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SEGÚN LA ETIOLOGÍA
HC HNS
Etiología en el C.A.E: GENETICAS: tempranas y tardías (ambas sindrómicas o no sindrómicas)
cuerpos extraños, otitis ADQUIRIDAS:
externa, tapón de cera, Congénitas: STORCHES
digénesis auditiva de Perinatales y de los primeros días: anoxia de parto, hiperbilirrubinemia,
pabellón y CAE. prematurez, sepsis, circulación fetal persistente, traumatismo al nacer,
Etiología en el O.M: otitis en ototoxicidad por aminoglucósidos, sufrimiento fetal.
general, malformaciones en Posnatales: sepsis posnatales (virales o bacterianas), trauma acústico,
la cadena osicular. presbiacusia, HA súbita, fístula perilinfática, fractura de peñasco, HA
autoinmunitaria, ototoxicidad vestibular y auditiva, cirugías de cráneo,
exposición al ruido en la UCN.
ACUMETRÍA
La acumetría es la evaluación clínica de la capacidad auditiva sin hacer uso de dispositivos electro-acústicos. La
acumetría está formada por diferentes determinaciones que facilitan una estimación cuantitativa y cualitativa de
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la función auditiva del sujeto. Resultando de gran ayuda para el diagnóstico del grado de la pérdida y del tipo de
hipoacusia.
PRUEBAS ACUMÉTRICAS
Explora Prueba
VA
Prueba de WEBER
En esta prueba se compara la audición ósea de ambos oídos (interno) de forma simultánea y valora la sensación
de lateralización del sonido. Al realizarla se procede a colocar el pie del diapasón, ya percutido, en la línea media
cefálica, luego preguntamos al paciente de qué lado o lados percibe el sonido. Dando como resultado:
Prueba de RINNE
Compara el tiempo de percepción de VA y VO. Primero se determina por qué vía escucha mejor el paciente y se
explora el tiempo de perdida por la vía por la cual oye menos. Cuando el sujeto dice que dejo de escuchar se pasa
inmediatamente a la vía de mayor audición y se continúa explorando el tiempo de percepción. Si se comparan los
tiempos de percepción, los resultados pueden ser:
Prueba de SCHWABACH
Se coloca el diapasón vibrante en la mastoides del paciente hasta que deje de oírlo, comparando el tiempo de
audición de este con el tiempo a lo largo del cual oye el diapasón el explorador.
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Prueba de LEWIS
Compara en cada oído por separado la vía ósea y la audición por trago (corresponde a VA reforzada). Se coloca el
diapasón en la mastoides hasta que deja de percibir sonido, se retira y se coloca sobre el trago, obstruyendo el
conducto auditivo externo.
Los resultados
Normoacusia: T˃O
HNS: T˃O
HC: T˃O (GAP˂40db) O˃T (GAP˃40db) T≥O (GAP de 40db)
Prueba de RIUS
Compara la vía ósea de ambos lados colocando el diapasón vibrante en una de las dos apófisis mastoides y
pasándolo rápidamente a la mastoides opuesta. El paciente debe señalar el lado en el que oye más, facilitando la
interpretación del Weber en el caso de no estar adecuadamente determinada la lateralización del sonido.
UNIDAD 6
La audiometría tonal representa, junto con la audiometría verbal, una de las pruebas fundamentales en los
estudios diagnósticos auditivos. Es una exploración de la función auditiva que consiste en la obtención de los
umbrales de audición para las distintas frecuencias, entendiendo como umbral auditivo la intensidad mínima que
una persona necesita para detectar la presencia de un sonido.
Los umbrales auditivos estudiados serán diferentes según sea el modo en que presentemos al paciente el estímulo
auditivo
TÉCNICA
La audiometría es una prueba subjetiva influida por la colaboración del paciente y las apreciaciones del
explorador. Las frecuencias estudiadas son sonidos puros comprendidos entre los 125 y 8.000 Hz. Se examinan dos
modos de estimulación auditiva: vía aérea y vía ósea.
VA
1. Se introduce al paciente en una cabina insonorizada y se le explica que utilice el pulsador o que levante
una mano cuando crea que oye el sonido, y deje de pulsarlo o baje la mano cuando crea que el sonido ha
cesado.
2. Se explora primero la VA empezando por el mejor oído (se le pregunta con oído escucha mejor) o con el
oído derecho. Puede explorarse con auriculares (cuidando no comprimir el pabellón auricular, ni tampoco
que queden demasiado sueltos) o altavoces (en el caso que sea a campo libre).
3. La primera frecuencia estudiada es la de 1.000 Hz seguidas de las más agudas (2.000, 4.000 y 8.000) y
luego las más graves (500, 250 y 125).
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− Se investiga el tono de 1000 Hz, dando una intensidad alta momentánea sobre el umbral, para dar a conocer el
sonido de que se trata. Enseguida se pone la intensidad mínima del audiómetro y se va aumentando poco a poco
hasta que el paciente perciba el sonido.
− Si los valores coinciden con lo expresado anteriormente, el umbral es verdadero. En caso de duda se corta el
tono momentáneamente, observando la respuesta del paciente.
− Se hace la misma maniobra con las demás frec. a partir del 1000, alternándolas.
4. La prueba puede realizarse de forma ascendente, en pasos de 5 dbs o de forma descendente. Se considera
más precisa la forma ascendente.
5. El umbral tonal por vía aérea a una determinada frecuencia está definido por la mínima intensidad a la
que el paciente ha respondido dos veces de cuatro presentaciones.
6. Cuando se termina de explorar el mejor oído se continua con el peor oído, finalizando la vía aérea.
A tener en cuenta:
Por VA a partir de 50dB existe audición cruzada, es decir, enviando más de 50dB por un oído, se comienza
a percibir por el contralateral, por lo que es necesario ensordecer el oído opuesto si la diferencia entre
ambos es de más de 40 dB. Luego de terminar con la VA, se pasa a la VO, colocando el vibrador sobre la
mastoides a investigar y ensordeciendo el otro oído.
Se debe inspeccionar el CAE antes de la audiometría, debido a que al aplicar los auriculares puede
colapsarse, descendiendo el umbral más de 15dB según la frec.
En oídos fácilmente colapsables se introduce un anillo semirrígido que no permite el cierre del CAE.
Previa consulta del ORL (para ver que no haya tapón de cera, perforación)
24 hs de reposo previo.
