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Trastornos del aprendizaje

- Trastorno de la expresión escrita: “culminación del aprendizaje académico” – esto se debe a


su nivel de complejidad y la intervención de diversas esferas en el proceso de desarrollo
que permitan el adecuado ejercicio de dicha habilidad.
Según el manual diagnóstico (DSM-IV TR) son dificultades en el proceso de escritura que
se encuentren por debajo de la edad cronológica, el coeficiente intelectual, el nivel del
curso en que se encuentre y que además de ello le presente malestar y dificultades en sus
actividades académicas y en su vida diaria.
La disgrafía se emplea cuando hay presencia de problemas en la caligrafía y hay
disortografía, sin embargo, los trastornos de escritura van más allá de eso, debido a que se
debe generar la integración de características fonológicas, semánticas sintácticas y
pragmáticas presentes en el lenguaje oral.
El trastorno de escritura se caracteriza entonces por deficiencias para estructurar
adecuadamente textos escritos bien sea por errores gramaticales, falta de coherencia en
frases o párrafos, múltiples errores ortográficos y una escritura profundamente deficiente.
Los trastornos de escritura suelen venir acompañados de dificultades como dislexia y
discalculia, así como déficit en lenguaje, percepción o incluso motricidad; este dificultad de
escritura está dentro de otros trastornos como síndrome de Gertsmann del desarrollo,
TDAH o trastorno socioemocional.
Cerebro y escritura: Estudios con base en lesiones cerebrales ha permitido identificar
estructuras relacionadas o implicadas en algún punto con el proceso de escritura, sin
embargo, como se trata de un proceso altamente complejo no es posible identificar una sola
área cortical que se encargue puntualmente de la escritura.
Para comprender la participación de áreas cerebrales los autores realizan una división en
tres fases, la percepción y comprensión del mensaje escrito, donde participan áreas como la
corteza auditiva primaria, la corteza de asociación temporal del hemisferio izquierdo así
como áreas occipitales en mensajes visuales; la transcodificación del mensaje se activan
áreas de asociación ubicadas en la unión temporo-parieto-occipital izquierda, donde se da
paso o la “traducción” del mensaje en un mensaje escrito, por ejemplo, transformando los
fonemas en grafemas; finalmente el acto o gesto motor, el cual se presenta posterior a la
comprensión y transcodificación del mensaje llegando a la corteza motora frontal
asociativa, conocida como área de Broca, de allí se dirige a la corteza motora primaria
donde finalmente se ejecuta el movimiento.
En el trastorno de la expresión escrita se destacan 7 subsistemas o composiciones del
lenguaje escrito en las que pueden presentarse una o más alteraciones: El trazo gráfico – La
composición gráfica de la palabra (ortografía) – La adecuada separación de las palabras –
Uso de tildes o entonaciones – la puntuación – la gramática y la coherencia (Roselli,
Matute, & Ardila, 2010).
Para identificar un trastorno en la escritura se deben tener en cuenta tres niveles del
lenguaje y metalenguaje, el nivel sublexical, el cual encierra todas las unidades que
componen lo que más adelante será la palabra, es decir, la separación de fonemas o sílabas.
Un segundo nivel es el nivel lexical, este se encarga de cargar de sentido las palabras, está
compuesto por la semántica de las palabras como unidades; y por último, el nivel
translexical, conocido como textual donde se realiza el procesamiento de la agrupación de
palabras, es decir frases, oraciones párrafos.
Otros factores cognitivos están involucrados en el correcto funcionamiento de la capacidad
de escritura, como la memoria de trabajo, la atención, las funciones ejecutivas, la lectura e
incluso variables afectivas como la ansiedad y la motivación pueden estar relacionados con
su correcto desarrollo o con la presencia de déficit o alteraciones de escritura.
Dificultades de aprendizaje: disgrafías motoras, disortografía, separación entre palabras,
puntuación, gramática, coherencia.
- Trastornos de cálculo: dificultad en la adquisición normal de las habilidades matemáticas.
