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CAPITULO 1
HERMENEUTICA JURIDICA
I.- Concepto
Es por ello que se puede afirmar que las reglas hermenéuticas son las que permiten resolver
correctamente los tres problemas que se pueden presentar al momento de aplicar la norma
jurídica al caso concreto.
1. Concepto
2. La ausencia de la norma aplicable al caso concreto, situación fáctica que se soluciona con
las técnicas de la integración normativa.
3. La existencia de dos normas aplicables a un caso, pero que son contradictorias, situación
que se resuelve con las reglas de solución de antinomias.
Pero esta situación no implica que todos los problemas se solucionan con los argumentos
interpretativos, pues la interpretación se realiza solo en los supuestos de dudas normativas
y no en los otros casos.
CAPITULO 2
INTERPRETACION
1.- Objeto
Como afirma el autor italiano Ricardo Guastini, la interpretación puede tener varios objetos
que habrá de determinar la forma y el producto o resultado de la actividad interpretativa.
Así, la actividad interpretativa puede tener como objeto:
1.1.- Conducta humana. El autor referido señala al respecto que “Cuando se habla de
interpretar un acto o conducta humana, interpretar a veces significa elaborar suposiciones en
torno a los objetivos, a las razones o intenciones del sujeto agente; otras veces significa
adscribir sentido o algún valor a la acción considerada”1.
En definitiva, interpretar un hecho significa incluir ese hecho dentro de una determinada
clase de hechos, generalmente para subsumirlo dentro de una norma jurídica, tal como se
realiza dentro de una decisión penal
1.3.- Textos legales. El autor Ricardo Guastini señala que “Cuando se habla de interpretar
un texto, significa atribuir sentido o significado a un determinado fragmento del lenguaje
(vocablos, locuciones, enunciados)”3.
2.- Concepto.
El autor referido expresa que “En un sentido amplio, “interpretación” se emplea para
referirse a cualquier atribución de significado a una formulación normativa,
independientemente de dudas o controversias. Según este modo de utilizar el término en
examen, cualquier texto, en cualquier situación, requiere interpretación,
1
GUASTINI, RICARDO. Estudios sobre la Interpretación Jurídica, Editorial Porrúa, UNAN, México, págs., 1-2, 2006
2
GUASTINI, RICARDO. Ibidem, pág. 2
3
GUASTINI, RICARDO. Ibidem, pág. 2
4
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit., págs.. 3-4
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resolver una controversia “fácil” puede no requerir argumentación. Sin embargo, un significado
obvio y cualquier significado es el resultado de una variable dependiente de la interpretación”.5
Por otra parte, un concepto descriptivo de la interpretación consiste en una tarea intelectual
para determinar el significado y alcance de la norma interpretada para su aplicación a un caso
concreto.
1.- Es una tarea intelectual. La interpretación es una tarea intelectual con el objetivo de
determinar el significado y alcance de la norma interpretada para su aplicación al caso
concreto.
El objetivo de atribuir el sentido o alcance de la norma surge cuando la norma tiene algunos de
los problemas interpretativos que se generan a partir de ambigüedades, vaguedades de
diferentes tipos que pueden contener la norma interpretada.
El autor Ricardo Guastini sostiene la existencia de tres teorías sobre la interpretación jurídica,
entendiendo sobre la expresión teoría como la explicación o el discurso sobre lo que es la
interpretación. Las principales teorías son las siguientes:
El autor Ricardo Guastini expresa que “La teoría cognitiva, - o más comúnmente
“formalística”- de la interpretación sostiene que la interpretación es una actividad de tipo
cognitivo; interpretar es verificar (empíricamente) el significado objetivo de los textos
normativos o la intención subjetiva de sus autores (típicamente la autoridad, legislativa). Esto
equivale a decir que los enunciados de los intérpretes (el texto T significa S) son significado
del discurso descriptivo, o sea, enunciados de lo que pueda la veracidad o falsedad.”6
El autor referido señala que esta teoría se funda en el supuesto de que las palabras de un
texto legal tienen un significado “propio”, intrínseca dependiente no del uso de las palabras
mismas sino de la relación natural entre la palabra y la realidad.
También, esta teoría parte de la creencia de que la autoridad que dicta el texto legal tiene una
voluntad univoca y reconocible como los individuos.
Conforme con esta teoría, la interpretación tiene por objetivo, simplemente, descubrir el
significado objetivo de las palabras del texto legal o la voluntad subjetiva del legislador.
5
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit., pág. 5
6
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit., pág. 11
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teoría se funda sobre la opinión de que no existe algo así como el significado “propio” de las
palabras, ya que toda palabra puede tener el significado que le ha incorporado el emitente, o
el que le ha incorporado el que la usa, y la coincidencia entre uno y otro no está garantizada”.7
En oposición a la teoría cognitiva, esta teoría sostiene que todo texto puede ser entendido en
una pluralidad de modo diversos, y las diversas interpretaciones dependen de las distintas
posturas valorativas de los intérpretes
Por otra parte, sostiene que en los Estados modernos no existen legisladores individuales
cuya voluntad pueda averiguarse con métodos empíricos y, por el otro lado, no existe algo así
como la “voluntad colectiva” de los órganos colegiado.
De acuerdo con esta teoría el enunciado (T significa S) no son verdaderos ni falsos porque no
describen el uso de un término o una expresión sino que proponen atribuir al termino o
expresión un significado.
Según expresa el autor Ricardo Guastini “La tercera teoría de la interpretación, intermedia
entre las precedentes (si se quiere: una tentativa de conciliación entre las precedentes),
sostiene que la interpretación es a veces una actividad de conocimiento y, a veces, una
actividad de decisión discrecional”8.
A los efectos de justificar la posición de esta teoría se parte del hecho de la irreductible
“textura abierta” de las normas legales por los problemas de vaguedad o ambieguedad. Los
textos son formulados en lenguaje natural por medio de términos clasificatorios generales en
la que pueden resultan, a veces, difícil determinar si un hecho cae o no dentro de su campo de
aplicación.
De esta distinción surge que en los casos de que la norma presenta un campo de aplicación
claro, en tal caso, la interpretación es un acto de conocimiento y en los casos en que
presentan contenido controvertido o difícil, entonces se le atribuye un significado como acto de
decisión de significado.
En consecuencia, conforme con esta teoría cuando se tiene una norma jurídica de
contenido claro la interpretación es un acto de conocimiento o cognitivo y cuando la norma
tiene zona de penumbra en su campo de aplicación, la interpretación es un acto de decisión
discrecional, conforme sostiene la teoría escéptica.
La interpretación es una actividad realizada por varios sujetos quienes realizan diferentes tipos
de interpretaciones y con efectos también diferentes.
Interpretación doctrinaria
7
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit., pág. 15
8
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit., pág. 16
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b) Cunado hace una interpretación decisoria realiza una labor de “política de derecho”, es
decir, busca influenciar en los órganos aplicadores del derecho; su interpretación es una
propuesta de sentencia.
c) Cuando la interpretación es creadora pretende contribuir a la creación del derecho.
Interpretación autentica
Interpretación judicial
Según el rol que asumen los sujetos quienes realizan la tarea interpretativa, generalmente,
recurren a diferentes teorías de la interpretación.
Así, el juez, quien tiene la obligación justificar sus decisiones a la ley, recurre a la
interpretación cognitiva de determinar el verdadero significado de la norma para su aplicación
al caso.
CAPITULO 3
PROBLEMAS INTERPRETATIVOS
Los problemas interpretativos surgen a partir de los defectos que presentan las normas
jurídicas que generan dudas o faltas de certeza para su aplicación al caso concreto.
La duda en la formulación normativa se genera en razón de los problemas que presentan los
textos sea por el significado de los términos que utilizan o por la forma de construcción de las
oraciones.
Es decir, los problemas interpretativos, surgen esencialmente de los defectos del lenguaje o la
estructura de la oraciones en que se formulan el texto legal, pero también existen otras fuentes
de equivocidad o generadora de problemas interpretativos, tal como será en su oportunidad.
Conforme con el autor italiano Ricardo Guastini, los problemas interpretativos surgen de la
ambigüedad y vaguedad de las formulaciones normativas.
El autor Ricardo Guastini9, distingue tres modalidades de ambigüedad que son la semántica,
sintáctica y pragmática.
9
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit., págs.. 63-67
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La ambigüedad semántica, según el autor citado, puede depender del significado de los
vocablos y de los sintagmas y en tal sentido, expresa que un predicado es ambiguo siempre
que la pregunta “¿Qué cosa entiende? Admita una pluralidad de respuestas.
Es importante señalar, conforme anota Victoria Iturralde, que los elementos que pueden
generar la ambigüedad sintáctica en una formulación normativa son: 1) la utilización de
términos de doble significación como “o” e “y”, 2) los signos de puntuación y 3) las expresiones
modificatorias, tales como “a condición de”, “excepto que”, entre otros.
Vaguedad. Según el autor “la vaguedad es, entonces, una propiedad de la referencia de los
predicados. Un predicado es vago siempre que la pregunta ¿A que se refiere? Admita una
respuesta dudosa.
El autor paraguayo Daniel Mendonca, describe los problemas del lenguaje normativo que
genera la vaguedad, tales como: graduación, indeterminación, combinación, anomalía,
alteración y bivalencia, que son explicados conforme con el criterio expuesto por el autor
referido.
Vaguedad. Conforme señala Daniel Mendonca “Una formulación normativa vaga es una
expresión lingüística desprovista de precisión en cuanto a su contenido significativo. Una
formulación normativa puede ser vaga a causa de la imprecisión del significado de algunas de
las palabras que forman para la expresión lingüística”10.
Conforme con el autor citado, la vaguedad puede generarse por los motivos siguientes:
4.- Anomalía. Ocurre cuando existe violación a las reglas del lenguaje. En caso de anomalía el
intérprete se encontrará con formulaciones carentes de sentido, aunque en ocasiones pueden
parecer gramaticalmente correctas.
6.- Bivalencia. Ocurre cuando una formulación normativa puede ser interpretada en base a los
lenguajes distintos, uno natural y otro técnico o dos técnicos diferentes.
10
MENDONCA, DANIEL. Cómo Hacer Cosas con la Constitución. Una Introducción al Análisis Constitucional, Edición del
Autor, Asunción, pág. 35, 1999
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Ambigüedad. El autor paraguayo Daniel Mendonca señala que “Una formulación normativa
es ambigua cuando, en un contexto dado, es posible asignarle dos o más significados, esto
es, cuando puede ser interpretada de dos o más modos”11.
Ricardo Guastini12 identifica otras fuentes de equivocidad de los textos normativos y son las
siguientes:
Cada sujeto que realizan la tarea interpretativa lo hace conforme con su interés en el conflicto,
es natural que el acusador tenga una interpretación diferente al de la defensa o el demandante
civil en relación con el demandado.
Resulta claro que los sentimientos éticos morales de los intérpretes condicionan sus
decisiones interpretativas
Construcciones dogmáticas
Porque todo interprete se acerca al texto legal provisto de presunciones teóricas que
condicionan su interpretación. Ejemplo, toda ley contraria a la Constitución es nula, tal como
se ha sostenido en el caso “Merbury vs. Madison” de 1803.
CAPITULO 4
Introducción
Los métodos o argumentos de la interpretación de las normas jurídicas son las formas en que
se puede justificar la atribución de significado a la norma que genera duda o falta de certeza
en cuanto a su contenido o campo de aplicación.
Argumentar es dar razones en apoyo de una conclusión, en tal sentido expresa Daniel
Mendonca que “Por lo común, la expresión “dar un argumento” significa ofrecer una razón o un
conjunto de razones en apoyo de cierta conclusión. Los argumentos son así, intentos de
apoyar ciertas afirmaciones o decisiones con razones. De este modo, argumentar tiene una
importancia especial porque constituye una manera de informarse acerca de qué afirmaciones
o decisiones son mejores que otras, así como algunas conclusiones pueden apoyarse en
buenas razones, otras tienen un sustento mucho más débil.”13
11
MENDONCA, DANIEL. Op. Cit., pág. 33
12
GUASTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentar. Legales Ediciones, Lima, Perú, pág. 57, 2018
13
MENDONCA, DANIEL. Op. Cit., pág. 42
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El autor referido expresa que “Los llamados “argumentos jurídicos actúan así, precisamente
como pautas interpretativas generales y ocupan el lugar de la premisa, indicando el modo
como debe ser interpretadas ciertas formulaciones normativas”.14
Por su parte, Ricardo Guastini señala al respecto que “En la moderna cultura jurídica
occidental, para los juristas es habitual y para los jueces obligatorio “motivar” sus decisiones
interpretativas; vale decir, aducir (no propiamente “motivos”, a pesar de ser esta la palabra
comúnmente usada, sino) razones. En otras palabras: toda decisión interpretativa – La
disposición D expresa la norma N1 y no la norma N2- por lo general se presenta como
conclusión de un razonamiento.