El estado emocional del enfermo, la falta de atención y la deficiente inteligencia pueden dar resultados
muy distantes del verdadero umbral auditivo del paciente.
Para sacar un buen audiograma, no hay que demorarse en la aplicación de intensidades liminales porque
puede aparecer el fenómeno de fatiga. Y las intensidades deben mantenerse el menor tiempo posible,
nunca más de 5 seg.
No hay que conformarse con las contestaciones del enfermo hasta que coincidan con el mínimo umbral
más de una vez, buscando la audición mínima por lo menos 3 veces y de vez en cuando, se cortar el tono
para ver si las respuestas del enfermo son ciertas. Conviene aplicar el tono entrecortado.
Esta audiometría con tono discontinuo es útil para averiguar la audición en ciertos pacientes como:
enfermos mentales, traumatizados, oligofrénicos y en niños, ya que hace que se preste mayor atención al
sonido.
En ciertos casos no es necesario un examen meticuloso, se hace la técnica del "barrido de frec.", no es
exacto, pero se emplea cuando se toma la audiometría en grandes grupos. Se practica el método
ascendente aumentando de 5 en 5 dB hasta que percibe el sonido, pasando en seguida a la frec. siguiente.
En sujetos emocionalmente dispersos, débiles mentales o niños distraídos: se aplica una intensidad que
va aumentando de 10 en 10dB; se toman dos series, en la 1ra se toma la audiometría con saltos de 10, 20,
30 dB, etc., y la 2da lo mismo, pero comenzando por 5, 15, 25 dB, etc. Existe un punto en que las dos
tandas de intensidad se encuentran según las respuestas del paciente. Será así más fácil encontrar el
umbral en estos sujetos negativos que con la técnica corriente.
VÍA ÓSEA
En líneas generales para tomar la vía ósea se hace lo mismo que en el caso de la vía aérea.
• Después de sacar el perfil aéreo de ambos lados, para VO sustituimos los auriculares por la pastilla de un
vibrador que se coloca en la superficie mastoidea retroauricular.
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• El orden de frec. es igual que en VA, sin las frec. 8.000 Hz y 125 Hz.
• Una vez hecho esto hay que volver a tomar ambas vías ensordeciendo el oído opuesto.
Todo lo relacionado al perfil auditivo de la vía ósea es más complicado que el de la vía aérea. Es un problema
muchas veces difícil de solucionar la simple adaptación del vibrador se debe tener cuidado para no variar los
resultados.
El vibrador óseo transductor se compone de un imán con una bobina de excitación cerrada por un circuito
magnético. Al pasar corriente eléctrica por el transductor, ésta se transforma en energía mecánica, la cual hace
vibrar el aparato produciendo sonido; con los mandos del audiómetro se puede variar la frecuencia e intensidad
de éste a voluntad, como sucede con la vía aérea.
Existen ciertas dificultades electrónicas en la exploración de la vía ósea. El rendimiento de los audiómetros para
esta vía no pasa de los 60 dB como máx., variando según la frec. Esto ocurre porque el vibrador no funciona
racionalmente, sino con ciertas frecuencias. Con otras, sufre una distorsión por fenómenos de resonancia de la
caja en que va encerrado el mecanismo y por saturación del imán. Recordando que la sensación auditiva varía
según la frec., tenemos que con la misma intensidad física se obtiene diferente sensación auditiva, por ejemplo: el
tono 125 Hz a 25 dB se equipara en el 1.000 Hz con 60 dB, luego en cada tono hay que restar la diferencia entre el
0 físico y el umbral auditivo; esto explica por qué los audiómetros no tienen el mismo rendimiento en todas las
frecuencias. En la VO el rendimiento máx. va desde 20 dB en los 125 Hz hasta los 60 dB del tono 1.000 Hz en
adelante.
Al tomar la audición por VO se coloca la pastilla del vibrador sobre la superficie mastoidea retroauricular; la
variación del espesor del tejido y la presión con que se coloca el transductor modifican los resultados.
Rendimiento límite: la intensidad que pueden emitir los vibradores de vía ósea es bastante inferior a la intensidad
suministrada por los auriculares de vía aérea. De tal manera que frente a una sordera importante nosotros
podemos medir más fácilmente la VA que la VO. Como regla general podemos dar los máximos valores según
Portman:
La primera medición que se realiza es la determinación de los umbrales mínimos de audición de tonos puros.
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disposición para realizar la prueba y sobre todo un ambiente tranquilo. Determinación de los umbrales auditivos
Se debe tener en cuenta dos parámetros: frecuencia e intensidad.
ERRORES EN LA PRUEBA
El hallazgo de los umbrales suele ser difícil de determinar en niños pequeños y en adultos que padezcan
trastornos neurológicos o psíquicos porque les puede costar entender las consignas que el profesional indique. El
paciente no debe observar el tablero del audiómetro, ni tampoco los movimientos del audiometrista, porque lleva
a resultados falsos.
WEBER AUDIOMETRICO
Para llevar a cabo una prueba de Weber audiométrico, se sigue un proceso similar al de la acumetría con
diapasón, pero con un audiometro. A continuación, explicaremos cómo se realiza la prueba de Weber
audiométrico:
Todas las pruebas acumétricas se pueden hacer con el audiómetro. Se coloca el vibrador en el centro de la frente y
procurando que quede bien puesto, se comienza a pasar las diferentes frecuencias con débil intensidad por
encima del umbral (10 dbs). Después se le pide al paciente que diga hacia qué lado escucha mejor, a medida que
vamos pasando de los 250 hasta 4.000. Esta prueba debe realizarse siempre en las cercanías del umbral, porque si
se hace a una intensidad muy alta podría producirse la deslateralización del sonido provocado por la presencia de
reclutamiento, por ejemplo, si hay una HNS (se lateraliza al mejor oído) al aumentar la intensidad, el Weber será
indiferente por el reclutamiento. En casos de pacientes operados por sordera, el Weber va a lateralizar hacia el
lado operado, a pesar de la reducción del gap y su deslateralización significa la aparición de una laberintitis en
dicho oído.
PERFILES AUDIOMETRICOS
Los perfiles nos sirven para llegar al diagnóstico topográfico y vamos a tener en cuenta:
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Simetría: simétrico o asimétrico.
Plano: son raras las leves, siempre son más moderadas. Son generadas por rigidez y masa, se llaman HC por
FRICCIÓN o ROZAMIENTO, y casi siempre es por otitis.
