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Sinopsis
Cuando el mal penetra en las paredes de su santuario, los guerreros de repente
se dan cuenta de que en ningún lugar están a salvo de la destrucción de Hades.
Mientras los demás se ponen en camino para encontrar y destruir la amenaza en
contra de su compañero, Vapre se encuentra solo con Echo por primera vez desde su
llegada. 2
Hay algo de malo en Echo, sin embargo. Él se pone fuera de control con poca o
ninguna provocación, empuja los límites lascivamente, e incluso cambia su apariencia.
Vapre teme que está perdiendo a su amante, y cuando Echo cae en un estado
catatónico, está seguro de que ya lo está.
Con un contratiempo tras otro, Vapre no sabe cómo se supone que debe hacer
frente a una tormenta del Inframundo. Su renuencia no detendrá la salida de la luna
nueva, y si espera mantenerse firme en la batalla, él debe primero conquistar la
tempestad en su interior.
Dedicado
3
Capítulo Uno
—Por el derecho a pasar a los Campos Elíseos. —La respuesta parecía tan
clara, Echo no sabía por qué no lo había visto antes.
—Espera un minuto —Hex se sentó erguido en la cama y se pasó una mano por
el pelo—. Pensé que estábamos luchando para estar aquí en el Mundo Superior.
Ahora, estás diciendo que estamos tratando de pasar a Elysium. Echo, no tiene
sentido. Somos demonios. Ni siquiera estoy seguro que tengamos almas. Sólo a los
virtuosos se les permite vagar por los Campos Elíseos.
Echo quería rodar sus ojos, pero se contuvo. La idea de que sus amantes no
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tuvieran alma era ridícula. Honestamente no veían con claridad. Antes de que pudiera
sostener su punto, sin embargo, un golpe sonó en la puerta, y Vapre se metió en la
habitación.
—Mañana. —Él les dio a todos una sonrisa radiante mientras se acercaba a los
pies de la cama.
Mmm, incluso a primera hora de la mañana, con el pelo revuelto y los ojos aún
cargados de sueño, Vapre parecía estar suficientemente bueno para comerlo. Echo no
podía negar que tenía a los siete hombres más bellos del planeta. Vapre parecía que
tenía algo que decirles, pero todo lo que Echo podía pensar era convencer a sus
hombres de un pequeño revolcón mañanero entre las sábanas.
—Buenos días, guapo. ¿Quieres unirte a nosotros? —Él empujó las mantas de
su cuerpo hasta que su erección mañanera saltó libre, dando una palmada contra su
bajo vientre. Rozando la mano por su pecho desnudo hasta que llegó a su polla,
palmeó la longitud y la acarició suavemente.
Vapre gimió y cerró los ojos por un momento antes de concentrarse en Echo.
Echo sabía esto, por supuesto, pero cualquier noticia llegando a esta hora impía
de la mañana no podía ser buena. No quería escuchar malas noticias. Así que siguió
acariciándose a sí mismo, sus ojos nunca dejando a Vapre, gemidos brotaban de su
pecho.
—¿Por favor?
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Vapre tenía una mirada hambrienta en sus ojos que le dijo a Echo que estaba a
punto de conseguir exactamente lo que quería. Desafortunadamente, Hex, siendo el
buen líder que era, azotó las mantas sobre el regazo de Echo y le golpeó en la parte
posterior de la cabeza.
—Mac vio algo —Vapre respondió con fuerza. Su voz sonaba tensa, y seguía
mirando las mantas que cubrían el regazo de Echo. Sacudió la cabeza como si tratara
de borrarlo, y trasladó su atención a Hex.
—¡Ouch!
Echo levanto la cabeza hacia arriba para ver a Fiero frotarse la parte posterior
de la cabeza y mirando con enojo evidente a Hex.
Mirando por encima del hombro, Echo vio a Hex rodar sus ojos. 6
—Compórtense, o voy a paletearles sus culos.
—Voy a hacer caso omiso de ellos —murmuró en voz baja. Entonces él hizo
exactamente eso. Se movió dándoles parcialmente la espalda y levantando la mirada
hacia Vapre.
—¡Vapre!
Saltando y bajando la cabeza como un niño que había sido sorprendido en su
fechoría, Vapre se dio la vuelta y se enfrentó a Hex.
—Lo siento, pero ¿qué quieres que haga? ¡Basta con mirarlos! —Aww, él
sonaba tan llorón que Echo sólo quería subirle el cuerpo y besar su puchero.
—¿Mejor?
Asintiendo con la cabeza una vez, Hex volvió a sentarse en el colchón junto a
Echo. Él hizo un gesto con la mano, un gesto para que Vapre se sentara a los pies de
la cama.
—Bien, ahora ¿qué vio Mac que tu estas aquí a las siete de la mañana?
Hex le dirigió una mirada, y Echo resopló. Parecía una pregunta perfectamente
lógica para él, pero Hex había estado con ese estado de ánimo desde el pequeño
encuentro de Fiero con... bueno, lo que fueran esos monstruos que habían estado fuera
de la charca de los kappas. Echo se estremeció al pensar en ellos.
—Está bien —Hex asintió lentamente—. Sabíamos que iban a venir más antes
del equinoccio. No veo la situación de emergencia, sin embargo. ¿Esto no podría haber
esperado?
—¿Otra misión de rescate? —Fiero se enderezó y sacó las piernas por el lado de
la cama—. ¿Más residentes del laboratorio?
—Está bien, entonces, ¿qué estás esperando? —Echo luchó de debajo de las
mantas y se puso en el centro del colchón—. Vayan por ellos.
—No lo creo —dijo finalmente—. Si uno de ellos está herido, entonces tengo
que ir, Fiero va a venir también. Vapre, quédate aquí, pero redondearemos con Gage,
Onyx y Eyce.
—No, no lo harás. —La voz de Hex mantenía tal comando que Echo se
congeló en seco y miró a su amante con la boca abierta.
—Odio cuando vas todo lógico —Echo torció un dedo para que Hex se
inclinase más cerca y luego le dio un beso rápido en la mejilla de su amante cuando él
lo hizo—. Bien, pero tráeme algo bueno.
—De vez en cuando —Echo un gesto con la mano para espantarlos a salir de la
habitación—. Vayan rescaten algo y vuelvan en una pieza. Voy a estar fuera de mi si se
lastiman. —Cruzando los brazos sobre el pecho, miró a Hex y Fiero—. Muy fuera de
mí. —Enfatizó.
*****
—Yo voy contigo —Mac apretó los puños en las caderas y miró hacia su
compañero.
Vapre mordió el interior de la mejilla para no reírse. Dioses, los pequeños eran
luchadores. Mac le recordaba en gran parte a Echo, aunque podría ser incluso más que
un poco cuando recibió una mirada llena de vapor. Su compañero no tomaba mierda
de cualquiera de ellos. Era frustrante como el infierno, pero también refrescante, e
incluso un poco entrañable.
Vapre tragó un gemido mientras miraba por encima del hombro para ver a
Echo entrar en la habitación. Sus cejas rubias se juntaron, y él tenía una mueca un
poco triste en sus labios carnosos. Maldita sea, incluso cuando se agitaba, el hombre
era precioso.
Gage no tuvo tanto éxito en ocultar su disgusto. Un gruñido bajo rodó de sus
labios y Vapre inmediatamente se puso delante de Echo, agachado en una postura
protectora.
—Mira esto. —Advirtió el hombre lobo. Había llegado a pensar en Gage como
un amigo a través de las últimas semanas, pero nadie amenazaba a su compañero.
De pie Vapre se puso recto, no obstante mantuvo sus ojos fijos en Gage. El ex
guardia parecía haber entrado en razón porque negaba con la cabeza y se veía casi
confundido.
—Lo sé. —Echo le dedicó una sonrisa radiante mientras se movía con gracia
por la habitación para estar al lado de Mac—. Sigo pensando que tiene que ir. Si estos
son los residentes del laboratorio, entonces van a estar agradecidos de ver una cara 11
familiar. También podrían tratar de correr si te ven. —Bajó la cabeza en Gage—. Los
guardias no inspiran mucha confianza.
—Tal vez Myst debería venir —dijo Hex pensativo mientras trotaba por las
escaleras—. No quiero estar persiguiendo a estos pendejos a través de medio de
Montana.
Echo lanzó un guiño rápido a Vapre antes de darse la vuelta para hacer frente a
su líder.
—Esa es una gran idea, Hex. Esa es la razón por la que estás a cargo. —Su voz
sonaba tan melosamente dulce, Vapre tuvo que preguntarse qué estaba haciendo. Por
la expresión de la cara de Hex, el gran demonio estaba teniendo los mismos
pensamientos.
—¿Quién dijo que quería algo? —Echo abrió más los ojos y apretó el labio
inferior—. ¿No puedo hacerte un cumplido?
—No. —Hex se quedó en el escalón inferior y cruzó los brazos sobre su pecho
mientras miraba a Echo sobre la barandilla—. Sé que quieres algo, así que lárgalo. Nos
vamos en diez minutos.
—Me hieres —Vapre tenía ulana sensación de que Echo estaba tratando de
indignarse, pero el ligero brillo en sus ojos arruino el efecto—. Yo sólo estaba tratando
de decirte lo mucho que aprecio que cuides de nosotros y que efectúe todas las
decisiones difíciles. Eres tan inteligente y feroz. Yo no creo que pueda hacer tu trabajo.
Eres muy valiente. —Echo bajó la cabeza, con la barbilla apoyada en su pecho.
—Oh —Hex parecía que alguien le había golpeado en la cabeza. Entonces sus
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ojos se suavizaron, y él se apresuró a envolver a Echo en sus brazos—. Lo siento,
cariño. Yo no quiero ser tan idiota.
Vapre rodó los ojos y resopló. Echo había jugado con el demonio como un
violín, y Hex había caído en la trampa con el anzuelo, línea y plomo. Infierno, Vapre
pudo ver la sonrisita socarrona jugando en la esquina de los labios de su pareja. ¿Qué
era exactamente lo que venía después?
—Lo siento, Mac. Sé que tú podrías ser de mucha ayuda porque tú viste
exactamente donde estaban escondidos los chicos. —Extendió la mano y tomó la
mano de Mac entre las suyas—. Y yo sé que puedes incluso ser capaz de ver algo más
para ayudar. —Echo miro y sonrió soñadoramente a Hex—. Pero Hex está a cargo
aquí. Él es nuestro líder porque él sabe qué hacer y cómo mantener a todos a salvo. Si
él dice que es demasiado peligroso, entonces yo confío en él. Tú tienes que confiar en
él, también.
—Está bien, toma una pequeña mochila y llevar sólo lo esencial para la... —se
detuvo y parecía estar haciendo un poco de configuración mental— ...vamos a decir
tres días. Vas a tener que mantener el ritmo, y yo no quiero escuchar ninguna queja.
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Eres un soldado ahora.
—¿Me estás tomando el pelo? —Gritó Gage. —Es demasiado pequeño, Hex !
Él va a hacerse daño
—Es grande y fuerte cuando se desplaza, y podía cuidar de Mac —dijo Echo en
voz muy baja—. Es una decisión difícil. Me alegro de que no tengo que hacerla. —
Entonces él pestañeo a Hex.
—Sony, enpaqueta una bolsa —Hex llamo por las escaleras—. ¡Tu serás
responsable de proteger Mac!
—Echo está dejando que Hex crea que está corriendo el show —susurró
Vapre—. Hex se la está comiendo.
—¿Cree tu que nos vemos ridículos cuando nos fijamos en Echo? —Onyx se
situó junto Eyce e inclinó la cabeza hacia un lado.
Diez minutos más tarde, todo el mundo se habían reunido en el patio delantero,
envasados y listos para comenzar su viaje. Vapre se quedó con Echo en el porche, un
brazo alrededor de sus hombros, mientras observaban a sus hombres desaparecer por el
camino estrecho que conducía a la carretera principal.
—No tengo idea de lo que estás hablando. —La sonrisa en su voz dijo lo
contrario.
—¿Cuántas veces has usado ese truco en mí? ¿Me haces pensar que es mi idea?
—Tu pequeña...
Echo chilló cuando Vapre se abalanzó sobre él, dejándolo a un lado del sofá y
corriendo por el pasillo hacia la oficina.
—¡Syx!
—¿Qué diablos está pasando? —preguntó cuando Echo saltó a sus brazos,
prácticamente subiendo por su gran cuerpo para alejarse de Vapre.
—Me llamó estúpido y dijo que doy malas mamadas —susurró Echo
despectivamente.
Syx rodo los ojos, tratando de hacer palanca para correr a Echo de su pecho.
—Lo que realmente está pasando aquí, estoy seguro de que te lo mereces —
luego hizo una pausa y sonrió maliciosamente a Vapre—. Sólo para estar seguro, sin
embargo, tal vez deberíamos juzgar la pericia de tus habilidades de trabajo en
mamadas.
Las fosas nasales de Vapre dilataron, y su cuerpo zumbaba con lujuria mientras
merodeaba cerca de sus amantes.
—Dormitorio. —Echo jadeó largos minutos después, cuando por fin habían
llegado a tomar aire.
Echo sacudió las manos, envolvió sus delgados dedos alrededor de la longitud
de Syx, y acarició rápido cuando sus labios de color rosa envolvieron la polla de Vapre
en calor húmedo.
—Oh, dioses —Vapre gimió. Una mano se movió con cuidado a la parte
posterior de la cabeza de Echo, mientras que la otra se enredo en Syx encerrándolo y
tirando al hombre hacia adelante para hacerse sitio en su deliciosa boca una vez más.
Vapre se desacoplo del beso que le nublo la mente, viendo el espectáculo erótico
del pene resbaladizo de Syx deslizándose a través de los labios de Echo durante un
momento, antes de que él se volviera y corriera a través de la puerta de la oficina.
Hurgando en los cajones del escritorio, finalmente encontrando una bolsa de viaje con
lubricante. Apretándolo en la mano como si contuviera los secretos de la vida, dio un
paso atrás en el pasillo y se arrodilló detrás de Echo.
Vapre asintió una vez, y luego se puso a trabajar, engrasando los dedos y
rozándolos a lo largo del pliegue de Echo mientras buscaba el pequeño rosetón que le
esperaba. Apretando los músculos una vez, sonrió cuando Echo gimió, tirando un
gruñido estrangulado de los labios de Syx. Luego empujó con dos dedos, girando en
torno a ellos cuando él torció la muñeca y comenzó a bombear los dígitos dentro y
fuera del paso apretado de Echo.
Sin más prolegómenos, instó a Echo a doblarse un poco hacia adelante, alineó
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su pene exigente, y se empujó a casa en una embestida. Echo gritó, el sonido
amortiguado alrededor de la carne turgente en su boca, y Syx gimió, sus ojos realmente
dieron vueltas en su cabeza.
Dando a Echo sólo un momento para ajustarse, Vapre comenzó un ritmo duro,
sus instintos primarios asumieron el control cuando se estrello en el bienvenido cuerpo
de Echo con fuerza animal. Si le preocupaba que él estuviera haciendo daño a su
compañero, no tenía por qué tenerlo. Echo gemía y gemía alrededor de la polla de
Syx, los músculos de su garganta tragando mientras trabajaba alrededor de la cabeza
esponjosa una y otra vez.
Echo apoyó las manos sobre los muslos de Syx, lamiendo al demonio,
limpiándolo mientras Vapre seguía impulsando su dolorida polla en el agujero
apretado de Echo. Llegando alrededor de las caderas delgadas de su pareja, Vapre
palmeó meneando la polla de Echo y la acarició duro y rápido.
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—¿Aprobé? —Echo jadeó un momento más tarde, ya que todos cayeron juntos,
tratando de recuperar el aliento.
Todo el mundo se había ido, Syn y Jinx todavía estaban durmiendo, y la casa se
sentía inusualmente solitaria. Había un montón de sillas en la mesa de la cocina, pero
Echo se arrastró al regazo de Vapre y apoyó la cabeza en el hombro de su amante.
Las cejas de Echo se juntaron, y arrugó la nariz. Él no sabía nada de los demás,
pero eso era exactamente lo que había estado pensando. Tras una inspección más de
cerca, se dio cuenta de lo ingenuos que pudieron haber sido. Sabiendo lo que se
avecinaba, o al menos teniendo una idea, era una ventaja que tendrían que aprovechar
con ambas manos. ¿Y si se equivocaban? ¿Qué pasaba si las tareas llegaban fuera de
orden, sin ton ni son? Eso ciertamente encajaba con lo que Echo había aprendido sobre
el Oráculo y el mundo que sus demonios habitaban antes de su huida.
—Entonces, ¿crees que a lo mejor tenemos que estar preparados para cualquier
cosa? —Echo se enderezó en el regazo de Vapre y apoyó los codos sobre la mesa.
Apoyando su barbilla en sus manos, él estudió la espalda de Syx, en busca de los
signos de estrés y tensión.
—Un par de cosas —Syx retiro la sartén del quemador y apagó la estufa antes
de inclinarse hacia atrás contra el mostrador y cruzó los brazos sobre el pecho mientras
se dirigió a ellos—. El Oráculo dijo que los cultivos se morirán. Si asumimos que la
profecía es ordenada, ésta sería la cuarta tarea, a partir de la aparición de la luna nueva
en el tercer abril. 21
Echo no entendía.
—¿Y?
Mirando por encima del hombro a Vapre, la boca de Echo se abrió en una
pequeña O.
—La luna de color rojo simboliza la sangre derramada durante la batalla —dijo
Vapre casi para sí mismo.
—Había otra advertencia después de eso, ¿no? —Echo recordó algo sobre los
que nacen primero, pero no sabía qué diablos era aquello.
—Correcto —respondió Syx, pero no dijo nada más. Su cara se veía dura, y sus
hombros parecía tensos. Luego se dio la vuelta y comenzó a sacar platos fuera del
gabinete.
Echo no era estúpido. Sabía que estaba siendo despedido de manera que Syx y
Vapre pudieran hablar en privado. Suspirando, se levantó de mala gana y se dirigió
hacia la puerta del sótano. 22
—¿Han descubierto la manera de crear un espacio a prueba de luz para ellos?
Asintiendo con la cabeza, Echo ofreció una pequeña sonrisa mientras abría la
puerta y una brisa de aire fresco le golpeó en la cara. Se estremeció y miró por encima
del hombro.
Echo resopló y rodo los ojos cuando cerró la puerta sin hacer ruido y se deslizó
por la escalera del sótano. Placas de acero, claro.
—Está bien, así que ¿por qué lo quiere fuera de la habitación? —Vapre se
levantó de su asiento y caminó hacia Syx. Se puso de pie, frente a frente con su
amante, el hombre todavía se apoyaba en el mostrador—. Habla conmigo.
Los ojos de Vapre se redondearon, pero no podía pensar en una cosa que decir.