Los “métodos” o “técnicas” de interpretación no son más que el conjunto de razones que en el
ámbito de determinada cultura, pueden ser adoptadas como sustento de la interpretación
elegida”15
El autor italiano citado, señala al respecto que “Las directivas primarias prescriben al juez “en
que modo (éste) debería atribuir significado” a una disposición jurídica, prescribiéndole, en
concreto, que preste atención a los tres “contextos relevantes” a los cuales la disposición es
reconducible, por ejemplo: el “contexto lingüistico”, el “contexto sistemático” y el “contexto
funcional”.
Por consiguiente, conforme con lo señalado por el autor citado, las directivas son los
argumentos o métodos de interpretación para justificar la atribución de significado a una norma
legal.
Así, el autor argentino Enrique Zuleta Puceiro, clasifica los argumentos interpretativos en cinco
grupos: Argumento literal, histórico, sistemático, finalista y retóricos.
El autor italiano Ricardo Guastini, establece la existencia de dos técnicas de interpretación que
son la declarativa o literal y la interpretación correctora y explica los argumentos que se
pueden utilizar en cada una de estas técnicas interpretativas.
14
MENDONCA, DANIEL. Op. Cit., pág. 44
15
GUASTINI, RICARDO. Ensayos Escépticos sobre la Interpretación, Zela, Puno, pág. 195(196, 2018
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Todos los argumentos que se pueden utilizar, sea para la interpretación, para la integración o
la resolución de antinomias se explican como argumentos interpretativos y esta situación
genera, en la práctica, confusiones en relación a la solución de los problemas hermenéuticos y
puede generar la aplicación errónea de las técnicas de solución de los problemas
hermenéuticos y con incidencia errónea sobre ciertos sectores del derecho.
El autor italiano establece dos técnicas interpretativas que son la literal o declarativa y la
interpretación correctora y enumera los argumentos que se utilizan en cada una de estas
técnicas de interpretación y posteriormente explica otros argumentos interpretativos que se
pueden utilizar en cualquiera de estas dos técnicas.
El autor señala que la técnica de la interpretación declarativa o literal es aquella que atribuye
significado a una norma jurídica de conformidad con el significado “propio” de los términos del
texto normativo que se desprende del uso común de las palabras y de las reglas sintácticas y
los argumentos utilizados en esta técnica interpretativa son dos: el argumento del lenguaje
común y el argumento “a contrario”.
Argumento literal
La atribución de significado con el argumento literal, puede tener tres variantes, tales como:
(1) La atribución de significado de acuerdo con el sentido propio de las palabras o sintagma
que contiene la norma interpretada recurriendo para el efecto a las reglas semánticas y
sintácticas del lenguaje en que esta formulada la norma legal.
(2) La atribución de significado conforme con el sentido común de uso de los términos de la
norma interpretada, es decir, de acuerdo al uso ordinario de las expresiones en una
sociedad determinada.
Las debilidades del argumento literal del lenguaje propio de la formulación normativas, son
apuntadas por Guastini, en los supuestos siguientes:
1.- Que el significado ordinario de las palabras raramente es univoco y preciso. Toda
expresión de uso común tiene un significado vago y las propias reglas gramaticales son, a
veces, elásticas.
3.- Las expresiones del lenguaje común no se puede reconducir a un único tipo, pues existen:
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- Expresiones del lenguaje común que son los que se definen en los diccionarios y estos,
generalmente, ofrecen varias definiciones sobre una misma expresión
- Expresiones pertenecientes al lenguaje ordinario que por definición del legislador adquieren
significado distinto de su uso común
Afirma Guastini que “en general, se aduce – o se hace referencia tácita a – la presunta
intención del legislador para justificar la atribución a un texto normativo de un significado
diverso del literal. (he dicho “en general”: en efecto, es totalmente posible apelar a la voluntad
del legislador como argumento auxiliar a favor de una interpretación meramente literal,
asumiendo que haya una correspondencia perfecta entre lo que dice la ley y su lo que su autor
ha querido decir)”.
El argumento de la intención del legislador puede ser usado en dos modos distintos:
El argumento “a contrario” tiene dos usos: uno como argumento interpretativo, es decir, para
dar razones sobre el significado de una norma de contenido dudoso y como argumento
productor de norma, es decir, para colmar las lagunas u omisiones normativas.
Ejemplo: En la Constitución paraguaya vigente no existe una norma que establezca que los
Ministros de la Corte Suprema de Justicia tienen un mandato de cinco años y esta situación se
consideró en el Acuerdo y Sentencia Nro. 222 del 5 de mayo de 2000, para sostener la
inexistencia del plazo de mandato de los Ministros, es decir, que son inamovibles desde su
designación.
Una decisión diferente surge del argumento a contrario, pues se puede sostener que el
constituyente no quería que los Ministros tengan la inamovilidad desde su designación pues si
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así quería lo hubieran dicho expresamente con una formulación normativa que exprese: “Los
Ministros de la Corte no tiene límites temporal en su mandato que lo ejercerán hasta la edad
de 75 años.
La interpretación correctora puede ser extensiva o restrictiva y los argumentos que se utilizan
en esta técnica interpretativa son los siguientes:
Argumento teleológico
Conforme con lo expresado por Ricardo Guastini, se puede distinguir dos variables del
argumento teleológico: 1) cuando se atribuye a la norma dudosa el objetivo del legislador al
redactar la norma y 2) la finalidad objetiva de la norma. La primera variable puede generar
confusión con el argumento de la intención del legislador.
Argumento Apagógico
El argumento parte de la razonabilidad del legislador, excluyendo que pueda dictar una norma
absurda o de consecuencia absurda.
Ejemplo: El Art. 248 de la Constitución dispone que Ningún funcionario de otro poder del
Estado podrá intervenir en modo alguno en el proceso judicial”, y la aplicación literal de esta
disposición implica que el Presidente no podrá intervenir en el proceso de nulidad de sus
decreto, que no podrá intervenir en proceso laborales o civiles.
Esta situación que plantea la expresión literal de la norma citada es absurda porque el
Presidente debe intervenir en el proceso contencioso contra sus resoluciones como cuando es
sujeto de las acciones civiles o laborales.
El autor italiano Pierluigi Chiassoni, en una explicación que resulta más clara, expresa que
“Son, por tanto, argumentos naturalistas todos aquellos esquemas discursivos en los que, por
ejemplo, el intérprete identifica la naturaleza de las cosas, en la naturaleza del mercado, la
naturaleza de las relaciones sindicales, la naturaleza de las relaciones familiares, etc., y
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procede así a atribuir a las palabras de las disposiciones los significado sugeridos por éstos en
los fenómenos de lo que se trata en cada ocasión.”16
El argumento a simili
Según Guastini, “El argumento analógico (o a simili) consiste simplemente en aducir – a favor
de una conclusión, según los casos “interpretativa” o “constructiva” que dos supuestos de
hecho son similares, análogos o también sustancialmente iguales.
El argumento puede ser empleado para sostener dos conclusiones de tipo muy diferentes: una
interpretación extensiva y, respectivamente, la formulación (la construcción) de una norma
inexpresa en presencia de una laguna (por lo general, axiológica)17
Este argumento recibe la denominación común de argumento analógico que, tal como señala
Guastini, puede tener dos usos: 1) como argumento para la interpretación extensiva y 2) como
argumento para llenar vacíos o lagunas legales.
El argumento a fortiori
Conforme anota Guastini “El argumento a fortiori presenta semejanza estrecha con el
argumento analógico en su variante constructiva.
El autor señala que “el argumento a fortiori puede asumir dos formas diferentes, según sea
adoptado en relación a normas que otorgan posiciones subjetivas ventajosas (por ejemplo:
derecho) o en cambio en relación a normas que imponen posiciones desventajosas (por
ejemplo: deberes).
(a) En uno de los casos, este asume la forma del argumento a fortiori a minus, Por
ejemplo: si se permite aplicar intereses del 20%, entonces -con mayor razón- también
se permite aplicar intereses del 10%.
(b) En otro, este asume la forma del argumento a minori ad maius. Por ejemplo: si en
cierto local está prohibido introducir animales domésticos, entonces – con mayor razón
– también está prohibido introducir en él tigres.19
16
CHIASSONI, PIERLUIGI. Técnicas de Interpretación Jurídica, Marcial Pons, Madrid, pág. 106, 2011
17
GUASTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentar. Legales Ediciones, Lima, pág. 337, 2018
18
GUASTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentar, Legales Ediciones, Lima, pág. 344, 2018
19
GUARTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentar, Legales Ediciones, Lima, pág. 345, 2018
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Ejemplo: El argumento utilizado por el autor Evelio Fernández Arévalos, para llenar la omisión
constitucional sobre la inmunidad del Presidente de la República, que se sintetiza en el
argumento “Si los ministros del poder ejecutivo tienen inmunidad, con mayor razón, el
Presidente de la República, superior jerárquico, debe tener”.
El argumento de la disociación
El argumento puede ser empleado para sostener dos decisiones de diverso tipo: por una
parte, una interpretación restrictiva; por la otra, la “construcción” de una excepción inexpresa,
cuyo resultado es la excepción de una norma, vale decir, la sustitución de la norma en
cuestión con otra norma diferente (de alcance más restringido).
El argumento sistemático
Guastini señala que la locución “interpretación sistemática” está muy difundida entre los
juristas, aun cuando no parece posible atribuirle un significado preciso. Y es que, en efecto, la
expresión aludida es usada de hecho para referirse a las técnicas interpretativas más variadas
e independientes entre si.
El autor señala que “Grosso modo, se llama interpretación sistemática toda interpretación que
deduzca el significado de una disposición de su colocación en el “sistema” del derecho: unas
veces, en el sistema jurídico en su conjunto, más frecuentemente, en un subsistema del
sistema jurídico total, es decir, en el conjunto de las disposiciones que disciplinan una
determinada materia o una determinada institución.”21
En otros términos, el autor citado, describe este tipo de argumento interpretativo al expresar
que “denominaremos sistemática en sentido estricto a aquella interpretación que previene las
antinomias o las incongruencias axiológicas en el ámbito de un texto normativo individual, ¿de
que modo? Evitando extraer de determinada disposición (supongamos el art. X de
determinada ley) una norma que entraría lógica o axiológicamente en conflicto con otra norma
previa o contextualmente extraída de otra disposición del mismo texto normativo (el art. Y de la
misma ley). En otras palabras, se efectúa interpretación sistemática en sentido estricto toda
vez que, se excluye determinada atribución de significado que, si es admitida, haría a un texto
normativo (la Constitución, una ley, un Código, etc.) totalmente incoherente o incongruente. 22
20
GUASTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentar, Legales Ediciones, Lima, pág. 346, 2018
21
GUASTINI. RICARDO. Op. Cit., págs.. 43-44
22
GUASTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentar, Legales Ediciones, Lima, pág. 366, 2018
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El autor citado expresa que este modo de argumentar puede presentar diferentes
modalidades, ente las que se pueden citar, los siguientes:
Combinación de disposiciones.
Guastini sostiene que “Se usa este argumento toda vez que se aduce que determinada
disposición debe ser entendida en determinado modo (y no en otros) en virtud de su ubicación
en el discurso legislativo.
Por ejemplo: la ubicación del art. 88 Const. Italiana (disolución de las Cámaras) en el título
segundo de la parte segunda de la Constitución, dedicado al Presidente de la República (y no
en el título sucesivo, dedicado al gobierno), puede ser usado como argumento a favor de la
tesis según lo cual el poder de disolución es un poder estrictamente presidencial (y no
gubernativo), de modo que la iniciativa legislativa de la disolución le corresponde al Presidente
(y no al Gobierno).23
Ejemplo: En la doctrina nacional el autor Juan Carlos Mendonca Bonet, sostiene que el
Ministerio Público es un órgano judicial porque se halla ubicada en el capitulo del Poder
Judicial dentro de la Constitución de 1992.
Al respecto afirma Guastini “Se trata de aquella perspectiva según la cual; el legislador emplea
cada término o sintagma siempre con el mismo significado (por lo menos, dentro de cada
documento normativo); y , recíprocamente, cuando el legislador emplea términos o sintagmas
diferentes, estos no pueden tener un mismo significado (por lo menos, no en el mismo
documento normativo).24
23
GUASTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentar, Legales Ediciones, Lima, pág. 363-4, 2018
24
GUASTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentar, Legales Ediciones, Lima, pág. 363-4, 2018
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manera que no es seguro que una misma expresión conserve el mismo con el cambio de
contexto.
Argumenta así, por ejemplo, quien sostiene que la expresión “gran empresa” asume diferentes
significados en las distintas leyes que están referidos a las grandes empresas (ley de
reconversión y reestructuración industrial, ley de recuperación financiera de las empresas)25
Ejemplo en el caso paraguayo: las diferentes categorías de empresas, que son sujetos
contribuyentes del Impuesto a la Renta Empresarial, en la que se distinguen las empresas en
razón del monto de facturación.
Interpretación Adecuadora
Según Guastini “La interpretación adecuadora – una especie del género interpretación
sistemática entendida en sentido amplio – es aquella interpretación que previene las
antinomias y/o las incongruencias axiológicas entre normas expresas de textos normativos
diferentes y jerárquicamente ordenados, evitando extraer de determinada disposición
(supongamos el art. X de determinada ley) una norma que entraría en conflicto con otra
norma, previamente extraída de una disposición perteneciente a un texto normativo diferente y
jerárquicamente superior (supongamos el art. Y de la Constitución).