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UNIDAD 7 ENMASCARAMIENTO
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Se denomina Atenuación Interaural a la amortiguación auditiva que tiene lugar al pasar el sonido de un
lugar a otro del cráneo.
Si se utiliza ensordecimiento se puede aplicar de diferentes formas, aplicando ruido al oído contrario que
se investiga con el objetivo de eliminarlo auditivamente o enviando el ruido y tono al mismo oído, de
manera simultánea, hasta que el ruido tape al sonido.
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Ruido de sierra, menos usado. Se trata de un generador de ondas en pico que produce el ruido
de una sierra en funcionamiento. Es de calidad inferior a los demás, no obstante, bien utilizado
sirve para pruebas estándar y sirve para tapar tonos de baja frecuencia.
FENÓMENO DE OCLUSIÓN
El "efecto de oclusión" se describe como un incremento del sonido que llega a la cóclea por transmisión
ósea (en el caso de la audición normal o neurosensorial) cuando el CAE es ocluido al utilizar auriculares
supraurales o de inserción para enmascararlo. Puede ocurrir, en ciertos casos graves, la aparición de un
perfil óseo por encima del aéreo marcando una disociación osteo-aérea (gap) falsa. En esta situación es
necesario repetir la audiometría, pero retirando los auriculares de ambos oídos, con esta maniobra se
demuestra la no percepción de los tonos anteriormente aparecidos. Es importante tener esto en cuenta
para no presentar una vía ósea inexistente que pueda a veces inducir a una intervención mal indicada.
Este fenómeno lleva a considerar un aumento de la sensibilidad por vía ósea pautado en 15dB para los
250Hz, 15dB para los 500Hz y 10dB para los 1000Hz. Cuando se interviene contralateralmente con
ensordecimiento por VA en un testeo por VO del oído opuesto.
No se puede enmascarar aplicando solamente el ruido en el oído contralateral al que se está testeando.
Cada frecuencia ensordecida debe cumpllir dos criterios importantes de las intensidades mínimas y
máximas en el nivel de enmascaramiento pertinente:
-Criterio de Eficacia: El sonido enmascarante debe ser eficaz, el nivel de enmascaramiento efectivo debe
ser igual al nivel de audición del estímulo lateralizado más 10 dB de seguridad. Es decir que el ruido que
se use para enmascarar cumpla su función y no dé lugar a la percepción contralateral al oído testeado.
Coeficiente Intensidad
-Criterio de no repercusión: implica que el ensordecimiento utilizado no debe impactar en el oído que se
está testeando, por lo tanto no debe superar en su magnitud una atenuación interaural de 40 dB.
Atenuación interaural + Intensidad del sonido testeado
*Cuando hablamos de Atenuación interaural, nos referimos a cómo se amortigua el sonido en el cráneo.
Procedimiento Enmascaramiento
1) Colocar los auriculares para iniciar la audiometría. Dar la consigna e instrucciones al paciente.
2) Comenzar la audiometría por vía aérea por el oído mejor.
3) Realizar el registro de la vía aérea del oído peor.
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4) Realizar un test de Weber audiométrico. Retirando los auriculares y colocando el vibrador óseo en el
vertex de la cabeza del paciente a fin de verificar que ambas vías reciben en forma indiferente la
estimulación auditiva en las frecuencias 250,500,1000,2000 y 4000Hz.
5) Necesidad de intervenir con ensordecimiento: si existe una lateralización hacia uno de los dos oídos
en alguna de las frecuencias y si la diferencia entre la vía aérea de un oído y la vía ósea del opuesto se
presume o interpreta que es igual o mayor a 40 dB se debe repetir la vía aérea del oído peor,
enmascarando la o las frecuencias del oído mejor. Se considera que las respuestas obtenidas en el oído
peor constituyen una curva sombra.
6) Tomar la vía aérea del oído peor colocando ensordecimiento en la vía aérea del oído mejor.
7) Proceder al testeo hasta que el paciente refiere a que oye el tono a partir de ahí sumas 5 dB.
8) En caso que el tono testeado desaparezca ofrecer incrementos del mismo en paso de 5 dB hasta que
el paciente lo escuche.
9) Cuando el paciente refiere que lo escucha, aumentar 5 dB de ensordecimiento y verificar que siga
escuchando el tono, de no ser así repetir el paso anterior.
10) El proceso continúa hasta que, de 3 incrementos de enmascaramiento, el paciente sigue escuchando
el umbral del tono llegando al umbral real.
Observar y controlar que el auricular en el oído no se encuentre obstruyendo el CAE.
TÉCNICA DE ENMASCARAMIENTO:
Vía Aérea: Cuando hay una diferencia de más de 40 dbs se debe enmascarar con el objetivo de eliminar el oído
contrario. La intensidad que debemos aplicar debe estar de acuerdo con la diferencia de audición que exista entre
ambos oídos. Por ejemplo, si la diferencia es de 50 dbs, se aplican 50 dbs de ensordecedor en el lado opuesto, si
es mayor se procede de la misma manera hasta llegar al máximo rendimiento del audiómetro.
Vía Ósea: El primer paso consiste en la determinación del oído que debe ser enmascarado: para ello se utilizan
distintas pruebas acumetrías o utilizar el vibrador óseo para orientarse.
El segundo paso es establecer el nivel de intensidad de enmascaramiento efectivo y por último recordar algunas
maniobras e indicaciones de orden práctico en el enmascaramiento.
Se coloca la pastilla en la apófisis mastoides, teniendo en cuenta que no toque el pabellón. Para ensordecer por
esta vía se aconseja que se tome el oído para ensordecer al contrario con 30 dbs sobre el umbral. No hay que
olvidar que el tono que se aplica en vía ósea para un oído impresiona al otro al mismo tiempo y con la misma
intensidad.
En caso que haya más de 30 db de diferencia es conveniente añadir la diferencia a los 30 db clásicos. Por ejemplo,
si la diferencia es de 50 dbs o más, se debe tomar el umbral de lo ósea aplicando en el otro oído los 30 dbs
clásicos más los 20 de diferencia, más 10 añadidos para estar más seguros del ensordecimiento.
El especialista debe saber si se trata de una hipoacusia de percepción con componente conductivo o si es uno de
los dos tipos, teniendo en cuenta que es más fácil ensordecer el lado que tenga menos lesionada el oído interno.