La discalculia suele presentarse comúnmente con otros diagnósticos como la dislexia o el
TDAH, está relacionado con otros síndromes en el caso de niñas con el síndrome de Turner
o diversas alteraciones en el cromosoma X y en los niños en casos de epilepsia.
La discalculia se caracteriza por la presencia de dificultades en la resoluciones de
operaciones aritméticas, resolución de problemas matemáticas y razonamiento numérico, la
discalculia permite una amplia categorización según las dificultades o errores cometidos en
los procesos matemáticos, por ello se empleará la agrupación de Roselli, Mute y Ardila
(2010) para identificar estas características del trastorno de escritura:
o Espacial: organizar adecuadamente los números en las operaciones, es decir, no se
ubican en las columnas que le corresponde, así como errores en el adecuado orden o
dirección de la operación aritmética.
o Visual: dificultades para reconocer los signos aritméticos, olvidar los puntos
decimales, entre otras.
o Procedimental: falles en la correcta ejecución de la resolución de un problema
aritmético, omite o adiciona algún paso en el procedimiento.
o Grafomotor: dificultad para escribir los números de manera apropiada
o Juicio: Los resultados obtenidos son imposibles, como si en una suma le diera un
dato menor.
o Memoria: Problemas para recordar los procedimientos o retener las tablas de
multiplicar.
o Perseveración: puede presentarse de diversas maneras, como no cambiar el foco
atencional de un solo problema, o repetir el mismo resultado, escribir continuamente
el mismo número.
Aunque aquí se establecen algunas características, son solo algunos ejemplos de cómo se
podría visualizar la discalculia.
Algunos autores establecen que las dificultades en tareas aritméticas están relacionadas con
déficit de memoria, a corto o largo plazo, al no recordar cantidades u olvidar las tablas de
multiplicar; por otro lado, se asocian déficits atencionales evidenciando una prevalencia
superior al 30 % en niños con diagnóstico de TDA.
No obstante, hay postulados que proponen que la discalculia es un problema del
aprendizaje por si solo, que no está relacionad con alteraciones en otras áreas, como la
memoria o la atención, sino que presenta dificultades para el adecuado procesamiento de
los números, no cuentan con la capacidad de identificarlos o manipularlos adecuadamente,
tal como sucede con la dislexia en la consciencia fonémica de la lectura.
Operaciones aritméticas: se debe comprender que las operaciones aritméticas son procesos
complejos que involucran diversas funciones cognitivas que permitan la adecuada
ejecución de las mismas. Se destaca que el proceso aritmético parte del reconocimiento
simbólico de los números y la relación fonológica del mismo, comprender que el símbolo 1
corresponde al uno.
Se debe reconocer el orden, la clasificación de estos su adecuada ubicación espacial, el
correcto proceso, la memoria de trabajo que está involucrada para lograr su resolución, la
atención sostenida; quienes deben funcionar coordinadamente para garantizar el éxito en su
realización.
Identificar las áreas, redes y/o estructuras implicadas en la discalculia comprende un reto,
principalmente porque un daño que genere la falta de reconocimiento de símbolos
numéricos, puede no estar relacionada con dificultades en la correcta realización de
opresiones aritméticas, por lo que se establece una asimetría en el procesamiento
matemático por parte del cerebro, si bien se encuentran implicados ambos hemisferios,
alteraciones en cada lado producirá déficit diferentes, en el caso del H. derecho se relaciona
con la adecuada ubicación espacial y ejecución de problemas abstractos, mientras que el H.
izquierdo, al estar mayormente relacionado con el lenguaje, se general alteraciones en el
comprensión y producción de los números.

NOTA: toda la información recolectada parte del libro de Roselli, Mute y Ardila (2010)

Referencias:
- Roselli, M., Matute, E., & Ardila, A. (2010). Neuropsicología del desarrollo Infantil.
Bogotá, Colombia: El Manual Moderno.

Laura Roldán Russy

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