¿Estaba Syx celoso? ¿Estaba enojado? El demonio no parecía estar ninguna de esas
cosas. De hecho, parecía casi melancólico.
—Algunos días me gustaría que las cosas volvieran a ser como antes. Las cosas
eran mucho más simples.
—¿Qué está pasando? —Habló en voz baja, apenas más que un susurro.
Los dedos de Vapre se detuvieron a mediados del apretón alrededor del cuello
de Syx. Seguramente no había oído bien.
Permanecieron allí durante mucho tiempo, sin decir una palabra. Vapre se
sentía dividido entre el hombre al que había amado durante siglos, y el pequeño
duende que había volado en sus vidas y entrado en el corazón de Vapre en cuestión de
semanas. ¿Cómo se suponía que debía elegir entre dos personas que amaba más que a
nada?
—No puedo vivir sin él —Vapre finalmente susurró. Cerró los ojos y apoyó la
frente contra la sien de Syx—. No me pidas que haga eso.
—Algo malo está por venir. —La voz de Syx era tensa, tensa, y lejos de su
suavidad habitual—. Y viene por Echo. Yo no quiero que se vaya tampoco —Se
apretó con más fuerza contra el pecho de Vapre—. Dioses, me duele pensar siquiera en
que él no esté aquí, pero me moriría si algo le sucediera.
—¿Quién lo va a tomar?
Oh, esto era malo. Vapre no sabía lo que había pasado para agriar al vampiro
normalmente alegre, pero si la expresión del rostro de Syn era una indicación, estaba
yendo hacia una furia total.
—Syn —Vapre todavía hablaba con calma, con dulzura. La última vez que Syn
había estado en ese estado, toda la casa había estallado en un pandemónium—.
Mírame.
Syn no estaba mirándolo, sin embargo. Sus ojos estaban fijos un poco más allá
de Vapre, fijos en Syx, y no había amenaza en su mirada.
Fue entonces cuando Vapre se dio cuenta que Echo estaba sospechosamente
ausente de la habitación. Lanzando sus ojos de lado a lado, examinó por todas partes
en busca de su compañero como si Echo pudiera estar escondido en un rincón de la
cocina en alguna parte.
—Se fue. —Algo de la ira pareció desinflarse del vampiro, y sus ojos tenían una
tristeza que dolía ser testigo—. Al igual que tu lo querías.
—¿Qué? —Syx saltó hacia delante para estar al lado de Vapre—. Yo no quería
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que se fuera. ¿No has oído lo que dije? Yo sólo quiero que este seguro. ¡No es seguro
para él aquí!
—¿En verdad?
—Yo, um, bueno, verás, la cosa es que estaba un poco molesto cuando Echo
salió de aquí. Ha sido bueno para mí, y pude ver que él estaba molesto. No tanto como
eso, ¿sabes? —Arrugó la nariz, viéndose contrito y avergonzado—. Puede que haya
sintonizado después de eso —murmuró.
Con la esperanza de evitar otra explosión, Vapre empujó a Syx detrás de él con
la mano en el centro de su pecho.
—¿Dónde se fue?
Vapre suspiró y se pasó una mano por el pelo largo hasta los hombros. Había
estado tan concentrado en Syx que ni siquiera había oído a los otros hombres entrando
en la sala, y mucho menos escuchar cuando Echo partió hacia el patio trasero.
—Lo traeré.
—No —Syx tiró del hombro de Vapre hasta que él se dio la vuelta para
mirarlo—. Yo hice esto. Lo encontraré y hare lo correcto.
—Sé que esto no es asunto mío —dijo Jinx en voz baja—. Pero realmente creo 27
que Vapre debe ir. No creo que Echo vaya a estar demasiado interesado en hablar
contigo hasta que se haya calmado un poco.
—Estaré de vuelta pronto. Él sólo tiene que escuchar toda la historia y tiempo
para enfriarse. No te preocupes por esto.
—Él no quiso decir eso, ¿verdad? ¿De qué verdad ojalá no hubiera venido aquí?
—No y no —Vapre respondió en voz baja—. Syx sólo tiene dificultades para
hacer frente a todos los cambios en estos momentos. Supongo que él cogió algo de la 28
mente de Fiero que le ha estado preocupando. Él sólo quiere que estés a salvo.
—No puedo pensar en ningún lugar más seguro que con siete demonios, un
hombre lobo, y dos vampiros —Echo contrarresto, todavía sin mirarlo.
—Syx no piensa de esa manera. Él ve el peligro que viene, y cree que el mejor
lugar posible para ti es tan lejos de él como sea posible.
—Lo sé. Creo que hay algo más, algo que no nos está diciendo.
—¿Por qué está molesto con Fiero? —Aparentemente, Echo seguía la línea
actual de la conversación.
Cambiando de tema, Vapre pensó sobre lo que Syx le había dicho en la cocina.
—Sí, lo está —Echo sonrió con cariño, con el rostro prácticamente brillando
con satisfacción—. Hay mucho más en la historia, sin embargo. Sólo tienes que
esperar por ella —dijo misteriosamente.
Vapre no tenía la menor idea de lo Echo decía con eso, pero él lo guardaría
para sí mismo, por el momento. El enano tenía un punto. Esperaría por el resto.
—Naw. No soy tan estúpido. Tengo una configuración muy dulce aquí.
Además, ¿dónde voy a ir?
—Sí, eso es más o menos como yo lo veo. Ustedes me necesitan. Tenían una
especie de lío antes de llegar aquí.
—Nada.
Vapre abrió la boca para decir algo, luego los cerró. Esa no era exactamente la
respuesta que había estado esperando. Echo siempre parecía tener un plan,
especialmente cuando se trataba de animar a uno de ellos. Este enfoque de esperar
pacientemente estaba completamente fuera de carácter para él.
Echo pareció leer sus pensamientos porque él se rió suavemente y rodo los ojos.
—Syx dará la vuelta cuando esté listo. No vamos a lograr nada empujándolo.
Él va a callar, y sólo tomará mucho más tiempo para que él lo largue.
No era que se sintiera celoso del amor de Fiero por Eyce y Echo. Él había dicho
la verdad cuando dijo que estaba feliz por el demonio. Las cosas se habían vuelto un
poco confusas en su cerebro, y él había estado perdido tratando de averiguar dónde
encajaba. Está bien, quizás estaba sintiendo un poco de lástima por sí mismo. Era una 31
nueva y desagradable emoción que estaría muy feliz de nunca sentir de nuevo. La
autocompasión era una completa pérdida de tiempo.
—Has vuelto. —Habló con calma, con el rostro impasible, pero dentro de él
quería tirar al hombre en sus brazos y nunca dejarlo ir.
—Yo en realidad nunca me fui —Echo puso las manos en sus caderas y levantó
ambas cejas—. ¿O es que es el problema?
—No. —Syx decidió dar respuestas cortas y simples, eran las menos propensas
a meterlo en más problemas de los que ya estaba enfrentando.
—No.
—¿Desea que nunca haya venido? —Echo disparó preguntas a un ritmo rápido,
dando a Syx poco tiempo para pensar a través de sus respuestas.
Syx quedó helado, mirando el lugar donde su compañero había estado frente a
él.
—¿Eso es todo? ¿Así de fácil? ¿No hay preguntas, no masticaras mi culo, vas a
dejarme fuera? —De ninguna manera podía ser tan fácil. Echo siempre tenía algo que
decir cuando uno de ellos la jodia, y lo decía muy muy fuerte. Esta aceptación fácil
parecía sospechosa, por decir lo menos.
Echo resopló.
Se ve tan triste. Me gustaría que me dijera lo que está pasando. ¿Cómo puedo ayudarlo si
él no quiere hablar conmigo?
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Eso venia de Vapre. Syx se sintió gratamente sorprendido por la preocupación
del hombre por él. Había que examinarlo más tarde, sin embargo. En este momento lo
que necesitaba saber era lo que estaba pensando su compañero.
¿Cómo puedo hacerle ver lo que está justo delante de su cara? Yo odio ver como esta. Mi
compañero está haciéndose daño, y no puedo hacer nada al respecto. ¿Qué tan inútil soy?
Syx cerró los ojos un instante por los pensamientos de Echo reproduciéndose a
través de su propia mente. Un sentimiento de calor líquido se inició en su estómago, se
extendió a sus miembros y le hizo hormiguear la piel.
Echo dice que le demos tiempo que el solo lo resolverá —pensó Vapre—. No sé cuánto
tiempo puedo tomarlo, sin embargo. Le daré un par de días más, pero no puedo soportar verlo
herido.
Y así, la sensación cálida de Syx fue reemplazada por un frío que se filtraba
hasta en sus huesos. Sus amantes estaban angustiados a causa de él, porque sabían que
él estaba ocultando algo.
Enluciendo una amplia sonrisa en su rostro que esperaba no se viera tan falsa
como se sentía, Syx llevo los platos de Echo y Vapre. No por primera vez, estaba muy
contento de que sus pensamientos estuvieran a salvo de las mentes curiosas.
—Ya han pasado cinco días —dijo Echo tranquilamente mientras se acurrucaba
entre Vapre y Syx en el sofá—. Ellos deberían haber vuelto ya.
Amaba estar a solas con Vapre y Syx, pero extrañaba al resto de sus hombres.
Deberían haber estado en casa hacia dos días, seguros, sólidos, y exactamente donde
se suponía que debían estar. ¿Qué demonios estaba tomando tanto tiempo? ¿Y por qué 34
no había llamado alguien para llegar a ellos?
—Hay una buena probabilidad de que no tengan recepción donde están —Syx
respondió mientras acariciaba la parte superior de la cabeza de Echo con su mejilla—.
Nos habrían llegado noticias si hay algo de qué preocuparse. Tal vez es sólo más allá
de lo que Mac había pensado en un principio.
—¿Podemos tratar de llamar? ¿Sólo una vez más? —Ellos habían intentado
varias veces en los últimos dos días, pero cada llamada había ido directamente al
correo de voz.
Dos veces, tres veces, una cuarta, y Echo comenzó a desinflarse, el rostro
cayendo en la decepción. Luego, a mediados del quinto ring, una suave voz flotó sobre
la línea, y Echo casi se desmayó de alivio. 35
—Hola, cariño.
—Eyce —suspiro Echo—. ¿Estás bien? ¿Dónde estás? ¿Cuándo vienes a casa?
¿Han resultado ser los chicos del laboratorio? ¿Qué tan mal están lastimados? ¿Cuándo
vienes a casa?
La risa baja de Eyce envió calor líquido corriendo por el cuerpo de Echo, y él se
estremeció visiblemente.
—Cálmate, amor. Todo el mundo está bien. Aparecieron los residentes, y Hex
los sanó con bastante rapidez. Estamos de camino a casa ahora, deberíamos estar allí
en una hora más o menos. ¿Pueden ustedes empezar a prepararse para un par de
personas más?
—Tres. Mac dice que los conoces. Él y Sony están a punto de mojarse a sí
mismos, están tan emocionados.
—Espera.
Echo oía a Eyce hablando con alguien en el fondo, un par de risas bajas, y
luego un alto chillido agudo. Tiró el teléfono lejos de la cabeza y lo miró como si lo
hubiera ofendido moralmente. Sólo sabía una persona que gritaba así.
—El noventa y cuatro —murmuró, una lenta sonrisa extendiéndose por su cara.
—Ellos necesitan nombres. No voy a llamarlos por sus números. Esa es una
vida que todos escapamos, y no quiero ningún rastro de ella en nuestra casa.
—Esa es una idea, perfecta bebé —dijo Eyce suavemente—. Ustedes pueden
hablar de ello cuando lleguemos allí, ¿de acuerdo?
—Está bien —repitió—. Voy a ver a todos cuando lleguen a casa. Dale a los
chicos un gran beso de mi parte, de Vapre y Syx —Él miró por encima del hombro
para ver a los dos demonios en el sofá sonriéndole y asintiendo con la cabeza—. Date
prisa en llegar.
—Estaremos allí pronto. Te extraño, Echo —Eyce habló en voz tan baja que
Echo tuvo que presionar el teléfono más firmemente contra su oído para escucharlo.
—Te echo de menos —respondió del mismo modo en voz baja—. Te amo.
Sabía que Syx había escuchado toda hasta el final de la conversación a través de
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su telepatía. No había nada que Echo pudiera hacer al respecto, y no estaba seguro de
que lo haría si pudiera. Sin volverse, colocó el teléfono suavemente sobre la mesa y
respiró hondo. Ya era hora de conseguir un par de cosas a la luz. Sus hombres podían
no estar preparados para escuchar lo que tenía que decir, pero no podían seguir así.
—Les amo —dijo en voz baja—. A ustedes dos, a todos ustedes, los amo tanto
que creo que me voy a ahogar en ello. No espero que digan las palabras de vuelta.
Entiendo que si necesitan tiempo para trabajar a través de lo que está sintiendo, pero
pensé que deberían saberlo.
Syx sonrió mientras sus cejas desaparecieron bajo el nacimiento del pelo.
—¿Y qué habrías hecho si lo hubiera hecho? ¿Hmm? ¿Existe realmente una
manera de prepararse para eso?
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Negando con la cabeza lentamente, Vapre concedió el punto.
—Creo que pocas veces Echo dice algo que no quiera decir o que no haya
pensado con mucho cuidado.
—Te amo, Syx. Yo siempre lo he hecho. Sólo que falto que Echo me abriera los
ojos para reconocerlo.
Syx no dijo una palabra, pero sus ojos se suavizaron, y se acerco tanto que un
fino papel no pasaría entre ellos, presionando sus labios en Vapre de manera lenta, en
un beso sensual. Se apartó rápidamente, pero el beso no era menos prometedor por su
brevedad. Syx descansó sus frentes juntas y cerró los ojos en un suspiro.
—Te amo, Vapre. Los amo a todos ustedes, y lo hago desde que puedo
recordar. Somos guerreros, sin embargo. No debemos sentir estas cosas.
—Oh, sí que lo hace —Syx argumentó. Rodó su frente contra la de Vapre y rió
con voz entrecortada—. Nos hace mejores. 39
—Por lo tanto, ¿se lo decimos a Echo?
—Bueno, prometimos a Echo que haríamos que Syn y Jinx se trasladen a una
habitación al final de la semana. —Sus ojos se clavaron en el gran reloj sobre la
chimenea—. Eso sería en unas seis horas.
Tomando la mano de Syx y poniéndose en pie, Vapre estiró los brazos por
encima de su cabeza, arqueando la espalda y tratando de resolver las torceduras de los
músculos adoloridos.
—Sí, creo que tenemos que conseguir un par de habitaciones disponibles para
todos los chicos que están trayendo a casa con ellos. —Colocando las manos en las
caderas, miró hacia el suelo y frunció el ceño—. ¿Cuántos más crees que vendrán antes
de la guerra? Nos estamos quedando sin habitaciones.
—Vamos a tener que empezar construir para arriba, supongo. Podemos poner a
los tres recién llegados juntos, y otra habitación para Syn y Jinx. Eso sólo deja tres
habitaciones libres. Es una casa grande, pero igual tiene sus límites.
—¿Por qué crees que todas las personas que vienen aquí son hombres? —Vapre 40
siguió Syx por las escaleras, ya que iban a comenzar a preparar las habitaciones—. ¿No
te parece extraño?
—No tengo todas las respuestas, cariño. Estoy seguro de que lo averiguaremos
con el tiempo.
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Capítulo Cuatro
Echo estaba paseando sobre la hierba helada en el patio trasero, a su ritmo y
siendo víctima de la autocompasión, cuando el viento trajo el sonido de los neumáticos
crujiendo sobre el camino de grava hacia él. Torciendo su cabeza, su corazón martilló
contra sus costillas, y sus manos y rodillas comenzaron a temblar.
—¡Eyce! —Gritó, corriendo por el lado de la casa, al igual que las dos
camionetas se detuvieron en frente de ella—. ¡Hex! ¡Myst! —Echo siguió corriendo,
nunca frenando o deteniéndose ya que las puertas de la camioneta se abrieron de golpe
y sus hombres comenzaron a bajar de los vehículos—. ¡Onyx!
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Fiero fue el primero en salir, y él se mantuvo de pie con sus piernas abiertas,
como si supiera lo que venía. Echo se lanzó a los brazos de su compañero,
serpenteando a su alrededor como una serpiente mientras salpicada besos en la cara del
demonio.
—Fiero —respiró.
Sus hombres estaban en casa, estaban a salvo, y Echo nunca se había sentido
más aliviado en su vida. Algo acerca de ser separado de ellos le puso tenso y ansioso.
Definitivamente debían permanecer juntos de ahora en adelante.
—Hola, cariño —Fiero se rió entre dientes, dando Echo un abrazo aplastante—
. Te extrañé.
—Onyx —sonrió al hombre mientras corría a sus brazos—. Hey, chico grande.
¿Me has traído algo a cambio?
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—Estábamos ocupados como para distraernos, pero ¿qué hay si te llevo de
compras mañana? Tú puedes escoger lo que quieras.
—¿Has sido malo? —Onyx preguntó en un susurro espeso, con las manos a la
deriva por la espalda de Echo hasta apretar su culo que meneaba—. ¿Tienes que ser
castigado?
—Lo que quieras —Onyx repitió contra la mandíbula de Echo largos minutos
más tarde.
—En el interior —Hex dijo, y su voz no sonó muy constante, Echo tomó nota
con agrado.
—Oh, ya les hemos dado nombres. —El tono de la voz de Fiero dijo a Echo
probablemente tendría que revisar los nombres que el demonio había escogido—.
¿Alguna vez se callan? —se quejó.
Echando un vistazo por encima del hombro, Echo suspiró cuando el trío, que ni
siquiera se conocían uno del otro charlaban animadamente, con sus ojos muy abiertos
y redondos mirando los alrededores. 44
—No me imagino —murmuró. A pesar de que tenía la sensación de que lo
lamentaría, Echo tenía que saber—. Entonces, ¿cuáles son sus nombres?
—Bueno, el pequeño de allí con el pelo rubio rojizo y ojos verdes, se decidió
llamar Sage. Él no habla tanto como los demás, y él es malditamente inteligente.
Echo estaba a punto de preguntarle lo qué Fiero quería decir con eso, pero su
compañero continuó antes de que pudiera hablar.
—El que tiene el pelo rubio y los ojos azules que nunca se calla y chilla lo
suficientemente fuerte para reventarte los tímpanos, hemos estado llamándolo Jet. Juro
que él habla tan rápido como uno puede volar, así como es malditamente ruidoso. Y el
rubio alto y desgarbado que es tan desagradable, lo llamamos Pax porque su
personalidad embala absolutamente el golpe.
—Nos gusta nuestros nombres —Jet habló, defendiendo a Fiero. A juzgar por
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la expresión de sus ojos mientras miraba el demonio, el pequeño hombre tenía algun
tipo de culto al héroe. Echo decidió cortar de raíz el brote de inmediato.
