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Introducción
El discurso jurídico se expresa a través del lenguaje natural, es excepcional
la remisión a palabras técnicas. Las leyes, los fallos, la dogmática, los alegatos,
todos son textos, esto provoca el traslado de los problemas lingüísticos generales
al campo del lenguaje jurídico.
Un término es vago cuando carece de claridad, cuando no se puede
determinar con precisión su significado, y es ambiguo cuando es aplicable a más
de un hecho o cosa, cuando es susceptible de dos o más interpretaciones.
Según las célebres Leyes De Partidas: “Las leyes deben ser muy
meditadas, recayendo sobre cosas que puedan ocurrir según el orden natural. Sus
palabras han de ser sencillas y claras, de modo que todos las puedan entender y
retener sin admitir tergiversación ni ser contrarias las unas a las otras”1.
Y como expresa el viejo y sabio Fuero Juzgo: “El legislador debe hablar
poco y bien, y no ha de hacer uso de conceptos dudosos, a fin de que el contenido
de la ley, luego que se oiga, sea entendido por todos sin duda ni dificultad alguna”.
Lo menos que puede pedirse es que la redacción de la Constitución sea lo
bastante clara y concisa como para que todos los habitantes puedan
comprenderla y de esta manera respetarla y cumplirla2.
Pero el Derecho no es sólo texto, también es sistema. Esto exige el
cumplimiento de los principios lógicos que procuren la coherencia, independencia
y plenitud jurídica. Las leyes son significaciones lógicas que, en su coordinación y
subordinación sistemáticas con otras, integran un ordenamiento total y reciben su
sentido del todo en que se insertan.
La redacción e interpretación jurídica no termina con la suficiencia lingüística
y la coherencia lógica, en toda decisión interpretativa hay siempre una voluntad
actuante y actuando, ello implica una connotación política entendida como
ejercicio del poder. Jerzy Wroblewsky lo explica magníficamente al decir: “La
interpretación de reglas constitucionales decide más sobre problemas
políticamente relevantes y está vinculada a más opciones políticas que la
interpretación de otras reglas”3.
El arte de redactar textos jurídicos requiere esencialmente el dominio del
lenguaje natural, y además el conocimiento de los principios generales de la
hermenéutica jurídica. Para escribir bien, el redactor necesita también saber
Abogado – Especialista en Derecho Administrativo - Profesor de Sociología en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales
y Políticas de la Universidad Nacional del Nordeste – Profesor de Derecho Ambiental y de los Recursos Naturales en la
Facultad de Abogacía de la Universidad de La Cuenca Del Plata – Director de Técnica Legislativa, Secretaría Legal y
Técnica en el Gobierno de la Provincia de Corrientes – Asesor de la Comisión de Redacción en la Honorable Convención
Constituyente de Corrientes, 2007 - Periodista.
1
Segundo V. Linares Quintana, Tratado de Interpretación Constitucional, T I, Pág. 18. Buenos Aires, 2007.
2
Segundo V. Linares Quintana, Ob. Cit., TI, Pág. 18.
3
María Sandra Flores, Interpretación Constitucional, Pág. 15, Córdoba 2006.
1
interpretar. El presente trabajo aspira a desarrollar algunas consideraciones
acerca de la redacción de textos jurídicos con arreglo a la noción de lenguaje
natural. En definitiva, se trata de la relación del Derecho con la lengua.
I. El lenguaje natural
El Derecho se expresa en lenguaje natural. El “lenguaje natural” es el del
habla cotidiana, el que usamos en nuestra forma diaria de comunicarnos entre
nosotros. Se le dice “natural” para distinguirlo del llamado “lenguaje científico”. Las
normas, las sentencias, los alegatos se escriben en el lenguaje que habla y
entiende la gente, de una manera sencilla que facilite su lectura y comprensión, y
con contenidos técnicos solamente cuando resulten imprescindibles. Ello implica
que el redactor tenga que conocer el lenguaje natural, manejar las reglas de la
gramática.
El término lenguaje natural designa una variedad lingüística, conjunto de
palabras, oraciones y frases con fines comunicativos, que está dotado de una
sintaxis, donde la semántica o significado específico y contextual de sus
componentes interviene en la validez de la frase, a diferencia de los lenguajes
formales; entre los que están la lógica, la matemática y los lenguajes de
programación; que son estructuras dotadas de algo similar a la sintaxis de las
lenguas humanas, pero tienen un alcance más reducido. En el lenguaje formal el
significado de una cadena o frase sólo está influido por su "forma".
Una buena redacción es el resultado de un correcto manejo de la lengua,
logrado a través del conocimiento profundo de ella y de la lectura de obras
clásicas y modernas, científicas, humanísticas y literarias.
