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LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA
ENSAYO: “APEGO”
INTEGRANTES:
El tema de este presente escrito es Apego, así que se hablara sobre su definición,
tipos de apego y el cómo puede llegar a afectar en los adolescentes, además de
cómo es que el apego se puede llegar a un juicio, esto se hará con una ardua
investigación sobre el tema y con base a la teoría formulada por John Bowlby y
Mary Ainsworth sobre el apego o vínculo afectivo que se establece entre madre e
hijo que constituye uno de los planteamientos teóricos más sólidos en el campo
del desarrollo socio-emocional.
El fin de esta investigación es saber más sobre el tema del apego en el ámbito
jurídico, más específicamente en los juzgados familiares, los tipos que podemos
encontrar al momento de realizar valoraciones y aplicaciones de pruebas, para así
poder realizar un buen análisis y que, al momento de realizar algún dictamen,
sepamos identificar y saber colocar la información correspondiente.
Así bien, nos planteamos la siguiente pregunta ¿Cómo afecta el apego en una
situación jurídica? El apego es un factor determinante en el desarrollo
socioemocional de los niños y adolescentes.
El apego es ese vínculo especial que tenemos solo con algunas personas,
personas que son como el oxígeno de nuestra vida emocional. Como el oxígeno,
pueden no estar en primer plano todo el tiempo. Podemos olvidarnos de que
están. Incluso pueden divertirnos más otras personas, podemos elegir a otras para
pasar nuestros ratos libres o para hacer nuestros programas. Sin embargo, las
figuras de apego son las que dan eje a nuestra vida. En ellas buscamos seguridad
para mantenernos firmes, consuelo para cuando las cosas van difíciles, aliento
para avanzar cuando todo va bien. El vínculo de apego es el que nos une a
nuestros padres en la infancia, y a lo largo de la vida a otras personas nuevas, que
van complementando o reemplazando esos primeros lugares de nuestros padres:
la pareja, el amigo íntimo, un hermano. Son esas figuras especiales, en cuya
compañía y contacto nos sentimos “en casa”. Es en ese vínculo donde nos
conocen, donde podemos confiar, donde nos sentimos seguros, donde
recargamos nuestra batería. Es nuestra base en el mundo. Cada tanto
necesitamos volver a estos vínculos, que es como volver a la base, y allí
recargarnos de energía y confianza.
Este vínculo proporciona al niño seguridad, afecto y una base para explorar el
mundo.
También es cierto que según la manera en que se hayan recibido cada uno de
esos componentes por parte de las figuras de apego será cómo luego el niño
estructure estas mismas cualidades internamente. Así, si no he sido bien
comprendido es posible que me cueste ser un buen comunicador, si no he sido
regulado emocionalmente es difícil que me pueda autorregular, si no he sido
respetado es difícil que respete a los demás o puedo someterme a ellos, si no he
recibido empatía es difícil que pueda empatizar con los demás o tenga conexión
con mis propios sentimientos. Apegarse es biológico, y establecer un vínculo
fuerte y especial con alguien, superior en jerarquía a los otros vínculos, está
genéticamente programado en nosotros. Pero apegarse no quiere decir
necesariamente apegarse con seguridad. Hay apego seguro y también hay apego
inseguro (y distintos tipos de inseguridad).
La teoría del apego constituye una de las construcciones teóricas más solidas
dentro del campo del desarrollo socioemocional. Desde sus planteamientos
iniciales, a finales de los 50, esta teoría ha experimentado importantes
modificaciones y ha ido recogiendo las críticas y las aportaciones de distintos
investigadores que, lejos de debilitarla, la han dotado de un vigor y una solidez
considerable.
El surgimiento de la teoría del apego puede considerarse sin ninguna duda uno de
los hitos fundamentales de la psicología contemporánea. Alejándose de los
planteamientos teóricos psicoanalíticos, que habían considerado que el estrecho
vínculo afectivo que se establecía entre el bebé y su madre era un amor
interesado que surgía a partir de las experiencias de alimentación con la madre,
John Bowlby (1907-1991) supo elaborar una elegante teoría en el marco de la
etología. No obstante, a pesar de mostrar una indudable orientación etológica al
considerar el apego entre madre e hijo como una conducta instintiva con un claro
valor adaptativo, su concepción de la conducta instintiva iba más allá de las
explicaciones que habían ofrecido etólogos como Lorenz, con un modelo
energético-hidraúlico muy en consonancia con los antiguos postulados de la física
mecánica. Basándose en la teoría de los sistemas de control, Bolwlby (1969)
planteó que la conducta instintiva no es una pauta fija de comportamiento que se
reproduce siempre de la misma forma ante una determinada estimulación, sino un
plan programado con corrección de objetivos en función de la retroalimentación,
que se adapta, modificándose, a las condiciones ambientales.
El modelo de Bolwby
Tipos de apego
A partir, de estos datos, quedaba claro que el niño utiliza a la madre como una
base segura para la exploración, y que la percepción de cualquier amenaza
activaba las conductas de apego y hacía desaparecer las conductas exploratorias.
Cuando Ainsworth examinó las observaciones que había realizado en los hogares
de estos niños, encontró que sus madres habían sido calificadas como muy
sensibles y responsivas a las llamadas del bebé, mostrándose disponibles cuando
sus hijos las necesitaban. En cuanto a los niños, lloraban poco en casa y usaban a
su madre como una base segura para explorar.
