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COMPOSICIÓN POLÍTICA ECONÓMICA DEL FRANQUISMO

Los documentos que se nos muestran se tratan de fuentes políticas escritas primarias las
cuales hacen referencia a la política económica existente durante el período que comprende la
Dictadura Franquista.

La economía española durante la época del franquismo se puede dividir en dos etapas. La
primera etapa es la de la autarquía, caracterizada por una buscada autosuficiencia económica,
propia del ideario fascista, y un obligado aislamiento internacional que comienza en el
momento en el que los militares sublevados ganan la Guerra Civil. La segunda etapa parte del
año 1959 cuando se aprueba el Plan de Estabilización Nacional, España abre su economía al
exterior y comienzan a llegar las inversiones extranjeras a causa de la mano de obra abundante
y barata.

El período de autarquía, con el objetivo de no depender económicamente del exterior, se


impulsó la producción interior y lo que dificultó las importaciones mediante la imposición de
elevados aranceles. En la agricultura descendió la producción debido a la escasez de abonos y
a la baja productividad, lo que se tradujo en problemas en el abastecimiento de alimentos y en
un aumento de precios. Las capas sociales más pobres sufrieron la inflación y los bajos salario,
y a menudo tuvieron que recurrir a una economía de subsistencia y trueque. El atraso
económico favoreció a la aparición del hambre y al aumento de la miseria. Ante la escasez de
alimentos y el aumento de precios, el gobierno se ve obligado a establecer las cartillas de
razonamiento, propiciando el mercado negro o estraperlo en el que se podían encontrar
abundantes productos a precios muy elevados.

Para lograr incrementar la producción agraria se tomaron medidas como la explotación de


nuevas tierras con la creación del Instituto Nacional de Colonización, iniciándose en los años
50, nuevos planes integrales el Plan Badajoz. Además de esto en 1952 se aprobó la Ley de
Concentración Parcelaria para evitar el minifundismo.

En el ámbito industrial se siguió la política intervencionista con la creación del Instituto


Nacional de Industria (1941), a lo que se hace referencia en el primer documento el cual es un
fragmento que trata la creación del INI, el 25 de septiembre de 1941. En este se nos muestra
un artículo que indica el objetivo principal de la creación de esta institución. Como se
referencia, este fue constituido para “la creación y surgimiento de nuevas industrias, en
especial la que se propongan como (…) resolución de los problemas (…) por las (..) exigencias
de la defensa del país” y para el control de la producción de los sectores industriales básicos,
cuyo mayor inversor y promotor era el Estado. Aun evitando el contacto económico con el
exterior, ya que se establecen medidas para el “desarrollo de nuestra autarquía económica”, la
dependencia tecnológica y la energética del extranjero provocó que no se cumpliesen los
objetivos marcados. Además de esto, en el transporte destacó la nacionalización de la red
ferroviaria de vía ancha y la creación en este mismo año de RENFE. Con esto, las transacciones
comerciales estaban fuertemente intervenidas por el Estado, estando el comercio exterior
organizado mediante un sistema de licencias y el interior pro la Comisaría de Abastecimiento y
Transportes.

Con esto, a partir de los años 50 se inició la recuperación económica que se produjo gracias a
las buenas cosechas en los primeros años de la década y la importante cantidad de divisas,
materias primas, fuentes de energía, etc., proporcionados por acuerdos con EE.UU. además, la
población española experimentó en estos años un gran crecimiento demográfico.
En 1959 se aprobó el Plan de Estabilización que fue un programa de reformas realizado por un
equipo de ministros y altos cargos técnicos, y contó con el apoyo del Fondo Monetario
Industrial. Su objetivo era establecer un modelo basado en la libertad económica, más acorde
con la economía capitalista occidental, la cual se basaba en la flexibilidad de precios, la paridad
de la peseta respecto de las divisas internacionales y la liberalización de los intercambios
comerciales. Con esto, se sentaron las bases para iniciar un fuerce crecimiento en las décadas
de los 60 y 70 abandonando el modelo autárquico.

Asimismo, se puso en práctica una planificación económica mediante el establecimiento de