Antes de seguir rígidamente algún manual de estilo, conviene iniciar una
exploración en el territorio propio de la lingüística, aunque sea a vuelo de pájaro,
para entender lo que implica la noción de lenguaje natural o común y conocer
nuestro idioma como instrumento de comunicación.
Si de repente me preguntan ¿Qué es patria? No voy a poder definirla, pero
al punto imagino la tierra en que nací, sus paisajes y bellezas naturales, el
conjunto de mujeres y varones que la habitan, que la aman, la defienden y son
capaces de dar la vida por ella; pienso en una lengua común, un acervo cultural
compartido, instituciones, costumbres, tradiciones y leyes. No sé definirla pero la
puedo imaginar, la puedo representar en mi mente. Tengo una idea de patria. Una
idea es la representación de un objeto en la mente.
Cuando enuncio con la voz el objeto que pienso, por ejemplo patria,
pronuncio una palabra. La palabra es la expresión oral de una idea. La palabra
también puede representarse de manera escrita por medio de signos
convencionales, tenemos entonces la expresión escrita de una idea. Las ideas
pueden también expresarse por ademanes, señas o gestos.
El lenguaje es el medio para expresar las ideas, puede ser hablado u oral,
escrito o gráfico y mímico o gestual.
El idioma o lengua es el conjunto de voces y signos escritos propios de cada
nación. Nuestra lengua oficial es la española, antes llamada castellana porque en
Castilla fue donde se habló primero con mayor perfección.
La palabra es el núcleo esencial de la comunicación. La palabra es una
unidad de sentido, que relacionada con otras unidades de sentido forman un
sistema de palabras.
Emitir un juicio es establecer vínculos entre pensamientos, es afirmar o
negar algo acerca de un objeto, es atribuirle un predicado a un sujeto. Cuando
expreso un juicio con palabras formulo una oración o proposición. Las palabras se
unen formando conjuntos sintácticos que llamamos oraciones, que se agrupan en
2
períodos enlazados por nexos coordinantes y subordinantes, separadas
normalmente por el punto y seguido. Las oraciones vinculadas entre sí de manera
coherente construyen frases o párrafos.
Las actividades de hablar y de escribir constituyen las dos manifestaciones
más importantes de la expresión lingüística humana. A través de ellas nos
intercambiamos mensajes para compartir pensamientos, sentimientos, creencias,
valores, la imaginación, la experiencia, la cultura, la ciencia. En definitiva, siempre
se transmiten pensamientos, ideas. Si preguntamos a alguien ¿Cómo está? Y
responde: Bien, más o menos, o mal; para decirlo antes lo pensó. Pensó en cómo
se siente.
Cuando hablamos no necesitamos ser demasiado rigurosos en el uso del
lenguaje, porque la comprensión está facilitada por el contexto. Hablamos y
además hacemos gestos, ademanes, mímica, modulamos la voz, entonamos, hay
un lenguaje gestual que aporta significado. El mensaje oral es resultado de una
espontánea e instantánea producción lingüística.
Para escribir se requiere una actitud más reflexiva y rigurosa. Las formas de
expresión escrita son tan variadas como las de la oral, pero son más exigentes en
el manejo del repertorio léxico, en la propiedad gramatical, la ortografía, la sintaxis.
El texto escrito es producto de un proceso de elaboración.
La redacción es una forma de composición organizada que reproduce ideas
por escrito. El proceso de redacción ha de estar dirigido a escribir con corrección,
orden, precisión y claridad, a fin de asegurar que el contenido de la información
que se transmite pueda ser comprendido sin dificultad por el destinatario. La
redacción tiende a asegurar que el texto de la ley sea interpretado del mismo
modo por todos aquéllos que deban utilizarlo.
III. La Gramática
Es la ciencia que estudia los elementos de una lengua y sus combinaciones.
Es el conjunto de reglas para hablar y escribir correctamente un idioma. La
gramática es parte del estudio general del lenguaje denominado lingüística o rama
del saber que se encarga del estudio del lenguaje, entendido como el conjunto de
reglas que gobierna cualquier proceso de comunicación.
Se divide en cuatro niveles:
1) Ortología: enseña a pronunciar correctamente las palabras.
2) Analogía o Morfología: clasifica las palabras de acuerdo con la función.
Estudia la oración, funciones gramaticales y los accidentes.
3) Sintaxis: enseña a ordenar las palabras para expresar correctamente los
pensamientos. Enseña a formar oraciones.
4) Semántica: Estudio del significado de las palabras.
