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Manuel Dejesus Ramírez Candia

CAPITULO 1

HERMENEUTICA JURIDICA

I.- Concepto

La hermenéutica jurídica es el conjunto de reglas y criterios elaborado por las ciencias


jurídicas que tiene por objeto la interpretación, integración y solución de las antinomias
normativas, que pueden presentarse en el momento de la aplicación de las normas al caso
concreto.

La expresión “Hermenéutica” que se utiliza en el lenguaje jurídico para referir al conjunto de


reglas técnica para la resolución de tres conflictos que se pueden generar en la aplicación de
la norma a un caso concreto proviene de “Hermes” que era en la mitología griega el Dios del
correcto pensamiento.

Es por ello que se puede afirmar que las reglas hermenéuticas son las que permiten resolver
correctamente los tres problemas que se pueden presentar al momento de aplicar la norma
jurídica al caso concreto.

II.- Los problemas hermenéuticos

1. Concepto

Los problemas hermenéuticos que pueden presentarse en ocasión de la aplicación de las


normas jurídicas, son las siguientes:

1. La existencia de normas de contenido dudoso, debido a problemas como la ambigüedad,


vaguedad y otros, que presenta el lenguaje normativo, que se solucionan con las técnicas
de la interpretación normativa.

Esta afirmación no implica desconocer la existencia de posiciones que sostienen que en


toda aplicación de la norma jurídica se debe efectuar la tarea interpretativa sean claras u
obscuras las normas a ser aplicadas.

2. La ausencia de la norma aplicable al caso concreto, situación fáctica que se soluciona con
las técnicas de la integración normativa.

3. La existencia de dos normas aplicables a un caso, pero que son contradictorias, situación
que se resuelve con las reglas de solución de antinomias.

En la literatura jurídica los problemas hermenéuticos indicados, se analizan en el capítulo


de “Interpretación” en las diferentes disciplinas jurídicas, situación que se justifica con el
criterio de que para verificar la existencia de vacío normativo o contradicciones se deben
realizar previamente la tarea interpretativa.

Pero esta situación no implica que todos los problemas se solucionan con los argumentos
interpretativos, pues la interpretación se realiza solo en los supuestos de dudas normativas
y no en los otros casos.

En efecto, el problema de la duda normativa se soluciona con argumentos o métodos


interpretativos; la ausencia o vacío normativo con las técnicas de integración o creación de
normas inexpresas y la antinomia con criterios elaborados por la ciencia jurídica.
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CAPITULO 2

INTERPRETACION

1.- Objeto

Como afirma el autor italiano Ricardo Guastini, la interpretación puede tener varios objetos
que habrá de determinar la forma y el producto o resultado de la actividad interpretativa.
Así, la actividad interpretativa puede tener como objeto:

1.1.- Conducta humana. El autor referido señala al respecto que “Cuando se habla de
interpretar un acto o conducta humana, interpretar a veces significa elaborar suposiciones en
torno a los objetivos, a las razones o intenciones del sujeto agente; otras veces significa
adscribir sentido o algún valor a la acción considerada”1.

En definitiva, interpretar un hecho significa incluir ese hecho dentro de una determinada
clase de hechos, generalmente para subsumirlo dentro de una norma jurídica, tal como se
realiza dentro de una decisión penal

1.2.- Hechos históricos. Al respecto Guastini sostiene que “Cuando se habla de


interpretar un acontecimiento histórico o social, comúnmente, “interpretar” significa conjeturar
una relación de causa – efecto entre un cierto hecho (o conjunto de hechos) condicionante y
un hecho (o conjunto de hechos) condicionado”2.

1.3.- Textos legales. El autor Ricardo Guastini señala que “Cuando se habla de interpretar
un texto, significa atribuir sentido o significado a un determinado fragmento del lenguaje
(vocablos, locuciones, enunciados)”3.

2.- Concepto.

El autor Ricardo Guastini, sostiene que la “interpretación jurídica” se utiliza en dos


sentidos: restringido y amplio.

1.- Concepto restringido de interpretación

Es cuando la tarea interpretativa se realiza con la finalidad de atribuir significado a


expresiones normativas que generan dudas o incertidumbres respecto al significado de las
expresiones normativas, su contenido o campo de aplicación.

En el sentido señalado, el autor italiano expresa: “En sentido estricto, “interpretación” se


emplea para referirse a la atribución de significado a una formulación normativa en presencia
de dudas o controversias en torno a su campo de aplicación: un texto, se dice, requiere
interpretación (sólo) cuando su significado es oscuro o discutible, cuando se duda sobre si es
aplicable o no a un determinado supuesto de hecho”4.

2.- Concepto amplio de interpretación

El autor referido expresa que “En un sentido amplio, “interpretación” se emplea para
referirse a cualquier atribución de significado a una formulación normativa,
independientemente de dudas o controversias. Según este modo de utilizar el término en
examen, cualquier texto, en cualquier situación, requiere interpretación,

Cualquier decisión en torno al significado de texto, no importa si es “claro” u “oscuro”


constituye interpretación. Atribuir a un texto un significado obvio o no controvertido, o bien

1
GUASTINI, RICARDO. Estudios sobre la Interpretación Jurídica, Editorial Porrúa, UNAN, México, págs., 1-2, 2006
2
GUASTINI, RICARDO. Ibidem, pág. 2
3
GUASTINI, RICARDO. Ibidem, pág. 2
4
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit., págs.. 3-4
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resolver una controversia “fácil” puede no requerir argumentación. Sin embargo, un significado
obvio y cualquier significado es el resultado de una variable dependiente de la interpretación”.5

Por otra parte, un concepto descriptivo de la interpretación consiste en una tarea intelectual
para determinar el significado y alcance de la norma interpretada para su aplicación a un caso
concreto.

1.- Es una tarea intelectual. La interpretación es una tarea intelectual con el objetivo de
determinar el significado y alcance de la norma interpretada para su aplicación al caso
concreto.

2.- Es con el objeto de determinar el sentido y alcance de la norma interpretada. La tarea


técnica efectuada por el intérprete tiene el objetivo de determinar o atribuir a la norma legal su
sentido y alcance.

El objetivo de atribuir el sentido o alcance de la norma surge cuando la norma tiene algunos de
los problemas interpretativos que se generan a partir de ambigüedades, vaguedades de
diferentes tipos que pueden contener la norma interpretada.

Esta afirmación no significa desconocer la existencia de posiciones doctrinarias que sostienen


que para aplicar la norma sea obscura o clara siempre se debe interpretar. En este sentido, el
autor brasileño Luciano Amaro expresa “Después de la realización de ese trabajo técnico
(interpretación) es que se concluirá por la aplicación o no de la ley al hecho generador. En el
sentido señalado, todas las leyes precisan ser interpretadas, independientemente de que su
texto presenta eventual oscuridad; esta superado el brocardo in claris cessat interpretatio.”

3.- Con la finalidad de aplicar la norma jurídica a un caso concreto. La tarea de


desentrañar la duda normativa que se presenta es para su aplicación al caso concreto que se
presenta al aplicador de la norma.

3.- Teorías de la Interpretación

El autor Ricardo Guastini sostiene la existencia de tres teorías sobre la interpretación jurídica,
entendiendo sobre la expresión teoría como la explicación o el discurso sobre lo que es la
interpretación. Las principales teorías son las siguientes:

Teoría cognitiva de la interpretación

El autor Ricardo Guastini expresa que “La teoría cognitiva, - o más comúnmente
“formalística”- de la interpretación sostiene que la interpretación es una actividad de tipo
cognitivo; interpretar es verificar (empíricamente) el significado objetivo de los textos
normativos o la intención subjetiva de sus autores (típicamente la autoridad, legislativa). Esto
equivale a decir que los enunciados de los intérpretes (el texto T significa S) son significado
del discurso descriptivo, o sea, enunciados de lo que pueda la veracidad o falsedad.”6

El autor referido señala que esta teoría se funda en el supuesto de que las palabras de un
texto legal tienen un significado “propio”, intrínseca dependiente no del uso de las palabras
mismas sino de la relación natural entre la palabra y la realidad.

También, esta teoría parte de la creencia de que la autoridad que dicta el texto legal tiene una
voluntad univoca y reconocible como los individuos.

Conforme con esta teoría, la interpretación tiene por objetivo, simplemente, descubrir el
significado objetivo de las palabras del texto legal o la voluntad subjetiva del legislador.

Teoría Escéptica de la interpretación

Según Ricardo Guastini, “La teoría escéptica de la interpretación sostiene que la


interpretación es una actividad no de conocimiento, sino de valoración y de decisión. Esta

5
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit., pág. 5
6
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit., pág. 11
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teoría se funda sobre la opinión de que no existe algo así como el significado “propio” de las
palabras, ya que toda palabra puede tener el significado que le ha incorporado el emitente, o
el que le ha incorporado el que la usa, y la coincidencia entre uno y otro no está garantizada”.7

En oposición a la teoría cognitiva, esta teoría sostiene que todo texto puede ser entendido en
una pluralidad de modo diversos, y las diversas interpretaciones dependen de las distintas
posturas valorativas de los intérpretes

Por otra parte, sostiene que en los Estados modernos no existen legisladores individuales
cuya voluntad pueda averiguarse con métodos empíricos y, por el otro lado, no existe algo así
como la “voluntad colectiva” de los órganos colegiado.

De acuerdo con esta teoría el enunciado (T significa S) no son verdaderos ni falsos porque no
describen el uso de un término o una expresión sino que proponen atribuir al termino o
expresión un significado.

En la teoría escéptica de la interpretación interpretar es un acto de atribución de significado a


un texto legal y no un acto de conocimiento o de descubrimiento del significado propio de la
palabra o de la voluntad del legislador.

Teoría intermedia de la interpretación.

Según expresa el autor Ricardo Guastini “La tercera teoría de la interpretación, intermedia
entre las precedentes (si se quiere: una tentativa de conciliación entre las precedentes),
sostiene que la interpretación es a veces una actividad de conocimiento y, a veces, una
actividad de decisión discrecional”8.

A los efectos de justificar la posición de esta teoría se parte del hecho de la irreductible
“textura abierta” de las normas legales por los problemas de vaguedad o ambieguedad. Los
textos son formulados en lenguaje natural por medio de términos clasificatorios generales en
la que pueden resultan, a veces, difícil determinar si un hecho cae o no dentro de su campo de
aplicación.

Sostiene que el significado de un texto normativo puede distinguirse un “núcleo esencial”


luminoso y, en torno suyo, una indefinida “zona de penumbra”.

De esta distinción surge que en los casos de que la norma presenta un campo de aplicación
claro, en tal caso, la interpretación es un acto de conocimiento y en los casos en que
presentan contenido controvertido o difícil, entonces se le atribuye un significado como acto de
decisión de significado.

En consecuencia, conforme con esta teoría cuando se tiene una norma jurídica de
contenido claro la interpretación es un acto de conocimiento o cognitivo y cuando la norma
tiene zona de penumbra en su campo de aplicación, la interpretación es un acto de decisión
discrecional, conforme sostiene la teoría escéptica.

4.- Diversidad de interpretes

La interpretación es una actividad realizada por varios sujetos quienes realizan diferentes tipos
de interpretaciones y con efectos también diferentes.

Interpretación doctrinaria

Es la realizada por los académicos, profesores de derecho en sus monografías, ensayos,


manuales, notas a sentencias.

Es una interpretación realizada necesariamente en abstracto y puede cumplir diferentes fines:

a) Cuando hace una interpretación cognitiva ayuda al conocimiento del derecho.

7
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit., pág. 15
8
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit., pág. 16
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b) Cunado hace una interpretación decisoria realiza una labor de “política de derecho”, es
decir, busca influenciar en los órganos aplicadores del derecho; su interpretación es una
propuesta de sentencia.
c) Cuando la interpretación es creadora pretende contribuir a la creación del derecho.

Interpretación autentica

En la realizada por el órgano emisor de la ley interpretada (Congreso) con la finalidad de


determinar el significado de una ley precedente. Se realiza porque la ley interpretada ha sido
objeto de interpretaciones diversas o contradictorias en los precedentes judiciales.

Es una interpretación decisoria y de efecto jurídico general.

Interpretación judicial

Es realizada por los jueces en ejercicio de la función judicial, es generalmente decisoria y es


una interpretación en concreto y tiene efecto para las partes del conflicto.

5.- Variedad de “juegos interpretativos” o roles

Según el rol que asumen los sujetos quienes realizan la tarea interpretativa, generalmente,
recurren a diferentes teorías de la interpretación.

Así, el juez, quien tiene la obligación justificar sus decisiones a la ley, recurre a la
interpretación cognitiva de determinar el verdadero significado de la norma para su aplicación
al caso.

El abogado, en su tarea de defensa de los intereses de su cliente o defendido, generalmente,


recurre a la teoría escéptica de la interpretación porque no se pregunta sobre el verdadero
sentido de la ley o de la intención del legislador sino sobre como puede manipular la ley a
favor de los intereses del cliente; es decir, valora la norma con la intención de favorecer la
posición de su cliente.

6.- Resultado de la interpretación

1.- Interpretación restrictiva

2.- Interpretación extensiva

CAPITULO 3

PROBLEMAS INTERPRETATIVOS

Los problemas interpretativos surgen a partir de los defectos que presentan las normas
jurídicas que generan dudas o faltas de certeza para su aplicación al caso concreto.

La duda en la formulación normativa se genera en razón de los problemas que presentan los
textos sea por el significado de los términos que utilizan o por la forma de construcción de las
oraciones.

Es decir, los problemas interpretativos, surgen esencialmente de los defectos del lenguaje o la
estructura de la oraciones en que se formulan el texto legal, pero también existen otras fuentes
de equivocidad o generadora de problemas interpretativos, tal como será en su oportunidad.

Conforme con el autor italiano Ricardo Guastini, los problemas interpretativos surgen de la
ambigüedad y vaguedad de las formulaciones normativas.

El autor Ricardo Guastini9, distingue tres modalidades de ambigüedad que son la semántica,
sintáctica y pragmática.
9
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit., págs.. 63-67
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La ambigüedad semántica, según el autor citado, puede depender del significado de los
vocablos y de los sintagmas y en tal sentido, expresa que un predicado es ambiguo siempre
que la pregunta “¿Qué cosa entiende? Admita una pluralidad de respuestas.

La ambigüedad sintáctica no depende del significado de vocablos o sintagmas singulares,


sino de la estructura lógica de los enunciados; en suma, del modo en el que las palabras están
conectadas entre sí.

Es importante señalar, conforme anota Victoria Iturralde, que los elementos que pueden
generar la ambigüedad sintáctica en una formulación normativa son: 1) la utilización de
términos de doble significación como “o” e “y”, 2) los signos de puntuación y 3) las expresiones
modificatorias, tales como “a condición de”, “excepto que”, entre otros.

La ambigüedad pragmática. Un enunciado es pragmáticamente ambiguo cuando puede ser


utilizado para cumplir diferentes actos del lenguaje, y en el contexto no queda claro que acto
lingüístico ha cumplido.

Vaguedad. Según el autor “la vaguedad es, entonces, una propiedad de la referencia de los
predicados. Un predicado es vago siempre que la pregunta ¿A que se refiere? Admita una
respuesta dudosa.

El autor paraguayo Daniel Mendonca, describe los problemas del lenguaje normativo que
genera la vaguedad, tales como: graduación, indeterminación, combinación, anomalía,
alteración y bivalencia, que son explicados conforme con el criterio expuesto por el autor
referido.

Vaguedad. Conforme señala Daniel Mendonca “Una formulación normativa vaga es una
expresión lingüística desprovista de precisión en cuanto a su contenido significativo. Una
formulación normativa puede ser vaga a causa de la imprecisión del significado de algunas de
las palabras que forman para la expresión lingüística”10.

Conforme con el autor citado, la vaguedad puede generarse por los motivos siguientes:

a.- Graduación. Se genera cuando no existe un límite preciso entre la aplicabilidad y la


inaplicabilidad de una palabra. Ejemplo: cuando se usan palabras como frio/calor, rápido/lento,
entre otros.

b.- Combinación. Se plantea porque no existe un conjunto definido de condiciones que


gobierne la aplicación de la palabra. La palabra carece de precisión porque no hay conjunto de
propiedades cada una de las cuales sea necesaria y que conjuntamente sean suficientes para
su aplicación. Ejemplo: fianza excesiva, ambiente sano y equilibrado.

3.- Indeterminación. La indeterminación nace de cierta falta de información acerca de alguna


cuestión relevante relativa al contenido significativo de la formulación interpretada, como la
individualización del sujeto destinatario, la especificación de la ocasión en que debe ejecutarse
la acción regulada, o alguna circunstancia similar.

4.- Anomalía. Ocurre cuando existe violación a las reglas del lenguaje. En caso de anomalía el
intérprete se encontrará con formulaciones carentes de sentido, aunque en ocasiones pueden
parecer gramaticalmente correctas.

5.- Alteración. Ocurre cuando en el proceso de formulación de una norma se agregan


elementos que no han sido introducidos intencionalmente por la autoridad legislativa. Tales
aditamentos indeseados pueden ser distorsiones de sonido o de forma, o errores de
formulación.

6.- Bivalencia. Ocurre cuando una formulación normativa puede ser interpretada en base a los
lenguajes distintos, uno natural y otro técnico o dos técnicos diferentes.

10
MENDONCA, DANIEL. Cómo Hacer Cosas con la Constitución. Una Introducción al Análisis Constitucional, Edición del
Autor, Asunción, pág. 35, 1999
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Ambigüedad. El autor paraguayo Daniel Mendonca señala que “Una formulación normativa
es ambigua cuando, en un contexto dado, es posible asignarle dos o más significados, esto
es, cuando puede ser interpretada de dos o más modos”11.

Según se ha indicado precedentemente, para Ricardo Guastini los problemas interpretativos


surgen de la ambigüedad o vaguedad de los textos.

Otras fuentes de problemas interpretativo o equivocidad

Ricardo Guastini12 identifica otras fuentes de equivocidad de los textos normativos y son las
siguientes:

Interés de los interpretes

Cada sujeto que realizan la tarea interpretativa lo hace conforme con su interés en el conflicto,
es natural que el acusador tenga una interpretación diferente al de la defensa o el demandante
civil en relación con el demandado.

Distintos sentimientos de justicia de los interpretes

Resulta claro que los sentimientos éticos morales de los intérpretes condicionan sus
decisiones interpretativas

Multiplicidad de métodos interpretativos

El método o argumento interpretativo escogido por el intérprete puede conducir a decisiones


interpretativas diferentes, por ejemplo, una interpretación literal puede diferir de una
interpretación finalista o teleológica.

Construcciones dogmáticas

Porque todo interprete se acerca al texto legal provisto de presunciones teóricas que
condicionan su interpretación. Ejemplo, toda ley contraria a la Constitución es nula, tal como
se ha sostenido en el caso “Merbury vs. Madison” de 1803.

CAPITULO 4

METODOS O ARGUMENTOS INTERPRETATIVOS

Introducción

Los métodos o argumentos de la interpretación de las normas jurídicas son las formas en que
se puede justificar la atribución de significado a la norma que genera duda o falta de certeza
en cuanto a su contenido o campo de aplicación.