También es conveniente tomar antes el Weber ya que es muy sensible y relaciona la diferencia de las dos vías
óseas con la aérea.
1. Cuando la vía aérea sea igual en ambos lados, la vía ósea será pareja sin aplicar masking. esto nos
dará un Weber indiferente.
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2. cuando el oído a ensordecer está tan sordo que ni siquiera con la máxima intensidad se llegue a
producir ruido suficiente para enmascarar.
3. Cuando aparezca el efecto de oclusión. Es importante para no presentar una vía ósea inexistente
que pueda a veces inducir a una mala intervención.
4. Cuando el Weber lateraliza hacia un oído, pero la oclusión del investigado lo vuelve indiferente o
lo hace cambiar de dirección, el enmascaramiento no es necesario ya que la obstrucción del
conducto puede hacer subir más de 10 dbs la audición.
REGLAS del Enmascaramiento
Reglas para la Vía Aérea:
1. Si entre ambas vías aéreas existe una diferencia de 40 db o más, se anota el umbral del
oído peor con un guión del color y del lado que corresponde al oído investigado y se
investiga nuevamente ensordeciendo al mejor, a intensidad de la vía aérea del peor
tomando sin ensordecedor. Podemos encontrarnos con tres resultados:
a. El umbral obtenido con ensordecedor coincide con el registrado sin este, o existe
entre ambos una diferencia de 10 db. Este segundo umbral se anota con el signo
convencional de vía aérea y se considera real al anterior.
b. No se obtiene umbral ya que el paciente no percibe sonido al máximo rendimiento
del audiómetro. se marca con un signo de no percepción correspondiente al oído
en estudio a ese valor máximo.
c. El umbral obtenido con ensordecedor difiere del obtenido sin ensordecedor en 15
db o más. se anota con el signo convencional de vía aérea y se registra
nuevamente con 20 db más de ensordecedor que lo que se empleó
anteriormente. Esto puede dar lugar a las tres situaciones mencionadas, el nuevo
umbral se anota con un nuevo signo del color correspondiente al oído investigado y se
aclara su significado en el audiograma.
2. Si la mejor vía aérea está en 50 db o más, entre ambas vías aéreas existe una diferencia de 15 a 35 db y el oído
de mejor percepción aérea tiene una brecha mayor de 10 db, se anota el umbral del oído peor con un guión del
color y del lado que corresponde al oido investigado y se explora nuevamente ensordeciendo el mejor con 30 db
sobre umbral si la diferencia entre ambas vías aéreas es de 15 a 30 db, o con 35 db sobre el umbral esa es la
diferencia.
c. Si en el oído de peor aérea, existe gap osteoaéreo mayor de 10 dB y el Weber lateraliza hacia el
otro oído, se toma nuevamente la vía ósea con 20 dB más de ensordecedor de lo que se utilizó
anteriormente. Este nuevo umbral, a diferencia de todos los casos anteriores (en los que se utiliza
el signo convencional para vía ósea), se anota con un signo similar, pero de trazo punteado.
Siempre que al registrar nuevamente un umbral con 20 dB más de ensordecedor, sea de vía aérea u ósea,
su valor difiera en 15 o más dB con respecto al obtenido anteriormente, se procederá a realizar un nuevo
desplazamiento. Si en cambio, dicho umbral no hay diferencia en más de 10 dB, se considera que el anterior
corresponde a la audición real.
Todo signo empleado en el audiograma que no se limite a lo convencional debe aclararse en el gráfico. Asimismo,
creemos imprescindible escribir de manera detallada la forma en que se ensordeció y, en caso de no haber
ensordecido, también tomar constancia de ello.
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LOGOAUDIOMETRIA
Oír es por definición la percepción del sonido por el oído: se oye, aunque no se preste atención
Escuchar requiere un acto volitivo: se escucha cuando se está atento a lo que se oye.
Cuando entendemos la significación de los sonidos comprendemos. Si conocemos el idioma sabremos el
significado de lo que escuchamos entonces comprenderemos.
Para comprender no es necesario oír ni escuchar, se puede entender por señas. Algunos individuos con
hipoacusias muy acentuadas comprenden bien, sin embargo, oyen mal, porque, aunque escuchen con atención
obtienen una imagen sonora deformada; lo que ocurre es que mediante el adiestramiento auditivo y la lectura
labial estos individuos tienen la facultad de percibir y entender mensajes que para ellos resultan comprensibles.
La logoaudiometría se refiere a la discriminación auditiva para la palabra hablada y los datos que suministramos
informan sobre los niveles corticales de captación y compresión.
Orígenes de la logoaudiometría: tendríamos que remontarnos a los viejos procedimientos de Bezold, que
consistían en el empleo de las palabras dichas con voz cuchicheada, a diferentes distancias del examinado. La
prueba de Bezold consistía en emitir la palabra cuchicheada con el aire de reserva, después de una espiración
normal, para lograr así que el cuchicheo fuera bastante homogéneo. De esta manera se establece la posibilidad o
no de oír diferentes números de dos cifras a menos de un metro, entre uno o cuatro metros, y hasta más de
cuatro metros. De acuerdo a estos resultados se establece el grado de sordera o de deficiencia auditiva.
Logometría
Aparte de la medida de la palabra según la distancia a que es percibida, como se hacía antes del descubrimiento
del audiómetro, tenemos necesidad de averiguar la captación y entendimiento de los fonemas. Al fin y al cabo, la
conversación cotidiana y normal es el medio de comunicación que el hombre tiene con sus semejantes; los tonos
puros y los ruidos tienen una significación importante pero nunca el carácter psicológico esencial de las palabras
por ser estás el medio de relación perfecto y necesario para el desarrollo normal del individuo.
Para medir el entendimiento de la palabra de una manera aproximada, Silverman y col. trataron de valorar en
forma simple la percepción de la conversación. Confeccionaron un cuadro que consiste en una serie de preguntas
relacionadas con la audición del individuo en circunstancias normales de la vida cotidiana. A este método de
logometría lo denominaron umbral auditivo de adaptación social. Este umbral nos sirve para darnos cuenta de
una forma sencilla y rápida del estado auditivo del hipoacúsico en relación con la conversación normal.
