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Tema 13: relaciones semánticas entre las palabras: hiponimia,

sinonimia, homonimia y antonimia. Los cambios de sentido

Índice

1. Introducción
2. La semántica
3. El estudio del significado
3.1. Enfoques onomasiológicos y semasiológicos
3.2. Tipos de significados
3.3. Relaciones sintagmáticas y paradigmáticas
4. Relaciones semánticas entre las palabras
4.1. Sinonimia
4.2. Antonimia
4.3. Hiponimia
4.4. Homonimia y polisemia
5. Cambios de significado
5.1. Tipos de cambio
6. La estructura del léxico: el campo semántico
7. Conclusión
8. Bibliografía

1. INTRODUCCIÓN

Platón definió en una ocasión al ser humano como “bípedo implume” o animal de dos
pies sin plumas, a lo que Diógenes de Sínope respondió desemplumando un gallo y
gritando por las calles “¡este es el hombre de Platón! Esto nos demuestra lo difícil que es
en ocasiones definir las cosas y como uno de los medios que tenemos para hacerlo es en
contraste con otros objetos, seres…

Siempre hemos querido categorizar y diferenciar el significado de las cosas y de eso se


han encargado las diferentes disciplinas de la semántica. A lo largo de la historia podemos
hablar de cuatro maneras de acercarse a la semántica. La semántica estructural, la
semántica tradicional, la semántica generativa y la cognitiva. Cada una de ellas ha
empleado una forma diferente para designar las palabras. Comenzaremos el tema
definición la semántica realizando un breve recorrido por la semántica con el fin de poder
entender después los conceptos clave del tema que son las relaciones semánticas y los
cambios de sentido.

2. LA SEMÁNTICA

La semántica se entiende como el estudio del significado lingüístico expresado por medio
de unidades simples y sus combinaciones. Para la mayoría de autores se trata del plano
más subjetivo de la lengua, de hecho, no es una disciplina que para algunos autores deba
incluirse dentro de la gramática.

La lingüística postsaussureana abandonó al principio esta materia por ser un hecho mental
y psicológico con vinculaciones hacia el mundo exterior. Con Trier (estructuralista), años
después, se trasladó la idea central de Saussure de que, en una lengua, en un momento
dado, los significados de los signos también constituyen un sistema solidario, de forma
que descubrió que el vocabulario de una lengua se divide en sectores (campos semánticos)
constituidos por palabras interrelacionadas. Este descubrimiento planteaba el problema
de la significación fuera de los términos lógicos o psicológicos habituales, y de esta
manera se incorporó la semántica al conjunto de actividades estructurales.

En la semántica generativa y transformacional, en lugar de manejarse un sistema de


elementos, como en la estructural, se utiliza un sistema de reglas. El primer intento lo
llevaron a cabo Kart, Fodor y Postal, quienes parten del postulado de que lo que hay que
describir es la lengua y no la producción de la palabra, de modo que lo primero es captar
la capacidad combinatoria del hablante. Hay indicaciones que se escapan a la sintaxis y
solo puede proporcionar la semántica a través del diccionario y de las reglas de
proyección.

Así, en relación con la semántica, siempre han estado vinculadas diferentes disciplinas,
como la filosofía, interesada por los valores de verdad de las proposiciones lingüísticas y
la capacidad que tiene para interpretar la realidad.

3. EL ESTUDIO DEL SIGNIFICADO

En este apartado vamos a analizar una serie de problemas íntimamente relacionados con
el estudio del significado de las palabras, cuya comprensión puede ayudarnos a entender
mejor la problemática que plantean las relaciones semánticas y su estructuración.

3.1. Enfoques onomasiológicos y semasiológicos


Cuando abordamos el estudio del significado en una lengua podemos utilizar dos puntos
de vista diferentes, el onomasiológico y el semasiológico.

La onomasiología estudia la relación entre significado y significante, partiendo del


significado para llegar al significante. Por ejemplo, si partimos del significado felicidad
y estudiamos todas las palabras que puede haber para expresar ese concepto.