Argumentar es dar razones en apoyo de una conclusión, en tal sentido expresa Daniel
Mendonca que “Por lo común, la expresión “dar un argumento” significa ofrecer una razón o un
conjunto de razones en apoyo de cierta conclusión. Los argumentos son así, intentos de
apoyar ciertas afirmaciones o decisiones con razones. De este modo, argumentar tiene una
importancia especial porque constituye una manera de informarse acerca de qué afirmaciones
o decisiones son mejores que otras, así como algunas conclusiones pueden apoyarse en
buenas razones, otras tienen un sustento mucho más débil.”13

11
MENDONCA, DANIEL. Op. Cit., pág. 33
12
GUASTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentar. Legales Ediciones, Lima, Perú, pág. 57, 2018
13
MENDONCA, DANIEL. Op. Cit., pág. 42
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El autor referido expresa que “Los llamados “argumentos jurídicos actúan así, precisamente
como pautas interpretativas generales y ocupan el lugar de la premisa, indicando el modo
como debe ser interpretadas ciertas formulaciones normativas”.14

Por su parte, Ricardo Guastini señala al respecto que “En la moderna cultura jurídica
occidental, para los juristas es habitual y para los jueces obligatorio “motivar” sus decisiones
interpretativas; vale decir, aducir (no propiamente “motivos”, a pesar de ser esta la palabra
comúnmente usada, sino) razones. En otras palabras: toda decisión interpretativa – La
disposición D expresa la norma N1 y no la norma N2- por lo general se presenta como
conclusión de un razonamiento.

Los “métodos” o “técnicas” de interpretación no son más que el conjunto de razones que en el
ámbito de determinada cultura, pueden ser adoptadas como sustento de la interpretación
elegida”15

Cabe señalar, que en la literatura referida a la interpretación, además de las expresiones de


“métodos de interpretación”, “argumentos interpretativos”, se utiliza también la expresión
“directivas de interpretación”, esta expresión fue incorporada por el autor polaco Jersy
Wroblewski y es la utilizada por el autor italiano Pierluigi Chiassoni.

El autor italiano citado, señala al respecto que “Las directivas primarias prescriben al juez “en
que modo (éste) debería atribuir significado” a una disposición jurídica, prescribiéndole, en
concreto, que preste atención a los tres “contextos relevantes” a los cuales la disposición es
reconducible, por ejemplo: el “contexto lingüistico”, el “contexto sistemático” y el “contexto
funcional”.

Por consiguiente, conforme con lo señalado por el autor citado, las directivas son los
argumentos o métodos de interpretación para justificar la atribución de significado a una norma
legal.

En la doctrina no existe coincidencia en cuanto a la cantidad de argumentos interpretativos


que se pueden utilizar en apoyo de la determinación de los significados a las normas jurídicas,
pero sí existe una cierta coincidencia – mayoritaria - en relación a la existencia de cuatro
grandes grupos de argumentos interpretativos que reciben las denominaciones de argumentos
o métodos: literal, sistemático, histórico y finalista.

En relación a la cantidad de argumentos interpretativos, a título de ejemplo, se puede


mencionar que el autor paraguayo Daniel Mendonca, enumera 13 argumentos que denomina
tradicionales; el autor argentino Enrique Zuleta Puceiro, establece cinco grupos de argumentos
y cita 27 argumentos interpretativos.

En relación a la metodología de la exposición o explicación de los argumentos, tampoco existe


coincidencia.

Así, el autor argentino Enrique Zuleta Puceiro, clasifica los argumentos interpretativos en cinco
grupos: Argumento literal, histórico, sistemático, finalista y retóricos.

El autor paraguayo Daniel Mendonca no efectúa la clasificación en grupos sino bajo la


denominación de “argumentos tradicionales” expone los 13 argumentos.

El autor italiano Ricardo Guastini, establece la existencia de dos técnicas de interpretación que
son la declarativa o literal y la interpretación correctora y explica los argumentos que se
pueden utilizar en cada una de estas técnicas interpretativas.

14
MENDONCA, DANIEL. Op. Cit., pág. 44
15
GUASTINI, RICARDO. Ensayos Escépticos sobre la Interpretación, Zela, Puno, pág. 195(196, 2018
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Los tres autores citados, no distinguen entre argumentos de interpretación, argumentos de


integración y los argumentos para la solución de antinomias que son los tres problemas
hermenéuticos.

Todos los argumentos que se pueden utilizar, sea para la interpretación, para la integración o
la resolución de antinomias se explican como argumentos interpretativos y esta situación
genera, en la práctica, confusiones en relación a la solución de los problemas hermenéuticos y
puede generar la aplicación errónea de las técnicas de solución de los problemas
hermenéuticos y con incidencia errónea sobre ciertos sectores del derecho.

Los argumentos interpretativos según Ricardo Guastini

El autor italiano establece dos técnicas interpretativas que son la literal o declarativa y la
interpretación correctora y enumera los argumentos que se utilizan en cada una de estas
técnicas de interpretación y posteriormente explica otros argumentos interpretativos que se
pueden utilizar en cualquiera de estas dos técnicas.

Los argumentos interpretativos en la técnica de la interpretación literal o declarativa.

El autor señala que la técnica de la interpretación declarativa o literal es aquella que atribuye
significado a una norma jurídica de conformidad con el significado “propio” de los términos del
texto normativo que se desprende del uso común de las palabras y de las reglas sintácticas y
los argumentos utilizados en esta técnica interpretativa son dos: el argumento del lenguaje
común y el argumento “a contrario”.

Argumento literal

Se recurre a este argumento cuando se determina el sentido o alcance de la norma


interpretada, de acuerdo, al significado de las palabras con que están formuladas el texto
legal.

La atribución de significado con el argumento literal, puede tener tres variantes, tales como:

(1) La atribución de significado de acuerdo con el sentido propio de las palabras o sintagma
que contiene la norma interpretada recurriendo para el efecto a las reglas semánticas y
sintácticas del lenguaje en que esta formulada la norma legal.

(2) La atribución de significado conforme con el sentido común de uso de los términos de la
norma interpretada, es decir, de acuerdo al uso ordinario de las expresiones en una
sociedad determinada.

(3) La atribución de significado conforme al uso técnicos de las expresiones de la norma


interpretada, que puede tener dos variantes: 1) términos técnicos de un sector del
conocimiento, como la contabilidad, medicina, entre otros; 2) términos técnicos jurídicos,
es decir, conforme con el uso de cada sector del ordenamiento jurídico.

Las debilidades del argumento literal del lenguaje propio de la formulación normativas, son
apuntadas por Guastini, en los supuestos siguientes:

1.- Que el significado ordinario de las palabras raramente es univoco y preciso. Toda
expresión de uso común tiene un significado vago y las propias reglas gramaticales son, a
veces, elásticas.

2.- El significado ordinario es a menudo controvertido, por la vaguedad de los términos y la


elasticidad de las reglas gramaticales

3.- Las expresiones del lenguaje común no se puede reconducir a un único tipo, pues existen:
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- Expresiones del lenguaje común que son los que se definen en los diccionarios y estos,
generalmente, ofrecen varias definiciones sobre una misma expresión

- Expresiones pertenecientes al lenguaje ordinario que por definición del legislador adquieren
significado distinto de su uso común

- Expresiones pertenecientes a un lenguaje técnico como los términos utilizados en la química,


ingeniería hidráulica que no siempre son utilizado en el lenguaje ordinario.

Argumento de la intención del legislador

Afirma Guastini que “en general, se aduce – o se hace referencia tácita a – la presunta
intención del legislador para justificar la atribución a un texto normativo de un significado
diverso del literal. (he dicho “en general”: en efecto, es totalmente posible apelar a la voluntad
del legislador como argumento auxiliar a favor de una interpretación meramente literal,
asumiendo que haya una correspondencia perfecta entre lo que dice la ley y su lo que su autor
ha querido decir)”.

El argumento de la intención del legislador puede ser usado en dos modos distintos:

(1) Como argumento autónomo y en sí mismo concluyente, o


(2) Como argumento auxiliar, parte de una estrategia argumentativa más amplia.

1. La intención del legislador como argumento autónomo. Se apela a la intención del


legislador para sostener directamente una conclusión interpretativa: “la disposición D
expresa la norma N, en base a la idea de que aquella, precisamente, era la intención del
legislador.

2. La intención del legislador en tanto argumento auxiliar. En tanto argumento auxiliar, la


voluntad del legislador no vale para sostener positiva y directamente una conclusión
interpretativa, sino para restringir, en sentido negativo, la interpretación literal a favor de
una interpretación distinta. En este supuesto, se argumenta la intención del legislador para
acompañar la interpretación literal.

Argumento a contrario como argumento de interpretación

El argumento “a contrario” tiene dos usos: uno como argumento interpretativo, es decir, para
dar razones sobre el significado de una norma de contenido dudoso y como argumento
productor de norma, es decir, para colmar las lagunas u omisiones normativas.

Se utiliza el argumento “a contrario” cuando en la atribución del significado a la norma se


sostiene que el legislador ha dicho exactamente lo que quería decir y es evidente que lo que
no ha dicho no lo quería decir; si lo quería decir, lo habría dicho. El argumento supone la
perfecta correspondencia entre la intención legislador y el texto normativo.

Ejemplo: En la Constitución paraguaya vigente no existe una norma que establezca que los
Ministros de la Corte Suprema de Justicia tienen un mandato de cinco años y esta situación se
consideró en el Acuerdo y Sentencia Nro. 222 del 5 de mayo de 2000, para sostener la
inexistencia del plazo de mandato de los Ministros, es decir, que son inamovibles desde su
designación.

Una decisión diferente surge del argumento a contrario, pues se puede sostener que el
constituyente no quería que los Ministros tengan la inamovilidad desde su designación pues si
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así quería lo hubieran dicho expresamente con una formulación normativa que exprese: “Los
Ministros de la Corte no tiene límites temporal en su mandato que lo ejercerán hasta la edad
de 75 años.

Es decir, si la intención de los constituyentes fue no limitar el mandato de los Ministros lo


hubieran expresado en la norma constitucional.

Los argumentos interpretativos en la técnica de la interpretación correctora

La interpretación correctora es una técnica opuesta a la interpretación declarativa o literal y


parte de la insuficiencia de la interpretación literal.

La interpretación correctora puede ser extensiva o restrictiva y los argumentos que se utilizan
en esta técnica interpretativa son los siguientes:

Argumento teleológico

Se utiliza el argumento teleológico cuando el intérprete recurre a la finalidad u objetivo del


legislador o de la norma para determinar el significado de la norma interpretada.

Conforme con lo expresado por Ricardo Guastini, se puede distinguir dos variables del
argumento teleológico: 1) cuando se atribuye a la norma dudosa el objetivo del legislador al
redactar la norma y 2) la finalidad objetiva de la norma. La primera variable puede generar
confusión con el argumento de la intención del legislador.

Ejemplo: la norma expresa “prohibido la presencia de perro en el restaurante”, para interpretar


esta disposición a un caso concreto en que se pretende que un oso ingrese al restaurante se
debe indagar si la finalidad de la norma interpretada es: la seguridad en el espacio público o el
rechazo de la presencia de los perros en el lugar.

Argumento Apagógico

El argumento parte de la razonabilidad del legislador, excluyendo que pueda dictar una norma
absurda o de consecuencia absurda.

Es decir, no se puede atribuir a la norma interpretada un contenido o consecuencia práctica


absurda.

Ejemplo: El Art. 248 de la Constitución dispone que Ningún funcionario de otro poder del
Estado podrá intervenir en modo alguno en el proceso judicial”, y la aplicación literal de esta
disposición implica que el Presidente no podrá intervenir en el proceso de nulidad de sus
decreto, que no podrá intervenir en proceso laborales o civiles.

Esta situación que plantea la expresión literal de la norma citada es absurda porque el
Presidente debe intervenir en el proceso contencioso contra sus resoluciones como cuando es
sujeto de las acciones civiles o laborales.

El argumento de la naturaleza de las cosas

El argumento naturalístico apela a la naturaleza de las cosas para desacreditar la


interpretación literal porque ya no responde a la realidad

El autor italiano Pierluigi Chiassoni, en una explicación que resulta más clara, expresa que
“Son, por tanto, argumentos naturalistas todos aquellos esquemas discursivos en los que, por
ejemplo, el intérprete identifica la naturaleza de las cosas, en la naturaleza del mercado, la
naturaleza de las relaciones sindicales, la naturaleza de las relaciones familiares, etc., y
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procede así a atribuir a las palabras de las disposiciones los significado sugeridos por éstos en
los fenómenos de lo que se trata en cada ocasión.”16

La palabra “naturaleza” – en los contextos de la argumentación jurídica- designa el conjunto de


las características esenciales de una cosa (las que hacen de una cosa que sea aquella y no
otra).

El argumento a simili

Según Guastini, “El argumento analógico (o a simili) consiste simplemente en aducir – a favor
de una conclusión, según los casos “interpretativa” o “constructiva” que dos supuestos de
hecho son similares, análogos o también sustancialmente iguales.

El argumento puede ser empleado para sostener dos conclusiones de tipo muy diferentes: una
interpretación extensiva y, respectivamente, la formulación (la construcción) de una norma
inexpresa en presencia de una laguna (por lo general, axiológica)17

Este argumento recibe la denominación común de argumento analógico que, tal como señala
Guastini, puede tener dos usos: 1) como argumento para la interpretación extensiva y 2) como
argumento para llenar vacíos o lagunas legales.

Es decir, este no es un argumento propiamente interpretativo, en su segunda variable, pues no


se dirige a la atribución de significado a la norma sino a llenar un vacío normativo, es decir, a
crear una norma inexistente. Esta segunda variable es de mayor uso en nuestro medio.

El argumento a fortiori

Conforme anota Guastini “El argumento a fortiori presenta semejanza estrecha con el
argumento analógico en su variante constructiva.

El argumento a fortiori también se aduce como sustento la formulación de una norma


inexpresa para colmar una (supuesta) laguna. Esta también se funda en la idea (contrafáctica)
de que el legislador, a pesar de no haber regulado determinado supuesto de hecho, no
obstante lo habría regulado de aquel modo, si lo hubiese tomado en consideración. Este
también presupone una conjetura sobre la ratio legis. El argumento a fortiori se diferencia del
argumento a simili (solo) por el hecho de que no requiere ideas sobre la “semejanza” de los
supuestos de hecho tomados en consideración.18

El autor señala que “el argumento a fortiori puede asumir dos formas diferentes, según sea
adoptado en relación a normas que otorgan posiciones subjetivas ventajosas (por ejemplo:
derecho) o en cambio en relación a normas que imponen posiciones desventajosas (por
ejemplo: deberes).

(a) En uno de los casos, este asume la forma del argumento a fortiori a minus, Por
ejemplo: si se permite aplicar intereses del 20%, entonces -con mayor razón- también
se permite aplicar intereses del 10%.
(b) En otro, este asume la forma del argumento a minori ad maius. Por ejemplo: si en
cierto local está prohibido introducir animales domésticos, entonces – con mayor razón
– también está prohibido introducir en él tigres.19

Es también un argumento productor de normas, por lo que es un argumento para la


integración del orden jurídico.

16
CHIASSONI, PIERLUIGI. Técnicas de Interpretación Jurídica, Marcial Pons, Madrid, pág. 106, 2011
17
GUASTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentar. Legales Ediciones, Lima, pág. 337, 2018
18
GUASTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentar, Legales Ediciones, Lima, pág. 344, 2018
19
GUARTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentar, Legales Ediciones, Lima, pág. 345, 2018
Página 13 de 55

Ejemplo: El argumento utilizado por el autor Evelio Fernández Arévalos, para llenar la omisión
constitucional sobre la inmunidad del Presidente de la República, que se sintetiza en el
argumento “Si los ministros del poder ejecutivo tienen inmunidad, con mayor razón, el
Presidente de la República, superior jerárquico, debe tener”.

El argumento de la disociación

Señala Guastini al respecto que “El argumento de la disociación consiste simplemente en


aducir – a favor de una conclusión, según los casos, interpretativa o constructiva- que dos
supuestos de hecho son “sustancialmente” diferentes.

El argumento puede ser empleado para sostener dos decisiones de diverso tipo: por una
parte, una interpretación restrictiva; por la otra, la “construcción” de una excepción inexpresa,
cuyo resultado es la excepción de una norma, vale decir, la sustitución de la norma en
cuestión con otra norma diferente (de alcance más restringido).

La interpretación restrictiva es un tipo de interpretación en concreto está referida a la


aplicación a casos concreto de la norma previamente identificada.

La construcción de una excepción inexpresa es más bien una operación interpretativa en


abstracto (si incluimos también esta categoría a la construcción jurídica); vale decir, está
referida no al campo de aplicación de una norma, sino a la identificación (del contenido) de la
misma norma”.20

Este argumento se da cuando el intérprete recurre a la clasificación de las normas o


situaciones para determinar situaciones incluidas y excluidas del campo de aplicación de la
norma interpretada. Esta clasificación de la norma o situaciones no surge de la norma
interpretada sino una elaboración del intérprete.

El argumento sistemático

Guastini señala que la locución “interpretación sistemática” está muy difundida entre los
juristas, aun cuando no parece posible atribuirle un significado preciso. Y es que, en efecto, la
expresión aludida es usada de hecho para referirse a las técnicas interpretativas más variadas
e independientes entre si.

El autor señala que “Grosso modo, se llama interpretación sistemática toda interpretación que
deduzca el significado de una disposición de su colocación en el “sistema” del derecho: unas
veces, en el sistema jurídico en su conjunto, más frecuentemente, en un subsistema del
sistema jurídico total, es decir, en el conjunto de las disposiciones que disciplinan una
determinada materia o una determinada institución.”21

En otros términos, el autor citado, describe este tipo de argumento interpretativo al expresar
que “denominaremos sistemática en sentido estricto a aquella interpretación que previene las
antinomias o las incongruencias axiológicas en el ámbito de un texto normativo individual, ¿de
que modo? Evitando extraer de determinada disposición (supongamos el art. X de
determinada ley) una norma que entraría lógica o axiológicamente en conflicto con otra norma
previa o contextualmente extraída de otra disposición del mismo texto normativo (el art. Y de la
misma ley). En otras palabras, se efectúa interpretación sistemática en sentido estricto toda
vez que, se excluye determinada atribución de significado que, si es admitida, haría a un texto
normativo (la Constitución, una ley, un Código, etc.) totalmente incoherente o incongruente. 22

20
GUASTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentar, Legales Ediciones, Lima, pág. 346, 2018
21
GUASTINI. RICARDO. Op. Cit., págs.. 43-44
22
GUASTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentar, Legales Ediciones, Lima, pág. 366, 2018
Página 14 de 55

El autor citado expresa que este modo de argumentar puede presentar diferentes
modalidades, ente las que se pueden citar, los siguientes:

(1) Combinación de disposiciones:


(2) Argumento sede materiae
(3) Argumento de la constancia terminológica
(4) Argumento de la inconstancia terminológica
(5) La interpretación adecuadora

Combinación de disposiciones.

El tipo más simple de interpretación sistemática probablemente es el que consiste en combinar


entre sí distintos fragmentos de disposiciones, de modo que se extraiga una norma completa.
La norma completa que se obtiene se denomina “combinación de disposiciones”.

Argumento sedes materiae o topográfico

Es cuando el intérprete determina el significado de la norma interpretada por su ubicación


dentro del sistema normativo. También recibe la denominación de argumento topográfico.

Guastini sostiene que “Se usa este argumento toda vez que se aduce que determinada
disposición debe ser entendida en determinado modo (y no en otros) en virtud de su ubicación
en el discurso legislativo.