Para confeccionar este cuadro el enfermo tiene que contestar a seis preguntas:
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Según la respuesta que da el paciente se asigna un valor de acuerdo con la siguiente escala:
1. Sí entiende perfectamente
2. Si entiende, pero tiene alguna dificultad
3. Si entiende, pero con mucha dificultad
4. Sí oye, pero no entiende lo que le dicen
5. Cuando no oye nada
De las respuestas se puede sacar un promedio sumando el número total de estas con el valor asignado a cada una
y dividiendo por 6, el resultado indicará el grado de audición del enfermo proyectado sobre la acuidad de su oído
para la palabra hablada normalmente. Este dato es muy interesante y muestra en forma simple el estado auditivo
en relación con el ambiente que lo rodea.
Confeccionando un cuadro con esta respuesta podemos establecer cierto umbral en el hipoacúsico y un probable
topo diagnóstico. Esquematizado esto se puede hacer un cuadro de la siguiente forma:
Aquí tenemos dos clases de sorderas, la primera de trasmisión, el enfermo oye más en el ruido que en el
silencio, puede oír mal una conferencia hasta el punto de no entender casi nada, en cambio con el
teléfono entiende todo normalmente.
El segundo caso se trata de una hipoacusia de percepción, el enfermo oye regular a su interlocutor en el
silencio, pero mal cuando está en ambiente ruidoso; igual le pasa en grupo, oye que le hablan, pero no
entiende, en una conferencia capta solo en parte lo que dicen y por teléfono tiene bastantes dificultades
en entender.
Este medio, sencillo y rápido para medir la percepción de la palabra, solamente sirve de una manera relativa. La
medida verdadera de la captación de la palabra hablada se investiga por medio de la audiometría electrónica.
LOGOAUDIOMETRÍA
Los tonos más importantes en la formación de la palabra son principalmente los 500, 1000 y 2000, se puede
considerar estos con objeto de comprender las dificultades para captar la palabra hablada.
La audiometría tonal, no establece la capacidad de comprensión del oído ante los fonemas. La audición tiene dos
funciones principales, la captación y la discriminación de la palabra; por la primera se oye la palabra y por la
segunda debe comprenderse o discriminarse. Para esta es necesario un proceso mental complejo. En cambio, en
la primera solamente entran en juego mecanismos fisiológicos.
Por ejemplo, un deficiente mental puede oír perfectamente una frase pero no la comprende porque falla alguna
conexión psíquica; al contrario, un hipoacúsico grave puede oír mal la conversación, pero mediante un proceso
psíquico la entiende.
Mediante la logoaudiometría se busca hallar la captación y la discriminación del oído para el lenguaje,
estableciendo el porcentaje de palabras entendidas correctamente con la necesaria intensidad para que sean
medidas y expresadas en decibeles relativos.
Para que las palabras empleadas en logoaudiometría sean útiles tienen que tener:
Gracias al doctor Tato y col. tenemos en la Argentina listas de palabras para logoaudiometría que cumplen con
estos requisitos.
Estos autores confeccionaron las listas estudiando 10.000 palabras encontradas en revistas y periódicos, las
descompusieron en 20.554 silabas con un total de 45.952 letras sonoras, determinando el número de veces que
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se encuentra cada letra, y con este estudio previo confeccionaron las listas que se emplean en nuestro país y en
toda Sudamérica.
Como ya se mencionará las palabras son también un input de la audición, el estudio de la discriminación del habla
arroja muchos indicios que aproximan a la problemática del paciente con problemas auditivos.
Los fonemas sordos como la /p/, /t/, /s/, /k/, /th/, /f/, /sh/ presenta el flujo acústico una degradación de la señal y
por lo tanto puede no ser percibidos, personas con problemas de audición, existen confusiones en palabras como
tiza, misa, pizza, setenta o sesenta.
El carhart logoaudiometríco: es una técnica utilizada en las llamadas hipoacusias funcionales o la presencia de
sujetos que al ser evaluados los registros se vuelven inconscientes. Se realiza una logoaudiometría alterando el
orden en las intensidades, es útil en los sujetos como los simuladores.
Permite el trazado de una curva para cada oído evaluando al paciente. Esta se logra partiendo de la curva
audiométrica. La forma en la que la curva de comporta aporta información acerca de la ubicación topográfica del
déficit auditivo.
Se puede realizar por tanto en la estimulación por vía aérea y por vía ósea, es útil en el pronóstico de la
otosclerosis en instancia pre quirúrgica, otorga información del cual es el oído que posee mejor rendimiento
neurosensorial.
Para realizar el estudio se puede utilizar una cinta grabada de palabras balanceadas fonéticamente o proponerlas
a través de un micrófono el mismo fonoaudiólogo, en el transcurso del estudio las primeras palabras la menos
audibles para el paciente y de allí conformar el pie de la curva hasta las intensidades más elevadas y observar el
comportamiento y el logro del 100%, cada palabra presenta un 4%.
El paciente debe repetir lo que escucha por los auriculares, palabra que no logra repetir, que omite o emite
erróneamente es considerada un error.
Se debe considerar en este estudio que el paciente puede variar su rendimiento si el profesional no tiene en
cuenta el grado de conocimiento de la lengua de la lista de palabras que se utiliza.
PROCEDIMIENTOS:
Se coloca al paciente dentro de la cámara audiométrica haciéndole comprender que se le van a ir pasando
palabras a través del micrófono del audiómetro, por un oído y por otro y él deberá repetirlas tal cual las
escuche.
Se comienza con el mejor oído. A la intensidad promedio calculada a partir del umbral tonal liminal de la
vía aérea del oído a estudiar. Se le pasan las primeras 3 palabras del estudio, el paciente está escuchando
a intensidad liminar de la zona de la palabra hablada, puede escuchar que se le habla, pero no entiende lo
que se le dice. Esta intensidad define el denominado UV- umbral de voz.
Luego de obtener este umbral se le pasan de 3 a 5 palabras con 5 dB más de intensidad. Se espera que el
paciente debe contestar al menos 1 palabra, al repetir 1 por lo menos se constituye el umbral de
audibilidad de la palabra- UAP. Tanto el umbral de voz y el de las palabras representan el “pie de la
logoaudiometría”.
Desde allí se aumenta la intensidad de 10dB a 10dB, pasando listas de 25 palabras. Recordando que cada
palabra que no logra repetir o que emite erróneamente es considerada un error. Se considera que 25 es
el 100% y que cada error representa el 4% que se resta en cada lista.
Cuando se pasa el 50% se logra el umbral de captación o de inteligibilidad-UCI. Donde se establece la mínima
intensidad en la cual el paciente entiende la mitad de las palabras que se le dicen.
