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- El proceso es el conjunto de actos mediante los cuales se constituye, desarrolla y termina una relación jurídica entre el juzgador, las partes y otras personas involucradas, con el fin de resolver un litigio planteado por las partes a través de una sentencia.
- El objeto del proceso es la pretensión o resultado solicitado en la demanda, mientras que el objeto del debate son los hechos controvertidos sobre los cuales versará la actividad probatoria.
- Existen diferentes teorías sobre la naturaleza jurídic
- El proceso es el conjunto de actos mediante los cuales se constituye, desarrolla y termina una relación jurídica entre el juzgador, las partes y otras personas involucradas, con el fin de resolver un litigio planteado por las partes a través de una sentencia.
- El objeto del proceso es la pretensión o resultado solicitado en la demanda, mientras que el objeto del debate son los hechos controvertidos sobre los cuales versará la actividad probatoria.
- Existen diferentes teorías sobre la naturaleza jurídic
- El proceso es el conjunto de actos mediante los cuales se constituye, desarrolla y termina una relación jurídica entre el juzgador, las partes y otras personas involucradas, con el fin de resolver un litigio planteado por las partes a través de una sentencia.
- El objeto del proceso es la pretensión o resultado solicitado en la demanda, mientras que el objeto del debate son los hechos controvertidos sobre los cuales versará la actividad probatoria.
- Existen diferentes teorías sobre la naturaleza jurídic
dentro del ámbito jurídico? EL Proceso Debemos entender por Proceso un conjunto complejo de actos del Estado como soberano, de las partes interesadas y de los terceros ajenos a la relación sustancial, actos todos que tienden a la aplicación de una ley general a un caso concreto controvertido para solucionarlo o dirimirlo. En otras palabras, podemos definir el proceso como el conjunto de actos mediante los cuales se constituye, desarrolla y termina la relación jurídica que se establece entre el juzgador, las partes y las demás personas que en ella intervienen; y que tiene como finalidad dar solución al litigio planteado por las partes, a través de una sentencia del juzgador basada en los hechos afirmados y probados y en el derecho aplicable, así como, en su caso, obtener la ejecución de la sentencia.
El proceso es la suma de actos por medio de los cuales se
constituye, desarrolla y termina la relación jurídica... El proceso tiene como finalidad dar solución al litigio planteado por las partes, a través de la sentencia que debe dictar el juzgador, así como que esa sentencia se cumpla o se ejecute. El objeto del Proceso Al respecto, cuando la doctrina y la jurisprudencia se refieren al objeto del proceso, se debe entender que es aquello que individualiza o distingue ese juicio del resto de procesos, siendo siempre la pretensión, es decir, el resultado pedido en una demanda. Esta conceptualización encuentra sustento legal en el Código Procesal Civil y Mercantil, en el Título Tercero denominado “Objeto del Proceso”, y como puede apreciarse, básicamente hay dos premisas esenciales para estructurar el mismo: a) la pretensión: que no es más que el acto de declaración de voluntad exigiendo que un interés ajeno se subordine al propio, deducida ante el juez, plasmada en la petición y dirigida a obtener una declaración de autoridad susceptible de ser cosa juzgada que se caracteriza por la solicitud presentada; y b) la causa de pedir: siendo aquellos motivos que originan el ejercicio de una acción, los cuales pueden calificarse en supuestos de hecho previstos en el ordenamiento jurídico, cuyas consecuencias jurídicas se fundamentan en el petitorio de la demanda. En nuestra ley, ésta puede descansar no solo en hechos, sino que también en títulos jurídicos o causas legales. Por otra parte, es necesario acotar, que en principio los hechos plasmados en la demanda, constituyen el “objeto del debate”, pero como lo regula el Art. 94 CPCM., la contestación de la demanda sirve para fijar aquello en relación con el objeto procesal propuesto por el demandante, sin que éste pueda ser alterado, lo que significa que dichos hechos pueden verse reducidos a no controvertidos por aceptación del demandado, que puede responder que acepta una parte, y otros no, estos últimos serán catalogados como “hechos controvertidos.” En consonancia con dicha disposición, encontramos los Arts. 306 y 309 CPCM., que esencialmente dicen que las partes con el juez fijarán los hechos sobre los que exista disconformidad, así como los que resulten admitidos o estipulados por ambas partes, quedando excluidos estos últimos de la audiencia probatoria. Si hubiese conformidad sobre todos los hechos y el proceso queda reducido a una cuestión de derecho, se pondrá fin a la audiencia preparatoria y se abrirá el plazo para dictar sentencia, pero cuando existan hechos respecto de los que haya disconformidad se dará la palabra a las partes para que propongan las pruebas que a su derecho convengan. En ese contexto, es claro que la controversia determina la existencia de un litigio, de tal forma que la resistencia opuesta por la parte contraria determina la presencia de un debate; en tal sentido, el demandado puede, aparte de guardar silencio, limitarse a negar los hechos y pedir una sentencia desestimatoria, si decide oponerse, entonces dicha oposición debe fundamentarse, y es el demandado quien debe plantear sus propios hechos afirmándolos y probándolos. Debe destacarse, que la simple resistencia no