Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
DERECHO PROCESAL
LABORAL
PARTICIPANTES:
Carlos Navarro
Margiory Ascanio
FACILITADORA:
Irma Lopez
Junio, 2022
DERECHO PROCESAL LABORAL
NATURALEZA JURIDICA
La Audiencia Preliminar es entendida como una institución de control formal y
sustancial de las actividades y diligencias de la investigación, principalmente de la
acusación. Esta diligencia, también permite la aplicación de alternativas dentro del proceso
penal, como la suspensión condicional, el procedimiento abreviado, la aplicación de
criterios de oportunidad y otras. Durante la sustanciación, el Juez Penal debe admitir o
rechazar la prueba ofrecida por las partes para el juicio, y al mismo tiempo podrá ordenar la
realización de otras que permitan una mejor preparación del juicio. También pueden surgir
incidencias propias de la sustanciación de la Audiencia Preliminar, en cuyo caso, si alguna
de las partes no está conforme con la determinación adoptada por el Juez Penal en el
desarrollo, deberán ejercer la única materia recursiva prevista para el caso, cual es, el de
reposición, señalándose que no es necesaria la apelación en subsidio, porque se trata de un
planteo en una audiencia oral que al formularse conlleva, implícitamente, la subsidiariedad
de la apelación si el vicio no es corregido al final de la discusión.
Una vez finalizada la audiencia preliminar, inmediatamente el Juez deberá resolver
todas las cuestiones que han sido planteadas, y en el caso que exista una acusación pública
(recuérdese que también puede existir una acusación particular, pero el paso a la fase del
juicio oral y público depende exclusivamente de una plataforma propia que la brinda una
acusación pública), dictará el auto de apertura a juicio oral y público, admitiendo la
acusación (pública -y privada también- si es que existe).
Esta es la resolución más importante de la Etapa Intermedia, porque en ella se
determina el objeto del juicio y la sentencia proveniente solamente podrá referirse a los
hechos que han sido expuestos en un debate contradictorio.
En la Audiencia Preliminar, como se puede constatar con las normas del CPP, se
adoptan decisiones de gran trascendencia procesal para el futuro del sostenimiento de la
acción penal, y, por esta propia envergadura de su importancia político-criminal (pone de
relieve la seriedad de la acusación y su eventual admisión es la que marcará el rumbo del
"objeto" del proceso penal para el juicio oral y público, sobre el cual se construirá la
"congruencia" de la decisión finalmente recaída en el juicio oral y público), exigen la
máxima responsabilidad en el tratamiento de las cuestiones deducidas.2 Y esta exigencia,
es la que precisamente no se cuida, o, directamente, se olvidan, principalmente los órganos
estatales, cuando la convierten en un rito in extremis y poco o nada permiten discutir
respecto a circunstancias perfectamente controvertibles durante la sustanciación de la
Audiencia Preliminar. No está demás admitir, en la realidad, que la investigación
desplegada por el Ministerio Público durante la Etapa Preparatoria, en cierto modo, puede
incorporar excesos en el ejercicio de sus amplias facultades, principalmente, de su poder
coercitivo. De ahí que su actuación pueda generar cierta "similitud" con el modelo
inquisitivo, lo que se pretende corregir durante la discusión con rasgos propios del modelo
acusatorio (oralidad, publicidad, inmediatez, sencillez, concentración, contradicción y
economía) de la Etapa Intermedia, y, en especial, la Audiencia Preliminar. De esta manera,
se preservan o restañan los derechos y garantías procesales, entre ellas, principalmente, las
concernientes a la inviolabilidad de la defensa y de la principio de presunción de inocencia,
que no sólo deben regir con todo su rigor conceptual y operativo en el juicio, sino en todo
el procedimiento penal (obviamente que se integra a dicho esquema, la Etapa Intermedia).
El Juez Penal como garantizador de las reglas del debido proceso penal dispone de
muchas facultades para corregir los vicios que ordinariamente se pueden observar en la
tarea de investigación desplegada por el Ministerio Público, pero, obviamente, se reitera
siendo cuidadoso y auto limitándose en esta actuación, para evitar incursionar por
reemplazos propios de las partes y arriesgando notoriamente su imparcialidad. De ahí
que su función se ciña a la enmienda -en la medida de lo posible- los errores de orden
formal o sustancial y salvaguardar la tarea informativa acumulada por el Fiscal, siempre
que no se encuentre frente a obstáculos insalvables como el caso de actos que vulneran
elementales garantías a favor del imputado, en cuyo caso, la nulidad absoluta jamás puede
ser objeto de saneamiento y mucho menos de convalidación, ya que admitir el ingreso de
evidencias o elementos probatorios contaminados por el germen de la nulidad absoluta, lo
único que contribuirá es a la nulidad insanable de la etapa subsiguiente, cual es, la del juicio
oral y público. Finalmente, el Juez Penal luego de oídas las partes respecto a sus
fundamentos y requerimientos, así como desarrollada la prueba pertinente a la posición de
cada una, se retirará inmediatamente para resolver y dictará una resolución que puede
tender a dos direcciones bien definidas:
a) Disponiendo la admisión de la acusación (con reformas de la calificación
requerida por el Ministerio Público o la querella, según el caso), dictando
el auto de apertura a juicio oral y público, o;
b) Admitiendo la oposición de la defensa, haciendo lugar al sobreseimiento
definitivo o provisional de la causa o a las excepciones perentorias
(ejemplo: prescripción o extinción de la acción, falta de acción en el
acusador público, etc.).