Por ejemplo: la ubicación del art. 88 Const. Italiana (disolución de las Cámaras) en el título
segundo de la parte segunda de la Constitución, dedicado al Presidente de la República (y no
en el título sucesivo, dedicado al gobierno), puede ser usado como argumento a favor de la
tesis según lo cual el poder de disolución es un poder estrictamente presidencial (y no
gubernativo), de modo que la iniciativa legislativa de la disolución le corresponde al Presidente
(y no al Gobierno).23

Ejemplo: En la doctrina nacional el autor Juan Carlos Mendonca Bonet, sostiene que el
Ministerio Público es un órgano judicial porque se halla ubicada en el capitulo del Poder
Judicial dentro de la Constitución de 1992.

Argumento de la constancia terminológica

Es cuando el intérprete determina el significado de acuerdo al significado que el legislador


siempre atribuye al termino interpretado. Es decir, existe una constancia de que el legislador
siempre utiliza una determinada palabra en su solo sentido.

Al respecto afirma Guastini “Se trata de aquella perspectiva según la cual; el legislador emplea
cada término o sintagma siempre con el mismo significado (por lo menos, dentro de cada
documento normativo); y , recíprocamente, cuando el legislador emplea términos o sintagmas
diferentes, estos no pueden tener un mismo significado (por lo menos, no en el mismo
documento normativo).24

Argumento de la inconstancia terminológica

Guastini afirma que “También es típica de la argumentación sistemática, no obstante, la


presunción opuesta a la precedente; vale decir, aquella perspectiva según la cual toda
expresión del lenguaje legislativo recibe significado del contexto peculiar en que se ubica. De

23
GUASTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentar, Legales Ediciones, Lima, pág. 363-4, 2018
24
GUASTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentar, Legales Ediciones, Lima, pág. 363-4, 2018
Página 15 de 55

manera que no es seguro que una misma expresión conserve el mismo con el cambio de
contexto.

La interpretación – se dice – debe ser realizada en relación al contexto con la consecuencia de


que la misma palabra puede tener que interpretarse diversamente en distintos textos de la ley
en el mismo ordenamiento jurídico. Así, por ejemplo, en una norma la palabra “familia” deberá
ser entendida sólo con relación al cónyuge y a los hijos, en otra comprenderá también a los
padres y hermanos; y en otro contexto inclusive comprenderá también a parientes más
lejanos.

Argumenta así, por ejemplo, quien sostiene que la expresión “gran empresa” asume diferentes
significados en las distintas leyes que están referidos a las grandes empresas (ley de
reconversión y reestructuración industrial, ley de recuperación financiera de las empresas)25

Ejemplo en el caso paraguayo: las diferentes categorías de empresas, que son sujetos
contribuyentes del Impuesto a la Renta Empresarial, en la que se distinguen las empresas en
razón del monto de facturación.

Interpretación Adecuadora

Según Guastini “La interpretación adecuadora – una especie del género interpretación
sistemática entendida en sentido amplio – es aquella interpretación que previene las
antinomias y/o las incongruencias axiológicas entre normas expresas de textos normativos
diferentes y jerárquicamente ordenados, evitando extraer de determinada disposición
(supongamos el art. X de determinada ley) una norma que entraría en conflicto con otra
norma, previamente extraída de una disposición perteneciente a un texto normativo diferente y
jerárquicamente superior (supongamos el art. Y de la Constitución).

En otra palabra, se hace interpretación adecuadora toda vez que se adapta – precisamente se
adecua – el significado de una disposición al significado (previamente establecido) de otras
disposiciones de rango superior.26

El argumento histórico

Es cuando el intérprete se remite a la voluntad del legislador para delimitar el significado de la


norma interpretada. Los datos de la que se puede extraer la voluntad histórica del legislador
originario son, por ejemplo: los trabajos preparatorios que constan en el diario de sesiones, la
ocasio legis que se pueden extraer de la exposición de motivos y en los principios inspiradores
de la política legislativa del legislador histórico.

El argumento histórico tiene dos usos en la interpretación normativa: 1) la que atribuye el


significado de la palabra de acuerdo con la intención del legislador histórico y 2) la que
atribuye el significado de la palabra interpretada de acuerdo con los objetivos que tendría el
legislador actual.

En esta segunda hipótesis, los datos que surgen del diario de sesiones y resultan de utilidad
los objetivos (presuntamente) queridos por el legislador o lo que hubiera querido el legislador
en la actualidad.

25
GUASTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentales, Legales Ediciones, Lima, pág. 365-6, 2018
26
GUASTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentales, Legales Ediciones, Lima, pág. 367-8, 2018
Página 16 de 55

Los argumentos interpretativo según Enrique Zuleta Puceiro27

El autor argentino Enrique Zuleta Puceiro, establece seis grupos de argumentos y dentro de
cada grupo explica cada argumento que pertenecen a dicho grupo o clase de argumento.

Argumentos linguisticos

1.- Argumento del significado literal

Es la determinación del significado de la ley que parte del análisis del significado léxico de las
palabras, de las características gramaticales, de la estructura sintácticas de la formulación
normativa.

2.- Argumento del significado ordinario

Se determina el significado del texto conforme con el uso común, ordinario de las palabras que
se utilizan en la ley.

3.- Argumento del significado técnico

Es cuando se determina el significado de la expresión normativa de acuerdo con su uso en


sectores especifico de una determinada actividad o en los términos precisados por la propia
ley

Argumentos históricos

4.- Argumento psicológico

Es cuando se recurre a la intención del legislador al momento en que emite una ley. Se
argumenta que es la intención subjetiva del legislador al dictar la ley; es un argumento figurado
porque la ley es una intención colectiva, pero es la intención subjetiva de cada uno de los que
votaron a favor de la ley emitida.

5.- argumento histórico

Se determina el significo de la ley conforme con la finalidad originaria de la ley y que se


mantiene a través del tiempo. Generalmente, se lo identifica con el espíritu de la ley.

6.- Argumento del precedente

Se atribuye el significado conforme a la interpretación que ha sido realizada por los órganos
judiciales y que se mantiene como un patrón de interpretación en el futuro, Es una
interpretación consolidada a través del tiempo.

Argumentos sistemáticos

7.- Argumento sistemático

Es la atribución de significado que sea más coherente con el conjunto normativo en la que se
halla insertada la norma interpretada.

8.- Argumento de la armonización contextual

El significo es atribuido en función al contexto normativo amplio al que pertenece la norma


interpretada; es decir, la atribución de significado debe guardar relación con el conjunto

27
ZULETA PUCEIRO, ENRIQUE. Interpretación de la Ley. La Ley Argentina, Buenos Aires, págs.. 49-67, 2003
Página 17 de 55

normativo al que pertenece la norma. Así una norma técnica debe ser interpretada en
vinculación con la actividad técnica que regula.

9.- Argumento topográfico o “sedes materiae”

Se atribuye el significado a la norma en razón de su ubicación en el conjunto normativo o del


objeto regulado. Se lo identifica también con el argumento “a rubrica”, es decir, de acuerdo al
titulo o capitulo en que se halla la norma interpretada.

10.- Argumento de la “plenitud hermética” del ordenamiento jurídico

El significado atribuido a la norma debe compatibilizarse con la idea de la inexistencia de


laguna del ordenamiento jurídico.

El argumento se utiliza en el conflicto que se presenta con la idea de plenitud, es decir, que el
ordenamiento jurídico tiene toda la respuesta y la ausencia de norma. Este argumento debe ir
acompañado de normas expresa o principios. Ej. Lo que no está prohibido está permitido.

11.- Argumento de la coherencia

Es un argumento útil para evitar la antinomia y se parte de la idea de que el sistema normativo
es coherente por lo que se debe atribuir a la norma el significado que sea compatible con el
resto del ordenamiento jurídico.

12.- Argumento analógico

Se atribuye el significado a la norma en razón de su identidad con otra norma existente en el


sistema jurídico. Es una técnica para colmar la ausencia de norma.

13.- argumento lógico conceptual o fogmático

Se atribuye el significado conforme con la construcción científica afirmada a lo largo del


tiempo. Se tiende a confundir con el argumento de autoridad.

14.- Argumento de los principios generales del derecho

Se atribuye el significado a la norma interpretada en cuando guarda coherencia con los


principios generales del derecho o principios propios de un determinado ordenamiento jurídico.

Argumentos teleológicos o evolutivos

15.- Argumento finalista

Es cuando a un precepto legal o el conjunto legal de que forma parte se le atribuye una
finalidad o propósito se le atribuye a la norma interpretada el significado que resulte
compatible con la finalidad o propósito identificado.

Según el autor, se desarrolla en dos modalidades: por un lado, la que remarca en los
“intereses” y por el oro, la de los fines como dimensión esencial del derecho.

Es decir, se efectúa un argumento finalista cuando se atribuye el significado de acuerdo al


interés protegido por la norma interpretada o cuando se atribuye en base a los fines de la
norma interpretada.

16.- Argumento Naturalístico.

Parte del supuesto de una determinada “naturaleza” del hombre y del derecho, por lo que las
leyes constituyen determinaciones de dicha naturaleza, por lo que a la norma interpretada se
le debe atribuir el significado que sea compatible con la naturaleza de las cosas.
Página 18 de 55

17.- Argumento de las razones sustantivas.

Parte del supuesto de que el ordenamiento jurídico contiene un valor o una meta que es
sustancial para dicho ordenamiento, a la norma interpretada se debe atribuir el significado que
su aplicación sea compatible o favorezca dicho valor o meta.

18.- Argumento equitativo

El argumento propone que la atribución al precepto interpretado de un significado que entre


todas las alternativas posibles y culturalmente aceptables, consagre lo “justo concreto”. Es
decir, no un significado inicua o carente de razonabilidad.

19. Argumento pragmático

Sostiene que a la norma interpretada se debe atribuir el significado que haga eficiente a la
norma en el caso concreto. Es decir, en el caso de varias interpretaciones posibles, se debe
atribuir el significado que implique “efecto de utilidad”.

20. Argumento económico

Según el autor, supone dos dimensiones: por una parte se debe atribuir a la norma
interpretada que no existe legislador redundante, con lo cual se indica que no se debe atribuir
significado que ya fue establecida en una norma superior; por otra parte, se propone que la
norma debe ser interpretada de manera que sea compatible entre medio y fin, de manera a
evitar que el significado atribuido sea incompatible con significado ya determinado con
anterioridad.

21. Argumento de autoridad

Sugiere que la norma debe ser interpretada conforme al dignificado ya sugerido por autoridad
reconocida desde el punto de vista doctrinal. Este argumento – según el autor – se sustenta
en tres fuentes: la jurisprudencia, la doctrina y el derecho comparado.

Es decir, cuando se atribuye significado a la norma interpretada en base al criterio de autores


conocido en la materia, en la jurisprudencia de los tribunales o en interpretaciones efectuadas
en el derecho comparado se realiza un argumento de autoridad.

22. Argumento de la opinión dominante

Sugiere que a la norma interpretada se debe atribuir el significado que surge del consenso que
surge de la opinión coincidente de las autoridades en la materia y es por ello que (afirma el
autor) es una variante el argumento de autoridad.

23.- Argumento Transcategórico de la intención del legislador

Sostiene que identificado la intención relevante del legislador en la emisión de la norma


interpretada, se debe atribuir el significado que sea compatible con la intención del legislador.

Argumentos retóricos

24. Argumento a contrario

Explica el autor que dada una norma que predica una calificación cualquiera, a falta de otra norma
expresa, se debe excluir la validez de una norma distinta que predica la misma calificación.
Página 19 de 55

25. Argumento a simili

Es conocida también como argumento a pari o analogico supone que cuando exista una norma
que establezca una calificación y otra que establezca una semejante hay que otorgar validez para
otro objeto o sujeto.

26. Argumento a fortiori

Según el autor, que cuando existe silencio del legislador, se impone la aplicación de un precepto
normativo a una situación no prevista y que tiene mayores razones de ser aplicado que la
concebida expresamente.

27. Argumento apagógico

Es el argumento que se utiliza para descartar la interpretación que conduzca a un absurdo y se


basa en la creencia de la racionalidad del legislador. Se le conoce también como argumento del
legislador racional y en tal sentido, Parelman expresa que “el argumento apagógico o de
reducción al absurdo supone que el legislador es razonable y que no hubiera podido admitir una
interpretación de la ley que conduzca a consecuencias ilógicas o inicuas”.

Los argumentos interpretativos según Daniel Mendonca28

1.- Argumento “a simile”. Dada una formulación normativa con significado controvertido, ella
debe ser interpretada atendiendo a otra formulación normativa ya interpretada, con la cual
guarda semejanza relevante o idéntica “ratio”.

2.- Argumento “a fortiori”. Dada una formulación normativa con significado controvertido, ella
debe ser interpretada atendiendo a otra formulación ya interpretada, cuya “ratio” valga con
mayor razón para aquélla.

3.- Argumento “a contrario”. Dada una formulación normativa con significado controvertido, ella
debe ser interpretada excluyendo de su alcance todo caso distinto del expresamente incluido.

4.- Argumento “a rúbrica”. Dada una formulación normativa con significado controvertido, ella
debe ser interpretada atendiendo a los títulos y a las divisiones legales que incluyen a aquella.

5.- Argumento psicológico. Dada una formulación normativa con significado controvertido, ella
debe ser interpretada atendiendo a la voluntad del legislador, voluntad que se manifiesta n su
exposición de motivos, preámbulos y trabajos preparatorios.

6.- Argumento “sedes materiae”. Dada una formulación normativa con significado
controvertido, ella debe ser interpretada atendiendo al lugar que ocupa en el contexto del que
forma parte.

7.- Argumento “ad Autoritate”. Dada una formulación normativa con significado controvertido,
ella debe ser interpretada atendiendo a la opinión de determinada autoridad intelectual o
jurídica.

8.- Argumento histórico. Dada una formulación normativa con significado controvertido, ella
debe ser interpretada atendiendo a los precedentes existentes, empezando por los inmediatos.

9.- Argumento teleológico. Dada una formulación normativa con significado controvertido, ella
debe ser interpretada atendiendo a su propia finalidad objetiva, suponiendo que fue dictada
como medio adecuado para alcanzarlo.

10.- Argumento económico. Dada una formulación normativa a la que quepa atribuir varios
significados, ella debe ser interpretada prescindiendo de aquél (o de aquello) significado (s)

28
MENDONCA, DANIEL. Op. Cit,. Págs.. 42-50
Página 20 de 55

que suponga(n) una repetición respecto de lo establecido por otra formulación normativa ya
interpretada.

11.- Argumento “a coherentia”. Dada una formulación normativa a la que quepa atribuir varios
significados, ella debe ser interpretada prescindiendo de aquél (o aquellos) significado(s) que
suponga(n) una contradicción respecto de lo establecido por otra formulación normativa ya
interpretada.

12.- Argumento “ad absurdum”. Dada una formulación normativa a la que quepa atribuir varios
significados, ella debe ser interpretada prescindiendo de aquél (o aquellos) significado(s) que
dé(n) lugar a consecuencias absurdas o que contrasten con valoraciones del sentido común.

13.- Argumento pragmático. Dada una formulación normativa a la que quepa atribuir varios
significados, ella debe ser interpretada optando por aquél significado que lo haga más eficaz
para lograr su finalidad, prescindiendo del(de los) significado(s) que la convierta(n) en ineficaz
a ese respecto.

CAPITULO 5

INTEGRACION DE LAGUNAS NORMATIVAS

Introducción

Una idea con mucha difusión entre los juristas es que la laguna implica la ausencia de una
norma aplicable al caso concreto y como el Juez esta obligado a resolver el conflicto, aun en
caso de ausencia de la norma, debe proceder a la integración del orden jurídico.

La tarea de integración normativa implica que el Juez debe proceder a la producción de una
norma inexistente en el ordenamiento jurídico a los efectos de resolver el conflicto planteado.

En la doctrina jurídica existe criterio que sostiene la no existencia de lagunas en el


ordenamiento jurídico, tal como la corriente conocida como la “Escuela Exegética” y otra
posición que sostiene que el derecho contiene una cantidad de omisiones o vacios que el Juez
debe llenar para resolver el conflicto, tal como sostienen la corriente del “Derecho Libre”.

Por otra parte, en la dogmática jurídica se establecen diferentes tipos de lagunas, tales como
la ideológica, axiológica, aparente, real, de derecho, de normas jurídicas entre otros.

Pero lo que interesa al magistrado que debe resolver un conflicto es la ausencia de la norma
que regula el caso que se plantea y es lo que puede llamarse laguna normativa.

El problema de laguna en el orden jurídico

La existencia de laguna jurídica o vacio normativo supone la no existencia de una norma


jurídica aplicable al caso concreto.

Si bien, como afirma Gaustini, la existencia o no de la norma aplicable al caso concreto


depende de la interpretación efectuada por el aplicador del derecho, lo concreto es que existe
laguna cuando el aplicador del derecho no identifica la norma que se puede aplicar al caso
que se somete a su consideración.

En relación a la existencia de laguna dentro del derecho, el autor Daniel Mendonca, expresa
que “Por lo común, se afirma que un cierto caso constituye una laguna de un determinado
sistema cuando ese sistema no imputa efecto jurídico alguno para ese caso”29.

29
MENDONCA, DANIEL. Op. Cit., pág. 64
Página 21 de 55

Por su parte, Ricardo Guastini, afirma que “…se define una “laguna” en uno u otro de los
modos siguientes: a) en un sistema jurídico existe una laguna siempre que un determinado
comportamiento no esté deónticamente calificado de modo alguno por una norma jurídica
perteneciente al sistema, o b) en un sistema jurídico, existe una laguna siempre que para un
determinado supuesto de hecho no esté prevista alguna consecuencia jurídica por una norma
perteneciente al sistema”.30

El autor sostiene que la existencia o no de laguna depende del aplicador del derecho, puede
considerar que un determinado supuesto de hecho cae dentro de una norma determinada o
que no existe la norma aplicable al caso.

La solución de la laguna por medio de la integración

La ausencia de norma aplicable al caso concreto se soluciona por medio de la integración que
implica la producción de la norma ausente para resolver el caso planteado.

Daniel Mendonca afirma que “se denomina “integración” al procedimiento aplicado para
completar un sistema incompleto, eliminando una laguna. El procedimiento consiste en asignar
al caso de laguna una solución determinada, esto es correlacionar C (el caso de laguna) con
una solución S del universo de soluciones US. Los métodos que por excelencia, son
empleados en derecho para integrar los sistemas incompletos se basan en la aplicación de los
argumentos por analogía o a contrario o en la invocación de principios”.31

Tipos de lagunas

En la dogmática jurídica se identifican distintos tipos de lagunas, pero la mayoría de los tipos
identificados tienen un valor académico, siendo relevante para el jurista, lo que se puede
llamar “laguna normativa”, que implica la ausencia de una norma jurídica aplicable a un caso
concreto.

Algunos tipos de lagunas que ofrece la doctrina jurídica son los siguientes:

Laguna ideológica o Axiológica. Según Norberto Bobbio32, existe laguna ideológica cuando
la norma que se debe aplicar al caso en cuestión no es la ideal, no es la correcta. Es decir,
existe la norma aplicable pero no es la solución ideal al caso.