—Tú eres bienvenido aquí todo el tiempo que quieras, pero entiende esto —
Echo dio un paso más cerca de Jet, desplazándose en el espacio personal del hombre—
: Estos chicos —Hizo un gesto con la mano alrededor del círculo sin apretar para
incluir cada una de sus amantes—. Me pertenecen a mí, y yo no comparto. No puedo
culparte por mirar, pero trata de tocar, y voy a acabar contigo. ¿Entiendes?
Jet tragó saliva suficiente para hacer que su manzana de Adán se moviera junto
a su esbelta garganta y asintió rápidamente.
Echo introdujo a Jet, Sage, y Pax, y Syx le aseguró que había más que
suficiente comida para alimentar a todos, a pesar de que había necesidad de ir por
suministros al día siguiente. Presintiendo que sus invitados serian más, Echo sólo
entonces se dio cuenta de que estaban vestidos con nada más que las camisetas que
colgaban hasta las rodillas, y esas camisas pertenecían a sus compañeros.
Pax hizo una mueca y tiró con timidez del dobladillo de la camiseta que llevaba 46
puesta.
Cerrando los ojos, disgustado consigo mismo, Echo se volvió y caminó derecho
a los brazos extendidos de Vapre. No sabía cómo el demonios sabía lo que necesitaba,
pero estaba agradecido por la comodidad inmerecida, no obstante.
—Por favor ayuda a conseguir que se limpien y encuentren ropa adecuada para
vestir —murmuró—. Dudo que apreciarían mi ayuda después de la manera en que yo
les he tratado.
Él asintió con la cabeza. Los tres eran los menos intimidante de sus compañeros
y esperaba que pudieran ayudar a los hombres más pequeños a que estén más a gusto.
—Está bien, voy a admitir que tu bienvenida fue un poco hostil, pero me gustó.
Tú estabas replanteando una reclamación en lo que te pertenece. No vas a escuchar a
cualquiera de nosotros quejándose de ello, así que deja de preocuparte. Una vez que
has decidido que no son una amenaza para tu posición en esta relación, entonces serás
tan dulce y encantador como siempre.
Echo pensó que no había oído hablar tanto Hex desde que había llegado. El
hombre estaba en lo cierto, sin embargo. Hizo lo mismo con Syn. Una vez que se dio
cuenta de que Syn no tenía pretensiones con sus hombres, se había calmado y abrazó
la presencia del hombre en su vida con los brazos abiertos. Aún así, tenía que frenar a
algunos de estos celos o podrían estallarle en la cara.
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—Así que, ¿cuáles son sus poderes? —preguntó Vapre sin rodeos, cuando todos
comieron los sándwiches de cerdo que sacó y frijoles al horno y ensalada de papas que
Syx había hecho.
Sage bajo lentamente su tenedor y se encontró con los ojos fijos de Vapre.
—¿Compañero? —Pax ladeó hacia un lado mientras sus ojos iban y venían
entre Vapre y Echo—. ¿Qué eres?
—¿Por qué necesitas saber? —Myst respondió con frialdad. Parecía que Vapre
no era el único molesto acerca de la evasión de Sage.
Pax se encogió de hombros y mordió su sándwich.
—Te estás tomando esto muy bien —observó Eyce—. ¿No tienes miedo?
—No. —Echo se aclaró la garganta y Vapre podría decir que él estaba haciendo 49
un esfuerzo para reparar el daño que había hecho antes—. Nadie va a hacerte daño. Lo
qué Eyce quiere decir es que no estás reaccionando de la manera que una persona lo
haría normalmente cuando se enteran de que realmente existen estas cosas. De hecho,
me desmayé cuando me mostraron lo que eran.
—Oh —Jet bajó la mirada hacia su plato, con los hombros caídos un poco—.
Lo siento.
—¿Qué es lo que sientes? Se nos hace la vida mucho más fácil que no estés
corriendo y gritando, te lo aseguro.
—Yo no te odio. Estaba celoso, pero ahora estoy bien. He visto un montón de
rarezas desde que escapé del laboratorio. Dudo que haya nada que puedas decirme que
me fuera a sorprender en este momento.
Vapre frunció el ceño. Pensó que era algo que tendría que haber preguntado
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primero. En realidad había estado planeando preguntárselo a Hex más tarde, lejos de
oídos curiosos.
—Tú sabes que nosotros somos los que hicimos estallar el helicóptero, ¿no? —
Fiero se veía muy presumido mientras se reclinaba en su silla y cruzó los brazos detrás
de la cabeza—. Por lo tanto, de nada.
—No le hagas caso. Se gusta a sí mismo mucho, pero es un buen tipo la mayor
parte del tiempo.
Antes que nadie pudiera decir una palabra, un pegote de ensalada de patata lo
golpeó en un lado de la cara con un plop mojado. Nadie hablaba, y Vapre apenas
respiraba. Mantuvo los ojos hacia abajo en su plato, su enorme cuerpo temblando por
el esfuerzo de contener la risa. Echando un vistazo a Fiero desde la esquina de sus
ojos, vio al demonio sonreír a su pequeño compañero.
—Tú eres lo suficientemente mayor como para saber que no debes jugar con la
comida —Echo amonestó cuando comenzó a limpiar la papilla de la cara con una
servilleta.
—Pues no.
—Oh, aligérate —Echo dijo mientras se agachaba para mirar a Vapre. Su mitad
superior estaba completamente revestido de comida, pero tenía la sonrisa más grande
en su cara—. Es necesario tener un poco de diversión. —Entonces él se inclinó hacia
delante, con los labios fruncidos para recibir un beso.
Vapre dudó por un momento, a juzgar sus posibilidades de robar un beso sin
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obtener la mugre que cubría todo el cuerpo de su compañero. No podía resistirse a esa
deliciosa boca, sin embargo. Inclinándose hacia adelante, contuvo la respiración a la
espera que sus labios se movieran más cerca.
En su lugar, terminó con la cara llena de frijoles horneados. Echo hizo un buen
trabajo, frotando y manchando todo el camino hasta el cuello de Vapre. Echo cayó
sobre su trasero, y luego se dio la vuelta, las lágrimas corrían por su rostro mientras se
reía a carcajadas.
—Estoy por tomar una ducha e ir a la cama. —Anunció—. Syn, Jinx, hay
nuevas películas en el reproductor de DVD. Supongo que les veré mañana por la
noche.
Aunque los vampiros estaban llegando cada día más, Echo todavía odiaba que
sintieran que eran una carga. Tendría que ver lo que podía hacer para arreglar eso,
empezando por sacarlos de ese maldito sótano. Miró al otro lado de la habitación en
donde Syx y Vapre se encontraban cerca de la puerta de atrás. Habían dicho que
tendrían una habitación preparada para el final de la semana, pero no los había visto
levantar un dedo para cumplir con su promesa.
—¡Esperen! —Myst llamo—. Todavía quiero saber lo que son estos chicos. —
Señaló a Pax, Sage y Jet, donde estaban apiñados junto a Echo.
—Bueno, somos un poco como Gage —dijo Pax lentamente— sólo, que no nos
convertimos en un hombrelobo solo en la luna llena. Nos cambiamos a lobos
completos.
—Pensé que olía como un perro —dijo Onyx, luego se mordió el labio y bajó la
cabeza—. Eso salió realmente mal —murmuró en voz baja.
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siempre metía la pata. Era algo entrañable, una vez que te dabas cuenta de que no
estaba siendo deliberadamente un gilipolla.
—¿Qué pasa contigo y los cachorros? —Vapre preguntó en torno a una risita—.
Y hablando de perros, ¿dónde diablos está Gage, de todos modos?
—Sí, ellos estaban juntos, pero no fue exactamente privado o apropiado para lo
que Gage le está haciendo a sus pequeños compañeros en estos momentos.
Echo rió con ellos antes de volver su atención a los hombres a su lado.
—¿Así que eres un cambiaformas? —Hacia unos meses habría pensado que era
de locos, o perdería la cabeza por completo y haría algo vergonzoso. Ahora no era
muy diferente de ver el cambio de tiempo en el día a día.
—Oh, por supuesto —Echo no había pensado en eso, ¿y por qué iba a hacerlo? 55
Él no podía convertirse en un animal o algo cool como eso—. Eso estaría muy bien.
—Añadió, para no sonar tan decepcionado como se sentía. Tenía muchas ganas de
verlos cambiar.
—Entonces, ¿los tres son amantes? —Ese era Fiero, siempre directo.
—Jugamos a veces —Sage pretendió cubrirlos y Echo pensó que era la mejor
respuesta que obtendrían. No es que fuera alguno de su incumbencia, para empezar.
A Echo eso le sonaba razonable. Se había preguntado más de una vez sobre los
dos vampiros. Algunas de las cosas que Syn dijo, y sus acciones, hacían parecer que
había una posibilidad real.
Tal vez debería haber mantenido la boca cerrada, pero la respuestas eran
tonterías para Echo. Había habido demasiados contratiempos.
—Estás mintiendo.
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—No —dijo Syn con firmeza—. No somos amantes. —Sonaba frío y amargo, y
Echo sabía que había algo más en juego. Él había empujado lo suficiente por una
noche, sin embargo, y decidió dejarlo por ahora.
—Hemos terminado su habitación. —Dijo Syx a Jinx y Syn—. Sólo hay una
pequeña ventana en el ático, y los pusimos justo sobre él y el conducto tendrá cortinas
opacas sobre eso. Es mucho más apretado, sin luz y mucho más caliente que el sótano.
Espero que les guste.
1
Fiero quiere decir que está dando muchas vueltas al asunto. EL do-si-so es un baile que en ir
dando vueltas mientras formas un cuadrado con tu pareja. Video explicativo:
https://www.youtube.com/watch?v=1xXePOakJGs
tantos problemas.
Echo sintió que su corazón se hinchaba de orgullo y amor por que sus
compañeros habían hecho todo lo posible para garantizar la seguridad de los vampiros
por el sol.
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puerta del sótano—. Podría ser un poco agobiante mañana, pero vamos a mover las
cajas y otras cosas del sótano después de despertar.
—En su mayoría.
Echo gimió cuando el agua caliente cayó en cascada sobre su cabeza y por su
cuerpo. Cuatro de la ducha y seis jets alineados de a tres a los lados de la enorme
ducha, y a Echo le encantaba cada centímetro de ella. No solía usar el baño privado de
Hex, aunque sabía que era bienvenido. Se imaginó que la responsabilidad de ser el
líder debía venir con ciertas ventajas, y no tener que compartir el baño con el resto de
la casa parecía una de ellas.
Dedos fuertes masajearon el cuero cabelludo de Echo cuando Vapre lavo y
enjuago el cabello para él. Echo se apoyó contra el pecho de su amante y suspiró. Él no
podía negar que le encantaba ser mimado.
Las manos de Hex flotaban sobre su piel, lavando los alimentos, la suciedad y
el asco en general de su cuerpo. Dioses, había necesitado esto. Sólo deseaba que la
ducha fuera lo suficientemente grande para dar cabida a los ocho. La preocupación se
lo había comido cuando sus amantes no habían regresado a sus hogares en la fecha
prevista, y de pronto se sintió agotado, mucho más viejo que sus veintitrés años.
Onyx se movió alrededor de Hex, cayendo de rodillas al lado de Echo, con las
manos viniendo a descansar sobre sus caderas mientras comenzaba a besar y lamer el
saco de Echo.
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Las manos de Hex bajaban, casi rozando los abdominales inferiores de Echo y
dejando una estela de fuego a su paso. Entonces una mano con jabón se envolvió
alrededor de la polla hinchada de Echo, acariciándolo en largos movimientos suaves.
Hex continuó su asalto a la boca de Echo, sus manos acariciando los brazos de
Echo y los hombros, hasta que acunó el rostro de Echo en sus manos como un tesoro
precioso.
—Te extrañé. —Jadeó contra sus labios cuando finalmente llegaron a tomar
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aire—. Te necesito, bebé
Echo daría a sus hombres todo lo que quisieran. Ni siquiera tenían que pedirlo.
—Toma lo que necesitas. —Regresó sin aliento cuando sus dedos enrollaron sin
una palabra, el cabello oscuro de Onyx. El demonio tomó a Echo de la parte posterior
de la garganta e ingirió, tirando un grito irregular de los labios entreabiertos de Echo.
Balanceó sus caderas, follandose a sí mismo entre los dedos de Vapre y la acogedora
boca de Onyx—. Por favor. —Rogó.
Los dedos de Vapre se aliviaron de su agujero, y Echo sintió más que vio, al
guerrero ir a su alrededor para sentarse en el asiento largo construido en la pared de la
ducha. Onyx saco a Echo de entre sus labios, y este lloriqueó ante la pérdida. Entonces
Hex lo levantó con facilidad y lo trasladó a la falda de Vapre, sosteniéndolo firme
cuando Vapre alineó la cabeza bulbosa de su polla con la entrada palpitante de Echo.
Trabajaron juntos, lentamente bajando a Echo sobre el eje erecto, hasta que su
culo se apoyó en los muslos de Vapre y su espalda apoyada contra el cálido pecho de
su amante.
—Abre los ojos. —Vapre susurró contra el cuello de Echo—. Míranos. —Sus
manos comenzaron su itinerario por el pecho de Echo y abajo por su vientre plano—.
Eres tan hermoso, bebé, y encajas perfectamente con nosotros.
Echo mantuvo los ojos abiertos, pero dejó caer la cabeza sobre el hombro de
Vapre cuando el hombre comenzó una lenta rutina, trabajando su polla palpitante más
adentro en el culo de Echo.
Hex se arrodilló detrás de Onyx, pasó un brazo alrededor del pecho del
guerrero, y lo empujó hacia él lentamente. Onyx gimió alrededor de la polla de Echo,
enviando vibraciones débiles a toda velocidad por su eje. Hex le dio al hombre un
momento para ajustarse a su tamaño, y luego comenzó un ritmo más rápido,
empujándose en el cuerpo de Onyx con golpes duros y rápidos.
Vapre movió sus caderas, empujando hacia arriba en el cuerpo de Echo, junto
con el ritmo de Hex, y Echo ya no se sentía cansado. Un hormigueo corrió a lo largo
de su espina dorsal, un zigzagueo de electricidad por su espalda que se perseguían unos
a otros en un bucle hasta nunca acabar.
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Echo sabía esto, por supuesto, pero no estaba seguro de cómo iba a lograr lo
que querían con la polla de Vapre llenando su boca. Decidiendo que se preocuparía
por ello más tarde, se puso a trabajar, moviendo la cabeza y chupando.
Antes de que pudiera parpadear, todo el mundo se movía de nuevo. Onyx salió
del agujero de Echo, Vapre salió de su boca y se puso de pie, y Echo se encontró
levantado en el aire y con la espalda apretada contra la pared de la ducha. Hex lo anclo
allí, atrapado entre las baldosas y la masiva polla de su compañero cuando entro en
Echo en una rápida estocada.
Echo gritó, con la cabeza azotándose de lado a lado cuando Hex comenzó de
inmediato un rápido movimiento de pistón que lo dejó luchando por respirar. El
guerrero hundió el rostro en el cuello de Echo, chocando contra él con fuerza
suficiente para sacudir sus dientes, y Echo no podía conseguir suficiente.
Hex se obligó, aumentando su ritmo hasta que Echo estaba seguro de que el
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hombre lo joderia através de la pared. Sobre el hombro de Hex, Echo observaba a
Onyx curvado sobre Vapre en el banco de ducha trabajando su polla en el culo
hambriento de este. Todo el cuerpo de Echo se apretó ante la visión erótica, sus bolas
subieron contra su cuerpo y la parte inferior de su vientre tuvo calambres cuando su
orgasmo corrió hacia él de nuevo.
Extrayendo los caninos con suavidad, Hex dio una zambullida final, se quedó
inmóvil, y siguió a Echo sobre el borde, rugiendo su nombre cuando lava fundida baño
las paredes internas de Echo hasta el punto del desbordamiento. Tan perdido en su
placer, Echo sólo oyó vagamente los gemidos finales de Vapre y Onyx, pero se alegró
cuando penetraron en la niebla que rodeaba su cerebro.
Flácido y sin fuerzas en los brazos de Hex, la cabeza de Echo cayo, y el corazón
le latió un poco rápido contra su esternón mientras luchaba por llevar aire a sus
pulmones adoloridos.
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antes de retroceder su medio duro pene de la apertura de Echo y bajándolo a sus pies.
Echo estaba dormido antes de que Vapre incluso lo pusiera sobre el colchón.
Capítulo Seis
—Syx tiene razón, ¿no? —Vapre pasó las manos por la espesa hierba cuando
entrecerró los ojos contra el sol, mirando hacia arriba al Oráculo donde ella estaba a su
lado—. Las pruebas no vienen en orden.
—¿Por qué estoy aquí? —le preguntó sin rodeos—. Tiene que haber una razón.
—Para entender.
—¿Entender qué?
Vapre suspiró y se puso de pie. Él sólo había tenido encuentros con el Oráculo
en un puñado de ocasiones, todas en forma de sueño como este, y cada vez que salía
su mente estaba agotada. Si lo que tenía que decirles era tan condenadamente
importante, ¿por qué no podía simplemente escupirlo? Sus amantes podrían haberlo
considerado el cerebro, mano derecha junto con Syx, pero no era bueno con los
acertijos.
¿Y por qué se sentía protector de esta mujer? Ella, obviamente, tenía más poder
que él y sus amantes combinados. Era mítica, etérea, omnisciente a la enésima
potencia, sin embargo, sentía la necesidad de protegerla, defenderla con su vida si era
necesario.
Esto fue casi balbuceando para el Oráculo. Aún así, Vapre no entendió una
palabra. Abrió la boca para pedirle que se explayara, pero cuando la miró, no encontró
más que un espacio vacío. Bueno, eso era jodidamente genial.
—Relájate y trata de pasar un buen rato. Nuestros problemas aún estarán aquí
cuando volvamos. —Hex dijo mientras arrancaba el motor y la unidad se movía.
—¿Para qué diablos necesito un teléfono? —Echo rodo los ojos y cruzó los
brazos sobre el pecho mientras miraba por la ventana, viendo los árboles pasar.
Echo sabía que Vapre se refería a su fastidio constante durante el último par de
días en que él había insistido en llamar a sus compañeros casi cada hora. Aún así, no le
gustaba que hablara de estar separados.
—¿Por qué deberíamos estar separados? —les preguntó con cautela, sin
atreverse a mirar a ninguno de los hombres en el vehículo.
—No lo haremos —dijo con firmeza Hex—. Pero nunca está de más estar
preparado.
—Saben una cosa —acusó— si Hex no va a decirme nada, entonces les sugiero
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que empiecen a hablar.
