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TEMA 1. LENGUAJE Y COMUNICACIÓN.

COMPETENCIA
LINGÜÍSTICA

Y COMPETENCIA COMUNICATIVA

1. COMUNICACIÓN Y LENGUAJE
Todo ser vivo está en constante interacción con el medio que lo rodea, de modo que capta fenómenos
y acontecimientos que guían su conducta y, a su vez, tiene una serie de actuaciones que repercuten
en su entorno. Este intercambio de fenómenos y conductas es, en sentido amplio, un intercambio
de información. A este intercambio de información entre dos o más entidades lo llamamos
comunicación. Así, tanto el comportamiento de un perro que marca con su orín un árbol para
comunicar a otros de su especie que se trata de su territorio como las danzas que realizan las abejas
para indicar a otras la proximidad de alimento, serían actos de comunicación.

Del mismo modo que los demás seres vivos, los seres humanos reciben y proporcionan
continuamente información, es decir, los seres humanos también hacen uso de la comunicación. Para
hablar con nuestros congéneres los seres humanos podemos utilizar sistemas de comunicación
similares a los de los animales (desde señales de humos, a silbidos). Sin embargo, el que utilizamos
con más frecuencia e intensidad, y el que nos pertenece en exclusiva como especie, es el lenguaje.
Así, el lenguaje sería el sistema de comunicación específicamente humano. Esta definición, en
principio sencilla, entraña una dificultad: definir qué lo diferencia de los sistemas de comunicación
no humanos.

1.1. ¿QUÉ ES EL LENGUAJE ?

Una vez definido qué diferencia el lenguaje de otros sistemas de comunicación, nos embarcaremos
en la dificultosa tarea de definirlo. En este sentido, en la lingüística del siglo XX han destacado tres
concepciones del lenguaje:

 El lenguaje como sistema simbólico formal. La concepción estructuralista, establecida por


Ferdinand Saussure en su Curso de lingüística general (1916). Los estructuralistas
concebirán el lenguaje como un sistema cerrado compuesto por reglas que permiten a los
elementos que componen el lenguaje combinarse para formar palabras y enunciados.
 El lenguaje como facultad mental, órgano o instinto. La teoría desarrollada por Chomsky
en Syntactic Structure (1957): “una lengua es un conjunto (finito o infinito) de oraciones,
cada una de ellas finita en longitud y compuesta por un conjunto finito de elementos”, así el
lenguaje será para Chomsky “un mecanismo de algún tipo para producir la lengua que se está
analizando”. En este sentido, el lenguaje sería la capacidad subyacente que permite producir
la lengua.

 El lenguaje como herramienta para la comunicación.


En Introducción al lenguaje y a la lingüística (1984), Lyons pormenoriza estas dos vertientes
de definiciones del lenguaje y señala a lo que todas ellas tienen en común, o lo que es lo
mismo, lo que los lingüistas consideran que es un rasgo esencial del lenguaje: el lenguaje es
un sistema de signos diseñado para la comunicación. Así, será necesario distinguir qué son
estos símbolos, o signos lingüísticos, y qué los diferencia de los elementos utilizados en otros
sistemas de comunicación.

El signo es aquel que está en lugar del objeto al que representa (referente), y que por una relación
convencional o de semejanza, evoca en un tercero (interpretante) una realidad determinada para
alguien que la interpreta.

1.2. LENGUAJE, LENGUA Y HABLA


Para hablar de lenguaje y lenguaje es necesario distinguir el término de otros términos especializados
que, en el lenguaje común, se utilizan indistintamente. Este es el caso de la dicotomía “lenguaje” y
“lengua”.

Saussure hacía una distinción entre ambas (“langage” frente a “langue”), que se hace eco
diferenciación intuitiva que muchas lenguas ya hacen entre ambos términos. Con la excepción
llamativa del inglés y el alemán, la mayoría de las lenguas europeas tienen dos términos diferentes
para “lenguaje” y “lengua”. Saussure afirmará que “la lengua no se confunde con el lenguaje. No es
más que una parte determinada de él, esencial es cierto”. En este sentido, para Saussure, el lenguaje
sería la capacidad innata del ser humano para la comunicación, mientras la lengua seria la concreción
de esa capacidad en sistemas estructurados de signos (la lengua española, la lengua francesa, la
lengua de signos…).

La otra parte de la que conforma el lenguaje será para Saussure el habla. La diferenciación entre
lengua y habla las encontraremos en los filósofos alemanes, concretamente en Hegel, Humboldt y .
Para Saussure, el habla es la realización concreta de la lengua, de modo que varía de un sujeto a otro,
a pesar de su pertenencia a la misma comunidad lingüística. El habla sería el uso individual de la
lengua, las realizaciones concretas y particulares de la lengua.