La semántica es el estudio del significado de los signos lingüísticos; esto es,
palabras, oraciones y frases. Para ello estudia qué signos existen y cuáles son los
que poseen significación, es decir, qué significan para los hablantes, cómo los
designan, de qué forma se refieren a ideas y cosas, y cómo los interpretan los
destinatarios.
Todo signo lingüístico tiene dos aspectos: el significante o parte material del
signo y el significado o imagen mental que sugiere el significante. Tanto
significado como significante se refieren al referente o elemento real, existente.
No es lo mismo la palabra que designa un referente que el referente mismo.
El significado -imagen mental- está compuesto por una serie de rasgos
conceptuales que todos los hablantes de una lengua asocian de una manera
general a un significante. Este significado tiene dos componentes: denotación y
connotación.
Se llama denotación a los rasgos conceptuales objetivos. Es el significado
específico que presenta una palabra fuera de cualquier contexto. Constituyen el
núcleo semántico fundamental. Son comunes a todos los hablantes. Es el
significado que encontramos en el diccionario.
Se llama connotación a los rasgos conceptuales subjetivos. Son las
significaciones añadidas a una palabra. Estas significaciones tienen un carácter
marcadamente subjetivo. Dependiendo de los hablantes, una misma palabra
puede tener connotaciones distintas.
Sin embargo, no es suficiente el estudio exclusivo de la gramática para hablar
y escribir bien una lengua, porque ésta es un arte, y el arte sólo se llega a poseer
a fuerza de ejercitación constante.
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Barbarismo: empleo de palabras extrañas al idioma. Ejemplo: attaché, marketing,
clown, leader. Galicismos, italianismos, anglicismos, germanismos, según de
dónde procedan.
Vulgarismo: error propio del vulgo o gente sin instrucción. Ejemplo: Yo cabo
(quepo); desplega (despliega); la sartén, etc.
Neologismo: empleo innecesario de palabras nuevas, por haber en la lengua
otras equivalentes. Ejemplo: preciosidad (preciosura); desvariación (desvarío);
fulgurecer (fulgurar)
Arcaísmo: empleo de palabras caídas en desuso. Ejemplo: Agora (ahora); fidalgo
(hidalgo); vide (vi); traxe (traje); fermosa (hermosa).
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Saber Escribir, del Instituto Cervantes, Pág. 37.
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por completo su significado primitivo y había pasado a significar pura y
simplemente muy importante. Pero no significa nada de eso.
” ¿Cuál es el sentido de la palabra trascendental? Vamos a dejar de un lado
el sentido que tenga antes de Kant, porque nos llevaría muy lejos; sería muy
interesante, pero nos llevaría muy lejos buscar el sentido de esta palabra en la
historia. Nos vamos a fijar en el sentido que tiene a partir de Kant, y ese sentido
nos vendrá fácilmente indicado si ponemos en relación la palabra trascendental
con la palabra trascendente, de la cual es derivada (…) Trascendente significa lo
que existe en sí y por sí, independientemente de mí”7.
Los derechos humanos, por ejemplo, tienen su raíz histórica en el tránsito a
la modernidad como reacción a la cultura del poder soberano de la Edad Media,
regida por monarcas absolutos con la influencia de los señores feudales. Han
surgido y han sido reconocidos de manera progresiva, se han generado en etapas.
Derechos de primera generación, de segunda y de tercera y hasta se puede
hablar de una cuarta generación.
La primera generación de derechos humanos comprende a los derechos
civiles y políticos. Surgen como una valla a las atribuciones del Estado. Son los
llamados “derechos libertades”: derecho a la vida, a la integridad y libertad física,
libertad de pensamiento y de expresión. Interposición de recursos ante un Poder
Judicial independiente. Participación en la vida política del Estado, etc.
Los de segunda generación son los derechos económicos, sociales y
culturales. Son “derechos prestaciones” o “derechos acreencias”. El Estado debe
cumplir con las respectivas prestaciones para la satisfacción de las necesidades
públicas: alimentación, habitación, vestido, salud, trabajo, educación, cultura,
seguridad social, etc.
Los derechos humanos de tercera generación son los llamados “derechos a
la solidaridad”. Comprenden el derecho a la paz, al desarrollo, a un medio-
ambiente sano y ecológicamente equilibrado. Se incluyen los denominados
“derechos difusos”, el patrimonio común de la humanidad. Los derechos del
usuario y del consumidor, etc. El derecho a la paz, implica el derecho de todo
hombre a oponerse a toda guerra y a no ser obligado a luchar contra la
humanidad; de negarse a ejecutar una orden injusta que afecte a la dignidad
humana si el conflicto bélico resulta inevitable.
