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EL PROCESO JUDICIAL

Es el conjunto de actos coordinados para la finalidad de la actuación de la


voluntad concreta de la ley (en relación a un bien que se presenta como
garantizado por ella) por parte de los órganos de la jurisdicción ordinaria"165, y
tampoco la de COUTURE que dice: "Podemos definir, pues, el proceso judicial, en
una primera acepción, como una secuencia o serie de actos que se desenvuelven
progresivamente, con el objeto de resolver, mediante un juicio de autoridad, el
conflicto sometido a su decisión"
Los actos referidos en el párrafo anterior están sujetos a determinadas
disposiciones que reglamentan su ejercicio. Estas normas son una especie de las
normas procesales, que bien podríamos llamarlas normas de procedimiento, su
cumplimiento formal es regularmente planteado como una exigencia para su
validez, sin e tienen tal esencia, es decir, hay algunas normas que solo postulan
ciertos requisitos, sin que su incumplimiento sea necesariamente causal de
invalidez del acto. Esto es lo que denominamos determinadas reglas más o menos
rígidas.
El concepto dialéctico citado en el inciso a) hace referencia, como ya se expresó,
al hecho de que los intereses contradictorios de las partes constituyen el elemento
central y distintivo del proceso judicial. A esta situación nos referimos cuando
afirmamos: "(...) distintos sujetos que se relacionan entre sí con intereses
idénticos, diferentes y contradictorios (...)".
Finalmente, la dialéctica a la que se ha venido haciendo referencia, alcanza su
punto culminante cuando se advierte que a pesar de los intereses contradictorios y
personales que cada interviniente ha propuesto, todos, de una u otra manera, han
coadyuvado para que se logren dos fines a través del proceso, uno privado: que
se ponga fin al conflicto de intereses, y otro público: que a través del proceso se
postule una sociedad con paz social en justicia. A este aspecto se refiere la
definición cuando anuncia: "(...), pero vinculados intrínsecamente por fines
privados y públicos".
A propósito de los fines del proceso, estos regularmente se expresan como el
resultado obtenido luego de que este ha concluido. Sin embargo, es importante
reconocer que aún antes de ser utilizado, el proceso cumple una función social de
refuerzo y prevención de la eficacia y vigencia del sistema jurídico. El
reconocimiento social de su existencia y ficacia concede a todos los ciudadanos,
eventuales usuarios del proceso, la garantía de hacer efectivo su derecho, es
decir, con solo existir, el servicio de justicia en el instrumento de realización del se
convierte sistema jurídico.
37. TEORÍAS SOBRE LA NATURALEZA JURÍDICA DEL PROCESO JUDICIAL
Las dos primeras son conocidas también con el nombre de teorías privatistas, en
tanto elaboran su explicación basándose en categorías civiles y además, hacen
gravitar la trascendencia del proceso en naturaleza del presunto acuerdo al que
llegan las partes para contender. Todo lo contrario de las dos últimas, llamadas
publicistas, en donde es la función del juez la que adquiere un rol trascendental,
explicativa además de la importancia social y política del proceso. Por otro lado,
esta diferencia entre teorías p también para determinar el momento en que se
inicia el proceso. Así, para las concepciones privatistas tal suceso ocurre en la
contestación -expresa o ficta- de la demanda o por lo menos en el acto de su
notificación; en cambio, para las publicistas es en el acto de la interposición de la
demanda.
37.1. Teorías clásicas sobre la naturaleza jurídica del proceso
37.1.1. El proceso como contrato.
Según esta teoría, la relación establecida entre demandante y demandado es
básicamente producto de un acuerdo de voluntades entre ambos litigantes por el
que se comprometen a aceptar lo que se resuelva al final. Así, se consideró que el
proceso era una convención, en donde, por ejemplo, el reconocimiento de los
efectos de la cosa juzgada sobre la decisión definitiva, era precisamente producto
de este acuerdo implícito al que habían llegado las partes. Por otro lado, se trata
de una teoría cuya explicación exige que se prescinda realidad, aun cuando solo
fuese para poder entenderla, ya que no para participar de ella. En efecto, bien
sabemos que cuando una persona es emplazada judicialmente, es casi imposible
afirmar que tal acto ocurre como esta de participar en un torneo judicial. Es mucho
más lógico reconocer que tal acto ocurre no solo prescindiendo de su voluntad,
sino, además contrariándola.
