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“Es la actividad por la cual Dios de tal manera influye en los autores humanos, que
éstos, usando sus facultades específicas y sus distintas personalidades, compusieron y
refirieron sin error, en las palabras del original, la revelación de Dios al hombre.”
“Por «inspiración» de las Escrituras se quiere decir que los escritores fueron
investidos de poder y controlados de una manera tal por el Espíritu Santo en la
producción de éstas, que les dieron autoridad divina e infalible.”
“Es la respiración fuerte y consciente de Dios sobre los hombres, que los capacita para
dar expresión a la verdad. Es Dios hablando a través de los hombres. Por consiguiente
el Antiguo Testamento es la Palabra de Dios tanto como si hubiera pronunciado Dios
cada una de sus palabras con sus propios labios.”
“Es como una enseñanza que Dios ha impartido directamente a sus autores y que, sin
destruir ni anular su propia individualidad, su estilo literario o intereses personales,
Dios ha transmitido en la misma Su completo e íntimo pensamiento, y así ha quedado
registrado por sus autores humanos.” L.S. Chafer
“«Una influencia sobrenatural que habilita a los hombres para recibir y comunicar la
verdad.» Webster
Nuestras definiciones están basadas sobre 2 Ti. 3:16 y 2 Pe. 1:21. Habiendo considerado
todas las anteriores definiciones de inspiración podríamos sintetizarlas de la siguiente
manera: “una enseñanza que Dios ha impartido a su pueblo por medio de sus escritores
donde comunica su completo e íntimo pensamiento pero sin destruir, ni anular la propia
individualidad del escritor”
El período medieval vio poco desarrollo en esta área de doctrina. El interés se centraba
“en definir el estatus de la Biblia en relación con la de las otras Autoridades en la
Iglesia”. Abelardo expresó duda en cuanto a la inerrabilidad del texto. Aunque en
general la mayoría mantenía una alta noción sobre la inspiración.
Fueron los reformadores protestantes quienes dieron el debido énfasis a las doctrinas de
la inspiración y la infalibilidad. Sin embargo, estas doctrinas no ocuparon mucho
espacio en sus escritos. Parece ser que se daban cuenta de la importancia de estas
verdades como base para la verdadera autoridad, contra las exigencias de autoridad por
parte de la Iglesia de Roma, y tan convencidos estaban de estas verdades que las daban
por sentadas antes de pasar tiempo en su desarrollo sistemático y defensa de dichas
doctrinas. Calvino, se refirió a las Escrituras como un “registro seguro e infalible” y
como la “norma inerrable”. Lutero declaró, en términos no inciertos: “Las Escrituras
nunca han errado” y “es imposible que las Escrituras puedan contradecirse: solo
aparenta ser así a los insensatos e hipócritas obstinados”.
Continuando con nuestra tarea de cómo podemos sostener la inspiración de las Sagradas
Escrituras debemos prestar atención a 2 Pe. 1:20, 21 “entendiendo primero esto, que
ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía
fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo
inspirados por el Espíritu Santo.” Observando el contexto notamos que los vv. 17 y 18
Pedro nos habla de lo que vio y experimentó, en el vv. 20 nos afirma que lo escrito tiene
mayor relevancia que lo experimentado. La palabra “movidos” (phero) es la idea de
traer, pero en voz pasiva, “ser traído consigo, o ser llevado por otros”. El verbo
“inspirados” en este texto nos enseña dos verdades muy importantes, primeramente que
no llegó por la iniciativa humana, sino por aquellos hombres que tan pronto como
fueron separados para este propósito “fueron llevados” por el Espíritu Santo.
Ahora consideremos, Juan 10:34, 35; “Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra
ley: Yo dije, dioses sois?” Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios
(y la Escritura no puede ser quebrantada), En el contexto nuestro Señor se está
defendiendo de un cargo de blasfemia, para esto acude al Salmo 82:6 para su
apologética; al hacer referencia a esa mención le llama “vuestra ley”, dándole al
Antiguo Testamento una autoridad legal. Cuando el Señor Jesucristo usa la palabra
“quebrantada” es la misma que en otras partes ha sido usada para no transgredir el día
sábado (Jn. 5:18), los 10 mandamientos (Mt. 5:19), o la ley (Jn. 7:23). Otros textos son
1 Pe. 1:10-12; He. 1:1,2
VERBAL: Que el Espíritu Santo guió a la elección de cada palabra usada en los
escritos originales. La elección de cada palabra no anula la personalidad del individuo.