—Lo creas o no, me di cuenta de gran parte de ello por mi cuenta —Echo
gruñó y se quejó en voz baja durante un minuto hasta que se sintió lo suficientemente
calmado como para hablar sin necesidad de iniciar una pelea—. Por favor, dime. —
No, eso era perfectamente educado y nada polémico.
—Perdimos a Mac.
—¿Qué quieres decir con que lo perdiste? ¿No volvió a casa contigo? —Había
visto a su amigo cuando todo el mundo había vuelto. ¿Cierto? ¡Maldita sea! Había
estado tan feliz, tan aliviado, que sus hombres estaban en casa que no había prestado
mucha atención a nada más a su alrededor—. ¿Dónde está? —Odiaba el temblor en su
voz, el temblor de su labio, y la incertidumbre que devoraba su fachada tranquila.
—Relájate —dijo en tono tranquilizador Syx, revolviéndose en su asiento para
mirar a Echo—. Mac está en casa y perfectamente seguro.
—No quiero decir que lo perdimos físicamente —Hex cubrió—. Quiero decir...
bueno, no sé qué demonios pasó. Estuvo catatónico durante unos buenos dos días
después nos encontramos a los cambiaformas. No cerró los ojos, no hablaba, estuvo
rígido como un cadáver todo el tiempo. Pensé que Gage y Sony iban a perder sus
malditas mentes. Nunca he visto a nadie tan asustado.
—Pero, ¿por qué no lo trajeron a casa de esa manera? —las cejas de Echo se
juntaron en confusión.
—Así que, cuando dijiste que Gage y Sony y Mac estaban en su habitación
anoche...
—Yo podría haber corrido un poco la verdad —Hex encogió sus enormes
hombros—. No quería sacar su negocio a la luz pública.
Echo podía respetar eso, pero todavía no apreciaba que le mintieran sobre algo
tan importante.
—Creo que sólo tenemos que dar tiempo a Mac. —Respondió Vapre con el
mismo tono de voz—. Él va a hablar con sus compañeros cuando esté listo.
Asintiendo con la cabeza lentamente, Echo volvió sus ojos en Syx y abrió la
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boca para hacer su siguiente pregunta. Vio que el demonio se alarmo antes incluso de
que hubiera dicho las palabras y de repente se lo pensó mejor. No es que fuera a dejar
que Syx se escapara tan fácilmente, pero esperaría hasta que se quedaran solos. El
hombre estaba ocultando algo, no sólo a Echo, a todos los demás en la casa también.
Fuera lo que fuese, su compañero no tenía que asumir la carga solo.
Al parecer, ese hubiera sido el mal que no había que preguntar. Syx y Vapre se
giraron para mirarlo como si le hubiera crecido una segunda cabeza, y Hex se sacudió
en su asiento, casi enviándolos a toda velocidad a la zanja del drenaje a lo largo de la
carretera.
—¿Es eso lo que realmente quieres? —Los dedos de Vapre peinaron el largo
cabello de Echo, levantándolo suavemente mientras lo quitaba de la frente del joven.
Sus ojos se veían un poco triste, pero Echo no podía entender por qué. Era sólo pelo.
Tirando de su melena rubia por encima del hombro, Echo acarició las sedosas
hebras, enderezándose en toda su longitud para que colgara justo por encima de la
cadera.
Syx dio un profundo suspiro, dándole aún la espalda, y sacudió la cabeza con
tristeza. Echo no sabía lo que eso significaba, pero tenía una leve idea, y sólo sirvió
para cimentar su decisión.
—¿Qué mierda? —Fiero gritó cuando entraron por la puerta principal varias
horas más tarde. Estaba sentado en el sofá, remoto en la mano, hojeando los canales al
azar—. ¿Qué mierda? —Él repitió, pero con menos calor, ya que se puso en pie y se
dirigió hacia ellos.
Vapre no sabía si reír o asentir con simpatía ante la mirada estupefacta en el
rostro de Fiero. Estaba bastante seguro de que había usado una expresión similar
cuando Echo había primero entrado y luego salido del salón en el centro comercial.
Aunque su reacción no había sido tan vocal, se había estado haciendo la misma
pregunta durante toda la tarde.
Fiero agarró Echo por los hombros, tirando de él más adentro en la habitación,
y le dio la vuelta bruscamente. Luego se quedó mirando, con la boca abierta y los ojos
como platos.
—¿No te gusta? —El tono de Echo dejó claro a Fiero que mejor le gustara.
Todos ellos habían recibido miradas punzantes similares, como la que él estaba dando
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a Fiero por encima del hombro.
Fiero pareció darse cuenta con bastante rapidez y se aclaró la garganta mientras
se dio un paso atrás.
Eso fue un eufemismo al extremo. Había cortado los rizos rubios hasta la
cintura que Vapre había amado acariciar con los dedos cuando Echo se acurrucaba a
su lado en la noche. No había dejado que ninguno de ellos le acompañara al salón,
diciendo que quería que fuera una sorpresa. Bueno, definitivamente fue impactante.
No sólo era el pelo mucho más corto, el largo era solo el suficiente para que le
cepillara los omóplatos, pero había ido un paso más allá, se había teñido el rubio
dorado a un color marrón castaño oscuro. Parecía suave y brillante, meciéndose
suavemente mientras movía su cabeza, pero simplemente no era el mismo.
—Bueno, me gusta. —Les dijo Echo cuando se dio la vuelta y cerró los puños
en las caderas—. Va a ser mucho más fácil de cuidar, y no me pareceré a una chica de
quince años de edad, nunca más. —El diablillo les sacó la lengua—. Es mi pelo, y voy
a hacer lo que quiera con él.
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cintura y besó la parte superior de la cabeza.
—Nope. Me encanta.
—En sus habitaciones —Myst respondió desde el sofá donde se había dejado
caer sobre los cojines—. Los pequeños chupasangres se encuentran todavía en el ático,
Gage y Sony no se alejan del lado Mac, y nuestros nuevos residentes están durmiendo
como un tronco.
—¿Qué estás haciendo? —la pregunta de Echo salió un poco sin aliento, con los
ojos cerrados a la deriva mientras se recostaba contra el ancho pecho de Fiero.
Vapre continuó trabajando los botones con una sola mano mientras la otra
bajaba, amasando y masajeando el montículo que crecía detrás de la cremallera de
Echo.
73
—Se siente como que estás tratando de seducirme aquí mismo en la entrada.
Myst se dejó caer de rodillas al lado de Fiero, agarrando la polla mojada con
líquido preseminal de Echo y levantándolo en el aire para que pudiera envolver la
cabeza llena de sangre con sus labios carnosos. Echo gritó, meciendo sus caderas y 75
moviendo los dedos con más fuerza. Myst lamió y lamió, burlándose de la ranura con
la lengua, antes de sumergirse hasta encerrar a Echo hasta la raíz en el calor húmedo
de su boca.
Tan perdido en el placer estaba Echo que no se dio cuenta de inmediato de que
su culo se sentía repentinamente mucho más completo. Echando un vistazo sobre la
cabeza de Myst, se encontró con los ojos de Fiero, y el ardor de necesidad en esas
profundidades ámbar casi lo hizo volar en ese mismo momento.
Los dedos de Fiero trabajaban junto con los de Echo, dos dígitos más de
espesor aserrando y saliendo de su culo. Entonces Vapre se arrodillo al otro lado de
Fiero, sus ojos hambrientos, y su pecho agitado mientras insertaba lentamente su dedo
hasta que Echo tuvo siete bombeando dentro de su agujero hambriento.
Hex se sentó en el sofá, cerró los puños en el cabello de Echo, y tiró hacia
adelante para reclamar su boca en un beso estremecedor. Con dificultad para respirar,
Echo se olvidó de sus preocupaciones y metió su lengua en la boca de su alfa.
Una mano le agarró la barbilla, tirando de su cara lejos de Hex, y luego Syx le
devoro, entrelazando sus lenguas mientras gruñía en la boca abierta de Echo. Myst
levantó la cabeza, dejando que la polla de Echo se deslizara de su boca, y envolvió sus
dedos alrededor de la muñeca de Echo, aliviando los dedos de su apertura apretada.
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demonio. Bajándolo lentamente, Syx empalo su polla gruesa en Echo entonces lo
agarró de las caderas, instándole a moverse.
Echo dejó caer la cabeza hacia atrás al hombro de Syx, apoyando sus pies en
los cojines, y comenzó un ritmo constante, subiendo y bajando, tomando la
impresionante longitud de Syx un poco más cada vez. Su propia polla dolorida rebotó
entre sus muslos abiertos, dándole una palmada en el bajo vientre y manchando sus
abdominales de transparentes y pegajosas gotas de preeyaculación.
Vapre se movió entre sus piernas, en cuclillas sobre él cuando se inclinó y lamió
los labios jadeantes de Echo. Echo calmó sus movimientos, apoyando su culo contra la
parte superior de los muslos de Syx, y envolvió sus brazos alrededor del cuello de
Vapre. Atacó la boca de su compañero con un entusiasmo nacido del hambre y la
necesidad, empujando su lengua dentro y sin dejar espacio inexplorado.
Syx avanzó hasta su culo que colgaba fuera del final del sillón, y Echo se tiro
contra el pecho de su amante. Una presión contundente en su agujero, y los ojos de
Echo se abrieron de golpe al darse cuenta de la intención de Vapre. Tiró del beso, con
la intención de abrir la boca para protestar, pero ya era demasiado tarde.
—Respira, bebé —Vapre susurró contra los labios de Echo—. Dioses, se siente
tan increíble. —Continuó moviéndose lentamente, meciendo sus caderas suavemente
hasta que se sentó en el interior del canal de Echo. Su polla se hinchó y latió, y Echo
podía sentir cada centímetro, cada vena, cada pulso de las pollas de sus amantes
cuando sus paredes interiores se tensaron para acomodarlos.
—Muévete. —Jadeó.
Vapre gimió, largo y bajo, y Echo se asomó por encima del hombro del
guerrero, sonriendo seductoramente hacia Hex cuando su alfa se quedó mirando,
respirando con dificultad mientras Fiero convergía sobre su polla y le hacia una
mamada de raíz. Muy despacio, con movimientos muy pequeños, las caderas de Vapre
comenzaron a empujar su polla hacia fuera y dentro del túnel de Echo, mientras su
polla se deslizaba a lo largo de la longitud del pulso de Syx.
Syx gimió, apretando sus brazos alrededor del pecho de Echo mientras mecía
sus caderas con Vapre. Alternándose se movían en su interior. Echo gimió y lloriqueó,
la presión en su culo impartía pequeños relámpagos de placer a través de su cuerpo.
Myst gruñó por encima de él, sus dedos deslizándose en el cabello de Echo, y
sus caderas bruscamente hacia adelante, conduciéndose en la boca acogedora del
joven. Relajando los músculos de la garganta, Echo permitió que su compañero
marcara el ritmo, ofreciéndose a sí mismo al placer de Myst. No es que no estaba
disfrutando como loco él también.
Sus piernas eran bombeadas por Syx, su cuerpo se extendía ampliamente, sin
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sentido, sumiso y rendido. La electricidad se aceleró por su columna vertebral, el sudor
caía a gotas a través de su piel, y su polla se sacudía con cada latido de su tronado
corazón, palpitando dentro de la mano de Vapre cuando su compañero la acarició
rápidamente.
Hex estaba junto Fiero, su mano se movió lentamente sobre su propia polla
dura mientras miraba hacia a Echo con lujuria y deseo. Ver la evidencia de lo mucho
que sus hombres lo querían era una sensación embriagadora, y Echo lo disfrutaba
mientras trabajaba sus labios arriba y abajo por la polla resbaladiza de Fiero.
Fiero y Myst se movieron en tándem, dentro y fuera, hasta que Echo sintió su
orgasmo rodando hacia él. Su cuerpo se estremecía, el culo le dolía, sus bolas
rebotaron, y su polla palpitaba. Myst se aferró a sus caderas en un ritmo que le dejaría
moretones, tirando de él hacia su polla con cada presión hacia adelante de las caderas.
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polla de Hex, lamiendo la raja y arremolinando la lengua alrededor de la corona antes
de chupar más del eje sedoso en la boca. Cerrando los ojos y chupando Echo gruñó
mientras su liberación lo atravesaba, corriendo por su polla y derramándose desde la
punta en largos chorros de semilla pegajosa.
Los dedos de Hex agarraron el cabello de Echo, señalando con la cabeza hacia
atrás y tirando más o menos su polla, flexionando la boca de Echo. Se acarició el eje
con un movimiento furioso, su otra mano todavía enredada en el pelo de Echo. Su
cabeza cayó hacia atrás sobre sus hombros, los tendones sobresaliendo en el cuello por
el esfuerzo, hasta que gritó al techo. Fiero estaba presionado contra el lado de Hex,
trabajando su polla dentro de su puño y mirando directamente a los ojos de Echo.
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—Parece que nos perdimos la diversión —dijo Eyce alrededor de una risa
mientras seguía a Onyx en la sala de estar.
Vapre sólo sonrió estúpidamente y se dejó caer en el sofá, con las piernas
extendidas, su pene flácido y saciado contra su muslo. Él había tenido dos de los
orgasmos más impresionantes de su vida y la capacidad para formar frases coherentes
tenía que regresar a él. Su camiseta lo golpeó en la cara, y Hex se rió cuando él
comenzó a tirar de su propia ropa. Con un gran esfuerzo, Vapre se levantó, encontró
su ropa y se vistió a un ritmo pausado.
—Puedo ver que tienes algo que decir —Echo dijo, con la voz un poco aturdida
todavía. A Vapre le gusto mucho eso—. Antes, ¿me puedo dar una ducha? Estoy
cubierto de esperma, y está empezando a picar. —Cogió semen seco de la mejilla, pero
sonrió todo el tiempo.
Eyce no respondió, por lo que Vapre miró para ver qué había distraído al
demonio. Los ojos de Eyce estaban fijos en una pequeña botella blanca con una
etiqueta negra y llamas con escritura roja.
Sonriendo como el gato que se comió al canario, Echo parecía muy satisfecho
de sí mismo. Señaló a Syx y luego a Vapre.
Balanceando su mirada hacia Vapre, Eyce lo miró atónito más allá del habla.
Luego sacudió la cabeza con asombro y puso sus manos en las caderas.
—Estoy jodidamente celoso. —La sonrisa en sus labios, dijo que estaba celoso
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de que se había perdido el espectáculo, no que él no había sido invitado a participar—.
Estoy así para entrar en eso la próxima vez.
Vapre reprimió una risita cuando Eyce parecía en peligro de enredarse con la
lengua.
—Oh, sí. Hay semen fugándose de mi culo y mi agujero es todo bien estirado.
—Él hizo un mohín en sus labios hinchados hacia Eyce y bateó sus pestañas—. No he
llegado a jugar contigo desde que llegaste a casa, y estoy todo lubricado y listo.
Una sonrisa diabólica acabo sobre los labios de Eyce, y él comenzó realmente a
llegar a su cremallera antes de detenerse de pronto y mover la cabeza. Agachándose
desde la cintura, besó la parte superior de la cabeza de Echo y suspiró.
—Aguafiestas. —Luego miró por encima del hombro e hizo muecas de besos a
todos ellos antes de que él volanteara por las escaleras.
—No estoy discutiendo eso. —Eyce todavía sonaba tenso, y él se agachó para
reajustar el bulto considerable en sus pantalones vaqueros—. Odio decir que no.
—No estás ayudando. —Vapre bebió con los ojos la piel suave de Myst, su
polla sacudiéndose un poco más, ya que hizo un valiente esfuerzo por hincharse dentro
de su confinamiento. Al parecer, Echo no era el único que mantenía su motor en
marcha.
Las palabras del Oráculo volvieron a él, repitiéndose una y otra vez en su 84
cerebro en un bucle constante. ¿Se atrevería a decir lo que había en su corazón, poner
todas las cartas sobre la mesa y arriesgarse al rechazo?
—¿Qué está diciendo? —Hex era el único de pie, haciendo su ritmo normal,
tirando de los extremos de su pelo de ébano. Parecía absorto en sus pensamientos, y a
juzgar por su movimiento poco natural, esos pensamientos no eran agradables.
—Gage dice que no está listo para hablar con el resto de nosotros, pero quería
advertirnos de no volver a ese lugar donde encontramos a los cambiaformas. —Eyce
parecía muy preocupado mientras hablaba, y Echo deseaba que sus brazos fueran lo
suficientemente largos para tirar de todos en un gran abrazo. La única desventaja que
tenía siete compañeros increíbles era tener que evaluar sus niveles de angustia y elegir
quién necesitaba más consuelo.
—Yo no veo por qué lo haría, ¿pero Mac da una razón por la que no
deberíamos? —Onyx se tendió en el otro sillón, con la mano a la deriva y por la
espalda de Myst cuando el guerrero se sentó en el brazo del sillón.
—Él dice que es el mal. Al principio pensó que eran los cambiaformas, pero
ahora cree que era el lugar en sí. Mac dice que un mal que todo lo consume se esconde
allí. Tuvimos la suerte de escapar de su atención esta vez, pero las segundas
oportunidades no se dan a menudo. Estoy parafraseando, por supuesto.
Echo sintió a Vapre tenso detrás de él, con los brazos apretando alrededor de
Echo como bandas de hierro. El aire salió corriendo de sus pulmones en un pequeño
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chillido cuando sintió sus costillas empezar a protestar por el aplastante abrazo. Vapre
aflojó su agarre de inmediato, frotando el pecho de Echo para consolarlo.
En ese instante, Echo sabía que todo lo que plagaba a su compañero, no podía
esperar más. Algo estaba mal, muy mal.
—Estoy bien. —Le aseguró a su hombre, pero sus ojos se dirigieron a Syx.
Syx asintió, sólo una pequeña caída, casi imperceptible de la cabeza. Echo
asintió a su vez, dando al guerrero una significativa mirada que lo decía todo. Syx
había visto en la cabeza de Vapre, y Echo planeaba coaccionar el conocimiento de él.
Entonces recordó que Vapre no era el único en guardar secretos, y observó a Syx
retorcerse bajo su mirada estrecha.
Si tan sólo dejaran de tener tanto miedo y dijeran las palabras, Echo pensó para
sí mismo. Todo este asunto de no comprometerse estaba realmente empezando a
irritar sus nervios.
—No en un cien por ciento, no —Eyce se inclinó hacia delante, con los codos
apoyados en las rodillas, y movió la cabeza en señal de frustración obvia—. No sé qué
hacer. —Esta era una gran admisión para el demonio, y Echo sabía que le hacía doler
el orgullo.
—Bueno, yo no quiero hacer esto, pero creo que tenemos que sacar algunas
cosas de afuera. Varios están ocultando algo del resto de nosotros, y por mi parte
quiero saber qué coño es. Estamos en esta familia unida y una familia no se cierra el
uno al otro. —Echo sintió Vapre quedarse muy quieto debajo de él y se agachó para
exprimir la rodilla del guerrero con tranquilidad.