La laguna ideológica, tal como afirma Victoria Iturralde. También recibe la denominación de
laguna axiológica o critica “representa no ya una insuficiencia de lege data del orden
normativo, sino una imperfección del mismo desde lo que podría ser un derecho mejor. Para
precisar el concepto hay que decir que no se trata de cualquier desacuerdo valorativo del
orden jurídico, por el contrario, es consustancial al concepto de laguna axiológica la idea de
que el legislador no ha incluido el supuesto de hecho de una propiedad, bien por no haberla
precisado, bien porque en dicho momento no existía como tal y que, de haberlo hecho, le
hubiera dado una solución diferente”.33

Los autores argentinos Alchourrón y Bulygin sostienen que respecto a este tipo de laguna que
“En el lenguaje de los juristas en general y muy especialmente en el de los jueces, se usa a
menudo la expresión “laguna del derecho” (o laguna de la ley) para designar situaciones en las
cuales, si bien existe una solución – por lo cual esas situaciones no son lagunas normativas -,
la solución existente es axiológicamente inadecuada”.34
30
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit., págs.. 83-84
31
MENDONCA, DANIEL. Op. Cit., págs. 65-66

32
BOBBIO, NORBERTO. Teoría General del Derecho, 2° edición, Temis, Bogotá, pág. 226, 1997
33
ITURRALDE SESMA, VICTORIA. Lenguaje Legal y Sistema Jurídico, Editorial Tecnos, Madrid, pág. 180, 1989
34
ALCHORRÓN, CARLOS EDUARDO – BULYGIN, EUGENIO. Sistemas Normativos. 2° edición, 3° reimpresión, Astrea,
pág. 155-156, 2021
Página 22 de 55

Por consiguiente, existe laguna axiológica o ideológica cuando la aplicación de la norma


existente resulta inadecuada de acuerdo con los valores más relevantes de un determinado
ordenamiento jurídico.

Ejemplo de Alchourrón y Bullygin35

El Art. 218 del Código Penal Alemán que castiga en forma genérica el aborto sin considerar el
aborto por prescripción médica para salvar la vida de la madre.

Se ha presentado el caso de un médico que practico el aborto para salvar la vida de la madre
y el Tribunal resolvió la cuestión por aplicación extensiva del estado de necesidad justificante,
pero los autores argentinos consideran que este es un caso de laguna axiológica porque la
aplicación de la norma existente sería contrario al valor de protección de la vida.

Guastini36 afirma que “Se denomina “laguna axiológica” a la falta de una norma que – según
las preferencias subjetivas eticopolíticas (axiológica, precisamente) del interprete – debería
existir.

Debe ser claro que afirmar la existencia en el ordenamiento de una laguna axiológica no es un
juicio de hecho, sino un juicio de valor: no una descripción del derecho como es, sino una
crítica del derecho existente y/o una prescripción de cómo debería ser.

Fundamentalmente, podemos distinguir dos tipos de lagunas axiológicas:

(1) Ocurre que un supuesto de hecho es regulado por una norma, pero que dicha regulación
parezca al intérprete insatisfactoria, de manera que, a su juicio, falta en el ordenamiento
(no una norma cualquiera, sino) una norma “justa”: la norma que seria exigida por su
sentido de justicia.
(2) Ocurre también que un supuesto de hecho sí esté regulado por una norma, pero que dicha
regulación no sea conforme a lo exigido por otra norma positiva, en especial, por una
norma material o axiológicamente superior. Encontramos ejemplos paradigmáticos de
laguna de este tipo en todos los casos en lo que el intérprete considere violado el principio
de igualdad.

LAGUNA TECNICA

Expresa Guastini que “Se dice que un ordenamiento jurídico presenta una laguna técnica
cuando falta en este una norma cuya existencia sea condición necesaria para la eficacia (y/o
efectividad) de otra norma.

Es decir, ocurre que una norma no puede producir efectos jurídicos (y/o no puede ser
obedecida o aplicada) a falta de otras normas que, digamos así, lo concreticen.

Por ejemplo, una norma prescribe la convocatoria periódica de un órgano, pero ninguna norma
determina qué sujeto es competente para convocarlo; una norma instituye cierto órgano
electivo pero ninguna norma establece cuál sistema electoral debe adoptarse; una norma
recomienda perseguir cierto fin, pero ninguna norma establece qué medios se deben
emplear.”37

Es decir, existe laguna técnica cuando la norma que regula una situación determinada
carece de eficacia.
35
Cfr. CHIASSONI, PIERLUIGI. Op. Cit., pág. 246
36
GUASTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentar. Legales Ediciones, Lima, pág. 162-163, 2018
37
GUASTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentar, pág. 161
Página 23 de 55

Al respecto, señala Victoria Iturralde que “Podemos aproximarnos al concepto de laguna


técnica señalando que existe laguna técnica cuando el legislador ha establecido un
enunciado normativo general sin haber regulado al mismo tiempo su expresión directa en
la mayoría de los casos – señala Klug – parecería una negligencia del autor de la
norma…”38

Victoria Iturralde distingue dos tipos de lagunas técnicas: a) el supuesto en que el


legislador remite a otro precepto o ley inexistente la regulación aplicable a una determinada
materia y b) el caso de contemplación parcial del fenómeno regulado, es decir, cuando el
supuesto de hecho regulado por la norma lo es de forma incompleta.

En estos dos supuestos se puede percibir que la norma existente carece de eficacia y por
tanto, existe una laguna que recibe la denominación de laguna técnica

LAGUNA DE CONOCIMIENTO

Son situaciones vinculadas a la prueba de los hechos relevantes del proceso, es decir,
ausencia de pruebas y esta laguna se puede superar con la aplicación de las reglas de las
presunciones judiciales y la carga de la prueba

LAGUNA DE RECONOCIMIENTO

Según expresa Pierluigi Chiassoni, “Constituyen problemas de interpretación textual de


disposiciones y/o concreción de normas abstractas previamente identificadas, superables, por
tanto, con el auxilio de oportunas directivas interpretativas”.39

LAGUNA NORMATIVA

Es la laguna que interesa al aplicador del derecho y en término de Guastini, la “laguna se


puede definir de los modos siguientes: a) en un sistema jurídico existe una laguna siempre que
un determinado comportamiento no esta deónticamente calificado de modo alguno por una
norma jurídica perteneciente al sistema, o b) en un sistema jurídico, existe una laguna siempre
que para un determinado supuesto de hecho no esté previsto alguna consecuencia jurídica por
una norma perteneciente al sistema”.40

Técnicas interpretativas para prevenir las lagunas

El autor Ricardo Guastini, coherente con su posición de que la existencia o no de lagunas


depende del intérprete, señala la existencia de algunas técnicas interpretativas que tienden a
evitar la existencia de lagunas y de otras técnicas interpretativas que generan la existencia de
lagunas,

Entre las técnicas interpretativas que son idóneas para evitar la existencia de lagunas
menciona la interpretación extensiva y la interpretación evolutiva.

Interpretación extensiva

El autor expresa que “Se llama extensiva aquella interpretación extiende el significado prima
facie de una disposición, de forma que incluyan en su campo de aplicación también supuesto
de hecho que, según una interpretación literal no estarían contemplados. De este modo es
posible reconducir bajo el dominio de una norma también supuesto de hecho que, en caso
contrario, quedarían totalmente privados de regulación jurídica”.41

38
ITURRALDE SESMA, VICTORIA. Op. Cit., págs.. 177-178
39
CHIASSONI, PIERLUIGI. Op. Cit., pág. 208
40
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit,. Págs.. 83-84
41
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit., pág. 85
Página 24 de 55

Es importante señalar que la interpretación extensiva tiene un uso limitado en determinado


orden jurídico, que como en el ámbito penal, solo puede ser utilizado en beneficio de la
libertad y ejercicio de derechos de parte del procesado.

En este sentido, el Art. 10 del CPP, dispone cuanto sigue: “Las normas procesales que
coarten la libertad personal, limiten el ejercicio de las facultades conferidas a las partes o
establezcan sanciones procesales, se interpretaran restrictivamente.

La analogía y la interpretación extensiva estarán prohibidas mientras no favorezcan la libertad


del imputado o al ejercicio de sus derechos o facultades”.

Interpretación Evolutiva

Conforme señala Guastini, “la interpretación evolutiva es aquélla que tiende a adaptar las
viejas (o relativamente viejas) leyes a situaciones nuevas, no previstas por el legislador
histórico. También de este modo es posible reconducir bajo el dominio de una norma
supuestos de hecho que, en caso contrario, quedarían totalmente privados de regulación
jurídica”.42

Técnicas interpretativas para crear lagunas

Guastini, expresa que las técnicas interpretativas idóneas para crear lagunas, son por ejemplo,
el argumento de la disociación y el argumento “a contrario”, en su uso como argumento
interpretativo y no como argumento de producción de norma que es para colmar lagunas.

El argumento de la disociación “consiste en introducir subrepticiamente en el discurso del


legislador una distinción que éste no ha tomado en consideración (o no ha considerado
relevante). De este modo existe la posibilidad de distinguir en el seno de la clase de
supuestos de hecho contemplados en la disposición (entendida a la letra), dos subclases; y
deviene también posible excluir que la disposición se aplique a ambas. El campo de aplicación
de la disposición es así reducido a algunos de los supuestos de hecho previsto por ella (según
una interpretación literal). El éxito de la argumentación es, en suma, que la disposición en
cuestión se entiende como referido no ya a la totalidad de los supuestos de hecho que ella
(entendida a la letra) contempla, sino sólo a una subclase de esa totalidad. De tal modo, la
subclase queda fuera del campo de aplicación de la disposición, y resulta (o puede resultar)
privada de cualquier regulación jurídica”.43

En el ejemplo, del Art. 248 de la Constitución que dispone que funcionario de otro poder del
Estado no puede intervenir en modo alguno en el juicio, se procede a distinguir o clasificar dos
tipos de intervención: la procesal y la extraprocesal, para incluir dentro del campo de
aplicación de la disposición la intervención extra procesal y excluir la intervención procesal,
que de este modo queda fuera de la regulación de la disposición constitucional.

El argumento a contrario como argumento interpretativo puede crear laguna y Guastini


recurre a la disposición de la Constitución Italiana que expresa “los ciudadanos tienen derecho
a asociarse libremente” y sí solo los ciudadanos pueden asociarse, los extranjeros están
excluidos de la aplicación de esta disposición, por lo que existe una laguna con relación al
derecho de los extranjeros de asociarse libremente.

Técnicas para colmar las lagunas

Conforme con Guastini, las técnicas para integrar el derecho que implica llenar las lagunas,
son los siguientes:

Argumento “a contrario” en su versión productora de norma.


42
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit., pág. 85
43
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit,. Pág. 86
Página 25 de 55

Se ha señalado que el argumento “a contrario” se usa de dos modos: a) como argumento


interpretativo para justificar una interpretación literal con preferencia de otras posibles
interpretaciones, b) como argumento productivo que es idónea para llenar las lagunas.

El ejemplo que utiliza Guastini para explicar este uso del argumento “a contrario” es la
disposición del Art. 18 de la Constitución Italiana que dispone “Los ciudadanos tienen derecho
a asociarse libremente” y si se quiere saber si tal derecho es conferido a los extranjeros, con el
argumento “a contrario” puede sostenerse que la Constitución confiere en cuestión sólo a los
ciudadanos, pero esta vez, no en el sentido de que la Constitución omite referirse a los
extranjeros (si así fuera, tendría laguna) en el sentido de que la Constitución dispone
positivamente “en contrario”, o sea, dispone que los extranjeros no gozan del derecho de
asociación.

Argumento A simili o analógico

Afirma Ricardo Guastini que “En el lenguaje común “analogía” es (casi) sinónimo de
“semejanza”. En el lenguaje jurídico suele llamarse “aplicación analógica” a la aplicación de
una norma a un supuesto de hecho no contemplado por ella, pero semejante al previsto por la
misma. Se usa la analogía cuando, por ejemplo, se aplican a un contrato atípico (o
innominado) normas relativas a un contrato típico, expresamente regulado, siempre que los
dos tipos de contrato presentan una semejanza relevante.

Se llama “argumento analógico” o argumento a simili al procedimiento discursivo que se


emplea para justificar (o motivar) la aplicación analógica”.44

Argumento de los principios generales del derecho

Los principios generales del derecho son los valores generales del ordenamiento jurídico y en
las legislaciones se admite integrar la norma jurídica ausente para resolver el caso,
recurriendo a dichos valores o principios del orden jurídico.

Así, se establece en el Art. 6, del Código Civil paraguayo, que admite expresamente la
integración con la analogía y los principios generales, al disponer que: “Los jueces no pueden
dejar de juzgar en caso de silencio, oscuridad o insuficiencia de la ley. Si una cuestión no
puede resolverse por las palabras o el espíritu de los preceptos de éste Código, se tendrán en
consideración las disposiciones que regulan casos o materias análogas y en su defecto, se
acudirá a los principios generales del derecho”.

Argumento “a fortiori”

El argumento a fortiori se utiliza para justificar la atribución de una misma consecuencia


jurídica a un supuesto de hecho no previsto, pero qué partiendo del supuesto de hecho
previsto, corresponde “con mayor razón”, atribuir la misma consecuencia al supuesto de hecho
no previsto.

Se puede ejemplificar el uso de este argumento productor de norma, cuando el autor nacional,
Evelio Fernández Arévalos, para llenar el vacío de la inmunidad penal del Presidente de la
República.

En el sentido señalado, el autor sostiene que “Si nos atenemos del texto de los artículos 226 a
246 C,N., que se refieren al Poder Ejecutivo y que integran la Parte II, Capítulo II, C.N., no
existe ninguna disposición que establezca tutela funcionales explícitas relativas al Poder
Ejecutivo, esto es, inmunidades y privilegio del Presidente de la República.

Un estudio más detenido del tema que tome en cuenta otros dispositivos constitucionales y el
carácter y la importancia de las funciones de los poderes supremos del Estado, corregirá esa
primera impresión.

44
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit., pág. 93
Página 26 de 55

- En primer lugar, ha de llamar la atención que el Art. 241 C.N. dispone que los Ministros del
Poder Ejecutivo “no pueden ser privados de su libertad, excepto en los casos previstos
para los miembros del Congreso”. Esa inmunidad de arresto o detención para los ministros
del Poder Ejecutivo sería irrazonable, si su principal, el que tiene la facultad exclusiva y
excluyente de designarlos y removerlos (Art. 238, inc. 5, C.N.) y de quien son sus
colaboradores más inmediatos y jerárquicamente elevados (Art. 242 C.N.) no tuviera por lo
menos igual prerrogativa”.45

El propio autor Ricardo Guastini46, sostiene que el argumento “a fortiori” no es un argumento


interpretativo sino un argumento productor de una norma nueva.

Norma general exclusiva

Según Guastini, una primera doctrina -de evidente ascendencia liberal- sostiene que todos los
ordenamientos jurídicos incluyen necesariamente una norma de cierre, y en específico el
“principio de libertad” o “norma general exclusiva”; “Todo lo que no está (expresamente)
prohibido está (tácitamente) permitido.

La norma general exclusiva – allí donde es derecho vigente – evidentemente tiene el efecto de
“cerrar” el ordenamiento, en el sentido de que en virtud de ella, toda posible conducta resulta
deónticamente calificada bien como prohibida, bien como permitida, ya que los casos son dos
y solo dos: o una conducta queda comprendida en el dominio de una norma particular que la
prohíbe o a falta de ella, queda comprendida en el dominio de la norma general que la
permite”47.

La norma general exclusiva referida, se halla expresamente consagrada en el segundo párrafo


del Art. 9, de la Constitución de 1992, que dispone “Nadie está obligado a hacer lo que la ley
no ordena ni privado de lo que ella no prohíbe”. Esta norma es conocida, también, en el
derecho constitucional como principio de libertad jurídica.

Por consiguiente, la norma general exclusiva o principio de libertad jurídica, se constituye


como una norma de cierre del ordenamiento jurídico y puede ser invocada como argumento
para evitar la existencia de la laguna normativa, pues la conducta no prohibida está permitida y
por consiguiente, no existe laguna por ausencia de norma expresa que así lo declare.

Por otra parte, también se puede sostener que el principio de legalidad para la actuación de
los órganos públicos se constituye en una norma de cierre del sistema jurídico, pues la
competencia que no se halla expresamente establecida en la ley para los órganos públicos es
una actividad no admitida por el ordenamiento jurídico.

El principio de legalidad para los órganos públicos (según mi parecer) se halla consagrado en
el Art. 257 de la Constitución de 1992, que dispone en lo pertinente “Los órganos del Estado
se subordinan a los dictados de la Ley”.

45
FERNANDEZ AREVALOS, EVELIO. Órganos Constitucionales del Estado, Intercontinental Editora, Asunción, pág. 276,
2003
46
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit., pág. 38
47
GUASTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentar, pág. 174
Página 27 de 55

CAPITULO 6

ANTINOMIAS NORMATIVAS

CONCEPTO

Para definir la antinomia, el autor italiano Ricardo Guastini, parte de dos concepciones de normas
que son: a) la norma que califica una determinada conducta y b) la norma que conecta una
consecuencia jurídica a un supuesto de hecho.

Expresa que “Al adoptar uno u otro de los conceptos de norma, puede definirse una “antinomia”
en uno u otro de los modos siguientes: a) en un sistema jurídico, existe una antinomia siempre
que un determinado comportamiento éste deónticamente calificado de dos modos incompatibles
en dos diversas normas pertenecientes al sistema o b) en un sistema jurídico, existe una
antinomia siempre que para un determinado supuesto de hecho estén previstas dos
consecuencias jurídicas incompatibles por dos normas diversas pertenecientes al sistema”.48

El autor Norberto Bobbio afirma que la antinomia jurídica se puede definir como “la situación en
que dos normas incompatibles entre sí, perteneciente a un mismo ordenamiento, tienen un mismo
ámbito de validez”49.

Requisitos para la existencia de la antinomia jurídica

Según Norberto Bobbio, existen dos requisitos que deben concurrir para la existencia de la
antinomia y son los siguientes:

1.- Las dos normas debe pertenecer a un mismo ordenamiento. Esto significa que las dos
normas incompatibles pertenecen a un ordenamiento vigente dentro de un determinado Estado
con independencia de su jerarquía o origen de las normas. Por ejemplo, una norma de origen
internacional como la Convención Americana se halla integrada al orden jurídico paraguayo.

2.- Las dos normas deben tener el mismo ámbito de validez. La dogmática jurídica, tal como
afirma Norberto Bobbio50, reconoce cuatro ámbitos de validez de las normas y que son los
siguientes:

Validez temporal. Significa que las dos normas incompatibles deben regular la prohibición y
permisión en un mismo tiempo. El autor ejemplifica con dos normas que no son incompatibles por
no incidir en el mismo lapso de tiempo y en tal sentido señala; “Esta prohibido fumar de cinco a
siete” no es incompatible con la norma “Esta permitido fumar de siete hasta las nueve”.

Validez espacial. Implica que las dos normas coinciden en permitir y prohibir en el mismo
especio. El autor Norberto Bobbio ofrece el ejemplo de dos normas que no son incompatibles por
no incidir en el mismo espacio. Así expresa: “Esta prohibido fumar en la sala de cine” no es
incompatible con “Esta permitido fumar en la sala de espera”.

Validez personal. Significa que las dos normas del ordenamiento deben permitir y prohibir al
mismo tiempo a un mismo sujeto. El ejemplo de norma incompatible por no afectar a un mismo
sujeto que ofrece Bobbio es: “Se prohíbe fumar a los menores de 18 años” no es incompatible con
“Se permite fumar a los adultos”.