El estudio continúa buscando que el paciente alcance el 100% mientras se aumenta las intensidades donde se
propone la lista de las palabras. Al llegar ese porcentaje se determina el umbral de máxima discriminación.
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Después de obtenido el 100% de discriminación busca conocer si se mantiene el 100% de la discriminación en las
intensidades más altas por ejemplo a 100dB. Es el umbral de rendimiento en altas intensidades.
Umbrales
1° Umbral de voz (UDVoz) Escucho, pero no entiendo.
2° Umbral de detectabilidad de la palabra (UDP) Repetir por lo menos una de las 3 o 5 palabras.
3° Umbral de captación de la palabra (UCP) Dice la mitad del mensaje en forma correcta. Donde lo corta la
línea del 50%.
4° Umbral de máxima discriminación (UMxD) Cuando el paciente alcanza el 100% (o porcentaje más alto).
5° Umbral de alto rendimiento (VAR) Cuando se mantiene el 100% en altas intensidades (100dB).
Zona conversacional (500-4000Hz) sumo el UT de cada frecuencia y la divido por 4, esto nos da el pie.
UDP = (o cerquita) al UT de 1.000Hz.
El % del UMxD nunca va a estar antes de la última frecuencia que tengamos. Entre 15-20 dB por encima.
Cada audiómetro permite el trazado de su propia curva normal de logoaudiometría. Por lo tanto, no se debe
pensar que la curva normal de inteligibilidad pueda revestir las mismas características para diferentes
audiómetros, ambientes y voces de audiometristas distintos.
El umbral de captación o de inteligibilidad del habla es medido suponiendo que la curva modelo que tomamos
representa un valor cero en la integración de la curva con el 50% de discriminación. Ese valor “0” permite calcular
la diferencia, en dB, que existe entre un umbral patológico del habla y un umbral normal.
Si una vez alcanzado el máximo de discriminación continuamos aumentando la intensidad del mensaje enviado, a
veces encontramos que, ante una intensidad determinada, el rendimiento de respuesta disminuye. Este nivel
medido en dB señala el umbral de distorsión del mensaje recibido.
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2. Estar más o menos paralela a la curva normal hasta alcanzar un determinado nivel de porcentaje de
discriminación el que no es sobrepasado, a pesar de aumentarse la intensidad. Es común en hipoacusias
mixtas o de recepción.
3. Luego de haber alcanzado la curva un nivel determinado de porcentaje de discriminación, la misma tiende
a caer, adoptando forma de campana, se produce una caída acentuada de frecuencias agudas.
También esta caída se puede dar por diferentes patologías periféricas y centrales, no solamente en el caso de
corticopatias. La caída franca en la zona aguda, para que el paciente no pueda discriminar la palabra de manera
correcta, es un desequilibrio de la curva tonal. Las frecuencias agudas quedan enmascaradas por los sonidos
graves a mayor intensidad. Puede sospecharse la existencia de cortipatia ante una curva campana y curva tonal
que no tenga gran caída en agudos.
ESTE DIAGNÓSTICO JAMÁS DEBE AFIRMARSE EXCLUSIVAMENTE CON LOS RESULTADOS DE LA LOGOAUDIOMETRÍA.
4. La curva adopta una forma más inclinada o verticalizada que la normal, esto se da por una caída en
frecuencias graves, en hipoacusias de conducción y otosclerosis.
El control logoaudiometríco resulta importante para las patologías, hasta algunos autores recomiendan este
control sistemáticamente en el pre y post operatorio de la afección.
Hasta ahora hemos investigado la forma de medir las hipoacusias, tanto las de oído medio como las producidas en
el órgano de Corti. Aunque todavía no son fáciles de detectar las lesiones a lo largo de la vía auditiva existen unas
pruebas que pueden señalar daños en el VIII par y sus conexiones endocraneales hasta el córtex. Se efectúan estás
mediante fonemas o con tonos puros, como vemos a continuación.
Logoaudiometría sensibilizada
La logoaudiometría simple es interesante para darse cuenta de grado de inteligibilidad, pero no es suficiente para
investigar ciertas lesiones de localización central o cortical, para lo cual debemos emplear otra clase de
logoaudiometría que, mediante ciertas modificaciones, hasta más difícil la captabilidad de la palabra.
Siguiendo la denominación de Quirós, diremos que se llama logoaudiometría sensibilizada a todo tipo de
logoaudiometría especial que se valga de algún artificio para modificar o distorsionar el mensaje verbal y obtener
así dificultades insuperables en caso de alteración anatómica, funcional o psíquica, de las vías y centros relaciones
con la audiocomprensión del lenguaje.
Todas estas pruebas requieren una modificación que distorsionando el mensaje haga difícil su entendimiento para
ello unos emplean filtros otros aceleran la emisión de los fonemas o empelan otra clase de medios para obtener
los mismos resultados.
La logoaudiometría por vía ósea se empleó en la Argentina para averiguar el estado de la reserva coclear, como
medio más eficiente que la simple audiometría tonal. Está sensibilización hace más difícil la percepción de la
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palabra por lo cual, en ciertos casos en que haya una verdadera diferencia entre las dos logoaudiometría puede
pensarse que existe algo anormal a lo largo de la vía auditiva. La técnica seguida de la misma que para la
audiometría simple, solamente se envía la lista de palabras por el vibrador de vía ósea.
Este autor público los resultados obtenidos con la audiometría vocal distorsionando las palabras mediante filtros
de esta forma la significación del vocablo era poco clara. Se dio cuenta de que, en enfermos con problemas de
origen central, que presentaban relativamente buena audiometría tonal y respondían bien a la logoaudiometría
ordinaria, en cuanto se enrarecía un poco la imagen auditiva no entendían nada de lo que se les enviaba a través
del audiómetro. Está prueba ha servido para diagnosticar lesiones de la corteza, en caso positivo aparece una
distorsión en el oído contralateral al lado lesionado.
En ciertas clases de enfermos el umbral de discriminación variaba mucho si se pasaban las palabras en grupos de a
3, en vez de 1 en 1. Para efectuar está prueba se determinan primero la curva de logoaudiometría, luego se hace
otra vez lo mismo, pero pasando las palabras de 3 en 3, a una velocidad de segundo y medio por palabra. Se
espera hasta que el enfermo termine de repetir las 3 palabras seguidas de grupo correspondiente. Si no se
obtiene resultado positivo con la intensidad de la logoaudiometría simple se aumenta en 10 dB, continuando
hasta el máximo rendimiento del audiómetro aún que se haya llegado al 100% de la inteligibilidad a intensidades
menores. A medida que transcurre la prueba se van anotando los errores. Estos según el autor son:
La anotación se puede hacer en el mismo gráfico con distinto grado, se anotan las dos curvas, la de
logoaudiometría simple y la modificada y al pie se colocan los errores y su interpretación.
