidades que esta tenga, en relación a las personas con apego inseguro. Las
individuos con apego ansioso-ambivalente proporcionan un grado menor de cuidado
sensible y un grado mayor de cuidado compulsivo, esto es debido a los problemas que
presentan a la hora de empatizar con otras personas ante las necesidades que estas
presenten, provocando un aumento de la distancia emocional (Zapiain et al., 2011).
23
El sistema sexual está formado por varios componentes que suscitan a las
personas a buscar la satisfacción erótica mediante el placer sexual. En el sistema sexual
interviene el sistema de apego de manera individual, el objetivo de este es la
conservación del vínculo afectivo, que proporcionará la seguridad y satisfacción
emocional. La incorporación entre los sistemas sexual y de apego debe ser concordante,
aunque esto no siempre resulte fácil, pero de este modo la pareja podrá satisfacer sus
necesidades, tanto sexuales como de seguridad emocional (Rincón, 2018).
Para la concurrencia de los sistemas sexual y de apego se necesita intimidad y
proximidad emocional. Según el tipo de apego que posea el individuo intervendrán de
una manera u otra. Los individuos con apego seguro experimentan menor tendencia a
mantener relaciones sexuales si no se encuentran en una relación de pareja consolidada.
Estas disfrutan de las expresiones de cariño como las caricias, indistintamente del
comportamiento puramente sexual. Estas personas sienten más amor hacía su pareja y
tienen un mayor nivel de entusiasmo y emociones positivas en las prácticas sexuales.
Los individuos con apego evitativo mantenían más relaciones sexuales casuales, sin
compromiso y promiscuas, con un menor nivel de intimidad erótica y satisfacción
sexual. La motivación que sienten estos por mantener relaciones sexuales se basa en
tener control sobre la pareja o en disminuir el estrés, más que en favorecer la unión y el
placer en su pareja. Los individuos con apego ansioso-ambivalente, basaban su
satisfacción sexual en las expresiones de cariño, como pueden ser las caricias, que en
comportamientos meramente sexuales. La motivación de estas personas por mantener
relaciones sexuales se basa en conseguir intimidad emocional, en suscitar
comportamientos de cuidado y evitar el rechazo (Zapiain et al., 2011).
24
en estos se asocia más la satisfacción sexual con su propia seguridad de apego que con
la percibida por su pareja. En las mujeres, la manifestación de emociones que percibe
por parte de su pareja, predice mejor la satisfacción sexual que su propia manifestación
de emociones (Barón et al., 2002).
Según Vera (2007) se encuentra una gran relación entre los términos de
satisfacción sexual, satisfacción de pareja y estilo de apego los componentes pareja
(como se citó en Chaves et al., 2018).
En cierta medida, se puede definir el comportamiento sexual de las personas
según el estilo de apego que se haya adquirido en la edad adulta y esto influirá en la
satisfacción sexual que manifiesten (Sánchez, 2017). Normalmente, las personas con un
estilo de apego seguro experimentan más satisfacción sexual que las personas con estilo
de apego ansioso o preocupado. Estas personas encuentran la comodidad con su pareja
en la intimidad y disfrutan de las relaciones sexuales, esto ayuda a que sus relaciones
emocionales sean duraderas y agradables, haciendo que experimenten más emociones
positivas y pasionales durante el acto sexual que las personas con un estilo de apego
inseguro. Los individuos con apego preocupado no experimentan gran satisfacción con
las relaciones sexuales, debido a que su comportamiento sexual se basa en la búsqueda
de proximidad más que en la de satisfacción (Chaves et al., 2018).
Hay parejas que sienten satisfacción en su relación en general, enfocándose más
en lo afectivo y no experimentan la misma satisfacción en el ámbito sexual, y también
ocurre al contrario (Chaves et al., 2018).
4. Conclusiones
25
en edad cambian nuestros intereses y solemos apegarnos a otras figuras diferentes,
como pueden ser los amigos en la adolescencia o la pareja en la adultez, aunque de una
manera u otra la figura de apego de la infancia siempre permanece presente.
Para la vida de las personas tienen una gran importancia los vínculos de pareja,
debido a que estos son indispensables para poder satisfacer necesidades como el amor,
la compañía, la satisfacción sexual, entre otras. Si la persona no satisface estas
necesidades se producirán consecuencias como la soledad emocional y la frustración
sexual (Zapiain et al., 2011).
Respecto a las relaciones de pareja, tiene gran influencia el estilo de apego que
tengan cada uno de los miembros de esta, así se ha encontrado que las personas con un
estilo de apego seguro experimentan más emociones positivas, muestran independencia,
un menor grado de conflicto con la pareja y mayor aceptación de esta. Este estilo se
asocia a niveles altos de bienestar y satisfacción en la relación. Sin embargo las
personas que presentan alguno de los diferentes estilos de apego inseguros
experimentan más emociones negativas, manifiestan dependencia, celos, un nivel alto
de conflicto, esto se asocia con una baja satisfacción.
La dependencia emocional relacionada con la pareja suele ser característica de
personas vulnerables y sumisas que idealizan a la pareja y tienen una gran demanda
afectiva para cubrir sus necesidades. Esto deriva en una vinculación disfuncional con la
pareja y conflictos en la relación. El estilo de apego típico de estas personas es el
ansioso.
