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CAPITULO I

FUNDAMENTACIÓN

1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

La adolescencia es una etapa fundamental del crecimiento y


desarrollo humano, se caracteriza por ser un período de rápida
transición, que separa la niñez de la etapa adulta y se caracteriza por el
más intenso desarrollo físico durante el ciclo vital, del cual se adquiere
la madurez biológica, psicológica y sexual del organismo.

Desde el punto de vista biológico su comienzo está caracterizado por


la fase final de la aceleración del crecimiento del niño, inicio del
desarrollo de los caracteres sexuales secundarios y el logro de la
completa diferenciación sexual. En cuanto al ámbito psicológico se
refleja una aceleración del desarrollo cognoscitivo y la estructura de la
personalidad, culminando exitosamente al adquirir la capacitación
laboral apropiada para desempeñarse como un adulto.

Mientras que en el aspecto social se caracteriza por un período de


intensa preparación para asumir el rol de adulto, y culmina cuando es
completamente aceptado, en el contexto social donde se desenvuelve,
con todas las prerrogativas de la persona adulta, por lo cual el
adolescente debe adaptarse y ajustar sus comportamientos a las
normas establecidas por la sociedad.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS 1999) toda


persona cuya edad cronológica este comprendida entre los diez y
diecinueve años es considerada un adolescente. En Venezuela la edad
de la adolescencia está comprendida desde los doce a los dieciocho
años.
Desde el punto de vista demográfico los adolescente son un grupo
poblacional de alto porcentaje, especialmente en los países de América
Latina, donde según proyecciones estadísticas de la OMS (2002) los
índices de la población de adolescentes son elevados con una base
demográfica de más del 45% de la población, por lo cual su pirámide
poblacional corresponde a las características de una población joven
con una amplia base de niños que en el mediano plazo serán
adolescentes; según el Instituto Nacional de Estadística de Venezuela
(2005) los adolescentes representan el 21,5% de la totalidad de los
habitantes.

En efecto, lo reflejado en las proyecciones y estimaciones


demográficas merecen especial atención, ya que dada las
características que presenta la población de adolescentes requieren
una atención integral de salud, en esta difícil y fundamental etapa en la
cual experimentan la necesidad de comprender experiencias y
emociones que aún no se han vivido y que están fuertemente unidas a
componentes bio-psicosocial de su desarrollo humano como es el caso
de la sexualidad humana y reproductiva, aspectos en torno a la cual
suelen presentarse curiosidad, temores, confusiones y dudas que
alientan a asumir un rol activo sexual, como una relación íntima, afectiva
entre los seres humanos, lo que origina consecuencias desafortunadas
como las infecciones de transmisión sexual y embarazos no deseados,
cuando se asume de manera irresponsable, (sin protección, con
múltiples parejas, etc.)

Desde esta perspectiva, el desarrollo de la sexualidad en el


adolescente va acompañado de un elevado índice de fecundidad, lo que
los hace ser un grupo etéreo potencialmente apto para la procreación;
en tal sentido, es significativo lo señalado en el informe de la 20Th
Aniversaryg Conference de la Rights, Respect, Responsability a New
Paradigm for Healthy Adolescent Sexuality (2.001), en donde afirma
que: “La fecundidad de los adolescentes de América latina y el Caribe
son hoy más altos que hace 25 años, aproximadamente el cuarenta y
dos por ciento de las jóvenes latinoamericanas tienen su primer hijo
antes de los 20 años.” (Pág. 124).

El embarazo y la maternidad de adolescentes son hechos más


frecuentes que lo que la sociedad quisiera aceptar; son experiencias
difíciles que afectan la salud integral tanto de los padres adolescentes
como la de sus hijos, familiares y de la sociedad en sí.

A nivel mundial las estadísticas señalan que ocurren anualmente


más de quince millones de partos de los cuales el 80% son
pertenecientes a países en vías de desarrollo, tales como México,
Nicaragua, Colombia y en Venezuela, donde según cifras del Instituto
Nacional de Estadísticas (2005) “se registraron más de 105 mil partos
de madres adolescentes con edades comprendidas entre 10 y 15 años.”

