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Inspiración definición:

“Es la actividad por la cual Dios de tal manera influye en los autores humanos, que
éstos, usando sus facultades específicas y sus distintas personalidades, compusieron y
refirieron sin error, en las palabras del original, la revelación de Dios al hombre.”

“Por «inspiración» de las Escrituras se quiere decir que los escritores fueron
investidos de poder y controlados de una manera tal por el Espíritu Santo en la
producción de éstas, que les dieron autoridad divina e infalible.”

“Es la respiración fuerte y consciente de Dios sobre los hombres, que los capacita para
dar expresión a la verdad. Es Dios hablando a través de los hombres. Por consiguiente
el Antiguo Testamento es la Palabra de Dios tanto como si hubiera pronunciado Dios
cada una de sus palabras con sus propios labios.”

“Es como una enseñanza que Dios ha impartido directamente a sus autores y que, sin
destruir ni anular su propia individualidad, su estilo literario o intereses personales,
Dios ha transmitido en la misma Su completo e íntimo pensamiento, y así ha quedado
registrado por sus autores humanos.” L.S. Chafer

“«Una influencia sobrenatural que habilita a los hombres para recibir y comunicar la
verdad.» Webster

«Inspiración es la operación especial y única en su clase del Espíritu Santo mediante la


cual El guió las mentes de los escritores de las Escrituras en el acto de
escribirlas» Kuyper”

Nuestras definiciones están basadas sobre 2 Ti. 3:16 y 2 Pe. 1:21. Habiendo considerado
todas las anteriores definiciones de inspiración podríamos sintetizarlas de la siguiente
manera: “una enseñanza que Dios ha impartido a su pueblo por medio de sus escritores
donde comunica su completo e íntimo pensamiento pero sin destruir, ni anular la propia
individualidad del escritor”

Un poco de historia sobre el desarrollo de la doctrina de la Inspiración.


El Dr. Charles Ryrie en un ensayo titulado “La Verdad sin error” resume muy bien el
desarrollo de esta doctrina a lo largo de estos años. «Un examen de la historia de la
doctrina de la inerrabilidad, muestra que las discusiones acerca de su importancia
pertenecen al período moderno. Los “padres” aceptaron la inspiración y autoridad de las
Escrituras como hecho real y auto-evidente. La Escritura fue usada para probar la
Deidad de Cristo. Un ejemplo de ello lo encontramos en los primeros debates sobre
dicha doctrina, en que Orígenes (185-254 d.C.) se refiere constantemente a las
Escrituras como la autoridad final en su controversia con Celso. Agustín (354-430 d.C.)
hace una clara declaración de la inerrabilidad: “Pues confieso a vuestra caridad que he
aprendido a conferir este respeto y honor sólo a aquellos libros Escriturales que ahora
son llamados canónicos, y creo muy firmemente que ninguno de aquellos autores ha
errado en ningún aspecto en dichos escritos”.

El período medieval vio poco desarrollo en esta área de doctrina. El interés se centraba
“en definir el estatus de la Biblia en relación con la de las otras Autoridades en la
Iglesia”. Abelardo expresó duda en cuanto a la inerrabilidad del texto. Aunque en
general la mayoría mantenía una alta noción sobre la inspiración.

Fueron los reformadores protestantes quienes dieron el debido énfasis a las doctrinas de
la inspiración y la infalibilidad. Sin embargo, estas doctrinas no ocuparon mucho
espacio en sus escritos. Parece ser que se daban cuenta de la importancia de estas
verdades como base para la verdadera autoridad, contra las exigencias de autoridad por
parte de la Iglesia de Roma, y tan convencidos estaban de estas verdades que las daban
por sentadas antes de pasar tiempo en su desarrollo sistemático y defensa de dichas
doctrinas. Calvino, se refirió a las Escrituras como un “registro seguro e infalible” y
como la “norma inerrable”. Lutero declaró, en términos no inciertos: “Las Escrituras
nunca han errado” y “es imposible que las Escrituras puedan contradecirse: solo
aparenta ser así a los insensatos e hipócritas obstinados”.

Ha sido en el período moderno que la doctrina tuvo la necesidad de ser desarrollada.