En otra palabra, se hace interpretación adecuadora toda vez que se adapta – precisamente se
adecua – el significado de una disposición al significado (previamente establecido) de otras
disposiciones de rango superior.26
El argumento histórico
En esta segunda hipótesis, los datos que surgen del diario de sesiones y resultan de utilidad
los objetivos (presuntamente) queridos por el legislador o lo que hubiera querido el legislador
en la actualidad.
25
GUASTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentales, Legales Ediciones, Lima, pág. 365-6, 2018
26
GUASTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentales, Legales Ediciones, Lima, pág. 367-8, 2018
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El autor argentino Enrique Zuleta Puceiro, establece seis grupos de argumentos y dentro de
cada grupo explica cada argumento que pertenecen a dicho grupo o clase de argumento.
Argumentos linguisticos
Es la determinación del significado de la ley que parte del análisis del significado léxico de las
palabras, de las características gramaticales, de la estructura sintácticas de la formulación
normativa.
Se determina el significado del texto conforme con el uso común, ordinario de las palabras que
se utilizan en la ley.
Argumentos históricos
Es cuando se recurre a la intención del legislador al momento en que emite una ley. Se
argumenta que es la intención subjetiva del legislador al dictar la ley; es un argumento figurado
porque la ley es una intención colectiva, pero es la intención subjetiva de cada uno de los que
votaron a favor de la ley emitida.
Se atribuye el significado conforme a la interpretación que ha sido realizada por los órganos
judiciales y que se mantiene como un patrón de interpretación en el futuro, Es una
interpretación consolidada a través del tiempo.
Argumentos sistemáticos
Es la atribución de significado que sea más coherente con el conjunto normativo en la que se
halla insertada la norma interpretada.
27
ZULETA PUCEIRO, ENRIQUE. Interpretación de la Ley. La Ley Argentina, Buenos Aires, págs.. 49-67, 2003
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normativo al que pertenece la norma. Así una norma técnica debe ser interpretada en
vinculación con la actividad técnica que regula.
El argumento se utiliza en el conflicto que se presenta con la idea de plenitud, es decir, que el
ordenamiento jurídico tiene toda la respuesta y la ausencia de norma. Este argumento debe ir
acompañado de normas expresa o principios. Ej. Lo que no está prohibido está permitido.
Es un argumento útil para evitar la antinomia y se parte de la idea de que el sistema normativo
es coherente por lo que se debe atribuir a la norma el significado que sea compatible con el
resto del ordenamiento jurídico.
Es cuando a un precepto legal o el conjunto legal de que forma parte se le atribuye una
finalidad o propósito se le atribuye a la norma interpretada el significado que resulte
compatible con la finalidad o propósito identificado.
Según el autor, se desarrolla en dos modalidades: por un lado, la que remarca en los
“intereses” y por el oro, la de los fines como dimensión esencial del derecho.
Parte del supuesto de una determinada “naturaleza” del hombre y del derecho, por lo que las
leyes constituyen determinaciones de dicha naturaleza, por lo que a la norma interpretada se
le debe atribuir el significado que sea compatible con la naturaleza de las cosas.
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Parte del supuesto de que el ordenamiento jurídico contiene un valor o una meta que es
sustancial para dicho ordenamiento, a la norma interpretada se debe atribuir el significado que
su aplicación sea compatible o favorezca dicho valor o meta.
Sostiene que a la norma interpretada se debe atribuir el significado que haga eficiente a la
norma en el caso concreto. Es decir, en el caso de varias interpretaciones posibles, se debe
atribuir el significado que implique “efecto de utilidad”.
Según el autor, supone dos dimensiones: por una parte se debe atribuir a la norma
interpretada que no existe legislador redundante, con lo cual se indica que no se debe atribuir
significado que ya fue establecida en una norma superior; por otra parte, se propone que la
norma debe ser interpretada de manera que sea compatible entre medio y fin, de manera a
evitar que el significado atribuido sea incompatible con significado ya determinado con
anterioridad.
Sugiere que la norma debe ser interpretada conforme al dignificado ya sugerido por autoridad
reconocida desde el punto de vista doctrinal. Este argumento – según el autor – se sustenta
en tres fuentes: la jurisprudencia, la doctrina y el derecho comparado.
Sugiere que a la norma interpretada se debe atribuir el significado que surge del consenso que
surge de la opinión coincidente de las autoridades en la materia y es por ello que (afirma el
autor) es una variante el argumento de autoridad.
Argumentos retóricos
Explica el autor que dada una norma que predica una calificación cualquiera, a falta de otra norma
expresa, se debe excluir la validez de una norma distinta que predica la misma calificación.
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Es conocida también como argumento a pari o analogico supone que cuando exista una norma
que establezca una calificación y otra que establezca una semejante hay que otorgar validez para
otro objeto o sujeto.
Según el autor, que cuando existe silencio del legislador, se impone la aplicación de un precepto
normativo a una situación no prevista y que tiene mayores razones de ser aplicado que la
concebida expresamente.
1.- Argumento “a simile”. Dada una formulación normativa con significado controvertido, ella
debe ser interpretada atendiendo a otra formulación normativa ya interpretada, con la cual
guarda semejanza relevante o idéntica “ratio”.
2.- Argumento “a fortiori”. Dada una formulación normativa con significado controvertido, ella
debe ser interpretada atendiendo a otra formulación ya interpretada, cuya “ratio” valga con
mayor razón para aquélla.
3.- Argumento “a contrario”. Dada una formulación normativa con significado controvertido, ella
debe ser interpretada excluyendo de su alcance todo caso distinto del expresamente incluido.
4.- Argumento “a rúbrica”. Dada una formulación normativa con significado controvertido, ella
debe ser interpretada atendiendo a los títulos y a las divisiones legales que incluyen a aquella.
5.- Argumento psicológico. Dada una formulación normativa con significado controvertido, ella
debe ser interpretada atendiendo a la voluntad del legislador, voluntad que se manifiesta n su
exposición de motivos, preámbulos y trabajos preparatorios.
6.- Argumento “sedes materiae”. Dada una formulación normativa con significado
controvertido, ella debe ser interpretada atendiendo al lugar que ocupa en el contexto del que
forma parte.
7.- Argumento “ad Autoritate”. Dada una formulación normativa con significado controvertido,
ella debe ser interpretada atendiendo a la opinión de determinada autoridad intelectual o
jurídica.
8.- Argumento histórico. Dada una formulación normativa con significado controvertido, ella
debe ser interpretada atendiendo a los precedentes existentes, empezando por los inmediatos.
9.- Argumento teleológico. Dada una formulación normativa con significado controvertido, ella
debe ser interpretada atendiendo a su propia finalidad objetiva, suponiendo que fue dictada
como medio adecuado para alcanzarlo.
10.- Argumento económico. Dada una formulación normativa a la que quepa atribuir varios
significados, ella debe ser interpretada prescindiendo de aquél (o de aquello) significado (s)
28
MENDONCA, DANIEL. Op. Cit,. Págs.. 42-50
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que suponga(n) una repetición respecto de lo establecido por otra formulación normativa ya
interpretada.
11.- Argumento “a coherentia”. Dada una formulación normativa a la que quepa atribuir varios
significados, ella debe ser interpretada prescindiendo de aquél (o aquellos) significado(s) que
suponga(n) una contradicción respecto de lo establecido por otra formulación normativa ya
interpretada.
12.- Argumento “ad absurdum”. Dada una formulación normativa a la que quepa atribuir varios
significados, ella debe ser interpretada prescindiendo de aquél (o aquellos) significado(s) que
dé(n) lugar a consecuencias absurdas o que contrasten con valoraciones del sentido común.
13.- Argumento pragmático. Dada una formulación normativa a la que quepa atribuir varios
significados, ella debe ser interpretada optando por aquél significado que lo haga más eficaz
para lograr su finalidad, prescindiendo del(de los) significado(s) que la convierta(n) en ineficaz
a ese respecto.
CAPITULO 5
Introducción
Una idea con mucha difusión entre los juristas es que la laguna implica la ausencia de una
norma aplicable al caso concreto y como el Juez esta obligado a resolver el conflicto, aun en
caso de ausencia de la norma, debe proceder a la integración del orden jurídico.
La tarea de integración normativa implica que el Juez debe proceder a la producción de una
norma inexistente en el ordenamiento jurídico a los efectos de resolver el conflicto planteado.
Por otra parte, en la dogmática jurídica se establecen diferentes tipos de lagunas, tales como
la ideológica, axiológica, aparente, real, de derecho, de normas jurídicas entre otros.
Pero lo que interesa al magistrado que debe resolver un conflicto es la ausencia de la norma
que regula el caso que se plantea y es lo que puede llamarse laguna normativa.
En relación a la existencia de laguna dentro del derecho, el autor Daniel Mendonca, expresa
que “Por lo común, se afirma que un cierto caso constituye una laguna de un determinado
sistema cuando ese sistema no imputa efecto jurídico alguno para ese caso”29.
29
MENDONCA, DANIEL. Op. Cit., pág. 64
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Por su parte, Ricardo Guastini, afirma que “…se define una “laguna” en uno u otro de los
modos siguientes: a) en un sistema jurídico existe una laguna siempre que un determinado
comportamiento no esté deónticamente calificado de modo alguno por una norma jurídica
perteneciente al sistema, o b) en un sistema jurídico, existe una laguna siempre que para un
determinado supuesto de hecho no esté prevista alguna consecuencia jurídica por una norma
perteneciente al sistema”.30
El autor sostiene que la existencia o no de laguna depende del aplicador del derecho, puede
considerar que un determinado supuesto de hecho cae dentro de una norma determinada o
que no existe la norma aplicable al caso.
La ausencia de norma aplicable al caso concreto se soluciona por medio de la integración que
implica la producción de la norma ausente para resolver el caso planteado.
Daniel Mendonca afirma que “se denomina “integración” al procedimiento aplicado para
completar un sistema incompleto, eliminando una laguna. El procedimiento consiste en asignar
al caso de laguna una solución determinada, esto es correlacionar C (el caso de laguna) con
una solución S del universo de soluciones US. Los métodos que por excelencia, son
empleados en derecho para integrar los sistemas incompletos se basan en la aplicación de los
argumentos por analogía o a contrario o en la invocación de principios”.31
Tipos de lagunas
En la dogmática jurídica se identifican distintos tipos de lagunas, pero la mayoría de los tipos
identificados tienen un valor académico, siendo relevante para el jurista, lo que se puede
llamar “laguna normativa”, que implica la ausencia de una norma jurídica aplicable a un caso
concreto.
Algunos tipos de lagunas que ofrece la doctrina jurídica son los siguientes:
Laguna ideológica o Axiológica. Según Norberto Bobbio32, existe laguna ideológica cuando
la norma que se debe aplicar al caso en cuestión no es la ideal, no es la correcta. Es decir,
existe la norma aplicable pero no es la solución ideal al caso.
La laguna ideológica, tal como afirma Victoria Iturralde. También recibe la denominación de
laguna axiológica o critica “representa no ya una insuficiencia de lege data del orden
normativo, sino una imperfección del mismo desde lo que podría ser un derecho mejor. Para
precisar el concepto hay que decir que no se trata de cualquier desacuerdo valorativo del
orden jurídico, por el contrario, es consustancial al concepto de laguna axiológica la idea de
que el legislador no ha incluido el supuesto de hecho de una propiedad, bien por no haberla
precisado, bien porque en dicho momento no existía como tal y que, de haberlo hecho, le
hubiera dado una solución diferente”.33
Los autores argentinos Alchourrón y Bulygin sostienen que respecto a este tipo de laguna que
“En el lenguaje de los juristas en general y muy especialmente en el de los jueces, se usa a
menudo la expresión “laguna del derecho” (o laguna de la ley) para designar situaciones en las
cuales, si bien existe una solución – por lo cual esas situaciones no son lagunas normativas -,
la solución existente es axiológicamente inadecuada”.34
30
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit., págs.. 83-84
31
MENDONCA, DANIEL. Op. Cit., págs. 65-66
32
BOBBIO, NORBERTO. Teoría General del Derecho, 2° edición, Temis, Bogotá, pág. 226, 1997
33
ITURRALDE SESMA, VICTORIA. Lenguaje Legal y Sistema Jurídico, Editorial Tecnos, Madrid, pág. 180, 1989
34
ALCHORRÓN, CARLOS EDUARDO – BULYGIN, EUGENIO. Sistemas Normativos. 2° edición, 3° reimpresión, Astrea,
pág. 155-156, 2021
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El Art. 218 del Código Penal Alemán que castiga en forma genérica el aborto sin considerar el
aborto por prescripción médica para salvar la vida de la madre.
Se ha presentado el caso de un médico que practico el aborto para salvar la vida de la madre
y el Tribunal resolvió la cuestión por aplicación extensiva del estado de necesidad justificante,
pero los autores argentinos consideran que este es un caso de laguna axiológica porque la
aplicación de la norma existente sería contrario al valor de protección de la vida.