Validez material. Significa que para que exista norma incompatible, las dos normas deben
regular la misma materia y objeto. Ejemplo de normas no incompatibles por no regular la misma
materia es el siguiente: “Se prohíbe fumar cigarro” no es incompatible con “Se permite fumar
cigarrillo”.

48
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit., pág. 71
49
BOBBIO. NORBERTO, Teoría General del Derecho, Temis, Bogotá, pág. 189, 1997
50
BOBBIO, NORBERTO. Op. Cit., págs.. 188-189
Página 28 de 55

Clases de antinomias

En la dogmática jurídica es posible identificar diferentes tipos de antinomia que dependerá de los
criterios clasificatorios que utilizan los autores y ante la existencia de diferentes tipologías, se
procede a explicar algunos tipos de antinomias que es de uso común en el lenguaje de los
juristas.

La clasificación de antinomias que se describen pretende cumplir la función de instrumental


conceptual y se presenta las clasificaciones de tres autores importantes en materia de la filosofía
del derecho, como Ricardo Giastini, Norberto Bobio y Pierluigi Chiassoni, este ultimo basado en la
clasificación expuesta por el autor alemán Karl Engisch51 y son las siguientes:

Clasificación de antinomia según Ricardo Guastini52

Antinomia en Abstracto o necesaria. Se tiene una antinomia en abstracto toda vez que dos
normas vinculan consecuencias jurídicas incompatibles a supuestos de hecho abstractos (vale
decir, a clase de supuestos concreto) que se superponen (en todo o en parte) conceptualmente.
De hecho que la antinomia puede ser ya identificado en sede de interpretación textual, “en
abstracto”, vale decir, sin que sea necesario imaginarse un supuesto de hecho concreto.

Por ejemplo, si una norma prohíbe (literalmente) el “aborto” sin ulteriores especificaciones y una
segunda norma permite (literalmente) el “aborto terapéutico” , la antinomia puede ser reconocida
“en abstracto”, independientemente de todo supuesto de hecho concreto, desde el momento en
que la clase de aborto terapéutico está conceptualmente incluida en la clase de los abortos sin
especificaciones.

Antinomia en concreto o accidental. Se tiene una antinomia “en concreto”, cuando en sede de
aplicación, se advierte que dos normas, que abstractamente no entran en conflicto, vinculan, no
obstante, consecuencias jurídicas incompatibles a un mismo supuesto de hecho concreto. Esto
ocurre toda vez que un supuesto de hecho concreto (o una sub – clase de supuestos de hecho
concretos) queda comprendido simultáneamente en dos clases de supuestos de hecho
conceptualmente independientes para lo que el derecho dispone consecuencias jurídicas
incompatibles. De modo que la antinomia puede ser identificada solo en sede de aplicación de las
normas a un caso concreto (al que precisamente por casualidad ambas son aplicables).

Imaginemos – el ejemplo es insulso, pero transmite la idea – que una primera norma dispone “Los
ciudadanos deben pagar impuestos” y una segunda norma disponga “Los desempleados no
deben ningún impuesto”. Los supuestos de hecho abstractos a los que ambas normas se refieren
– “ciudadanos” y “desempleados”, respectivamente – conceptualmente están desvinculados: que
de hecho hayan, o no, ciudadanos desempleados es contingente (podría existir una tasa de
desempleo igual a cero; siendo los únicos desempleados los inmigrantes extranjeros). Por tanto,
el conflicto entre ambas normas en cuestión no es necesario: nunca se presentará ninguna
antinomia si el desempleo únicamente esta presente entre los inmigrantes; de cualquier forma, no
se presenta ninguna antinomia mientras se trate de decidir si La obligación tributaria sobre
ciudadanos con empleo o sobre extranjeros y apátridas desempleados. Sin embargo, se
presentará una antinomia toda vez que entre en discusión la obligación tributaria de un ciudadano
desempleado, pues estos quedan comprendidos en el campo de aplicación de ambas normas.

Otro ejemplo: una primera norma dispone que es obligatorio detener el vehículo ante un semáforo
en rojo; una segunda norma prohíbe detener el vehículo cerca a las instalaciones militares. Los
supuestos de hecho regulados por ambas normas (“semáforo en rojo” y “cerca de instalaciones
militares”) están desvinculados, de modo que entre ambas normas no se da, en abstracto ninguna
antinomia. No obstante, para que se presente una antinomia basta que alguien tenga la “poco
brillante (…) idea de ubicar un semáforo cerca de una instalación militar.

Clasificación de antinomia según Norberto Bobbio53.


51
CHIASSONI, PIERLUIGI. Op. Cit., pág. 302
52
GUASTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentar, Legales Ediciones, Lima, pág. 127, 2018
53
BOBBIO. NORBERTO. Op. Cit. Pág. 189
Página 29 de 55

Antinomia total – total. Si dos normas tienen igual ámbito de validez, la antinomia se puede
denominar, siguiendo la terminología de Ross, quien ha puesto su atención en esta distinción,
total – total: en ningún caso una de las normas puede aplicarse sin entrar en conflicto con la otra.
Ejemplo: “Se prohíbe fumar a los adultos, de las cinco a las siete, en la sala de cine” y “está
permitido fumar a los adultos de las cinco a las siete en la sala de cine”.

Por consiguiente, esta antinomia que describe Bobbio, se presenta ente una norma que prohíbe y
otra que permite, guardando entre ambas normas los cuatro ámbitos de validez referidos con
anterioridad.

Antinomia parcial – parcial. Si dos normas incompatibles tienen un ámbito de validez en parte
igual y en parte diverso, la antinomia existe solo en aquellas partes que tengan en común, y se
puede denominar parcial – parcial: cada una de las normas tiene un campo de aplicación que esta
en conflicto con el de la otra, y un campo de aplicación en el cual el conflicto no existe.

Ejemplo: “Se prohíbe fumar pipa y cigarrillo a los adultos, de las cinco hasta las siete, en la sala de
cine” y “se permite fumar cigarros y cigarrillos a los adultos, desde las cinco hasta las siete, en la
sala de cine”,

Antinomia total – parcial. Si dos normas incompatibles una tiene un ámbito de validez igual al de
la otra, pero más restringido o, en otras palabras, su ámbito de validez es en parte igual y en parte
diverso con relación a la otra, hay antinomia total de la primera norma respecto de la segunda, y
solo parcial de la segunda respecto de la primera, lo que podemos denominar total – parcial. La
primera norma no puede aplicarse en ningún caso sin entrar en conflicto con la segunda; la
segunda tiene un ámbito de aplicación que no entra en conflicto con la primera.

Ejemplo: “Se prohíbe fumar a los adultos desde las cinco hasta la siete, en la sala de cine” y “solo
se permite fumar cigarrillos a los adultos, desde las cinco hasta las siete, en la sala de cine”.

Clasificación de antinomia según Alf Ross

Antinomia absoluta. Es cuando las normas son incompatibles en los cuatros ámbitos de
validez. Es decir, coincide con la antinomia total -total explicado por Norberto Bobio.

Ejemplo: Esta prohibido arrojar residuos en vertedero no autorizado

Esta permitido arrojar residuos en vertedero no autorizado

Antinomia relativas unilaterales. Coincide con la antinomia total – parcial explicada por
Norberto Bobio.

Ejemplo: Esta prohibido arrojar residuos en vertedero no autorizado

Esta permitido arrojar residuos tóxicos en vertedero no autorizado

Antinomia relativas bilaterales. Coincide con la antinomia parcial -parcial expuesta por
Norberto Bobio.

Ejemplo: Esta prohibido arrojar residuos tóxicos -nocivos en vertedero no autorizado

Esta permitido arrojar residuos de la manufacturación mineral en vertedero no autorizado


Página 30 de 55

Clasificación de antinomia según Pierluigi Chiassoni.

Antinomia pragmática

Al respecto señala Pierluigi Chiassoni que “Entre dos normas se produce una incompatibilidad
pragmática – esto es una relación que podríamos llamar de incongruencia instrumental absoluta o
total -, toda vez que una de las normas prescriba comportamiento o constituya estados de cosas,
cuya existencia sea (configurable como) condición impeditiva respecto de la realización del fin
prescrito por la otra norma”.54

Por consiguiente, la antinomia pragmática ocurre cuando una norma establece un determinado
objetivo y la otra impide cumplir con dicho objetivo.

Antinomia instrumental

La antinomia instrumental ocurre cuando una norma establece un determinado objetivo o


comportamiento y la otra norma que constituye el instrumento para lograr dicho objetivo no es
suficiente para el logro del objetivo propuesto por la primera norma.

Es decir, la norma instrumental no es eficaz para alcanzar el objetivo que se ha propuesto la


primera norma.

La diferencia entre la antinomia pragmática y la instrumental se puede identificar con las


expresiones “impeditiva” y “suficiencia”, pues en la primera antinomia la norma opuesta “impide” el
objetivo de la otra norma y en la segunda antinomia la norma opuesta no es suficiente para
cumplir el objetivo de la primera norma.

Antinomia axiológica

Ocurre cuando las dos normas reflejan comparativamente valoraciones incongruentes respecto de
valores de un ordenamiento jurídico.

Esto implica que las dos normas protegen o consagran valores que no son compatibles entre sí.

Ejemplo: una norma consagra la independencia del Poder Judicial y la otra norma que permite o
facilita la dependencia del Poder Judicial por el sistema de designación de los jueces por los
poderes políticos.

Antinomia Teleológica

Ocurre cuando una norma establece un objetivo determinado y la otra norma establece, también,
determinado objetivo, que no se pueden realizar conjuntamente, porque perseguir el objetivo de la
primera norma obstaculiza conseguir el objetivo propuesto por la segunda norma. Es decir, ambas
normas entran en conflicto porque sus respectivos objetivos no pueden efectivizarse con la
vigencia de ambas normas. Es decir, ambas normas no pueden cumplir sus finalidades.

Otras clasificaciones de antinomias

Antinomia real. Ocurre cuando las normas incompatibles no se pueden solucionar con los
criterios tradiciones proporcionados por la dogmática jurídica

Antinomia aparente. Ocurre cuando la incompatibilidad entre las dos normas no se puede
resolver de acuerdo con los criterios existentes en la dogmática jurídica por la existencia de
conflicto de criterios (María Elena Diniz)

54
CHIASSONI, PIERLUIGI. Op. Cit., pág. 303
Página 31 de 55

Técnicas interpretativas para prevenir las antinomias

Conforme señala Guastini entre las técnicas interpretativas idóneas para prevenir las antinomias
pueden mencionarse: la interpretación adecuadora y la interpretación restrictiva.

Interpretación adecuadora

Expresa Guastini “De la interpretación adecuadora, basta recordar, en este momento que se llama
“adecuadora” a la interpretación que adapta, que adecua el significado de una disposición a un
principio o a una norma de rango superior (previamente identificado) de modo que se evite el
surgimiento de conflictos.”55

Interpretación restrictiva

Según Guastini, “La interpretación restrictiva tiene el efecto de excluir del campo de aplicación de
una cierta norma un determinado supuesto de hecho que, interpretado diversamente (por ejemplo,
a la letra) entraría en ese campo.”56

Técnicas para resolver las antinomias normativas

La dogmática jurídica ofrece tradicionalmente, desde el derecho romano, tres técnicas para
resolver las antinomias, que en el lenguaje jurídico se conoce como criterios de solución de
antinomias y posteriormente aparecen otros criterios y ellos son los siguientes:

Criterios tradicionales

Criterio de jerarquía

Conforme con este criterio, la fórmula para resolver la antinomia es que si entre las dos normas
incompatibles una es de superior jerarquía se debe optar por la aplicación de la norma de mayor
jerarquía.

Es decir, si la antinomia presenta entre la norma constitucional y la ley, se debe optar por la Ley.

Pero, en la hipótesis de que el conflicto normativo se da en el campo del derecho del trabajo, se
aplica el criterio de la norma más favorable, por lo que es factible aplicar la norma de inferior
jerarquía cuando ella es más favorable al trabajador.

Resulta de utilidad, referir la existencia de (según Guastini) 57 cuatro tipos de jerarquía que pueden
presentar las normas y que son los siguientes:

(1) Jerarquías estructurales o formales, es decir, relativas no al contenido de las normas sino
a la estructura dinámica del ordenamiento. Son aquellas relaciones que subsisten entre las
normas sobre la producción jurídica y las normas cuya producción es por aquella
disciplinada. La jerarquía estructural o formal de las normas es la establecida en el Art. 137
de la Constitución.

(2) Jerarquías materiales o sustanciales, es decir, relativas al contenido de las normas. Son
aquellas que subsisten entre dos normas toda vez que una tercera norma establece que
una de las primeras es invalidad si es incompatible con la otra. Esto es lo que normalmente
la doctrina suele llamar “jerarquía de las fuentes”.

(3) Jerarquías lógicas o lingüísticas, es decir, relativas al lenguaje. Son aquellas que subsisten
entre dos normas toda vez que una versa (metalingüísticamente) sobre la otra.

Dicho con otras palabras: dos normas N1 y N2 mantiene una relación jerárquica lógica o
lingüística toda vez que una de ellas menciona a la otra.

55
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit., pág. 73
56
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit., pág. 73
57
GUASTINI, RICARDO. La sintaxis del derecho, Marcial Pons, pág. 209-211, 2016
Página 32 de 55

(4) Jerarquías Axiológicas, es decir, relativas a valores. Son aquellas que subsisten entre dos
normas toda vez que el intérprete atribuye a una de ellas un valor superior al valor de la
otra.

Criterio Cronológico

Este criterio de solución de la antinomia implica que en una contradicción entre una norma anterior
y una posterior, se debe aplicar la norma posterior.

La opción por la norma posterior se halla justificada en las razones siguientes: 1) la norma
posterior representa la última voluntad del legislador y es lógico que entre dos voluntades de una
misma persona prevalezca la última; 2) no hacer prevalecer la última norma representará un
obstáculo para el progreso del derecho y su adaptación a las necesidades sociales.

Criterio de especialidad

Este criterio implica que en una contradicción entre una norma de carácter general y una norma
especial, se debe optar por la aplicación de la norma especial.

Excepción al criterio de la especialidad

Conforme anota la autora Victoria Iturralde una excepción al criterio de la especialidad es la


inderogabilidad singular de los reglamentos y al respecto afirma “Según esto, un órgano
administrativo que ha dictado un reglamento no puede, con posterioridad, mediante una
disposición administrativa excepcionar para un caso concreto (ley especial) la aplicación del
reglamento. Es más, la prohibición alcanza no sólo a la autoridad que emana la ley, sino a
cualquier otra, incluso de superior rango jerárquico”.58

Esta excepción se justifica en base a los argumentos siguientes: 1) El criterio se utiliza entre
normas legales que son reglas de conductas generales; 2) el acto administrativo es una decisión
de ejecución de ciertas acciones, por lo tanto siempre es de carácter particular; 3) El acto
administrativo por el principio de legalidad administrativa es para concretar o ejecutar un mandato
de normas generales sea Constitución, ley o reglamento y es por ello que la resolución
administrativa no puede primar sobre un reglamento que es una norma administrativa de carácter
general.

Criterio de competencia.

Este criterio de solución de antinomia se usa cuando las dos normas, aunque no tengan
relaciones de jerarquías, tengan ámbitos de competencia distintos y que una de las dos haya
invadido la competencia de la otra. Por ejemplo, puede suceder que una ley nacional pretenda
disciplinar una materia que la constitución reserva a la Municipalidad o un Decreto pretenda
disciplinar una materia reservada a la ley. En estos casos, las leyes que provienen de fuente
inválida, por lo que se debe optar por la aplicación de la norma que proviene del órgano
competente.

Criterio de la norma favorable

Este criterio de solución de la antinomia se presenta en determinado campo del derecho y es de


aplicación en el campo del derecho laboral y significa que en una antinomia entre dos normas del

58
ITURRALDE SESMA. VICTORIA. Op. Cit., pág. 128
Página 33 de 55

derecho del trabajo, se debe optar por la aplicación de la norma que sea más favorable al
trabajador.

Por ejemplo: El Código del Trabajo establece que la jornada laboral se inicia con la disponibilidad
del trabajador a las órdenes del empleador y el contrato colectivo establece que se inicia desde el
momento en que el trabajador sale de su casa para el trabajo (in itinere) y en este caso, se debe
optar por la aplicación del contrato colectivo (de inferior jerarquía) por ser más favorable al
trabajador.

Criterio Axiológico. Se resuelve por la primacía del principio que protege un valor más relevante
dentro del ordenamiento jurídico.

Por otra parte, a efecto informativo, resulta importante referir la clasificación de criterios de
solución de antinomia que expone el autor Pierluigi Chiassoni, en lo que distingue entre criterios
formales y sustanciales.

Entre los criterios de solución que denomina formales hacen prevalecer una norma sobre la otra
sin referencia al contenido de las normas y entre ellas identifican a los criterios siguientes:

(1) Criterio jerárquico


(2) Criterio de competencia
(3) Criterio cronológico

Entre los criterios de solución al que atribuye la denominación de sustancial por hacer prevalecer
una norma sobre la otra, en razón, de su contenido, identifica los criterios siguientes:

(1) Criterio de especialidad


(2) Criterio de excepcionalidad
(3) Criterio axiológico

Conflicto de criterios

Esta situación se presenta cuando a las normas incompatibles se pueden aplicar dos o tres de los
criterios clásicos de solución de antinomia.

Este conflicto de criterios recibe también, en la doctrina, la denominación de antinomia de


segundo grado.

Por ejemplo, una antinomia entre una norma constitucional y una ley especial, son aplicables los
criterios de jerarquía y el de especialidad y entonces cabe preguntar cuál de los criterios debe
prevalecer en este caso y cabe responder que en este caso prevalece el criterio de jerarquía.

En la hipótesis de que exista antinomia entre una norma especial incompatible con una norma
posterior, en donde son aplicable dos criterios, se debe optar, en este caso, por el criterio
cronológico, pues la nueva ley implica un cambio de criterio del legislador en la actualidad y puede
obedecer a un cambio en la valoración de la sociedad.

Ejemplo: en el proceso contencioso administrativo se presenta una antinomia en relación al plazo


para deducir la demanda contenciosa en materia de funcionario público.

La antinomia normativa se presenta, en razón de que el Art. 89 de la Ley Nro. 1626/00, establece
en una de sus alternativas que el plazo para promover la demanda contenciosa administrativa es
de 60 días y el Art. 1, de la Ley Nro. 4046/10, unifica todos los plazos para presentar la demanda
en 18 días.

En uno de los fallos emitidos, he sostenido la existencia de conflicto de criterios en la solución de


la antinomia y en tal sentido he señalado: “Antes de determinar cual es el criterio de solución de
antinomia al caso en estudio, corresponde señalar que entre las normas en conflicto se presentan
las siguientes particularidades: 1) La ley Nro. 4046/10 es una norma dictada con posterioridad a la
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ley de la función pública (diciembre de 2000); 2) las dos leyes en conflicto son de igual jerarquía;
3) La Ley Nro. 1.626/00 es una norma especial para los trabajadores del sector público que
establece el plazo de 60 días para los casos de destitución; la Ley Nro. 4046/10 es una norma
general aplicable a todos los procesos contenciosos administrativos, que establece el plazo de 18
días para la promoción de la demanda.

Por consiguiente, aplicando el criterio cronológico se tiene que la Ley Nro. 4046/10 es una norma
posterior a la Ley de la Función Pública, por lo que conforme a este criterio de solución de
antinomia, el plazo para promover la acción contenciosa administrativa es de 18 días.