Los ataques racionalistas sobre la seguridad de los asuntos históricos, con un
subsiguiente cuestionar la autenticidad del texto de las Escrituras, resultaron en una
negación de la inerrabilidad y un rechazo de la inspiración. Es importante notar que las
dos doctrinas -inerrabilidad e inspiración- cayeron juntas bajo estos ataques. De esta
manera surgió una nueva teoría de la inspiración, que sólo reconoció la inspiración de
ciertas verdades en general y en cuanto se conformaban a la razón natural. Las doctrinas
de la falibilidad humana en la producción de las Escrituras y de la infalibilidad de la
razón humana en la interpretación de las Escrituras humanas, habían triunfado. Pero
Dios había preparado a otros para exponer y defender la verdad. Lo que la Iglesia debe a
hombres como Hodge y Warfield no puede ser medido. Sus escritos sobre estos asuntos
sobre de la inspiración son aún obras clásicas. Recientemente en el libro “Thy Word is
Truth” (Tu Palabra es verdad), el autor Edward J. Young, siguiendo los pasos de los ya
mencionados, presenta y defiende en forma muy capaz la inspiración verbal y la
inerrabilidad. Más recientemente Harold Lidsell, en su libro “Batlle for the Bible” (La
batalla por la Biblia), ha advertido a la Iglesia acerca de lo que puede esperarse cuando
se abandona la inerrabilidad.»

Base bíblica de la inspiración

Para que nosotros podamos sostener la doctrina de la inspiración de toda la Escritura es


necesario considerar algunos textos bíblicos. Empezamos por 2 Ti. 3:16 “Toda la
Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para
instruir en justicia,” Acá es el único lugar en el Nuevo Testamento que podemos ver la
frase “Sagradas Escrituras” (2 Ti. 3:15). La frase “toda escritura” puede ser traducida
por “cada Escritura” dando a entender que la Biblia es inspirada en todas y cada una de
sus partes. Debemos tener presente que la palabra griega “inspirada” (theopneustos)
proviene de la unión de otras dos palabras, (theos) que significa Dios, y (pneustos) del
verbo (pneuo) que significa respirar. Puede decirse entonces que la Escritura proviene
del respiro o aliento de Dios, del soplo de Dios. Algo importante es que Pneustos es
también la palabra traducido para “Espíritu”, por lo que también podría decirse “la
Escritura dada por Dios por medio del Espíritu”.

Continuando con nuestra tarea de cómo podemos sostener la inspiración de las Sagradas
Escrituras debemos prestar atención a 2 Pe. 1:20, 21 “entendiendo primero esto, que
ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía
fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo
inspirados por el Espíritu Santo.” Observando el contexto notamos que los vv. 17 y 18
Pedro nos habla de lo que vio y experimentó, en el vv. 20 nos afirma que lo escrito tiene
mayor relevancia que lo experimentado. La palabra “movidos” (phero) es la idea de
traer, pero en voz pasiva, “ser traído consigo, o ser llevado por otros”. El verbo
“inspirados” en este texto nos enseña dos verdades muy importantes, primeramente que
no llegó por la iniciativa humana, sino por aquellos hombres que tan pronto como
fueron separados para este propósito “fueron llevados” por el Espíritu Santo.

Ahora consideremos, Juan 10:34, 35; “Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra
ley: Yo dije, dioses sois?” Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios
(y la Escritura no puede ser quebrantada), En el contexto nuestro Señor se está
defendiendo de un cargo de blasfemia, para esto acude al Salmo 82:6 para su
apologética; al hacer referencia a esa mención le llama “vuestra ley”, dándole al
Antiguo Testamento una autoridad legal. Cuando el Señor Jesucristo usa la palabra
“quebrantada” es la misma que en otras partes ha sido usada para no transgredir el día
sábado (Jn. 5:18), los 10 mandamientos (Mt. 5:19), o la ley (Jn. 7:23). Otros textos son
1 Pe. 1:10-12; He. 1:1,2

Conceptos importantes de la Inspiración

Hasta este momento hemos compartido la definición de inspiración y hemos tomado el


tiempo para fundamentar como este definición tiene una base escritural. Sin embargo la
Escritura siempre es objeto de duda, de cuestionamiento con respecto a su origen, es
decir, de quien viene, de su inspiración. Es por ello que ha sido necesario no solo definir
lo que podemos entender por inspiración, fundamentar esa definición, sino que también
cuál es el marco de la doctrina de la inspiración, que es lo que incluye todo esta verdad
bíblica.

VERBAL: Que el Espíritu Santo guió a la elección de cada palabra usada en los
escritos originales. La elección de cada palabra no anula la personalidad del individuo.
Mt. 5:18; Gá. 3:16. En 1 Co. 2:13 se desprende el argumento para refutar aquellos que
defienden la posición que las ideas son las inspiradas. Acá podemos ver que cada
palabra es enseñada por el Espíritu Santo. Más textos que defienden la inspiración
verbal: Mt. 5:18; 22:31, 32; Jn. 8:58; 1 Co. 2:13; Gá. 3:16; 4:9; 1 Ts. 2:13; He. 12:27.

