Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Hace ya varios años que nos acercamos al trabajo psicológico en el campo del
envejecimiento y la vejez y esto, sin duda, ha marcado muy fuerte nuestro quehacer
profesional y académico. Mucho camino hemos recorrido desde los primeros encuentros
con ancianos, los cuales estaban muy marcados por las advertencias de varios de
nuestros profesores de aquel entonces, respecto a que trabajar con viejos, nos enfrentaba
primeros encuentros con los adultos mayores, éstos nos presentaron un panorama
diferente, que cuestiona esa mirada ‘esencialista’ que incluye cándidamente esos temas
permitido comprender que mucho de las mismas tienen más que ver con temores y
aspectos no resueltos de los profesionales, que con una situación propia de la vejez
1
Tomado de Mercedes Zerda, 2004: 1.
como etapa vital (Berriel, Lladó y Pérez, 1995). Comprender esto, además de abrirme
en las singularidades del trabajo con adultos mayores y definir una determinada línea de
prejuicios.
ni nuevo, ni aislado, sino que es una producción social que impregna la sociedad
roles, pero por sobre todo, producen subjetividad y deseo, a la vez que tienden a
sobre el envejecimiento3, vemos que los mayores no son una población homogénea,
pues los mismos reafirman aquella máxima popular respecto a que las personas
envejecen según como han vivido. Estos resultados están paulatinamente llevando a que,
como una etapa más del ciclo vital. Desde esta perspectiva, la vejez aparece como una
etapa del desarrollo, donde existen pérdidas y ganancias como en otros momentos
vitales (Fernández Ballesteros, 1996). Según la relación entre éstas, será el tipo de
2
Salvarezza traduce como viejismo el término “ageism”, introducido por Butler y Lewis en 1973 (citados
por Salvarezza, 1988: 23), para designar una serie de actitudes y conductas sociales negativas hacia los
viejos.
3
Véase al respecto las investigaciones citadas en los clásicos textos de Lehr, 1988; Belsky, 1996 y
Fernández - Ballesteros, 1996.
De esta forma, ya tempranamente el trabajo con viejos nos fue enseñando que no
existe nada que sea una “esencia” de la vejez, sino que la misma es fundamentalmente
Fernando Berriel hace ya algún tiempo, “el tener 20, 50 u 80 años no tiene en sí mismo
social histórico y a la cultura” (Berriel y Pérez, 1996: 51). Según esto, no existe una
única manera de envejecer, sino que se envejecerá según como se viva y signifique el
Y aquí aparecen dos grandes dimensiones que van a orientar esta construcción
rasgos de personalidad.
universal de envejecer, sino que cada sociedad, cada cultura y cada época va pautando,
que se le puede dar en una tribu del Amazonas. No es lo mismo ser viejo o vieja en una
ciudad con mucha población, que en un medio rural. Pero tampoco es lo mismo ser
viejo o vieja en nuestra actual sociedad occidental capitalista, que serlo en una
cultura y hábitat4. En las personas viejas que hay detrás de cada uno de estos ejemplos,
4
Resulta muy interesante confrontar la percepción positiva y deseo de ser viejo en las comunidades
Aymaras de la actual Bolivia, muy ligado a la valoración social de los mismos, con lo que sucede cuando
éstos emigran a la ciudad y deben sobrevivir en una cultura occidental. Pobreza, depresión y demencia
(“depresión, soledad y muerte”, como nos decían algunos de nuestros profesores en los inicios) parecen
ser respuestas “adaptativas” comunes en estos casos. Al respecto, recomendamos la lectura del trabajo de
Mercedes Zerda (2004) sobre la migración de indígenas de edad avanzada que, siendo de origen Aymara,
si bien pueden compartir los años que los separan de su nacimiento, la significación del
envejecer y de su actual etapa, cómo se perciban en tanto viejos y sus vínculos, serán
que cada persona construya subjetivamente su posición respecto a su vejez con relación
al colectivo, va a estar muy marcada por sus rasgos de personalidad. De esta forma,
tipo de envejecer, convirtiéndose en viejos diferentes según sus rasgos (Zarebski, 1999
y 2005; Pérez, 2004), los cuales se potenciarán de acuerdo al valor social que se le
atribuya al envejecer.