Mt. 5:18; Gá. 3:16. En 1 Co. 2:13 se desprende el argumento para refutar aquellos que
defienden la posición que las ideas son las inspiradas. Acá podemos ver que cada
palabra es enseñada por el Espíritu Santo. Más textos que defienden la inspiración
verbal: Mt. 5:18; 22:31, 32; Jn. 8:58; 1 Co. 2:13; Gá. 3:16; 4:9; 1 Ts. 2:13; He. 12:27.
L. S. Chafer en su libro “Grandes Temas Bíblicos” nos dice con respecto a este tema
“La seguridad de la inspiración se aplica, por supuesto, a los escritos originales
solamente y no a las copias, traducciones o anotaciones. Como no existe ningún
manuscrito original, los eruditos se han extendido en gran medida para determinar la
precisión del texto de la Biblia de que ahora disponemos. Para el propósito de enseñar la
verdad, puede presumirse y tenerse por cierto de que nuestras presentes copias de la
Biblia son exactas reproducciones de los escritos originales. Si bien existen pequeñas
variantes en el texto, tales variaciones apenas afectan cualquier enseñanza de la Biblia y
los hallazgos posteriores de manuscritos tienden a confirmar esta conclusión.
Mística. Los escritores de la Biblia estaban llenos del Espíritu Santo justamente como
pueden estarlo los cristianos de hoy. El Dr. Charles Ryrie cita a Alan Richardson para
explicar esta teoría “”La inspiración de los libros de la Biblia no implica para nosotros
que éstos se produjeran o escribieran en una forma genéricamente diferente de la que se
emplea para escribir otros libros cristianos notables…. Hay una amplia gama de
literatura, desde el siglo cinco hasta el veinte, que puede propiamente describirse como
inspirada por el Espíritu Santo, precisamente en el mismo sentido formal en que lo
fueron los libros de la Biblia”
Parcial. Sólo algunas partes de la Biblia fueron inspiradas. Principalmente las verdades
espirituales tiene validez divina, pero lo que concierne a detalles históricos, geográficos
o científicos no lo tienen.
Conceptual. Fueron inspirados los conceptos, pero no las palabras mismas. Dios
transmitió el mensaje a los autores bíblicos, pero dejó en ellos la responsabilidad y el
cuidado de expresarlo de la mejor forma de cómo ellos pudieran lograr comunicarlo.
De gradación. Los escritores de la Biblia estaban más inspirados que los hombres
corrientes.
Neo-ortodoxa. Los escritores humanos sólo pudieron producir un relato con errores. Su
posición es que la Biblia es confiable pero no infalible. Es otra manera de inspiración
parcial.
Verbal o plenaria. Esa es la doctrina verdadera y significa que cada palabra (verbal) y
todas ellas (plenaria) fueron inspiradas en el sentido de la definición arriba expresada.
Inspiración falible. Una teoría que se está profundizando, según la cual la Biblia está
inspirada, pero no está sin error.
Cerramos este tema de la inspiración con la conclusión del Dr. L. S. Lewis “Realmente
nadie sabe lo suficiente como para contradecir los hechos registrados y las declaraciones
expuestas en la Biblia, tanto si se refieren a la creación del mundo, el origen del hombre
o si se extiende en determinados detalles de orden narrativo. Adecuadamente
comprendida, la Biblia permanece como el monumento de la propia veracidad de Dios y
de la verdad, y puede ser creída como si el propio Dios hubiese hablado directamente al
individuo que lee la Escritura Aunque se han realizado intentos para minar y destruir la
Biblia, para aquellos que buscan la verdad respecto a Dios continúa siendo la sola
fuente de autoridad inerrable de la revelación divina.”