PLENARIA: Significa “completa”, es decir, TODA, no partes, ni secciones. 2 Ti. 3:16.


Destruye la idea de que la Biblia contiene la Palabra de Dios, es la Palabra de Dios. Los
Católicos dicen que Gé. 1-11 es una fábula, también hablan de que el Cielo (como
morada para los salvos) y el Infierno (como lugar de tormento para los malos) no
existen.

INFALIBLE: Significa que no engaña, no inducir a error, ser infiel, no traiciona.


Entonces la idea es que la Escritura es precisa, exacta en los escritos originales en
cuestiones de fe y conducta. Tal vez una idea más clara es que no ha sido enajenada
culturalmente, por ejemplo: la posición de la mujer dentro de la iglesia, no es que Pablo
era machista y al Espíritu Santo se le pasó por alto ese aspecto de la personalidad del
apóstol.

INERRANTE: Que no tiene errores. Es inerrante en los hechos históricos, y todo lo


relacionado a la obra redentora.

L. S. Chafer en su libro “Grandes Temas Bíblicos” nos dice con respecto a este tema
“La seguridad de la inspiración se aplica, por supuesto, a los escritos originales
solamente y no a las copias, traducciones o anotaciones. Como no existe ningún
manuscrito original, los eruditos se han extendido en gran medida para determinar la
precisión del texto de la Biblia de que ahora disponemos. Para el propósito de enseñar la
verdad, puede presumirse y tenerse por cierto de que nuestras presentes copias de la
Biblia son exactas reproducciones de los escritos originales. Si bien existen pequeñas
variantes en el texto, tales variaciones apenas afectan cualquier enseñanza de la Biblia y
los hallazgos posteriores de manuscritos tienden a confirmar esta conclusión.

Para todos los propósitos prácticos, el Antiguo Testamento, escrito en hebreo, y el


Nuevo, redactado en griego, pueden ser aceptados como la verdadera Palabra de Dios y
una auténtica declaración de lo que Dios intentó comunicar al hombre.”

La Escritura autentifica su inspiración

Tanto el Antiguo Testamento como así el Nuevo Testamento demuestran


contundentemente que son la Palabra de Dios.

1. Textos del Antiguo Testamento testifican de su inspiración. “No añadiréis a la


palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos
de Jehová vuestro Dios que yo os ordene.” Dt. 4:2; “Y me dijo Jehová: No digas: Soy
un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. No temas
delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová. Y extendió Jehová su
mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca.” Je.
1:7-9; “Luego me dijo: Hijo de hombre, ve y entra a la casa de Israel, y habla a ellos con
mis palabras.” Ez. 3:4. Hay otros textos Ex. 4:10-15; Mq. 3:8

2. Textos del Nuevo Testamento testifican de su inspiración. En los textos del


Nuevo Testamento podemos ver cómo estos reclaman la inspiración de las Escrituras
del Antiguo Testamento y a su vez para sí mismas. “Pero cuando os trajeren para
entregaros, no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo penséis, sino lo que os
fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el
Espíritu Santo.” Mr. 13:11; “Cuando os trajeren a las sinagogas, y ante los magistrados
y las autoridades, no os preocupéis por cómo o qué habréis de responder, o qué habréis
de decir; porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que debáis decir.” Lc.
12:11,12; “Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras
lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. ” Hch. 2:4; “Los profetas que
profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron
acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de
Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y
las glorias que vendrían tras ellos.” I Pe. 1:10,11. Otros textos que soportan este
argumento son: II Pe. 1:20, 21; Hch. 1:16; I Co. 2:13; 14:37; I Ts. 2:13; II Pe. 3:1, 2; Mt.
10:20

