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EL PROCESO CIVIL
Se hace indispensable establecer que la palabra proceso, es de uso relativamente
moderno, puesto que por mucho tiempo se utilizó la expresión juicio, que tiene su
origen en el derecho romano iudicare, la cual significa declarar el derecho.
El término proceso es más amplio, porque comprende todos y cada uno de los
actos que realizan las partes y el juez, cualquiera sea la causa que los origine, en
tanto que juicio supone una controversia entre las partes.
Por su parte, Eduardo Couture lo define como la secuencia o serie de actos que
se desenvuelven progresivamente, con el objeto de resolver, mediante un juicio
de autoridad, el conflicto sometido a su decisión.
SU NATURALEZA JURÍDICA.
Para tener un panorama más acertado sobre la naturaleza jurídica del proceso, es
necesario recurrir y conocer la diversidad de teorías planteadas por diversos
tratadistas del derecho procesal civil las cuales tienden a desentrañar, cuál es su
verdadera esencia, sobresaliendo para ello seis teorías:
1. Teoría contractual
Para los tratadistas esta teoría tiene importancia meramente histórica, y es poco
defendida; estableciendo que el proceso es un verdadero contrato, porque en él
quedan fijadas las cuestiones litigiosas, y por ese motivo el actor no puede más
adelante variar su demanda ni el demandado sus defensas, debiendo el juez
pronunciarse únicamente sobre las cuestiones ya propuestas. Esta teoría tiene su
origen en el concepto romano de la litiscontestatio, la cual supone un convenio o
acuerdo de las partes que constituye un verdadero contrato sobre las cuestiones
litigiosas.
2. Teoría cuasicontractual
Para esta teoría, el proceso no es un verdadero contrato, sino un cuasicontrato,
precisamente el llamado cuasicontrato de litiscontestatio, porque los vínculos
procesales nacen de la voluntad unilateral de un sujeto, el cual con su conducta
unida a ciertos hechos, liga válidamente a personas distintas.
6. Teoría de la institución
Según esta teoría debe entenderse por institución, no simplemente el resultado de
una combinación de actos tendientes a un fin, sino un complejo de actividades
relacionadas entre sí por el vínculo de una idea común objetiva, a la que figuran
adheridas, sea ésa o no su finalidad específica, las diversas voluntades
particulares de los sujetos de quienes proviene aquella actividad.
b. Su creación por la Ley. La Ley es la que crea los distintos tipos de procesos,
no existiendo éstos antes en la realidad social, ya que la Legislación puede ir
detrás de la necesidad de la sociedad, que desea que se regule de modo distinto
el proceso, pero éste solo existe después de su regulación legal.
c. Su regulación técnica. Por las mismas razones, los proceso en concreto son
creaciones técnicas de la Ley, ésta puede regularlos de muy distintas manera,
atendiendo a cómo en cada época y país se estima que pueda facilitarse el
cumplimiento de la función jurisdiccional e, incluso el ámbito en que ésta se
ejerce.
Aunque sea difícil marcar los perfiles históricos, párese demostrado que en un
primer momento existía un solo proceso, a través del cual se conocía cualquier
pretensión. Frente a la justicia privada, que se manifestaba en todos los órdenes
de la vida, el incipiente Estado logró que los enfrentados por cualquier interés
resolvieran sus contiendas acudiendo a un juez-árbitro nombrado por ellos. Esta
es la fase del proceso como contrato. Después el paulatino fortalecimiento del
poder estatal significo, por un lado, que la jurisdicción fuera asumida por él, pero,
también, que el delito se concibiera como ofensa a la comunidad y que del simple
resarcimiento del daño se pasara a la pena. Posteriormente se dieron cuenta de
que el delito supone algo distinto del conflicto civil y consecuentemente, que el
proceso en el que va a actuar el Derecho Penal, con la imposición de la pena, no
puede estar regido por los mismos principios que el proceso en el que va a actuar
el Derecho Privado. Apareciendo así las dos clases fundamentales de procesos:
Penal y Civil, los cuales responderán a principios distintos. Las diferencias entre
uno y otro radican en el criterio base que distingue entre necesidad y oportunidad.
En sentido estricto el objeto del proceso, es decir todo aquello sobre lo que versa
éste de modo que lo individualiza y lo distingue de todos los demás posibles
procesos, es siempre una pretensión, entendida como “ petición fundada que se
dirige a un órgano jurisdiccional, frente a otra persona, sobre un bien de la vida.”
2. Las partes: Según el autor Guillermo Cabanellas, indica que parte es “Cada
una de las personas que por voluntad, intereses o determinación legal interviene
en un acto jurídico plural; en el procedimiento”. Es decir, en el proceso, los
sujetos interesados en el litigio, tanto el activo = actor o demandante (el que pide),
como el pasivo o demandado, (en contra quien se pide), se les denomina partes.
Al hablar de los principios que inspiran el proceso, en este caso proceso civil,
debemos entender que son las directrices o líneas matrices dentro de las cuales
debe desarrollarse el proceso; puede hacerse una enumeración taxativa de los
principios básicos que rigen el proceso civil.
Demanda: Es un acto procesal por medio del cual una persona acciona ante un
Órgano Jurisdiccional con el objeto de hacer valer una pretensión, cumpliendo
con las formalidades de los artículos 61, 63, 106, 107 y 118 del CPCYM.
LA INTERRUPCIÓN: La interrupción del proceso por su parte se da por causas
externas que afectan la posibilidad de que las partes actúen en este; son causales
de interrupción las siguientes:
muerte, enfermedad grave o privación de la libertad de quien actúa en el proceso
directamente, o en los mismos supuestos cuando se actúa por medio de
Representante Legal, en el caso que el Representante Legal sea un Abogado
también opera cuando el mandato ha vencido, o cuando el Abogado ya sido
suspendido en el ejercicio de su profesión.
3. Por acuerdo de las partes. El proceso se suspende, cuando las partes de común
acuerdo solicitan la suspensión de manera expresa.
Pero además de la forma normal de terminar un proceso civil, existen otras formas
de terminar el mismo, las cuales se nombrarán como excepcionales, logrando éstas
también el fin último que se menciona.
El artículo 97 del CPCYM establece que los Tribunales podrán de oficio o a instancia
de parte citar a conciliación a las partes, en cualquier estado del proceso. Así mismo
el artículo 203 del CPCYM en lo referente al Juicio Oral, es obligación del Juez
procurar avenir a las partes o instar a una conciliación. La conciliación puede ser
parcial o total. El acuerdo tiene que ser aprobado por el juez que debe dictar la
oportuna resolución (auto.
El primer caso lo encontramos regulado en el articulo 425 del código procesal civil y
mercantil que se refiere a la Dispensa judicial ( el cual ya no se aplica porque en
virtud de la reforma al Código Civil, ya no se puede autorizar el matrimonio de
menores de edad)
El segundo caso lo encontramos regulado en el articulo 428 del código procesal civil
y mercantil que se refiere al divorcio voluntario, en el cual se indica que el Juez citará
a las partes a una junta conciliatoria, en la cual se debe avenir a las partes a que
continúen la vida conyugal y si ellos se avinieren, el Juez declarará el
Sobreseimiento definitivo a través de una resolución (auto), este es el único caso en
el cual se aplica la figura del Sobreseimiento.