Guastini36 afirma que “Se denomina “laguna axiológica” a la falta de una norma que – según
las preferencias subjetivas eticopolíticas (axiológica, precisamente) del interprete – debería
existir.
Debe ser claro que afirmar la existencia en el ordenamiento de una laguna axiológica no es un
juicio de hecho, sino un juicio de valor: no una descripción del derecho como es, sino una
crítica del derecho existente y/o una prescripción de cómo debería ser.
(1) Ocurre que un supuesto de hecho es regulado por una norma, pero que dicha regulación
parezca al intérprete insatisfactoria, de manera que, a su juicio, falta en el ordenamiento
(no una norma cualquiera, sino) una norma “justa”: la norma que seria exigida por su
sentido de justicia.
(2) Ocurre también que un supuesto de hecho sí esté regulado por una norma, pero que dicha
regulación no sea conforme a lo exigido por otra norma positiva, en especial, por una
norma material o axiológicamente superior. Encontramos ejemplos paradigmáticos de
laguna de este tipo en todos los casos en lo que el intérprete considere violado el principio
de igualdad.
LAGUNA TECNICA
Expresa Guastini que “Se dice que un ordenamiento jurídico presenta una laguna técnica
cuando falta en este una norma cuya existencia sea condición necesaria para la eficacia (y/o
efectividad) de otra norma.
Es decir, ocurre que una norma no puede producir efectos jurídicos (y/o no puede ser
obedecida o aplicada) a falta de otras normas que, digamos así, lo concreticen.
Por ejemplo, una norma prescribe la convocatoria periódica de un órgano, pero ninguna norma
determina qué sujeto es competente para convocarlo; una norma instituye cierto órgano
electivo pero ninguna norma establece cuál sistema electoral debe adoptarse; una norma
recomienda perseguir cierto fin, pero ninguna norma establece qué medios se deben
emplear.”37
Es decir, existe laguna técnica cuando la norma que regula una situación determinada
carece de eficacia.
35
Cfr. CHIASSONI, PIERLUIGI. Op. Cit., pág. 246
36
GUASTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentar. Legales Ediciones, Lima, pág. 162-163, 2018
37
GUASTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentar, pág. 161
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En estos dos supuestos se puede percibir que la norma existente carece de eficacia y por
tanto, existe una laguna que recibe la denominación de laguna técnica
LAGUNA DE CONOCIMIENTO
Son situaciones vinculadas a la prueba de los hechos relevantes del proceso, es decir,
ausencia de pruebas y esta laguna se puede superar con la aplicación de las reglas de las
presunciones judiciales y la carga de la prueba
LAGUNA DE RECONOCIMIENTO
LAGUNA NORMATIVA
Entre las técnicas interpretativas que son idóneas para evitar la existencia de lagunas
menciona la interpretación extensiva y la interpretación evolutiva.
Interpretación extensiva
El autor expresa que “Se llama extensiva aquella interpretación extiende el significado prima
facie de una disposición, de forma que incluyan en su campo de aplicación también supuesto
de hecho que, según una interpretación literal no estarían contemplados. De este modo es
posible reconducir bajo el dominio de una norma también supuesto de hecho que, en caso
contrario, quedarían totalmente privados de regulación jurídica”.41
38
ITURRALDE SESMA, VICTORIA. Op. Cit., págs.. 177-178
39
CHIASSONI, PIERLUIGI. Op. Cit., pág. 208
40
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit,. Págs.. 83-84
41
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit., pág. 85
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En este sentido, el Art. 10 del CPP, dispone cuanto sigue: “Las normas procesales que
coarten la libertad personal, limiten el ejercicio de las facultades conferidas a las partes o
establezcan sanciones procesales, se interpretaran restrictivamente.
Interpretación Evolutiva
Conforme señala Guastini, “la interpretación evolutiva es aquélla que tiende a adaptar las
viejas (o relativamente viejas) leyes a situaciones nuevas, no previstas por el legislador
histórico. También de este modo es posible reconducir bajo el dominio de una norma
supuestos de hecho que, en caso contrario, quedarían totalmente privados de regulación
jurídica”.42
Guastini, expresa que las técnicas interpretativas idóneas para crear lagunas, son por ejemplo,
el argumento de la disociación y el argumento “a contrario”, en su uso como argumento
interpretativo y no como argumento de producción de norma que es para colmar lagunas.
En el ejemplo, del Art. 248 de la Constitución que dispone que funcionario de otro poder del
Estado no puede intervenir en modo alguno en el juicio, se procede a distinguir o clasificar dos
tipos de intervención: la procesal y la extraprocesal, para incluir dentro del campo de
aplicación de la disposición la intervención extra procesal y excluir la intervención procesal,
que de este modo queda fuera de la regulación de la disposición constitucional.
Conforme con Guastini, las técnicas para integrar el derecho que implica llenar las lagunas,
son los siguientes:
El ejemplo que utiliza Guastini para explicar este uso del argumento “a contrario” es la
disposición del Art. 18 de la Constitución Italiana que dispone “Los ciudadanos tienen derecho
a asociarse libremente” y si se quiere saber si tal derecho es conferido a los extranjeros, con el
argumento “a contrario” puede sostenerse que la Constitución confiere en cuestión sólo a los
ciudadanos, pero esta vez, no en el sentido de que la Constitución omite referirse a los
extranjeros (si así fuera, tendría laguna) en el sentido de que la Constitución dispone
positivamente “en contrario”, o sea, dispone que los extranjeros no gozan del derecho de
asociación.
Afirma Ricardo Guastini que “En el lenguaje común “analogía” es (casi) sinónimo de
“semejanza”. En el lenguaje jurídico suele llamarse “aplicación analógica” a la aplicación de
una norma a un supuesto de hecho no contemplado por ella, pero semejante al previsto por la
misma. Se usa la analogía cuando, por ejemplo, se aplican a un contrato atípico (o
innominado) normas relativas a un contrato típico, expresamente regulado, siempre que los
dos tipos de contrato presentan una semejanza relevante.
Los principios generales del derecho son los valores generales del ordenamiento jurídico y en
las legislaciones se admite integrar la norma jurídica ausente para resolver el caso,
recurriendo a dichos valores o principios del orden jurídico.
Así, se establece en el Art. 6, del Código Civil paraguayo, que admite expresamente la
integración con la analogía y los principios generales, al disponer que: “Los jueces no pueden
dejar de juzgar en caso de silencio, oscuridad o insuficiencia de la ley. Si una cuestión no
puede resolverse por las palabras o el espíritu de los preceptos de éste Código, se tendrán en
consideración las disposiciones que regulan casos o materias análogas y en su defecto, se
acudirá a los principios generales del derecho”.
Argumento “a fortiori”
Se puede ejemplificar el uso de este argumento productor de norma, cuando el autor nacional,
Evelio Fernández Arévalos, para llenar el vacío de la inmunidad penal del Presidente de la
República.
En el sentido señalado, el autor sostiene que “Si nos atenemos del texto de los artículos 226 a
246 C,N., que se refieren al Poder Ejecutivo y que integran la Parte II, Capítulo II, C.N., no
existe ninguna disposición que establezca tutela funcionales explícitas relativas al Poder
Ejecutivo, esto es, inmunidades y privilegio del Presidente de la República.
Un estudio más detenido del tema que tome en cuenta otros dispositivos constitucionales y el
carácter y la importancia de las funciones de los poderes supremos del Estado, corregirá esa
primera impresión.
44
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit., pág. 93
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- En primer lugar, ha de llamar la atención que el Art. 241 C.N. dispone que los Ministros del
Poder Ejecutivo “no pueden ser privados de su libertad, excepto en los casos previstos
para los miembros del Congreso”. Esa inmunidad de arresto o detención para los ministros
del Poder Ejecutivo sería irrazonable, si su principal, el que tiene la facultad exclusiva y
excluyente de designarlos y removerlos (Art. 238, inc. 5, C.N.) y de quien son sus
colaboradores más inmediatos y jerárquicamente elevados (Art. 242 C.N.) no tuviera por lo
menos igual prerrogativa”.45
Según Guastini, una primera doctrina -de evidente ascendencia liberal- sostiene que todos los
ordenamientos jurídicos incluyen necesariamente una norma de cierre, y en específico el
“principio de libertad” o “norma general exclusiva”; “Todo lo que no está (expresamente)
prohibido está (tácitamente) permitido.
La norma general exclusiva – allí donde es derecho vigente – evidentemente tiene el efecto de
“cerrar” el ordenamiento, en el sentido de que en virtud de ella, toda posible conducta resulta
deónticamente calificada bien como prohibida, bien como permitida, ya que los casos son dos
y solo dos: o una conducta queda comprendida en el dominio de una norma particular que la
prohíbe o a falta de ella, queda comprendida en el dominio de la norma general que la
permite”47.
Por otra parte, también se puede sostener que el principio de legalidad para la actuación de
los órganos públicos se constituye en una norma de cierre del sistema jurídico, pues la
competencia que no se halla expresamente establecida en la ley para los órganos públicos es
una actividad no admitida por el ordenamiento jurídico.
El principio de legalidad para los órganos públicos (según mi parecer) se halla consagrado en
el Art. 257 de la Constitución de 1992, que dispone en lo pertinente “Los órganos del Estado
se subordinan a los dictados de la Ley”.
45
FERNANDEZ AREVALOS, EVELIO. Órganos Constitucionales del Estado, Intercontinental Editora, Asunción, pág. 276,
2003
46
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit., pág. 38
47
GUASTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentar, pág. 174
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CAPITULO 6
ANTINOMIAS NORMATIVAS
CONCEPTO
Para definir la antinomia, el autor italiano Ricardo Guastini, parte de dos concepciones de normas
que son: a) la norma que califica una determinada conducta y b) la norma que conecta una
consecuencia jurídica a un supuesto de hecho.
Expresa que “Al adoptar uno u otro de los conceptos de norma, puede definirse una “antinomia”
en uno u otro de los modos siguientes: a) en un sistema jurídico, existe una antinomia siempre
que un determinado comportamiento éste deónticamente calificado de dos modos incompatibles
en dos diversas normas pertenecientes al sistema o b) en un sistema jurídico, existe una
antinomia siempre que para un determinado supuesto de hecho estén previstas dos
consecuencias jurídicas incompatibles por dos normas diversas pertenecientes al sistema”.48
El autor Norberto Bobbio afirma que la antinomia jurídica se puede definir como “la situación en
que dos normas incompatibles entre sí, perteneciente a un mismo ordenamiento, tienen un mismo
ámbito de validez”49.
Según Norberto Bobbio, existen dos requisitos que deben concurrir para la existencia de la
antinomia y son los siguientes:
1.- Las dos normas debe pertenecer a un mismo ordenamiento. Esto significa que las dos
normas incompatibles pertenecen a un ordenamiento vigente dentro de un determinado Estado
con independencia de su jerarquía o origen de las normas. Por ejemplo, una norma de origen
internacional como la Convención Americana se halla integrada al orden jurídico paraguayo.
2.- Las dos normas deben tener el mismo ámbito de validez. La dogmática jurídica, tal como
afirma Norberto Bobbio50, reconoce cuatro ámbitos de validez de las normas y que son los
siguientes:
Validez temporal. Significa que las dos normas incompatibles deben regular la prohibición y
permisión en un mismo tiempo. El autor ejemplifica con dos normas que no son incompatibles por
no incidir en el mismo lapso de tiempo y en tal sentido señala; “Esta prohibido fumar de cinco a
siete” no es incompatible con la norma “Esta permitido fumar de siete hasta las nueve”.
Validez espacial. Implica que las dos normas coinciden en permitir y prohibir en el mismo
especio. El autor Norberto Bobbio ofrece el ejemplo de dos normas que no son incompatibles por
no incidir en el mismo espacio. Así expresa: “Esta prohibido fumar en la sala de cine” no es
incompatible con “Esta permitido fumar en la sala de espera”.
Validez personal. Significa que las dos normas del ordenamiento deben permitir y prohibir al
mismo tiempo a un mismo sujeto. El ejemplo de norma incompatible por no afectar a un mismo
sujeto que ofrece Bobbio es: “Se prohíbe fumar a los menores de 18 años” no es incompatible con
“Se permite fumar a los adultos”.
Validez material. Significa que para que exista norma incompatible, las dos normas deben
regular la misma materia y objeto. Ejemplo de normas no incompatibles por no regular la misma
materia es el siguiente: “Se prohíbe fumar cigarro” no es incompatible con “Se permite fumar
cigarrillo”.
48
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit., pág. 71
49
BOBBIO. NORBERTO, Teoría General del Derecho, Temis, Bogotá, pág. 189, 1997
50
BOBBIO, NORBERTO. Op. Cit., págs.. 188-189
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Clases de antinomias
En la dogmática jurídica es posible identificar diferentes tipos de antinomia que dependerá de los
criterios clasificatorios que utilizan los autores y ante la existencia de diferentes tipologías, se
procede a explicar algunos tipos de antinomias que es de uso común en el lenguaje de los
juristas.