—¿De qué estás hablando? —La cabeza de Eyce apareció y miró a cada uno de
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sus amantes, a su vez—. ¿Alguien tiene algo que decir?
—¿Tienes algo que preguntarme? —Tal vez esto sería conseguir el balanceo de
la bola, por así decirlo, y por fin pudiera despejar el aire.
—Entiendo tu punto. Sí, creo que tenemos que hablar con Gage cuando Mac se
sienta mejor.
—Los otros dos están muy bien, pero me da una mala vibra de Sage —Onyx
frunció el ceño hacia su regazo—. Creo que tenemos que observarlo.
—De acuerdo —dijo Eyce para sorpresa de Echo. Él no veía que fueran a ser
exactamente ser amigos del alma con el cambiaforma, pero no tenía mala sensación
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tampoco.
—¿Por qué quieres que me vaya? —Las palabras escaparon de su boca antes de
que pudiera volverlas, y como era de esperar, varios jadeos y gruñidos dieron la vuelta
al grupo. Todos se volvieron al unísono para mirar a Syx, y Echo quería golpearse en
la cabeza.
—¿Qué? —Hex gruñó—. Si tienes algo que decir, es mejor empezar a hablar.
—Eso salió mal. —Echo se apresuró a intervenir antes de que las cosas
pudieran agriarse aún más—. Syx sabe algo, o al menos lo sospecha, algo que lo ha
asustado por mi seguridad. No lo linchen por el momento.
Sus compañeros parecieron calmarse un poco, y Eyce en realidad se acercó y
tomó la mano de Syx, dándole un ligero apretón.
—Syx piensa que las pruebas no vendrán con el fin de la profecía —Echo dijo
cuando Syx siguió mirando fijamente al frente.
—He estado preocupado por lo mismo —Hex respondió mientras sus largas
piernas continuaron comiendo el piso alfombrado—. Eso sólo parece demasiado fácil
si siempre sabemos lo que viene.
—Diablos, no tenemos ni una maldita idea sobre lo que viene —Fiero habló
por primera vez desde que su encuentro había comenzado—. Pero creo que entiendo 89
lo que estás diciendo. Si sabemos que tarea es la próxima, entonces estamos al menos
algo preparados.
Ellos estaban tomando todo esto mucho mejor de lo que Echo había imaginado
primero. Por lo menos estaban hablando, tratando de trabajar sobre qué hacer a
continuación. Era más de lo que habían hecho en más de una semana. Tres semanas
no era un tiempo terriblemente largo, y tenían que elaborar un plan, no discutir o
ignorar el problema.
—Aparte de lo obvio —comenzó Myst— ¿por qué piensas que Echo está en
peligro?
—Si estamos de acuerdo en que es poco probable que las pruebas entren en
orden, entonces también estamos de acuerdo en que tenemos que estar preparados
para cualquier cosa.
—Dinos —susurró.
90
Echo.
—Yo. —Hex dejó de pasearse y se movió para hacer frente a Echo—. Estoy de
acuerdo con Fiero, sin embargo. No creo que la profecía se refiera a uno de los
nuestros.
Los siete de sus compañeros volvieron la mirada hacia él, y Echo de repente
sintió que se ahogaba.
—Por lo tanto, hay una buena probabilidad de que tú seas hijo único —Eyce
continuó hablando como si estuviera consolando a un niño pequeño.
—Así que... eso significa... oh, mierda —Echo volvió la cabeza para mirar a
Syx—. ¿Por qué no me lo dijiste?
—¿Por qué habría de hacerlo? —Syx se quebró—. ¿Así puedes sentarte aquí,
esperando y preocupándote por algo sobre lo que nosotros no tenemos control? Esto
no es como los otros. ¡No tengo idea de cómo luchar contra esto!
—Maldita sea, eres terco —Eyce rió entre dientes, pero no se mantuvo con
mucho humor.
—Bueno, ¿qué quieres de mí? ¿Quieres que acabe de rodar y muera? ¡No lo
haré! —El pecho de Echo exhaló, las palabras fluyendo con rapidez y vehemencia—.
Te estás perdiendo algo, así que te sugiero que sigas buscando. ¡Por fin tengo todo lo 92
que siempre he querido, y estoy absolutamente seguro de que no voy a renunciar a ello
debido a que algún jodido con un complejo de superioridad piensa que es su dueño!
—Hay una manera de saber lo que viene —dijo Vapre tan tranquilamente,
Echo casi no lo oyó sobre los latidos de su propio corazón—. El Oráculo ha visitado a
cada uno de nosotros en nuestros sueños antes de la prueba.
Echo no faltó que Vapre había dicho nosotros, añadió una cosa más a la lista de
mierdas de las que sus hombres lo estaban apartando.
—¿Qué dijo?
—¿Qué. Dijo. Ella? Dime. —Echo mordió cada palabra con los dientes
apretados.
—Que yo tenía que tomar lo que se me ofrecia libremente y que no habría una
segunda oportunidad.
Nadie sabía qué decir, si el silencio ensordecedor era alguna indicación. Echo
había terminado con esta mierda deprimente de todos modos.
—Está bien, así que supongo que eso significa que eres el siguiente —dijo a
Vapre—. Mañana, comenzamos a trabajar en la construcción de tu fuerza y
resistencia. Tienes un poco de la semana pasada, pero vas a tener que hacerlo mejor.
Vamos a tratar de redoblar y prevenir el rebote, al igual que hice con Fiero —Echo
encuestó a sus hombres por un momento—. No estaría mal tratar de combinar algunos 93
de sus poderes también.
—¿Ah, sí? ¿Y que sería más importante que Vapre esté listo para su prueba?
—Ya basta —Vapre refunfuñó—. Tenemos una sorpresa para ti, y estás
arruinandola. Me comprometo a trabajar el doble al día siguiente. ¿Sí?
Cambiando un poco, Echo tuvo que admitir que su culo dolía. Era un dolor
agradable, sin embargo. Del tipo que hace palpitar todos los lugares correctos,
diciéndole que había sido amado por completo. Aún así, él no sabía si podría soportar
otra ronda de amor por el momento.
—Bien —resopló.
Syx se mordió los labios y cerró los ojos mientras trataba desesperadamente de
no reír desde el asiento trasero. Esto no era exactamente la sorpresa, pero estaba a la
altura. Tuvo que admitir que no iba según lo planeado, sin embargo. La impaciencia y
la frustración de Echo eran divertidísimas para presenciar, pero Syx calculaba que esto
no le ganaría ningún punto brownie decirlo en voz alta.
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Y realmente necesitaba esos puntos brownie por lo que habían planeado más
tarde.
—¡No puedo hacer esto! —Echo sonaba a punto de llorar, y fue lo que se
necesito para desinflar la diversión de Syx.
—Soy muy malo en esto —respondió Echo abatido—. No se supone que sea
tan difícil.
Syx suspiró y miró por la ventana. Estaban estacionados a un lado de un
camino largo y sinuoso y ni siquiera habían llegado a la carretera principal del
condado todavía.
—Entonces, ¿por qué eres tan duro contigo mismo? Se necesita práctica, al
igual que con cualquier otra cosa. ¿La primera vez que comenzaste a utilizar tus
poderes, podrías controlarlo tan fácilmente como ahora?
—Bueno... —Echo lo pensó. Syx podía oír sus pensamientos con tanta claridad
como si estuviera hablando en voz alta—. No —respondió lentamente.
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—¿Qué hay de la lectura, la escritura o amarrarse los cordones de los zapatos?
Fueron aquellos fáciles cuando lo hiciste por primera vez?
—Ahora le damos un poco de gas —Eyce instruyo—. Recuerda, sólo tiene que
pulsar el pedal, no triturar o pisarlo.
—Yo puedo hacer esto. No soy un niño, y los adultos saben conducir coches. Puede ser
que necesite conducir algún día en caso de emergencia, por lo que necesito saber cómo hacer esto.
Sólo quiero que estén orgullosos de mí. —Echo estaba transmitiéndolo con claridad en ese
momento.
Syx mantuvo la boca cerrada, pero sintió que su pecho se hinchaba por la
determinación de su compañero. Echo no era de lloriquear o quejarse, por lo que
todavía no entendía por la duda en sí mismo que había tenido un minuto antes. Este
era mucho más el Echo que conocían.
—No puedes hacer esto. ¿Por qué es estarían orgullosos de ti? ¿Qué les puede dar? Eres
un estúpido y débil. Ni siquiera puedes conducir un coche.
Syx se tensó, su cuerpo rígido cuando las palabras se filtraron en su mente. Los
pensamientos venían de Echo, pero no era lo que pensaba. La voz era más profunda,
más fría, dura e implacable.
—¡No soy estúpido! —Está bien, ese había sido Echo. ¿Qué diablos estaba
pasando aquí?
97
Syx se sentó un poco más erguido, inclinándose un poco hacia delante,
concentrándose intensamente en la batalla que comenzaba en la cabeza de Echo.
—Tú sabes que digo la verdad. Esto es demasiado duro. Tu nunca aprenderás. Tal vez
sería mejor renunciar a parecer un tonto delante de tus amantes. Apenas te pueden tolerar, ya
como eres.
—¡Cállate! —Echo gritó dentro de su cabeza tan fuerte que Syx se estremeció.
—Van a dejarte —continuó la voz—: van a cansarse de ver que buscas a tientas tu
camino por la vida.
Echo hizo lo que le pidió, entonces se movió para poder mirar alrededor del
reposacabezas.
—¿Qué está pasando, Syx? ¿He hecho algo mal? Pensé que por fin lo 98
consegui…
—Lo estabas haciendo muy bien, Echo, pero tenemos que ir a casa. Déjale la
unidad a Eyce.
—Te lo explicaré cuando lleguemos allí —Syx sólo quería decir esto una vez,
así que esperaría hasta que todos estuvieran reunidos—. Sólo date prisa.
—¿Qué pasó? —Eyce tiró de la puerta del coche y salió corriendo por la parte
delantera de la camioneta. Echo se desabrochó el cinturón y se deslizó hacia el asiento
del pasajero—. Dime —Eyce gruñó mientras se sentó al volante, atascado en reversa, y
aceleró hacia atrás, hacia la casa.
Syx dio una rápida sacudida de su cabeza, y Vapre entendió que cualquiera que
sea la razón, no era una buena.
99
—Que todo el mundo, y me refiero a todo el mundo se reúna.
Vapre vaciló sólo un instante. Cuanto más rápido se reuniera a los residentes de
la casa, más rápido averiguaría qué demonios estaba pasando. Syx parecía bastante
decidido a mantener sus labios apretados hasta que todo el mundo se reuniera, y no
sería inútil discutir el tema.
—Hex, Myst, y Fiero están en la cocina —dijo por encima del hombro mientras
se precipitaba por las escaleras y corrió por el pasillo, golpeando su puño contra la
puerta mientras lo hacía—. Todo el mundo arriba y abajo. ¡Muevan el culo!
—Mac aún no está listo para hablar con nadie. —Al menos él hizo un intento
de ser civil, aunque no lo consiguió plenamente.
Vapre negó con la cabeza.
—Lo siento por eso, pero él va a tener que poner sus bragas grandes de chica y
tratar con ello. Nadie está pidiéndole que hable, sólo que escuche. Syx dijo que todos
tienen que reunirse en la sala de estar, y él parecía casi enfermo cuando lo dijo.
—¿Qué pasó? —Ah, ahora que había conseguido la atención del hombre.
—No lo sé, y Syx no voy a decirlo hasta que cada uno este abajo. No quiero
hacerte daño, Gage, pero estoy pensando en que tiene que ver con Echo, así que
quiero saber qué diablos está pasando, y yo quiero saberlo hace cinco minutos. —
Vapre aún podía ver la mirada en la cara de Syx cuando había entrado por la puerta.
No sabía lo que podría haber ocurrido en la media hora en que se habían ido. ¡Ellos
apenas si habían dejado el maldito camino!
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—¿Algo le pasó a Echo? —Mac apareció junto a Gage con aspecto pálido y
delgado. Su voz sonaba ronca y sin uso, con el pelo oscuro parado en los extremos, y
sus ojos un poco vidriosos—. Deja que me vista, y vamos abajo.
Una feroz determinación cruzó el rostro de Mac, y Vapre de repente sintió una
gran afición por el tipo.
—Mi amigo está en problemas. Yo le voy a ayudar. —Luego giró sobre sus
talones y desapareció de nuevo en la habitación.
—¿Qué está pasando? —Pax preguntó una vez que se había recuperado.
—En la planta baja. —Vapre gruñó. Dio a Sage una mirada más, todavía
tratando de decidir si podía confiar en el hombre o no. La conversación de la noche
anterior no había sido exactamente aplaudida por el hombre. Si él era la fuente de sus
problemas recién descubiertos, Vapre le aplastaría la laringe sin pestañear. Nadie jodia
con su compañero.
Empujándose más allá del trío, tomó las escaleras de dos en dos y se disparo
hasta el salón para encontrar el resto de la casa reunida allí, sin los vampiros. No había
mucho que pudieran hacer teniendo en cuenta que era sólo las nueve de la mañana. El
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sol se filtraba por las ventanas, brillante y letal para Syn y en particular para Jinx.
En lugar de responder, Syx se volvió hacia Echo, puso sus manos sobre los
hombros de su pareja, y miró directamente los ojos de color azul zafiro.
Asustó a Vapre.
Dando un paso adelante con cautela, se detuvo y levantó la cabeza al oír a sus
huéspedes entrar en la habitación. Los seis se reunieron cerca del pie de la escalera,
mirándolos confundidos y preocupados. Todos excepto Mac. El hombrecillo se
apresuró hacia delante, empujando a Syx fuera del camino y ahuecando la cara de
Echo en sus manos.
—Mírame. —Exigió.
Echo parpadeó varias veces antes de que sus ojos finalmente se enfocaron en
Mac. Vapre giró la cabeza, mirando alrededor de la habitación a sus amantes.
Ninguno de ellos parecía tener una idea de lo que estaba pasando. El hecho hizo poco
para calmar su ansiedad.
—Eso es correcto —dijo Mac con calma—. Aquí mismo, sigue buscándome.
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Echo asintió, pero parecía más bien una respuesta automática que un
movimiento decidido, y él siguió haciéndolo. Cuanto más largo su cabeza se
balanceaba sobre sus hombros, más Vapre sintió su estómago apretarse y se le revolvía
el estómago.
—¿Qué diablos quieres decir con que no puedes oírlo? —Fiero explotó,
causando que todos en la sala saltaran—. Ya has oído algo. Bueno, óyelo otra vez,
¡maldita sea!
—Por lo menos no está gritando. —Myst se apretó más al lado de Hex, con el
rostro demacrado y sus ojos se cerraron.
103
pensar.
—Está bueno cuando se pone todo exigente, ¿eh? —Sony susurró a Gage.
Mac los ignoró a todos. Sus dedos recorrían el rostro de Echo como si trazaran
cada inmersión, valle, y curva sutil. Tenía los ojos cerrados y los labios apretados en
una línea delgada, sus fosas nasales se dilataron en ocasiones al respirar
profundamente por la nariz.
Antes de que nadie pudiera hacer o decir nada, Sage silbó una vez antes de tirar
la cabeza hacia atrás y cacarear con locura.
Echo gritó, sus rodillas pandearon, y cayó al suelo, donde comenzó a temblar y
sollozar. Vapre alcanzó a su pareja primero, se arrodillo junto a él y suavemente se
ondulo en su espalda.
El llanto se calmó, y sus ojos estaban abiertos, pero Echo todavía se estremecía
cuando se acurrucó en el suelo alfombrado. Llego para apartar el pelo de su cara,
agarró un puñado de mechones y se sentó bruscamente.
El nudo en su pecho se aflojó una fracción, y Vapre respiró un poco más fácil.
Si Echo recordaba que había amado su largo cabello dorado, entonces tal vez todo lo
que iba a estar bien.
—Bueno, nos gusta así, también —Hex respondió con cautela—. ¿No te gusta,
bebe?
105
—Sí, supongo que sí. —Se encogió de hombros Echo—. ¿Qué me pasó?
—No estoy muy seguro —susurró Syx, y parecía avergonzado por no tener las
respuestas que su compañero buscaba—. Voy a averiguarlo, sin embargo.
—¿Sage se ha ido?
—Sí, creo que sí, pero yo sé lo que quieres decir. La voz en mi cabeza era más
profunda, casi el mal. En realidad no sonaba como Sage, pero tengo esa impresión...,
supongo que así se lo llama.
Sus cejas se juntaron, y ladeó su codo hacia fuera, oliendo su axila. Luego
apartó la cabeza y arrugó la nariz.
—¿Tenemos que irnos? —dijo una vocecita desde cerca de la puerta principal.
Jet se mordió el labio, pasando de un pie a otro mientras sus dedos se enredaban juntos
delante de él.
—Vamos a hablar de ello. —Vapre repitió con la misma frialdad, los ojos 106
clavados, agujereando a los cambiaformas.
—Sage me lastimó —Echo respondió con firmeza—. Él nos engañó, pero eso
no significa que debamos condenar a Pax y Jet simplemente porque le conocían. De
hecho, pueden ser capaces de ayudarnos. —Él se puso en pie con un gemido,
agarrando el hombro de Vapre para mantener el equilibrio—. Ahora, tengo hambre, sé
que Mac lo tiene, y creo que vamos a tener otra reunión. —Él suspiró como si le
pareciera bastante irritante—. Ah, y Mac, cariño y una ducha primero. Está
quemando el pelo de mi nariz.
Capítulo Diez
Los hombres se movían alrededor de la cocina, hablando en voz baja y
lanzando miradas furtivas a Echo. Él los ignoró mientras se frotaba las sienes, tratando
de masajear el dolor constante profundo y punzante. Se había sentido un poco
apagado desde su episodio en la sala de estar, como si su cabeza no estuviera muy
pegada a sus hombros, sino flotando en algún lugar por encima.
Las cosas parecían oscuras y confusas, y él tenía que pensar muy duro antes de
que pudiera responder a cualquier pregunta que le hacían. Su otra mano acaricio
distraídamente el final de sus cabellos castaños. Recordaba vagamente lo que disparo
a todos el cortarlo y dejar a un lado su imagen de chico de oro. Simplemente no podía 107
recordar por qué. Sus compañeros amaban su pelo, y nunca había tenido un problema
con él antes, así que ¿por qué le habían parecido tan imprescindible en el momento?
Echo dio a su amante una sonrisa de medio lado en señal de gratitud. Nadie lo
había llamado cariño antes, y pensó que le gustaba, incluso mejor que el bebé.
—¿Te acuerdas de lo que pasó en el coche? —Syx se sentó un poco más erguido
en su silla y se inclinó hacia adelante, cruzando los brazos sobre la mesa.