Las personas poseemos unas estrategias de regulación emocional para satisfacer
nuestras necesidades cuando nos sentimos amenazados. La estrategia innata, es la
primaria y si esta no funciona se recurren a las estrategias secundarias.
La sexualidad es una función básica del ser humano y es uno de los aspectos que
más influenciados se encuentra por el estilo de apego que se presente. Para alcanzar un
bienestar sexual, los tres sistemas que interactúan en ella tienen que tener un buen
funcionamiento, es decir, los sistemas de apego, sexual y de cuidados. La satisfacción
sexual se encuentra influida por gran cantidad de variables como puede ser el
enamoramiento o la duración de la relación entre otras, no solo influyen los estilos de
apego que se manifiesten, no obstante según ciertas investigaciones se ha comprobado
que normalmente las personas con un estilo de apego seguro son las que mayor
satisfacción sexual experimentan, sin embargo las personas con estilo de apego inseguro
suelen sufrir niveles altos de insatisfacción en sus relaciones sexuales.
26
Teniendo en cuenta la importancia del apego y del estilo adquirido, ya que
afectan en gran medida a muchos aspectos de la vida, se debería de tener especial
cuidado en la etapa infantil, instaurando personalidades sanas, que se consiguen con el
establecimiento de vinculaciones afectivas óptimas y duraderas, y con esto prevenir
posibles problemas que se pudiesen presentar en el futuro. Se debe inculcar a los
pequeños la búsqueda de propio bienestar y el de los demás, porque los dos se
encuentran estrechamente relacionados.
Las evidencias nos permiten dar relevancia al papel que cumple el estilo de
apego seguro en muchos aspectos, como son la satisfacción de pareja y sexual. Por lo
tanto, sería beneficioso fomentar el desarrollo de un estilo de apego seguro.
5. Referencias bibliográficas
27
Botella, L. (2005). Reconstrucción relacional y narrativa en psicoterapia: bases
neurobiológicas. Monografías de Psiquiatría, 3, 28-34.
28
de la Villa-Moral, María, Sirvent, Carlos, Ovejero, Anastasio, & Cuetos, Glenda.
(2018). Emotional dependence on relationships and Artemis syndrome:
explanatory model. Terapiapsicológica, 36(3), 156-166.
https://dx.doi.org/10.4067/S0718-48082018000300156
29
Gross, J. J., y Thompson, R. (2007). Emotion regulation:Conceptual foundations. En J.
J. Gross (Ed.), Handbook of emotion regulation (pp. 3-25).
Guzmán-González, M., Carrasco, N., Figueroa, P., Trabucco, C., & Vilca, D. (2016).
Estilos de apego y dificultades de regulación emocional en estudiantes
universitarios. Psykhe (Santiago), 25(1), 1-13.
Guzmán, Mónica, Santelices, María Pía, y Trabucco, Caterina. (2015). Apego y Perdón
en el Contexto de las Relaciones de Pareja. Terapia psicológica, 33(1), 35-45.
https://dx.doi.org/10.4067/S0718-48082015000100004
Holland, A.S., Fraley, R.C. y Roisman, G.I. (2012). Attachment styles in dating
couples: Predicting relationship functioning over time. Personal Relationships,
19 (2), 234–246. doi: 10.1111/j.1475-6811.2011.01350.x.
30
Lemos Hoyos, M., Jaller Jaramillo, C., González Calle, A. M., Díaz León, Z. T., y De la
Ossa, D. (2012). Cognitive profile of emotional dependence in University
Students from Medellín, Colombia. Universitas Psychologica, 11(2), 395-404.
Mendiola, Rosario. (2008). Teoría del apego y psicoanálisis. Clínica y Salud, 19(1),
131-134. http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1130-
52742008000100007&lng=es&tlng=es
31
Momene, J., y Estevez, A. (2018). Los estilos de crianza parentales como predictores
del apego adulto, de la dependencia emocional y del abuso psicológico en las
relaciones de pareja adultas. BehavioralPsychology/Psicología
Conductual, 26(2), 359-378.
Momeñe, J., Jáuregui, P., y Estévez, A. (2017). El papel predictor del abuso psicológico
y la regulación emocional en la dependencia emocional. Psicologia
conductual, 25(1), 65.
Ortiz-Granja, D., Acosta-Rodas, P., Rubio, D., Lepe-Martínez, N., Del Valle, M.,
Caden, D., López, E., Hinojosa, F., y Ramos Galarza, C. (2019).
Consideraciones teóricas acerca del apego en adultos. Avances En
Psicología, 27(2), 135-152. https://doi.org/10.33539/avpsicol.2019.v27n2.1793
32
Rincón, M. (2018). Electiva II-sexualidad y pareja. Fundación Universitaria del Área
Andina.
Tianyuan, L. y Darius, C. (2012). How anxious and avoidant attachment affect romantic
relationship quality differently: A meta- analytic review. European Journal of
Social Psychology, 42, 406- 419.
33
Zapiain, J. G., Ortiz, M. J., y Lope, J. G. (2011). Experiencia sexual, estilos de apego y
tipos de cuidados en las relaciones de pareja. Anales de Psicología/Annals of
Psychology, 27(2), 447-456.
34