Antinomia en Abstracto o necesaria. Se tiene una antinomia en abstracto toda vez que dos
normas vinculan consecuencias jurídicas incompatibles a supuestos de hecho abstractos (vale
decir, a clase de supuestos concreto) que se superponen (en todo o en parte) conceptualmente.
De hecho que la antinomia puede ser ya identificado en sede de interpretación textual, “en
abstracto”, vale decir, sin que sea necesario imaginarse un supuesto de hecho concreto.
Por ejemplo, si una norma prohíbe (literalmente) el “aborto” sin ulteriores especificaciones y una
segunda norma permite (literalmente) el “aborto terapéutico” , la antinomia puede ser reconocida
“en abstracto”, independientemente de todo supuesto de hecho concreto, desde el momento en
que la clase de aborto terapéutico está conceptualmente incluida en la clase de los abortos sin
especificaciones.
Antinomia en concreto o accidental. Se tiene una antinomia “en concreto”, cuando en sede de
aplicación, se advierte que dos normas, que abstractamente no entran en conflicto, vinculan, no
obstante, consecuencias jurídicas incompatibles a un mismo supuesto de hecho concreto. Esto
ocurre toda vez que un supuesto de hecho concreto (o una sub – clase de supuestos de hecho
concretos) queda comprendido simultáneamente en dos clases de supuestos de hecho
conceptualmente independientes para lo que el derecho dispone consecuencias jurídicas
incompatibles. De modo que la antinomia puede ser identificada solo en sede de aplicación de las
normas a un caso concreto (al que precisamente por casualidad ambas son aplicables).
Imaginemos – el ejemplo es insulso, pero transmite la idea – que una primera norma dispone “Los
ciudadanos deben pagar impuestos” y una segunda norma disponga “Los desempleados no
deben ningún impuesto”. Los supuestos de hecho abstractos a los que ambas normas se refieren
– “ciudadanos” y “desempleados”, respectivamente – conceptualmente están desvinculados: que
de hecho hayan, o no, ciudadanos desempleados es contingente (podría existir una tasa de
desempleo igual a cero; siendo los únicos desempleados los inmigrantes extranjeros). Por tanto,
el conflicto entre ambas normas en cuestión no es necesario: nunca se presentará ninguna
antinomia si el desempleo únicamente esta presente entre los inmigrantes; de cualquier forma, no
se presenta ninguna antinomia mientras se trate de decidir si La obligación tributaria sobre
ciudadanos con empleo o sobre extranjeros y apátridas desempleados. Sin embargo, se
presentará una antinomia toda vez que entre en discusión la obligación tributaria de un ciudadano
desempleado, pues estos quedan comprendidos en el campo de aplicación de ambas normas.
Otro ejemplo: una primera norma dispone que es obligatorio detener el vehículo ante un semáforo
en rojo; una segunda norma prohíbe detener el vehículo cerca a las instalaciones militares. Los
supuestos de hecho regulados por ambas normas (“semáforo en rojo” y “cerca de instalaciones
militares”) están desvinculados, de modo que entre ambas normas no se da, en abstracto ninguna
antinomia. No obstante, para que se presente una antinomia basta que alguien tenga la “poco
brillante (…) idea de ubicar un semáforo cerca de una instalación militar.
Antinomia total – total. Si dos normas tienen igual ámbito de validez, la antinomia se puede
denominar, siguiendo la terminología de Ross, quien ha puesto su atención en esta distinción,
total – total: en ningún caso una de las normas puede aplicarse sin entrar en conflicto con la otra.
Ejemplo: “Se prohíbe fumar a los adultos, de las cinco a las siete, en la sala de cine” y “está
permitido fumar a los adultos de las cinco a las siete en la sala de cine”.
Por consiguiente, esta antinomia que describe Bobbio, se presenta ente una norma que prohíbe y
otra que permite, guardando entre ambas normas los cuatro ámbitos de validez referidos con
anterioridad.
Antinomia parcial – parcial. Si dos normas incompatibles tienen un ámbito de validez en parte
igual y en parte diverso, la antinomia existe solo en aquellas partes que tengan en común, y se
puede denominar parcial – parcial: cada una de las normas tiene un campo de aplicación que esta
en conflicto con el de la otra, y un campo de aplicación en el cual el conflicto no existe.
Ejemplo: “Se prohíbe fumar pipa y cigarrillo a los adultos, de las cinco hasta las siete, en la sala de
cine” y “se permite fumar cigarros y cigarrillos a los adultos, desde las cinco hasta las siete, en la
sala de cine”,
Antinomia total – parcial. Si dos normas incompatibles una tiene un ámbito de validez igual al de
la otra, pero más restringido o, en otras palabras, su ámbito de validez es en parte igual y en parte
diverso con relación a la otra, hay antinomia total de la primera norma respecto de la segunda, y
solo parcial de la segunda respecto de la primera, lo que podemos denominar total – parcial. La
primera norma no puede aplicarse en ningún caso sin entrar en conflicto con la segunda; la
segunda tiene un ámbito de aplicación que no entra en conflicto con la primera.
Ejemplo: “Se prohíbe fumar a los adultos desde las cinco hasta la siete, en la sala de cine” y “solo
se permite fumar cigarrillos a los adultos, desde las cinco hasta las siete, en la sala de cine”.
Antinomia absoluta. Es cuando las normas son incompatibles en los cuatros ámbitos de
validez. Es decir, coincide con la antinomia total -total explicado por Norberto Bobio.
Antinomia relativas unilaterales. Coincide con la antinomia total – parcial explicada por
Norberto Bobio.
Antinomia relativas bilaterales. Coincide con la antinomia parcial -parcial expuesta por
Norberto Bobio.
Antinomia pragmática
Al respecto señala Pierluigi Chiassoni que “Entre dos normas se produce una incompatibilidad
pragmática – esto es una relación que podríamos llamar de incongruencia instrumental absoluta o
total -, toda vez que una de las normas prescriba comportamiento o constituya estados de cosas,
cuya existencia sea (configurable como) condición impeditiva respecto de la realización del fin
prescrito por la otra norma”.54
Por consiguiente, la antinomia pragmática ocurre cuando una norma establece un determinado
objetivo y la otra impide cumplir con dicho objetivo.
Antinomia instrumental
Antinomia axiológica
Ocurre cuando las dos normas reflejan comparativamente valoraciones incongruentes respecto de
valores de un ordenamiento jurídico.
Esto implica que las dos normas protegen o consagran valores que no son compatibles entre sí.
Ejemplo: una norma consagra la independencia del Poder Judicial y la otra norma que permite o
facilita la dependencia del Poder Judicial por el sistema de designación de los jueces por los
poderes políticos.
Antinomia Teleológica
Ocurre cuando una norma establece un objetivo determinado y la otra norma establece, también,
determinado objetivo, que no se pueden realizar conjuntamente, porque perseguir el objetivo de la
primera norma obstaculiza conseguir el objetivo propuesto por la segunda norma. Es decir, ambas
normas entran en conflicto porque sus respectivos objetivos no pueden efectivizarse con la
vigencia de ambas normas. Es decir, ambas normas no pueden cumplir sus finalidades.
Antinomia real. Ocurre cuando las normas incompatibles no se pueden solucionar con los
criterios tradiciones proporcionados por la dogmática jurídica
Antinomia aparente. Ocurre cuando la incompatibilidad entre las dos normas no se puede
resolver de acuerdo con los criterios existentes en la dogmática jurídica por la existencia de
conflicto de criterios (María Elena Diniz)
54
CHIASSONI, PIERLUIGI. Op. Cit., pág. 303
Página 31 de 55
Conforme señala Guastini entre las técnicas interpretativas idóneas para prevenir las antinomias
pueden mencionarse: la interpretación adecuadora y la interpretación restrictiva.
Interpretación adecuadora
Expresa Guastini “De la interpretación adecuadora, basta recordar, en este momento que se llama
“adecuadora” a la interpretación que adapta, que adecua el significado de una disposición a un
principio o a una norma de rango superior (previamente identificado) de modo que se evite el
surgimiento de conflictos.”55
Interpretación restrictiva
Según Guastini, “La interpretación restrictiva tiene el efecto de excluir del campo de aplicación de
una cierta norma un determinado supuesto de hecho que, interpretado diversamente (por ejemplo,
a la letra) entraría en ese campo.”56
La dogmática jurídica ofrece tradicionalmente, desde el derecho romano, tres técnicas para
resolver las antinomias, que en el lenguaje jurídico se conoce como criterios de solución de
antinomias y posteriormente aparecen otros criterios y ellos son los siguientes:
Criterios tradicionales
Criterio de jerarquía
Conforme con este criterio, la fórmula para resolver la antinomia es que si entre las dos normas
incompatibles una es de superior jerarquía se debe optar por la aplicación de la norma de mayor
jerarquía.
Es decir, si la antinomia presenta entre la norma constitucional y la ley, se debe optar por la Ley.
Pero, en la hipótesis de que el conflicto normativo se da en el campo del derecho del trabajo, se
aplica el criterio de la norma más favorable, por lo que es factible aplicar la norma de inferior
jerarquía cuando ella es más favorable al trabajador.
Resulta de utilidad, referir la existencia de (según Guastini) 57 cuatro tipos de jerarquía que pueden
presentar las normas y que son los siguientes:
(1) Jerarquías estructurales o formales, es decir, relativas no al contenido de las normas sino
a la estructura dinámica del ordenamiento. Son aquellas relaciones que subsisten entre las
normas sobre la producción jurídica y las normas cuya producción es por aquella
disciplinada. La jerarquía estructural o formal de las normas es la establecida en el Art. 137
de la Constitución.
(2) Jerarquías materiales o sustanciales, es decir, relativas al contenido de las normas. Son
aquellas que subsisten entre dos normas toda vez que una tercera norma establece que
una de las primeras es invalidad si es incompatible con la otra. Esto es lo que normalmente
la doctrina suele llamar “jerarquía de las fuentes”.
(3) Jerarquías lógicas o lingüísticas, es decir, relativas al lenguaje. Son aquellas que subsisten
entre dos normas toda vez que una versa (metalingüísticamente) sobre la otra.
Dicho con otras palabras: dos normas N1 y N2 mantiene una relación jerárquica lógica o
lingüística toda vez que una de ellas menciona a la otra.
55
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit., pág. 73
56
GUASTINI, RICARDO. Op. Cit., pág. 73
57
GUASTINI, RICARDO. La sintaxis del derecho, Marcial Pons, pág. 209-211, 2016
Página 32 de 55
(4) Jerarquías Axiológicas, es decir, relativas a valores. Son aquellas que subsisten entre dos
normas toda vez que el intérprete atribuye a una de ellas un valor superior al valor de la
otra.
Criterio Cronológico
Este criterio de solución de la antinomia implica que en una contradicción entre una norma anterior
y una posterior, se debe aplicar la norma posterior.
La opción por la norma posterior se halla justificada en las razones siguientes: 1) la norma
posterior representa la última voluntad del legislador y es lógico que entre dos voluntades de una
misma persona prevalezca la última; 2) no hacer prevalecer la última norma representará un
obstáculo para el progreso del derecho y su adaptación a las necesidades sociales.
Criterio de especialidad
Este criterio implica que en una contradicción entre una norma de carácter general y una norma
especial, se debe optar por la aplicación de la norma especial.
Esta excepción se justifica en base a los argumentos siguientes: 1) El criterio se utiliza entre
normas legales que son reglas de conductas generales; 2) el acto administrativo es una decisión
de ejecución de ciertas acciones, por lo tanto siempre es de carácter particular; 3) El acto
administrativo por el principio de legalidad administrativa es para concretar o ejecutar un mandato
de normas generales sea Constitución, ley o reglamento y es por ello que la resolución
administrativa no puede primar sobre un reglamento que es una norma administrativa de carácter
general.
Criterio de competencia.
Este criterio de solución de antinomia se usa cuando las dos normas, aunque no tengan
relaciones de jerarquías, tengan ámbitos de competencia distintos y que una de las dos haya
invadido la competencia de la otra. Por ejemplo, puede suceder que una ley nacional pretenda
disciplinar una materia que la constitución reserva a la Municipalidad o un Decreto pretenda
disciplinar una materia reservada a la ley. En estos casos, las leyes que provienen de fuente
inválida, por lo que se debe optar por la aplicación de la norma que proviene del órgano
competente.
58
ITURRALDE SESMA. VICTORIA. Op. Cit., pág. 128
Página 33 de 55
derecho del trabajo, se debe optar por la aplicación de la norma que sea más favorable al
trabajador.
Por ejemplo: El Código del Trabajo establece que la jornada laboral se inicia con la disponibilidad
del trabajador a las órdenes del empleador y el contrato colectivo establece que se inicia desde el
momento en que el trabajador sale de su casa para el trabajo (in itinere) y en este caso, se debe
optar por la aplicación del contrato colectivo (de inferior jerarquía) por ser más favorable al
trabajador.
Criterio Axiológico. Se resuelve por la primacía del principio que protege un valor más relevante
dentro del ordenamiento jurídico.
Por otra parte, a efecto informativo, resulta importante referir la clasificación de criterios de
solución de antinomia que expone el autor Pierluigi Chiassoni, en lo que distingue entre criterios
formales y sustanciales.