—¿Cómo estás?
—Yo debería preguntarte eso —Echo se inclinó hacia delante y le dio un beso a
su amigo en la mejilla—. Te hemos echado de menos por aquí.
Estaban siendo muy formales, cada uno de puntillas alrededor del otro.
Algunas cosas, sin embargo, sólo tienes que saltar encima con ambos pies.
—Sí. —Mac asintió con la cabeza hacia arriba y hacia abajo, mirando sus
manos, donde se retorcían juntos en la mesa—. Yo no podía ver nada, excepto lo que
estaba dentro de mi cabeza. Yo no podía oír, ni oler, ni siquiera sentir mi propio
cuerpo.
—No. —Susurró Jet—. Nos despertamos en esa cueva cerca de donde ustedes
nos encontrarón. Estaba nevando afuera, y no tenía idea de lo como habíamos llegado
hasta allí.
—Eso es lo que dijo —respondió Jet—. Nos dijo que había estado escondido
durante años 110
—Nos mentiste. —Vapre interrumpió—: Dijiste que habían estado en el
laboratorio juntos.
—Nos dijo que si ustedes supieran que él no vino del mismo laboratorio, lo
verían sospechoso, y no les permitirían permanecer aquí. —Jet todavía no miraba a los
ojos.
—No lo sé —Jet parecía que iba a desmayarse por la admisión—. Te juro que
no —añadió apresuradamente—: Yo tenía estos sueños y una especie de tirón en esta
dirección, pero no puedo explicarlo.
Jet y Pax miraron sus pies, las manos entrelazadas detrás de la espalda, y no
dijerón una palabra. Su silencio lo decía todo.
—Él dijo que ustedes tres... um, jugaban alrededor del otro —Myst arrugó la
nariz y suspiró. No era exactamente una pregunta, pero al menos estaba tratando de
ser discreto—. ¿Lo hacían ustedes... —Myst resopló y se pasó una mano por la cara—
…eran voluntarios? —Finalmente espetó.
—Lo siento
Jet se tensó en sus brazos y trató de alejarse, pero Echo lo apretó con más
fuerza.
—¿Él te lastimaba? —Echo habló en voz baja al oído de Jet, poco más que un
suspiro.
Jet asintió.
—¿Estás herido?
—Déjame ver.
Dejando caer los ojos para estudiar el suelo de la cocina de nuevo, Jet
lentamente levantó el dobladillo de su camisa un poco más allá de su ombligo. Echo
abrió la boca, y sus ojos picaron en las esquinas con lágrimas contenidas.
—¿Esto sucedió desde que estás aquí? —Echo no había pensado que sus ojos
podían abrirse más grandes, pero se había equivocado—. ¿Por qué no le dijiste a
alguien?
Echo cerró los ojos y se llevó una mano temblorosa por la cara.
—Hex... 113
—Vamos, bebe —Eyce recogió a Echo en brazos y lo acunó cerca—. Necesitas
descansar. Sigues estando un poco inestable.
Echo no se resistió, ni discutio. Se sentía triste hasta los huesos, sólo quería
envolverse con sus hombres a su alrededor, como un vendaje y dormir hasta que las
cosas fueran mejores.
Echo abrió los ojos para ver a Hex de pie junto a Eyce. Ofreció a su compañero
una sonrisa temblorosa e inclinó la cabeza.
—No. —Dijo rotundamente. Luego le pasó los dedos por el pelo, a partir de la
corona y termino en la punta recién cortada—. Ah, mucho mejor. —Ella sonrió
radiante.
Mirando hacia su pelo, Echo se quedó sin aliento. Elevándose desde su cintura
había largos mechones rubios, se los acaricio con asombro.
—Gracias. —Susurró.
—Sí, señora.
—¿Quién eres? —Echo golpeó una mano sobre su boca. Él no había querido
preguntar eso.
Tomando su mano sin pensar, Echo floto a su lado, su luz del corazón y su
estado de ánimo tranquilo.
—¿Que es inesperado? ¿Qué obstáculo? —Él sabía que no debía anticipar una
respuesta, pero no podía dejar de preguntar. La comprensión de que el Oráculo no
sabía todo era una píldora difícil de tragar.
—¿Qué mal? —gritó Echo—. ¿Avisar a quién? ¡Estas siendo aún más espeluznante de
lo habitual! —Tiró de la mano del Oráculo y la miró—. ¿Quién eres? —exigió.
—Brilla la luz y fuerza al mal a salir. —Susurró y luego desapareció ante sus ojos.
Gimiendo, Echo cerró los ojos y dejó caer la cabeza sobre los hombros. ¿Qué
demonios se suponía que iba a hacer ahora?
116
Capítulo Once
—Esa perra está loca. —Dijo Echo con toda claridad cuando sus ojos se
abrieron de golpe y se empujó en la cama. Parecía regiamente cabreado, y fue la mejor
vista que Vapre había visto en días.
—Gracias. —Susurró antes de abrir los ojos y apresurarse a subir por su lado de
Echo y Vapre—. Estás despierto.
—¿Por qué todo el mundo sigue diciendo eso? Sí, me fui a dormir, tuve una
buena siesta, y ahora estoy despierto.
Vapre miró Echo, entonces a Eyce, a continuación, volvió a Echo, una vez
más.
—Bebe, has estado fuera de combate durante cinco días.
—Cinco días —Echo consideró eso por un largo tiempo antes de encogerse de
hombros con indiferencia—. Supongo que eso explicaría por qué tengo ganas de mear
como un jodido caballo de carreras. —Él maniobró hasta el borde del colchón y dejó
que sus pies cayeran mientras miraba por la ventana—. ¡Hey, nevó!
—Claro. Me di una ducha rápida, y me siento muy bien. —Estiró sus brazos
delgados sobre su cabeza y arqueó la espalda—. Un poco rígido, y mucha hambre,
pero eso es todo.
—Así es —Eyce se detuvo junto a Echo. Parecía vacilante, pero se inclinó hacia
delante y besó la frente de Echo. Movió la cabeza y se quedó sin aliento—. Estas frío
como el hielo.
119
—Date prisa. —Despidió Eyce con un movimiento de su muñeca.
Una vez que el guerrero había salido de la habitación, Vapre también se levantó
y se movió con cautela hacia su amante. La cabeza de Echo giro hacia él con un
movimiento poco natural. Algo brilló en el interior de sus ojos, un débil resplandor
vacilante, y luego desapareció con la misma rapidez. Sus labios se separaron
lentamente, se extendieron en una amplia sonrisa amenazadora.
Esa luz brilló en sus ojos de nuevo, y Vapre inclinó la cabeza hacia un lado.
—Echo, ¿estás ahí? —No había duda en su mente que no era su pareja. Tal vez
el cuerpo, pero alguien o algo más lo controlaban.
—El Oráculo. —Jadeó. —Ella dijo que tenemos que derrotar al malvado. Ella
me dijo que lo saque a la luz —Se quedó sin aliento para respirar, sus dientes
castañearon mientras trataba de hablar.
Vapre se apartó, todavía tomando el pelo de Echo con fuerza, y lo miró a los
ojos. El zafiro azul brillante se habia ido, sustituido por un color profundo y oscuro
como la medianoche.
121
verdad vas a dejar que gane —Vapre pauso—él? —En términos generales, ya que
honestamente no sabía lo que se había hecho cargo de su compañero.
Cayendo de rodillas delante de su amante, Vapre tomó las manos de Echo y los
separo lejos de la cabeza.
—¿Quieres ver lo fuerte que soy? —Su voz suave fluyó anormalmente gruesa y
rasposa. Sus dedos rozaron su pecho desnudo seductoramente—. ¿Me deseas, amante?
Empujándose de pie sin decir una palabra, Vapre acecho por la habitación,
golpeando su puño contra su muslo en frustración. Justo cuando creía que iba a perder
la cabeza, la puerta se abrió de golpe, y sus seis amantes se presentaron en la
habitación. Vapre se dejó caer a los pies de la cama y se quedó mirando hacia ellos sin
remedio.
Fiero y Eyce vinieron a sentarse a ambos lados de él, envolviendo sus brazos
alrededor y trasmitiéndole su fuerza.
—Es como Mac describió, muy oscuro con un remolino de neblina roja. No
puedo oír lo que la está causando. Esa parte se separa de mí —Syx se acercó más hasta
que su nariz casi tocaba a Echo—. Tengo que concentrarme para escuchar a Echo, y
aún así, sólo puedo obtener los retazos a intervalos aleatorios.
—Pero él está ahí, ¿verdad? —Myst se deslizó hasta el suelo y se arrastró hasta
sentarse junto Syx—. Podemos traerlo de vuelta, ¿no?
Onyx sólo parecía perdido. Se puso de pie junto a la puerta abierta, los brazos
colgando sin fuerzas a los costados, y se quedó mirando hacia el frente.
Deslizándose fuera del colchón, Vapre camino sobre sus piernas inseguras hasta
que se paró justo en frente de sus amantes. Syx y Myst le abrieron paso, mirándolo con
interés mientras bajaba lentamente a sí mismo en el suelo y tomó el rostro de Echo en
ambas palmas.
Deseó que no tuviera que tener una audiencia para lo que iba a hacer, pero no
podían ayudarlo. Su orgullo e inseguridades se podían ir al infierno si esto es lo que
hacía falta para salvar a su compañero. Acarició la mejilla de Echo con la yema del
pulgar y trató de sonreír. El intento era débil y falso, pero se las arregló para separar
sus labios en una imitación débil.
—Echo, nos estás poniendo en peligro. Si no puedes luchar contra esto, tendrás
que irte. —Las palabras sabían amarga en su lengua, pero necesitaba estar seguro de
que su ángel le oía. Haciendo caso omiso de los jadeos y gruñidos de los otros hombres
en la habitación, Vapre continuó—: ¿Quieres dejarnos?
—Ya está. —Vapre tiró de Echo a él, besando sus labios lento y tierno—.
Vuelve a mí, bebé. —Él respiró—. Te amo, Echo. Vuelve con nosotros.
Echo gritó, su cuerpo se puso rígido aunque siguió temblando mientras caía
hacia adelante en los brazos de Vapre. Este sostuvo al hombre más pequeño
acunándolo en el pecho, pasándole los dedos por el pelo húmedo y acariciando la parte
124
superior de su cabeza con su mejilla.
—Está durmiendo, soñando con el pastel de calabaza de entre todas las cosas
—Syx rió de esto—. Echo está transmitiendo más fuerte de lo normal, sobre todo
porque está dormido, pero no hay nadie más en la cabeza con él.
Antes de que Vapre pudiera expresar su alivio, Myst se desenredó del grupo, se
puso en pie y corrió hacia la puerta.
125
—Lo sabemos. —Syx sonrió tan enorme, que Echo pensó que la cara del
demonio se dividiría en dos. Le arrancó el plato de la mano y la puso sobre la mesita
de noche junto a la cama—. ¿Cómo te sientes? —le preguntó en serio.
Echo puso los ojos en blanco y golpeo a Fiero con su hombro. No era como si
se hubiera querido ser poseído. No estaba seguro de si eso era exactamente lo que
había pasado, pero parecía lo suficientemente cerca. Él no dijo nada, sin embargo.
Sabía que Fiero en realidad no lo castigaba. El hombre había tenido miedo, y de los
grandes, los demonios machistas no se asustaban fácilmente.
—Creo que tenemos que volver a ese claro en el bosque —dijo igual de
tranquilo Hex—. Hay algo en esos árboles que es obviamente una amenaza para
126
nosotros.
Tanto como Echo quería negar lo evidente, tanto como quería rogar y suplicar
por que sus compañeros se quedasen en casa, donde no había peligro, no lo hizo. El
hogar no estaba salvo. El enemigo se había infiltrado en su santuario, Echo estaba
enojado.
—Oh, vienes con esa mierda a mí, Tarzán. Puedo ayudar, y tú lo sabes muy
bien.
—Te necesitamos aquí para ayudar a Vapre por si no volvemos a tiempo —dijo
diplomáticamente Hex.
Echo miró a su líder durante mucho tiempo antes de que finalmente se desinfló,
el aire corriendo por sus pulmones en una rabieta.
—¿Quién va a ir?
—¿Sony va? —Echo levanto una ceja con escepticismo. Después de lo que le
había pasado a Mac en ese bosque, no podía imaginar a Gage dejándolo ir a más de
veinte kilómetros de ese lugar.
127
—Sip. Él fue muy... insistente —Eyce resopló, sus hombros temblaban mientras
trataba de no reírse—. Pax y Jet vienen también. Ellos saben del lugar mejor que
nosotros.
—¿Les preguntaron? ¿O simplemente les dijeron que iban? —Echo sólo podía
imaginarse lo aterrorizado que los cambiaformas estarían de volver al lugar donde
Sage más o menos los mantuvo cautivos.
—Cuiden de ellos. —Fue más una orden que una petición, pero Echo sentía
que se merecía un poco de margen después de la semana que había tenido.
—Está bien, así que la luna nueva es... —Su voz se desvaneció y lanzó sus ojos
por la habitación—. ¿Qué día es hoy de todos modos?
—Creo que va a estar bien si él tiene a Sony con él. Además los cambiaformas
dijeron que podrían ayudar a controlarlo. Tenemos que confiar en que será suficiente
128
por ahora. —Hex respondió con el ceño fruncido. No le gustaba el plan, y Echo podía
ver por qué. Había demasiadas cosas que podrían ir mal con ese pequeño escenario.
—¿Cuando se van? —
Todo el mundo parecía reacio a contestar, pero Syx finalmente reforzó su valor
y le susurró.
—Esta noche.
Capítulo Doce
—¿Quisiste decir eso? —preguntó Echo cuando él y Vapre estaban solos. Sus
hombres los habían dejado sólo unos minutos antes, y Echo sentía la pérdida como un
dolor profundo en el pecho. Tenía el temor inquebrantable de que algunos no
regresarían, y le había tomado cada gramo de fuerza de voluntad no pedirles que se
queden.
—Sí.
—Le dije a Syx, pero no a los otros. Lo haré pronto. Yo no quería añadir
cualquier tensión indebida a ellos antes de que se fueran.
—No es fácil. He tenido estos sentimientos durante mucho tiempo, pero nunca
hice nada con ellos. Después de unos miles de años, se hizo fácil simplemente
empujarlo a la parte posterior de mi mente, ignorarlo, y disfrutar de la camaradería que
se ofrecía. —Sus ojos se suavizaron, junto con su voz—. Entonces viniste y cambiaste
todo. Ahora, no veo cómo puedo mantener todo embotellado.
—Bueno. Ustedes me van a volver loco con toda esta actitud evasiva. —Echo
movió sus cejas y arrugó la nariz para hacer reír a su amante. Funcionó, y el humor
aligero considerablemente el ambiente. Entonces él tuvo que ir y arruinarlo—. Yo ya
los extraño.
—Yo también, pero ellos ya volverán. —Su voz sonaba poca convincente, y el
agujero en el pecho de Echo se estiro un poco más ancho.
Pasando sus dedos ligeramente bajo los ojos de Vapre, Echo se encontró
perdido en las profundidades grises tormentosas. No escapó a su atención que cada vez
que uno de sus compañeros finalmente enfrentaba la verdad de sus sentimientos, su 130
color de ojos cambiaba. Echo no sabía lo que significaba, pero esperaba que fuera una
buena señal.
Vapre no hizo preguntas, no dijo que pensaba que era una mala idea. Sus
cálidos dedos se deslizaron bajo la barbilla de Echo, sosteniendo su rostro firme, y su
boca descendió sobre sus labios. Se abrazaron durante mucho tiempo, sus lenguas se
deslizaban y trenzaban juntas, y todo lo demás empezó a desvanecerse hasta que sólo
Vapre permaneció en el mundo de Echo.
A Echo no le importaba.
Vapre levanto el brazo sobre su cabeza y el brazo del sofá, hurgando en el cajón
de la mesita mientras su boca continuaba su asalto a los sentidos de Echo. Gruñendo
de frustración, arrancó el cajón y vació el contenido sobre el suelo.
Los labios de Echo pausaron su viaje por un momento antes de que una sonrisa
codiciosa se extendiera de oreja a oreja.
Dioses, Vapre tenía un culo precioso. La pálida piel tensa sobre los músculos
bien desarrollados, redondeado y se unía en una perfecta forma de corazón.
—¿Cómo lo quieres?
Vapre gimió.
—Shh —susurró—. Voy a cuidar bien de ti. —Entonces, sin previo aviso, metió
dos dedos en el agujero de Vapre, hasta el segundo nudillo.
—Vas a correrte por mí —exigió—. Vas a correrte con tanta fuerza que vas a
olvidarte de tu propio nombre. Entonces, cuando pienses que no puedes aguantar más,
133
voy a follarte hasta que vuelvas a hacerlo.
—No —gruñó.
—Si quieres más, entonces córrete para mí. —Él pasó los dedos en el culo de
Vapre duro, torciendo y rizándolos hasta que encontró la glándula del tamaño de una
nuez que buscaba. Lo acarició sin descanso, bombeando con movimientos pequeños
mientras su otra mano aterrizó pesada en la mejilla pálida de Vapre.
Su demonio rugió, sus paredes internas se contrajeron contra los dedos de Echo
cuando semen broto de su polla hinchada. Echo ni siquiera le dio la oportunidad de
bajar de la ola. Cuando los hilos cremosos de semen siguieeron disparando desde la
rendija de Vapre, Echo retiro sus dedos, alineó la cabeza de su pene, y se empujo hasta
la raíz.
134
Vapre gimió de nuevo, sus dedos clavándose en la tapicería del sofá. Echo
envolvió un brazo alrededor de las caderas magras de Vapre para un mejor
apalancamiento y comenzó un ritmo exigente con fuerza, golpeando a su amante
como si pudiera llegar al alma del guerrero si pudiera enterrar su polla lo
suficientemente profundo.
Él esperaba que la urgencia desapareciera, pero sólo se extendió hasta que Echo
sentía que le consumiría. Al soltar su agarre en la cintura de Vapre, se sentó con la
espalda recta, con una mano agarrando firmemente la cadera de su amante cuando
comenzó un ritmo constante, con la otra nalgueo el culo de Vapre en cada
deslizamiento hacia afuera de su polla.
—Eso es, bebé. Folla mi polla. Toma lo que quieras —Él gruñó. El calor y la
tensión en torno a su polla se sentían como el cielo. Dominar a su pareja lo dejó
sintiéndose alta. Su piel ardía, sus bolas se estremecía, y cada pensamiento flotaba—.
Correte por mí. ¡Córrete en mi polla y hazme sentirte!
Empujando sólo la punta y luego se retiró. Lo hizo de nuevo. Una vez más.
135
Luego, en la cuarta invasión, se sumergió hasta la base, cuando se echó hacia atrás en
las caderas de Vapre. El fuerte grito de Vapre se mezclo con los gritos de Echo, y
cayeron sobre el borde juntos.
