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LA FECUNDACIÓN

La fecundación es la unión del óvulo y el espermatozoide para que se


pueda producir un embarazo. En la especie humana, la fecundación es
interna, es decir, tiene lugar en el interior del cuerpo de la mujer, en
concreto en las trompas de Falopio. Ésta es la denominada fecundación
natural o 'in vivo'.
También es posible realizar la fecundación en un laboratorio
de reproducción asistida, proceso conocido como fecundación
artificial o fecundación in vitro.
A continuación tienes un índice con los 8 puntos que vamos a tratar en
este artículo.
Definición de fecundación
La fecundación es la fusión de los gametos masculino y femenino, es
decir, el espermatozoide y el óvulo, de manera que se restablece la
dotación cromosómica normal del ser humano (46 cromosomas).
Para que pueda ocurrir el fenómeno de la fecundación, el hombre debe
eyacular en el interior de la vagina de la mujer. En este momento, los
espermatozoides podrán ascender por el tracto genital femenino y llegar
hasta las trompas de Falopio, lugar donde se encontrarán con el óvulo.
De los millones de espermatozoides liberados en la eyaculación, tan solo
unos doscientos conseguirán llegar a su destino en la trompa.
Finalmente, solo un espermatozoide interaccionará con el óvulo y tendrá
lugar la fecundación del embrión.
Una vez los espermatozoides llegan a las trompas de Falopio después
del coito, solamente podrán encontrarse con el óvulo si la mujer se
encuentra en sus días fértiles y ha habido ovulación. En ese caso, los
espermatozoides se colocarán alrededor del óvulo e intentarán
fecundarlo.
Etapas de la fecundación natural
Aunque el proceso de unión entre óvulo y espermatozoides pueda
parecer muy sencillo, lo cierto es que deben darse varios mecanismos y
cambios en ambos gametos para que pueda ocurrir la fecundación.
A continuación te explicamos paso a paso las distintas etapas de la
fecundación en el ser humano:
Penetración de la corona radiada
El proceso de fecundación se inicia con la penetración de los
espermatozoides a través de la capa de células que rodea el óvulo: la
corona radiada.
Los espermatozoides consiguen atravesar esta capa gracias a la
liberación de la enzima hialuronidasa y el movimiento de su flagelo (la
cola).

Una vez atraviesan esta capa, los espermatozoides se


encuentran con una segunda barrera: la zona pelúcida,
la capa externa que rodea al óvulo.

Penetración de la zona pelúcida


Se necesita más de un espermatozoide para lograr degradar la zona
pelúcida, aunque finalmente solo uno de ellos podrá entrar en el óvulo.
Para poder atravesar esta segunda barrera, la cabeza del
espermatozoide establece contacto con el receptor ZP3 de la zona
pelúcida del óvulo. Esto desencadena la reacción acrosómica, que
consiste en la liberación de enzimas hidrolíticas
denominadas espermiolisinas. Dichas enzimas disuelven la zona
pelúcida para permitir el paso del espermatozoide.

Asimismo, la reacción acrosómica provoca una


serie de cambios en el espermatozoide que
permiten su capacitación final para poder penetra
en el interior del óvulo fundiendo sus membranas.

Fusión de membranas
Cuando el espermatozoide entra en contacto con la membrana
plasmática del óvulo, se desencadenan 3 procesos distintos en el gameto
femenino:
 La formación del cono de fecundación
 La despolarización instantánea de su membrana
 La liberación de gránulos corticales al espacio perivitelino
La formación del cono de fecundación permite la fusión de la membrana
del óvulo con la del espermatozoide para que la cabeza del
espermatozoide pueda entrar. A su vez, gracias a la despolarización de
la membrana del óvulo y a la liberación de gránulos corticales, se evita la
entrada de otro espermatozoide.

Fusión de núcleos y formación del cigoto


Con la entrada del espermatozoide, el óvulo se activa para terminar la
meiosis, proceso que permite la reducción del número de cromosomas.
Así, se libera el segundo corpúsculo polar y los cromosomas se colocan
formando una estructura denominada pronúcleo femenino.
Los pronúcleos son los núcleos de los gametos, los cuales tienen la
particularidad de disponer de la mitad de cromosomas con respecto al
resto de células del cuerpo, esto es, 23 cromosomas.
Por su parte, el espermatozoide avanza hasta que su cabeza, que
contiene el núcleo del espermatozoide, queda junto al pronúcleo
femenino. La cola se desprende para terminar degenerando y el núcleo
se hincha para formar el pronúcleo masculino.
Una vez ambos pronúcleos se encuentran uno junto al otro, ocurre la
fusión de ambos.
Esto supone que las membranas de ambos pronúcleos desaparezcan
para que sus cromosomas puedan juntarse y que la célula restablezca su
dotación cromosómica, es decir, 46 cromosomas en total.
Todo este proceso de la fecundación culmina con la formación del cigoto
humano: primera célula del organismo fruto de la unión del óvulo y el
espermatozoide.