Además de las estimaciones anteriormente descrita cabe agregar


que el fenómeno de la adolescente embarazada, está relacionada con
diversas variables entre las que se destacan las fisiológicas, ya que el
organismo en esta etapa estará desarrollando la madurez de los
órganos sexuales requeridos para la reproducción; desde el punto de
vista gineco obstétrico, el embarazo en la adolescencia representa un
factor de riesgo, tanto para la adolescente como para el producto de la
concepción, por lo cual es considerado un problema de salud pública y
de alto riesgo, dado las implicaciones adversas tanto a la madre como
al niño,

De igual manera son variadas las consecuencias psicológicas, entre


las que se destacan: frustraciones entre sus expectativas y proyectos
de vida futura lo que se conoce como el síndrome de fracaso,
interrupción de su educación, disminución de la posibilidad de llegar a
conseguir una buena formación, ya que son más frecuente los
problemas escolares y el abandono de los estudios; baja autoestima,
estrés, depresión e incluso el suicidio; dificultad de su incursión en el
mundo laboral que interfiere notablemente con la posibilidad de
conseguir ingresos suficientes. Para el recién nacido los problemas van
desde la prematuridad, retardo de crecimiento intrauterino,
malformaciones congénitas, maltrato, abandono, hasta la muerte
perinatal.

Dado lo especial y delicado del embarazo en adolescentes la


Organización Mundial de la Salud ha formulado lineamientos generales que
guíen los cuidados integrales, para la prevención, atención y asistencia del
embarazo en adolescente, fundamentado en la atención primaria, el
enfoque de riesgo y el autocuidado; Según la División de Población de
Naciones Unidas en el 2009, “Venezuela era el primer país en embarazos
no planificados en adolescentes: 3 de cada 10 se inicia sexualmente entre
los 12 y los 18 años, y 6 de esas 10 no utilizan anticonceptivos”; en atención
a tales representaciones en Venezuela como parte de las políticas de Salud
Pública Nacional, el Ministerio de Salud y Desarrollo Social, promueve la
atención integral de la mujer en la etapa del embrazo a través del Programa
Nacional de Salud Sexual y Reproductiva (2004), el cual entre sus
componentes se encuentra la Atención Prenatal, donde se incluye a las
adolescente embarazadas, que comprende:

...un conjunto de acciones orientadas a lograr que el embarazo


transcurra con vigilancia y asistencia por parte del equipo de salud,
según el riesgo identificado, a fin de preservar la salud de la mujer
durante su gestación ubicándola en el nivel de atención que le
corresponda, para que el parto ocurra sin complicaciones y termine
felizmente con un recién nacido vivo, normal y a término. (Pág. 7)

En lo concerniente a la adolescente embarazada, su atención está


garantizada por la Ley Orgánica de Protección al Niño y al Adolescente
(LOPNA 2000) la cual en el artículo 44, referido a la protección de la
maternidad, señala que:
El Estado debe proteger la maternidad. A tal efecto debe garantizar a
todas las mujeres servicios y programas de atención, gratuitos y de la
más alta calidad, durante el embarazo, el parto y la fase postnatal.
Adicionalmente, debe asegurar programas de atención dirigidos
específicamente a la orientación y protección del vínculo materno-filial
de todas las niñas y adolescentes embarazadas o madres. (Pág. 37)

Así mismo en el artículo 50, la LOPNA al referirse a la salud


reproductiva, señala que: “Todos los niños y adolescentes tienen
derecho a ser informados y educados, de acuerdo a su desarrollo, en
salud sexual y reproductiva para una conducta sexual y una maternidad
y paternidad responsable, sana, voluntaria y sin riesgos.” (Pág. 38)

En efecto a través de la atención prenatal se realizan actividades


de educación para la salud, centradas en el binomio madre-hijo con el
propósito de motivar e instruir a la gestante en el desarrollo de una
cultura sanitaria positiva y saludable, que le permita ampliar los
aspectos cognitivos preceptúales en la adopción de conductas y hábitos
de autocuidado que garanticen el desarrollo de un embarazo saludable
y el nacimiento de un niño sano.

En Venezuela la fuerte incidencia del embarazo adolescente es


producto de múltiples factores, entre los que destacan las condiciones
de pobreza, el bajo nivel educativo, la falta de acceso a oportunidades
de ascenso social, la escasez de insumos, que se proveen muy
irregularmente desde 2015; además de la poca información y la casi
inexistente política de educación integral sobre sexualidad.