La caída de la curva a intensidades por encima del umbral se interpreta como lesiones corticales contralaterales
que afectan la audiocomprensión del lenguaje.
Consiste en pasar frases de 10 palabras de contenido abstracto a distinta velocidad. Por ejemplo: " si no puedes
vivir una vida bella podrás soñarla". Se empieza la prueba con 10 dB sobre el umbral de inteligibilidad y se pasa la
primera frase a una velocidad de palabras por minuto, en caso de no obtener la respuesta exacta aumentamos
otros 10 dB hasta obtener el 100%, o llegar al máximo rendimiento. A continuación, se hace lo mismo con una
velocidad de 250 palabras por minutos cuando se obtenga el máximo porcentaje se pasa a una velocidad de 350
palabras por minuto. El sujeto que tenga los centros auditivos normales repetirá sin dificultad las frases a
cualquiera de las tres velocidades en que se han pasado, siempre que a haya llegado a una intensidad
conveniente. En los enfermos con lesiones centrales existe cierta dificultad para repetir las frases pasadas a altas
velocidades.
La anotación se hace trazando las curvas correspondientes al pie del gráfico se aclara si los errores se refieren a la
comprensión o a la reproducción de la frase. Está prueba puede desplazar el umbral en 10 dB en las lesiones
neurales y en más de 10 dB en las de los centros. Parece ser que este desplazamiento indicaría alteraciones en la
sinapsis de la vida auditiva.
Consiste en enviar al enfermo 5 palabras en las cuales se encuentra en 5 errores de acentuación, por ejemplo:
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Se le indica al enfermo que repita las frases tal como deberían ser, normalmente acentuadas y luego como las oye.
La curva se anota al pie del gráfico con el porcentaje de errores y las acotaciones que se crean oportunas: si el
enfermo cambia las silabas de la frase, pero conserva la acentuación, si no acentúa tal como se le va indicado, etc.
Está prueba parece ser de utilidad en la determinación de la presbiacusia pues en esta clase los enfermos las
respuestas son deficientes.
También sirva para investigar los fenómenos de anormalidades de atención y memoria.
Propuesto por Bocca para sensibilizar la audiometría vocal. Consiste en enviar una serie de oraciones sin
significado alguno. Se emplean frases ilógicas de 5 palabras, por ejemplo:
Para la prueba se halla primero la curva de máxima discriminación y aumentando los 10 dB se pasa a la serie de
frases hasta obtener el 100% de las respuestas correctas. Las anotaciones y los porcentajes se expresan igual que
en las otras pruebas mencionadas.
Serviría está para averiguar la dificultad de identificación de formas verbales nuevas de imagen conocidas.
El autor emplea lista de 24 palabras que tienen diferentes números de silabas y un significado común o poco
común dispuestas en forma entremezclada, pero guardando una frecuencia numérica profesional.
Lista 1 a. " aire, vuelve, introspección, chiche, campo, galvanoplastia, fruto, arte, indio, dríade, bibliómano,
mondo, justo, lindo, retrógrado, para, antea, yucatán, fluoritico, viejo, martirologio, norte, cifra, gragelo”. Se
anotan los errores indicando si han sido debidos al elemento métrico o al semántico. La gráfica es la misma que en
los casos anteriores. Está prueba investigaría las disfunciones de coordinación neuromuscular en el lenguaje y los
fenómenos físicos.
Todas estas pruebas de logoaudiometría modificada que sensibilizan el mensaje fonético intentando hallar ciertas
lesiones a lo largo de las vías auditivas están en su primera fase. Todavía no se han dado valores ni se han
publicado resultados seguros, pero no cabe duda de que con el tiempo señalarán de una forma casi exacta, el
diagnóstico topográfico de lesiones centrales y corticales.
Además de esta clase de pruebas de audiometría vocal modificada existen otras que, siguiendo otras técnicas,
tratan igualmente de indicar el topo diagnóstico a lo largo de las vías auditivas.
Chocholle, explorando la influencia que un estímulo pasado por un oído tiene sobre el contralateral, encontró que
la audición mejora cuando por el opuesto se pasa un sonido de frecuencia distinta al que se está enviando al oído
investigado, mientras que, por el contrario, la audición disminuye cuando por el contralateral se pasa un sonido de
la misma frecuencia. Se nota que cuando se envía una frecuencia diferente a la investigada por el oído
contralateral hay una franca disminución de la fatiga auditiva, tanto en la caída de la curva como en la demora del
tiempo de recuperación.
Se utiliza un audiómetro que pueda emitir dos frecuencias puras al mismo tiempo, es decir que posea dos
generadores de frecuencias. Además, es necesario un potenciómetro de investigación de umbral diferencial de
intensidad, que debe ser lo suficientemente amplio, entre 0 y 2 dB, para evidenciar las variaciones de intensidad.
Se realiza la técnica comparativa en función de:
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Una prueba de Chocholle es la tonal de integración biaural, que consiste en tomar el umbral diferencial de un oído
mientras que por el otro se pasa una frecuencia:
a. se investiga el limen mínimo diferencial en un oído en el tono 1000 a 40 dB sobre el umbral, mientras se
envía al mismo tiempo por el oído contrario el tono 240 a 30 dB de intensidad.
b. se vuelve a determinar el umbral diferencial al mismo oído en el tono 1000 a 40 dB, pero excitando el
contralateral con el mismo tono 1000 a 30 dB.
En caso de vías auditivas normales, cuando se toma el umbral mínimo diferencial pasando el mismo tono por el
oído contrario hay un aumento de limen diferencial (ósea por audición); en cambio, disminuye el mismo si se pasa
por el otro oído una frecuencia diferente de la del tono investigado.
En caso de lesión en la porción superior de las vías acústicas, no habría cambio en la audición, aunque se excite
el oído contralateral con el mismo o diferente tono.