ser ajeno a este proceso de producción de sentido, sólo puede ser abordado inscripto dentro
se trasladan del campo a la ciudad de El Alto o a los barrios más pobres de La Paz, Bolivia
5
Con “rasgos de personalidad”, hacemos referencia a fenómenos subjetivos que nunca son
“intrapsíquicos”, o que estén por fuera de lo social. Muy por el contrario, son construidos a lo largo de la
vida en un contexto social cultural que favorecerá o no la expresión de determinadas características y
conflictivas. Aquí los utilizamos en su aspecto operativo, referidos a las relaciones que establece el sujeto
con algunas conflictivas psíquicas, la incidencia de las mismas en la construcción del proyecto de vida y
los planos de repetición puestos en juego en el mismo.
Ahora bien, ¿cómo fue surgiendo este tema en el trabajo con el envejecimiento?.
Las primeras observaciones vienen del ámbito clínico con adultos y con viejos. Tres
hacer con el cuerpo, o, si se quiere, la conciencia de una primer distancia del organismo
esquema e imagen corporal y las prácticas y eficacia del cuerpo (Pérez, 1996). Es
han querido realizar un movimiento de esfuerzo corporal conocido (como por ejemplo
“Cuando fui a saltar el muro, tenía toda idea que era una altura que no me iba
a dar problemas. Pero cuando caí, sentí el cuerpo totalmente pesado, sentí el golpe
muy fuerte (¿?) como que fuese un cuerpo distinto ...”, nos decía un paciente varón de
38 años.
entendía porqué. (...) Parecía que las distancias fueran diferentes, o que el brazo no me
6
En el ámbito científico, los estudios realizados desde el paradigma biomédico (positivista y
hegemónico), en general han cometido el error de confundir y pretender explicar el cuerpo desde las
lógicas y dinámicas del organismo. Afortunadamente, recientes estudios provenientes de diferentes
campos científicos, han puesto de manifiesto que mientras el organismo remite al sustrato biológico, el
cuerpo refiere a la representación mental, a la significación y producciones de sentido, a la historia de
cada persona, a los afectos y su sexualidad. De esta forma, ambos constructos teóricos (organismo y
cuerpo) responden a lógicas de sentido diferentes que no deberían confundirse. Al respecto véase Pérez,
2005.
7
Salvarezza ubica la misma entre los 45 y 65 años. La define como “la época en que la mayoría de la
gente ha encontrado el modo subsistencia propio y el de su familia, y el momento en el cual han
terminado la crianza y cuidado de sus hijos, actividad que suele suplantarse con el cuidado y
preocupación por los propios padres” (1988: 40)
respondía como yo quería....”, nos comentaba una paciente mujer de 41 años,
otros – en un registro imaginario y lo que nos devuelven los demás desde lo real:
“Cuando vi las fotos de hace dos veranos..... fue horrible. Estaba tan distinta.
Ahí me di cuenta de cómo he cambiado.....”, nos comentaba otra señora, esta vez en el
“El otro día me encontré con una amiga que hacía varios años que no veía.
Quedé impresionada por lo cambiada que estaba (...).La encontré mucho más vieja,
más arrugada..... Y ahí pensé, claro, yo también debo estar así (...). Lo que pasa es que
años en un grupo.
En los dos puntos anteriores, el paso del tiempo parece ser señalado desde un
que nos representamos de nuestro cuerpo y lo que efectivamente el mismo nos devuelve
desde la acción. Una primer distancia entre los procesos psíquicos y los biológicos.
eficiencia en la producción de sentidos sobre la edad, una serie de mensajes que nos
llegan desde lo social. Por ejemplo, en algún momento del envejecer alguien nos
nombra por primera vez de otra forma, ubicándonos en una edad que internamente no
común el pasaje de ser nombrados de ‘tu’ (‘vos’ en el Río de la Plata) al “ud.”. O cómo
primero por la edad, ahí es cuando digo, ah, claro, es porque soy vieja”
tiempos. Coincidimos en este punto con el planteo que realiza Graciela Zarebski (1999),
respecto a que, mientras la biología – la eficiencia del cuerpo para las prácticas - y lo
social - los lugares asignados – señalan el paso del tiempo, los procesos psicológicos -
donde incluimos la imagen corporal - resisten este cambio. Es en este interjuego que se
percepciones, vínculos, etc. (Schilder, 1935, Bruchon – Schweitzer, 1992), que hacen a
(Berriel y Pérez, 2004, 2005 y 2006). De esta forma, los cambios en el cuerpo
en la identidad de la persona.
