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Regulación del procedimiento administrativo

De acuerdo al Artículo 29 de la LPAG, se entiende por procedimiento


administrativo al conjunto de actos y diligencias tramitados en las entidades,
conducentes a la emisión de un acto administrativo que produzca efectos
jurídicos individuales o individualizables que involucren intereses, obligaciones
o derechos de los administrados.

En ese sentido, para la emisión de todo acto administrativo es necesario que se


siga el procedimiento determinado por el ordenamiento jurídico para tal efecto.
La LPAG regula los siguientes procedimientos administrativos:

1. de aprobación automática;
2. de evaluación previa por la entidad; y,
3. procedimientos especiales (trilaterales y sancionadores)

Cada uno de estos procedimientos establece una serie de actos y diligencias


que se deben cumplir, a efectos de garantizar los derechos de las partes
involucradas en el procedimiento y el interés público.

Sin perjuicio de lo anterior, cuando la autoridad administrativa tramita un


procedimiento o emite un acto administrativo que puede afectar la situación
jurídica de un administrado es necesario que tenga presente el contenido del
debido procedimiento establecido en el Artículo IV del Título Preliminar de la
LPAG13 y en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional.

Según este Colegiado los aspectos mínimos que debería tener en cuenta
cualquier autoridad del Estado antes de emitir un pronunciamiento son los
siguientes:

(i) el derecho a ser oído sobre su pedido;


(ii) el derecho a que presente argumentos y evidencia a favor de su
pedido; y,
(iii) el derecho a que la decisión de la autoridad se encuentre
motivada.

Ciertamente, este es un contenido mínimo que se irá expandiendo en función


del procedimiento que se trate. El objetivo es que la autoridad adopte la mejor
decisión en aras del interés público y de los derechos de los administrados,
luego de haber escuchado, analizado y evaluado sus argumentos.

Ahora bien, luego de revisar qué es el acto administrativo, cuáles son sus
requisitos de validez y qué características debe tener el procedimiento, resulta
conveniente preguntarse lo siguiente: ¿qué sucede si es que el acto
administrativo no cumple con algunos de los requisitos de validez o no se ha
respetado el procedimiento establecido para su emisión? Es ante esa situación
que se debe recurrir a la figura de la revisión del acto administrativo para
responder esa pregunta.

Dicha institución se encarga de desarrollar cómo se inicia el procedimiento de


control de los vicios y errores en que haya podido incurrir la autoridad al emitir
un acto administrativo.

Revisión de un acto administrativo

De acuerdo a Valdez Calle, citado por Espinosa-Saldaña Barrera, “…aun la


administración mejor organizada e intencionada es susceptible de incurrir en
error o, por lo menos, de dictar actos objetables por cualquier causa”. Por esa
razón, los ordenamientos jurídicos prevén la posibilidad de que se puedan
revisar los actos administrativos tanto en sede administrativa como en el Poder
Judicial.

La revisión de actos administrativos presupone la emisión de un acto


administrativo sobre el cual recaerá, posteriormente, el acto revisor, a efectos
de analizar y evaluar tanto los aspectos formales y procedimentales que se ha
seguido para su emisión, así como el contenido del acto para que no vulnere
un derecho de los administrados y el interés público. El objetivo de esta
actividad es garantizar que los actos administrativos que impacten en las
situaciones y relaciones jurídicas de los administrados sean conforme al
Derecho.

La revisión de los actos administrativos puede traer como consecuencia la


modificación de sus efectos jurídicos o la extinción de estos. Esta figura se
puede clasificar, en función a los órganos, de la siguiente manera:
(i) Revisión por órganos no administrativos. De acuerdo al tipo de vía que se
utilice para cuestionar el acto administrativo, este tipo de control se puede
subdividir de la siguiente manera:

i.a) Mediante el proceso contencioso administrativo. Esta clase de


revisión de actos administrativos es la que el Estado lleva a cabo
a través de sus órganos jurisdiccionales. Esta vía está reconocida
en el Numeral 218.1 del Artículo 218 de la LPAG que indica que los
actos administrativos que agotan la vía administrativa, podrán ser
impugnados ante el Poder Judicial mediante el proceso
contencioso administrativo. Este proceso se encuentra
desarrollado, a su vez, a través de la Ley Nº 27584, Ley que
Regula el Proceso Contencioso Administrativo.

i.b) Mediante el proceso de amparo. Esta clase de revisión de


actos administrativos es la que los jueces constitucionales llevan a cabo
a través de sus órganos jurisdiccionales ante cualquier acto o
hecho que vulnera un derecho constitucional, entre los cuales se
pueden encontrar los actos que pueden realizar funcionarios
administrativos al emitir un acto administrativo. Este tipo de
proceso se encuentra regulado en el Código Procesal
Constitucional, Ley Nº 28237, donde se establece los fines y requisitos
de este proceso para su procedencia.