Planes de Desenvolvimiento, a lo que se hace referencia en el segundo documento el cual es
un fragmento del Informe de la Organización para la Cooperación y el Desenvolvimiento
Económico sobre España realizados por tecnócratas, poniéndose en marcha entre 1964 y
1975, tres planes de desarrollo de un marcado carácter industrial con el objetivo de presentar
un “plan de desarrollo económico realista y que tenga sentido , desde el punto de vista
operativo”. Se trató además de favorecer a las zonas menos industrializadas mediante la
creación de Polos de promoción y Promoción Industrial. En el contexto de la economía
europea y mundial tras la II Guerra Mundial, se produjo un gran crecimiento de la riqueza y
producción nacional. Con esto, los cuatro pilares básicos de este crecimiento fueron la
inversión de capitales extranjeros en industrias que se instalaron en Españas aprovechando el
entorno de bajos salarios; la escasa conflictividad y las facilidades estatales de inversión; las
remesas enviadas por lo emigrantes españoles en Europa y los ingresos del turismo
internacional que comienza a llegas a España. Esto último es referenciado en el documento
cuando expresa las medidas que se deberían aplicar para llevar a cabo este desarrollo
económico “dadas las actuales condiciones españolas” como pueden ser la “definición de una
orientación general a la política económica, establecimiento de unos objetivos generales
realistas y consecuentes, (…)”. Con esto, el crecimiento urbano y el turismo fomentarán
también el auge de la construcción convirtiéndose España en un país industrializado,
abandonando su base agraria y mecanizando la agricultura.

En cuanto al tercer documento, se nos muestra una tabla en la que se puede observar la
producción de electrodomésticos en España en miles de unidades. En esta, se puede apreciar
el incremento de producción a lo largo de los años siguientes al establecimiento del Plan de
Estabilización y a la creación de los Planes de Desenvolvimiento cuyos Polos de Promoción y
medidas de Promoción Industrial ayudaron a este incremento. En ella, se aprecia una
comparativa de la producción de ciertos productos, en concreto electrodomésticos, en los
años 60, 65 y 70 en la cual podemos observar el crecimiento al que nos referimos
anteriormente. Esto se puede ver por ejemplo en la cantidad de frigoríficos que se produjeron
en 1960 la cual rondaba los 28.700 y el incremento de estos en 1970 que incrementaron el
número hasta el 1.009.300 siendo notorio el aumento.

Cabe destacar que, aunque se produjo un desarrollo económico en España durante el


Desarrollismo, el mercado interior no fue capaz de absorber la mano de obra excedente por lo
que se produjo un incremento de la emigración tanto rural a las ciudades como hacia el
exterior (países europeos).

Como conclusión, todo este desarrollismo finaliza con la crisis económica del 73, cuando se
produce la subida de precios del petróleo, debido al conflicto israelí, que en España se tradujo
en inflación y conflictividad laboral, dejando un legado difícil gestión para la etapa política de la
Transición en la que todo quedaba en manos del nuevo Jefe de Estado, Juan Carlos I, tras la
muerte de Franco en 1975.
COMPOSICIÓN DE LA OPOSICIÓN AL FRANQUISMO

El primer documento que se nos muestra es un fragmento de una fuente secundaria escrita
política mientras que el segundo y tercer documento son fragemtos de fuentes primarias
escritas políticas. Estos hacen referencia a la oposición del régimen presente en el período que
comprende la dictadura franquista (1939-1975)

Al terminar la Guerra Civil, Francisco Franco se convirtió en el Jefe del Estado hasta 1975, año
en el que murió. El régimen político que instauró fue una dictadura fascista que a lo largo de
todo el período fue adquiriendo rasgos propios de la personalidad de Franco y de las fuerzas
sociales que apoyaron el levantamiento militar desde el primer momento. Con esto, fueron
muchos los que se mostraron contrarios al régimen, y de alguna forma u otra, se hicieron ver
durante esta larga etapa del franquismo.

Por una parte, encontramos a los exiliados, obligados a abandonar el país como consecuencia
de su derrota y con el fin de escapar del represivo sistema. Por otra, también encontramos los
maquis, guerrilleros pertenecientes a grupos o partidos antifranquistas trasladados al monte,
desde donde emprendieron su lucha, con el fin de derrocar el sistema de acuerdo con su
ideología republicana. Un intento de esto fue el caso de la invasión anarquista de val de Arán
en 1944, a lo que se hace referencia en el primer documento, un fragmento en el que el
guerrillero Francisco Rey rememora el movimiento de los años 40. E este hace referencia a la
situación de escapados de los que pertenecían al bando republicanos los cuales escogían la
opción de huir “yéndose así al monte hombres de todas las tendencias, socialistas, anarquistas
(…)”, para evitar las torturas y encarcelamientos. Este movimiento, buscaba la intervención de
los aliados, como Francia, contra la España franquista, “debido a la necesidad de crear el
movimiento guerrillero” aunque resultó estrepitosamente fallida. Los guerrilleros, comunistas
y anarquistas principalmente, realizaban sabotajes y mantuvieron enfrentamientos violentos
con la Guardia Civil, los falangistas y el Ejército. Refugiados en áreas montañosas tuvieron una
intensa activas en Asturias, León, Sistema Ibérico, Andalucía y Galicia.