Desde este posicionamiento, es que tomamos total distancia de las concepciones
sobre la idea de que la imagen del cuerpo es una construcción que se da a lo largo de
toda la vida, aún en las edades más avanzadas, en una situación de continuo encuentro
con los otros. Esto hace a la constitución de la identidad, la cual va a estar muy
clínicas con otras metodologías, es que iniciamos, junto a Fernando Berriel, un período
los resultados de las mismas, construimos una serie de indicadores y una escala que
Como principal resultado de ese estudio, planteamos que la imagen del cuerpo
en los mayores surge como una configuración global pero no homogénea, compuesta
por una serie de facetas. En esa investigación, las variables género y edad demostraron
ser relevantes para estudiar la imagen del cuerpo. Pero también surgieron con mucha
8
Que fue aprobado y financiado por la Comisión Sectorial de Investigación Científica de la Universidad
de la República (CSIC), en su programa de inicio a la investigación.
fuerza, tres instituciones que no habían sido consideradas a priori: familia, trabajo y
proceso de construcción de la imagen del cuerpo en otras edades, a lo largo del proceso
de envejecimiento. Así, instrumentamos una nueva investigación9 sobre este tema con
adolescentes, jóvenes, adultos y adultos mayores, pero esta vez en términos relacionales
respecto a las representaciones sociales de familia, trabajo y salud que, cómo decíamos,
Un primer aspecto a señalar es que, al igual que lo que sucedía con adultos
como una configuración global y heterogénea, construida por diversas facetas que
refieren a distintos aspectos de esta representación psíquica del cuerpo (Berriel y Pérez,
2005 y 2006).
9
Que esta vez se diseñó como un estudio de I + D, también aprobado y financiado por CSIC.
10
El diseño, los resultados y las conclusiones de este estudio se encuentran publicados en Berriel y Pérez,
2005 y 2006.
experiencias sensoriales, sensuales y estéticas del cuerpo, la apertura o clausura al
disfrute propio y de los otros. Estos elementos en nuestra investigación los hemos
coincide con otro definido en una anterior investigación que realizó Bruchon –
Schweitzer (1992) sobre imagen del cuerpo en jóvenes franceses, en nuestro estudio
esta faceta resultó estar muy vinculada a tres aspectos fundamentalmente: género, edad
mirada de los otros (Berriel y Pérez, 2005 y 2006). Esta incidencia de los otros en la
refiriéndose al modelo postural del cuerpo. Sin embargo, nos interesa aquí subrayar que
cierre en las personas?. ¿A qué responde que una persona se habilite a una mayor
Tal vez también nos puedan ayudar a desarrollar las preguntas antes formuladas.
11
Como resultado del análisis factorial exploratorio de la EAPC, con rotación de varimax, se obtuvieron
cinco factores con ítems de saturaciones superiores a 0,45 (Berriel y Pérez, 2004: 47). Accesibilidad
/cierre a la experiencia corporal, constituye el Factor II de la EAPC.
En nuestra investigación (Berriel y Pérez, 2005 y 2006), uno de los aspectos que
corporal, fue el referido al género. Los varones de distintas edades mostraron una
valoración más positiva de su cuerpo, con un mayor grado de apertura a las experiencias
corporales que las mujeres12. Esto resulta coherente con lo señalado por Ana Ma.
Fernández (1994) respecto a las pautas culturales que prescriben una perspectiva
una imagen más desvalorizada y con menor grado de accesibilidad que en el resto.
Como contrapartida, en los adultos – que es el grupo etario que se ubica socialmente en
los principales lugares productivos, de decisión y poder - es donde aparece una imagen
más positiva.