Aplicando el criterio de especialidad se tiene que la norma establecida en la Ley Nro. 1626/00 es
la especial para los funcionarios públicos mientras que la Ley Nro. 4046/10 es general, por lo que
aplicando este criterio de especialidad, debe prevalecer la norma de la ley de la función pública.

Cuando se presenta un problema hermenéutico, como en este caso, un conflicto entre los criterios
cronológico y de especialidad, se debe aplicar el criterio cronológico, por ser la última voluntad del
legislador, conforme enseña el autor Norberto Bobbio en los términos siguientes: “El criterio
cronológico, también denominado lex posteriori, es aquel que entre dos normas incompatibles
prevalece la lex posteriori derogat priori. Es regla general de derecho que la voluntad de una
misma persona, es válida el último en el tiempo”.59

Sin embargo, el criterio referido no comparte la mayoría de la Sala Penal – integración originaria –
pues aplica el criterio de la especialidad por considerar que facilita el acceso a la justicia.

Insuficiencia de criterios

La insuficiencia de criterios se presenta cuando la antinomia no se puede solucionar en base a los


tres criterios tradicionales elaborados por la dogmática jurídica y en tal caso, los aplicadores del
derecho deben contar con la herramienta argumentativa para resolver el problema.

Conforme con la doctrina jurídica, los criterios para resolver la antinomia en caso de insuficiencia
de los criterios tradicionales son los siguientes:

Criterio de la forma de la norma

Este criterio lo expone el autor italiano Norberto Bobbio y en tal sentido expresa “Según la forma
de la norma pueden ser, como ya hemos visto, imperativas, prohibitivas y permisivas. El criterio es
ciertamente aplicable, porque es claro que dos normas incompatibles son diferentes en cuanto a
la forma; si una es imperativa, la otra es prohibitiva o permisiva. Sin embargo, no he dicho que
este criterio sea justo y que sea constantemente seguido por los juristas.

El criterio respeto a la forma consistiría en establecer un grado de prevalencia entre las tres
formas de norma jurídica, por ejemplo, de este modo: si dos normas incompatibles una es
imperativa o prohibitiva y la otra permisiva, prevalecerá la permisiva. Este criterio parece
razonable y corresponde a uno de los cánones interpretativos seguidos más frecuentemente por
los juristas, esto es, el de dar prevalencia en caso de ambigüedad o incertidumbre en la
interpretación de un texto, a la interpretación favorable antes que a la odiosa”.60

Criterio axiológico o de ponderación.

Conforme con este criterio se debe determinar cuál de las normas antinómicas protege un valor de
mayor relevancia dentro del orden jurídico y optar por la aplicación de la norma que protege el
valor o bien jurídico de mayor importancia dentro del ordenamiento jurídico.

59
AUTO INTERLOCUTORIO Nro. 516, del 21 de junio de 2022 en “Angel Leguizamón Cáceres C/ Res. 678/19 del Servicio
Nacional de calidad y sanidad vegetal y de semillas
60
BOBBIO, NORBERTO. Op. Cit., págs.. 196-197
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Este criterio es de mucha utilidad, en las antinomias constitucionales - que generalmente no se


puede resolver con los criterios tradicionales- entre derechos.

En el hipotético caso de presentarse una contradicción entre derechos individuales de carácter


constitucional se procede a ponderar cuál de los derechos es de mayor importancia dentro del
orden jurídico y se opta por aplicar el de mayor valor.

Por ejemplo, una antinomia entre el derecho a la religión y el derecho a la vida o la salud, se debe
optar por la vida, pues es un bien jurídico más importante que la religión.

Criterio “pro homine”

Es el criterio de solución de antinomia entre derechos, que utiliza la Corte Interamericana de


Derechos Humanos, e implica que ente dos derechos en conflicto se debe aplicar la que mejor
proteja y efective el goce de los derechos de las personas.

CAPITULO 7

HERMENEUTICA CONSTITUCIONAL

1.- Introducción

La solución de los problemas hermenéuticos que pueden presentar la normativa constitucional


no presenta diferencias sustanciales en relación a las normas legales.

Es decir, los textos constitucionales presentan los mismos problemas de dudas normativas,
vacío y antinomia; las técnicas de solución, también guardan identidad las técnicas de
argumentar las soluciones, con algunas limitaciones en razón de las particularidades que
presentan las normas constitucionales.

Existe si una diferencia importante que se vincula con el contenido de los textos constituciones
que se halla integrado por una cantidad de principios que se expresa en forma abierta y exige
la tarea de interpretación, a veces, incluso puede presentar conflicto entre principios que exige
una técnica determinada para su solución.

Las características particulares de los textos constitucionales.

1.- El carácter de superioridad de las normas constitucionales en relación a las otras


normas jurídicas.

Esta situación exige que el aplicador del derecho tenga que aplicar, en primer lugar, la
Constitución antes que otras normas jurídicas, tal como se exige a los magistrados judiciales
en el Art. 256 de la Constitución y los parlamentarios al hacer una norma legal, conforme se
establece en el Art. 202 de la Constitución.

2.- La naturaleza del lenguaje constitucional.

Esto implica que el lenguaje constitucional es, generalmente, abierto o indeterminado.

Esta situación ocurre porque la Constitución en poca cantidad de artículos debe reglar en
forme general diferentes ámbitos de relaciones sociales como la familia, la economía, el
trabajo, la educación, la organización de los órganos del poder público y la situación de las
personas en la sociedad y no como los Códigos que regulan solamente un sector de las
relaciones jurídicas.

Esta situación hace que las normas constitucionales presenten la característica de un lenguaje
abierto y no preciso como debe ser las leyes.
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Además, en los textos constitucionales se pueden identificar una cantidad de principios, tales
como los fundamentales, generales y especiales que se caracterizan por un lenguaje
indeterminado, por lo que su aplicabilidad requiere de una tarea interpretativa.

Es posible que la aplicabilidad de los principios constitucionales sea la diferencia en relación a


los problemas hermenéuticos de las normas legales.

3.- El contenido de las normas constitucionales

Las normas constitucionales, por su contenido, se clasifican en normas de:

Derecho

Ejemplo: “toda persona tiene derecho a la libre expresión de su personalidad…” Art. 25

Garantías

Ejemplo: Art. 17 “En el proceso penal o cualquier otro del cual pudiera derivarse pena o
sanción, toda persona tiene derecho a:... 4) que no se le juzgue más de una vez por el mismo
hecho”. Es una garantía sectorial.

Organización

Ejemplo: El Poder Legislativo será ejercido por el Congreso compuesto de una Cámara de
Senadores y otra de Diputados (Art. 182, primer párrafo)

Procedimiento

Ejemplo: El proyecto de Ley del Presupuesto General de la Nación será presentada


anualmente por el Poder Ejecutivo, más tardar el primero de setiembre y su consideración por
el Congreso tendrá prioridad absoluta. Se integrará una comisión bicameral, la cual recibido el
proyecto, lo estudiara y presentará dictamen a sus respectivas Cámaras en un plazo no mayor
de sesenta días corridos. Recibidos los dictámenes, la Cámara de Diputados se abocara al
estudio del proyecto en sesiones plenaria y deberá despacharlo en un plazo no mayor de
quince días corrido…” Art. 216

Competencia

Ejemplo: “La organización del sistema educativo es responsabilidad esencial del Estado…”
Art. 76, segundo párrafo

Operativas

Ejemplo: “Todos los paraguayos tienen derecho a residir en su Patria”. Art. 41

Programáticas

Ejemplo: “La ley promoverá programas de bienestar social mediante estrategia basada en la
educación sanitaria”. Art. 70

Esta clasificación hace que la formulación de las normas constitucionales sea diferente y a
veces presentar contradicciones entre ellas.

Los principios constitucionales, entre las que cabe distinguir: los fundamentales, generales y
especiales.

4.- El carácter político de las normas constitucionales.

El carácter político de las normas constitucionales hace que su aplicación, en determinado


caso, sea generadora de conflictos de poderes con fuerte impacto en la sociedad.
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IV.- La interpretación constitucional.

En la tarea de interpretación constitucional, cabe distinguir tres situaciones distintas: 1) la


tarea de determinar la adecuación de la norma jurídica a la norma constitucional; 2) la de
determinar o atribuir significado a la norma constitucional de contenido dudoso, por los
problemas interpretativos que pueden presentar las normas constitucionales y 3) la
aplicación de los principios constitucionales.

La primera variante “determinar la adecuación” de una norma jurídica a la Constitución es


la operación de verificar si una determinada norma jurídica es compatible con la
Constitución sea para su aplicación a un caso concreto por parte del Juez ordinario o para
declarar la no aplicabilidad de la norma jurídica por medio del control de constitucionalidad.
Es la interpretación que se conoce como “interpretación adecuadora”.

La segunda variante, es la atribución o determinación de significado a una norma


constitucional de contenido dudoso por los problemas de vaguedad o ambigüedad que
pueden presentar las normas constitucionales. Ejemplo: fianza excesiva, acto ilegitimo,
utilidad social, impuesto confiscatorio.

Para la determinación o atribución de significado a la norma constitucional de contenido


dudoso se procede a su justificación por medio de los argumentos, métodos o directivas
que son los que se usan para la interpretación de la ley.

La tercera variante, consiste en la aplicación de los principios constitucionales, entendida


por principios los valores más importantes del orden jurídico constitucional.

Los principios, en su formulación presenta la característica de alto nivel de generalidad o


indeterminación, por lo que para su aplicabilidad resultará de utilidad, las cuatro
operaciones intelectuales que debe realizar el operador jurídico, conforme con lo apuntado
por Guastini, que se expondrá más adelante.

Para la interpretación constitucional, en su primera variante, el autor Pierluigi Chiassoni,


ofrece un modelo de interpretación operativa de la Constitución, que puede resultar de
utilidad y que supone la realización de tres operaciones intelectuales, que son las
siguientes:

(1) La fase de identificación del parámetro constitucional.

(2) La fase de identificación de la norma infraconstitucional sometida a juicio de legitimidad


constitucional.

(3) La fase de valoración acerca de la compatibilidad de la norma infraconstitucional


respecto del parámetro constitucional.

Estas tres operaciones intelectuales son las tareas que deben realizar los jueces cuando
tengan que aplicar una norma constitucional cuando considera que la ley resulta
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incompatible con la norma constitucional, pues la primera obligación del juez es fundar su
resolución en la Constitución, de conformidad con el Art. 256 de la Constitución de 1992.

También, es la tarea que debe desarrollar los Ministros de la Corte Suprema de Justicia
para declarar la inconstitucionalidad de un acto normativo por su incompatibilidad con la
Constitución, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 259,5 y 260 de la
Constitución de 1992.

V.- Problemas interpretativos.

Los problemas interpretativos son las causas por la que una norma constitucional presenta
duda en su contenido y estos problemas ocurren por ciertas situaciones que presentan el
lenguaje normativo y que son los siguientes:

Vaguedad

La vaguedad del lenguaje normativo se presenta cuando a la pregunta de ¿A que se refiere?


Admita una respuesta dudosa.

Es dudoso un predicado como Impuesto confiscatorio, pues existe duda si desde que monto el
impuesto será confiscatorio.

La vaguedad del lenguaje normativo puede originarse por varias razones, tales como:
graduación, combinación, indeterminación, anomalía, alteración y bivalencia.

Ambigüedad

La ambigüedad como problema del lenguaje normativo se presenta cuando a la pregunta


¿Qué cosa se entiende? Admita una pluralidad de respuestas. En este caso, existe una
ambigüedad semántica y la ambigüedad también puede ser sintáctica, es decir, por la
estructura de las oraciones.

VI.- Los métodos o argumentos interpretativos.

Los argumentos o métodos de interpretación de los textos constitucionales no son diferentes a


los que se usan para interpretar un texto legal, aunque, es posible que determinados
argumentos sean de uso más frecuente en la constitucional.

Por consiguiente, no se procederá a la descripción de los diferentes argumentos


interpretativos que ya fueron efectuados en capítulo precedente.

Se realiza una explicación de algunos argumentos de uso más frecuente en la interpretación


constitucional, siguiendo a Ricardo Guastini.61

Interpretación literal.

En ocasión (de hecho muy rara vez), el texto constitucional se interpreta a la letra. La
interpretación literal consiste en atribuir a un enunciado normativo su significado prima facie,
es decir, el significado más inmediato o intuitivo, aquel que corresponde a las reglas
semánticas y sintácticas del lenguaje. Es necesario, no obstante, distinguir – lo que no es
usual hacer – entre dos tipos totalmente diferentes de interpretación literal.

(1) Originalista. Consiste en emplear las reglas lingüísticas que estaban vigentes al
momento en que el texto constitucional fue emanado.
(2) Evolutiva. Consiste, en cambio, en emplear (en la interpretación) las reglas lingüísticas
vigentes al momento en que se interpreta

El uso de uno de los argumentos interpretativos señalados, dependerá del criterio asumido por
el intérprete constitucional.

61
GUASTINI, RICARDO. Lecciones de Teorías del Derecho y del Estado, Zela, Puno, pág. 254-259, 2019
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El argumento a contrario.

Para justificar una interpretación literal, a menudo se utiliza el argumento “a contrario”. Sin
embargo, este argumento conoce de dos variantes muy diferentes, la segunda de las cuales
en absoluto pertenece a la interpretación literal (consistiendo más bien en la producción de
normas inexpresas).

Argumento de la intención del constituyente.

En ocasiones (muy a menudo) se interpreta el texto constitucional según la “voluntad”, la


“intención” o el “fin” de los “padres constituyentes”. No obstante, aquí es necesario distinguir
dos situaciones.

(1) Subjetiva _ Originalista. Cuando la intención de los constituyentes es identificada por


medio de los trabajos preparatorios de elaboración de la Constitución. Ejemplo:
Proyectos presentados, diario de sesiones de la Convención, acta de la Comisión
redactora.
(2) Objetiva. Cuando la intención del constituyente es identificada en forma objetiva en
base a una suposición sobre lo que debería ser una intención “racional” o “razonable”.
Dicha suposición depende por completo de los juicios de valor de los intérpretes.

Ejemplo. El uso de este argumento de interpretación constitucional, se puede encontrar en el


voto de Carlos Fernández Gadea, en el Acuerdo y Sentencia Nro. 222 del 5 de mayo de 2000,
caso “Inamovilidad de los Ministros de la Corte Suprema de Justicia.

En el voto referido, se enumera los funcionarios públicos a los que se establece la duración del
mandato, sea de cinco o tres años, en diferentes artículos de la Constitución y se concluye con
la afirmación de: “Si la intención de los constituyentes hubiera sido limitar a cinco años el
periodo por el cual son designados los Ministros de la Corte Suprema de Justicia, así lo
hubieran consignado en la Constitución Nacional. No es dable pensar que la designación de
los Ministros de la Corte Suprema de Justicia para desempeñarse como tales hasta la edad de
setenta y cinco años, se debiera a una simple omisión en establecer un plazo de duración del
mandato, dado que esta supuesta e hipotética omisión, se repite en el artículo 275, al
establecer la duración del mandato de los miembros del Tribunal Superior de Justicia
Electoral”.

Ejemplo 2: El argumento de la intención del constituyente -variante subjetiva – se puede


identificar en el Acuerdo y Sentencia Nro. 300 de fecha 25 de mayo de 2005, dictado en el
expediente “Acción de Inconstitucionalidad en el juicio : Diego Abente Brun s/ Difamación e
Injuria”, en la que se expone el argumento relativo a la posibilidad de que un Senador pueda
ejercer la abogacía.

En el fallo referido, se expone al respecto cuanto sigue:

“Asimismo, respecto a la posibilidad de que los miembros del Congreso Nacional puedan
ejercer o no profesiones liberales, el Art. 196 de la Carta Fundamental que establece las
incompatibilidades, fue objeto de amplio debate en la Convención Nacional Constituyente,
resultando finalmente triunfadora la redacción que hoy tiene dicha norma, que no impide el
ejercicio de ellas a los legisladores. En dicha oportunidad se habían presentado varios
proyectos de redacción en cuanto a las incompatibilidades: el de la Comisión Redactora
prohibía específicamente “…cualquier tipo de actividad privada de carácter profesional,
industrial, productiva o de servicios…”, en tanto que las otras tres propuestas no establecen tal
restricción. En defensa de esta última posición – que como dijimos es la que hoy se encuentra
vigente – se ha dicho “…cuando acá se dice que son incompatibles con el ejercicio de las
funciones de Senador y Diputado las actividades privadas de carácter profesional, se plantea
un criterio muy amplio, exageradamente extenso, que va a hacer imposible cualquier tipo de
actividad…”; “…los Partidos políticos y los Movimientos sociales son, Ciudadano Presidente y
Ciudadanos Convencionales, “pluriclasistas”. En cada uno de ellos, militan centenares y
centenares de valiosos compatriotas profesionales universitarios, y entonces, con esta
Página 40 de 55

medida, Ciudadano Presidente, dejaríamos de lado el concurso de la capacidad intelectual de


nuestros respectivos compatriotas…”, “,,,no es conveniente, no es compatible con los
principios éticos, ni es justo que se prive a los Parlamentarios el ejercicio de profesiones
liberales…” (Diario de Sesiones, Sesión Ordinaria Nro. 31, del 25-05-92, págs.. 9/12)”.

El fallo citado es revelador del uso del argumento de la intención subjetiva del constituyente
que se extrae del Diario de Sesiones de la Convención Nacional Constituyente de 1992.

Argumento de la disociación.

Consiste en distinguir, dentro de la clase de supuestos de hecho prevista por el texto


constitucional (entendido a la letra) dos subclases de supuestos de hecho que serían
“sustancialmente” diferentes, y que exigirían, por tanto dos regímenes diferentes.

Ejemplo: la distinción entre magistrados en concepto amplio que comprende también a los
ministros de la Corte Suprema de Justicia y magistrados en sentido restrictivo que no
comprende a los ministros, en el voto de Lezcano Claude, en el Acuerdo y Sentencia Nro. 222
del 5 de mayo de 2000 (inamovilidad de los ministros de la Corte Suprema de Justicia).

Argumento sistemático.

Es cuando el intérprete recurre a las distintas modalidades de argumentación sistemática,


tales como: combinación de disposiciones, consistencia terminológica, inconsistencia
terminológica.

Ejemplo: Con el uso del argumento sistemático -variante combinación de disposiciones -, el


autor nacional Evelio Fernández Arévalo justifica que el Ministerio Público no es un órgano
judicial y lo hace en los términos siguientes:

- El Art. 247, párrafo final C.N., define a quienes integran el Poder Judicial, de la manera
siguiente: “…poder judicial ejercido por la Corte Suprema de Justicia, los Tribunales y por
los Juzgados…”. En este enunciado constitucional no figura el Ministerio Público ni los
agentes fiscales.

- El Art. 250, al establecer el requisito del juramento relativo a los miembros del Poder
Judicial, tampoco menciona a los agentes fiscales y, sí se refiere nuevamente a los
ministros de la corte suprema de justicia, los demás tribunales y juzgados.

- El Art. 266 le atribuye autonomía funcional y administrativa en el cumplimiento de sus


deberes y atribuciones, lo cual no ocurre con los magistrados judiciales.