Por su parte, la semasiología es lo contrario, parte del significante para llegar al


significado. Es el caso, por ejemplo, si partimos del significante copa y estudiamos todos
los significados que puede tener esta palabra “copa de vino, de un árbol…”

3.2. Tipos de significados

Existen numerosos estudios sobre los tipos de significado. Nosotros para este apartado
vamos a seguir el planteamiento que realiza Leech. Este autor establece siete tipos de
significados diferentes que son el denotativo, el connotativo, estilístico, afectivo, reflejo,
temático y colocativo. Veamos brevemente cada uno de ellos.

El significado denotativo es el característico de los diccionarios, por ejemplo, el


significado denotativo de la palabra noche podría ser: “tiempo en que falta la claridad del
día”.

En oposición se encuentra el significado connotativo, ya que el significado surge de las


experiencias personales, por ejemplo, para mí la noche podría significar “miedo”, pero
para otra persona puede significar “fiesta”.

Por otro lado, el significado estilístico está relacionado con el registro, por ejemplo, de
forma general se emplea el termino casa, sin embargo, para un registro más formal
usaríamos domicilio.

El significado afectivo parte de mi punto de vista para asignar un significado u otro, es


decir, refleja nuestra opinión personal y nuestra actitud con el oyente. Es el caso de decir,
por ejemplo, Siento muchísimo interrumpiros, pero me preguntaba si serian tan amables
de hablar mas bajito frente a Cállense de una vez.

En cuanto al significado reflejo es aquel que se da en los casos donde una palabra presenta
más de un significado conceptual, pero siempre se utilizan de una manera determinada,
como en el caso de copula que se asocia al significado sexual.
El significado temático por ejemplo demuestra como el orden en el que aparecen las
palabras varía la comunicación, no es lo mismo decir Se detuvieron al final del pasillo,
que decir Al final del pasillo, se detuvieron.

Por último, el significado colocativo demuestra cómo algunas palabras aparecen unidas
en una oración, como por ejemplo si en un texto aparece la palabra perro, es muy probable
que cerca aparezca la palabra ladrar.

3.3. Relaciones sintagmáticas y paradigmáticas

Cuando hablamos de sinonimia, antonimia o hiperonimia nos referimos a las relaciones


semánticas que mantienen las palabras de manera paradigmática, o sea, en ausencia.
Sabemos que, si nos encontramos en un texto la palabra subir, esta es antónima de bajar,
aunque no aparezca en el mismo texto.

Sin embargo, existe otra forma de afrontar el estudio del significado de las palabras, que
son las relaciones sintagmáticas entre las palabras, es decir, las relaciones, en presencia.
Por ejemplo, sabemos que una oración como Los perros ladran es gramatical y que otra
como Los hombres ladran no lo es porque el verbo ladrar exige en la cadena sintagmática
aparezca un agente canino.

4. RELACIONES SEMÁNTICAS ENTRE LAS PALABRAS

Las formas que tiene el español para establecer relaciones semánticas entre las palabras
son principalmente dos: sinonimia y antonimia, aunque podemos añadir otras como la
hiperonimia, homonimia y polisemia.

4.1. Sinonimia

La sinonimia es la relación que se establece entre dos o más palabras que utilizan
significantes diferentes para expresar el mismo significado como por ejemplo
alegre/contento.

Lo cierto es que ¿existen realmente parejas sinonímicas que expresen el mismo


significado? Esta pregunta nos lleva a cuestionarnos la existencia de la sinonimia total.
Autores como Moreno Cabrera niegan la existencia de esta sinonimia, si entendemos por
sinonimia la total equivalencia léxica tanto del contenido denotativo como referencial,
por ejemplo, oculista y oftalmólogo son sinónimos, pero tienen asociaciones diferentes,
pues el segundo elemento posee unas connotaciones más eruditas que el primero.
Desde un punto de vista más amplio podemos hablar de otros tipos de sinonimia:
sinonimia denotativa y parcial. La sinonimia denotativa es aquella que se da cuando dos
palabras se utilizan para hacer referencia a las mismas entidades como retrete/excusado.
La sinonimia parcial se da cuando dos palabras son sinónimas en determinados
contextos, pero no siempre como por ejemplo la palabra pesado en Me siento pesado tras
la comida, solo puede funcionar como sinónimo de indigesto en un contexto como este.