Congruente con esto último, no sorprende que la categoría sentirse respetado por
la sociedad, la cuál estudia los mensajes y valoración social de que cada grupo es sujeto,
haya presentado los más bajos valores en los dos grupos etarios extremos de la muestra:
además de la edad, comparten sí, ser los dos sectores más alejados de los lugares de
experiencias corporales, estará muy influenciada por el género, la edad y los mensajes
sociales.
12
En una investigación posterior que hemos realizado sobre “reproducción social y biológica de la
población uruguaya, desde una perspectiva de género y generaciones”, este tema ha estado nuevamente
presente. En el mismo, la categoría género demostró nuevamente tener un peso muy importante en la
construcción del envejecimiento y los vínculos. De esta forma, entre otras cosas, concluimos que, “la
mayor cantidad de mujeres mayores solas en relación porcentual con los hombres, no responde
exclusivamente a un tema demográfico, sino que influye mucho en este hecho, una construcción subjetiva
de género” (Berriel, Paredes y Pérez, 2006: 63), que habilita o prohíbe la construcción de nuevas parejas
en la vejez.
Anteriormente planteábamos que la edad y el paso del tiempo, tiene relevancia
con el género o con los mensajes sociales. Entonces, resulta relevante analizar cómo se
van construyendo y reproduciendo estos aspectos. Y es en este punto, donde cobra gran
relevancia el papel de la familia, como una primer gran matriz de sentido, reproductora
2003), a la vez que oficia como estímulo importante para el accionar de los sujetos en la
sociedad, habilita o prohíbe gran parte de las estrategias de vida que se construyen
socialmente13.
las prácticas humanas concretas, los sujetos consideran que las desviaciones
13
Esto ha sido reafirmado por los resultados de otro reciente estudio. Al respecto véase Berriel, Paredes y
Pérez, 2006.
(Aulagnier, 1977; Berriel, 2003), direccionando el deseo”. (Berriel y Pérez,
2006: 75 - 76)
imágenes, etc. - son vehículos del imaginario social, pasando a ser un componente
directa entre estar vinculado a un sector social valorizado y con posibilidad de toma de
decisiones, con una imagen del cuerpo más positiva y abierta a experiencias placenteras.
Cada sociedad, cada cultura, en cada época, cada geografía, construye, a través
saber y sentir del cuerpo, una imagen corporal que habilitará o rechazará un “tipo” de
cuerpo.
Así, esta construcción psíquica de sentidos sobre el cuerpo que llamamos
algún proceso biológico, psicológico o social puro o aislado. Por el contrario, incluirá a
todos estos procesos, pero los trascenderá en otros más complejos de producción de
histórico y cultural.
que se espera socialmente en función de la etapa vital, son dos aspectos altamente
estudios sobre envejecimiento, la edad en sí misma (los años que separe a una persona
de orden sensorial, sensual y estético, pasa, entre otras cosas, por intervenir produciendo
proyecto político que apunte a la promoción de salud y calidad de vida, queda planteado
los adultos mayores. Tesis de Maestría. Mar del Plata: Facultad de Psicología de
124.
Berriel, Fernando; Pérez, Robert (2006) “Imagen del cuerpo y producción de sentidos.
Berriel, Fernando; Lladó, Mónica; Pérez, Robert (1995) “Por los viejos tiempos:
http://www.psicomundo.com/tiempo/
Tusquets.
Fernández, Ana María (1994) La mujer de la ilusión. Pactos y contratos entre hombres
Autónoma de Madrid.
Le Breton, David (1995) Antropología del cuerpo y modernidad. Bs. As. : Nueva Visión
http://www.psicomundo.com/tiempo/tiempo15/
Salvarezza, Leopoldo (1988) Psicogeriatría. Teoría y Clínica. 1ra. Edición. Bs. As.:
Paidós.
Schilder, Paul ([1935] 1988) Imagen y apariencia del cuerpo humano. México: Paidós.
Zarebski, Graciela (2005) El curso de la vida. Diseño para armar. Trabajo psíquico
Maimónides
------------------- (1999) Hacia un buen envejecer. Bs. As.: Emecé