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Licenciatura en seguridad pública

Alumna:

Yolanda Rangel Pompa

ES1822033099

Yoyisran5970@nube.unadmexico.mx

Profesor:

Walter Raúl de Jesús Martínez Hernández

Materia:

Sociología

Evidencia de aprendizaje

“Anteproyecto: La sociología y la seguridad pública”

20 de febrero de 2020
Los embarazos en la adolescencia, México 2015

La adolescencia es en esencia una época que tiene lugar después de la niñez y


que se extiende hasta la edad adulta. Este período es fundamental y se extiende
desde los 10 hasta los 19 años. Esta etapa trae consigo intensos cambios físicos y
emocionales, transformando al niño en un adulto. Es en este periodo cuando se
define la personalidad, se construye la independencia, se rompe con la seguridad
de lo infantil, sin embargo, el adolescente aún requiere del apoyo de la familia, de
la escuela y de la sociedad. La mayoría de los modelos de conducta, hábitos,
conocimientos y actitudes frente a la vida se determinan o se refuerzan en este
espacio de tiempo. (Alarcón, Coello, Cabrera & Monier, 2009)

Esta etapa se caracteriza por los diversos cambios en nuestro ámbito psicosocial y
en todos los aspectos que resulta de la estructuración de nuevas funciones, las
que incluyen el nivel de autoconciencia, las relaciones con las personas y la
interacción social, derivándose también trastornos psicosociales asociados como:
homosexualidad, trastornos de personalidad o el embarazo en la adolescencia,
siendo este último, el tema que veremos a continuación.

El embarazo en la adolescencia se ha establecido como un suceso de interés


público. Dicho interés se genera por las posibles implicaciones psicológicas,
sociales, económicas o de salud; que afectarían a la adolescente y al bebé que
nacerá, con un costo personal, familiar y social alto. De acuerdo con
investigaciones que lleva a cabo la organización México Evalúa, este suceso se
asocia con la desigualdad y vulnerabilidad social, la precaria situación
socioeconómica, las condiciones de vida y una insuficiente educación sexual.

Es también un problema de salud pública no sólo por disminuir las posibilidades


de desarrollo de la gestante y aumentar el riesgo de pobreza sino también por
constituir un elevado riesgo para su salud física y psicológica.
El problema que se presenta para las embarazadas adolescentes; es que están
transitando por el difícil camino de transformarse en una mujer adulta y aunada a
la posible crisis de la adolescencia desencadenada por los cambios biológicos,
psicológicos, sociales e interpersonales. A esto se le suma la crisis del embarazo
que es una crisis secundaria provocada por la presencia de una vida en el vientre,
que compromete a estas jóvenes con una responsabilidad y madurez para las que
no se han desarrollado totalmente.

Este proyecto tiene como propósito tratar de determinar cuáles son los factores
que motivan a las mujeres a embarazarse a edad temprana, la importancia de que
conozcan las consecuencias de esta acción y encontrar posibles respuestas con la
finalidad de evitar en la medida posible este problema. Pretende también la
difusión del mismo, con la intención de concientizar a las jóvenes, animándolas a
que tomen la decisión correcta, evitando así que su vida se complique con
preocupaciones que se pueden evitar.

La Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes en el artículo 13


refiere a los derechos con los que todo niño, niña y adolescente cuenta. Se
mencionan 20 derechos de los cuales en el noveno de estos hace mención a lo
siguiente:

Niñas, niños y adolescentes tienen derecho a disfrutar del más alto nivel posible
de salud, así como a recibir la prestación de servicios de atención médica gratuita
y de calidad de conformidad con la legislación aplicable, con el fin de prevenir,
proteger y restaurar su salud. Las autoridades federales, de las entidades
federativas, municipales y de las demarcaciones territoriales de la Ciudad de
México, en el ámbito de sus respectivas competencias, en relación con los
derechos de niñas, niño y adolescente, que entre otros apartados, menciona lo
siguiente:
I. Reducir la morbilidad y mortalidad;

