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La planificación operativa se aplica a un proceso de gestión que se concentra en

la definición y coordinación de las actividades diarias y a corto plazo de una


organización. Su objetivo principal es garantizar que los recursos disponibles se
utilicen eficaz y eficientemente para alcanzar los objetivos tácticos y estratégicos
establecidos por la organización.
La planificación operativa se adentra en los aspectos prácticos y concretos del
negocio. Se centra en la implementación de las estrategias y tácticas definidas en
niveles superiores de planificación, descomponiéndolas en pasos específicos,
responsabilidades y plazos que deben seguirse a nivel de las operaciones diarias.

La planificación operativa abarca una serie de actividades, que incluyen, entre


otras:
1. Asignación de Recursos: Determina cómo se asignarán los recursos, como
personal, presupuesto, tiempo y materiales, para llevar a cabo las tareas
planificadas.
2. Programación de Tareas: Establece un cronograma detallado que especifica
cuándo se llevarán a cabo las diferentes actividades, asegurando que estén
sincronizadas y no se superpongan.
3. Supervisión y Control: Implica la vigilancia constante de las operaciones para
garantizar que se desarrollen según lo planeado, identificar desviaciones y tomar
medidas correctivas cuando sea necesario.
4. Gestión de Riesgos: Considera la evaluación de riesgos potenciales que
podrían afectar la ejecución de las tareas operativas y la formulación de planes de
contingencia para abordar estos riesgos.
5. Evaluación del Desempeño: Evalúa el rendimiento y los resultados de las
actividades operativas en comparación con los objetivos y estándares
establecidos, lo que permite realizar mejoras continuas.
6. Comunicación Interna: Asegura que todos los miembros del equipo estén
informados y alineados con las tareas que deben realizar, fomentando una
comunicación efectiva dentro de la organización.

La planificación interactiva: es un enfoque estratégico y de gestión que se diferencia de


los enfoques tradicionales de planificación por su capacidad de adaptación y ajuste
constante a medida que una organización se enfrenta a un entorno empresarial en constante
cambio.
En la planificación interactiva, la organización se compromete a un proceso continuo de
evaluación, revisión y adaptación de sus objetivos, estrategias y tácticas a medida que se
recopila nueva información, se identifican desafíos emergentes y se aprende de la
experiencia. Esto permite a la organización mantenerse ágil y responder de manera efectiva
a las cambiantes condiciones del mercado y del entorno empresarial. Además, la
planificación interactiva fomenta una mayor colaboración y comunicación entre los
diferentes niveles y departamentos de la organización.
Este enfoque estratégico se basa en la premisa de que la planificación y la ejecución no son
procesos aislados, sino más bien una serie de ciclos iterativos que se retroalimentan
constantemente. A través de la planificación interactiva, las organizaciones pueden
identificar oportunidades, anticipar desafíos y corregir el rumbo de manera proactiva, lo
que les permite mantenerse competitivas y adaptarse rápidamente a las cambiantes
circunstancias del mercado.
La planificación interactiva a menudo se asocia con la agilidad y la innovación, ya que
permite a las organizaciones experimentar, aprender de los errores y adaptarse a medida
que avanzan. También promueve una cultura de mejora continua y una mentalidad de
prueba y aprendizaje, lo que contribuye al crecimiento y la sostenibilidad a largo plazo.

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