3. El testimonio de Jesucristo. Reconoce su origen divino y apela a las Escrituras


como autoridad final para el hijo de Dios. Mt. 4:4; 5:18; 12:3; 15:3-6; 21:16; 22:29; Mr.
12:35, 36; Lc. 10:25-28; Jn. 10:35. Cristo mismo le dio uso a las Escrituras, dándole la
autoridad divina. En Mt. 19:4-6 cita Gé. 1:2; en Mt. 24:38 cita Gé. 7:7; en Jn. 6:49 cita
Ex. 16; en Jn. 3:14 cita Nm. 21:9 entre otros. Muchas de sus enseñanzas se derivaban
del Antiguo Testamento. En Mt. 4:7 se basa en Dn. 2:44; en Jn. 3:5 la enseñanza es de
Ez. 36:25-27; en Mt. 28:10, 11 hace mención de Is. 49:5, 6, 12; y en Lc. 14:7-11 cita
Prv. 25:6, 7. Uno de los más importantes es que afirma la inspiración verbal de la Biblia.
Mt. 22:32; Jn. 8:58; 10:34,35. A su vez promete la inspiración del Nuevo Testamento,
Jn. 14:26; 15:20,26, 27; 16:13,14; 17:18-20

Teorías sobre la Inspiración


Natural. Le otorga al hombre un genio superior por la capacidad de escribir, pero niega
toda posibilidad de algo sobrenatural, misterioso o especial. Sus escritores estaban tan
inspirados como Pablo Neruda, Gabriel García Márquez, Shakespeare, Mahoma. En
este punto el Dr. L. S. Chafer nos menciona “la Biblia es lo que afirma ser -la Palabra
inspirada de Dios- y un libro en que confiar, como si Dios lo hubiese escrito por sí
mismo, sin autores humanos, o tiene que ser considerada como un libro que no sustancia
sus afirmaciones y no es, ciertamente, la Palabra de Dios. Mientras que pueden sumarse
muchas pruebas en apoyo de la inspiración de la Biblia, la mejor evidencia se encuentra
en el hecho de que la acción del Libro en la Historia apoya sus propias afirmaciones. Su
poder se ha manifestado en las vidas transformadas de millones de personas que han
puesto su confianza en las palabras y las promesas de la Escritura.”

Mística. Los escritores de la Biblia estaban llenos del Espíritu Santo justamente como
pueden estarlo los cristianos de hoy. El Dr. Charles Ryrie cita a Alan Richardson para
explicar esta teoría “”La inspiración de los libros de la Biblia no implica para nosotros
que éstos se produjeran o escribieran en una forma genéricamente diferente de la que se
emplea para escribir otros libros cristianos notables…. Hay una amplia gama de
literatura, desde el siglo cinco hasta el veinte, que puede propiamente describirse como
inspirada por el Espíritu Santo, precisamente en el mismo sentido formal en que lo
fueron los libros de la Biblia”

Mecánica o de dictado. Los escritores de la Biblia eran instrumentos pasivos en manos


de Dios, como máquinas en las que Dios escribía. Es cierto que algunas partes de la
Biblia fueron dictadas; por ejemplo, los Diez Mandamientos. No hay manera de poder
armonizar esto con la variedad de estilos que tenemos en la Escritura.

Parcial. Sólo algunas partes de la Biblia fueron inspiradas. Principalmente las verdades
espirituales tiene validez divina, pero lo que concierne a detalles históricos, geográficos
o científicos no lo tienen.

Conceptual. Fueron inspirados los conceptos, pero no las palabras mismas. Dios
transmitió el mensaje a los autores bíblicos, pero dejó en ellos la responsabilidad y el
cuidado de expresarlo de la mejor forma de cómo ellos pudieran lograr comunicarlo.
De gradación. Los escritores de la Biblia estaban más inspirados que los hombres
corrientes.

Neo-ortodoxa. Los escritores humanos sólo pudieron producir un relato con errores. Su
posición es que la Biblia es confiable pero no infalible. Es otra manera de inspiración
parcial.

Verbal o plenaria. Esa es la doctrina verdadera y significa que cada palabra (verbal) y
todas ellas (plenaria) fueron inspiradas en el sentido de la definición arriba expresada.

Inspiración falible. Una teoría que se está profundizando, según la cual la Biblia está
inspirada, pero no está sin error.

Cerramos este tema de la inspiración con la conclusión del Dr. L. S. Lewis “Realmente
nadie sabe lo suficiente como para contradecir los hechos registrados y las declaraciones
expuestas en la Biblia, tanto si se refieren a la creación del mundo, el origen del hombre
o si se extiende en determinados detalles de orden narrativo. Adecuadamente
comprendida, la Biblia permanece como el monumento de la propia veracidad de Dios y
de la verdad, y puede ser creída como si el propio Dios hubiese hablado directamente al
individuo que lee la Escritura Aunque se han realizado intentos para minar y destruir la
Biblia, para aquellos que buscan la verdad respecto a Dios continúa siendo la sola
fuente de autoridad inerrable de la revelación divina.”

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