Ainsworth creía que estos niños mostraban un patrón saludable en sus conductas
de apego. La responsividad diaria de sus madres les había dado confianza en
ellas como protección, por lo que su simple presencia en la Situación del Extraño
les animaba a explorar los alrededores. Al mismo tiempo, sus respuestas a su
partida y regreso revelaban la fuerte necesidad que tenían de su proximidad. Este
modelo ha sido encontrado en un 65-70% de los niños observados en distintas
investigaciones realizadas en EE.UU.
Un aspecto muy destacado del comportamiento de estas madres tiene que ver con
su actitud ante la conducta exploratoria del niño, ya que los estudios que han
considerado este aspecto han hallado que tienden a intervenir cuando el niño
explora, interfiriendo con esta conducta. Este aspecto, unido al anterior, aumenta
la dependencia y falta de autonomía del niño, y sirve para explicar la percepción
que el niño puede llegar a tener sobre el comportamiento contradictorio de la
madre.
Así, la no responsividad materna puede verse como una estrategia para aumentar
la petición de atención del niño. Al igual que la inmadurez del niño aumenta la
conducta de cuidados de la madre, la incompetencia de la madre aumenta la
atención del niño a la madre, en una reversibilidad de roles.
¿Cómo afecta?
Uno de los requisitos fundamentales para un desarrollo psicoemocional adecuado
es la calidad del vínculo paternofilial (Bowlby, 1999), esto nos habla sobre el
apego como un vínculo establecido entre niño y progenitores mediante un
proceso de relación progresivo.
El pego inseguro se constituye en un factor de riesgo en el desarrollo de las
conductas antisociales. Si las conductas de los cuidadores primarios son
permanentemente inconsistentes y/o de rechazo genera en el niño sentimientos
de ira ante el estado de incertidumbre con relación a la disponibilidad de sus
figuras de apego (Bowlby, 1976), los cuidadores son el elemento esencial para
que el menor genere o no un tipo de apego, siendo esto “peligroso” para el
desarrollo de esté.
El apego es importante para la conformación de la seguridad del niño y mediante
la que establecerá vínculos interpersonales adecuados. La calidad y tipo de apego
es esencial para la capacidad de la empatía y modulación de sus impulsos,
además de la construir un sentimiento de pertenencia, así como también
importante el de autoconcepto. Por consiguiente, un apego seguro permitirá la
formación de una conciencia ética y adaptación social.
El déficit en los vínculos primarios se presenta como condición de los
comportamientos que implican una transgresión a la ley penal en los adolescentes
(Sarmiento et al., 2010), teniendo esto en cuenta para la etapa de la
adolescencia el apego puede conducir varios problemas conductuales,
especialmente en situaciones de estrés o cambios en el entorno. La
incapacidad que presenta el adolescente para pedir ser reconfortado puede
llevarlo a tener comportamientos hostiles y antisociales
El adolescente comprometido en hechos antisociales presenta un tipo de
desorganización de la personalidad de un carácter especial que lo hacen
inubicable dentro de los cuadros de la nosología clásica. Difiere de lo normal en un
tipo de perturbación surgida de una distinta entidad nosológica debido a la
circunstancia, recurrencia y originalidad de sus características específicas.
Entre ellas son: la compulsividad a la acción (siendo ésta la característica
predominante), la intolerancia a la tensión y frustración, una visión tergiversada de
la realidad, la noción del tiempo como presente absoluto, la presencia de fallas en
el proceso de simbolización, el manejo del mundo como un objeto, inmadurez
cognitiva, pobreza de juicio, marcada impulsividad, vulnerabilidad yoica,
perturbación en los vínculos interpersonales, entre las características más
relevantes (Varela et al, 1992), siendo todo esto importante de conocer para
saber a lo que puede llevar el cómo se maneja la crianza de los menores,
llevándolos así a padecer o caer en ciertas conductas o patrones que
pueden afectar su desarrollo, el que se desarrollen las características antes
mencionadas puede considerarse como una vinculación a las conductas
transgresoras y así tener algún conflicto con la ley penal, por la
desorganización de la personalidad.
El Apego a a Juicio.
Las aplicaciones de La Teoría del Apego y el Criterio del Interés Superior del Niño
y la Niña llevada a los juzgados de familia, en temas relacionados con la
protección y custodia infantil, ofrece orientación para la práctica judicial basada en
la investigación sobre apego (Byrne et al., 2005; Smith et al., 2012):
(1) Se examina las aplicaciones de la teoría del apego en los juzgados de familia
en el contexto actual del criterio del interés superior del niño o la niña.
Esta parte número uno va dedicada a las observaciones sobre los problemas
que pueden llegar a surgir mediante la aplicación de la teoría y también la
investigación sobre apego en un contexto de los juzgados de familia.
Este fragmento me recordó mucho a una de las clases que tuvimos ya que
se hablaba sobre que los abogados son muy escépticos en cuestión a lo que
decimos ya que ellos se enfocan más en a lo que está comprobado o
apegado a la ley volviéndolo un poco difícil al hablar de estos temas como lo
es el apego.
CONCLUSIONES.
REFERENCIAS.
North, G. (2019). Assessing for bruises on the soul: Identifying and evidencing
childhood emotional abuse. Journal of Social Welfare and Family Law,
41(3), 302-320. https://doi.org/10.1080/09649069.2019.1627086
Sarmiento A., Várela, O., Puhl S., Izcurdia M. (2009) "La psicología en el campo
jurídico" Ed. ECUA Bs. As.
Smith, G., Coffino, B., Van Horn, P., & Lieberman, A. (2012). Attachment and child
custody: The importance of available parents. In K. Kuehnle & L. Drozd
(Eds.), Parenting plan evaluations: Applied research for the family court (pp.
5-24). Oxford University Press.
ANEXO