7.1.2. El proceso como cuasicontrato.
Sin duda las críticas expresadas a la teoría contractual del proceso son
contundentes. Precisamente en auxilio de ella, casi durante la misma época de su
aparición, algunos juristas empezaron a plantear una variante. Expliquemos en
qué consistió. Habida cuenta de que como lo que se resolvía en el proceso exigía
el cumplimiento de la parte perdedora, no había duda que el proceso era,
entonces, una fuente de obligaciones. Sin embargo, atendiendo a que las fuentes
obligacionales reconocidas eran: el contrato, el delito, el cuasidelito y el
cuasicontrato, había que identificar a cuál de ellas pertenecía el proceso.
Entonces, si lo único cierto es que se trataba de una fuente de obligaciones, la
eliminación del contrato, del delito y del cuasidelito como su posible origen,
conducía a una verdad incontrastable: el proceso es un cuasicontrato178. Tal vez
el primer gran defecto del que adolece esta teoría es que el cuasicontrato ni
siquiera es una categoría civil firme. No se guarda reconocimiento de ella en la
doctrina civil contemporánea.
37.1.3. El proceso como relación jurídica.
"Cuando en el lenguaje del derecho procesal se habla de relación jurídica, no se
tiende sino a señalar el vínculo o ligamen que une entre sí a los sujetos del
proceso y sus poderes y deberes respecto de los diversos actos procesales"181.
Tal vez esta frase sintetiza la teoría que mayor reconocimiento ha tenido en el
pensamiento jurídico para explicar la naturaleza del proceso.
Se afirma que el proceso es una relación jurídica en tanto para su actuación
concurren cierto número de sujetos que asumen conductas en función al rol e
interés con que participan en él. Por lo demás, se trata de roles que están
preestablecidos por la ley, tanto como los criterios reguladores de sus conductas.
Se afirma que siendo diferentes los sujetos que participan, como lo son también
sus intereses, en sentido estricto, dentro de un proceso hay una pluralidad de
relaciones jurídicas, algunas más trascendentes que otras, pero todas unidas por
una vertiente común que las conduce al fin querido: la solución definitiva del
conflicto de intereses.
37.1.3.1. Las relaciones jurídicas procesales en la doctrina.
A) El recuento puede iniciarse con KOHLER, quien considera-dentro de lo que
podría concebirse como una tesis privatista- que el proceso consiste en dos líneas
paralelas de relaciones que van del demandante al demandado y viceversa.
B) Por otro lado, se afirma también que las relaciones procesales configurantes
del proceso son angulares. Debe comprenderse al juez dentro de este sujeto
imprescindible dado que es a quien las partes se dirigen a manifestar su posición y
es también el indicado para responder a tales planteamientos o exigencias.
Adviértase que, según esta posición, defendida por HELLWIG, no hay relación
entre las partes.
C) Una última posición -sustentada por WACH- considera que la relación jurídica
existente en un proceso es triangular, vale decir, que las partes se relacionan
entre sí -a diferencia de lo que piensa HELLWIG-, en tanto que entre ellas
sobrevienen responsabilidades procesales. Es el caso, por ejemplo, de la condena
en costos y costas.
37.1.3.2. Relación jurídica sustancial y relación jurídica procesal.
La existencia de un caso justiciable, es decir, de una cuestión jurídica supone la
presencia de dos o más sujetos de derecho que participan entre sí de un conflicto
de intereses con relevancia jurídica. Esa relación existente entre los futuros
litigantes, base material para la existencia de un proceso judicial, recibe el nombre
de relación jurídica sustancial. Es precisamente esta relación la que permite a uno
de sus conformantes tener una pretensión material respecto del otro. Pues bien,
esta relación jurídica sustancial, llamada también material, y caracterizada por ser
conflictiva, es el antecedente directo del proceso. Precisamente, este no es otra
cosa que una trama de relaciones en donde se reproducen los argumentos y
medios probatorios de los sujetos en conflicto. Este nuevo ambiente en donde la
relación jurídica sustancial es discutida, hecho que ocurre ante la presencia y
dirección de un tercero y en condiciones civilizadas, se denomina comúnmente
proceso relación jurídica procesal185. Atendiendo a los conceptos antes
expresados, el tránsito de la relación jurídica sustancial a la relación jurídica
procesal o proceso ocurre como consecuencia del ejercicio del derecho de acción
por parte de uno de los litigantes, en mérito del cual este solicita al Estado tutela
jurídica. Finalmente, es necesario precisar que la existencia de una relación
jurídica procesal no elimina o desaparece la relación jurídica sustancial. Esta -en
tanto expresión de la realidad concreta- se mantiene como tal. Inclusive es
perfectamente posible que las partes, a pesar de tener un proceso iniciado -una
relación jurídica procesal establecidapuedan llegar a un acuerdo prescindiendo de
este, o, de otro lado, es factible también que uno de los sujetos de la relación
sustancial pueda, después de in transmitir su derecho o posición en la relación
material a otro, quien procederá a actuar en este. Esta última institución se
denomina sucesión procesal.