4.2. Antonimia

Al contrario de la sinonimia se encuentra la antonimia que se define como la oposición


de significados entre dos palabras como en el caso de alto/bajo.

Dentro de la antonimia Lyons distingue los siguientes tipos: complementariedad,


antonimia y reciprocidad.

La complementariedad se da en aquellos casos en que la negación de un término implica


la afirmación del otro como, por ejemplo, vivo/muerto, ya que una persona si está viva
no está muerta y viceversa.

Hablamos de antonimia gradual para referirnos a los términos de una oposición entre
cuyos extremos cabe la existencia de grados intermedios. Es la relación que se da, por
ejemplo, entre las palabras caliente y frío o grande y pequeño. En estos casos, como
podemos ver, la negación de un término no implica necesariamente la afirmación del otro
porque existen términos intermedios. Una casa puede no ser grande, pero tampoco
pequeña.

Por último, la reciprocidad se da cuando un término implica al otro. Por ejemplo, se da


entre comprar y vender, si alguien compra es porque alguien está vendiendo. En este caso,
se podría decir que estamos expresando la misma acción, pero vista desde perspectivas
diferentes.

Un autor muy actual como Cruse aporta matices diferentes a la clasificación de Lyons
hablando de antónimos que marcan dirección distinguiendo entre opuestos lineales
direccionales como arriba/abajo y antónimos inversos como subir/bajar.

4.3. Hiponimia

La hiponimia se da cuando los significados de algunas palabras guardan entre sí una


relación jerárquica. Al término genérico se le conoce con el nombre de hiperónimo,
mientras que las palabras subordinadas son los hipónimos. Por ejemplo, la palabra ave
sería el hiperónimo de palabras como paloma, gorrión, cigüeña… que en este caso son
los hipónimos.

Un fenómeno relacionado con la hiperonimia es el de la meronimia que se trataría de la


relación semántica entre una unidad léxica que denota una parte y lo que denota el
correspondiente todo, es decir, cabeza, tronco y brazos son merónimos del conjunto
cuerpo humano.

Moreno Cabrera además habla de un fenómeno que generalmente no es estudiado, que es


el de arconimia que se da en las estructuras que presentan una serie ordenada de
elementos con un elemento superior y otro inferior y una serie de elementos intermedios,
por ejemplo, en la serie formada por las palabras concepción, nacimiento, infancia,
adolescencia… senectud, muerte, Moreno Cabrera señala concepción como el arconimo
de nacimiento, muerte como el telonimo de senectud y nacimiento el mesonimo de
concepción e infancia.

4.4. Homonimia y polisemia

La homonimia se da cuando dos o más palabras distintas tienen el mismo significante.


La semejanza puede ser acústica (vasto y basto), y en ese caso se habla de homófonos o
acústica y gráfica (vino y vino), y en ese caso se habla de homófonos y homógrafos.

La homonimia es consecuencia de la evolución fonética, ya que los significantes de varias


palabras llegan, por evolución, a hacerse idénticos. Por eso, los significados de las
palabras polisémicas guardan relación entre ellos, mientras que los de las palabras
homónimas no tienen nada que ver entre ellos.

La polisemia ocurre cuando a un significante le corresponderle varios significados. Así,


por ejemplo, dulce puede significar "que tiene azúcar" o "pastel".

5. CAMBIOS DE SIGNIFICADO

El cambio semántico consiste en la modificación del significado de una palabra, tanto


cuando afecta al significado como cuando atañe a las relaciones entre el significado y el
significante o entre el significado y el referente. ¿Qué tipos de cambio de significado se
dan?