IV. Adoptar medidas tendentes a la eliminación las prácticas culturales, usos y


costumbres que sean perjudiciales para la salud de niñas, niños y adolescentes;

V. Desarrollar la atención sanitaria preventiva, la orientación a quienes ejerzan la


patria potestad, tutela o guarda y custodia de niñas, niños y adolescentes, y la
educación y servicios en materia de salud sexual y reproductiva;

VI. Establecer las medidas tendentes a prevenir embarazos de las niñas y las
adolescentes;

XI. Proporcionar asesoría y orientación sobre salud sexual y reproductiva;

Considerando que el embarazo en adolescentes es un problema que ocasiona un


elevado riesgo para su salud física y psicológica de la menor, es necesario tener
siempre presentes sus derechos.

Un poco de historia.

“La cultura azteca del México prehispánico determinó que para contraer nupcias
era necesario que los hombres tuvieran entre 20 y 22 años y la mujer de 15 a 18;
esta costumbre permanece en algunas culturas indígenas, un ejemplo de ellos es
el caso de los Zoques en el Estado de Chiapas, y de manera específica en un
grupo al que se le llama los “Costumbreros”, quienes establecen que la edad para
casarse de los hombres va de los 14 a los 16 años y en las mujeres de los 13 a los
15, a consecuencia de esta tradición, las jóvenes inician su vida reproductiva a
edad temprana”. (Sagaón, 1980, p. 104)

En décadas anteriores, la educación sexual que se les otorgaba a los jóvenes


estaba reducida al entorno familiar y esta la mayoría de las veces utilizaba el
método del silencio o la represión para no dar información sobre el tema a sus
hijos o hijas. Conforme transcurre el tiempo y en respuesta a las demandadas de
la sociedad, se inicia la difusión de forma colectiva, que se extiende con rapidez a
las instituciones educativas y a las comunidades, quedando también esta
responsabilidad a cargo de los sectores gubernamentales. (Mora & Hernández,
2015)

En el año 2015 el total de la población ascendía a los 119, 938, 473 de los cuales
el total de mujeres abarcaba el 51.4% (61, 648, 375), y considerando que las
mediciones determinan que al edad reproductiva de la mujer va de los 15 a los 49
años dividiéndose en 7 grupos, quedando el primer grupo de los 15 a los 19 años.

Conforme a datos presentados por el Inegi, en el año 2015, nacieron un total de 2,


353,596 niños de los cuales el 18.2% (428,354 niños) son de madres
adolescentes menores de 20 años.

Tomando en cuenta que la edad reproductiva se contempla de los 15 a los 49


años, estas cifras son alarmantes y merece que se le preste la debida atención,
por el impacto que tiene en los diferentes ámbitos de nuestra sociedad, pues
aunque conforme ha transcurrido el tiempo, esta fenómeno ha ido disminuyendo
respecto a años anteriores, no se puede considerar que se ha erradicado el
problema.

El impacto de los embarazos en adolescentes comienza con los riesgos para la


salud de la madre y su hijo, riesgos que aumentan a medida que la edad de la
embarazada es menor y especialmente cuando, debido a las condiciones sociales
y económicas su salud no es la ideal, factor determinante en el desarrollo
psicosocial materno posterior.

Se considera que los jóvenes con baja escolaridad, menores expectativas


académicas y laborales, y con menor autoestima y asertividad tienden a iniciar su
vida sexual a edad más temprana, a utilizar menos los métodos anticonceptivos.
En el caso de las jóvenes, a quedar embarazadas y en su defecto tener que
recurrir al aborto. Es este uno de los motivos por lo que es imprescindible tomar en
cuenta el contexto cultural y las características especiales de la familia para
entender de forma preventiva la situación de la adolescente con riesgo de
embarazo.