Coseriu, en Teoría del lenguaje y lingüística general, recupera el valor del habla, como aquello que
nos permite acceder a la lengua, que en definitiva es el sistema. En 1965 el generativista Noam
Chomsky, en Aspectos de la teoría de la sintaxis, estableció una nueva dicotomía cercana a la que
hemos mencionado:

 Competencia. Es el conocimiento que un hablante tiene de su lengua.


 Actuación. Incluye todos aquellos mensajes que construye el individuo.

La diferencia principal entre la dicotomía de Saussure y la de Chomsky radica en el carácter


individual, creativo y biológico que Chomsky atribuye a la competencia frente al enfoque de
Saussure de la lengua como entidad social, abstracta y convencional.

2. LA COMPETENCIA LINGÜÍSTICA

La competencia el conocimiento implícito que un hablante posee sobre su propia lengua, el cual le
permite no sólo codificar mensajes que respeten las reglas de la gramática, sino también
comprenderlos y emitir juicios sobre su gramaticalidad.

El concepto de competencia lingüística fue propuesto por Chomsky en la obra Estructuras


sintácticas (1957), y constituye un concepto fundamental en la tradición de la llamada Gramática
Generativa, que se propone como fin último hacer explícito el conocimiento implícito sobre la propia
lengua que tienen los hablantes. Así, para Chomsky, la competencia sería la capacidad del hablante-
oyente ideal para utilizar el lenguaje, en contraposición a la actuación lingüística, que es la
realización en un entorno real, y condicionado por factores como la memoria o distracciones, de esta
capacidad para el lenguaje.

3. LA COMPETENCIA COMUNICATIVA

Desde otras disciplinas lingüísticas que atienden a aspectos relacionados con la lengua en uso se ha
puesto en entredicho que el mero conocimiento de la gramática de una lengua permita usarla siempre
de manera adecuada.

Hymes, en sus trabajos de sociolingüística y de etnografía de la comunicación, propuso hacia los


años 70 del siglo XX el concepto de competencia comunicativa como una capacidad de alcance más
amplio que permite a un hablante comportarse comunicativamente de forma adecuada, para lo cual
no debe poseer únicamente un dominio sobre las reglas gramaticales de buena formación de
oraciones sino también sobre las reglas que determinan el uso de la lengua en la producción de
enunciados adecuados en el contexto discursivo.

La competencia comunicativa es la capacidad de una persona para comportarse de manera eficaz y


adecuada en una determinada comunidad de habla; ello implica respetar un conjunto de reglas que
incluye tanto las de la gramática y los otros niveles de la descripción lingüística (léxico, fonética,
semántica) como las reglas de uso de la lengua, relacionadas con el contexto socio-histórico y
cultural en el que tiene lugar la comunicación.

En palabras de Hymes, la competencia comunicativa se relaciona con saber «cuándo hablar, cuándo
no, y de qué hablar, con quién, cuándo, dónde, en qué forma»; es decir, se trata de la capacidad de
formar enunciados que no solo sean gramaticalmente correctos sino también socialmente apropiados.
Es este autor quien formula la primera definición del concepto, en los años 70 del siglo XX, en sus
estudios de sociolingüística y de etnografía de la comunicación en EE.UU. Hymes cuestiona el
concepto de competencia lingüística desarrollado por la gramática generativa, por cuanto en él se
hace abstracción de los rasgos socioculturales de la situación de uso. Con el propósito de desarrollar
una teoría adecuada del uso de la lengua, y de integrar la teoría lingüística y una teoría de la
comunicación y la cultura, propone cuatro criterios para describir las formas de comunicación, cuya
aplicación a una determinada expresión ha de permitir establecer si esta:

 es formalmente posible (y en qué medida lo es); es decir, si se ha emitido siguiendo unas


determinadas reglas, relacionadas tanto con la gramática de la lengua como con la cultura de
la comunidad de habla;
 es factible (y en qué medida lo es) en virtud de los medios de actuación disponibles; es decir,
si las condiciones normales de una persona (en cuanto a memoria, percepción, etc.) permiten
emitirla, recibirla y procesarla satisfactoriamente;
 es apropiada (y en qué medida lo es) en relación con la situación en la que se utiliza; es decir,
si se adecua a las variables que pueden darse en las distintas situaciones de comunicación;
 se da en la realidad (y en qué medida se da); es decir, si una expresión que resulta posible
formalmente, factible y apropiada, es efectivamente usada por los miembros de la comunidad
de habla; en efecto, según Hymes, «puede que algo resulte posible, factible, apropiado y que
no llegue a ocurrir».

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