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* Es una persona que vive en la fragilidad afectiva, fruto de una cultura ligera y
provisional. Esto conlleva una inseguridad que limita todo esfuerzo de interiorización.
Cuando se abandona el timón de la existencia a los sentimientos, resulta imposible
alcanzar el hondo nivel de la unidad profunda de la persona.
* Es una persona que vive en medio del ruido, de las necesidades suscitadas
desde el exterior (moda, publicidad, éxito, personajes...). Descender desde este nivel al
silencio del hombre interior resulta costoso. La persona exterior busca ese ruido para
acallar un silencio que inspira temor, para no escuchar esa palabra que nace del silencio.
* Es una persona que vive sometida a un acelerado ritmo de vida que le impide
cultivar su mundo interior. El ritmo de vida dictado por factores económicos y
sociales... No comprende esta persona que las realidades más profundas se desvelan
muy lentamente y tras un esfuerzo personal y perseverante.
* Es una persona que tiene miedo: miedo a encontrarse con la nada dentro de
uno mismo. Miedo a la soledad, a la ausencia de uno mismo. Miedo a la noche, a la
oscuridad, a la desorientación. Miedo a encontrarse con el dolor. Miedo a emociones y
pensamiento dolorosos. Miedo a formas de pensar y sentir que generan sufrimiento.
Miedo a encontrarse con ideales inalcanzados, frustraciones dolorosas... Miedo a
encontrarse con lo que hay dentro y no nos gusta.
El itinerario interior pasa frecuentemente por atravesar el desamor, el
desvalimiento, los resentimientos, las emociones dolorosas que paralizan al hombre en
posturas negativas.
LA PERSONA INTERIOR
* Es la persona que consciente de que lo que ha llegado a ser (su presente) está
ligado y correlacionado con su pasado. Sabe darse explicación histórica. Tiene mirada
de profundidad para descubrir la lógica de los acontecimientos de su vida.
* Es la persona que sabe recordar: tiene memoria de los hechos que le son
fundamentales y le fundamentan. No se fundamenta en ideas sino en vida. Esto nos
sirve para separarnos de una equiparación de persona interior con persona introspectiva;
ésta puede ser de muy poca interioridad, tan centrada en sí y en un instante que sea
incapaz de una mirada amplia e histórica.
* Es una persona que se sabe dependiente y limitada, no autosuficiente. El
autosuficiente es unidimensional: se autoabastece con poder, tener, hacer... Lo
importante es el yo.
* Es una persona que auto acepta. No sólo se conoce, sino que acepta lo que es y
vive. Aceptación que no indica estancamiento: la aceptación es el primer paso para el
cambio. Se puede cambiar desde aceptar ser el que se es y descubrir lo que se tiene que
ser.
* Es una persona que ama la realidad que es. Sin amar la realidad que uno es no
es posible ni la integración ni la maduración. Sólo puede madurar y crecer en nosotros
aquello que amamos.
AMENAZAS A LA INTERIORIDAD
* Permanecer en lo exterior. Vivir profesionalmente, con un modelo perfecto
(modelo ejecutivo, vestido, horarios, formas...), vivir de formas exteriores... Hoy
tenemos los “asesores de la imagen” (importantísimos en las campañas electorales). Lo
importante, en esta perspectiva, es saber comportarse según el lugar donde estás.
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* Palabrería en vez de palabra. La palabra está hoy muy estimulada. Se enseña
a hablar bien. Los medios de comunicación nos presentan a personas cuyo papel es “ser
presentadores”, hablar bien delante de los demás, no dejar momentos de silencio...,
converser a la gente. No importa la verdad; importa llegar a convencer, aunque
convencer sea engañar... En un grupo, el que habla y es gracioso, es el que lleva la voz
cantante porque distrae al grupo...
TRABAJO PERSONAL