5.1. Tipos de cambio


Siguiendo a Ullman los cambios de significado se dan a causa de razones
extralingüísticas o a causa de la innovación lingüística.

Las razones extralingüísticas se dan cuando hay algún cambio en la realidad referencia y,
como consecuencia, o desaparece la palabra que designaba esa realidad, o cobra un nuevo
significado.

Cuando una palabra cambia su significado puede o bien restringirlo como lidiar que
antes significaba combatir, o bien ampliarlo como maestro que antes solo significaba
maestro de escuela o bien no variarlo de extensión como verde en el sentido de obsceno.

Por otro lado, dentro de los cambios por innovación lingüística encontramos los cambios
por metáfora como llamar dientes no solo a los dientes de humanos sino también a los
dientes de una sierra, dientes de ajo… o también cambios por metonimia, en cuyo caso
los dos significados no se parecen y entre ellos solo existe una relación de contigüidad
como por ejemplo decir mi plato favorito en lugar de mi plato de comida favorito.

6. LA ESTRUCTURA DEL LÉXICO: EL CAMPO SEMÁNTICO

A pesar de que el léxico siempre ha sido considerado como el plano de la lengua más
asistemático, ha habido diferentes propuestas para organizar el vocabulario, todas ellas
relacionadas con el concepto de “campo”, que podemos definir como el conjunto de
términos unidos por una estructura de relación. Hay varios tipos de campos, el campo
semántico, el campo morfo-semántico, campo temático y campo asociativo.

El campo semántico constituye, dentro del plano de significado, conjuntos organizados


en los que sus elementos tienen un denominador semántico común como por ejemplo
mesa, silla, cama…forman el campo semántico de muebles.

Por otro lado, se encuentra el campo morfo-semántico, en este caso la relación entre las
palabras se debe tanto a su forma como a su sentido. Es posible establecer un campo
morfo-semántico reuniendo los morfemas derivativos que tengan algún rasgo
significativo común como por ejemplo con los morfemas que se emplean para formar
sustantivos con el sema “lugar en donde” comedor, sanatorio, campanario…

Matoré propone el término de campos temáticos, que constituyen conjuntos de términos


funcionalmente posibles dentro de una situación temática dada, por ejemplo, el campo
temático de la casa estaría compuesto por palabas como edificio, habitaciones,
construcción…
Por último, el campo asociativo es aquel formado por la totalidad de las series asociativas
de un término o conjunto de términos. Se puede decir que el campo asociativo de una
palabra está formado por el conjunto de palabras que se relacionan con ella, cualquiera
que sea el tipo de conexión que se establezca. Una palabra como toro, estaría relacionada
con otras palabras como vaca, mugir, bravo…

7. CONCLUSIÓN

Mas allá de la semántica de un corte mas tradicional, como el que acabamos de comentar,
existe una semántica pragmática y textual que supera el nivel de la palabra para comentar
el significado desde un punto de vista global en un mismo discurso.

El significado sigue siendo uno de los pilares clave de la lingüística. Al fin y al cabo, se
trata de la configuración de nuestro pensamiento individual y colectivo, por lo que además
esta estrechamente ligado con la semiótica. Hoy en día empiezan a tomar mas valor otras
formas menos estructuralistas de contemplar el significado, como puede serlo la
semántica veritativa de Escandell, con la que se llega a conclusiones interesantes respecto
no solo a las relaciones semánticas, sino a una aplicación practica como puede serlo la
traducción y el aprendizaje de segundas lenguas.

Las relaciones entre palabras y las alteraciones de las mismas son, asimismo, las que
posibilitan un uso literario del lenguaje, por lo cual resultan interesantes ya no solo a nivel
comunicativo.

8. BIBLIOGRAFÍA

Coseriu, E. (1977). Principios de semántica estructural. Madrid. Gredos.

Hernando Cuadrado, L.A. (1995). Introducción a la teoría y estructura del lenguaje,


Madrid. Verbum.

Moreno Cabrera, J.C. (1991). Curso universitario de lingüística general. Madrid, Síntesis.

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