Cuanto más joven sea la adolescente cuando nace el primer hijo, mayor será la
probabilidad del número de hijos posteriores, por lo que las consecuencias
socioeconómicas serán más drásticas. A nivel psicosocial existen también
consecuencias negativas, esto se debe a que las alternativas de vida se reducen y
esto la mayoría de las veces propicia insatisfacción personal. Cuando la joven se
une a su pareja a raíz del embarazo, existe mayor riesgo de problemas maritales y
de divorcios que en parejas más maduras.

En términos generales, se considera al embarazo en adolescentes como un


problema de gran impacto social, para el que se requieren acciones
intersectoriales, esto se debe a que pese a los avances en salud reproductiva y
sexual de los adolescentes, a la fecha, todo ese esfuerzo no ha sido suficiente.

Pero ¿cuáles son los motivos por los que las jóvenes se embarazan?

Son muchas las causas que se relacionan, pues aunque se presenta en todas las
clases sociales, datos que nos presenta la Organización Mundial de la Salud, se
registra con mayor frecuencia en jóvenes que pertenecen a niveles
socioeconómicos bajos; un inicio temprano de su vida sexual; puede que también
influyan los medios de comunicación; la falta de afecto, comunicación y las
relaciones problemáticas en una familia tomando en cuenta que cuando carecen
los jóvenes de atención ya sea porque los padres se divorcian o en el caso de que
ambos decidan trabajar, descuidan a sus hijos y estos crecen carentes de valores
que guíen sus conductas. No existe la información adecuada sobre el
comportamiento sexual responsable, siendo responsabilidad de otorgarla en el
hogar, en la escuela y en nuestra comunidad. El buscar una identidad que les
permita afirmarse como hombre o mujer, considerando que la maternidad se las
puede otorgar.  Para muchas culturas y sobre todo en países subdesarrollados, La
maternidad se sigue presentando como el único modo en que la mujer puede
alcanzar un lugar en la sociedad. (Vida alterna, s.f.)

Es necesario que el embarazo adolescente se ubique y comprenda dentro de los


procesos de cambio social y cultural que acontecen día a día. En lugar de pensar
en las necesidades de los jóvenes en temas de salud sexual y reproductiva, es
necesario que nos adentremos más a sus vidas, a sus creencias, posturas y
valores; a la relación que tienen con sus padres, sus amigos y parejas, todo esto
con el propósito de evaluar más acertadamente sus necesidades y a partir de las
respuestas a sus inquietudes, determinar las medidas necesarias con la finalidad
de mejorar su vida sexual y reproductiva. (Stern, 2004)

Parece que encontrar una solución a este conflicto es una labor titánica, pero si
tomamos en cuenta que son nuestros jóvenes los que están en riesgo creo que
todos los esfuerzos valen la pena. Como padres de familia, la comunicación es el
primer paso que podemos dar para luchar contra este fenómeno, posteriormente
sigue la labor de nuestras autoridades mismas que tienen la obligación de otorgar
oportunidades educativas y de trabajo, también es necesario hacer difusión sobre
los temas de sexualidad, embarazo no deseado y métodos anticonceptivos. Y
como jóvenes y tomando en cuenta que es su vida la que se transforma, su deber
consiste en iniciar su vida sexual, con plena conciencia y responsabilidad.
Trabajos consultados.

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11, 2020, de El Universal Sitio web:
https://www.eluniversal.com.mx/articulo/nacion/sociedad/2016/03/15/ven-
problema-social-en-embarazo-adolescente

Mora, A. & Hernández M. (2015). Embarazo en la adolescencia: cómo ocurre en


la sociedad actual. Febrero 11, 2020, de ScienceDirect Sitio web:
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0187533715000175

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desde un enfoque de género, 2005-2014. . Febrero 11, 2020, de Gobierno de la
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%20Estudio%20de%20Embarazo%20de%20Adolescente.pdf

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adolescente-embarazada
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