COMPUTO
En fecha 29 de septiembre del año 2004, el Juzgado Cuarto Superior del Trabajo del
Circuito Judicial del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas dictó sentencia, mediante la cual repuso la causa al estado de que fuera certificada
la notificación de la demandada, a los fines de que comenzara a contarse el cómputo de
diez días hábiles para la celebración de la audiencia preliminar. Contra este fallo es ejercido
el presente recurso de control de legalidad.
Ahora bien, los artículos de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, cuya infracción
se denuncia son del tenor siguiente:
Artículo 2.- El juez orientará su actuación en los principios de uniformidad,
brevedad, oralidad, publicidad, gratuidad, celeridad, inmediatez, concentración, prioridad
de la realidad de los hechos y equidad.
Artículo 126. Admitida la demanda se ordenará la notificación del demandado,
mediante un cartel que indicará el día y la hora acordada para la celebración de la audiencia
preliminar, el cual será fijado por el Alguacil, a la puerta de la sede de la empresa,
entregándole una copia del mismo al empleador o consignándolo en su secretaría o en su
oficina receptora de correspondencia, si la hubiere. El Alguacil dejará constancia en el
expediente de haber cumplido con lo prescrito en este artículo y de los datos relativos a la
identificación de la persona que recibió la copia del cartel. El día siguiente al de la
constancia que ponga el Secretario, en autos, de haber cumplido dicha actuación,
comenzará a contarse el lapso de comparecencia del demandado.
También podrá darse por notificado quien tuviere mandato expreso para ello,
directamente por ante el Tribunal de Sustanciación, Mediación y Ejecución del Trabajo
respectivo.
El Tribunal, a solicitud de parte o de oficio, podrá practicar la notificación del
demandado por los medios electrónicos de los cuales disponga, siempre y cuando éstos le
pertenezcan. A efectos de la certificación de la notificación, se procederá de conformidad
con lo establecido en la Ley Sobre Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas en todo cuanto
le sea aplicable, atendiendo siempre a los principios de inmediatez, brevedad y celeridad de
la presente Ley. A todo evento, el Juez dejará constancia en el expediente, que
efectivamente se materializó la notificación del demandado. Al día siguiente a la
certificación anteriormente referida, comenzará a correr el lapso para la comparecencia de
las partes a la audiencia preliminar.
Parágrafo Único: La notificación podrá gestionarse por el propio demandante o por
su apoderado, mediante cualquier notario público de la jurisdicción del Tribunal.
Artículo 128. El demandado deberá comparecer a la hora que fije el Tribunal,
personalmente o por medio del apoderado, a fin de que tenga lugar la audiencia preliminar
al décimo día hábil siguiente, posterior a la constancia en autos de su notificación o a la
última de ellas, en caso de que fueren varios los demandados.
De la transcripción que precede se evidencia que el artículo 2 de la Ley Orgánica
Procesal del Trabajo contiene los principios que deben orientar la actuación del Juez
laboral, destacándose entre ellos, la brevedad y la celeridad.
El artículo 126 de la referida ley adjetiva procesal, en primer lugar contiene el modo
y la oportunidad en que debe practicarse la notificación por cartel del demandado,
indicando expresamente que será a partir de la constancia que ponga el secretario, en autos,
de haber cumplido con dicha actuación, que comenzará a contarse el lapso de
comparecencia de la parte accionada.
Seguidamente, el citado artículo contempla la citación expresa, ante el Tribunal de
Sustanciación, Mediación y Ejecución, relativa a quien tuviere mandato expreso para ello,
sin exigir, en este caso, que el Secretario deje constancia o certifique dicha actuación.
En párrafo aparte, continúa, el mencionado precepto legal estableciendo la
posibilidad de notificación del demandado a través de medios electrónicos y remite en
cuanto a la certificación, en el caso de esta modalidad de notificación, a lo establecido en la
Ley Sobre Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas, señalando, nuevamente que, a partir
de la certificación es que comenzará a computarse el lapso de comparecencia de las partes a
la audiencia preliminar.