(ii) Revisión al interior de la Administración Pública. De acuerdo a la iniciativa


para revisar el acto administrativo, este tipo de revisión se puede subdividir de
la siguiente manera:

ii.a) De oficio. Esta clase de revisión es a iniciativa de la propia


autoridad sin que ninguna de las partes afectadas por el acto lo
haya solicitado.

ii.b) A iniciativa de parte. En esta clase de revisión la parte


agraviada por el acto administrativo solicita su revisión. De
acuerdo al objeto de la presente Guía, no se abordará la revisión
por órganos no administrativos, sino que solo se concentrará
en la revisión de los actos administrativos al interior de la
Administración Pública.
RECTIFICACIÓN DE ERRORES DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS
Dado que la administración se encuentra conformada por seres humanos, estos pueden
equivocarse. De hecho, la administración pública debe estar sometida a
determinados controles, sean administrativos, políticos, ciudadanos o jurisdiccionales, a
fin de funcionar de manera eficiente, evitando afectar los derechos e intereses de los
administrados.
En tal sentido, el Texto Único Ordenado de la Ley del Procedimiento Administrativo
General(en adelante el TUO) establece la posibilidad de que los actos de las autoridades
administrativas sean susceptibles de revisión por parte de la administración. Esto se
configura como un mecanismo de control administrativo de las actuaciones de la propia
entidad administrativa.

REVISIÓN DE OFICIO VS. REVISIÓN A PEDIDO DE PARTE


Ahora bien, esta revisión administrativa puede hacerse de oficio o a pedido de parte.
 Es de oficio cuando la propia autoridad corrige, anula o revoca el acto
administrativo, como veremos a continuación.
 Es a pedido de parte cuando es el administrado el que, al verse afectado por el
acto administrativo en cuestión, solicita su revisión a través de un recurso
administrativo, sea de reconsideración, apelación o revisión.
Una importante garantía al nivel de la revisión de actos administrativos estriba en el
hecho de que no serán revisables en sede administrativa, en ningún caso, los actos que
hayan sido objeto de confirmación por sentencia judicial firme. Dicha confirmación es,
en todo caso, el resultado de un proceso contencioso administrativo en el cual se
pretendía la impugnación de dicho acto.
Este principio deja en claro, en primer lugar, la virtualidad de las facultades de control
que posee el Poder Judicial sobre la administración pública, que se materializa en la
existencia del proceso contencioso administrativo. Asimismo, limita claramente las
facultades revisoras de la administración, permitiendo la conservación de la seguridad
jurídica, a favor del interesado y de la colectividad en su conjunto..

LA RECTIFICACIÓN DE ERRORES
La norma preceptúa, dentro de los mecanismos de revisión de oficio, que los errores
materiales o aritméticos en los actos administrativos pueden ser rectificados con efecto
retroactivo, en cualquier momento, de oficio o a instancia de los administrados,
operando ello siempre que no se altere lo sustancial del contenido del acto ni el sentido
de la decisión.
Una primera característica clave de este mecanismo de revisión es su efecto retroactivo,
lo cual también se conoce como eficacia anticipada. Esta es una particularidad que
comparte con los actos de enmienda y con los actos anulatorios, y que tiene por
finalidad tutelar tanto el interés general como el de los administrados, asegurando que el
error se corrija desde la emisión del acto administrativo.
Tenemos en segundo lugar que dicha rectificación puede operar en cualquier momento.
Es decir, no se encuentra sometida a un plazo. Esta es una diferencia clave con
la nulidad de oficio, que es otro mecanismo de revisión de oficio y que conforme el
TUO se encuentra sometida a un plazo determinado. Ello tiene sentido puesto
que, mientras la rectificación mantiene el acto, la nulidad de oficio lo deja sin efecto.
La definición de la rectificación de errores en el TUO permite concluir además que nos
encontramos ante una forma mixta de revisión de actos administrativos, puesto que
tanto puede operar de oficio, como a pedido de parte, siendo que en este último caso no
constituye un recurso sino un mecanismo de corrección del acto administrativo[4]. De
hecho, es un mecanismo preferible al recurso, puesto que se resuelve de manera más
expeditiva.
RECTIFICACIÓN DE ERRORES MATERIALES

Los errores materiales son aquellos que pueden deducirse fácilmente de la propia
resolución o de la confrontación de esta con el expediente administrativo.
Los errores aritméticos se enfocan a los caracteres numéricos, y son el resultado de
operaciones mal realizadas. De hecho, los errores aritméticos constituyen una especie de
errores materiales.
Estos errores tienen la característica común de que su corrección no altera la decisión
tomada; excluyéndose evidentemente las cuestiones de derecho, la valoración de las
pruebas, el alcance de los hechos y cualquier otra consideración de hecho o de derecho
que afecte los efectos del acto administrativo o su validez.
Sin embargo, existen algunas situaciones límites que deben ser analizadas con cuidado a
fin de emplear el mecanismo de revisión pertinente.
La norma establece que la rectificación de errores adopta las formas y modalidades de
comunicación o publicación que corresponda para el acto administrativo original. Ello
implica que el acto rectificatorio debe emitirse con idéntica formalidad —este contenido
en un oficio, carta, memorándum o resolución emanada de la Administración— y por el
mismo funcionario que emitió el mismo.

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