Vapre lucho por recuperar el aliento, así, pero al parecer, él le hacía señas para
que no incluyeran dormir. Curioseando Echo por encima del hombro, sonrió con
picardía y levantó las cejas.
—¿Otra vez?
—Sí, por favor. —Se quejó una voz desde cerca de la escalera.
136
—Ustedes nos han visto. Permítanos mirarlos. —Bueno, eso seguro tenía su
atención. Los dos vampiros se detuvieron en sus movimientos, pero siguieron con sus
pollas mojadas en sus palmas.
—No —Echo negó con la cabeza—. Quiero ver cómo jodes a Syn. —Echo dio
un vistazo por encima del hombro para ver lo que pensaba su compañero de la idea. A
juzgar por el calor en los ojos de Vapre, la forma en que sus fosas nasales se abrieron
en las esquinas, él pensó que era una malditamente buena. Volviendo a los vampiros,
Echo sonrió—. Es lo justo —dijo inocentemente.
Ambos hombres zumbaban con el deseo, pero había una vacilación acerca de
ellos. Echo se acordó de lo que habían dicho acerca de no ser amantes, pero tenía la
sensación de que había un montón de problemas de comunicación pasando allí. Sólo
para hacer la oferta un poco más atractiva, Echo tiró a Vapre para que se sentara en el
sofá y se retorció en su regazo.
—Tú puedes ver a Vapre joderme, mientras follas a Syn.
Él lo ama, pensó Echo, y el corazón le dolió un poco por el hombre. Qué horror
tener algo en frente de ti que deseas tan desesperadamente, pero no puedes reclamarlo
para tí mismo.
—Quiero esto —Jinx susurró al igual que en voz baja—. Estoy cansado de
esconderme.
—¿Quieres decir qué...? —Syn dejó la pregunta sin respuesta, pero su rostro
parecía esperanzado.
Jinx mantuvo la cara de Syn en ambas manos y lo miró directamente a los ojos.
—Te amo, Syn. No podía decírtelo antes, pero estamos seguros aquí.
¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! Tal vez no es la situación ideal para una confesión tan profunda,
pero Echo decidido dejar que se deslice. También decidió que su lugar actual no era el
lugar apropiado para la primera vez de los amantes juntos tampoco.
Sin una pizca de decepción, Echo sonrió ampliamente y señaló con la cabeza
hacia la escalera.
—¿De quién fue la idea? —Vapre murmuró indignado contra el lateral de la 138
garganta de Echo.
—Eso era antes. Esto es ahora. —Sonrió a los vampiros de nuevo—. No quiero
volverlos a ver hasta mañana por la noche. Ustedes tienen un montón de tiempo para
compensar.
Aunque Jinx era sólo unos pocos centímetros más alto que Syn, levantó al
hombre fácilmente a sus brazos, animando a Syn envolver sus piernas alrededor de él.
Luego reclamó los labios de su amante, lo besó con tanta pasión que Echo se
sorprendió de que la habitación no se encendiera alrededor de ellos.
—Ya has oído al hombre. —Jinx jadeó—. Tengo mucho más de tiempo para
compensar. —Entonces él se había ido en un abrir y cerrar de ojos, Syn todavía pegado
a él cuando él corrió escaleras arriba.
—Eso fue genial. —Echo suspiró feliz.
Vapre se rió sin aliento, con la mano bajando para envolverse alrededor de la
pulsante polla de Echo.
Y así fue.
Habían logrado nada. Sus problemas todavía estaban esperando por ellos, más
grandes y más peligrosos que nunca. Pero sólo por un poco de tiempo, debido a su
compañero, había sido capaz de olvidar su existencia.
—Mañana. —Respiro.
140
Capítulo Trece
—¡Perfecto! —Echo sonrió hacia Vapre donde el hombre se cernía a varios
metros en el aire. El viento frío azotaba a su alrededor, aullando en la agitación y
congelando a Echo hasta los huesos—. Bien, ahora ven abajo, y vamos a ver si
podemos doblarlo.
El aire silbo, y Vapre todavía flotaba hasta el suelo con una gran sonrisa en su
rostro.
—Esto es divertido.
—Eso lo dices ahora. —Sin esperar la respuesta de Vapre, Echo agarró las 141
manos del guerrero y cerró los ojos, dejando caer todas sus guardias a la vez.
Vapre gritó y trató de zafarse, pero Echo lo tomó con fuerza. Había echo un
poco de sifón del don de Vapre antes, y ahora, trató de redoblar ese poder y mezclarlo
con un poco del suyo propio mientras lo empujaba hacia su compañero como un
maremoto.
Él realmente deseaba poder tomar más tiempo, trabajar de a poco, porque sabía
por Fiero que la experiencia era dolorosa e inquietante. Habían estado trabajando toda
la semana y no consiguieron de mucho más, sin embargo. Con sólo tres días, hasta la
luna nueva, se estaban quedando sin tiempo.
Cuando Echo sintió que su energía comenzó a decaer, soltó las manos de
Vapre, y el guerrero de inmediato cayó al suelo, temblando y agitado mientras
expulsaba el contenido de su estómago. Con un profundo suspiro, Echo se arrodilló
junto a él, pasándose la mano arriba y abajo de la columna vertebral de Vapre.
—Lo siento, amor. Sé que es una mierda, pero no sé qué más hacer.
—Estoy bien —dijo Vapre tembloroso. Escupió un par de veces y se pasó una
mano sobre su boca—. Esto es algo muy serio.
—Eso he oído.
Empujandose lentamente a sus pies, puso una mano en el hombro de Echo para
estabilizarse luego asintió una vez.
—Estoy bien. —Repitió. Echo no estaba seguro a cuál de ellos, Vapre estaba 142
tratando de convencer—. ¿Qué hacemos ahora?
—Pensé en eso. Creo que me hice cargo de la primera acepción. No era una
tormenta literal, pero las emociones que rabiaban en esa habitación eran comparables a
la fuerza de un vendaval en un huracán.
143
—Estoy feliz de que lo hayas hecho —Echo sonrió tiernamente a su
compañera—. Te amo, ¿sí?
Vapre acarició la mejilla de Echo con el dorso de los nudillos, con una
expresión indescifrable.
—Que nosotros vamos a estar mirando hacia abajo la ira de Hades con una
tormenta de proporciones épicas.
—¿Cómo crees que Gage lo hizo durante la luna llena? —preguntó Vapre,
cambiando el tema.
—Espero que todos estén bien. Ha pasado más de una semana, y no hemos
oído ni una palabra —Echo había estado tomando el máximo provecho de su nuevo
teléfono móvil, llamando a sus amantes en cada oportunidad. El teléfono nunca sonó,
nadie respondió, y continuó sus llamadas yendo directamente al correo de voz.
—Oye, ¿no se supone que vamos a estar trabajando aquí? —Vapre dio su mejor
intento de una sonrisa, pero se quedó corto en la estimación de Echo. Sin embargo,
aprecio el esfuerzo.
—Bien, vamos a sacar este espectáculo al camino —Echo respondió con falsa 144
valentía. Maldita sea, si perdía a sus hombres.
—Echo, juego con el viento, pero no creo que realmente pueda controlar el
clima. ¿Cómo diablos esperas que cree una tormenta?
—Necesitamos a Eyce. —Decirlo en voz alta sólo trajo a casa el hecho de que
el hombre no estaba allí. Echo suspiró y cerró los ojos por un segundo—. Él no está
aquí, aunque, tendremos que hacer nuestro mejor esfuerzo.
—Bien, tu puedes hacer eso esta noche —Echo no estaba de humor para
excusas—. Ahora, dame de nuevo la mano. No va a doler tanto esta vez —dijo con
más suavidad cuando Vapre se estremeció—. Yo necesito tocarte si voy a ayudar.
—¿Qué hacemos?
—Cierra los ojos e imagina una tormenta masiva, nubes rodando, enormes
ráfagas de viento, aguacero torrencial ese tipo de cosas. Tú sabes cómo usar tu poder
para manipular el viento. Bueno, sólo trata de empujar más lejos.
Vapre le lanzó una mirada escéptica, pero finalmente cerró los ojos y respiró
profundamente por la nariz. Echo hizo lo mismo, renunciando a la inhalación
profunda a favor de una mayor concentración. Él hizo lo que le había dicho a Vapre,
llegando con su regalo para saborear el aire, tocar, doblarlo a su voluntad. 145
Le tomó sólo unos minutos para que el viento llegara a esas ráfagas
sustanciales que Echo pensó, tuvo que dar un paso más cerca de Vapre para evitar que
se cayera. Los brazos de Vapre lo rodearon, su gran cuerpo refugio a Echo de lo peor
del viento, y Echo se aferro a él con fuerza.
—Está funcionando. —Le gritó para hacerse oír por encima del rugido del
viento. Una perturbación en el aire le llamó la atención por el rabillo del ojo, y Echo
casi se ahogó—. ¡Alto! —Gritó, tirando a sí mismo de los brazos de Vapre tan fuerte
que cayó sobre su culo—. ¡Vapre!
Los ojos de Vapre se abrieron de golpe y sacudió la cabeza como para
despejarla.
—¿Qué? —gritó.
Al instante, el viento se calmó con una suave brisa, y las nubes comenzaron a
desprenderse, dejando a través los últimos rayos de luz persistente del día.
—Santa mierda —Echo respiro—. Tienes una gran cantidad de energía, bebé.
—Podría ser útil en la luna nueva, pero prefiero que nuestros hombres tengan
una casa a la cual regresar ahora mismo.
—Excelente punto. —Poniéndose de pie, Echo tendió una mano para ayudar a
que su amante se levantara, no es que Vapre lo necesitara—. Creo que voy a cocinar.
Tú debes empezar a hacer algún tipo de investigación. Me doy cuenta de que no hay
mucho que puedas encontrar sobrealgo como esto, pero nunca se sabe. — Él se
encogió de hombros y se sacudió la hierba de su parte trasera—. Vamos a practicar de
nuevo mañana.
—El Oráculo.
—Yo no quería decir nada antes, pero me gusta mucho más así. —Él sonrió
tímidamente como esperando una reprimenda.
—¡Hemos estado aquí por más una maldita buena semana! —Syx pisoteó a
través de la maleza, dando patadas a las acumulaciones de nieve que estaban haciendo
un esfuerzo heroico para permanecer intacta y no derretirse—. No podemos encontrar
la cueva. No hemos visto ni oído nada.
Fiero encontró su camino hacia él y le pasó el brazo por los hombros de Syx.
—Lo echo de menos, también —susurró apenas para Syx—. Es por eso que
estamos aquí, sin embargo. Sea lo que sea, tenemos que patear su culo y salvar el día.
¿Quieres una repetición de lo que le sucedió a Echo?
—Siguen durmiendo.
—¿Qué crees que debemos hacer? —Eyce preguntó mientras se dirigía hacia
148
ellos—. Yo voto que nos vayamos a casa, reagruparse y volver a intentarlo cuando
tengamos más hechos. Tengo frío. Estoy cansado. Echo de menos a Echo y Vapre.
—Me gusta la manera en que piensas —Fiero lanzo a Syx y dio un paso
atrás—. Bueno, ¿pero qué vamos a decir Hex?
—No se lo diré —Myst repitió cuando él se acercó por detrás de Fiero—. ¿Que
es lo que no estoy por decirle?
Todo el mundo se dio la vuelta y se removió como niños atrapados con las
manos en la masa. 149
—Oh, eh, eh, Hex —Syx rodo los ojos en blanco ante su estupidez—.
Queremos ir a casa. —Oh, eso había sido mejor. Ahora, no sólo era aniñado, sonaba
tan bien como uno—. Nosotros, esto es que, bueno, supongo que... —Syx simplemente
dejó de hablar y se pasó una mano por la cara—. Me doy por vencido.
Sus amantes se echaron a reír, cayendo unos contra otros y aferrándose a sus
estómagos.
—Creo que lo Syx está tratando de decir —Eyce habló cuando se había
calmado un poco— es que pensamos que tenemos que reagruparnos y, posiblemente,
traer a Mac y a Echo aquí. O no vamos a llegar a ninguna parte.
—Por mucho que no quiera a Echo en cualquier lugar cerca de aquí, y estoy
pensando que Gage comparte mis sentimientos con respecto a su compañero. Creo que
tienes razón. Sólo estamos dando tumbos en la oscuridad aquí. —Hizo una pausa
dramática y sonrió a ellos—. Vamos a casa.
Syx se unió con los otros guerreros, gritando y gritando. Nadie podría
sospechar que eran guerreros demonios del inframundo en la forma en que estaban
comportándose. Bueno, esas personas podrían irse a la mierda. Las cosas habían
cambiado desde que Echo entró en sus vidas, y a Syx le gustaba pensar que era para
mejor.
—Voy por Gage y Sony —Eyce anunció, luego troto a través de los árboles.
—No me mires a mí —Myst levantó las manos cuando Syx y Hex hicieron
precisamente eso—. No hay nadie para llegar.
—Podría empezar a cargar el equipo —Hex sugirió con un toque del mando.
150
Myst se desinflo y pisoteó en la dirección del campamento.
—¿Deberíamos llamar a casa? —Syx pidió cuando estaba solo con Hex.
—No hemos tenido recepción todo este tiempo. Estoy seguro que los chicos
están preocupados por nosotros. Apuesto a que cada uno tiene un centenar de
mensajes de Echo y Mac.
—Vamos a sorprenderlos.
151
Capítulo Catorce
Echo se levantó del sofá y se quedó sin aliento cuando oyó el crujido de los
neumáticos de tracción en frente de la casa. Mac se levantó de un salto de su sillón, se
miraron el uno al otro con los ojos muy abiertos.
Jinx y Syn abrazados juntos en el sofá de dos cuerpos, observándolos con gran
interés. A continuación, un peso caliente se presiono contra la espalda de Echo, y
Vapre le dio un codazo hacia adelante.
Echo no tenía que pensarlo dos veces. Él agarró la mano de Mac y lo arrastró,
corriendo por la puerta a toda velocidad. Hubo un poco de choques cuando ambos
trataron de abrir la puerta al mismo tiempo, pero al final, Echo empujo a su amigo
fuera del camino, abrió la puerta y salió corriendo hacia la noche.
152
Gage se bajó del primer vehículo, Sony luchando fuera justo detrás de él. Nadie
habló mientras Mac corrió hacia ellos, arrojándose a los brazos de Gage y besando al
hombre.
Echo de pie a unos metros de las SUVs, temblando y esperando a que sus
hombres emergieran. Entonces todas las puertas se abrieron de golpe, y sus hombres
se deslizaron fuera de los vehículos lentamente. Se movieron juntos, formando un
grupo apretado con Hex en el medio. Echo sintió las lágrimas calientes corriendo por
sus mejillas, incluso cuando pequeñas nubes de humo blanco salían de sus bocas en
cada exhalación.
—Ven aquí, bebé —Hex levantó los brazos abiertos, y Echo finalmente se
sacudió de su parálisis momentánea.
—Te necesito. —Jadeó, señalando con la cabeza a un lado de la boca del Hex y
dirigiéndose a reclamar los de Eyce en otro beso que reclamo su alma—. Ahora
mismo. Justo aquí.
—Hace mucho frío —Myst susurró razonable, pero Echo podía oír la tensión
en su voz, leyendo el deseo en sus ojos.
153
Liberando a Eyce, Echo entrelazó sus dedos en el pelo de Myst y tiró de él
hacia adelante más o menos, metiendo su lengua a través de los labios entreabiertos del
demonio.
—Ahora —gruñó.
—Dioses, te amo —Syx susurro mientras corría hacia delante, agarraba la cara
de Vapre con ambas manos, y aplastaban sus bocas.
Echo se retorció hasta que Hex le puso sobre sus pies y luego comenzó a salir
de sus ropas, desgarrándola para retirarlas a la velocidad del rayo.
—¿Qué diablos hiciste con él? —Fiero miró boquiabierto a Vapre como si fuera
un dios.
—Tengo una idea —Fiero se apartó de ellos, mientras que todos los demás
154
empezaron a desvestirse. Recuperó su encendedor de su bolsillo y lo encendió,
capturando las llamas en su palma. Luego levantó los brazos a un lado, cerró los ojos,
y todo a la vez un anillo de fuego les rodeo, el aire caliente baño cuerpo desnudo de
Echo.
Como si le leyera el pensamiento, oh, bueno, él lo hizo, Syx se arrastro a través 155
de la manta por Echo, se levantó sobre sus rodillas, y presentó su polla mojada,
acariciándolo lentamente mientras sus dedos se enredaron en el pelo de Echo y
forzaron la cabeza hacia atrás.
—Chúpame —gruñó.
Gimiendo como una puta de veinte dólares, Echo se humedeció los labios y se
zambulló hacia delante, envolviendo sus labios alrededor de la cabeza de la polla de
Syx. Un par de sacudidas lentas para deslizar el eje duro, y Echo dejó que su guerrero
se hiciera cargo, relajando los músculos de su garganta cuando Syx sacudió sus
caderas, empujando su polla hasta el fondo de la boca de Echo.
Siete pares de manos fuertes lo tocaban por todas partes, acariciando su piel,
alisando su pelo, pellizcando sus pezones, y masturbando su polla palpitante. Sus
hombres estaban en casa, y Echo estaba en el cielo.
Entonces sintió a Onyx tenso detrás de él, sus caderas se detuvieron, y un fuerte
rugido rasgó el aire a su alrededor en forma de lava abrasadora pintando el interior del
estrecho pasaje de Echo. Gimiendo profundo en su pecho, Echo cerró los ojos y se
vanaglorio por la sensación.
Onyx se retiró, y antes de que Echo pudiera incluso perder la plenitud, otra
polla lo llenó, deslizándose rápido. Echando un vistazo por encima del hombro, Echo
sonrió a Vapre mientras se empujaba contra él. La mano de su amante cayó sobre su 156
culo, y la punzada aguda sacó un grito ahogado de los labios jadeantes de Echo.
Así Echo lo hizo. Abrió arriba, chupando a Syx hasta la raíz y deglutiendo
alrededor de la corona esponjosa. Su compañero se quejó, con la cabeza caída hacia
atrás sobre sus hombros, y luego se retiró y volvió la cabeza de Echo hacia Fiero.
Vapre se alivió fuera de él, y Echo sintió regando más lubricante fresco por su
pliegue. Olió el aroma ligeramente mentolado, sintió el hormigueo y adormecimiento
alrededor de sus músculos ondeando, y gimió por la anticipación.
Había hecho esto antes y amo cada segundo, pero eso no impidió que una
astilla de inquietud pasara a través de él. Antes de que pudiera conseguir pensarlo
demasiado, Myst se arrodilló a su lado y tiró de él en un beso que adormeció su mente,
derritiendo cada hueso y cada músculo de su cuerpo. Sintió deslizarse la polla de Eyce
en su agujero con esfuerzo, estirándolo más amplio, y la presión robó el aliento de sus
pulmones.