Aunado a esto, la situación humanitaria en Venezuela se deteriora cada


día más. La decadencia de los servicios públicos y hospitalarios es más
notoria y no muestra indicios de mejorar en un mediano plazo. En cuanto a
derechos y salud sexual y reproductiva, el país está en una considerable
gravedad y en retroceso debido a la ausencia de políticas públicas.
Recientemente, Amnistía Internacional (AI) publicó un informe sobre la
situación humanitaria en el país. En el texto, reseñó brevemente que en
Venezuela el acceso a los métodos anticonceptivos es extremadamente
limitado. Por ello, los embarazos de adolescentes aumentaron 65% desde
2015 hasta 2019, lo que afecta gravemente el derecho a la educación de
las niñas y las adolescentes.

Un informe de Estado de la Población Mundial publicado por el Unfpa en


2019, revela que la tasa de embarazos adolescentes en Venezuela se
ubica en 95 nacimientos por cada 1.000 adolescentes que tienen entre 15
y 19 años de edad.

Aun con datos desactualizados, Venezuela sigue estando entre uno de


los países donde el embarazo entre adolescentes presenta niveles
elevados: para 2019 se ubica como el tercer país con mayor tasa de
fecundidad adolescente solo detrás de Ecuador (111) y Honduras (103), y
muy por encima del promedio regional (62) (Unfpa, 2019)”, específica el
informe de Avesa.

En 2019 Avesa publicó el informe Mujeres al Límite en el que algunos


estudios que realizaron a cuatro instituciones hospitalarias en Venezuela.
Se pudo evidenciar que 27% de las mujeres embarazadas eran
adolescentes.

Un embarazo no planificado, no solo es un problema médico, sino que


representa un problema de tipo social, económico y educativo porque
dificulta el proyecto de vida de las personas involucradas, creando
trastornos en el entorno familiar y social. Y esta problemática se soluciona
atacando la causa y no la consecuencia. Al respecto, el doctor Carrizo, J.
(2005:10), señala que uno de los problemas de salud pública a nivel
nacional, específicamente en el Estado Zulia es el incremento del
embarazo precoz, el cual constituye una problemática social que afecta a
niñas y jóvenes que tienen que abandonar sus estudios y hogares,
limitando así sus proyectos de vida.
2. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA

Por lo anteriormente expuesto, se formula la siguiente pregunta:


¿Cuáles factores conllevan a la fomentación del embarazo precoz como
tendencia en adolescentes de la parroquia Manuel Dagnino del municipio
Maracaibo del estado Zulia?

3. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN
3.1 OBJETIVO GENERAL
 Determinar los factores que influyen en la fomentación del
embarazo precoz como tendencia en adolescentes de la
parroquia Manuel Dagnino en Maracaibo Estado Zulia.

3.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS


 Identificar las características de los factores que intervienen en la
proliferación del embarazo precoz en la parroquia Manuel
Dagnino en el municipio Maracaibo del estado Zulia.
 Describir las formas de trabajo que optimicen la información eficaz
y oportuna para disminuir la proliferación del embarazo precoz en
la parroquia Manuel Dagnino en el municipio Maracaibo del
estado Zulia.
 Establecer el impacto que tiene la problemática sexual que
actualmente se presenta en los adolescentes con respecto al
embarazo precoz en la parroquia Manuel Dagnino en el municipio
Maracaibo del estado Zulia.
 Establecer una propuesta efectiva conducente a diseñar un
programa de educación sexual asertiva basado en la metodología
curricular de competencias y contenidos programáticos dirigida a
ofrecer aportes en el control y disminución del embarazo precoz
en la parroquia Manuel Dagnino en el municipio Maracaibo del
estado Zulia.
4. JUSTIFICACION