- El Art. 267, in fine C.N., confiere al Fiscal General del Estado “las mismas
incompatibilidades e inmunidades que las establecidas para los magistrados del Poder
Judicial”, lo cual implica que el Fiscal General del Estado no es magistrado del Poder
Judicial.

- El Art. 270 C.N., primera parte, dispone que “los agentes fiscales son designados en la
misma forma que establece esta Constitución para los magistrados del Poder Judicial”, lo
cual implica que los agentes fiscales no integran el Poder Judicial”.62

Argumento doctrinario

Es el argumento que recurre a la opinión de autores conocidos en materia de derecho


constitucional para justificar la opción interpretativa del intérprete.

En los fallos nacionales – Sala Constitucional – se puede encontrar varios ejemplos del uso de
la opinión doctrinaria para justificar la interpretación constitucional.

62
FERNANDEZ AREVALOS, EVELIO. Órganos Constitucionales del Estado, pág. 471-472
Página 41 de 55

Ejemplo: En el Acuerdo y Sentencia Nro. 300 de fecha 25 de mayo de 2005, para resolver si la
intervención de un Senador, en calidad de defensor del procesado, afecta o no el principio de
la independencia judicial consagrado en el Art. 248 C.N., se expresa:

“Sobre el Art. 248 la doctrina ha sostenido “…se mencionan algunos actos cuya realización
implica una violación de tales características y va de suyo que la realización de aquellos habrá
de ser indebido para que se produzca tal violación. En efecto, existe la posibilidad de que los
mencionados actos sean realizados en debida forma: en la misma disposición se admite la
posibilidad de que órgano de otro poder ejerzan atribuciones judiciales si ello esta autorizado
constitucionalmente, en ciertos casos pueden revivir procesos fenecidos (cfr. Art. 17, inciso 4,
Constitución, Arts. 481 y sgtes. Código Procesal Penal); e igualmente, actuando dentro del
marco legal, se puede paralizar juicios o intervenir en ellos. Por tanto, creemos que lo
expresado en el Art. 248 de la Constitución, supone la realización indebida de tales actos,
entre ellos la intervención en juicios…”(Lezcano Claude, Luís, “Inhabilidades,
Incompatibilidades y Pérdida de Investidura de los Miembros del Congreso” en “Comentario a
la Constitución – Homenaje al decimo aniversario”, Tomo II, Págs. 399/400, Ed. Litocolor, Año
2002, Asunción – Paraguay”.

Argumento del precedente judicial

Es cuando en la interpretación del texto constitucional se recurre a decisiones judiciales


emitidas sobre el tema litigioso; es decir, el interprete justifica su decisión en la jurisprudencia
existente en la materia.

Ejemplo: En el Acuerdo y Sentencia Nro. 672 de fecha 25 de octubre de 2021, que resuelve la
inamovilidad permanente de los ministros de la Corte Suprema de Justicia hasta la edad de 75
años, en lo pertinente se expone:

“Cabe decir, que la Corte Suprema de Justicia ha sentado una postura invariable sobre las
acciones de inconstitucionalidad y pedido de declaración de certeza que se hayan planteado
en casos idénticos al presente, en los cuales se han impugnado normas jurídicas que hayan
limitado la duración en los cargos de los Ministros de la Corte Suprema de Justicia,
imponiéndose – en todos esos casos – como solución, que los citados Ministros deben
permanecer como tales, hasta cumplir la edad de 75 años. Al respecto, cabe hacer alusión a
una línea constante de jurisprudencia, firme y uniforme, dictada por la Corte Suprema de
Justicia en muchísimos casos, entre los que pueden citarse: Acuerdo y Sentencia Nros. 222 y
223 del 5 de mayo de 2000; el Acuerdo y Sentencia Nro. 557 del 28 de junio de 2007; el
Acuerdo y Sentencia Nro. 149 del 26 de noviembre de 2009; el Acuerdo y Sentencia Nro. 110
del 19 de marzo de 2009; el Acuerdo y Sentencia Nro. 443 del 9 de junio de 2009; el Acuerdo
y Sentencia Nro. 947 del 30 de diciembre de 2009, entre otras – cuyo sentido adhiero – que
demuestran que la constante solución, en idénticos a este, ha sido la declaración de
inconstitucionalidad del Art. 19 de la Ley 609/95, en razón que los Ministros de la Corte
Suprema de Justicia, son inamovible por mandato constitucional desde su misma designación
hasta cumplir la edad de 75 años, o de ser, eventualmente removidos por juicio político, a
tenor del Art. 261 de la Constitución, norma esta que debemos aplicar para resolver la
presente acción de inconstitucionalidad”.

Aplicación de los principios constitucionales

Los principios pueden ser definidos como los valores más relevantes del ordenamiento jurídico
que sirven de base a las normas que deben guardar coherencia con dichos valores.

Existen varios elementos que permiten diferenciar entre los principios y las normas: 1) los
principios expresan valores y las normas conductas concretas, 2) el lenguaje en que se
expresa principio es abierto o Abstracto y el lenguaje normativo es concreto.

Las diferencias apuntadas reflejan las dificultades que se presentan en momento en que se
debe proceder a la aplicación de los principios.
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Antes de proceder a la descripción de las tareas intelectuales que el intérprete debe reealiza para
la aplicación – en este caso – de los principios constitucionales, corresponde hacer una breve
descripción de los principios, pues, los mismos se pueden identificar en los diferentes sectores del
ordenamiento jurídico.

Concepto.

Guastini, afirma que “En la doctrina – y más aún en la teoría general del derecho – se suele decir
que todo sistema incluye dos tipos de normas: “reglas” y “principios”. Pero, ¿cómo distinguir las
reglas de los principios? la distinción depende sencillamente de los conceptos empleados: del
concepto de reglas y del concepto de principios.

Ahora bien, es posible convenir que una regla es un enunciado condicional que conecta una
consecuencia jurídica a una clase de hechos: “Si H entonces J”. La consecuencia jurídica en
cuestión puede ser una sanción, el nacimiento de una obligación o de un derecho, la validez o
invalidez de un acto, etcétera.

El concepto de principio es más complicado y sobre todo controvertido. Se puede proponer la


conjetura según la cual los juristas consideran como principio toda norma que presentan
conjuntamente dos características: 1) por un lado, que tenga carácter fundamental y 2) por el otro,
que sufra de una particular forma de indeterminación.

Por consiguiente, el concepto de principio que propone el autor es que “los principios son normas
que poseen las características de ser fundamentales y con una particular forma de
indeterminación”.

Características de los principios

Conforme, anota Ricardo Guastini63, los principios tienen como características dos notas
distintivas que son los siguientes:

(1) Son normas de carácter fundamental, es decir, tiene relación con la “posición” de las
normas en cuestión en el ordenamiento jurídico o en uno de sus subsectores: un
subconjunto de normas (como por ejemplo, el derecho constitucional, el derecho civil, el
derecho penal, el derecho administrativo, el derecho de contrato, el derecho electoral, el
derecho de arrendamiento de inmuebles urbanos y uso habitable, etcétera).

Los principios son normas fundamentales por las razones siguientes:

- En primer lugar, son normas fundamentales en el sentido de que dotan de fundamento


y/o justificación axiológica (ético – política) a otras normas (normalmente, todo principio
constituye el fundamento axiológico de una multitud de – otras – normas).

- En segundo lugar, son normas fundamentales en el sentido de que no tienen o no


requieren, a su vez, de ningún fundamento axiológico, de ninguna justificación ético –
política, dado que son percibidos en la cultura jurídica existente como norma
evidentemente “justa” o “correcto”.

(2) Los principios son normas indeterminadas. La segunda característica no tiene que ver
con la posición de las normas en el ordenamiento jurídico, sino con el propio contenido de
las normas y/o con su estructura lógica.
63
GUASTINI, RICARDO. La sitaxis del derecho, Marcial Pons, pág. 77-79, 2016
Página 43 de 55

Un principio es una norma “indeterminada”, que ocurre porque no tiene un ámbito de


aplicación bien delimitado. Esta indeterminación particular, al menos, puede asumir tres
formas distintas:

- Supuesto de hecho abierto.

- Derrotabilidad o derogabilidad.

- Genericidad.

(1) Los principios en cuanto normas con supuesto de hecho abierto. Las reglas son
normas con un antecedente “cerrado” (con supuesto de hecho cerrado), mientras que
los principios son normas con un antecedente “abierto” (con supuesto de hecho
abierto) en el siguiente sentido.

El antecedente de una norma está cerrado, toda vez que la norma enumera
exhaustivamente los hechos en presencia de los cuales se produce la consecuencia
jurídica que aquella dispone. Por el contrario, el antecedente está abierto, toda vez que la
norma no enumera exhaustivamente los hechos en presencia de los cuales se produce la
consecuencia jurídica correspondiente.

(2) Los principios en cuanto normas “derrotables”. Las reglas son normas “indefectibles”,
mientras que losprincipios son normas “defectibles” o “derogables”.

Una norma es inderrotable toda vez que no admite excepciones o dicho con mayor
precisión, que no admite más excepciones que aquellas eventualmente establecidas de
manera expresa en la propia norma o en otra norma del mismo ordenamiento. Por el
contrario, una norma es defectible toda vez que admite excepciones implícitas, no
establecida en la norma expresa y, por tanto, totalmente indeterminada.

(3) Los principios en cuanto normas genéricas. Las reglas son normas (relativamente)
“precisas” que hacen referencia a hechos identificables, mientras que los principios son
normas “genéricas”.

Una norma “precisa” – y por tanto, una “regla” – es susceptible de ser aplicada
inmediatamente a un caso concreto: una norma que puede ser utilizada como premisa mayor
en el silogismo jurisdiccional. Una norma “genérica” (y por tanto, un “principio”) es por el
contrario, una norma que: por un lado, exige la formulación de otras normas – que la
“concretan”, que le dan actuación o ejecución – sin los cuales no seria idónea para resolver
casos concretos, pero que, por otro lado, puede ser actuada, ejecutada o concretada en
modos diferentes o alternativos.

Ahora, según Ricardo Gaustini64 afirma que para la aplicación judicial o concreción de los
principios constitucionales se deben realizar (al menos) cuatro operaciones intelectuales.

(1) Identificación de los principios en cuanto tales, vale decir, la adscripción del estatuto
(del “valor”) de principio a determinada disposición constitucional.
(2) interpretación de -es decir la adscripción de significado a – una disposición
constitucional (previa o contemporáneamente identificada como) expresiva de un
principio.
(3) balance o ponderación de dicho principio con otro principio en conflicto, de modo tal
que se seleccione el principio aplicable.
(4) especificación o concretización de dicho principio de modo que se constituya una
regla idónea para resolver el caso en cuestión.

64
GUASTINI, RICARDO. Ensayos Escépticos sobre la Interpretación, Zela, Puno, pág. 139, 2018
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La integración constitucional

Los textos constitucionales no se escapan del problema hermenéuticos de ausencia de


normas reguladora de un supuesto de hecho y ante la inexistencia de la norma
constitucional se debe proceder a la construcción de la norma inexpresa para su
aplicabilidad a un caso concreto.

Por ejemplo: en la Constitución de 1992, existe el reconocimiento doctrinario de la omisión


constitucional respecto a la inmunidad del Presidente de la República, del procedimiento
de reemplazo en caso de la vacancia simultánea del Poder Ejecutivo, el procedimiento de
reemplazo de los senadores ubicados en los últimos lugares y que pertenezcan a partidos
minoritarios que no han proclamados suplentes.

En estos casos de supuestos vacíos constitucionales, se debe proceder a la integración de


las normas constitucionales, en la hipótesis de ser planteados ante los órganos judiciales.

Los argumentos que pueden ser utilizados para la creación de la norma constitucional
inexpresa son los siguientes:

Argumento a contrario

El argumento a contrario en su variante constructivo puede cumplir con la función


señalada. Ejemplo: “Sólo los ciudadanos tienen derecho al voto” a contrario sensu “los
extranjeros no tienen derecho al voto”. Esta norma referida a los extranjeros es una norma
constitucional inexpresa.

Argumento a fortiori

Es un argumento constructivo de norma inexpresa que parte de la existencia de una norma


que confiere ventaja o desventaja a un supuesto de hecho valga “con mayor razón” para
otro supuesto de hecho no expresado. Ejemplo: Conforme con el Art. 241 de la
Constitución “los ministros del Poder Ejecutivo tienen inmunidad y siendo el presidente de
la República el superior jerárquico, con “mayor razón” debe tener inmunidad.

Argumento de principio

Siendo los principios constitucionales los valores más relevantes del orden constitucional
que debe irradiarse por todo el ordenamiento, ante la ausencia de norma expresa, se debe
identificar el principio que puede llenar el vacío constitucional. Ejemplo: ante la ausencia
del procedimiento de reemplazo de la vacancia simultánea del Poder Ejecutivo, se
identifica a la “voluntad popular” como fuente del poder electivo y se procede a llamar a los
electores para que por medio de la votación popular designe a los titulares del Poder
Ejecutivo.

Antinomia constitucional

Cuando existe dos normas constitucionales que regulan dos situaciones de hecho en
forma contradictoria o incompatible se debe optar por uno de ello.

Los criterios tradicionales para resolver las antinomias: especialidad, jerarquía y


cronológico no son aplicables para las antinomias constitucionales, con excepción de la
especialidad.
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El criterio cronológico no es aplicable porque las normas constitucionales en conflicto son


promulgadas en la misma fecha (20 de junio de 1992).

El criterio jerárquico no es aplicable porque las normas en conflicto pertenecen al mismo


nivel jerárquico.

Criterio de especialidad.

Este criterio puede ser aplicado para resolver la antinomia, en el supuesto de que entre las
normas constitucionales en conflicto, una sea de carácter general y la otra de carácter
especial, en cuyo caso, se deberá optar por la norma que regula la situación especial.
Ejemplo: el mandato de cinco años de los magistrados y el mandato hasta la edad límite de
los ministros de la corte, siendo que este último regula la situación especial de los ministros
y el otro de los magistrados en general.

Criterio de ponderación.

Este criterio implica que ante derechos o principios constitucionales en conflicto se debe
valorar cuál de ellos protege un bien jurídico más importante para el orden jurídico
constitucional y optar por el derecho o principio más relevante.

El autor Pierluigi Chiassoni, distingue dos tipos de la técnica de ponderación en la solución


del conflicto de principios constitucionales:

(1) La ponderación particularista o ad hoc consiste en establecer, ente los principios


constitucionales en conflicto, una jerarquía axiológica (el principio más importante
prevalece sobre el principio menos importante) y móvil: la prevalencia vale solo para el
caso específico concreto, sin que la jerarquía instituida adquiera ni siquiera un mínimo
valor de precedente, sobre la base del cual se puedan formular razonables previsiones
acerca de la jerarquía que podría ser establecida en futuros casos similares.

(2) La ponderación universalista o generalizadora, en ocasiones denominada también


“definitoria”, por el contrario, consiste en establecer entre los principios constitucionales
en conflicto, una jerarquía axiológica, no puramente móvil, sino modular: por ejemplo:
variable para clase de circunstancias determinadas, sobre la base de la cual un
principio prevalece sobre el otro en relación con cierta clase de circunstancias pero
podría sucumbir en presencia de una clase distinta de circunstancias.

Por su parte, Ricardo Guastini, afirma que “La ponderación (o balance) consiste en
establecer entre ambos principios en conflicto una jerarquía que presenta dos
caracteres marcados: es una jerarquía (a) axiológica y (b) móvil.

(1) Como se recordará, una jerarquía axiológica es una relación de valor creada
(no por el derecho mismo, como la jerarquía material de las fuentes, sino) por el
juez constitucional, mediante un juicio de valor comparativo, vale decir, un
enunciado dotado de la forma lógica: “El principio P1 tiene más valor que el
principio P2”. Como resultado, instituir una jerarquía axiológica se resuelve en
atribuir a uno de los dos principios en conflicto un “peso”, un valor, una
importancia ético – política, mayor con relación al otro.

(2) Por otra parte, una jerarquía móvil es una relación de valor inestable,
cambiante: una jerarquía que vale para el caso concreto (o para una especifica
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clase de casos), pero que podría ser invertida – y a menudo es invertida – en un


caso concreto diferente (o una clase de casos diferente)65

CAPITULO 8

REGULACION JURIDICA DE LOS PROBLEMAS HERMENEUTICOS

En los ordenamientos jurídicos de los Estados se hallan regulados los diferentes problemas
hermenéuticos y las técnicas para resolver dichos problemas y en tal sentido, en el orden jurídico
paraguayo se pueden encontrar diferentes disposiciones normativas que regulan dichas
situaciones.

En efecto, en la propia Constitución, en los diferentes códigos y leyes especiales, se encuentran


regulados los mecanismos de solución de los diferentes problemas hermenéuticos para la
aplicación de la norma jurídica al caso concreto.

Constitución Nacional.

En el Art. 9, párrafo segundo, se halla regulado el principio de libertad jurídica o norma general
exclusiva, al disponer que “Nadie está obligado a hacer lo que la ley no ordena ni privado de lo
que ella no prohíbe”, siendo esta una norma de cierre, se constituye en una norma que evita la
existencia de una laguna normativa en la regulación de conducta permitida o prohibida.

El Art. 257 CN., dispone que “Los órganos del Estado están subordinados a los dictados de la
Ley”, se puede considerar como una norma que cierra el ámbito de competencia de los órganos
públicos, por lo que la competencia no atribuida es una competencia inexistente.

Por consiguiente, esta disposición se constituye en una norma de cierre que se puede utilizar
como argumento para llenar el vacío normativo en materia de competencia pública.

El Art. 54, última parte, de la Constitución dispone que “Los derechos del niño, en caso de
conflicto, tienen carácter prevaleciente”.

La disposición constitucional no distingue el tipo de conflicto, con lo cual, se puede suponer que
hace referencia (también) a conflictos normativos y en el supuesto de darse incompatibilidad entre
dos normas que puedan resolver un conflicto en el ámbito de la minoridad, se debe hacer
prevalecer la norma que favorezca el “interés del niño”, que se puede traducir en la situación que
le ofrezca un mejor nivel de vida.

Por consiguiente, la disposición regula un criterio de solución de antinomia normativa en la


aplicación de las normas reguladoras de la situación de los menores.

65
GUASTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentar, pág. 250-251
Página 47 de 55

Código Civil.

El Art. 6 del Código Civil dispone: “Los jueces no pueden dejar de juzgar en caso de silencio,
oscuridad o insuficiencia de las leyes.

Si una cuestión no puede resolverse por las palabras ni el espíritu de los preceptos de éste
Código, se tendrán en consideraciones que regulan casos o materias análogas y, en su defecto,
se acudirá a los principios generales del derecho.

En esta disposición normativa, corresponde distinguir dos situaciones diferentes:

(1) La primera parte de la norma, se refiere a dos problemas hermenéuticos: 1) a la laguna


normativa con la expresión “silencio”; 2) a la duda normativa o problema interpretativo con
las expresiones “oscuridad” e “insuficiencia”.
(2) La segunda parte, hace referencia a las técnicas que se pueden utilizar para construir la
norma inexpresa; es decir, para llenar la laguna normativa. La norma ordena que en caso
de laguna normativa se pueda recurrir a dos técnicas o argumentos para llenar la laguna:
la analogía y los principios generales del derecho.

(3) En la segunda parte, también establece la posibilidad de utilizar dos argumentos


interpretativos para superar la “oscuridad” o “insuficiencia” de la ley, al disponer que la
cuestión podrá resolverse por las palabras de la ley (argumento literal) o por el espíritu de
la ley (argumento de la intención subjetiva u objetiva del legislador).