Por último, alude el referido artículo 126 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, a
la posibilidad que tiene la parte demandante de gestionar la notificación del accionado
mediante cualquier notario público de la jurisdicción del Tribunal.
Asimismo, de la lectura del artículo 128 de la citada Ley Orgánica Procesal del
Trabajo se entiende que el legislador estableció que la celebración de la audiencia
preliminar debe realizarse al décimo día hábil siguiente a la constancia en autos de la
notificación de la parte demandada.
De lo expuesto puede concluirse que en el caso de la notificación expresa de quien
tuviere mandato para ello, no exige expresamente el legislador que el secretario certifique
tal actuación de la parte demandada y ello se entiende si se toma en consideración la
finalidad que persigue la certificación por parte de tal funcionario de la realización de la
notificación en sus otras modalidades, ya sea mediante cartel, por medios electrónicos o por
correo con aviso de recibo –artículo 127 de la Ley Orgánica Procesal del Trabajo-, puesto
que en el caso de estas tres últimas formas de notificación, ésta se materializa fuera del
expediente, puesto que en el caso del cartel éste es fijado en la sede de la empresa,
entregándose una copia del mismo en la secretaría o en la oficina receptora de
correspondencia de la accionada, por lo que resulta absolutamente necesario a los fines de
que exista certeza jurídica de la realización de tan importante acto procesal que el
funcionario correspondiente certifique en el expediente su efectiva realización, a los fines
de que no exista duda del momento en que deberá comenzar a computarse el lapso para la
celebración de la audiencia preliminar y lo mismo ocurre en los casos de notificación por
medios electrónicos o por correo con aviso de recibo.
No obstante lo anterior, en el caso específico de la notificación expresa, el
legislador no exige tal requisito de índole procesal, por cuanto la persona que tiene mandato
para ello se da por notificado en el mismo expediente que contiene la causa, ya sea
mediante escrito o diligencia. En el caso del escrito, consta en el expediente la fecha de su
recepción, mediante comprobante de recepción de documento emanado de la Unidad de
Recepción y Distribución de Documentos del Circuito Judicial correspondiente, y en el
caso de que se haga a través de una diligencia, aparte del referido auto de recepción, ésta
está suscrita por la diligenciante y por la secretaria del Juzgado respectivo, por lo que
exigir, además, una certificación por parte del secretario del Tribunal en estos casos resulta
innecesario, puesto que consta en autos la notificación de la parte accionada y la
oportunidad de su realización, por lo que no debe existir duda con relación al momento en
que debe comenzar a computarse el lapso para la celebración de la audiencia preliminar.
En virtud de las razones precedentemente expuestas, debe esta Sala concluir que el
lapso de diez días hábiles para la celebración de la audiencia preliminar debió comenzar a
computarse al día siguiente a aquél en que la parte demandada, mediante apoderado con
poder expreso para ello, se dio por notificada del procedimiento instaurado en su contra, tal
como fue considerado por el Tribunal de la causa, en consecuencia tal acto fue realizado
oportunamente por dicho Juzgado, de modo que a juicio de esta Sala el pronunciamiento
del Tribunal de alzada que ordenó la reposición de la causa al estado de que se certificara la
notificación expresa del demandado y, posterior a eso, comenzara a computarse
nuevamente el lapso para la celebración de la referida audiencia, violentó el principio de
brevedad y celeridad que debe imperar por mandato constitucional y legal en el
procedimiento laboral y en consecuencia infringió los artículos 2, 126 y 128 de la Ley
Orgánica Procesal del Trabajo, lo que conlleva a la procedencia del presente medio
excepcional de impugnación. Así se decide. En consecuencia, y visto que la parte actora no
compareció ni por si ni por medio de apoderado a la celebración de la audiencia preliminar
se declara desistido el proceso, de conformidad con lo establecido en el artículo 130 de la
Ley Orgánica Procesal del Trabajo, tal y como será establecido en la parte dispositiva del
presente fallo. Así se decide.
RECEPCION DE PRUEBAS
En la audiencia preliminar el Juez de la Instrucción dispone o no la apertura a juicio.
En esta audiencia no se examina la culpabilidad del imputado, sino si la acusación
presentada por el Ministerio Público y/o querellante está fundamentada o no en medios de
prueba suficientes y legalmente obtenidas que justifique la apertura a juicio. (art.303). La
audiencia preliminar termina, no con una sentencia, sino con un Auto de No Ha Lugar o
con un auto de apertura a juicio.