Además de todo esto, en la fecundación queda establecido si el futuro


bebé será un niño o una niña en función de sus cromosomas sexuales:
Cigoto masculino
sus cromosomas sexuales son XY y el futuro bebé será un niño.
Cigoto femenino
sus cromosomas sexuales son XX y el futuro bebé será una niña.
El óvulo siempre es portador del cromosoma X. Por tanto, el sexo del
embrión se definirá según si el espermatozoide es portador de un
cromosoma X o un cromosoma Y.
Aunque hemos visto cada una de las etapas de la fecundación de forma
detenida, en la siguiente imagen puedes ver un esquema del proceso
completo. ( BUSCAR IMAGEN)

La fecundación de gemelos y mellizos


Al contrario de lo que indica la creencia popular, los gemelos no surgen
de la fecundación de un óvulo por dos espermatozoides. Como ya hemos
indicado, el óvulo tiene un mecanismo para evitar la fecundación doble y
múltiple, ya que los embriones resultantes no serían viables.
Si penetraran 2 espermatozoides en el óvulo, en total habría 69
cromosomas: 23 cromosomas de un espermatozoide, 23 del otro y 23 del
óvulo. Este tipo de embriones serían triploides, es decir, tendrían 3
juegos de cromosomas, y no podrían seguir con su desarrollo.
Para que puedan originarse gemelos, la fecundación es idéntica a la que
da lugar a un único bebé: un espermatozoide penetra en el interior del
óvulo. La diferencia reside en las divisiones celulares que ocurren a
continuación. En este caso, por causas aún desconocidas, el embrión se
divide en dos y se originarán dos bebés idénticos genéticamente, lo que
implica que serán del mismo sexo.

El ciclo ovárico
El origen de los mellizos es distinto. En este caso, se produce
la fecundación de dos óvulos distintos, cada uno de ellos por un
espermatozoide. Por tanto, los procesos de fecundación y desarrollo
embrionario serían los habituales, con la particularidad de que los dos
bebés se desarrollarían a la vez en el vientre materno. Los bebés no
serían genéticamente idénticos ni tampoco tienen por qué ser del mismo
sexo.

El ciclo menstrual o ciclo ovárico dura de 21 a 40 días. El primer día de


hemorragia se considera que es el comienzo de cada ciclo menstrual (día 1),
que finaliza justo antes de la siguiente menstruación. El ciclo menstrual se
divide en tres fases: folicular, ovulatoria y luteínica.

La menstruación, es decir, el desprendimiento del revestimiento interno del


útero (el endometrio) acompañado de hemorragia, tiene lugar en ciclos
aproximadamente mensuales, a menos que la mujer esté embarazada. Por lo
general dura de 3 a 7 días. Suele ir acompañado de dolores sobre todo el
primer día, que son el resultado de la acción hormonal que fuerza al útero para
que desprenda el endometrio. Marca los años reproductivos de la vida de la
mujer, que se extienden desde el comienzo de la menstruación (menarquia) y
siguen durante la pubertad y adultez hasta su cese (menopausia).
Fase folicular
Al principio del ciclo, el cuerpo envía una señal al cerebro para que se empiece
a producir hormona foliculoestimulante (FSH), que es la principal hormona en la
maduración de los óvulos. Los folículos son cavidades llenas de fluido de los
ovarios. Cada folículo contiene un óvulo inmaduro. La hormona FSH estimula
una cantidad de folículos para que desarrollen y comiencen a producir
estrógenos. El primer día del período, el nivel de estrógenos es el más bajo de
todo el ciclo. A partir de este momento comenzará a aumentar.

El óvulo madura dentro de un folículo a medida que éste aumenta de tamaño.


Al mismo tiempo, el incremento de estrógenos garantiza que el recubrimiento
del útero aumente de grosor. En el caso de producirse un embarazo, este
proceso garantiza que el óvulo fecundado cuente con todos los nutrientes que
necesita para crecer.