Ya existe una cuarta generación de derechos humanos que comprende el
derecho de concebir a la humanidad como una sola familia. El derecho a la plena
integración de la familia humana sin distingos de nacionalidad.
Con las palabras familia y matrimonio sucede lo mismo. La organización
social y política más rudimentaria es el clan, conglomerado humano constituido
por todos aquellos que adoran y responden a la protección de un mismo tótem. La
organización totémica se caracterizó por la exogamia y el carácter matriarcal de la
filiación, en los orígenes del clan la familia propiamente dicha todavía no hizo su
aparición.
Con el devenir de los siglos el matriarcado es sustituido por la organización
patriarcal, con el pater como cabeza de familia. La unión matrimonial ha pasado
por distintos estatus culturales, la poligamia, poliandria, poliginia, monogamia; en
las civilizaciones más avanzadas de la antigüedad, por caso Egipto, se
practicaban uniones entre consanguíneos a fin de mantener la pureza del linaje.
La nueva ley de matrimonio entre personas del mismo sexo, recientemente
sancionada, nos pone de cara al cambio del campo de significación de la palabra
matrimonio.
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Saber Escribir, Instituto Cervantes. Pág. 121.
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Si el texto presenta una división en estrofas integradas por versos; que el
lenguaje posee un cierto ritmo, como conjunto de sonidos; que el escritor transmite
una vivencia para lo cual utiliza metáforas y comparaciones, diremos que es una
poesía.
Si el texto se nos aparece dividido en libros, partes, títulos, capítulos y
artículos y su contenido consiste en normas, diremos que es un código.
El texto normalizado es el tipo de texto por el que contamos hechos,
describimos la realidad, opinamos, informamos, razonamos, reflexionamos y
sacamos conclusiones. Presentan una disposición secuencial donde se combinan
de forma variada lo concreto con lo abstracto y el hecho con la idea.
La forma de relacionar las ideas, los datos o los hechos puede partir de lo
abstracto para llegar a lo concreto, de lo general a lo particular (deducción), y al
contrario, de lo particular a lo general (inducción).
Un texto normalizado presenta un desarrollo ordenado donde aparecen tres
partes bien diferenciadas9:
1) Presentación o parte introductoria, cuya función es presentar la idea básica
del tema, señalar los antecedentes y dirigirse al destinatario.
2) Cuerpo o parte central, donde se explica y se justifica el contenido y la
información conocida y desconocida por medio de argumentos, ejemplos,
opiniones, citas, testimonios o mediante recursos dialécticos.
3) Conclusión, donde se resume lo tratado o se deduce la tesis de la
explicación informativa. Al final, pueden añadirse otras informaciones
complementarias donde se planteen otros supuestos que dejen abierto el
tema a nuevas expectativas.
En la redacción de un texto normalizado hemos de saber claramente qué
vamos a escribir, cuál es el núcleo temático en el que nos vamos a centrar y
cuáles son las ideas secundarias.
La redacción ha de ir dirigida a que el lector perciba de manera rápida el
sentido del texto y descubra con facilidad el tema central. Lo normal es escribir
con orden, claridad y corrección pero también con propiedad y precisión.
Es preferible utilizar el lenguaje positivo frente expresiones negativas, si
decimos por ejemplo, Pedro no es malo, parece no tener la misma fuerza que si
decimos Pedro es bueno. Evitar el uso de palabras que contengan elementos
discriminatorios y los vocablos vacíos de contenido, la redundancia, los términos
comodines, las fórmulas hechas, el uso de barbarismos, el abuso del gerundio, el
empleo de frases grandilocuentes, el exceso de acotaciones.
Es fundamental la adecuación del lenguaje a la finalidad y al tipo de texto de
que se trate. Respecto de los textos jurídicos se recomienda, de acuerdo con la
norma vigente, que se empleen formas más naturales y se eviten las expresiones
formulares, los términos protocolarios, las fórmulas hechas, los tratamientos
suntuosos y los arcaísmos tradicionales. El texto normativo es una modalidad de
texto normalizado.
El texto normativo se origina en una decisión política que para ser
instrumentada necesita normas que deben ser respetadas por el conjunto de la
sociedad. Por tanto, no es posible que de un texto normativo surjan numerosas y
diversas interpretaciones. La legislación tiene que ver con la vida de los hombres
pues la acota, la limita, la encanala, tiene que ver con la sociedad en cuanto la
constituye, la legislación tiene que ver con el gobierno, con la política, tiene que
ver con el derecho.
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Saber Escribir, Instituto Cervantes. Págs. 318 y 319.