En los años 50 descendió la actividad de la guerrilla antifranquista por la represión y las


consignas de abandono de la lucha armada para concentrar la actividad en la oposición
política. Los partidos en el exilio asumieron la imposibilidad de derrotar a Franco por la fuerza
y crearon redes de actuación interna buscando infiltrarse en ámbitos universitarios, sindicales
y laborales.

A partir de los años 50, el movimiento estudiantil, a lo que se hace referencia en el segundo
documento, el cual es un fragmento de la sentencia del Consejo de Guerra 650/59 contra la
Agrupación Socialista Universitaria de Valencia el 3 de agosto de 1959. Este fue uno de los más
activos de las protestas,” manifestándose en Madrid y otras universidades, grupos de
estudiantes opuestos al SEU”, a partir de 1956, donde las protestas se basaban principalmente
en conseguir un sindicato de estudiantes que sustituyese al oficial SEU, al que el gobierno
siempre contestó con una negativa, dejándolo claro mediante la suspensión de clases,
expedientes, cierre de universidades, etc. Ante esto, como se muestra en el fragmento, se
realizo una “jornada de protesta pacífica en forma de huelga de veinticuatro horas” con el
objetivo de exaltar la disconformidad con el Régimen existente.

Ya en los años 60, al mismo tiempo en que se liberalizaba y mejoraba la situación económica,
se intensificaba aún más la oposición, que reclamaba un régimen democrático. A pesar del
estricto control, algunas huelgas se convirtieron en la forma más efectiva de protesta,
mezclando objeticos políticos y económicos. Así, nacen las Comisiones Obreras en 1962,
clandestinamente, donde sus líderes pretendían llegar a los obreros con facilidad gracias a la
estructura del sindicato vertical. Aun así, los conflictos no tardaron en producirse en lugares
como Asturias o Cataluña, siendo los líderes fuertemente reprimidos. A su vez, esto hizo que la
afiliación sindical y la militancia clandestina contra el régimen aumentase.

Los partidos políticos se organizaron en el exilio y en el interior del país, donde actuaron
clandestinamente. Podemos destacar el PCE, que mantuvo una fuerte oposición tanto a nivel
externo como en el interior en la clandestinidad y el PSOE. En 1962, durante el IV Congreso del
Movimiento Europeo reunido en Múnich, a lo que se hace referencia en el tercer documento
el cual es un fragmento del proyecto de resolución aprobado por aclamación en el Congreso
de Múnich, en el cual se expresan las condiciones para que un país se pudiese anexionar a esta
institución. Se celebró una reunión de destacados miembros de la oposición en el interior y del
exilio que reivindicaron un régimen democrático para España y como se exprese en el
fragmento, se debía llevar a cabo “la instauración de instituciones auténticamente
representativas y democráticas,”, “la efectiva garantía de todos los derechos de la persona
humana” y “el reconocimiento de la personalidad de distintas comunidades naturales”. La
prensa del régimen denominara esta reunión el Contubernio de Múnich, calificando estas
demandas como una intromisión en los asuntos internos de España. El gobierno castigó con
dureza a los participantes del interior, que fueron metidos en la cárcel o desterrados, con gran
escándalo de la prensa europea.

Incluso parte de la Iglesia empezó a mostrar su oposición al régimen tras los cambios del
Concilio Vaticano II, haciendo así un documento firmado por 339 sacerdotes denunciando
malos tratos y falta de libertades.

En el País Vasco, a las manifestaciones político-laborales se unió la actividad terrorista. En 1959


e fundó ETA, forma radicalizada del nacionalismo vasco que cometerá su primer asesinato en
1968. Sus acciones terroristas pasaron del País Vasco al ámbito estatal donde llevó a cabo
atentados sangrientos.

La respuesta de la dictadura ante la oposición osciló entre la represión y cierte apertura


política. En un intento de mejorar la imagen española de cara a la opinión pública se
suprimieron los tribunales militares y se creó el Tribunal de Orden Pública en 1963, encargado
de juzgar delitos políticos y contrarios al régimen. Sin embargo, ante el terrorismo, estos
delitos se pasarán a la jurisdicción militar y se hará habitual el estado de excepción (se
declaran 9 penas de muerte.

La oposición antifranquista fue en aumento en los años 70 en todos los sectores: la crisis
económica y la creciente debilidad política motivarán protestas de obreros y universitarios;
aumentará la tensión en ciertos sectores de la Iglesia con las autoridades; en el ejército un
grupo de oficiales jóvenes formará clandestinamente la UMD; y también se incrementará la
actividad terrorista lo que provocó un incremento paralelo de la represión del régimen.
Además, ante el agotamiento del régimen se incrementará la actividad de los partidos políticos
e el exilio. Estos partidos y las organizaciones antifranquistas buscarán establecer un frente
común contra la dictadura: en torno al Partido Comunista se formará la Junta Democrática y de
la unión de ambas organizaciones la Platajunta.

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