Otra prueba de Chocholle es la inhibición central de la fatiga. Está basada en la disminución de la fatiga
estimuladora cuando se envía una frecuencia diferente por el oído contrario al investigado:
A. Se toma la fatiga auditiva. Se pone el tono 1000 Vd. a 40 dB durante 5 minutos en un oído mientras por el
otro se pasa el 250 Vd. a 30 dB. Al cabo de 5 minutos se toma el umbral.
B. Se hace lo mismo, pero pasando el mismo tono por el oído contralateral a 30 dB.
En caso de vías acústicas normales será menor la fatiga auditiva cuando se envía un tono diferente al investigado.
En caso de lesión en las vías no se encuentra diferencia cualquiera sea el tono que se envié por el oído opuesto.
Prueba de Stenguer
La prueba de Stenguer, utilizada como test de simulación, sirve también como medio de investigación para
intentar localizar las sorderas de origen central.
Cuando enviamos el mismo tono, pero más intenso por un oído que por el otro, únicamente se percibe el sonido
por el primero en el individuo normal o con hipoacusia perceptiva de origen periférico. Solamente son necesarios
10 o 15 dbs de diferencia. Por lo contrario, en algunas lesiones centrales, aunque la intensidad sea bastante mayor
se perciben dos tonos separados cambiando la tonalidad entre ambos. Existe una bitonalidad. Esto indicaría lesión
neural a la altura de la región subtalámica.
Prueba de Groen
Otra de las pruebas para investigar trastornos auditivos de origen central es la de Groen. Se utiliza un aparto muy
simple. Se trata de unos auriculares del estetoscopio corriente, los que terminan por ambos lados enchufados en
los extremos de un tubo metálico curvo que está graduado en centímetros. Se basa en la facultad que tiene el
oído para distinguir la dirección del sonido con un grado mínimo de variación. Si golpeamos suavemente con un
objeto en medio de la barra metálica lo oye por igual en ambos lados, ocurre lo mismo cuando esto se hace a uno
o dos centímetros a casa lado del centro. Cuando no se localiza la dirección del sonido a más de esta distancia es
posible que se trate de una lesión cerebral retrobulbar.
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3. Se cronometra un minuto justo. Durante este tiempo cada vez que el enfermo señala que deja de oír el
sonido se aumentan 5 dbs. La prueba termina cuando el sujeto oiga la misma intensidad durante un
minuto.
Los resultados pueden variar: se puede percibir el sonido a 5 dbs durante los sesenta segundos o bien hay que
añadir varias veces los 5 dbs de base, pues el tono se extingue rápidamente. En los oídos normales y en las
hipoacusias de conducción el umbral se mantiene todo el tiempo sin decaer, o apenas decae de 10 de 15 dbs. En
las lesiones de órgano de Corti es frecuente obtener una adaptación mayor, que puede llegar hasta los 30 dbs. En
los casos de lesión retro coclear el deterioro del umbral es muy rápido, enseguida pasa de los 39 dbs y a veces
llega al límite del campo auditivo en pocos segundos
La limitación de la técnica es que no se puede efectuar por encima de las 2000 Vd. ni tampoco cuando el umbral
este a más de 90 dbs.
La audiometría automática ha servido para efectuar una serie de pruebas con objeto de diagnosticar el nivel de
lesión de ciertas HA.
Si pasamos un tono continuo por un oído vemos que se produce un proceso de adaptación que hace descender el
umbral de dicho lado. Se ha visto que el tono discontinuo se percibe mejor y durante más tiempo. Si empleamos
el audiómetro automático de von Békésy y pasamos un sonido primero y luego el mismo entrecortado podemos
comparar ambas curvas. De acuerdo con Jerger, se pueden establecer varios tipos de trazados.
Tipo l: Ambas curvas van paralelamente unidad. Ocurre en los oídos normales y en las hipoacusias de
conducción.
Tipo ll: Al comienzo salen juntas las dos cuevas de los tonos graves, pero al final se separan ligeramente.
Puede verse en las sorderas de percepción con reclutamiento.
Tipo lll: Aparecen los dos umbrales ligeramente separados, pero pronto el trazado del tono continuado
cae abruptamente. Se observa en las sorderas retro cocleares.
Tipo lV: Desde los tonos graves aparecen en las dos cuevas muy separados y así se mantienen hasta los
tonos agudos. Este tipo se encontraría, lo mismo que el anterior, en casos de neurinoma del acústico u
otros tumores del ángulo ponto cerebeloso.
Audiometría direccional
Uno de los métodos modernos que se utilizan en la detección de sorderas centrales es la llamada audiometría
espacial o direccional.
La técnica consiste en poner al paciente en un campo sonoro biaural aplicándole el sonido de tal forma que llegue
con diferencia mínima de tiempo e intensidad a un oído respecto del otro; para que esto suceda se aplican
impulsos emitidos desde diferentes ángulos sobre el sujeto por investigar. Para la investigación de las sorderas
centrales, vemos que la integración de la audición biaural tiene lugar en el nivel subtalámico, probablemente en
los núcleos olivares superiores, reciben numerosas fibras de ambos oídos. Se ha podido observar que las lesiones
de las dos primeras neuronas causan dificultad en la localización de los sonidos. No influyen ni las lesiones
cocleares ni la de la corteza cerebral.
Técnica
Se puede efectuar la prueba de dos formas: con auriculares, enviando el impulso sonoro con diferencias de
tiempo, o en espacio abierto. En ambos casos se necesita un aparataje especial.
Para investigar la audiometría direccional con auriculares se envían al enfermo diferentes tonos con milisegundos
de diferencia de un oído al otro, mediante un audiómetro apropiado para esta clase de audiometría.
Para investigar la capacidad de localización del sonido en campo abierto se debe colocar un altoparlante móvil que
se va situando en diferentes ángulos respecto del oído investigado, o tener una cámara de tal modo
acondicionada, que en varios lugares posea una serie de altoparlantes situados adecuadamente en ángulos fijos,
desde los cuales se pueda excitar el oído del paciente. Los resultados se valoran de acuerdo con el ángulo de
incidencia.
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En la prueba se envía un tono o una palabra por diversos ángulos diciendo al paciente que indique de qué parte
llega el sonido. En caso de lesiones retrococleares de la primera y la segunda neurona, la localización del sonido es
muy difícil. Es una prueba más para la investigación del neurinoma del acústico. En las lesiones del órgano de Corti
(reclutamiento) y en la corteza cerebral, no hay mayor dificultad en la determinación de la dirección del sonido.
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