9
La técnica normativa abarca dos procesos. Uno de ellos es la técnica para
la formulación y redacción de normas (nomografía) y el otro es la técnica para la
interpretación de las mismas (hermenéutica jurídica). Una interpretación deficiente
puede conducir al fracaso de la mejor normativa. De igual modo, una redacción
incorrecta puede tornar inoperantes a los más elevados propósitos que pudieron
inspirar a un gobernante. El texto debe transmitir información y conocimientos
útiles para la toma de decisiones a través de productos de fácil comprensión y en
tiempo oportuno.
V. 2. El lenguaje jurídico-administrativo
Elena de Miguel11 hace un interesante planteo sobre el lenguaje
administrativo teniendo en cuenta su especificidad, y marcando una sutil línea con
el lenguaje jurídico. Textos jurídicos son tanto los legales (la manifestación
concreta de las leyes) como los judiciales (los derivados de la puesta en práctica
de la legislación por parte de los profesionales del derecho). El lenguaje
administrativo es el empleado por los órganos de la Administración del Estado
tanto en sus relaciones internas como en su relación con los administrados. El
Poder Ejecutivo descansa en el organismo de la Administración para hacer cumplir
la legislación vigente, de ahí la estrecha relación entre los textos jurídicos y los
administrativos.
11
Elena de Miguel. Círculo de Lingüística Aplicada a la Comunicación 4, noviembre 2000. ISSN 1576-4737. Revista de
Lengua y Literatura Españolas 2, 2000, pp. 6-31, ed. Asociación de Profesores de Español “Francisco de Quevedo”, Madrid.
11
No obstante la rigidez formal de los escritos administrativos, que hasta exigen
un determinado tipo de papel12, ello no significa que los marcos formales sean
inflexibles y que configuren un lenguaje indescifrable que conduzca al fracaso
comunicativo y a la frustración del propósito del emisor. Los textos jurídico-
administrativos deben actualizarse y simplificarse para así poder acercarse al
ciudadano común.
12
El Decreto Nacional 333/1985 establece: “Se confeccionará en papel tipo "Romaní", peso relativo ciento seis gramos
(106 gr.) por metro cuadrado, tamaño doscientos diez… por leyenda "El poder Ejecutivo Provincial" impresa en relieve en la
parte superior izquierda de la hoja y el Escudo Nacional en seco en el centro de la misma…”.
12
Dictamen: opinión que emite un órgano de consulta, basada en las normas
jurídicas de aplicación y, en su caso, en la jurisprudencia o antecedentes que
pudieran existir, y que tiende a orientar a la autoridad que debe resolver el caso.
Memorándum: escrito de uso interno que se cursa a una autoridad determinada,
comunicándole una situación especial o exponiendo elementos de juicio referentes
a un asunto en trámite, que le servirán de ayuda memoria para encarar la solución
del caso. (Se dirige de persona a persona).
Parte: comunicación sintética que, por lo general, se efectúa a diario o
periódicamente, para informar sobre un asunto determinado. (Se dirige de persona
a persona).
Providencia: escrito, no sujeto a la emisión de opinión, que resuelve cuestiones
de trámite o peticiones accidentales.
Expediente: conjunto de documentos o actuaciones administrativas originados a
solicitud de parte interesada o de oficio, y ordenados cronológicamente, en el que
se acumulan informaciones, dictámenes y todo otro dato o antecedente
relacionado con la cuestión tratada, a efectos de lograr los elementos de juicio
necesarios para arribar a conclusiones que darán sustento a la resolución
definitiva.
VI. Conclusión
El hombre por naturaleza tiende a vivir en comunidad de manera permanente.
Espontáneamente se asocia y racionalmente organiza su vida colectiva de manera
jurídica y política. La comunidad de vecinos se vuelve entonces un Estado como
forma de organización política global. “El Estado es una asociación orgánica de
tipo finalista. Pero no una transitoria asociación de individuos hecha para realizar
un fin particular, sino una alianza necesaria, una unión completa y estable cuyo fin
permanente es lograr la virtud y la felicidad de todos los hombres”13.
Con este trabajo propongo una lectura preliminar, básica, sobre la naturalidad del
lenguaje jurídico, antes de estudiar los manuales de estilo, como el Manual de la
Procuración del Tesoro de la Nación o el Manual de Técnica Legislativa de
Antonio Martino, entre otros; para luego abordarlos con mayor simpatía y
entusiasmo.
13
Juan Carlos Smith, El desarrollo de las concepciones jusfilosóficas, Abeledo Perrot, 1999, pág.39.
13
técnica, valores y creencias, que dotan de unidad, cohesión y sentido a la vida en
sociedad.
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