El Art. 7 del Código Civil dispone: “Las leyes no pueden ser derogadas en todo o en parte por
otras leyes. Las disposiciones especiales no derogan a las generales, ni estas a aquéllas,
salvo que se refieran a la misma materia para dejarla sin efecto, explicita o implícitamente”.

Esta disposición hace referencia al problema hermenéutico de la antinomia, específicamente,


la que pueden darse entre una norma general y especial. En este caso, se debe optar por la
norma especial contradictoria con la norma general, por aplicación del criterio de la
especialidad.

Código del Trabajo

EL Art. 6 del Código del Trabajo dispone que: “A falta de normas legales o contractuales de
trabajo aplicables al caso controvertido, se resolverá de acuerdo con la equidad, los principios
generales del Derecho Laboral, las disposiciones de los Convenios de la Organización
Internacional del Trabajo aplicables al Paraguay, los principios del derecho común no
contrarios a los del Derecho Laboral, la doctrina y jurisprudencia, la costumbre o el uso local”.
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Esta disposición normativa plantea tres situaciones que cabe distinguir: 1) la existencia del
problema hermenéutico de laguna en el ámbito del derecho del trabajo, con la expresión “a
falta de normas legales o contractuales; 2) las fuentes normativas que se pueden utilizar para
llenar el vacío normativo: Convenio de la Organización Internacional del Trabajo aplicable al
Paraguay; 3) los argumentos para llenar el vacio normativo, tales como: equidad, principios del
derecho del trabajo, principio del derecho común no contrario a lo del trabajo, la doctrina y la
jurisprudencia.

Es importante destacar las situaciones siguientes: 1) la referencia a la fuente normativa como


el Convenio de la O.I.T. aplicable al Paraguay, supone la existencia de la norma aplicable al
caso y no precisamente a falta de norma, pues los Convenios de la O.I.T. aprobado en la
República del Paraguay integra el orden jurídico nacional, con carácter de supralegalidad; 2)
Los argumentos de los principios de derecho del trabajo y del derecho común, son
efectivamente, argumentos destinados a llenar vacíos normativos; 3) los argumentos
doctrinarios o del precedente judicial (jurisprudencia) son argumentos destinados a justificar la
atribución de significado a normas de contenido dudoso (argumentos interpretativos) y no
precisamente para crear normas inexpresas; 4) el argumento de la “equidad” es recomendable
como técnica interpretativa y no para llenar el vacío normativo.

El Art. 7, del Código del Trabajo dispone que: “Si se suscitase duda, sobre la interpretación o
aplicación de las normas del trabajo, prevalecerán las que sean más favorables al trabajador”.

Esta disposición es una técnica para resolver el problema hermenéutico de la antinomia


normativa, pues supone la existencia de dos normas en conflicto, pues la disposición hace
referencia a pluralidad de normas, con la expresión “de las normas del trabajo”.

Este criterio de la aplicación de la norma “más favorable al trabajador” en el supuesto de


conflicto de normas, supone una excepción al criterio de jerarquía de solución de antinomia,
pues la norma más favorable puede ser de inferior jerarquía.

Código Procesal Penal

El Art. 10 del Código Procesal Penal dispone: “INTERPRETACION: Las normas procesales
que coarten la libertad personal, limiten el ejercicio de las facultades conferidas a las partes o
establezcan sanciones procesales se interpretarán restrictivamente. La analogía y la
interpretación extensiva estarán prohibidas mientras no favorezcan la libertad del imputado o
el ejercicio de sus derechos o facultades”.

En la disposición normativa, cabe distinguir las situaciones:

(1) El producto de la tarea interpretativa debe ser de carácter restrictivo para evitar que se
pueda ampliar el ejercicio del poder punitivo estatal en detrimento de la libertad personal o
el ejercicio de sus derechos procesales. La interpretación restrictiva no es un argumento
de atribución de significado a la norma dudosa sino el resultado de la interpretación. Se
puede sostener que la interpretación restrictiva es consecuencia de un argumento literal en
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la que se atribuye significado a la norma interpretada de acuerdo al sentido estricto de las


palabras (semántica y sintácticas) formuladas en la norma.
(2) La prohibición del argumento analógico como argumento interpretativo o constructivo
cuando ellos pueden afectar la situación de los procesados.

(3) El uso del argumento analógico – en sus dos variables – cuando se pueda favorecer al
procesado.

(4) La admisión de la interpretación extensiva, es decir, la posibilidad de que el intérprete


pueda ampliar el alcance de la norma interpretada, en el supuesto de que pueda resultar
favorable al procesado.

Ley de Reforma Tributaria (Ley Nro. 125/92)

El Art. 246 de la Ley Nro, 125/92, con el título de “interpretación de las normas” dispone: “En la
interpretación podrán utilizarse todos los métodos reconocidos por la ciencia jurídica a los
efectos de determinar su verdadero significado”.

La disposición de referencia, sugiere a los interpretes de las normas tributarias a utilizar las
diferentes técnicas argumentativas que proporciona la dogmática jurídica con la finalidad de
atribuir significado a la norma tributaria que pueda resultar de contenido dudoso, sea por los
problemas de vaguedad o ambigüedad,

El Art. 247 de la Ley Nro. 125/92, con el título de “interpretación del hecho generador”
establece cuanto sigue: “Cuando la norma relativa al hecho generador se refiera a situaciones
definidas por otras normas jurídicas, sin remitirse ni apartarse expresamente del concepto que
estas establecen; se debe asignar a aquella el significado que más se adapte a la realidad
considerada por la ley al crear el tributo.

Las formas jurídicas adoptadas por los particulares no obligan al intérprete; éste deberá
atribuir a las situaciones y actos ocurridos una significación acorde con los hechos, siempre
que del análisis de la norma surja que el hecho generador fue definido atendiendo a la realidad
y no a la forma jurídica”.

Por consiguiente, los artículos citados, distinguen dos objetos de interpretación en materia
tributaria:

(1) La interpretación de la norma tributaria y en la que para la atribución del “verdadero


significado” se podrá recurrir a los diferentes argumentos interpretativos que ofrece la
dogmática jurídica que se ha descripto con anterioridad.

(2) La interpretación del “hecho generador”, que es la conducta o acto revelador de


capacidad contributiva, prevista en la ley, cuya realización genera la obligación de
pagar el tributo.
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La técnica adoptada para la interpretación del hecho generador es la conocida en la


literatura tributaria como la “realidad económica”.

El Art. 248 de la Ley Nro. 125/92, con el título de “Interpretación analógica” dispone: “En
las situaciones que no puedan resolverse por las disposiciones generales o por las
disposiciones particulares sobre cada tributo, se aplicarán supletoriamente las normas
análogas y los principios generales del derecho tributario y, en su defecto, los de otras
ramas jurídicas que más se avengan a su naturaleza y fines, en caso de duda se estará a
la interpretación más favorable al contribuyente”.

El contenido de esta disposición normativa, permite distinguir las situaciones siguientes:

(1) La norma regula el problema hermenéutico de ausencia o vacio normativo en


materia tributaria y así lo indica con la expresión “no puede resolverse por las
disposiciones”, por lo que el uso del argumento analógico sugerido es para la
creación de normas inexpresas y no para interpretar que es atribución de
“verdadero significado”.

(2) El título del Capítulo en que se halla ubicada la norma referida, correctamente
indica que son reglas de interpretación (Art. 246-247) y de integración (Art. 248).

(3) Indica en forma precisa el uso del argumento analógico en su variante constructivo,
recurriendo a norma semejante de otro sector del derecho.

(4) El criterio de la duda favorable al contribuyente no es argumento de integración sino


de interpretación, por lo que hubiera sido más apropiado su ubicación en el Art.
246.

(5) La norma no determina los supuestos en que no se puede utilizar la analogía para
construir una norma tributaria inexpresa. En el ámbito tributario no se puede crear
por medio de argumento analógico las siguientes cuestiones: hecho generador,
contribuyente y la cuantía de la deuda tributaria. Estos elementos de la estructura
del tributo deben ser creados por ley, por lo que si no existe la ley de creación del
tributo con los elementos señalados, no existe tributo.

El principio de legalidad tributaria tiene rango constitucional (Arts. 44 – 179), por lo


que la ley no puede disponer lo contrario.

CAPITULO 9

Reglas hermenéuticas de los tratados de derechos humanos

En materia de solución de los problemas hermenéuticos que pueden presentar las normas
internacionales en materia de derechos humanos, se debe recurrir a dos disposiciones normativas
internacionales que proporcionan directrices que guardan relación con las técnicas argumentativas
a utilizar o en su caso, que tipo de interpretación no puede hacerse en la materia.
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En relación, al primer supuesto señalado, se tiene el Art. 31 de la “Convención de Viena sobre el


derecho de los tratados” que regula las técnicas que se pueden utilizar en la interpretación o
solución de antinomias normativas en los tratados internacionales y que dispone cuanto sigue:

“Regla general de interpretación. 1. Un tratado deberá interpretarse de buena fe conforme


al sentido corriente que haya de atribuirse a los términos del tratado en el contexto de estos y
teniendo en cuenta su objeto y fin.

2. Para los efectos de la interpretación de un tratado, el contexto comprenderá, además del texto,
incluido su preámbulo y anexos:

a) todo acuerdo que se refiera al tratado y haya sido concertado entre todas las partes con motivo
de la celebración del tratado.

b) todo instrumento formulado por una o mas partes con motivo de la celebración del tratado y
aceptado por las demás como instrumento referente al tratado;

3. Juntamente con el contexto, habrá de tenerse en cuenta:

a) todo acuerdo ulterior entre las partes acerca de la interpretación del tratado o de la aplicación
de sus disposiciones.

b) toda práctica ulteriormente seguida en la aplicación del tratado por la cual conste el acuerdo de
las partes acerca de la interpretación del tratado.

c) toda forma pertinente de derecho internacional aplicable en las relaciones entre las partes.

4. Se dará a un término un sentido especial si consta que tal fue la intención de las partes.

El Art. 32 de la Convención de Viena dispone: “Medios de interpretación complementario. Se


podrán acudir a medios de interpretación complementarios, en particular a los trabajos
preparatorio del tratado y a las circunstancias de su declaración, para confirmar el sentido
resultante de la aplicación del artículo 31, o para determinar el sentido cuando la interpretación
dada de conformidad con el artículo 31:

a) deje ambiguo u oscuro el sentido, o

b) conduzca a un resultado manifiestamente absurdo o irrazonable”.

Estas reglas generales de interpretación de los tratados son acogidos por la Corte Interamericana
de Derechos Humanos (CIDH) en la opinión consultiva OC- 3/83 de 8 de setiembre de 1983, como
técnicas interpretativas en la aplicación de la Convención Americana de Derechos Humanos

Por otra parte, el Art. 29 de la Convención Americana de Derechos Humanos, establece los
resultados interpretativos que no se admiten en la aplicación de las disposiciones de la
Convención Americana y en tal sentido dispone:

“Ninguna disposición de la presente Convención puede ser interpretada en el sentido de:

a) Permitir a algunos de los Estados partes, grupo o persona, suprimir el goce y ejercicio de
los derechos y libertades reconocidos en la Convenció o limitarlos en mayor medida que la
prevista en ella;
b) Limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda estar reconocido de
acuerdo con las leyes de cualquiera de los Estados Partes o de acuerdo con otra
convención en que sea parte uno de dichos Estados;
c) Excluir otros derechos y garantías que son inherentes al ser humano o que se derivan de
la forma democrática representativa de gobierno, y
d) Excluir o limitar el efecto que puedan producir la Declaración Americana de Derechos y
Deberes del Hombre y otros actos internacionales de la misma naturaleza”.
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La primera disposición citada establece los argumentos interpretativos y la segunda


disposición contenida en el Art. 29 de la Convención Americana de Derechos Humanos
disponen – lo que se puede llamar - ´producto de la interpretación, pues se refieren a la
interpretación restrictiva o extensiva-

El Art. 31 de la Convención de Viena, establece los argumentos interpretativos que se


pueden utilizar en la tarea de interpretación de las normas internacionales de derechos
humanos y son los siguientes:

1.- Argumento de la buena fe

Los tratados internacionales sobre derechos humanos deben ser interpretados según las reglas
generales de interpretación establecidas por la Convención de Viena, por lo que aquellos deben
interpretarse de buena fe, expresa el Art. 31 de la Convención de Viena.

El argumento de la buena fe supone que las disposiciones de los tratados internacionales se


deben interpretar de acuerdo a los términos en que fueron pactados.

2.- Argumento gramatical.

La atribución de significado a las normas internacionales interpretada debe ser conforme con las
reglas semánticas y sintácticas en que se formula la disposición objeto de interpretación. Esta
modalidad argumentativa se halla expresamente reconocida como de interpretación en el Art. 31
de la Convención de Viena al disponer que los tratados deben ser interpretado “conforme al
sentido corriente de sus términos”.

3.- Argumento sistemático

La posibilidad del uso del argumento sistemático en la tarea de interpretación de los tratados
internacionales se halla expresamente reconocido en el Art. 31 de la Convención de Viena,
cuando se expresa que una de las variables es “según el contexto”.

4. Argumento teleológico

Los tratados sobre derechos humanos deben ser interpretados de manera que sus disposiciones
cumplan con la finalidad que consiste en la efectiva protección de los derechos fundamentales de
las personas.

Este argumento para determinar el sentido o alcance de la normativa internacional se halla


expresamente reconocida en la Convención de Viena – que acoge la CIDH – al disponer que la
interpretación de los tratados debe ser efectuado conforme a su “objeto y fin”.
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El fin de los tratados de derechos humanos es la tutela y efectividad de los derechos humanos en
la jurisdicción interna de los estados, por lo que deben ser las razones que el intérprete debe
aducir en su tarea interpretativa.

5.- Argumento de la efectividad.

Los tratados deben interpretarse de manera que se dé eficacia a sus disposiciones en el sentido
natural u ordinario en el contexto en que ocurren, según su objeto y fin.

Esto supone que las disposiciones de los tratados sobre derechos humanos se le debe atribuir el
significado que permita que los derechos reconocidos tengan eficacia plena a favor de las
personas.

Este argumento interpretativo, exige que los jueces internos busquen dentro del arsenal normativo
(sean internacionales o internos) cual es la norma más favorable para tornar efectivo el goce de
los derechos de las personas.

Es un argumento incorporado en los precedentes de la Corte Interamericana de Derechos


Humanos.

6. Argumento de la evolución de los tiempos

Los tratados sobre los derechos humanos son instrumentos vivos, cuya interpretación tiene que
acompañar la evolución de los tiempos y las condiciones de vida actuales, siendo dicha
interpretación evolutiva consecuente con las reglas generales de interpretación de los tratados
que la Convención de Viena consagra.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el caso “Claude Reyes y Otros”, sentencia del
19 de setiembre de 2006, expresa al respecto cuanto sigue: “…que la evolución de los tratados
internacionales sobre derechos humanos no implica que la Corte reforme la Convención o altere
sus lineamientos, sino que la misma debe desarrollar las decisiones jurídicas respectivas a partir
de los valores, principios y normas en vigor para que la Convención mantenga su “capacidad de
respuesta” frente a situaciones que los autores del instrumento no previeron pero que son
esencialmente iguales a la contempladas en la normativa y que representan problemas
específicos que requieren soluciones puntuales”.

7.- Argumento pro persona

Este argumento implica que los tratados de derechos humanos deben interpretarse de la forma
más extensa a favor de los seres humanos que supone no permitir al Estoado, grupo o persona,
suprimir el goce y ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en la Convención o limitarlos
en mayor medida que la prevista en ella.
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Tampoco puede ser interpretado de manera que excluya otros derechos o garantías que son
inherentes al ser humano o que se deriven de la forma republicana de gobierno. Los otros
derechos y garantías son conocidas como “clausulas abiertas” o “derechos implícitos”, con lo cual
se sostiene que los derechos reconocidos en la Convención no excluyen a otros que no están
explícitamente enunciados, pero que se derivan de la dignidad humana.

El argumento interpretativo “pro persona” impone al interprete que en su tarea de determinar el


sentido de las disposiciones de la Convención, debe siempre elegir la alternativa más favorable
para la tutela de los derechos protegidos por dicho tratado, según el principio de la norma más
favorable al ser humano.

En conclusión, se puede sostener que el argumento referido, se constituye en un criterio para


resolver las antinomias que pueden presentarse sea: 1) entre las disposiciones del tratado de
derechos humanos o 2) las disposiciones del tratado o de las disposiciones entre la norma
internacional y del derecho interno.

Por otra parte, resulta importante destacar que este criterio de solución de antinomia, en materia
de derechos humanos, implica la alteración del criterio de “jerarquía estructural o formal” en la
solución de antinomia, pues, se debe aplicar la norma que mejor proteja los derechos de las
personas, sea esta norma, internacional o interna.

Por ejemplo: si la norma legal paraguaya protege mejor el goce de un determinado derecho que la
Convención, se debe aplicar la norma legal paraguaya que es de inferior jerarquía que la
internacional.

También implica alteración del criterio de “jerarquía formal”, porque en el supuesto de que la
norma internacional disponga de normas más favorable al goce de los derechos que la
Constitución del Estado nacional, es aplicable la normativa internacional, que en el caso
paraguayo (Art. 137 CN) es formalmente inferior a la Constitución.

Este argumento es denominado también como “favor libertad”, se halla previsto en el Art. 29,
inciso b) de la Convención Americana de Derechos Humanos, es un argumento hermenéutico que
impone la necesidad de acudir a la norma más amplia, más extensiva, cuando se trata de
reconocer los derechos protegidos e, inversamente, a la norma o interpretación más restringida
cuando se trata de establecer restricciones permanentes al ejercicio de los derechos o su
suspensión extraordinaria.

El argumento o principio “favor persona” consagra que es válida y necesaria la regla que
determina el preferir, seleccionar, favorecer y tutelar la aplicación de aquella norma jurídica que
mejor asegure, garantiza y promueve los derechos de la persona, lo que implica acudir a la norma
más protectora y garantizadora de los derechos y la interpretación que mejor los asegure,
garantice y los promueva.

El argumento “favor persona” tiene dos formas de expresión: 1) la interpretación extensiva de los
derechos y 2) la interpretación restringida de los límites.
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1.- La interpretación extensiva de los derechos. Es decir, en la interpretación de los derechos, se


debe extender el alcance de los derechos consagrados en la norma jurídica, con la finalidad de
asegurar su protección, su efectividad, es decir, asegurar el goce del derecho.

La interpretación extensiva a favor de los derechos, tiene tres manifestaciones, conforme expresa
Mónica Pinto: 1) es una guía de la interpretación de los derechos, 2) es un criterio de solución de
antinomia, en cuyo caso, se debe preferir la norma que mejor asegure el goce de los derechos y
3) la inaplicabilidad de las normas contrarias a la Convención Americana de Derechos Humanos.

La primera manifestación de la interpretación extensiva, es decir, como guía de interpretación, fue


el criterio utilizado por la Corte Interamericana en los casos: 1) “La última tentación de Cristo vs.
Chile”, en la que sostuvo que el Estado chileno violó la convención por la censura previa de la
película y 2) Penal Miguel Castro Castro vs. Perú”, en la que sostuvo que existe afectación de la
igualdad cuando se exige a las mujeres embarazadas arrastrarse sobre su vientre como a los
hombres.

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