Entre los criterios de solución que denomina formales hacen prevalecer una norma sobre la otra
sin referencia al contenido de las normas y entre ellas identifican a los criterios siguientes:
Entre los criterios de solución al que atribuye la denominación de sustancial por hacer prevalecer
una norma sobre la otra, en razón, de su contenido, identifica los criterios siguientes:
Conflicto de criterios
Esta situación se presenta cuando a las normas incompatibles se pueden aplicar dos o tres de los
criterios clásicos de solución de antinomia.
Por ejemplo, una antinomia entre una norma constitucional y una ley especial, son aplicables los
criterios de jerarquía y el de especialidad y entonces cabe preguntar cuál de los criterios debe
prevalecer en este caso y cabe responder que en este caso prevalece el criterio de jerarquía.
En la hipótesis de que exista antinomia entre una norma especial incompatible con una norma
posterior, en donde son aplicable dos criterios, se debe optar, en este caso, por el criterio
cronológico, pues la nueva ley implica un cambio de criterio del legislador en la actualidad y puede
obedecer a un cambio en la valoración de la sociedad.
La antinomia normativa se presenta, en razón de que el Art. 89 de la Ley Nro. 1626/00, establece
en una de sus alternativas que el plazo para promover la demanda contenciosa administrativa es
de 60 días y el Art. 1, de la Ley Nro. 4046/10, unifica todos los plazos para presentar la demanda
en 18 días.
ley de la función pública (diciembre de 2000); 2) las dos leyes en conflicto son de igual jerarquía;
3) La Ley Nro. 1.626/00 es una norma especial para los trabajadores del sector público que
establece el plazo de 60 días para los casos de destitución; la Ley Nro. 4046/10 es una norma
general aplicable a todos los procesos contenciosos administrativos, que establece el plazo de 18
días para la promoción de la demanda.
Por consiguiente, aplicando el criterio cronológico se tiene que la Ley Nro. 4046/10 es una norma
posterior a la Ley de la Función Pública, por lo que conforme a este criterio de solución de
antinomia, el plazo para promover la acción contenciosa administrativa es de 18 días.
Aplicando el criterio de especialidad se tiene que la norma establecida en la Ley Nro. 1626/00 es
la especial para los funcionarios públicos mientras que la Ley Nro. 4046/10 es general, por lo que
aplicando este criterio de especialidad, debe prevalecer la norma de la ley de la función pública.
Cuando se presenta un problema hermenéutico, como en este caso, un conflicto entre los criterios
cronológico y de especialidad, se debe aplicar el criterio cronológico, por ser la última voluntad del
legislador, conforme enseña el autor Norberto Bobbio en los términos siguientes: “El criterio
cronológico, también denominado lex posteriori, es aquel que entre dos normas incompatibles
prevalece la lex posteriori derogat priori. Es regla general de derecho que la voluntad de una
misma persona, es válida el último en el tiempo”.59
Sin embargo, el criterio referido no comparte la mayoría de la Sala Penal – integración originaria –
pues aplica el criterio de la especialidad por considerar que facilita el acceso a la justicia.
Insuficiencia de criterios
Conforme con la doctrina jurídica, los criterios para resolver la antinomia en caso de insuficiencia
de los criterios tradicionales son los siguientes:
Este criterio lo expone el autor italiano Norberto Bobbio y en tal sentido expresa “Según la forma
de la norma pueden ser, como ya hemos visto, imperativas, prohibitivas y permisivas. El criterio es
ciertamente aplicable, porque es claro que dos normas incompatibles son diferentes en cuanto a
la forma; si una es imperativa, la otra es prohibitiva o permisiva. Sin embargo, no he dicho que
este criterio sea justo y que sea constantemente seguido por los juristas.
El criterio respeto a la forma consistiría en establecer un grado de prevalencia entre las tres
formas de norma jurídica, por ejemplo, de este modo: si dos normas incompatibles una es
imperativa o prohibitiva y la otra permisiva, prevalecerá la permisiva. Este criterio parece
razonable y corresponde a uno de los cánones interpretativos seguidos más frecuentemente por
los juristas, esto es, el de dar prevalencia en caso de ambigüedad o incertidumbre en la
interpretación de un texto, a la interpretación favorable antes que a la odiosa”.60
Conforme con este criterio se debe determinar cuál de las normas antinómicas protege un valor de
mayor relevancia dentro del orden jurídico y optar por la aplicación de la norma que protege el
valor o bien jurídico de mayor importancia dentro del ordenamiento jurídico.
59
AUTO INTERLOCUTORIO Nro. 516, del 21 de junio de 2022 en “Angel Leguizamón Cáceres C/ Res. 678/19 del Servicio
Nacional de calidad y sanidad vegetal y de semillas
60
BOBBIO, NORBERTO. Op. Cit., págs.. 196-197
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Por ejemplo, una antinomia entre el derecho a la religión y el derecho a la vida o la salud, se debe
optar por la vida, pues es un bien jurídico más importante que la religión.
CAPITULO 7
HERMENEUTICA CONSTITUCIONAL
1.- Introducción
Es decir, los textos constitucionales presentan los mismos problemas de dudas normativas,
vacío y antinomia; las técnicas de solución, también guardan identidad las técnicas de
argumentar las soluciones, con algunas limitaciones en razón de las particularidades que
presentan las normas constitucionales.
Existe si una diferencia importante que se vincula con el contenido de los textos constituciones
que se halla integrado por una cantidad de principios que se expresa en forma abierta y exige
la tarea de interpretación, a veces, incluso puede presentar conflicto entre principios que exige
una técnica determinada para su solución.
Esta situación exige que el aplicador del derecho tenga que aplicar, en primer lugar, la
Constitución antes que otras normas jurídicas, tal como se exige a los magistrados judiciales
en el Art. 256 de la Constitución y los parlamentarios al hacer una norma legal, conforme se
establece en el Art. 202 de la Constitución.
Esta situación ocurre porque la Constitución en poca cantidad de artículos debe reglar en
forme general diferentes ámbitos de relaciones sociales como la familia, la economía, el
trabajo, la educación, la organización de los órganos del poder público y la situación de las
personas en la sociedad y no como los Códigos que regulan solamente un sector de las
relaciones jurídicas.
Esta situación hace que las normas constitucionales presenten la característica de un lenguaje
abierto y no preciso como debe ser las leyes.
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Además, en los textos constitucionales se pueden identificar una cantidad de principios, tales
como los fundamentales, generales y especiales que se caracterizan por un lenguaje
indeterminado, por lo que su aplicabilidad requiere de una tarea interpretativa.
Derecho
Garantías
Ejemplo: Art. 17 “En el proceso penal o cualquier otro del cual pudiera derivarse pena o
sanción, toda persona tiene derecho a:... 4) que no se le juzgue más de una vez por el mismo
hecho”. Es una garantía sectorial.
Organización
Ejemplo: El Poder Legislativo será ejercido por el Congreso compuesto de una Cámara de
Senadores y otra de Diputados (Art. 182, primer párrafo)
Procedimiento
Competencia
Ejemplo: “La organización del sistema educativo es responsabilidad esencial del Estado…”
Art. 76, segundo párrafo
Operativas
Programáticas
Ejemplo: “La ley promoverá programas de bienestar social mediante estrategia basada en la
educación sanitaria”. Art. 70
Esta clasificación hace que la formulación de las normas constitucionales sea diferente y a
veces presentar contradicciones entre ellas.
Los principios constitucionales, entre las que cabe distinguir: los fundamentales, generales y
especiales.
Estas tres operaciones intelectuales son las tareas que deben realizar los jueces cuando
tengan que aplicar una norma constitucional cuando considera que la ley resulta
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incompatible con la norma constitucional, pues la primera obligación del juez es fundar su
resolución en la Constitución, de conformidad con el Art. 256 de la Constitución de 1992.
También, es la tarea que debe desarrollar los Ministros de la Corte Suprema de Justicia
para declarar la inconstitucionalidad de un acto normativo por su incompatibilidad con la
Constitución, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 259,5 y 260 de la
Constitución de 1992.
Los problemas interpretativos son las causas por la que una norma constitucional presenta
duda en su contenido y estos problemas ocurren por ciertas situaciones que presentan el
lenguaje normativo y que son los siguientes:
Vaguedad
Es dudoso un predicado como Impuesto confiscatorio, pues existe duda si desde que monto el
impuesto será confiscatorio.
La vaguedad del lenguaje normativo puede originarse por varias razones, tales como:
graduación, combinación, indeterminación, anomalía, alteración y bivalencia.
Ambigüedad
Interpretación literal.
En ocasión (de hecho muy rara vez), el texto constitucional se interpreta a la letra. La
interpretación literal consiste en atribuir a un enunciado normativo su significado prima facie,
es decir, el significado más inmediato o intuitivo, aquel que corresponde a las reglas
semánticas y sintácticas del lenguaje. Es necesario, no obstante, distinguir – lo que no es
usual hacer – entre dos tipos totalmente diferentes de interpretación literal.
(1) Originalista. Consiste en emplear las reglas lingüísticas que estaban vigentes al
momento en que el texto constitucional fue emanado.
(2) Evolutiva. Consiste, en cambio, en emplear (en la interpretación) las reglas lingüísticas
vigentes al momento en que se interpreta
El uso de uno de los argumentos interpretativos señalados, dependerá del criterio asumido por
el intérprete constitucional.
61
GUASTINI, RICARDO. Lecciones de Teorías del Derecho y del Estado, Zela, Puno, pág. 254-259, 2019
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El argumento a contrario.
Para justificar una interpretación literal, a menudo se utiliza el argumento “a contrario”. Sin
embargo, este argumento conoce de dos variantes muy diferentes, la segunda de las cuales
en absoluto pertenece a la interpretación literal (consistiendo más bien en la producción de
normas inexpresas).
En el voto referido, se enumera los funcionarios públicos a los que se establece la duración del
mandato, sea de cinco o tres años, en diferentes artículos de la Constitución y se concluye con
la afirmación de: “Si la intención de los constituyentes hubiera sido limitar a cinco años el
periodo por el cual son designados los Ministros de la Corte Suprema de Justicia, así lo
hubieran consignado en la Constitución Nacional. No es dable pensar que la designación de
los Ministros de la Corte Suprema de Justicia para desempeñarse como tales hasta la edad de
setenta y cinco años, se debiera a una simple omisión en establecer un plazo de duración del
mandato, dado que esta supuesta e hipotética omisión, se repite en el artículo 275, al
establecer la duración del mandato de los miembros del Tribunal Superior de Justicia
Electoral”.
“Asimismo, respecto a la posibilidad de que los miembros del Congreso Nacional puedan
ejercer o no profesiones liberales, el Art. 196 de la Carta Fundamental que establece las
incompatibilidades, fue objeto de amplio debate en la Convención Nacional Constituyente,
resultando finalmente triunfadora la redacción que hoy tiene dicha norma, que no impide el
ejercicio de ellas a los legisladores. En dicha oportunidad se habían presentado varios
proyectos de redacción en cuanto a las incompatibilidades: el de la Comisión Redactora
prohibía específicamente “…cualquier tipo de actividad privada de carácter profesional,
industrial, productiva o de servicios…”, en tanto que las otras tres propuestas no establecen tal
restricción. En defensa de esta última posición – que como dijimos es la que hoy se encuentra
vigente – se ha dicho “…cuando acá se dice que son incompatibles con el ejercicio de las
funciones de Senador y Diputado las actividades privadas de carácter profesional, se plantea
un criterio muy amplio, exageradamente extenso, que va a hacer imposible cualquier tipo de
actividad…”; “…los Partidos políticos y los Movimientos sociales son, Ciudadano Presidente y
Ciudadanos Convencionales, “pluriclasistas”. En cada uno de ellos, militan centenares y
centenares de valiosos compatriotas profesionales universitarios, y entonces, con esta
Página 40 de 55
El fallo citado es revelador del uso del argumento de la intención subjetiva del constituyente
que se extrae del Diario de Sesiones de la Convención Nacional Constituyente de 1992.
Argumento de la disociación.
Ejemplo: la distinción entre magistrados en concepto amplio que comprende también a los
ministros de la Corte Suprema de Justicia y magistrados en sentido restrictivo que no
comprende a los ministros, en el voto de Lezcano Claude, en el Acuerdo y Sentencia Nro. 222
del 5 de mayo de 2000 (inamovilidad de los ministros de la Corte Suprema de Justicia).
Argumento sistemático.
- El Art. 247, párrafo final C.N., define a quienes integran el Poder Judicial, de la manera
siguiente: “…poder judicial ejercido por la Corte Suprema de Justicia, los Tribunales y por
los Juzgados…”. En este enunciado constitucional no figura el Ministerio Público ni los
agentes fiscales.
- El Art. 250, al establecer el requisito del juramento relativo a los miembros del Poder
Judicial, tampoco menciona a los agentes fiscales y, sí se refiere nuevamente a los
ministros de la corte suprema de justicia, los demás tribunales y juzgados.
- El Art. 267, in fine C.N., confiere al Fiscal General del Estado “las mismas
incompatibilidades e inmunidades que las establecidas para los magistrados del Poder
Judicial”, lo cual implica que el Fiscal General del Estado no es magistrado del Poder
Judicial.
- El Art. 270 C.N., primera parte, dispone que “los agentes fiscales son designados en la
misma forma que establece esta Constitución para los magistrados del Poder Judicial”, lo
cual implica que los agentes fiscales no integran el Poder Judicial”.62
Argumento doctrinario
En los fallos nacionales – Sala Constitucional – se puede encontrar varios ejemplos del uso de
la opinión doctrinaria para justificar la interpretación constitucional.
62
FERNANDEZ AREVALOS, EVELIO. Órganos Constitucionales del Estado, pág. 471-472
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Ejemplo: En el Acuerdo y Sentencia Nro. 300 de fecha 25 de mayo de 2005, para resolver si la
intervención de un Senador, en calidad de defensor del procesado, afecta o no el principio de
la independencia judicial consagrado en el Art. 248 C.N., se expresa:
“Sobre el Art. 248 la doctrina ha sostenido “…se mencionan algunos actos cuya realización
implica una violación de tales características y va de suyo que la realización de aquellos habrá
de ser indebido para que se produzca tal violación. En efecto, existe la posibilidad de que los
mencionados actos sean realizados en debida forma: en la misma disposición se admite la
posibilidad de que órgano de otro poder ejerzan atribuciones judiciales si ello esta autorizado
constitucionalmente, en ciertos casos pueden revivir procesos fenecidos (cfr. Art. 17, inciso 4,
Constitución, Arts. 481 y sgtes. Código Procesal Penal); e igualmente, actuando dentro del
marco legal, se puede paralizar juicios o intervenir en ellos. Por tanto, creemos que lo
expresado en el Art. 248 de la Constitución, supone la realización indebida de tales actos,
entre ellos la intervención en juicios…”(Lezcano Claude, Luís, “Inhabilidades,
Incompatibilidades y Pérdida de Investidura de los Miembros del Congreso” en “Comentario a
la Constitución – Homenaje al decimo aniversario”, Tomo II, Págs. 399/400, Ed. Litocolor, Año
2002, Asunción – Paraguay”.
Ejemplo: En el Acuerdo y Sentencia Nro. 672 de fecha 25 de octubre de 2021, que resuelve la
inamovilidad permanente de los ministros de la Corte Suprema de Justicia hasta la edad de 75
años, en lo pertinente se expone:
“Cabe decir, que la Corte Suprema de Justicia ha sentado una postura invariable sobre las
acciones de inconstitucionalidad y pedido de declaración de certeza que se hayan planteado
en casos idénticos al presente, en los cuales se han impugnado normas jurídicas que hayan
limitado la duración en los cargos de los Ministros de la Corte Suprema de Justicia,
imponiéndose – en todos esos casos – como solución, que los citados Ministros deben
permanecer como tales, hasta cumplir la edad de 75 años. Al respecto, cabe hacer alusión a
una línea constante de jurisprudencia, firme y uniforme, dictada por la Corte Suprema de
Justicia en muchísimos casos, entre los que pueden citarse: Acuerdo y Sentencia Nros. 222 y
223 del 5 de mayo de 2000; el Acuerdo y Sentencia Nro. 557 del 28 de junio de 2007; el
Acuerdo y Sentencia Nro. 149 del 26 de noviembre de 2009; el Acuerdo y Sentencia Nro. 110
del 19 de marzo de 2009; el Acuerdo y Sentencia Nro. 443 del 9 de junio de 2009; el Acuerdo
y Sentencia Nro. 947 del 30 de diciembre de 2009, entre otras – cuyo sentido adhiero – que
demuestran que la constante solución, en idénticos a este, ha sido la declaración de
inconstitucionalidad del Art. 19 de la Ley 609/95, en razón que los Ministros de la Corte
Suprema de Justicia, son inamovible por mandato constitucional desde su misma designación
hasta cumplir la edad de 75 años, o de ser, eventualmente removidos por juicio político, a
tenor del Art. 261 de la Constitución, norma esta que debemos aplicar para resolver la
presente acción de inconstitucionalidad”.
Los principios pueden ser definidos como los valores más relevantes del ordenamiento jurídico
que sirven de base a las normas que deben guardar coherencia con dichos valores.
Existen varios elementos que permiten diferenciar entre los principios y las normas: 1) los
principios expresan valores y las normas conductas concretas, 2) el lenguaje en que se
expresa principio es abierto o Abstracto y el lenguaje normativo es concreto.
Las diferencias apuntadas reflejan las dificultades que se presentan en momento en que se
debe proceder a la aplicación de los principios.
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Antes de proceder a la descripción de las tareas intelectuales que el intérprete debe reealiza para
la aplicación – en este caso – de los principios constitucionales, corresponde hacer una breve
descripción de los principios, pues, los mismos se pueden identificar en los diferentes sectores del
ordenamiento jurídico.
Concepto.
Guastini, afirma que “En la doctrina – y más aún en la teoría general del derecho – se suele decir
que todo sistema incluye dos tipos de normas: “reglas” y “principios”. Pero, ¿cómo distinguir las
reglas de los principios? la distinción depende sencillamente de los conceptos empleados: del
concepto de reglas y del concepto de principios.
Ahora bien, es posible convenir que una regla es un enunciado condicional que conecta una
consecuencia jurídica a una clase de hechos: “Si H entonces J”. La consecuencia jurídica en
cuestión puede ser una sanción, el nacimiento de una obligación o de un derecho, la validez o
invalidez de un acto, etcétera.
Por consiguiente, el concepto de principio que propone el autor es que “los principios son normas
que poseen las características de ser fundamentales y con una particular forma de
indeterminación”.
Conforme, anota Ricardo Guastini63, los principios tienen como características dos notas
distintivas que son los siguientes:
(1) Son normas de carácter fundamental, es decir, tiene relación con la “posición” de las
normas en cuestión en el ordenamiento jurídico o en uno de sus subsectores: un
subconjunto de normas (como por ejemplo, el derecho constitucional, el derecho civil, el
derecho penal, el derecho administrativo, el derecho de contrato, el derecho electoral, el
derecho de arrendamiento de inmuebles urbanos y uso habitable, etcétera).
(2) Los principios son normas indeterminadas. La segunda característica no tiene que ver
con la posición de las normas en el ordenamiento jurídico, sino con el propio contenido de
las normas y/o con su estructura lógica.
63
GUASTINI, RICARDO. La sitaxis del derecho, Marcial Pons, pág. 77-79, 2016
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- Derrotabilidad o derogabilidad.
- Genericidad.
(1) Los principios en cuanto normas con supuesto de hecho abierto. Las reglas son
normas con un antecedente “cerrado” (con supuesto de hecho cerrado), mientras que
los principios son normas con un antecedente “abierto” (con supuesto de hecho
abierto) en el siguiente sentido.
El antecedente de una norma está cerrado, toda vez que la norma enumera
exhaustivamente los hechos en presencia de los cuales se produce la consecuencia
jurídica que aquella dispone. Por el contrario, el antecedente está abierto, toda vez que la
norma no enumera exhaustivamente los hechos en presencia de los cuales se produce la
consecuencia jurídica correspondiente.
(2) Los principios en cuanto normas “derrotables”. Las reglas son normas “indefectibles”,
mientras que losprincipios son normas “defectibles” o “derogables”.
Una norma es inderrotable toda vez que no admite excepciones o dicho con mayor
precisión, que no admite más excepciones que aquellas eventualmente establecidas de
manera expresa en la propia norma o en otra norma del mismo ordenamiento. Por el
contrario, una norma es defectible toda vez que admite excepciones implícitas, no
establecida en la norma expresa y, por tanto, totalmente indeterminada.
(3) Los principios en cuanto normas genéricas. Las reglas son normas (relativamente)
“precisas” que hacen referencia a hechos identificables, mientras que los principios son
normas “genéricas”.
Una norma “precisa” – y por tanto, una “regla” – es susceptible de ser aplicada
inmediatamente a un caso concreto: una norma que puede ser utilizada como premisa mayor
en el silogismo jurisdiccional. Una norma “genérica” (y por tanto, un “principio”) es por el
contrario, una norma que: por un lado, exige la formulación de otras normas – que la
“concretan”, que le dan actuación o ejecución – sin los cuales no seria idónea para resolver
casos concretos, pero que, por otro lado, puede ser actuada, ejecutada o concretada en
modos diferentes o alternativos.
Ahora, según Ricardo Gaustini64 afirma que para la aplicación judicial o concreción de los
principios constitucionales se deben realizar (al menos) cuatro operaciones intelectuales.
(1) Identificación de los principios en cuanto tales, vale decir, la adscripción del estatuto
(del “valor”) de principio a determinada disposición constitucional.
(2) interpretación de -es decir la adscripción de significado a – una disposición
constitucional (previa o contemporáneamente identificada como) expresiva de un
principio.
(3) balance o ponderación de dicho principio con otro principio en conflicto, de modo tal
que se seleccione el principio aplicable.
(4) especificación o concretización de dicho principio de modo que se constituya una
regla idónea para resolver el caso en cuestión.
64
GUASTINI, RICARDO. Ensayos Escépticos sobre la Interpretación, Zela, Puno, pág. 139, 2018
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La integración constitucional
Los argumentos que pueden ser utilizados para la creación de la norma constitucional
inexpresa son los siguientes:
Argumento a contrario
Argumento a fortiori
Argumento de principio
Siendo los principios constitucionales los valores más relevantes del orden constitucional
que debe irradiarse por todo el ordenamiento, ante la ausencia de norma expresa, se debe
identificar el principio que puede llenar el vacío constitucional. Ejemplo: ante la ausencia
del procedimiento de reemplazo de la vacancia simultánea del Poder Ejecutivo, se
identifica a la “voluntad popular” como fuente del poder electivo y se procede a llamar a los
electores para que por medio de la votación popular designe a los titulares del Poder
Ejecutivo.
Antinomia constitucional
Cuando existe dos normas constitucionales que regulan dos situaciones de hecho en
forma contradictoria o incompatible se debe optar por uno de ello.
Criterio de especialidad.
Este criterio puede ser aplicado para resolver la antinomia, en el supuesto de que entre las
normas constitucionales en conflicto, una sea de carácter general y la otra de carácter
especial, en cuyo caso, se deberá optar por la norma que regula la situación especial.
Ejemplo: el mandato de cinco años de los magistrados y el mandato hasta la edad límite de
los ministros de la corte, siendo que este último regula la situación especial de los ministros
y el otro de los magistrados en general.
Criterio de ponderación.
Este criterio implica que ante derechos o principios constitucionales en conflicto se debe
valorar cuál de ellos protege un bien jurídico más importante para el orden jurídico
constitucional y optar por el derecho o principio más relevante.
Por su parte, Ricardo Guastini, afirma que “La ponderación (o balance) consiste en
establecer entre ambos principios en conflicto una jerarquía que presenta dos
caracteres marcados: es una jerarquía (a) axiológica y (b) móvil.
(1) Como se recordará, una jerarquía axiológica es una relación de valor creada
(no por el derecho mismo, como la jerarquía material de las fuentes, sino) por el
juez constitucional, mediante un juicio de valor comparativo, vale decir, un
enunciado dotado de la forma lógica: “El principio P1 tiene más valor que el
principio P2”. Como resultado, instituir una jerarquía axiológica se resuelve en
atribuir a uno de los dos principios en conflicto un “peso”, un valor, una
importancia ético – política, mayor con relación al otro.
(2) Por otra parte, una jerarquía móvil es una relación de valor inestable,
cambiante: una jerarquía que vale para el caso concreto (o para una especifica
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CAPITULO 8
En los ordenamientos jurídicos de los Estados se hallan regulados los diferentes problemas
hermenéuticos y las técnicas para resolver dichos problemas y en tal sentido, en el orden jurídico
paraguayo se pueden encontrar diferentes disposiciones normativas que regulan dichas
situaciones.
Constitución Nacional.
En el Art. 9, párrafo segundo, se halla regulado el principio de libertad jurídica o norma general
exclusiva, al disponer que “Nadie está obligado a hacer lo que la ley no ordena ni privado de lo
que ella no prohíbe”, siendo esta una norma de cierre, se constituye en una norma que evita la
existencia de una laguna normativa en la regulación de conducta permitida o prohibida.
El Art. 257 CN., dispone que “Los órganos del Estado están subordinados a los dictados de la
Ley”, se puede considerar como una norma que cierra el ámbito de competencia de los órganos
públicos, por lo que la competencia no atribuida es una competencia inexistente.
Por consiguiente, esta disposición se constituye en una norma de cierre que se puede utilizar
como argumento para llenar el vacío normativo en materia de competencia pública.
El Art. 54, última parte, de la Constitución dispone que “Los derechos del niño, en caso de
conflicto, tienen carácter prevaleciente”.
La disposición constitucional no distingue el tipo de conflicto, con lo cual, se puede suponer que
hace referencia (también) a conflictos normativos y en el supuesto de darse incompatibilidad entre
dos normas que puedan resolver un conflicto en el ámbito de la minoridad, se debe hacer
prevalecer la norma que favorezca el “interés del niño”, que se puede traducir en la situación que
le ofrezca un mejor nivel de vida.
65
GUASTINI, RICARDO. Interpretar y Argumentar, pág. 250-251
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Código Civil.
El Art. 6 del Código Civil dispone: “Los jueces no pueden dejar de juzgar en caso de silencio,
oscuridad o insuficiencia de las leyes.
Si una cuestión no puede resolverse por las palabras ni el espíritu de los preceptos de éste
Código, se tendrán en consideraciones que regulan casos o materias análogas y, en su defecto,
se acudirá a los principios generales del derecho.
El Art. 7 del Código Civil dispone: “Las leyes no pueden ser derogadas en todo o en parte por
otras leyes. Las disposiciones especiales no derogan a las generales, ni estas a aquéllas,
salvo que se refieran a la misma materia para dejarla sin efecto, explicita o implícitamente”.
EL Art. 6 del Código del Trabajo dispone que: “A falta de normas legales o contractuales de
trabajo aplicables al caso controvertido, se resolverá de acuerdo con la equidad, los principios
generales del Derecho Laboral, las disposiciones de los Convenios de la Organización
Internacional del Trabajo aplicables al Paraguay, los principios del derecho común no
contrarios a los del Derecho Laboral, la doctrina y jurisprudencia, la costumbre o el uso local”.
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Esta disposición normativa plantea tres situaciones que cabe distinguir: 1) la existencia del
problema hermenéutico de laguna en el ámbito del derecho del trabajo, con la expresión “a
falta de normas legales o contractuales; 2) las fuentes normativas que se pueden utilizar para
llenar el vacío normativo: Convenio de la Organización Internacional del Trabajo aplicable al
Paraguay; 3) los argumentos para llenar el vacio normativo, tales como: equidad, principios del
derecho del trabajo, principio del derecho común no contrario a lo del trabajo, la doctrina y la
jurisprudencia.
El Art. 7, del Código del Trabajo dispone que: “Si se suscitase duda, sobre la interpretación o
aplicación de las normas del trabajo, prevalecerán las que sean más favorables al trabajador”.
El Art. 10 del Código Procesal Penal dispone: “INTERPRETACION: Las normas procesales
que coarten la libertad personal, limiten el ejercicio de las facultades conferidas a las partes o
establezcan sanciones procesales se interpretarán restrictivamente. La analogía y la
interpretación extensiva estarán prohibidas mientras no favorezcan la libertad del imputado o
el ejercicio de sus derechos o facultades”.
(1) El producto de la tarea interpretativa debe ser de carácter restrictivo para evitar que se
pueda ampliar el ejercicio del poder punitivo estatal en detrimento de la libertad personal o
el ejercicio de sus derechos procesales. La interpretación restrictiva no es un argumento
de atribución de significado a la norma dudosa sino el resultado de la interpretación. Se
puede sostener que la interpretación restrictiva es consecuencia de un argumento literal en
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(3) El uso del argumento analógico – en sus dos variables – cuando se pueda favorecer al
procesado.
El Art. 246 de la Ley Nro, 125/92, con el título de “interpretación de las normas” dispone: “En la
interpretación podrán utilizarse todos los métodos reconocidos por la ciencia jurídica a los
efectos de determinar su verdadero significado”.
La disposición de referencia, sugiere a los interpretes de las normas tributarias a utilizar las
diferentes técnicas argumentativas que proporciona la dogmática jurídica con la finalidad de
atribuir significado a la norma tributaria que pueda resultar de contenido dudoso, sea por los
problemas de vaguedad o ambigüedad,
El Art. 247 de la Ley Nro. 125/92, con el título de “interpretación del hecho generador”
establece cuanto sigue: “Cuando la norma relativa al hecho generador se refiera a situaciones
definidas por otras normas jurídicas, sin remitirse ni apartarse expresamente del concepto que
estas establecen; se debe asignar a aquella el significado que más se adapte a la realidad
considerada por la ley al crear el tributo.
Las formas jurídicas adoptadas por los particulares no obligan al intérprete; éste deberá
atribuir a las situaciones y actos ocurridos una significación acorde con los hechos, siempre
que del análisis de la norma surja que el hecho generador fue definido atendiendo a la realidad
y no a la forma jurídica”.
Por consiguiente, los artículos citados, distinguen dos objetos de interpretación en materia
tributaria:
El Art. 248 de la Ley Nro. 125/92, con el título de “Interpretación analógica” dispone: “En
las situaciones que no puedan resolverse por las disposiciones generales o por las
disposiciones particulares sobre cada tributo, se aplicarán supletoriamente las normas
análogas y los principios generales del derecho tributario y, en su defecto, los de otras
ramas jurídicas que más se avengan a su naturaleza y fines, en caso de duda se estará a
la interpretación más favorable al contribuyente”.
(2) El título del Capítulo en que se halla ubicada la norma referida, correctamente
indica que son reglas de interpretación (Art. 246-247) y de integración (Art. 248).
(3) Indica en forma precisa el uso del argumento analógico en su variante constructivo,
recurriendo a norma semejante de otro sector del derecho.
(5) La norma no determina los supuestos en que no se puede utilizar la analogía para
construir una norma tributaria inexpresa. En el ámbito tributario no se puede crear
por medio de argumento analógico las siguientes cuestiones: hecho generador,
contribuyente y la cuantía de la deuda tributaria. Estos elementos de la estructura
del tributo deben ser creados por ley, por lo que si no existe la ley de creación del
tributo con los elementos señalados, no existe tributo.
CAPITULO 9
En materia de solución de los problemas hermenéuticos que pueden presentar las normas
internacionales en materia de derechos humanos, se debe recurrir a dos disposiciones normativas
internacionales que proporcionan directrices que guardan relación con las técnicas argumentativas
a utilizar o en su caso, que tipo de interpretación no puede hacerse en la materia.
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2. Para los efectos de la interpretación de un tratado, el contexto comprenderá, además del texto,
incluido su preámbulo y anexos:
a) todo acuerdo que se refiera al tratado y haya sido concertado entre todas las partes con motivo
de la celebración del tratado.
b) todo instrumento formulado por una o mas partes con motivo de la celebración del tratado y
aceptado por las demás como instrumento referente al tratado;
a) todo acuerdo ulterior entre las partes acerca de la interpretación del tratado o de la aplicación
de sus disposiciones.
b) toda práctica ulteriormente seguida en la aplicación del tratado por la cual conste el acuerdo de
las partes acerca de la interpretación del tratado.
c) toda forma pertinente de derecho internacional aplicable en las relaciones entre las partes.
4. Se dará a un término un sentido especial si consta que tal fue la intención de las partes.
Estas reglas generales de interpretación de los tratados son acogidos por la Corte Interamericana
de Derechos Humanos (CIDH) en la opinión consultiva OC- 3/83 de 8 de setiembre de 1983, como
técnicas interpretativas en la aplicación de la Convención Americana de Derechos Humanos
Por otra parte, el Art. 29 de la Convención Americana de Derechos Humanos, establece los
resultados interpretativos que no se admiten en la aplicación de las disposiciones de la
Convención Americana y en tal sentido dispone:
a) Permitir a algunos de los Estados partes, grupo o persona, suprimir el goce y ejercicio de
los derechos y libertades reconocidos en la Convenció o limitarlos en mayor medida que la
prevista en ella;
b) Limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda estar reconocido de
acuerdo con las leyes de cualquiera de los Estados Partes o de acuerdo con otra
convención en que sea parte uno de dichos Estados;
c) Excluir otros derechos y garantías que son inherentes al ser humano o que se derivan de
la forma democrática representativa de gobierno, y
d) Excluir o limitar el efecto que puedan producir la Declaración Americana de Derechos y
Deberes del Hombre y otros actos internacionales de la misma naturaleza”.
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Los tratados internacionales sobre derechos humanos deben ser interpretados según las reglas
generales de interpretación establecidas por la Convención de Viena, por lo que aquellos deben
interpretarse de buena fe, expresa el Art. 31 de la Convención de Viena.
La atribución de significado a las normas internacionales interpretada debe ser conforme con las
reglas semánticas y sintácticas en que se formula la disposición objeto de interpretación. Esta
modalidad argumentativa se halla expresamente reconocida como de interpretación en el Art. 31
de la Convención de Viena al disponer que los tratados deben ser interpretado “conforme al
sentido corriente de sus términos”.
La posibilidad del uso del argumento sistemático en la tarea de interpretación de los tratados
internacionales se halla expresamente reconocido en el Art. 31 de la Convención de Viena,
cuando se expresa que una de las variables es “según el contexto”.
4. Argumento teleológico
Los tratados sobre derechos humanos deben ser interpretados de manera que sus disposiciones
cumplan con la finalidad que consiste en la efectiva protección de los derechos fundamentales de
las personas.
El fin de los tratados de derechos humanos es la tutela y efectividad de los derechos humanos en
la jurisdicción interna de los estados, por lo que deben ser las razones que el intérprete debe
aducir en su tarea interpretativa.
Los tratados deben interpretarse de manera que se dé eficacia a sus disposiciones en el sentido
natural u ordinario en el contexto en que ocurren, según su objeto y fin.
Esto supone que las disposiciones de los tratados sobre derechos humanos se le debe atribuir el
significado que permita que los derechos reconocidos tengan eficacia plena a favor de las
personas.
Este argumento interpretativo, exige que los jueces internos busquen dentro del arsenal normativo
(sean internacionales o internos) cual es la norma más favorable para tornar efectivo el goce de
los derechos de las personas.
Los tratados sobre los derechos humanos son instrumentos vivos, cuya interpretación tiene que
acompañar la evolución de los tiempos y las condiciones de vida actuales, siendo dicha
interpretación evolutiva consecuente con las reglas generales de interpretación de los tratados
que la Convención de Viena consagra.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el caso “Claude Reyes y Otros”, sentencia del
19 de setiembre de 2006, expresa al respecto cuanto sigue: “…que la evolución de los tratados
internacionales sobre derechos humanos no implica que la Corte reforme la Convención o altere
sus lineamientos, sino que la misma debe desarrollar las decisiones jurídicas respectivas a partir
de los valores, principios y normas en vigor para que la Convención mantenga su “capacidad de
respuesta” frente a situaciones que los autores del instrumento no previeron pero que son
esencialmente iguales a la contempladas en la normativa y que representan problemas
específicos que requieren soluciones puntuales”.
Este argumento implica que los tratados de derechos humanos deben interpretarse de la forma
más extensa a favor de los seres humanos que supone no permitir al Estoado, grupo o persona,
suprimir el goce y ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en la Convención o limitarlos
en mayor medida que la prevista en ella.
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Tampoco puede ser interpretado de manera que excluya otros derechos o garantías que son
inherentes al ser humano o que se deriven de la forma republicana de gobierno. Los otros
derechos y garantías son conocidas como “clausulas abiertas” o “derechos implícitos”, con lo cual
se sostiene que los derechos reconocidos en la Convención no excluyen a otros que no están
explícitamente enunciados, pero que se derivan de la dignidad humana.
Por otra parte, resulta importante destacar que este criterio de solución de antinomia, en materia
de derechos humanos, implica la alteración del criterio de “jerarquía estructural o formal” en la
solución de antinomia, pues, se debe aplicar la norma que mejor proteja los derechos de las
personas, sea esta norma, internacional o interna.
Por ejemplo: si la norma legal paraguaya protege mejor el goce de un determinado derecho que la
Convención, se debe aplicar la norma legal paraguaya que es de inferior jerarquía que la
internacional.
También implica alteración del criterio de “jerarquía formal”, porque en el supuesto de que la
norma internacional disponga de normas más favorable al goce de los derechos que la
Constitución del Estado nacional, es aplicable la normativa internacional, que en el caso
paraguayo (Art. 137 CN) es formalmente inferior a la Constitución.
Este argumento es denominado también como “favor libertad”, se halla previsto en el Art. 29,
inciso b) de la Convención Americana de Derechos Humanos, es un argumento hermenéutico que
impone la necesidad de acudir a la norma más amplia, más extensiva, cuando se trata de
reconocer los derechos protegidos e, inversamente, a la norma o interpretación más restringida
cuando se trata de establecer restricciones permanentes al ejercicio de los derechos o su
suspensión extraordinaria.
El argumento o principio “favor persona” consagra que es válida y necesaria la regla que
determina el preferir, seleccionar, favorecer y tutelar la aplicación de aquella norma jurídica que
mejor asegure, garantiza y promueve los derechos de la persona, lo que implica acudir a la norma
más protectora y garantizadora de los derechos y la interpretación que mejor los asegure,
garantice y los promueva.
El argumento “favor persona” tiene dos formas de expresión: 1) la interpretación extensiva de los
derechos y 2) la interpretación restringida de los límites.
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La interpretación extensiva a favor de los derechos, tiene tres manifestaciones, conforme expresa
Mónica Pinto: 1) es una guía de la interpretación de los derechos, 2) es un criterio de solución de
antinomia, en cuyo caso, se debe preferir la norma que mejor asegure el goce de los derechos y
3) la inaplicabilidad de las normas contrarias a la Convención Americana de Derechos Humanos.