Los niveles altos de estrógeno también están relacionados con la aparición de


mucosidad (moco cervical) adecuada para recibir el esperma.

Ovulación o fase ovulatoria


Los niveles de estrógenos siguen aumentando y provoca un incremento de la
hormona luteinizante (LH). Este aumento de LH proporciona al óvulo que está
madurando el impulso final que necesita para que finalice el proceso de
maduración y sea liberado del folículo. Este proceso se conoce como
“ovulación”. En un ciclo habitual, la ovulación se produce en el día 14. Pero no
siempre es así, depende de la duración del ciclo en cada mujer.

Fase luteínica
Después de liberarse el óvulo, se desplaza por la trompa de Falopio hacia el
útero. El óvulo puede vivir hasta 24 horas. Los espermatozoides por lo general
sobreviven entre 3 y 5 días. Por lo tanto, los días previos a la ovulación y el día
de la ovulación son los más fértiles. Después de producirse la ovulación, el
folículo comienza a producir otra hormona: la progesterona.

La progesterona continúa formando el recubrimiento del útero con el fin de


prepararlo para recibir un óvulo fecundado. Mientras tanto, el folículo vacío
comienza a contraerse, pero continúa produciendo progesterona y estrógenos.
En estos momentos es posible que se experimente lo que se denomina el
Síndrome Premenstrual: sensibilidad en los senos, hinchazón, letargo,
depresión e irritabilidad.

Si el óvulo no se ha fecundado cuando el folículo vacío se contrae, los niveles


de estrógeno y de progesterona disminuyen porque estas hormonas ya no son
necesarias. Sin los elevados niveles hormonales que ayudan a mantenerlo, el
grueso recubrimiento del útero que se ha formado comienza a romperse y se
comienza a expulsar (menstruación).

Qué es el ciclo menstrual?


El ciclo menstrual o ciclo sexual femenino es el proceso
que prepara al útero de la mujer para el embarazo todos
los meses, mediante el desarrollo de los gametos
femeninos y una serie de cambios fisiológicos. Se
considera un ciclo contando desde el primer día de un
periodo o menstruación hasta el primer día del periodo
siguiente.
La primera menstruación, también conocida
como menarquia, es el día en el que se produce el primer
sangrado vaginal con origen menstrual en una mujer, y
supone la señal de que su cuerpo ya es fértil y está
capacitado para que los óvulos sean fecundados para dar
lugar a un cigoto que posteriormente se convertirá en
el feto. Esta primera hemorragia menstrual de la mujer se
produce durante la pubertad, y está considerada como el
evento central de este periodo. A partir de la menarquia lo
natural sería que se sucedan los ciclos menstruales con
regularidad, aunque es habitual que durante los primeros
meses o de sangrado haya irregularidades en cuanto a la
frecuencia y en cuanto a la cantidad del periodo.

Fases del ciclo menstrual femenino:

Menstruación

La menstruación o periodo es el sangrado mensual de una


mujer. Durante la menstruación, el cuerpo femenino está
liberándose de las células de recubrimiento del
útero. La sangre menstrual fluye de este a través de una
abertura en el cuello uterino, y abandona el cuerpo a través
de la vagina. La cantidad de sangre que se pierde está en
torno a los 35 ml, pero es normal que vaya de entre 10
hasta 80 ml. Lo más común es que los periodos
menstruales duren de tres a cinco días, aunque al igual que
el ciclo menstrual completo y el volumen de sangre,
también esta cifra puede variar ligeramente dependiendo
de cada mujer, y puede oscilar entre dos y siete días.
Preovulación

La preovulación es la fase que se produce tras la


menstruación y, como indica su nombre, antes de
la ovulación. En ella, el ovario produce
unas hormonas llamadas estrógenos, que se encargan de
hacer que uno de los óvulos que se encuentran en su
interior madure. Normalmente se da entre los días 6 y 13
del ciclo, aunque pueden variar incluso en la misma mujer,
debido a una gran variedad de factores que van desde la
pérdida de peso al estrés emocional, a enfermedades, al
exceso de ejercicio o incluso la dieta.
Ovulación

Durante esta fase, el óvulo completa el proceso de


maduración y es trasladado desde el ovario en el que
estaba alojado hasta el útero, a través de una de
las trompas de Falopio. Los niveles hormonales aumentan
y ayudan a preparar el recubrimiento del útero para
el embarazo; por este motivo la mayor probabilidad de
embarazo de una mujer es durante los tres días antes de la
ovulación o en el mismo día de la ovulación.
Postovulación