37.1.4. El proceso como situación jurídica.
La teoría de la situación jurídica (Rechtslage) aplicada al ámbito procesal es
producto del genio de JAMES GOLDSCHMIDT, pese a que el concepto le es
atribuible a KOHLER, quien la entiende como el nacimiento o desarrollo de un
derecho subjetivo. Surgió como una alternativa a la teoría de la relación jurídica, a
la que le cuestiona el hecho de consistir en una descripción estática del proceso y
por eso falsa, en tanto este consiste en una realidad en constante movimiento,
esto es, dinámica. Intentemos explicar en qué consiste esta teoría. Cuando una
persona empieza uno, las partes empiezan a variar sus estados y, con tales
indicaciones de su conducta que no tiene s (Aussichten) que consiste en la opción
que tal hecho se produzca (que sea , expectativas y cargas . Su realización
determina que durante el desarrollo del proceso se produzca o se presente una
variada sucesión de situaciones jurídicas por las que las partes van proceso se
encuentra en un determinado estado respecto de la sentencia con la que va a
concluir este. Esta posición o estado también se presenta en el demandado.
Cuando este es comunicado del inicio de un proceso (cuando es emplazado) tiene
un estado o posición desde la óptica de lo que va a ser el resultado definitivo de
este. En cada caso, cuando nos hemos referido al estado o posición, hemos
afirmado que cada protagonista del proceso mantiene una situación jurídica186.
Esta sin duda no se va a mantener uniforme durante el desarrollo pro-cesal, al
contrario, conforme los sujetos van actuando o dejando de actuar se va
modificando su estado, es decir, va variando su situación, la que por cierto podrá
ser mejor o peor respecto de la que tuvieron al inicio del proceso y también
respecto de lo que va a ser la decisión final.
DIFERENCIA ENTRE PROCESO Y PROCEDIMIENTO
Como en tantos otros temas, en este no se va a encontrar unanimidad en el uso
de las categorías citadas. La aproximación de un procesalista a la temática
referida constituye regularmente la elaboración de una nueva definición sobre
cada una. procedimiento es función de decidir, es decir, al acto de resolver el
conflicto basándose en Curiosamente, también hayprocesalistas para los cuales el
tema es inexistente, es decir, optan por una propuesta más simplista: usan los
conceptos sin reconocer ni plantearse el tema de su diferencia. Sin embargo,
resulta indispensable asumir una determinada definición, sobre todo, atendiendo a
que, como se ha advertido anteriormente, la distinción que se asuma existe entre
proceso y procedimiento va a constituir una manera de explicar la autonomía y
exclusividad del proceso judicial. Una demostración de las propuestas variopintas
sobre el tema la tenemos en CARNELUTTI200. En su opinión, el conjunto de los
actos que deben realizarse para componer un litigio se denomina proceso. En
cambio, considera que el orden y por tanto la secuencia en que se realizan estos
actos. Históricamente el concepto proceso empieza a ser usado desde la Edad
Media, si bien su origen etimológico denota su raíz latina201. Esta situación es
expresión de la prevalencia que los estudios de derecho romano tuvieron en la
época. En el derecho romano, para expresar proceso se utilizó el concepto
iudicium202, que a la fecha - traducido com ojuicio- resulta sin duda una acepción
anacrónica, dado que solo hace referencia a la una decisión producto de la
actividad del juez. El proceso, como bien sabemos, es mucho más que el acto de
juzgar.
"Proceso es el conjunto de todos los actos necesarios para la obtención de una
providencia jurisdiccional, pudiendo contar con uno o más procedimientos o,
incluso, , el proceso es el movimiento a en su forma intrínseca" , Con variantes
más de forma que de contenido y aun cuando su marco de referencia sea s por
ormas que regulan la procesión de los ctos en el proceso penal, de modo que la
dinámica procesal, o sea, el avance hacia un rma extrínseca; procedimiento es la
forma ifestarse fuera del campo apenas con un procedimiento incompleto. De allí
que CARNELUITI, didácticamente, haya dicho que para distinguir mejor proceso y
procedimiento se debe atentar contra el sistema decimal; el proceso es el número
concreto, que puede no llegar a la decena, o bien puede comprender a más de
una".
Como ya lo expresáramos anteriormente, el proceso judicial, en nuestra opinión,
es el conjunto dialéctico, dinámico y temporal de actos, que se realizan durante la
ejecución de la función jurisdiccional del Estado, bajo su dirección, regulación y
con el propósito de obtener fines privados y públicos. Los que son comunes a
todos los participantes del proceso. En cambio, procedimiento es el conjunto de
normas o reglas de conducta que regulan la actividad, participación y las
facultades y deberes de los jetos procesales y también la forma de los actos
realizados en un proceso o en parte de este, provistos por el Estado con
anticipación a su Inicio.
CLASIFICACIÓN DE LOS PROCESOS
Si bien en sentido estricto el proceso judicial-tal como lo hemos descrito- es
unitario, es posible, atendiendo al propósito que se persigue con su uso o al
derecho material que se pretende hacer efectivo con él, establecer criterios
clasificatorios del proceso. Estas tipologías pueden tener por lo menos una doble
utilidad. Por un lado, una función didáctica, y por otro, tal vez la más importante,
servir como referente para una propuesta legislativa. En atención a tales razones,
procedemos a describir dos criterios clasificatorios, los que se caracterizan por
haber tenido una considerable aceptación en el proceso contemporáneo, aún en el
plano legislativo.
40.1. Los procesos según su función
Tomando en cuenta el propósito o la naturaleza de la satisfacción jurídica que se
persigue con su uso -que es el sentido en el que utilizamos la palabra función-,
podemos encontrar tres tipos de procesos: declarativo o de conocimiento, de
ejecución y cautelar.
A) El proceso declarativo tiene como presupuesto material la constatación de
una inseguridad o incertidumbre en relación a la existencia de un derecho
material en un sujeto, situación que ha devenido en un conflicto con otro,
quien concibe que el derecho referido no acoge el interés del primer sujeto,
sino el suyo209. Tales opiniones contrarias requieren ser expresadas,
probadas, alegadas y finalmente resueltas a través de un proceso judicial
en donde el juez, al final, haciendo uso del sistema jurídico vigente, decide
mantener y certificar la legalidad de la situación jurídica previa al inicio del
proceso, o de otro lado, declara extinguida esta y crea una nueva.
Cualquiera de estas dos posibilidades se concreta "a través de una
resolución judicial, con la cual el juez pone fin a la inseguridad o
incertidumbre antes expresada.
B) B) El proceso de ejecución tiene un singular punto de partida, una situación
fáctica inversa a la anteriormente descrita, esta vez en lugar de
incertidumbre, lo que hay es una seguridad en un sujeto de derechos,
respecto de la existencia y reconocimiento jurídico de un derecho material.
A pesar de lo expresado, la necesidad de utilizar este proceso se presenta
porque no obstante la contundencia del derecho, este no es reconocido -
expresa o tácitamente- por el sujeto encargado de su cumplimiento.
C) El proceso cautelar es el instrumento a través del cual una de las partes
litigantes, generalmente el demandante, pretende lograr que el juez ordene
la realización de medidas anticipadas que garanticen la ejecución de la
decisión definitiva, para cuando esta se produzca213. El proceso cautelar
tiene una naturaleza jurídica polémica. Así, por un lado se afirma su
autonomía, es decir, la existencia de rasgos que lo diferencian de cualquier
otro proceso como, por ejemplo, tener una vía procedimental específica,
también fines propios y, sobre todo, una pretensión que solo puede
resolverse en su interior. Sin embargo, a pesar de lo dicho, es
imprescindible admitir como su principal característica, el hecho de que se
trata de un proceso instrumental, en tanto está al servicio de otro proceso,
específicamente de aquel en donde se discute la retensión principal. Es
tanta su dependencia que si en el proceso principal ya no fuera a cipal va a
producirle perjuicios que podrían transformarse en telar en el entendido de
que el peticionante iba p expedirse una decisión definitiva, sea porque el
demandante se desistió de la pretensión sea por cualquier otra razón, el
proceso cautelar habrá perdido su razón de seguir existiendo. A través del
proceso cautelar podemos obtener una medida cautelar. Esta tiene dos
fines: uno concreto y el otro abstracto. En atención al primero, con la
medida cautelar se pretende asegurar que el fallo definitivo se cumpla, y
con respecto al segundo, se busca lograr el fortalecimiento de la confianza
social en el servicio de justicia con el siguiente criterio: si las decisiones
judiciales finales se van a poder ejecutar, es decir, si van a ser eficaces,
entonces se va a prestigiar el servicio de justicia ante su comunidad. La
obtención de una medida cautelar exige del peticionante la acreditación de
ciertos requisitos. Así, quien la pide debe persuadir al juez, anticipada y
provisionalmente, de que tiene la razón y de que va a ganar el proceso.
