Está en la página 1de 3

¿Qué es la seguridad alimentaria?

Cuando escuchamos hablar de “seguridad alimentaria” podemos pensar que el concepto se refiere
solo a la importancia de consumir alimentos que no sean dañinos para nuestra salud. Y no es que
esto sea incorrecto, pero la definición va mucho más allá…
La seguridad alimentaria implica:

1. Tener comida disponible

2. Que haya un modo de conseguirla (por ejemplo, dinero para comprar alimentos)

3. Que estos alimentos sean suficientes, inocuos y nutritivos para que nuestro cuerpo


pueda conseguir la energía y nutrientes necesarios para tener una vida sana.

4. Y, por último, pero no más importante, que esta situación sea estable y continuada en el
tiempo, no una odisea marcada por la incertidumbre.

En conclusión, para la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura


(FAO), la seguridad alimentaria se da cuando…

“… todas las personas tienen acceso físico, social y económico permanente a alimentos seguros,
nutritivos y en cantidad suficiente para satisfacer sus requerimientos nutricionales y preferencias
alimentarias, y así poder llevar una vida activa y saludable”

La FAO mide la inseguridad alimentaria utilizando la Escala de Experiencia de Inseguridad


Alimentaria (FIES, por sus siglas en inglés):
El desafío de plantarle cara al hambre
La lucha contra el hambre y la malnutrición es un desafío global que parece
caminar en círculos. A principios del siglo XXI, muchos países lograron reducir
significativamente el número de personas que no comían lo suficiente. Sin embargo, las cifras
del hambre llevan tres años subiendo y otras formas de malnutrición como la obesidad no dejan
de crecer en todo el mundo, como alerta la FAO.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible buscan dar una respuesta internacional para desatascar
preocupante situación. En concreto, el ODS 2 habla de acabar con todas las formas de hambre y
desnutrición para 2030. Hace especial hincapié en que la infancia tenga una alimentación
suficiente y nutritiva durante todo el año, así como en la importancia de promover una
agricultura sostenible.
A menudo asumimos que la causa es la falta de disponibilidad de alimentos suficientes. Sin embargo,
la inseguridad alimentaria se debe a múltiples factores y se trata de un problema mucho mayor que
la capacidad de producir suficientes alimentos para poder alimentar a todos los habitantes; es más el
problema de acceso a los alimentos y su accesibilidad, llegando a ser desproporcionados. No
obstante, en muchos países desarrollados, la mayoría de las personas tienen fácil acceso a los
alimentos para cada día y, por lo tanto, dan por sentado que los alimentos están disponibles y son
accesibles.

En Latinoamérica no es tanto la falta de alimentos sino las dificultades para poder acceder a ellos. Esta
inestabilidad de acceso a los alimentos puede deberse a diferentes motivos: Los problemas económicos
derivados de la pandemia; la mala gestión económica causando que los precios estén fuera del alcance de
los consumidores; fenómenos meteorológicos extremos ligados a los efectos de la variabilidad climática;
el conflicto entre Rusia y Ucrania; alteraciones en las cadenas de suministro… todos ellos detonantes
que han dejado a un estimado de 10,6 millones de personas en inseguridad alimentaria en
Latinoamérica, según  el Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA).
Nos encontramos en una situación extrema y cuya cifra ha supuesto un aumento del 20% con
respecto a inicios del año, en gran parte debido a la falta de acceso a las redes de carreteras en cualquier
época del año, donde casi mil millones de habitantes de zonas rurales, aproximadamente
el 68% de la población rural mundial, sufre este problema.
La seguridad alimentaria en cifras

El mundo ha entendido que plantarle cara al hambre es fundamental pero, ¿cómo


llevamos esta tarea? Las cifras no son muy esperanzadoras:

El hambre afecta a más de 820 millones de personas en el mundo. En 2015


eran 785 millones.

 1 de cada 9 personas está subalimentada, es decir, se va a la cama sin


las calorías mínimas para su actividad diaria.

 Casi 8 de cada 10 personas que pasan hambre viven en zonas rurales.

 La mayoría de las personas que sufren hambre en el mundo viven en


países en desarrollo, donde el 12,9% de la población está subalimentada.

 La inseguridad alimentaria afecta más a las mujeres. Si las mujeres


agricultoras tuvieran el mismo acceso a los recursos que los hombres, la
cantidad de personas que padecerían hambre en el mundo disminuiría
hasta en 150 millones.

 La obesidad y el sobrepeso está provocando cuatro millones de


muertes a escala mundial.

 El cambio climático es cada vez una amenaza más grave para las
personas que padecen hambre y para las que están subalimentadas.

También podría gustarte