En la etapa juvenil la sexualidad adquiere una importancia central en el


desarrollo biológico, psíquico y emocional, siendo determinantes las
primeras prácticas sexuales en las conductas que se asumirán en las
etapas posteriores de la vida. Dada la complejidad del tema, constituye una
fuente importante de investigación que puede permitir capturar y
comprender la sexualidad juvenil y entregar elementos en las
transformaciones que se presentan en nuestra sociedad sobre estos temas.
El sentido común permite observar que la excesiva permisibilidad,
promiscuidad y descuido, imperantes en este aspecto, lleva a los jóvenes
a asumir conductas de riesgo que conducen a las enfermedades de
transmisión sexual (ETS), siendo el SIDA la más catastrófica de ellas. Es
un dato relevante que “la principal vía de transmisión (del SIDA) sigue
siendo a través de 17 relaciones sexuales no protegidas” (95% de los casos
notificados), (Fuentes, M.E.;Lobos.R . 1993,p.67).
Si bien en los colegios se realizan programas de educación sexual,
parece que ellos llegan tardíamente no logrando las expectativas previstas.
La información disponible señala que antes de cumplir los 13 años es
necesario proveer a los preadolescentes de competencias en el plano de
la educación sexual, ya que la edad promedio de quienes han tenido
prácticas previas se sitúa en 16,7 años. Sin embargo, el 14,6% se inició
antes de los 15 años. (VI Encuesta Nacional de Juventud.2010, p. 261)
Desde la mirada de la reproducción, los datos disponibles señalan que
antes de cumplir los 20 años el 60,5% de mujeres ha tenido un embarazo
no planificado, dentro de esta cifra, el 3,7% tiene entre 12 y 14 años (VI
Encuesta Nacional de Juventud. 2010, p. 275). A pesar de las serias
repercusiones a nivel individual y social que provoca el embarazo
adolescente, existe escasa investigación sistemática sobre el efecto del
embarazo precoz en la deserción escolar. Sin embargo, se ha encontrado
que en el año 2000 la deserción escolar en la enseñanza básica y media
fue de 11,3%, correspondiendo de este porcentaje, 9,9 a la enseñanza
media con 106.000 adolescentes entre 14 y 17 años y 1,4 a la enseñanza
básica.
Es decir, la deserción se produce precisamente al inicio de la etapa
adolescente y está cruzada por el efecto embarazo, así lo revelan los
resultados de la encuesta CASEN (2000), que muestran las diferencias
entre hombres y mujeres con relación a las razones para no asistir a un
establecimiento educacional; en los hombres la causa principal es la difícil
situación económica (23,6%), en cambio en las mujeres, es la maternidad
o embarazo (28,7%). (Molina et al., 2004, p. 12).
Ciertamente que se hace evidente la dimensión de género en estos
resultados; la cultura machista que caracteriza a la sociedad, hace que la
responsabilidad de procrear en tan precarias condiciones, recaiga sobre las
niñas, son ellas quienes abandonan sus estudios y se hacen cargo del hijo
(a), en tanto que los muchachos continúan con su proyecto de vida.
Las reacciones de los padres y madres ante el embarazo de una niña
que hace evidente ya su inicio en la vida sexual, son en general poco
positivas para enfrentar la situación. Cuando la niña o el joven inician su
vida sexual, sería el mejor momento para conversar sobre todo lo relativo
a la sexualidad, pero ahí ya están las barreras que impiden generar las
confianzas necesarias para conversar.
Los adultos piensan que los adolescentes no deben tener relaciones
sexuales y con eso, se cierra la puerta a hablar de esos temas. No hay
realismo para enfrentar las situaciones que se producen de todas formas,
al margen de los deseos y voluntades. (Aravena, A. y Fritz, H. 2011, p. 234).
Si la familia (padres, fundamentalmente) no están en condiciones de
proporcionar la debida formación en sexualidad a los jóvenes, se espera
que lo haga el colegio.
Sin embargo, las jóvenes presentan reparos importantes a la hora de
hablar de la sexualidad durante la impartición de los programas educativos
que se refieren a la educación sexual. Señalan como elemento clave, la
edad de quien imparte el programa, puesto que, empatizan más con alguien
cercano a ellos en 19 edad y en este aspecto.
En este sentido, la educación sobre sexualidad asertiva, como cualquier
tipo de educación sobre la salud, debe dar a los alumnos un sentimiento
positivo de control sobre su vida. Para ello, es fundamental crear un
Programa de prevención que enriquezca y refuerce la educación sexual en
los estudiantes del nivel superior creando un ambiente en el que puedan
expresarse y participar sin ningún problema, en un ambiente de
comunicación abierta y franca.

5. DELIMITACIÓN DEL PROBLEMA

El estudio se llevará a cabo específicamente en la Parroquia Manuel


Dagnino, Municipio Maracaibo, Estado Zulia.

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