Este requisito se llama verosimilitud del derecho o fumus bonis iuris.
Asimismo, el peticionante de la medida cautelar debe acreditar, también,
que la demora en la tramitación del proceso en donde se discute la
pretensión prin irremediables. Este requisito se denomina peligro en la
demora o Periculum in mora.
0.2. Los procesos según su estructura
Este criterio clasificatorio tiene como sustento la preeminencia o importancia
que se le concede a determinados sujetos del proceso. Así, hay un tipo de
proceso en donde las partes tienen el control de este en sus estaciones más
importantes, sea el material probatorio, su continuación o su suspensión. Es
decir, la parte - demandante o demandada-, cuyo derecho se discute al interior
del proceso, pasa a ser la dueña de este, reduciendo la figura del juez a la de
un simple homologador de sus actividades. Este es un proceso privatístico.
Como una alternativa a este, existe otro tipo de proceso en donde el
protagonista más trascendente es el juez. Este domina todas las escenas del
proceso, determina qué es lo definitiva, todo esto con prescindencia e las
alegaciones de las partes, e inclusive de los medios probatorios que estas
pudieran s procesos citados fueran sufriendo esada erencia con el nombre de
juicio ordinario. Posteriores urgencias socio-económicas, sus efinitivos entre
las partes, y además, a sanear la relación procesal, con independencia de la
actuación de las partes, a fin de evitar que los vicios procesales impidan,
avanzado el proceso, un pronunciamiento sobre el fondo. que se debe actuar y
qué e~ lo que se rechaza en d proponerle. Finalmente, en este proceso, el juez
aplica o no -con absoluta discreción- el derecho que las partes le propusieron.
Este es el llamado proceso autoritario. Ambos procesos, como resulta obvio,
son expresiones que corresponden a algunos sistemas sociales antiguos, en
donde componentes políticos, económicos y aun religiosos determinaron su
vigencia. Con el devenir de los siglos, las mismas exigencias de la época,
determinaron que lo modificaciones. En el caso de la Europa medieval, esta
evolución condujo a un tipo de proceso civil cubierto de formalismo, lerdo,
oneroso, el llamado solemnis ardo iudiciarius, que guarda como antecedente
directo al procedimiento extraordinario, expresión procesal de la etapa
postclásica del derecho romano. No está demás recordar que muchos países
latinoamericanos recibimos de este ardo iudiciarius su p h como el creciente
desarrollo comercial de los burgos o la necesidad de la Iglesia de dinamizar
sus relaciones comerciales, por ejemplo, exigieron la necesidad de postular
procesos más expeditivos, como los plenarios rápidos, los que
desgraciadamente no tuvieron en Latinoamérica -porque no la tuvieron en
España215 - la difusión que hubiese sido necesaria. El proceso civil
contemporáneo nos muestra un nuevo tipo de proceso, el llamado publicístico.
Este consiste en el ejercicio de la autoridad razonada y reflexiva del juez en la
actividad procesal. El juez director del proceso no sustituye a las partes en
deberes de probar 10 que afirman, o de impulsar el proceso cuando les
corresponde hacerla. Sin embargo, sí conduce el proceso por la ruta de un
comportamiento ético en el que las partes coadyuven con la información
pertinente y certera, imprescindible para poder cumplir con el mandato de
juzgar. En este proceso, las partes tienen el deber de probar lo que afirman, sin
embargo, el juez tiene facultades para ordenar que se actúen medios probatorios.

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