En caso de que la fecundación del óvulo no se haya


producido, dicho óvulo acaba involucionando y es
expulsado en la próxima menstruación. Tras la
postovulación empieza un nuevo ciclo menstrual.
Duración del ciclo menstrual

El ciclo menstrual promedio tiene una duración de 28 días,


aunque puede ser algo más corto o algo más largo,
llegando a variar de 21 a 45 días, dependiendo de cada
persona y de su cuerpo.
El periodo en el que la mujer es más fértil y, por tanto, la
probabilidad de que sus óvulos sean fecundados y se quede
embarazada, es mayor durante varios días previos a la
ovulación, este día, y uno o dos días después. En ciclos
normales, estos días fértiles suelen corresponderse con
la segunda semana y el comienzo de la tercera.
Cuando con la edad los ciclos menstruales no se suceden y
la mujer deja de menstruar tiene lugar la menopausia, su
último sangrado. Aunque la edad a la que se produce es
diferente en cada mujer, tanto por genética como por
factores ambientales, por lo general tiene lugar entre los
45 y los 55 años.
Los trastornos asociados a los ciclos menstruales son
comunes. Las mujeres pueden tener distintos problemas,
desde dolor (dismenorrea, a menudo acompañada de
cólicos fuertes) hasta sangrado abundante o anormal y
periodos ausentes (amenorrea).
Uno de los motivos por los que se produce esta ausencia
del periodo son ciertos métodos anticonceptivos, aquellos
que están basados en hormonas, que pueden afectar hasta
al 50 por ciento de los ciclos. También la lactancia
materna, sobre todo cuando se da el pecho con frecuencia;
es la llamada amenorrea lactacional.
Es habitual que la menstruación afecte a otros sistemas
del organismo de la mujer. Por ejemplo, en el caso de
aquellas mujeres que padecen alguna enfermedad
neurológica, esta puede empeorar durante el ciclo
menstrual. También hay estudios que han demostrado que
puede interferir en la epilepsia y la función de las
hormonas tiroideas.
Una mujer se acerca al final de su vida reproductiva entre los 45 y 55 años.
Dicha fase es conocida como menopausia; se caracteriza por el cese en la
producción de óvulos, que deriva en una disminución de las hormonas
estrógeno y progesterona y que provoca los síntomas de la tan temida
menopausia.
Los más comunes son:

 Períodos menstruales menos frecuentes y ausencia de los mismos


 Sofocos, usualmente más intensos en el primer y segundo año
 Disminución del deseo sexual
 Relaciones sexuales con dolor
 Aumento de la grasa corporal
 Sudores fríos
 Cansancio
 Problemas para dormir (insomnio)

La menopausia también es causada por fármacos utilizados en el tratamiento de


otros padecimientos, como el cáncer de mama y entre sus consecuencias
sobresale la descalcificación de los huesos, también conocida como
osteoporosis.
Por otro lado, se tiene la creencia de que los hombres no padecen los estragos
hormonales de la adultez. Sin embargo, algunos de ellos (el 2%, de acuerdo con
investigadores) presentan andropausia, trastorno conocido también como
hipogonadismo tardío.
Este fenómeno se atribuye a un déficit de testosterona, el qué se da a partir de
los 40 años, produciendo una disminución anual de la hormona masculina de
hasta 1%.
Entre las enfermedades relacionadas con la andropausia destacan el síndrome
metabólico, alteraciones cardiovasculares, diabetes mellitus e hipertensión.
Algunas de ellas también se dan en la menopausia, como la osteoporosis.
Las manifestaciones más frecuentes de la andropausia son:

 Disminución del deseo sexual, disfuncion erectil y alteraciones en la


eyaculacion
 Aumento de la grasa corporal
 Sequedad en piel y cabello
 Debilidad muscular
 Trastornos de la conducta, como ansiedad e irritabilidad
 Sudoración

Sin lugar a dudas, todos estos cambios impactan no sólo en el aspecto físico,
sino también en el emocional o psicológico. Es por ello que acudir con el
especialista, ya sea ginecólogo o urólogo, puede hacer de este episodio en la vida
de muchas mujeres y hombres una anécdota más.
A FECUNDACIÓN: ciclo ovárico e menstrual, proceso de
fecundación, andropausa e menopausa.

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