Fiero estaba junto a Myst, Syx se arrodilló al otro lado de Echo, y pudo ver a
Vapre y Onyx trabándose justo detrás Fiero. Maldición, él amaba a estos hombres.
Eyce dio un fuerte golpe de sus caderas, y las luces bailaron en la visión de
Echo cuando su orgasmo se disparó a través de él, semen volando de su polla y 158
pintando el pecho de Hex con hilos de nacarado semen. Sus paredes interiores se
apretaron, presionando las pollas en su culo. Hex gruñó, Eyce gimió, y más calor
pegajoso lleno su pasaje rebosante de Echo, escapándose y deslizándose por el interior
de sus muslos.
A pesar que no creía que pudiera moverse, Echo encontró que se había
equivocado. Eyce se deslizó de su agujero convulsionando, Myst se retiró de su boca, y
Hex lo levantó en brazos a la espera de Syx.
Exhausto pero aún con más ansias, Echo se levantó de Syx con las piernas
temblorosas y se dejó caer en el regazo de Fiero.
—Que sea bueno —murmuró él, cuando había afirmado los labios del demonio
159
con los suyos.
—¿Dos por uno? —preguntó Fiero, y Echo encontró que eso era exactamente lo
que quería.
Apoyando una mano detrás de él, Myst levantó Echo mientras se inclinaba
hacia atrás, inclinando el culo de Echo en el ángulo correcto para que Fiero entrara en
él. Considerado como siempre, Fiero deslizo más lubricante adormecedor sobre el
agujero de Echo y arremolinó su dedo alrededor de los músculos donde se estiraban
para acomodar en la pulsante polla de Myst.
—Tan lleno —Echo jadeó largos segundos más tarde, cuando Fiero estaba
completamente asentado.
Echo se tendió lánguidamente contra el pecho de Myst, con los brazos aún
rodeando el cuello del hombre, y su cabeza colgando sobre el hombro musculoso de su
amante. Sus compañeros se movían juntos, uno en uno, creando un ritmo constante
cuando Echo abogó por más. 160
Sus otros compañeros se reunieron a su alrededor, tocando, acariciando,
besando, lamiendo y por todas partes. La mano de Fiero palmeó la polla necesitada de
Echo, acariciándolo en largos movimientos rápidos.
—Córrete por mí, bebé. Necesito sentir que te vienes por mí. — Se inclinó sobre
Echo, lamiendo un largo camino hasta la oreja y chupó el lóbulo en su boca—. Te
amo, Echo —susurró.
—¡Jooooder! —Gritó Echo, y una vez más saltó por encima del borde, con los
músculos sujetándolo hacia abajo, y las articulaciones bloqueándose mientras
explotaba en la mano de Fiero.
Myst gritó algo ininteligible, su cuerpo cada vez más inmóvil mientras seguía a
Echo en la euforia. Fiero echó la cabeza hacia atrás y rugió, el círculo de fuego
alrededor de ellos creciendo en altura y en calor mientras bombeaba a través de su
orgasmo.
Completamente agotado, pero más feliz de lo que había estado en días, Echo
apenas notó cuando sus amantes se aliviaron de su culo y Fiero lo levantó en sus
brazos.
Normalmente, Echo se opondría a ser tratado como un niño que necesita ser
bañado y metido en la cama, pero justo en ese momento, no le importaba.
161
Capítulo Quince
—¿Estás listo?
—Todo lo demás ha pasado cerca de casa. No sé por qué esto debería ser
diferente.
162
—¿Qué quieres que hagamos? —Eyce preguntó mientras corría junto a ellos.
Los otros guerreros, los dos cambiaformas, los dos vampiros, e incluso Gage y sus
compañeros se presentaron en los escalones y siguieron detrás de ellos.
—A ti te vamos a necesitar. Los otros tienen que quedarse fuera del camino,
porque esto podría ponerse feo —Echo un vistazo por encima del hombro y suspiró—.
Realmente no me gustan que todos estén aquí. Alguien puede salir lastimado.
—Ellos quieren ayudar —dijo Eyce en voz baja—. Además, tienen que ver a
que nos enfrentamos si nos van a ayudar en la guerra.
—He oído que esto duele, pero no se puede evitar —dijo con total
naturalidad—. Te agradecería que no vomites, sin embargo.
A Eyce no le iba tan bien. Su cabeza cayó hacia atrás sobre sus hombros, los
cordones en el cuello se tensaron por el esfuerzo mientras se esforzaba por guardar
silencio. Vapre quería acercarse a él, consolarlo, pero su cuerpo quedó paralizado y
bloqueado en su lugar.
A medida que la electricidad corría por él, Vapre trató de alejar la sensación de
malestar y concentrarse en lo que estaba por venir. Había hecho muy poca
investigación, para gran decepción de Echo. Sólo que no se había visto en la necesidad.
No importara lo que se encontrara en las páginas interminables, nada lo prepararía
para este examen.
Echo soltó la mano justo cuando el sol se hundió bajo el horizonte, y Vapre
dejó escapar un suspiro tembloroso. Eyce, por otra parte, se puso de rodillas y arrojó
sus galletas en el suelo helado. Vapre hizo una mueca de simpatía y se trasladó junto a
él para mantener el pelo largo de Eyce fuera de su cara.
—No —respondió honestamente Vapre. Durante los cinco días en que él había 164
pensado en que Echo nunca despertaría de nuevo, y la semana en que no estuvo
seguro de si sus amantes estaban vivos o muertos, Vapre había llegado a una
conclusión muy importante. Él haría lo que fuera necesario para mantenerlos a salvo.
El amor de Echo había abierto la puerta, la luz del sol que brillaba en el
corazón de Vapre, dándole una fuerza que él nunca supo que tenía. También había
abierto los ojos, lo que le permitía ver al resto de sus hombres en una forma totalmente
nueva. Por último, su compañero le había hecho darse cuenta exactamente de lo que él
podía perder si fallaba. A pesar de que esperaba que no viniera, Vapre con mucho
gusto daría la vida por cualquiera de sus hombres.
—Estoy listo —dijo al igual que las gruesas gotas de lluvia comenzaron a caer
del cielo.
—Bien —Echo respondió, inclinando su rostro hacia arriba y parpadeando
contra la lluvia—. Ya que está aquí.
—El placer es mío —respondió Fiero y Vapre podía oír la sonrisa en su voz.
Gallito bastardo.
—Él es más fuerte ahora —respondió Echo como si estuvieran discutiendo qué
cocinar para la cena—. ¿Podemos hacer esto ahora? Tengo frío y estoy húmedo.
—Vamos a ello.
Echo lo tomó de la mano, después mantuvo la otra hacia fuera por Eyce.
—Joder —murmuró Eyce pero tomó la mano que le ofrecía y le apretó con
firmeza—. Estoy dentro.
—Al igual que tu tuvieras una opción —Echo masculló entre dientes.
—Lo he oído.
—Está bien. ¿Qué demonios son esas cosas de todos modos? —Él hizo un gesto
con la cabeza hacia el cielo—. Se parecen a las aves, pero la cabeza está mal.
—¿Qué está mal? —Echo todavía miraba hacia las mujeres aladas, con el pelo
pegado a la cara y sus ropas empapadas aferrándose a él. Se estremeció por el viento,
sus dientes tiritando y sus labios poniéndose azul.
Una de las arpías se liberó del resto y se abalanzó, sus garras extendidas y
dirigiéndose directamente a Fiero. Con poco esfuerzo, Vapre envió una ráfaga de aire
hacia la criatura, enviándola de un tirón a través del aire donde ella gritó y silbó antes
de alzarse hacia arriba para unirse a sus hermanas.
—Uh...
Haciendo caso omiso de los dos hombres, Vapre separó las piernas, apoyándose
contra el viento rugiente que amenazaba con derribarlo, y cerró los ojos. No sabía
cómo lo había hecho antes, pero esta vez se imaginó remolinos de viento, piezas
fundiéndose y torciéndose las nubes en un ciclón destructivo.
Eyce y Echo gritaron al mismo tiempo que Vapre oyó el batir de alas. Él abrió
los ojos a tiempo para ver Echo levantado de sus pies. Eyce lo agarró, pero los pies de
Echo golpearon sus manos. Agitándose y torciéndose, Echo gritó cuando las garras de
la arpía le abrieron la piel, y la sangre fluyo fuertemente de los hombros heridos.
168
llenó su visión. Su pecho se movía, su labio superior levantado sobre los dientes
alargados con colmillos afilados. Sintió crecer su cuerpo, sintió las garras letales
extenderse desde los dedos, y oyó su ropa rasgarse y romper.
Hades era un maldito tonto. Tal vez porque nunca había conocido el amor
subestimaba su poder. O tal vez él nunca se había imaginado que los guerreros serían
capaces de tal oferta, sin embargo, las emociones fuertes. Cualquiera de las dos fuertes
emociones eran la ventaja de Vapre, y tenía la intención de hacer pleno uso de ellas.
Ni los dioses del Olimpo, Hades, Ares, o criaturas del inframundo harían daño
a su compañero y vivirían para contarlo. Estirando los brazos hacia los lados, Vapre
dejó que su furia alimentara su poder al ver a su compañero ser levantado más y más
alto en el cielo. Alguna parte lógica de su cerebro comprendió que el secuestro de Echo
había sido el principal objetivo desde el principio.
2
Los huracanes se forman cuando la energía expulsada por la condensación del vapor de agua
presente en el aire cálido en elevación causa un bucle de alimentación positiva sobre las aguas templadas
de los océanos. El aire se calienta, elevándose aún más, lo que conduce a más condensación. El aire que
fluye hacia el exterior de esta "chimenea" vuelve a la superficie, formando vientos muy fuertes.
Envolviendo el viento alrededor del anillo de fuego, Vapre entrelazó los dos,
girándolos en un tornado de fuego que iluminó el cielo oscuro. Luego, con un gesto de
su mano, envió el remolino ciclónico hacia dos de las arpías, chupándolas en el vórtice
antes de que pudieran escapar.
—No hagas daño a Echo —Eyce sin perder el ritmo observo a la arpía que
mantenía a su pareja. Se puso de pie justo debajo de ella, con los brazos extendidos.
Echo cayó dos veces, dando un salto mortal a través del aire y aterrizando en
169
los brazos de un hombre pequeño con los ojos brillantes. La figura se rió
malvadamente, agarrando a Echo a su pecho, luego simplemente desapareció.
Más pies se apresuraron a través del patio, y Vapre parpadeo hasta encontrar a
cada miembro de la casa reunido en torno a él.
—Yo sé dónde está —dijo Mac al instante.
Eso, como ninguna otra cosa podría calmar a Vapre mientras dejaba que se
consumiera la furia, el tornado se redujo hasta que parpadeó desapareciendo.
—¿Dónde?— exigió.
Ares lanzo su largo cabello negro sobre su hombro desnudo, ¿el hombre no
poseía camisas? y se rio. 170
—Has oído el dicho acerca de hacer tratos con el diablo.
Ares miró por encima del hombro de una manera aburrida y suspiró.
—Estoy muy consciente de las leyes que las sostienen —Hex estuvo de
acuerdo—. A menos que uno de nosotros falle en sus tareas, no puedes tocarlo.
—Bien, es tuyo —dijo Ares, por fin, pero no sonaba contento—. Vas a ser mío.
—Añadió hacia Hex, e hizo una profunda reverencia y desapareció como era su estilo.
—¡Lo hiciste! —Él inclinó la cabeza hacia atrás y sonrió, sin verse asustado en
lo más mínimo o perturbado por lo que acababa de ocurrir.
—¿Por qué Ares quiere tanto a Hex? —Echo alisó sus dedos por el pecho de
Vapre mientras hablaba.
—Eso es algo que tendrás que preguntar a Hex —dijo evasivamente Vapre
mientras se movía en el sofá, tirando de Echo cerca. El hombre apenas había dejado a
Echo en los tres días desde la luna nueva. Fue agradable al principio, pero Echo estaba
empezando a sentirse un poco sofocado.
—Lo sé, y voy a estar mejor en poco tiempo. Sólo tienes que disfrutar un poco
más de tiempo. —Su lengua trazó por el lado de la garganta de Echo—. ¿Por favor?
—Sí, lo harás.
Echo abrió la boca para discutir antes de que las palabras de Hex se hundieran,
y él se quedó en estado de shock.
—¿En serio?
—Si —Hex rió y abrió los brazos para que Echo fuera a él.
—¿No vas a darme excusas o razonamientos tontos de por qué no puedo ir?
—No esta vez —dijo Hex alrededor de su sonrisa—. ¿Crees que lo sabes todo,
¿eh?
—Yo no sé por qué Ares está empeñado en contar contigo —Echo arqueó una
ceja, pescando con caña para obtener información. 174
—Te lo diré más tarde —Hex cubrió.
Echo asintió mientras mentalmente hacia una lista de lo que necesitaría para
llevar.
—Tengo siete de los hombres más fuertes del planeta quienes desgarrarían a
cualquier persona que tratara de hacerme daño. ¿Por qué habría de tener miedo?
Oh, kay.
—Así que, supongo que es algo así como Syx. Quiero decir que puede caer en
las mentes de las personas e implantar pensamientos y cosas por el estilo.
—Él es un poco más fuerte que eso —respondió con cautela Eyce—. Al
parecer, él tiene el poder de posesión de todo el cuerpo.
—Oh, ¡ya saben lo que quise decir! —Él se quejó en voz baja durante un
minuto, luego se dirigió a la habitación de nuevo—. Así que, si sabemos lo que es
Sage, y sabemos que está trabajando con Ares, ¿por qué necesitamos encontrar esa
cueva?
176
Sus hombres hicieron esa cosa molesta donde se dieron mutuamente miradas
significativas de nuevo. Estaban empezando a irritar los nervios de Echo.
—¿Otro como Sage? ¿Es una broma? Y estamos, ¿qué? ¿Vamos a buscarlo y
darle una buena paliza?
—No exactamente —Hex respondió vagamente, y Echo les gruñó. Parecía que
iba a ser un buen argumento, después de todo.
Por suerte, Fiero y Myst eligieron ese momento para venir corriendo por la
puerta principal.
—Vamos a ver —Fiero agitó una mano para que lo siguiera y se lanzó hacia la
puerta.
—¡Sorpresa!
Echo volvió la cabeza hacia atrás lentamente, sin saber lo que iba a encontrar, y
casi se ahogó.
—Tú... tú me compraste...
—¿Te gusta? —preguntó Onyx, casi saltando junto a la más brillante, más
hermosa SUV que Echo había visto en su vida. Era una mirada extraña para un
hombre tan grande.
—Pensamos en un coche deportivo, pero quería que tuvieras doble tracción
durante el invierno —Eyce explico mientras conducía a Echo por las escaleras—. Esto
es mucho más seguro también, y lo suficientemente grande para todos nosotros en un
apuro.
—¿Qué es?
—Es una de Denali, por supuesto —Vapre dijo esto como si debería haber sido
evidente—. Ataviado con todas las campanas y silbatos y cualquier otra cosa que
puedas desear o pedir.
—¿Me han comprado un coche? —dijo Echo en un hilo de voz. En realidad le 178
habían comprado un maldito coche.
—Nada es demasiado para nuestro compañero —dijo con orgullo Hex—. Sólo
lo mejor para ti, cariño.
—Te vamos a enseñar. —La mano de Hex aterrizó sobre sus hombros y
empezó a frotar los músculos tensos—. Entonces tomaras la prueba y obtendrás una
licencia. Queríamos que tuvieras algo propio, algo que te dará un poco más de
independencia.
—Gracias —susurró Echo, la voz ronca por las lágrimas contenidas—. Es
hermoso, y me encanta.
Echo nunca había estado en una cita antes, pero supuso que su primera salida
real con sus hombres tenía que ser la mejor en la historia. Sus amantes estaban vestidos 179
de punta en blanco con trajes a medida de aspecto caro con corbatas y gemelos.
Incluso habían pensado con antelación y compraron un magnífico traje Armani para
Echo. Se veía bastante bien en el, también, se decía a sí mismo.
—Me alegro de que haya disfrutado, bebé. Vamos a hacerlo de nuevo pronto.
Echo volvió el rostro en el pecho de Syx y sonrió. Sus hombres estaban siempre
tratando de hacer su vida lo más normal posible, y los adoraba por ello. Al estar
acoplado a siete demonios guerreros casi seguro de que nada en su vida volvería a ser
normal. Personalmente, él lo prefería así.
180
—El juego suena como una gran idea —dijo Eyce desde el asiento del
conductor—. Echo, ¿cuándo es tu cumpleaños?
Echo se echó a reír y no creyó que alguna vez sería capaz de parar. Cuando
finalmente puso su diversión bajo control, él respiró hondo y soltó el aire en un suspiro
de felicidad.
—¿A qué hora nos vamos mañana? —No sabía que esperar del viaje o lo que
iban a encontrar al llegar a su destino, pero estaba decidido a hacer su parte.
—Primera luz —dijo Hex al lado de Eyce.
Sus amantes se rieron entre dientes, pero Echo tenía la sensación de que no iba
a salirse con la suya en esto.
—Ah, y tenemos que asegurarnos que haya sangre fresca para Jinx y Syn antes
de irnos, sobre todo si no sabemos cuánto tiempo nos vamos.
181
—Buena idea —dijo Eyce con aprobación—. Y tal vez uno de nosotros debería
estar aquí con ellos. Están bastante indefensos durante el día.
—Esto parece ser un tema recurrente —Vapre gruñó detrás de ellos que estaba
sentado en la tercera fila de asientos—. Sería bueno para él estar mal por una vez.
Sonriendo para sí, Echo dejó que sus párpados se cerraran y se acurrucó en el
abrazo de Syx. Puede ser que tomara un poco más de entrenamiento, pero con el
tiempo sus hombres se enterarían.
Fin
Sobre el Autor
Gabrielle Evans creció en una pequeña ciudad en el sur de Oklahoma.
Estamos hablando de una luz roja que puede o no funcionar dependiendo del
día de la semana. Se casó con su novio de la secundaria y el resto es más o menos la
historia. Tienen dos niños muy activos y un muy nervioso perro salchicha que la
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mantiene en constante movimiento. Por el momento, aparca su coche en el norte,
centro de Texas, pero quién sabe lo que hará mañana.
Gabrielle cree en el amor a primera vista, en caer fuerte y rápido, tomar riesgos,
y tomar su feliz para siempre con las dos manos.
Ella también cree que una buena taza de café puede curar cualquier cosa.
Coordinación de Proyectos
Traducción
Roxx
183
Corrección
Leluli
Limpieza de Portada
Clau
Diseño y Formato
Pervy