Es importante señalar que el requisito más importante para que se determine
apertura a juicio o no ha lugar a favor del imputado, lo es la forma en que fueron recabadas
y presentadas las pruebas en su contra, ya que las mismas deben ser obtenidas de forma
legal tal como lo establece la ley 76-02 (Código Procesal Penal), en sus artículos 166 y 167,
de lo contrario se estaría violentando el legítimo derecho de defensa del imputado.
La acusación, sea para solicitar la apertura a juicio, sea para la aplicación del
procedimiento abreviado, es uno de los actos conclusivos mediante el cual el Ministerio
Público le pone fin a la Instrucción Preparatoria o etapa de investigación de las infracciones
(Art.293). Es potestativo del Ministerio Publico presentar o no acusación, lo que hará si
estima que la investigación proporciona fundamento para someter a juicio al imputado
(art.294).
La presentación de su acusación por parte del Ministerio Público determina que se
convoque la celebración de la audiencia preliminar. Presentada la acusación por el
Ministerio Público, la victima esta facultada para presentar su propia una acusación propia
o adherirse a la del Ministerio Público. El Código Procesal Penal no faculta a la victima a
presentar su acusación en ausencia de acusación del Ministerio Público, lo que equivaldría
a considerar a la victima como titular de la acción pública. En conclusión: la audiencia
preliminar no puede convocarse en base a la sola acusación del querellante.
EL DESISTIMIENTO
El desistimiento consiste en la renuncia a los actos del juicio, es decir, es el acto de
abandonar la instancia, la acción o cualquier otro trámite del procedimiento, a diferencia
del convenimiento, que es el acto de concertar en todo las pretensiones planteadas en la
demanda; advirtiendose que, para la validez de tales manifestaciones volitivas, es requisito
sine qua non que las mismas no sean contrarias al orden público y a las buenas costumbres,
figura expresamente regulada en el artículo 263 del Código de Procedimiento Civil.
Sobre tal aspecto, la doctrina jurisprudencial ha resumido su noción y condiciones
de procedencia en sentencia Nº 10, de fecha 27 de febrero de 2003, proferida por la Sala de
Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, expediente 90-002, con ponencia del
Magistrado Dr. A.R.J., así:
(...Omissis...)
“El desistimiento, tal y como lo enseña la doctrina de nuestros procesalistas clásicos
(Borjas y Marcano Rodríguez), es un acto jurídico que consiste en el abandono o renuncia
positiva y precisa que hace el actor o interesado, de manera directa, ya de la acción que ha
intentado, ya del procedimiento incoado para reclamar judicialmente algún derecho, o de un
acto aislado de la causa o, en fin, de algún recurso que hubiese interpuesto.
Como todo acto jurídico está sometido a ciertas condiciones, que si bien no todas
aparecen especificadas en el Código de Procedimiento Civil, han sido establecidas por la
jurisprudencia en razón de lo cual el desistimiento deberá manifestarse expresamente, a fin
de que no quede duda alguna sobre la voluntad del interesado.
Se requiere además, para que el juez pueda darlo por consumado, el concurso de dos
condiciones: a) que conste en el expediente en forma auténtica; y b) que tal acto sea hecho
pura y simplemente, es decir, sin estar sujeto a términos o condiciones, ni modalidades ni
reservas de ninguna especie. Para desistir se exige capacidad para disponer del objeto sobre
el cual verse la controversia, y que se trate de materias en las que no están prohibidas las
transacciones.
Clases De Recursos.-
1º) Recursos devolutivos y no devolutivos
Los recursos devolutivos son aquellos cuya resolución corresponde al tribunal
jerárquicamente superior del que dictó la sentencia o resolución. Este tribunal superior se
llama tribunal ad quem; el tribunal que dicta la sentencia que se recurre, tribunal a quo. Por
tanto, son los recursos no devolutivos los que su tramitación y resolución corresponde al
mismo tribunal que dictó la sentencia que se impugna. Son devolutivos: la apelación, la
queja y la casación; son no devolutivos la reposición y la súplica.
2º) Remedios y recursos
Los recursos son aquellos medios de impugnación que tienen efectos devolutivos;
los remedios son todos los que no lo tienen.
3º) Ordinarios, extraordinarios y excepcionales
Los recursos ordinarios son aquellos que no exigen causas específicas para su
admisión y, además, no limitan los poderes de los tribunales ad quem. Como recursos
ordinarios tenemos la apelación, la queja, la súplica y la reposición.
Los recursos extraordinarios son los que exigen motivos taxativos para su
interposición. Además, limitan las facultades del tribunal ad quem. Sólo lo es el recurso de
casación.
Por último, los recursos excepcionales serían aquellos que al menos en teoría se
dirigen a atacar la cosa juzgada que se produce con la sentencia firme. Existen dos recursos
excepcionales en nuestro Derecho: el de revisión y la audiencia al rebelde.