sirve para delimitar el objeto del debate, pues aun cuando esté fundamentada, no introduce un nuevo argumento distinto al fijado en la pretensión, con excepción de que exista una reconvención; y por el contrario, la oposición sólo puede ampliar los términos del debate, completar o precisar cómo debe fallarse en la sentencia. La diferencia entre el objeto del proceso y el objeto del debate debe quedar clara y esto solo se logra al definir el sentido de cada una. Por un lado, el objeto del proceso va encaminado al pronunciamiento de la sentencia, y en el segundo, tiene como objetivo determinar aquellas afirmaciones fácticas, que controvertidas o no por las partes, sean los presupuestos a satisfacer por las pruebas que se presenten. Como último aspecto, no es lo mismo el objeto de prueba, que es un término más amplio, con el tema de la prueba, pues el elemento diferenciador entre el objeto del proceso y el objeto del debate consiste en lo que habrá de recaer la actividad probatoria, es decir, los hechos alegados respecto de los que exista disconformidad. Concretamente se afirma que el objeto del debate gira en torno a los hechos que se oponen por los pretensores, en un principio el demandante puede constituir su reclamo en diversos hechos que luego por el demandado pueden ser controvertidos, es decir negarlos; en ese orden de ideas, esos hechos sobre los que exista disconformidad configuran el objeto del debate y esto cobra relevancia respecto al tema de la prueba, referido a lo que debe probarse en un proceso para causar convicción en el juzgador y obtener el resultado esperado, y estos son: a) los hechos afirmados por las partes, principalmente los alegados por la actora, sin perjuicio que el demandado exponga otros, los que de igual forma debe probar; y, b) los hechos controvertidos, es decir aquellos sobre los que en definitiva no exista conformidad, pues los afirmados por las dos partes o admitidos por la otra, quedan excluidos de la actividad probatoria, según lo dispone expresamente el Art. 312 CPCM. En definitiva, el objeto del debate no se refiere al objeto del proceso pues la primera atañe a los hechos sobre los que fundamenta la pretensión y la segunda, a la declaración de voluntad esperada y plasmada en el petitorio, es decir lo que ulteriormente se busca con el proceso, y el tema de la prueba es sobre lo que versara la actividad probatoria." Función del Proceso
• Velar por los principios de
supremacía constitucional • Solucionar los conflictos entre las partes • Realizar la función integradora de justicia Naturaleza jurídica del Proceso Una primera corriente de pensamiento identifica la naturaleza con la esencia, y se pregunta qué cosa es esto que tiene delante. Así podemos decir que la cosa misma se vuelve fuente de sentido. La esencia de una cosa, como sabemos, se expresa a través de su definición, la cual deberá necesariamente considerar el género próximo y la diferencia específica.
Si aplicáramos este concepto de naturaleza al proceso más
breve, la respuesta resultará evidente: se trata de un proceso judicial más breve. Una segunda corriente de pensamiento va más allá. La naturaleza hace referencia a un instituto jurídico preciso, el cual ciertamente posee una esencia, pero esta es mediada por la ley, la cual considera lo que existe, lo que es objeto de una estima social y le da una estructura precisa. La ley no puede construir tal instituto de la nada, sino que debe recoger los elementos presentes en la realidad, organizarlos para constituir una cosa nueva, aunque si es solo una modificación de otro precedente. Como se ve, naturaleza y configuración jurídica resultan sinónimos pero no pueden agotar lo que nosotros consideramos como naturaleza jurídica, porque el derecho en la Iglesia va más allá de lo que aparece en la realidad social propia y debe tener en cuenta necesariamente de su fin trascendente en la búsqueda de una verdad y de una justicia del todo peculiar Una tercera opinión, más cercana a la primera, encuentra la naturaleza jurídica en el género, tipo o categoría en la cual colocar una realidad jurídica. Por ejemplo, cuando un procesalista se pregunta sobre la naturaleza jurídica del proceso o de la acción, busca la naturaleza jurídica donde encasillar uno u otro instituto. Se hablará por ejemplo del proceso como situación jurídica, o contrato, relación especial, etc., o de la acción como derecho subjetivo potestativo, autónomo, o pretensión, etc. Creo que tampoco este modo de entender la naturaleza nos puede ayudar, porque si bien sea parte de la operación mental que el jurista pone en acto, no basta para determinar con precisión el concepto. Teniendo en cuenta lo dicho, se podría decir que la pregunta por la naturaleza jurídica de un instituto es la búsqueda de su ratio essendi, el por qué trascendente que nos clarifica un instituto; las formas puras de valor desde donde proviene el instituto y al valor a que se reduce.
De este modo podemos afirmar que la naturaleza jurídica de un
“sistema de relaciones interpersonales, es decir, el instituto, y el vínculo que lo pone en relación con otras estructuras jurídicas, que comprende el motivo de su existencia (necesidad concreta e histórica, aquí y ahora, de la sociedad en que surge) y su razón de ser (el valor que el instituto encarna y que contiene en sí el sentido de su existir), con características propias (el modo concreto de la búsqueda de la verdad). Así esencia, vínculo, ratio essendi e características propias, son los elementos que, juntos, nos dan la respuesta sobre la naturaleza jurídica de un instituto. ¡Gracias!