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COMPETENCIA
LINGÜÍSTICA
Y COMPETENCIA COMUNICATIVA
1. COMUNICACIÓN Y LENGUAJE
Todo ser vivo está en constante interacción con el medio que lo rodea, de modo que capta fenómenos
y acontecimientos que guían su conducta y, a su vez, tiene una serie de actuaciones que repercuten
en su entorno. Este intercambio de fenómenos y conductas es, en sentido amplio, un intercambio
de información. A este intercambio de información entre dos o más entidades lo llamamos
comunicación. Así, tanto el comportamiento de un perro que marca con su orín un árbol para
comunicar a otros de su especie que se trata de su territorio como las danzas que realizan las abejas
para indicar a otras la proximidad de alimento, serían actos de comunicación.
Del mismo modo que los demás seres vivos, los seres humanos reciben y proporcionan
continuamente información, es decir, los seres humanos también hacen uso de la comunicación. Para
hablar con nuestros congéneres los seres humanos podemos utilizar sistemas de comunicación
similares a los de los animales (desde señales de humos, a silbidos). Sin embargo, el que utilizamos
con más frecuencia e intensidad, y el que nos pertenece en exclusiva como especie, es el lenguaje.
Así, el lenguaje sería el sistema de comunicación específicamente humano. Esta definición, en
principio sencilla, entraña una dificultad: definir qué lo diferencia de los sistemas de comunicación
no humanos.
Una vez definido qué diferencia el lenguaje de otros sistemas de comunicación, nos embarcaremos
en la dificultosa tarea de definirlo. En este sentido, en la lingüística del siglo XX han destacado tres
concepciones del lenguaje:
El signo es aquel que está en lugar del objeto al que representa (referente), y que por una relación
convencional o de semejanza, evoca en un tercero (interpretante) una realidad determinada para
alguien que la interpreta.
Saussure hacía una distinción entre ambas (“langage” frente a “langue”), que se hace eco
diferenciación intuitiva que muchas lenguas ya hacen entre ambos términos. Con la excepción
llamativa del inglés y el alemán, la mayoría de las lenguas europeas tienen dos términos diferentes
para “lenguaje” y “lengua”. Saussure afirmará que “la lengua no se confunde con el lenguaje. No es
más que una parte determinada de él, esencial es cierto”. En este sentido, para Saussure, el lenguaje
sería la capacidad innata del ser humano para la comunicación, mientras la lengua seria la concreción
de esa capacidad en sistemas estructurados de signos (la lengua española, la lengua francesa, la
lengua de signos…).
La otra parte de la que conforma el lenguaje será para Saussure el habla. La diferenciación entre
lengua y habla las encontraremos en los filósofos alemanes, concretamente en Hegel, Humboldt y .
Para Saussure, el habla es la realización concreta de la lengua, de modo que varía de un sujeto a otro,
a pesar de su pertenencia a la misma comunidad lingüística. El habla sería el uso individual de la
lengua, las realizaciones concretas y particulares de la lengua.
Coseriu, en Teoría del lenguaje y lingüística general, recupera el valor del habla, como aquello que
nos permite acceder a la lengua, que en definitiva es el sistema. En 1965 el generativista Noam
Chomsky, en Aspectos de la teoría de la sintaxis, estableció una nueva dicotomía cercana a la que
hemos mencionado:
2. LA COMPETENCIA LINGÜÍSTICA
La competencia el conocimiento implícito que un hablante posee sobre su propia lengua, el cual le
permite no sólo codificar mensajes que respeten las reglas de la gramática, sino también
comprenderlos y emitir juicios sobre su gramaticalidad.
3. LA COMPETENCIA COMUNICATIVA
Desde otras disciplinas lingüísticas que atienden a aspectos relacionados con la lengua en uso se ha
puesto en entredicho que el mero conocimiento de la gramática de una lengua permita usarla siempre
de manera adecuada.
En palabras de Hymes, la competencia comunicativa se relaciona con saber «cuándo hablar, cuándo
no, y de qué hablar, con quién, cuándo, dónde, en qué forma»; es decir, se trata de la capacidad de
formar enunciados que no solo sean gramaticalmente correctos sino también socialmente apropiados.
Es este autor quien formula la primera definición del concepto, en los años 70 del siglo XX, en sus
estudios de sociolingüística y de etnografía de la comunicación en EE.UU. Hymes cuestiona el
concepto de competencia lingüística desarrollado por la gramática generativa, por cuanto en él se
hace abstracción de los rasgos socioculturales de la situación de uso. Con el propósito de desarrollar
una teoría adecuada del uso de la lengua, y de integrar la teoría lingüística y una teoría de la
comunicación y la cultura, propone cuatro criterios para describir las formas de comunicación, cuya
aplicación a una determinada expresión ha de permitir establecer si esta: