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La Interpretación Jurídica, en el Ámbito de la Impartición y Administración

de Justicia
Sumario: 1. Introducción; 2. La Interpretación. Consideraciones Generales; 3.
Problemas de Interpretación; 4. Técnicas de Interpretación; 5. Interpretación
Correctora; 6. Conclusiones; y, 7. Bibliografía.

Raúl Alvarado Aguilera1

1. Introducción

En el ámbito jurisdiccional, interpretar el texto jurídico es una tarea habitual.


Resulta importante, para el operador jurídico, conocer de las diversas técnicas que
la hermenéutica propone para solucionar problemas relacionados con los sentidos
de las normas jurídicas.

Así, pues, en las siguientes líneas se expondrá, grosso modo, la técnica de la


interpretación correctora, no obstante, previo a ello, se abordarán algunas
consideraciones generales del concepto de interpretación, para posteriormente
tomar en cuenta los problemas de naturaleza lingüística que puede presentar el
ordenamiento jurídico, así como las herramientas que nos brinda la hermenéutica
para hacerles frente.

2. La interpretación. Consideraciones Generales

El término interpretar proviene del latín interpretatio, onis, que quiere decir:
“interpretación, explicación, exposición, traducción”2. Interpretar es un término
“ambiguo”. Con dicho término se puede aludir o bien a una actividad, o bien al
resultado de esa actividad3. Cuando alguien afirma “esta son las reglas que debes
seguir para tu interpretación” está usando “interpretación “como sinónimo de

1
Alumno de Pos-doctorado del Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas, Plantel
Morelia. Doctorado en Derecho Civil, por el mismo Centro de Estudios. Maestría en Derecho Constitucional
por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Licenciado en Derecho por la misma Universidad.
Estudios en Argumentación y Retórica, por la Universidad Complutense de Madrid, España. Colaborador del
Instituto de la Judicatura del Consejo del Poder Judicial del Estado de Michoacán.
2
Vid. HALLIVIS PELAYO, Manuel, Teoría General de la Interpretación, Editorial Porrúa, México, 2012,
p.21
3
Vid. MORESO, J. J. y VILAJOSANA, J.M, Introducción a la Teoría del Derecho, Editorial Marcial Pons.
Madrid, 2004, p.147

1
“actividad”, mientras que cuando se dice “esta es la interpretación correcta”, se
hace referencia probablemente al producto de aquella actividad4.
La interpretación lingüística sería aquella relacionada con la determinación de
significados de ciertas expresiones lingüísticas; en este sentido, si se centra en la
interpretación jurídica, entonces se estaría refiriendo a la interpretación de ciertos
textos dictados por el legislador5.
¿Pero en qué cosiste exactamente la tarea interpretativa? ¿Qué se entiende por
determinar el significado de las disposiciones normativas? Hay quienes sostienen que
la interpretación es fundamentalmente una tarea de conocimiento o descubrimiento
de un significado previo, objetivo y preexistente; otros sostienen, de manera
radicalmente opuesta, que todo acto de interpretación es una libre decisión del
interprete, que asigna o atribuye libremente un significado, con lo que no existe nada
así como los significados “correctos” u “objetivos” de una disposición6. Por último, hay
quienes sostienen una concepción intermedia, afirmando que, en algunos casos, la
tarea interpretativa puede reducirse a un descubrimiento, mientras que otras
circunstancias, no existe un significado “objetivo” y en último término habrá
discrecionalidad del intérprete7.

3. Problemas de Interpretación

Son ejemplos de lenguaje natural los idiomas que se suelen utilizar para
comunicarse en la vida ordinaria, por ejemplo: el castellano, el inglés, el francés, etc8.
Los textos jurídicos están redactados en un lenguaje natural, precisamente para
facilitar la comprensión del mensaje, pero también utiliza lenguaje técnico o
especializado9. No obstante, lo que sí es claro, es que en la argumentación, en la
interpretación y en la aplicación de las normas y de los hechos, el aplicador, el

4
Idem.
5
Vid. MARTINEZ ZORRILLA, David, Metodología Jurídica y Argumentación, Editorial Marcial Pons,
Madrid, 2010, p. 45.
6
Ibidem, p. 49
7
Idem.
8
Vid. ALMANZA ALTAMIRANO, Frank y PEÑA GONZALES, Óscar, Manual de Argumentación Jurídica.
Guía Teórica y Práctica, Editorial Flores, México, 2013, p. 64
9
Cfr. MORESO, J. J. y VILAJOSANA, J.M, Op. Cit, p. 45.

2
intérprete y el argumentador emplean lenguaje10. Ahora bien, en atención a que los
textos jurídicos son lenguaje, entonces se justifica la presencia de dificultades
lingüísticas en su estructura; dichos problemas son; la ambigüedad y la vaguedad.
Los problemas de interpretación de las normas se presentan cuando los textos
legales, los precedentes, y aún las jurisprudencias, presentan diversas formas en que
pueden ser entendidas11.
Lo anterior es así, pues a menudo, una palabra se usa con más de un
significado. A este fenómeno se le conoce como ambigüedad12; la ambigüedad es
un problema que afecta a las palabras y no a los conceptos. Consiste en que un
mismo enunciado (palabra u oración) es susceptible de expresar varios significados
distintos e incompatibles13.
A diferencia de la ambigüedad, cuando se trata de establecer cuáles son los
objetos nombrados por una palabra, puede suceder que la misma se refiera, sin duda
alguna, a ciertos objetos, que sin duda no se aplique a otros, pero que haya otros
objetos a los que es dudoso si la palabra se aplica o no, a esto se le conoce como
vaguedad14. Se trata de una característica de los conceptos, esto es, del significado
de las palabras, y consiste, en síntesis, en la indeterminación de los límites de un
concepto (la connotación del término), que nos impide determinar con precisión si
un objeto cae dentro o fuera de su denotación15. En la vaguedad se tiene
información sobre el objeto, pero no se distingue su campo de aplicación que es
impreciso, indeterminado, no tiene linderos, es decir, se encuentra en una zona de
oscuridad16.

10
Cfr. CARDENAS GRACIAS, Jaime, Manual de Argumentación Jurídica, Editorial Porrúa, México, 2014,
p.35
11
Vid. ORELLANA WIARCO, Octavo Alberto, Teoría y Práctica de la Argumentación Jurídica, Editorial
Porrúa, México2, 2015, p. 121.
12
Vid. ALMANZA ALTAMIRANO, Frank y PEÑA GONZALES, Óscar, Op. Cit, p. 66
13
Idem.
14
Ibidem, p. 68
15
Vid. MARTINEZ ZORRILLA, David, Op. Cit., p. 57.
16
Vid. HALLIVIS PELAYO, Manuel, Op. Cit., p, 456

3
4. Técnicas de Interpretación

Al menos en teoría, e intérprete no realiza su tarea del modo que libremente


le apetezca, sin seguir guía o pauta alguna, sino que se ajusta a cierto tipo de
técnicas, esquemas argumentativos o conjunto de reglas que gozan de la larga
tradición jurídica, y que también teóricamente, limitan el conjunto de
interpretaciones posibles y admisibles17. Las técnicas de interpretación, de acuerdo
con Cárdenas Gracia “son herramientas que permiten formular enunciados
interpretativos que auxilian para atribuir significados a las normas jurídicas”18.
Riccardo Guastini, en su obra estudios sobre la Interpretación Jurídica19, explica
que hay dos tipos fundamentales de interpretación: la literal y la correctora. La
primera sería aquella que se ajusta al significado lingüístico de la expresión
interpretada; se trata de aquella interpretación que se ajusta a las palabras del
legislador a la hora de atribuir un significado a la disposición normativa20. Se trata
pues, de aquella interpretación que se ajusta al uso común de las palabras y de las
reglas gramaticales de una determinada comunidad21. Por tanto, toda aquella
interpretación que no sea literal será correctora22.
En contraste, la interpretación correctora sería aquella que se aparta de la
interpretación literal; dicho de otra manera, se le atribuye un significado distinto del
que resulta de las estrictas palabras del legislador o autoridad normativa23.

5. Interpretación Correctora

Como se dijo en el apartado anterior, será correctora, toda aquella


interpretación que no sea literal. Es importante mencionar que una interpretación
correctora puede ser extensiva o bien restrictiva.

17
Vid. MARTINEZ ZORRILLA, David, Op. Cit., p. 64.
18
Cfr. CÁRDENAS GRACIA, Jaime, Op. Cit., p. 276
19
Vid. GUATINI, Riccardo, Estudios sobre la Interpretación Jurídica, (Trad. Marina Gascón y Miguel
Carbonell) Quinta Edición, Editorial Porrúa, México, 2003.
20
Vid. MARTINEZ ZORRILLA, David, Op. Cit., p. 65.
21
Cfr. MORESO, J. J. y VILAJOSANA, J.M, Op. Cit, p. 164.
22
Idem.
23
Vid. MARTINEZ ZORRILLA, David, Op. Cit., p. 65.

4
La interpretación restrictiva se refiere a que al alcance que aparentemente se
señala en la ley, debe restringirse, ya que el sentido del término no debe tener el
alcance que se pueda suponer24. Es decir, reduce el campo de aplicación de una
norma, pues aparentemente se aplican a ciertos supuestos, pero en realidad no. Por
ejemplo: un artículo dice: “se prohíbe la entrada de perros en el parque”.
Supongamos que alguien dice que esta norma excluye a los perros que vayan
convenientemente atados con una correa y provistos de bozal. En un sentido
gramatical, la norma se aplica a todos los perros. Pero a través de una interpretación
los perros con bozal y con correa, no quedan prohibidos, se reduce el campo de
aplicación25.
Por su parte, una interpretación extensiva se presenta cuando aparentemente
la ley no se refiere a ciertos supuestos que en realidad sí se abarcan en su contenido
o supuesto normativo; se extiende el campo de aplicación de una norma. Por
ejemplo, el delito de violación, anteriormente indicaba que “al que por medio de la
violencia física o moral, realice cópula, con persona de cualquier sexo”. Durante
algún tiempo se discutió si por cópula debía entenderse, de acuerdo a la redacción
legal, sólo a las uniones carnales por vía vaginal o anal, pero no las que se podían
presentar por vía bucal. Con este tipo de interpretación, la cópula, de acuerdo a la
interpretación de la Suprema Corte26, se extendió a la vía oral27.
Los argumentos, que justifican una interpretación correctora, entre los más
habituales son: sistemático, histórico, teleológico, a fortiori y analógico, por mencionar
algunos.
Por lo que se refiere al sistemático, dicho argumento busca extraer del texto
de la norma un enunciado cuyo sentido sea acorde con el contenido general del
ordenamiento al que pertenece28. Se trata de interpretar el texto jurídico tomando

24
Vid. ORELLANA WIARCO, Octavo Alberto, Op. Cit., p. 121
25
Ejemplo tomado del libro de MARTINEZ ZORRILLA, David, Op. Cit., p. 66
26
“Violación, Acepción del Vocablo Cópula como Elemento del Delito”. Octava Época, Semanario Judicial
de la Federación, Tomo VI, Segunda Parte, página 692
27
Vid. ORELLANA WIARCO, Octavo Alberto, Op. Cit., p. 121
28
Vid. ACHONDO PAREDES, Víctor Emiliano, “Métodos de Interpretación Jurídica”, p. 41. Localizable en
file:///C:/Users/Usuario%20STJEM/Documents/Metodos%20de%20interpretaci%C3%B3n%20juridica.pdf
[accesado el día 29 de noviembre de 2021]

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en cuenta sus relaciones con el resto de las normas que componen o integran el
ordenamiento jurídico29. El argumento teleológico, indica que el texto jurídico debe
ser interpretado atendiendo a la finalidad de la norma30. Por otro lado, el argumento
histórico señala que para interpretar una disposición jurídica, se debe tomar en
cuenta los contextos anteriores que pueden influir en el entendimiento actual de la
norma en cuestión31. Por su parte, el argumento analógico, Ezquiaga Ganuzas afirma
que este argumento justifica trasladar la solución legalmente prevista para un caso,
a otro caso distinto, no regulado por el ordenamiento jurídico, pero que es semejante
al primero32. En cuanto al argumento a fortiori, al igual que el argumento analógico,
es un mecanismo para dar respuesta a un supuesto de laguna normativa. Dicho
argumento consiste en acudir a otra norma para solucionar el caso, justificando su
aplicación por el hecho de que la razón o fundamento que subyace en la norma
aplicada se manifiesta con mayor intensidad en el caso a decidir33.

6. Conclusiones

Primera. La interpretación es una herramienta importante en la labor jurisdiccional,


pues auxilian al operador jurídico en su labor para resolver litigios.
Segunda. En el Derecho, al ser creado en un lenguaje natural, adolece de los
problemas que aquejan al lenguaje; dichos problemas son la vaguedad y la
ambigüedad, por mencionar algunos.
Tercera. Existen dos técnicas para interpretar textos jurídicos cuando se presentan los
problemas de lenguaje en la redacción de las normas, a saber: la interpretación literal
y la correctora. Entendiéndose por la primera aquella que se adecua al uso común
de las palabras y reglas gramaticales y, por la segunda, por exclusión, aquella que no
es literal.

29
Cfr. CÁRDENAS GRACIA, Jaime, Op. Cit., p. 279
30
Ibidem, p. 280.
31
Vid. ACHONDO PAREDES, Víctor Emiliano, Op. Cit., p.45
32
Vid. EZQUIAGA GANUZAS, Francisco Javier, La Argumentación Interpretativa en la Justicia Electoral
Mexicana, Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, México, 2006, p. 169
33
Vid. MARTINEZ ZORRILLA, David, Op. Cit., p. 79

6
Cuarta. La interpretación correctora se materializa cuando se aplican uno o más
argumentos de naturaleza retórica, que son aceptados por la comunidad jurídica,
como por ejemplo: el teleológico, sistemático, histórico, etc.
Quinta. Derivada de la aplicación de los argumentos interpretativos, se puede
obtener dos tipos de resultados: o restringido, o bien, extensivo.

7. Bibliografía

ALMANZA ALTAMIRANO, Frank y PEÑA GONZALES, Óscar, Manual de


Argumentación Jurídica. Guía Teórica y Práctica, Editorial Flores, México, 2013.

ACHONDO PAREDES, Víctor Emiliano, “Métodos de Interpretación Jurídica”.


Localizable en
file:///C:/Users/Usuario%20STJEM/Documents/Metodos%20de%20interpretaci%C3%
B3n%20juridica.pdf [accesado el día 29 de noviembre de 2021]

CÁRDENAS GRACIA, Jaime, Manual de Argumentación Jurídica, Editorial Porrúa,


México, 2014.

EZQUIAGA GANUZAS, Francisco Javier, La Argumentación Interpretativa en la


Justicia Electoral Mexicana, Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación,
México, 2006.

GUASTINI, Riccardo, Estudios sobre la Interpretación Jurídica, (Trad. Marina Gascón


y Miguel Carbonell) Quinta Edición, Editorial Porrúa, México, 2003.

HALLIVIS PELAYO, Manuel, Teoría General de la Interpretación, Editorial Porrúa,


México, 2012.

MARTINEZ ZORRILLA, David, Metodología Jurídica y Argumentación, Editorial


Marcial Pons, Madrid, 2010.

MORESO, J. J. y VILAJOSANA, J.M, Introducción a la Teoría del Derecho, Editorial


Marcial Pons. Madrid, 2004.

ORELLANA WIARCO, Octavo Alberto, Teoría y Práctica de la Argumentación


Jurídica, Editorial Porrúa, México2, 2015.

------“Violación, Acepción del Vocablo Cópula como Elemento del Delito”. Octava
Época, Semanario Judicial de la Federación, Tomo VI, Segunda Parte, página 692.

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